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ACTO
ADMINISTRATIVO
ACTO ADMINISTRATIVO
Los actos administrativos, como declaración unilateral del órgano, son los actos
típicos del Derecho Administrativo, puesto que es el conducto por el cual se
manifiesta hacia los particulares la administración. Mientras que en el Derecho
privado predomina fundamentalmente el acuerdo de voluntades entre las partes,
en el Derecho público e impone principalmente la voluntad de la administración,
declarada en forma unilateral.
Se llega así a definir al acto administrativo como el acto jurídico dictado por la
administración y sometido al Derecho Administrativo, entendiendo inicialmente
comprendidos en esta categoría los llamados actos de autoridad, dictados en
materia de libertades, policía y propiedad, fundamentalmente; y diferenciándose
de los actos de gestión, sometidos a los tribunales ordinarios.
Es necesario que para poder precisar, con alguna exactitud sobre el acto
administrativo es necesario detenernos para analizar las principales características
del concepto.
Creemos que las características más importantes del acto administrativo son:
Esta presunción de legitimidad es iris taniun y por lo que puede probarse que el
acto administrativo no tiene legitimidad que en él se presume.
La ejecutoriedad
Consiste en que produce todos sus efectos jurídicos e inmediatos y, por lo tanto,
debe ser cumplido aun en cont6ra de la voluntad de los administrados a que va
dirigido.
La irretroactividad
La unilateralidad
En nota de unilateralidad implica que los actos administrativos son validos por la
mera voluntad de la administración pública. Con esto es posible excluir del mismo
la actuación bilateral, la que supone la integración de la voluntad de más de un
sujeto. Las decisiones administrativas corresponden con exclusividad al Estado a
través de sus órganos administrativos.
La revocabilidad
Significa la posibilidad que un determinado acto pueda ser dejado sin efecto, por la
administración pública o por impugnación, razón por la que se puede analizar
desde dos puntos de vista, de manera oficiosa o a petición del interesado a través
de los recursos administrativos.
CAPÍTULO IX
EL CONTROL DE
LA ACTIVIDAD
ADMINISTRATIVA
DEL ESTADO
La personalidad del Estado y sus funciones principales
Por ello el Estado puede definirse de distintas formas pero con idénticos
elementos, en tal sentido “el Estado es una comunidad organizada en un territorio
definido, mediante un orden jurídico servido por un cuerpo de funcionarios,
definido y garantizado por un poder jurídico, autónomo y centralizado que tiende a
realizar el bien común, en el ámbito de esa comunidad.”
“El Estado es una realidad social y política integrada por un conjunto de hombres
con asiento en un determinado ámbito territorial, con potestad soberana en lo
interior e independiente en las relaciones internacionales. En efecto, aparece aquí
la noción de Estado sujeto, que ha sustituido a la otra, la de príncipe sujeto que
acompañó la consolidación del Estado nacional moderno, bajo la fórmula monista
del Estado patrimonial y el dominium eminens del soberano sobre los territorios.”
El poder jurídico;
“Explicar con precisión cuales son los fines del Estado ha sido una cuestión muy
debatida desde los orígenes del mismo, con lo que se explica las diversas
concepciones que de él se han tenido (Estado gendarme, Estado social, Estado
de derecho, Estado benefactor), lo que da como resultado que dependiendo de la
época y del lugar del que se trate, así como de la concepción filosófico-política que
se tenga del Estado. Por ello se explica que muchas corrientes hayan negado la
existencia de un elemento teleológico; otras corrientes se refieren a los fines
objetivos o particulares de cada Estado, o que únicamente se analicen los fines
subjetivos del mismo.
La corriente más aceptada considera que el Estado tiene fines concretos o dicho
de otra manera, que el Estado tiene una causa final, que en términos generales es
la consecución de los fines humanos y que en términos generales se traduce al
bien común, que al final puede ser definida como la común felicidad temporal, o
sea la perfecta suficiencia de la vida debidamente subordinada a la
bienaventuranza eterna; el buen vivir humano o la armónica plenitud de los bienes
humanos, el bien humano en la plenitud y, según la proporción que requiera la
naturaleza humana, el bien común perfecta en cuanto puede tenerse en este
mundo.”
Ahora bien, en virtud de que de ese bien común puede existir la satisfacción de
necesidades se desprenden una serie de funciones estatales, que le corresponden
a los organismos del mismo (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y les toca
instrumentalizar todos los medios necesarios para alcanzar la satisfacción de esas
necesidades, con las que se logra alcanzar su finalidad.
Por esa razón debe manejarse con propiedad en los organismos del Estado
cuando y cuales son las cuestiones que deben ser tratadas como interés público.
Es indudable que los fines del Estado y su contenido concreto van variando, según
el tiempo y el lugar, dependiendo del país que se trate y de una época
determinada y de ahí se puede considerar cuales van a ser los objetivos a
considerar por el Estado, pero en general el objetivo general es el bien común.
