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Fase 1
1. ¿Cómo es llamado el monte de Gerizim y por qué?
Respuesta: El monte de Gerizim es llamado monte de las bendiciones, porque hay se pronunciaron las
bendiciones para el pueblo de Israel.
2. ¿Por qué el pueblo judío no estuvo preparado para ver al Mesías como Salvador?
Respuesta: El espíritu de verdadera adoración se había perdido en tradiciones, ritualismo y las profecías
se interpretaban al antojo de corazones orgullosos.
3. ¿A qué profecía de Isaías no quiso prestar atención el pueblo judío? ¿Por qué?
Respuesta: A la profecía de Isaías 53 correspondiente al Salvador doliente.
4. ¿Que deseaba mostrar Jesús a sus discípulos en la ladera del monte?
Respuesta: Que su reino no era terrenal sino Espiritual.
5. ¿Que caracterizaban a los dos grupos de personas que escuchaban a Jesús?
Respuesta: un grupo era orgulloso como los fariseos y el otro grupo sentían su pobreza espiritual.
6. ¿Qué es orgullo?
Respuesta: Es cerrar la puerta del corazón, sin sentir la necesidad de ayuda de Cristo.
7. ¿El Espíritu Santo puede obrar en un corazón orgulloso? ¿Por qué?
Respuesta: no porque el corazón se encuentra cerrado y no siente necesidad de ayuda.
8. ¿Quiénes son los pobres en Espíritu?
Respuesta: Son los que comprenden bien que les es imposible salvarse y que por sí mismos no pueden hacer
ningún acto justo.
9. ¿Describe cómo actúa Jesús con quienes acuden a Él?
Respuesta: Nos invita, nos recibe, nos abraza, aboga por mí y se pone en mi lugar de pecador.
10. ¿Qué reino se abre para quienes aceptan su pobreza espiritual?
Respuesta: Cristo abre ante los hombres las puertas del reino espiritual de su amor, su gracia y su
justicia.
11. ¿Mencione 4 ejemplos de tristeza que consuela Dios?
Respuesta: 1. la verdadera tristeza de corazón por haber pecado
2. Abandonó a su mejor Amigo, abusando del don más precioso del cielo.
3. Comprensión que el pecado azotó y crucificó al Señor de la gloria.
4. Cuando se sufren aflicción o la pérdida de un ser querido.
Respuesta: Por la humildad y la sumisión del yo podemos llegar a ser coherederos con él cuando los mansos
“heredarán la tierra”.
Respuesta: Pureza de corazón, donde se manifestará creciente repugnancia por los hábitos descuidados, el
lenguaje vulgar y los pensamientos impuros. Cuando Cristo viva en el corazón, habrá limpieza y cultura en el
pensamiento y en los modales.
Respuesta: La hermosura y el encanto de la verdad que no disciernen los sabios del mundo se presentan
constantemente a quienes, movidos por un espíritu sencillo como el de un niño, desean conocer y cumplir la
voluntad de Dios.
30. ¿Cuál es la misión de Cristo?
Respuesta: Cristo es el “Príncipe de paz”, y su misión es devolver al cielo y a la tierra la paz destruida por
el pecado. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo”
Respuesta: El que revele el amor de Cristo por la influencia inconsciente y silenciosa de una vida santa,
incitando a los demás, por palabra o por hechos, a renunciar al pecado y entregarse a Dios, es un pacificador.
Respuesta: “Como tus días serán tus fuerzas”. “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad”. Jesús, él estará a nuestro lado, así como estuvo con los tres fieles en Babilonia.
Respuesta: Siendo participantes de los padecimientos de Cristo, están destinados a compartir también su
Gloria.
37. ¿Quién fue el más calumniado en toda la historia de la humanidad y por quién?
Respuesta: Nadie, entre los hombres, fue calumniado más cruelmente que el Hijo del hombre.
Respuesta: Por el oprobio y la persecución que sufren sus hijos, el nombre de Cristo es engrandecido y se
redimen las almas.
Respuesta: Representa la vida de toda alma de la cual se ha separado el poder de la gracia de Dios,
dejándola fría y sin Cristo.
Respuesta: los seguidores de Cristo han de salir para derramar la luz del cielo sobre los que se encuentran en las
tinieblas del error y el pecado.
46. ¿Qué nos pide Dios que hagamos con la luz que tenemos?
Respuesta: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”.
No sólo hemos de contemplar la gloria de Cristo, sino también hablar de su excelencia.