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1. Concepto
“La compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga a dar una cosa y la otra a
pagarla en dinero. Aquella se dice vender y ésta a comprar. El dinero que el comprador da por
la cosa vendida se llama precio.”
Dos partes intervienen en el contrato de compraventa: el vendedor, aquél de los contratantes que se obliga
a dar la cosa, y el comprador, aquél que se obliga a entregar por esa cosa, cierta cantidad de dinero.
Es bilateral: puesto que las partes contratantes se obligan recíprocamente desde su origen; se trata
de un contrato sinalagmático perfecto, en el que el vendedor se obliga a dar o entregar la cosa y el
comprador a pagar el precio. Estas obligaciones son de la esencia de la compraventa, y sin ellas
Es oneroso: por las prestaciones recíprocas que engendra, imponiéndose ambas partes un gravamen
y obteniendo ambas partes un beneficio.
Es generalmente conmutativo: las prestaciones a que se obligan vendedor y comprador “se miran”
como equivalentes. Debemos recordar que la equivalencia es subjetiva. Excepcionalmente, el
contrato de compraventa puede ser aleatorio, como en el caso de la compraventa de cosas que no
existen pero que se espera que existan
Es principal: porque existe por sí mismo, independientemente de cualquier otra convención.
Es ordinariamente consensual, salvo las excepciones legales que exigen el cumplimiento de una
solemnidad, como acontece por ejemplo en la compraventa de inmuebles.
Es típico: porque está reglamentado en la ley, nada menos que en 103 artículos.
En general, es de ejecución instantánea: de acuerdo a algunos fallos, el contrato podría ser de
ejecución sucesiva.
La venta no es enajenación, sino mero título traslaticio de dominio. En consecuencia, si no ha
existido tradición en favor del comprador, éste no adquiere el dominio ni la posesión de la cosa
comprada.
3. Elementos del Contrato de Compraventa
Los elementos esenciales de la compraventa se desprenden del art. 1801: una cosa, un precio y
consentimiento.
3.1 Consentimiento de las partes:
a) Por regla general, la compraventa es un contrato consensual; por excepción, es un contrato
solemne. Por ende, salvo en aquellos casos señalados en la ley, la compraventa se perfecciona
con la sola oferta y aceptación.
b) Casos de Compraventa solemne: Tal solemnidad rige para la venta:
de bienes raíces;
de servidumbres;
de censos; y
de derechos hereditarios.
En estos casos, la escritura pública es requisito generador del contrato o solemnidad propiamente
tal, y por tanto, de faltar, el contrato adolecerá de nulidad absoluta.
c) Sobre qué recae el consentimiento:
Sobre la cosa objeto del contrato: no debe existir error en la identidad, calidad esencial
o sustancia de la cosa
El precio a pagar por la cosa: debe ser el mismo para vendedor y comprador.
Sobre la propia venta: no debe haber dudas acerca del contrato, pues de lo contrario,
estaríamos también ante un caso de error esencial u obstáculo
3.2 La cosa vendida: Es el segundo requisito esencial de la compraventa. No puede faltar la cosa vendida,
pues de otra manera faltaría el objeto de la obligación del vendedor y carecería de causa la obligación del
comprador: no habiendo objeto y causa para los contratantes, no hay contrato o éste adolece de nulidad
absoluta.
El precio es determinado, cuando se le conoce con toda precisión, cuando se sabe exactamente a
cuánto asciende. El precio es determinable, cuando no se indica exactamente su monto, pero se
dan las bases para llegar a conocerlo, en el propio contrato. Así, por ejemplo, al celebrar la
compraventa, convienen las partes que el precio se pagará en el plazo de 6 meses, y que
ascenderá su monto al equivalente a 10.000 acciones de cierta sociedad anónima, según el valor
que el día de pago, hayan tenido en la Bolsa de Comercio de Santiago.
Sea determinado o determinable, el precio no puede quedar al arbitrio de uno solo de los
contratantes, porque es de la esencia de la compraventa que las partes sepan, desde el momento
de celebrar el contrato, a qué se obligan. Sabemos que la venta se reputa perfecta, por regla
general, desde que las partes se han puesto de acuerdo en la cosa y en el precio. Si se deja la
determinación del precio al arbitrio de uno de los contratantes, quiere decir que las partes no se
han puesto de acuerdo en el mismo, y por tanto no puede haber compraventa.
Pero no es un obstáculo para que exista compraventa, la circunstancia que la determinación del
precio quede al arbitrio de un tercero, cuando las partes así lo han convenido