Para alcanzar sus fines el Estado actúa de muy diversas maneras y en diferentes
campos. Por ello que aparece realizando diversos hechos o actos materiales,
actos jurídicos, acciones y procedimientos, los cuales los ejerce a través de
facultades o atribuciones que el ordenamiento jurídico le confiere.
Estos actos, acciones, actividades que realiza el Estado, por muy variada que esta
se puede resumir en tres formas esenciales:
Actos jurídicos y procedimientos con los que el Estado actúa resolviendo los
conflictos de intereses, entre particulares o entre particulares y el Estado, a través
de la sentencia. (Organismo Judicial).
En este sentido hay que aclarar que el ejercicio de la función independiente de los
tres organismos del Estado, tiene matices en algunos casos muy parecidos,
puesto que la función administrativa y los procedimientos administrativos se
realizan en los tres organismos del Estado; el ejercicio de la función legislativa
únicamente en el organismo legislativo y, el ejercicio de la jurisdicción únicamente
el organismo judicial.
A manera de ejemplo, podemos decir que en los tres organismos del Estado se
manifiesta el procedimiento administrativo, cuando se realizan compras o
contrataciones, necesariamente se tienen que aplicar las normas legales y
procedimentales de la Ley de Contrataciones del Estado y su reglamento.
Desde el punto de vista formal, todas las actividades que realiza el Organismo
Legislativo será función legislativa, la del Organismo Judicial función jurisdiccional
y la del Organismo Ejecutivo función ejecutiva, con las salvedades enunciadas
anteriormente.
CAPÍTULO X
LOS SERVICIOS
PÚBLICOS
Ideas generales
Nociones tradicionales
Dejando de lado las nociones más antiguas, podemos recordar aquí la de HaurIou
“un servicio técnico prestado al público de una manera regular y continua para la
satisfacción de una necesidad pública y por una organización pública,” la de
BIelSa “toda acción o prestación realizada por la administración pública activa,
El primer elemento que distingue a esta noción de las más antiguas es el criterio
de que ni la actividad legislativa ni la actividad jurisdiccional se considera “servicio
público” en sentido estricto; o sea, que sólo puede hablarse de “servicio público”
dentro de la actividad administrativa. El segundo elemento es que no toda la
actividad de la administración pública constituye servicio público, sino sólo una
parte de ella.
El servicio público como organización
En razón de que trata de satisfacer una necesidad pública, el servicio público debe
estar dotado, se afirma entonces, de “medios exorbitantes al derecho común,” es
decir, de un régimen de derecho público que asegure la generalidad, uniformidad,
regularidad y continuidad del mismo.
El poder público se hace así presente a través de un régimen jurídico especial que
subordina los intereses privados al interés público, fundamentalmente en razón de
proteger la continuidad del servicio.
1°) el fin que el servicio cumple, 2°) la persona que lo atiende, 3°) el régimen que
lo regula.
No hay servicio público que no tenga por fin la satisfacción de una necesidad
colectiva; pero este criterio, aislado, sería insuficiente, por cuanto “múltiples son,
en cualquier sociedad bien constituida, las necesidades públicas que se satisfacen
mediante el procedimiento del servicio privado” pueden citarse las panaderías, y
comercios de expendio de carne, leche, verduras, etc.
No es esencial que el servicio sea ofrecido al uso del público, pues en el caso de
las fuerzas armadas, de las fortificaciones, etc., hay un servicio que no es utilizado
directamente por los particulares; lo esencial sería sólo la satisfacción de la
necesidad pública.
Dos elementos de esta noción —el de la persona que atiende el servicio y el del
régimen que lo regula— están actualmente, al parecer de la doctrina francesa
moderna, en crisis.10 Esa crisis lleva a tales autores a proponer concepciones
“existenciales” del servicio público o más francamente a abandonar totalmente el
término y el concepto.
Elementos
Principios
También suele decirse que los contratos administrativos generan toda una teoría
propia y como tal desarrollan principios propios del contrato administrativo, los
cuales se mencionan a continuación:
Principio de legalidad: El Estado de derecho, la administración pública se
considera sometida a la ley. Este sometimiento equivale a la aceptación del
principio de legalidad. Los contratos administrativos deben estar sometidos a la
ley. La administración pública cuenta con una Ley de Contrataciones y contrata
basándose en dicha ley y en reglamentos complementarios. En Guatemala, la
base legal de los contratos administrativos es el Decreto número 57-92 del
Congreso de la República, Ley de Contrataciones del Estado. Esta es una ley
general por cuanto regula los contratos administrativos de toda la administración
pública. No es una ley única, puesto que a la par existen leyes especiales que
también regulan la materia contractual y pueden contener definiciones específicas.
Se puede decir que tanto doctrinaria como legalmente, existe un sin número de
contratos administrativos, siendo los más significativos los siguientes: