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Andrés Rey Molina

La carga de contaminación de los ríos es una de las principales problemáticas ambientales en


Colombia, teniendo en cuenta la cantidad de desechos químicos y orgánicos que día a día se
depositan en los ríos, donde la reglamentación no se aplica o es inexistente, la corrupción como en
todo aspecto de la vida nacional no es ajena a la problemática, donde a pesar de los esfuerzos de
algunas autoridades de concientizar a las personas el daño que hace a el entorno y a la calidad de
vida las malas practicas ambientales, por lo menos en Colombia la conciencia ambiental solo se
queda en palabras y buenas intenciones.

No es casualidad que, en todo con proyecto de infraestructura a cualquier escala, el único ítem en
el presupuesto que nunca crece es el de mitigación de impactos ambientales. La conciencia
ambiental en el país es tan nula que en la capital de Colombia, a la vista de todos los medios
comunicación , en el centro financiero, político y jurídico del país, 8 millones de personas son
testigos del deposito de 200 Toneladas de desechos orgánicos e inorgánicos al día a el rio que
irónicamente lleva el nombre de la capital del país, que en otro lugar seguramente sería un símbolo
de identidad, y lo mas curioso es que los 3 afluentes que mas carga contaminante aportan vienen
directamente de la ciudad y hacen parte de el sistema de acueducto y alcantarillado de la ciudad, o
de la empresa de energía en el caso del embalse del muña.

Todo esto deja el interrogante de que, si esta problemática ocurre en el centro financiero y político
del país, donde están concentrados el poder político y judicial, donde se encuentran todos los
organismos de control y todas las instituciones de vigilancia ambiental, los centros de investigación,
las universidades, además de todos los medios de comunicación. En sitios donde la minería ilegal
esta acompañada por una serie de factores de gran complejidad, como el componente social, la
falta de infraestructura, la escasez de empleo, las insuficientes vías de acceso, la falta de educación,
la falta de vigilancia, la nula conciencia ambiental además de las organizaciones criminales que
hacen parte activa del negocio de la minería ilegal, como actividad económica paralela narcotráfico
y que vuelve la problemática mucho más compleja todavía.

La contaminación de mercurio y otros metales pesados es un fenómeno que no va a desaparecer,


mas aun cuando se tiene en cuenta la existencia de estos grupos armados en las regiones apartadas
del país, con difícil acceso y poca vigilancia, por eso es importante crear políticas para mitigar los
impactos que puedan generar la minería artesanal, para así poder lograr estrategias que permitan
que los mineros ilegales o artesanales puedan aplicar para evitar el vertimiento de mercurio a los
ríos o los acuíferos por ejemplo. Es importante direccionar estas estrategias para la información y
concientización de los mineros de los daños ambientales que pueden ocasionar el mal manejo de la
actividad, visibilizando y cuantificando los impacto ambientales por ejemplo, buscando estrategias
que puedan mitigar estos impactos sin que esto signifique un costo adicional, también al ser un
tema de interés Nacional el Gobierno debe invertir en investigación e implementación de tecnología
e infraestructura donde se pueda remplazar la utilización del mercurio por filtración o por gravedad
por ejemplo. Es claro que la presencia de grupos delincuenciales dificulta mucho la implementación
de todas las estrategia anteriormente mencionadas, pero son de gran importancia, al menos para
medir de una manera mas detallada y cuantitativa, los efectos que puede tener esta actividad
económica y de explotación en las principales cuencas del país donde se realiza esta explotación, lo
cual puede brindar información esencial para futuras investigaciones, reglamentaciones y manuales
técnicos que se puedan implementar

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