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Noé Héctor Esquivel Estrada

Dios EN EL PENSAMIENTO
DE Descartes

Introducción

•'s importante presentar este trabajo sobrela existencia de Dios en


el pensamiento de Descartes, a través de sus obíssMeditaciones
metafísicas y Discursodel método, no sólo por el interés que ma
nifestó su autor al abordar esta temática, sino porque a partir de él se inaugu
ra una forma nueva de conocer y dar respuesta a los problemas del conoci
miento. ¿Por qué no encontrar una fuente de certeza que asegure no sólo el
camino del saber, sino de la vida misma? ¿Acaso la razón está imposibilitada
para emprender este escabroso camino? ¿Por qué un pensador de la talla de
Descartes se ve en la encrucijadade plantearse el problemade la existenciade
Dios, no sólo como respuesta a una inquietud intelectual y teórica, sino que
sirviese de orientación a su propia vida? Seguramente que estas inquietudes
tuvieron que ver con su propia formación y con preocupaciones vitales. Por
eso, Hans Küng se pregunta: "¿Fue este RenéDescartes (1596-1650) primor-
dialmente un físico o un metafísico, un buen cristiano o un racionalista «car
tesiano», un modernoapologeta de la fe tradicionalo un iniciadorde la incre
dulidad moderna, justamente incluido en el índice por Roma y condenado
por el Sínodo Reformado holandés?" (Küng, 1979:25). Aspectos que contri
buyen a despertar la curiosidad para saber cuáles fueron las razones y el
modo de abordar este tema.
Ciertamente sus escritos, en especial \diSMeditaciones metafísicas, sus
citaron fuertes debates con pensadores -intelectuales y científicos- repre
sentativos de su época al no compartir los criterios de fundamentación

COLMENABIO La Colmena • 123


específicamente plasmados en namientos, realiza también un cierto cuestionamiento a los fundamen
esta obra.* tos de la teología escolástica. Con el surgimiento de la nueva ciencia-
Consideroque la razón funda ciencia moderna- y con sus pretensiones habrá que repensar también
mental que movió a Descartes a la teología. El problema podría claramente expresarse en la relación
escribir los argumentos para de ñlosofía-teología-ciencia o razón-fe-certeza, con la intención de asig
mostrarla existencia de Dios y del narle un lugar propio y específíco a la razón. Labúsqueda de la certeza
alma humana, fue porque sobre y seguridad en el conocimiento traspasalas fronteras delordenintelec
ellos se ediñcaba su pensamien tual e intenta servir de apoyo a la práctica de la vida. Lo que podría
to metañsico. Difícilmente podría denominarse como las razones y repercusiones del ejercicio teórico en
sostenerse la construcción las cuestiones de la vida cotidiana.
cartesiana si hacemos a un lado Elproblema de Dios, desdeel punto de vista ñlosófico, presenta una
o negamos sus argumentaciones diversidad de interrogantes, tales como ¿existe Dios? ¿Quién es Dios?
metafísicas. ¿Puede la razón por sí sola trascender sus propios límites para conocer
Otra razón que descubrimos al Trascendente? ¿Se puede tener una visión intuitiva de Dios? ¿No es
sobre la investigación acerca de Dios más bien una ilusión, una invención o un refuto creado por el
Dioses su alejamiento de la filo hombre? ¿Cómo saber con certeza si Dios existe?, entre otras muchas
sofía aristotélico-tomista, cuyos cuestiones.
fundamentos juzga que son cada Parece que la situación acerca de Dios, para el hombre de hoy, ha
vez más inseguros; de ahí la ne cambiado; así lo percibe y expone Hans Küngen su obra ¿ExisteDios?
cesidad de la construaión de un Respuestaalproblema deDiosen nuestrotiempo, al afirmar: "Hoy ya no
método que asegure y garantice es menester estar en contra de Dios por el mero hecho de estar a favor
la validez de todo conocimiento. del geocentrismo y la evolución, la democracia y la ciencia, el liberalis
Las ciencias que se habían cons mo o el socialismo. No; hoy, al contrario, es posible estar a favor de la
truido sobre los principios de la verdadera libertad, igualdad y fraternidad, a favor de la humanidad,
ñlosofía escolástica, con funda liberalidad y justicia social, a favor de la democracia humana y del pro
mentos poco ñrmes, no podían greso científico controiado, precisamente porque se cree en Dios. Hace
ofrecer nada seguro y ningún co algún tiempo un premio Nobel inglés debió responder a la pregunta de
nocimiento verdadero. En estos si creía en Dios: «Ofcourse not, I am a scientist!»" (Küng, 1979:21). El
mismos términos, a pesar del autor dice que ahora, precisamente, la respuesta a esta pregunta ha de
gran respeto que manifiesta por ser lo contrario: «Of course, I am a scientist!».
la teologíaal sentirse incapaz de Paradójicamente el verdadero conocimiento para Descartesse cons
someter las verdades reveladas a tituye tanto en el punto de partida comoen el punto de llegada. Yéste
la debilidad de sus propios razo- ha de ser un conocimiento cierto, incuestionable, evidente e indubitable
que se postule así en el fundamento de todo conocimiento.
Antes de introducirnos directamente a la exposición de las argu
I Qfi'. EugenioCarin, Descanes. Críti mentaciones propuestas por el propio Descartes, considero conveniente
ca, Barceiona, 1989. Aquf ei autor hacer algunos señalamientos protocolares a la misma lectura. Veo las
nos presentauna ampliainformación
sobre ios debates, objeciones, críti Meditacionescomo un lugar privilegiadopara que la mente se introduz
cas y respuestas a ios propósitos ca en ese estado de contemplación reflexiva trascendiéndose a sí misma
plasmados en las Matítadones, so
y buscando dar razones a cuestiones trascendentes.
bresaliendo aquella álgida polémica
con Gassendi. entre otros, donde se Se nos presentan exigencias indicadas por el autor como requisitos
alude, principalmente, a la inconsis necesarios para no alterar, tergiversar o invaiidar sus reflexiones, tales
tencia de sus ñjndamentaciones. Éste
parece ser ei objeto principal de la
como la lectura completa, con seriedad y sin precipitación para la com
crítica a la obra cartesiana. prensióny enjuiciamientode sus ideas;apertura de la mente para perci-

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bir la rigurosidad de sus reflexiones y respuestas puntuales a situacio tidos,donde, sin embargo, es
nes presentadas en su Discurso del método. ciertoque las ideas de Dios y
El alejamiento de ios sentidos y de ios prejuicios sólo tiene razón del alma no han estado nun
ca. (Descartes, 1984:100)
dentro de una reflexión metafísica. Para quienes, de entrada, niegan la
Ningún sentido puede asegurar
posibilidad de reflexiones de tai naturaleza, las argumentaciones
nos la verdad de las cosas o la
cartesianas son inválidas. Este distanciamiento del orden empírico no
certeza del conocimiento, si no in
niega ni invalida el conocimiento sensible, pero sí lo trasciende. Es de
terviene nuestro entendimiento.
cir, el conocimiento basado o dependiente de ios sentidos no puede ser
Más allá del conocimiento de
punto de apoyo para consideraciones metafísicas.
los objetos exteriores, de los que
El sentido persuasivo de las argumentaciones, ai que se reflere Des
se puede dudar hasta de su mis
cartes, es por su relación con la verdad,ya que puedehaber persuasio
ma existencia, está el conocimien
nes que nos alejen de la misma. La persuasión, dentro de las Meditacio
to del yo como una "cosa que
nes, sólo tiene cabida en este sentido.
piensa",queduda, que niega, que
aflrma, que imagina y que sien
Exposición del argumento:
te. Ésta parece ser una primera
A) De la duda a la certeza verdad cierta e indubitable. Por lo
que debemos dejamos persuadir
La tercera meditación la dedica el autor a tratar puntualmente la exis por la evidencia de nuestra razón
tencia de Dios. Sin embargo, el punto de partida es la duda que tiene y no por la imaginación o los sen
como propósito alcanzar una verdad indubitable. De donde se Inflete tidos. De donde podemos inferir
que no se trata de una duda escéptica, sino de una duda con miras a dos cuestiones interesantes. Pri
lograr un conocimiento seguro, cierto, que se convierta en el cimiento mero, aquello que aparentemen
de todo el ediflcio cartesiano. te se nos presenta de modo evi
La construcción de un sistema permanente de conocimientos, dice dente, seguro, cierto, a través de
Descartes, debe edificarse sobre una base firme, sobre principios sóli los sentidos, no sólo es objetode
dos, no sobre opiniones o cuestiones dudosas. La tarea es ardua y debe duda con respecto al conocimien
iniciarse con decisión. Para una edificación de tai naturaleza debemos to de su naturaleza, sino de su
someter a duda todo conocimiento, iniciando con el que depende de ios misma existencia; se trata de una
sentidos. Sabemos que este conocimiento es imperfecto y limitado, que duda radical. Pero, ¿por qué du
sólo se afianzan en él ios que no pueden elevarsu mente, más allá de su dar de la existencia delos objetos
propiaimaginación, considerando queesto es lo únicocierto y verdade exteriores? Dice Descartes, porque
ro. Loque hasta ahora hemos aceptado comoabsolutamente cierto es lo si en algunas ocasiones los sen
que hemos percibido por los sentidos, pero como en ocasiones éstos nos tidos nos han engañado respecto
han engañado, es prudente que no nos fiemos siempre de ellos. Sin a la naturaleza de éstos, ¿porqué
embargo, distanciarse de los sentidos y someterlos a duda no es cosa no dudar de su existencia que
sencilla, esto es, dice Descartes, también es percibida por los sen
[...] lo que hace que haya muchos que estén convencidos de que es tidos? La segunda, si podemos
difícil conocerlo, o incluso conocerlo que es su alma, es que no elevan dudar aún de la existencia de los
nunca su espíritu más allá de las cosas sensibles,y están tan acostum objetos exteriores ¿cómo es que
brados a no considerar nada sin imaginario, lo cual es una manera de no podemos dudar de nuestro
pensar particularpara las cosas materiales, que todoio que no es ima
propio pensamiento, que se nos
ginable, les parece que no es inteligible. Cosa bastante manifiesta en la
presenta de manera más comple
máximaque admitenios filósofos en las escuelas, según la cual no hay
nada en el entendimiento que no haya estado primeramente en los sen ja? Porque, dice, cuando me doy

COLHENABIO LaCoimena- -• 125


cuenta de que puedo dudar de los precisamente, donde Descartes hace aparecer la Idea de Dios que es, en
objetos exteriores y de su existen última instancia, quien garantizaque no siempre meengaño ni Él pue
cia, caigo en la cuenta de que de de engañarme. La idea del ser sumamente perfectoe infinito, que impli
lo que no puedo dudar es de que ca su existencia, debe necesariamente ser veraz y bondadoso, de lo con
dudo, de que pienso, de que soy trario no sería Dios. Un Dios embaucador y mentiroso es imposible.
una sustancia que piensa. Deeste Siendo Dios, dice, un ser sumamente bueno, que me ha creado tal como
modola primeraverdad que se me soy, no puede engañarme con respecto a que soy una sustancia que
presenta como evidente, indefini piensa, ni tampoco hacer que siempre me equivoque, lo que repugna a
damente, es que soy una cosa su bondad; pero, sí puedepermitir que en algunas ocasiones meengañe
pensante. Pero,¿por qué tengo la puesto que soy imperfecto, falible, de lo contrario debería ser perfecto e
certeza de que soy una substan infalible como Dios. Sin embargo, no soy falible siempre, pero tampoco
cia pensante? ¿Cómo es que so soy infalible. La idea del ser absoluto, eterno, omnipotente, bueno, del
bre esta cosa que soy, no me en que dependemos, razón de nuestra existencia, no puedecorresponderal
gaño? ¿Cómo asegurarme de que ser que nos haya hecho falibles siempre. De este modo nos asegura que
existe la posibilidad de obtener la existencia de Diosy la del alma confirman la certeza de nuestro cono
conocimientos ciertos y de que no cimiento.^
siempre me engaño? ¿Cómo o Se puedeo no aceptarla idea deeste seromnipotente, peroen "cuanto
quién me asegura que esta cues menos potente sea el creador que asignen a mi origen, tanto más proba
tión es indubitable? ¿Acaso no bleserá queyo sea tan imperfecto que siempre me equivoque" (Descar
puede haber algún Dios engaño tes, 1980:51). Es aquí donde Descartes introduce la idea del genio ma
so, si es que existe, que me enga ligno que no puede identificarse con el ser absolutamente bueno, sino
ñe? Esta duda sutil, que es pro que se trata de una especie de embaucador que busca, por todos los
ducto de una simple opinión, lo medios,hacermecreerque siempre me engaño; pero,dice: "procuraréal
lleva a plantearse la pregunta menos con resuelta decisión, puesto que está en mi mano, no dar fe a
sobre la existencia de Dios y so cosas falsasy evitar que este engañador, por fiierte y listo que sea, pue
bre la naturaleza del mismo, que da inculcarme nada" {Ibid.-.5Z).
tiene la capacidad para engañar En términos semejantes Hans Küng se refiere a la idea del Dios bue
me, a lo que responde: "debo exa no y veraz, que es incompatible con la idea del genio maligno; que,
minar, tan pronto como se me pre además, siendo el ser perfectodebe necesariamente existir. "SiendoDios
sente ocasión, la cuestión de si veraz y bueno, el hombre puedeestar seguro de sí mismoy de las cosas
Dios existe, y, en el caso de que materiales que le rodean. Dios con su veracidad y bondad garantiza a
exista, si puede ser engañoso, su vez la seguridad dela razónporélcreada, si ésta se aplica rectamen
puesto que, si se dejan de lado te, esto es, claray distintamente. Yo puedo estar seguro de que lo que
estas cuestiones, paréceme que conozco claray distintamente (portanto, no simplemente cualesquiera
no puedo cerciorarme de ningu cualidades de la materia, como el calor, la fuerza, la dureza) no es ni
na otra cosa" (Descartes, engaño ni apariencia, sino que es verdadero y, en consecuencia, existe"
1980:69). El fundamento de la (Küng, 1979:41). Esto viene a confirmar lo que establece en su tercera
verdad de las cosas en sí, está en regla, expuesta en su obra Reglaspara la dirección del espíritu, donde
Dios mismo, ser perfectoy abso dice que sólo podemos aceptar comoobjeto verdadero de conocimiento
lutamente veraz. Lo que se dedu lo que intuimos clara y evidentemente o inferimos con certeza, tal y
ce de tal reflexión es que la exis como procede la ciencia.
tencia de Dios viene a ser la ga
rantía de las demás verdades, 2 Sobre eltema delaexistencia del alma y sunaturaleza (Inmortalidad) nome ocupo eneste
exentas de toda duda. Es aquí. momento, si lo mencionoes en razón de que Descartes mismo así lo hace en su obra.

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La duda como sistema y como método está al inicio de este camino, se presentan las substancias fi
camino que la mente ha de recorrer para llegar a la verdad. Se trata de nitas" (Descartes, 1980:73), esta
una duda metódica, hiperbólica, no escéptica, como ya lo mencionamos bleciendo así una distancia abis
anteriormente. mal entre la substancia divina y
Un ejemplo claro de la duda como método la encontramos en la Pri las substancias finitas. Pero, ¿por
mera Meditación,donde establece una división respectoa los conocimien qué esta afirmación? Porquepara
tos: los que tienen su origen en los sentidos y los que procedendel enten Descartes las ideas no sólo pro
dimiento. En relacióncon los primeros, podemos todavía distinguir entre vienen del exterior, de las cosas
los objetos lejanos y los objetos cercanos, de estos últimos tenemos una que están fuera de mí (adventi
percepción clara, no así de los lejanos. Aún las representaciones de las cias); también hay ideas que pro
evidencias sensoriales como son la propiedad de mis manos y de mi cuer vienen de mí mismo, que son
po, descansan en las ideas más simplesdelentendimiento humano como creadas por mí (ficticias); además,
son la figura y el número, con lo que Descartes privilegia el conocimiento hay otras ideas que ni vienen del
proporcionado por la geometríay la aritmética. exterior ni provienen de mí, sino
son innatas, en donde se encuen
B) De la naturaleza de las ideas a la idea de Dios tra la idea de Dios, entre otras.
Pero, como las ideas deben co
Cuando Descartes, en su Discurso del método, presenta a Dios como rresponder a la naturaleza de la
garantía de la cienciay de la realidad del mundo asegura que hay cosas causa, es decir, cada una de las
de las que no se puede dudar, como por ejemplo la posesión de un cuer ideas no puede ser superior o más
po, la existencia de los astros o de la tierra, a no ser que sea un hombre perfecta a la causa que las pro
extravagante. Mucho menos podemos dudar cuando se trata de una duce,luego si hay una idea supe
certeza metafísica, misma que no puede negarse, a no ser que se haya rior en mí, esto quiere decir que
perdido la razón. Porque, ¿cómo sabemos que los pensamientos que no sólo yo existo, sino que nece
nos vienen en los sueños son falsos y aquellos que tenemos despiertos sariamente debe existir un ser su
no lo son, si con frecuencia aquellos son más vivos y expresivos que perior a mí, que es causa de esa
éstos? Afirma que por más que los mejores espíritus estudien esta cues idea que se encuentra en mí. Sien
tión jamás podrán suprimir dicha duda, si no es presuponiendo la exis do yo un ser imperfecto no pue
tencia de Dios.
do engendrar la idea de perfec
Porque, primeramente, aquello mismo que he tomado antes como una
ción, por lo que esta idea segura
regla, es decir, que ias cosas que concebimos muy clara y muy
mente procede de una naturale
distintamente, son todas verdaderas, solamente es seguro porque Dios
es y existe, y porque es un ser perfecto, y todo lo que es en nosotros za verdaderamente más perfecta
procede de éi; de donde se sigue que, siendo nuestras ideas o nociones que yo e incluso que tiene en sí
seres reales y que proceden de Dios, en todo aquelloen que son claras y todas las perfecciones que puedan
distintas no pueden ser sino verdaderas. (Descartes, 1984:104) pensarse, y este ser no puede ser
¿Cómo podrían ser las ideas verdaderas, por más que sean claras y dis sino Dios.
tintas, si no tienen la perfecciónde ser verdaderas? Al dilucidar sobre Dios dice:
POreso, al abordar el tema de la naturaleza de las ideas nuevamente Bajo la denominación de Dios
se ve en la necesidad de hacer alusión al tema de Dios. Sin duda, es comprendo una substancia
cierto, dice, que las ideas que me presentan substancias tienen mayor infinita, independiente, que
realidad objetiva que las que representan modos o accidentes, razón por sabe y puede en el más alto
grado, y por la cual he sido
la que "tiene más realidad objetiva la idea por la que concibo a Dios
creado yo mismo con todo io
como un ser eterno, infinito, omnisciente, omnipotente, creador de to
demás que existe, si es que
das las cosas que existen, excepto de sí mismo, que aquellas por las que existe algo más. Todo lo cual

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es de tal género que cuanto llas ideas que el pensamiento encuentra en sí, sin intervención alguna
más diligentemente lo consi de impresión sensible. Y, específicamente la idea de Dios es innata por
dero, tanto menos parece ha que ha sido puesta por el mismo Dios en nosotros, como el artista im
ber podido salir sólo de mí. prime su huella en su obra. A partir de esta consideración Descartes
De lo que hay que concluir
habla de la semejanza del hombre con Dios. Aquí podríamos pensar que
que Dios necesariamente
el texto bíblico, donde se dice que el hombre ha sido hecho a imagen y
existe.
Porque aun cuando exista en
semejanzade Dios, encuentra una explicación a la manera cartesiana.
mí la idea de substancia por A partir de esta conceptualización de las ideas, al modo cartesiano,
el mismo hecho de que soy podemos inferirdos cuestiones: primera, que antes de Descartes las ideas
substancia, no existiría la o esencias eran trascendentes al espíritu humano, en conexión con los
idea de substancia infinita, inteligibles o in re-, segunda, a partir de él, la idea verdadera, innata,
siendo yo finito, si no proce
consecuentemente garantizada por la veracidad divina se hace inma
diese de alguna substancia
nente al espíritu humano.
infinita en realidad. (Descar
tes. 1980:78) Sobre esta concepción acerca de las ideas se le hace la siguiente
objeción: la función de la idea nos aleja de la realidad, pues el conoci
Siguiendo esta lógica, Juan Car
miento es conocimiento de la cosa misma y no de la idea, así por ejem
los García Borrón, en la presen
plo un árbol es un árbol y no otra cosa. Crítica que tiene sentido desde
tación que hace del Discurso del
otra perspectiva filosófica, pero no desde la propuesta cartesiana para
método, dice que para Descartes
quien la verdadera realidad es la idea.
es más importante demostrar la
Cuando Descartes somete a consideración su oba Meditaciones me
existencia de Diosantes que la del
tafísicas, enviándola al decano y doctores de la Facultad de Teología de
mundo, pues éste (Dios) es la ga
París, expresa abiertamente su propósito: demostrar la existencia de
rantía metafísica del criterio mis
Diosy la inmortalidad del alma por vía estrictamente racional, de modo
mo de verdad. Así, en estos tér
que los infieles no encuentren excusa alguna por no haber llegado al
minos, dice, desarrolla su idea de
conocimiento de estas verdades. Se trata de argumentos demostrativos
la existencia de Dios: "nuestro co
al igual o mejor que los argumentos geométricos, lo cual no quiere decir
nocimiento, que es imperfecto,
que por ser demostrativos todos los entiendan, sino sólo aquellos que
tiene la idea de la perfección, esto
logren liberarse de los prejuicios y de su alianza con los sentidos. Es tan
es, de Dios; pero, dado que lo per
determinante esta demostración, que no sólo alcanza al mundo intelec
fecto no puede derivarse de lo im
tual, sino que sin ella también perderían su sentido las virtudes mora
perfecto, la idea de la perfección
les y su práctica en esta vida.
no puede sobrevenirsino del mis
En el análisis que hacen a la obra, integrantes de la Universidad de
mo Dios; no es una idea adventi
París plantean dos objeciones de las que el autor se ocupará y dará
cia, provenientede los objetosex
respuesta en el Prefacio al lector. Respecto a la primera, responde que
ternos, ni tampoco7?cftcw, es de
cuando la mente reflexiona sobre sí misma y descubre que es una cosa
cir, creada por uno mismo arbi
pensante, no quiere decir que su naturaleza o esencia sea sólo una cosa
trariamente; la idea de Dios es
una idea innata, que no deriva de
que piensa, excluyendo cualquier otro atributo que se le pueda asignar
a la naturaleza del alma, sino que, en este proceso auto-reflexivo, el
la voluntad, sino de la facultad
alma se percibe a sí misma sólo como cosa pensante, es decir, como
de pensar" (0?-.Descartes, 1984).
cosa que tiene en sí misma la posibilidad de pensar. "La segunda es que
Cabe aclarar que para Descar
del hecho de que yo tenga la idea de una cosa más perfecta que yo, no se
tes todas las ideas que se forman
sigue que la idea misma sea más perfecta que yo, y mucho menos que
con ocasión de las impresiones
sensibles se llaman "adventicias",
exista aquello que se representa por la idea" (Descartes, 1980:38). A la
que responde que, dicha objeción proviene de una doble consideración
en cambio las innatas son aque

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equívoca acerca de la idea: 1) la idea considerada materialmente, como Dios muchas otras cosas, ningu
producto delintelecto, no puede ser más perfecta queyo-por las razo na de las cuales puedo yo quitar
nesya expuestas anteriormente-y, 2) la ideacomo objetivo, es decir, en ni mudar" (Descartes, 1980:102).
cuanto la cosa representada por el intelecto, no hay razón para que no Nuevamente, la idea de Dios no
puedaser considerada más perfecta queyo,en razónde su propia esen puede ser ficticia, es decir, que
cia, puesto que la naturaleza de cosa pensada no depende de quien la dar al arbitrio de nuestro propio
piensa. Otra cosa es sostener que ese ser representado exista. Es aquí pensamiento. Entendida en estos
donde se estableceuna conexióncon el llamado "argumento ontológico" términos, la ¡dea de Dios, para
de san Anselmo, que se encuentra en su o\)xdi Proslogium, en la que se Descartes, es la más clara y defi
presenta "la ¡dea mayor que la cual nada puede pensarse" y que se nida que la razón puede llegar a
asemeja a la idea objetiva de Descartes. En ambos casos, esta idea no conocer, después de una reflexión
depende del sujeto quela piensa, sinoquela idea existe independiente e investigación diligente, a pesar
mente de queel sujeto la piense o no y, másaún, si se trata de la idea de los prejuicios y de las imáge
perfecta, ésta necesariamente existe, de locontrario no correspondería nes de las cosas sensibles que
a la idea perfecta. Enestesentido, claramente sedefine queno todas las asedian al pensamiento.
ideasexisten porque las pensamos, sinoque las pensamos porque exis Si la existencia de Dios depen
ten, que es el caso de la idea de Dios. Y, al igual que pasa con el argu diese de nuestro pensamiento
mento de san Anselmo, se puede inferir que es más perfecto existir que tendríamos que pensarlo a nues
solamente ser pensado, por lo que si hablamos de la idea perfecta, ésta tra imagen y semejanza, y enton
necesariamente debe existir en la realidad y no sólo en el pensamiento. ces sí podríamos decir que Dios
Porque siyo me imagino o pienso algo absolutamente perfecto pero no existe porque lo pensamos, pero
tienela existencia, entonces noes lo perfecto, ya que carece de la perfec Dios tendría que ser de la misma
ción de existir. En términos de san Anselmo es más perfecto existir en la naturaleza que nosotros. Siguien
realidad que existir sólo en el pensamiento. do esta lógica no podríamos pen
La gran diferencia entre el argumento anselmiano y el cartesiano sar a Dios como un ser todopode
está en que, para san Anselmo "la idea mayor que la cual nada puede roso, infinito y perfecto, sino en
pensarse" presupone la fe, es decir, primero la aceptamos por la fe y consonancia con nuestra propia
posteriormente argumentamos racionalmente en su favor; en cambio, naturaleza tendría que ser imper
en Descartes esta idea del ser perfecto se desliga totalmente de la fe y fecto y finito, tal y como somos
sólo mediante el recurso de la razón podemos argumentara favor de la nosotros.

misma existencia. Éste podría ser el privilegio otorgado porDescartes al Respecto a esta cuestión ten
uso exclusivo de la razón, sin que esto atente -como ya dijimos ante dríamos que concluir que para
riormente- en contra del saber a través de la fe. Descartes, no porque pensemos a
Este mismo argumento lo expone y desarrolla en la quinta medita Dios por eso existe, o no porque
ción. Enella nos dice que si tenemos la idea de Dios como el ser perfec dejemos de pensarlo por eso no
to, éste necesariamente existe; en Élesencia y existencia son insepara existe, o no porque no podamos
bles. Su ser es existir y existir es su ser. La necesidad de esta unión no entenderlo, es decir saber cómo es
proviene de las cosas ni del propio pensamiento, sino de la naturaleza Él, poresonoexiste; independien
misma de ese ser supremo. Para reforzar esta idea, de una naturaleza temente de que lo conozcamos o
verdadera e inmutable, exponetres razones: "primero,porque no puedo no. Diosexiste; pero, no basta con
yo pensar ninguna otra cosa a cuya esencia pertenezca la existencia, afirmar su existencia, es necesa
excepto Dios; segundo, porque no puedo pensar dos o más dioses de rio argumentar sobre la misma, o
este tipo, y porque, aceptado que exista uno sólo, veo claramente que es sea descubrir las razones propues
necesarioque exista desde la eternidad; y por último, porque percibo en tas por Descartes para hablar de

COLMENJUUO LaColmena - -• 129


este modo de la existencia de Dios. extensas y otras cosas que existeny son accidentales, pero lo que se me
Puesto que la idea de substancia presenta de manera más clara y evidente es la substancia de Dios.
es mayor que la del accidente, y la En los ejemplos utilizados. Descartes nos presenta algunas verda
idea de substancia infinita y eter des segurísimas para el pensamiento basadas en las matemáticas y en
na que yo tengo no procede de mí, la geometría. Pero, cuando habla de la verdad de la existencia de Dios,
necesariamente debe proceder de ésta se constituye en el fundamento de las otras, así lo manifiesta cuan
una substancia de la misma na do dice: "advierto que la certidumbre de las demáscosas depende hasta
turaleza:infinita, eterna,perfecta, tal puntode esto mismo, que sin ellonada puedejamás conocerse de un
por lo cual Diosexiste en razón de modo perfecto" (Descartes, 1980:103). Segúnesto, la verdadde la cien
la naturaleza de esa substancia cia está garantizada por la verdad de la existencia de Dios que se me
que nosotros tenemos. presenta de manera absolutamente evidente. "Por lo tanto, veo que la
¿Por qué pensar en la existen certidumbre y la verdad de toda ciencia dependen tan sólo del conoci
cia de Dios como la ¡dea más cla mientode Dios, de modoque nada podríaconocer perfectamente antes
ra, definida, real? La realidad de deque lo hubiera conocido a Él" íjbid.ú05).
las ideas que pensamos está de
pendiendo de la naturaleza de los C) Sobre el origen de la idea de Dios
objetos o cosas pensadas, es de
cir, la realidad de una cosa pen Otrade las cuestiones no menos importanteque tiene que explicar Des
sada que es accidental, su objeti cartes eselorigen deesa idea, esdecir, cómo esqueha llegado la idea de
vidad será accidental; la natura Dios a su mente. Estaideano procede dela propiaimaginación ni de las
leza de una substancia, distinta cosas exteriores, por razones evidentes; Dios no puede identificarse con
de la accidental, tendrá que ser un objeto sensible ni puede ser producto de un ser finito e imperfecto,
superior por ser substancia, lue por lo tanto esta idea proviene del mismo Dios, es decir, es una idea
go entonces el grado de objetivi innata puesta por el mismo Dios en mí. Con lo cual nos presenta el
dad de la substancia es mayor que sentido que el autor le asigna a lo innato y que debe aplicarse
el grado de objetividad del acci específicamente a la idea de Dios: ésta es puesta por el mismo Dios en
dente. Si estoy pensando, preci nosotros. "No es de extrañar que Dios, al crearme, haya puesto en mí
samente, esta idea de Dios como esa idea, como elsigno delartífice impreso en su obra, y noes necesario
ser eterno, infinito, inmutable, que ese signo sea una cosa diferente de la obra en sí" (Descartes,
que corresponde a la substancia 1980:84). Apartir de lo cual elautor se refiere a la semejanza que hay
de tal naturaleza, entonceselgra entre elhombre y Dios. Somos semejanza deDios, en razón dequeÉl ha
do de ser de esa substancia ten puesto esta idea suya en nosotros, idea que revela el ser mismo de Dios.
drá que ser mayor, por lo tanto lo Asícomo el escultor deja impresa su huella en la obra de arte, así tam
primero y más claro que se me bién Dios dejó impresa su huella a través de esta idea. Con lo que res
presenta a la mente es esa subs ponde Descartes a la pregunta del origen de la idea de Dios en la mente
tancia. Después de que yo conci del hombre. Haciendo usode la facultad natural que poseo, puedo per
bo esta idea como clara, defini cibir esa imagen puesta por Dios en mí. "Toda la fuerza del argumento
da, real, como la substancia divi reside en admitirque no puedeser queyo exista, siendode tal naturale
na, infinita, entonces puedo in za como soy, a saber, teniendo en mí la idea de Dios, si Dios no existiera
ferir que hay otras substancias, también en realidad" (Descartes, 1980:84-85). El punto culminante es
como que yo soy una substancia que yo no podría concebir a Dios, si Dios no existiese, porque sería
que piensa, pero que no soy infi absurdo que yo pensase la idea de Dios sin que Él fuese algo real y
nito ni eterno; además, puedo existente. Descartesentiende esta captación de Dios, por vía del recurso
deducir que hay otras susbtancias natural, como la forma de contemplación más perfecta a que pueda

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aspirar el hombre en este estado de vida presente. contrario nos estaríamos refirien
Noes que Descartes cierrela posibilidad de llegar a la contemplación do a un ser cuya existencia de
de Dios porotro camino, que él llama expresamente el de la fe. Porla fe pende de otro. Por lo cual, si ese
el hombre puede contemplara Dios, pero este camino de contemplación ser tiene el poder de existir por sí
es priviiegiado y extraordinario, que no depende de la facultad del jui mismo, debe poseer en acto to
cio. Se trata de un camino que, en términos teológicos, se denomina das las perfecciones que concibo
sobrenaturai, que, finalmente, para Descartes, marca el destino último que existen en Dios.Elretomo en
del hombre. Pero,en el estado de vida presente, la razón no puede aspi la serie causal no explica el prin
rar a otro conocimiento mayor que no sea el de Dios, y, éste también lo cipio de existencia, es necesario
denomina camino de contemplación. La reflexión es un camino de con llegar a la última causa, que será
templación. indudablemente Dios, primera
Las ideas innatas, en general, se caracterizan por tener una esencia causa o causa incausada. Y, con
inmutable e imponersea nuestro pensamiento; éste puede dar razones cluye al respecto: "Por lo tanto,
de ellas; pero, la ideade Dios constituye una excepción, de ellano pode no puede haber aquí ninguna di
mos descubriren nuestro ser pensante una razón suficiente de su pre ficultad, sino que se ha de con
sencia. Por eilo, no basta decir que la idea de Dios es una idea innata, cluir que del hecho solamente de
que está en mí, sino esnecesario saber que hasidopuestaporÉlen mí. que exista, y de que posea una
A pesar de que la descubro por la facultad natural de la razón, sin em cierta idea de un ser perfecto, es
bargo, la razón deesa idea nose encuentra en esa facultad natural. No decir, Dios, se demuestra eviden-
es suficiente que la idea de Dios esté presente en nuestra mente para tísimamente que Dios existe"
que su existencia sea inmediatamente evidente, es necesario probarla. (Descartes, 1980:84).
Puesto que he llegado a conocer algunas perfecciones que yo no tenía Si me pregunto sobre la natu
en mí mismo,es necesarioaceptarla existenciade otro ser,más perfecto raleza de mi propio ser y sobre el
que yo, del que he adquirido todo lo que yo no tenía. Si no fuese así, origen de mi existencia, y me des
tendría que admitirque en mí existíanya dichas perfecciones, convir cubro como una substancia que
tiéndome así en un ser infinito, eterno, inmutable, omnisciente, omni piensa y como una substancia
potente, etcétera, poseedor de todaslas perfecciones que debía advertir que no tiene la razón de su exis
en Dios. Así, para sabersobre la naturalezade Dios, era suficiente ana tencia en sí, entonces necesaria
lizarias ideasqueexistíanen míy atribuirle a Dios toda perfección {0r. mente se me debe presentar la
Descartes, 1984:96-100). idea del ser que existe en sí y por
¿Por qué pensar en la existencia de Dios como la idea más clara, sí mismo, es decir, del ser que da
definida y reai? Descartes señala varias razones, pero, porel momento, razón de toda existencia.
sólo nos concentraremos en la siguiente. Siendoyo, diceDescartes, una
substancia que piensa, de lo que estoy absolutamentecierto, me descu Conclusión
bro también como un ser dependiente, es decir, como un ser cuya exis
tencia depende de otro ser, puestoqueyo no mehe dadola existencia a Si deseamos ver cuál fue la reper
mí mismo. De no ser así, dice: "Si mi existencia procediese de mí mis cusión del pensamiento cartesia
mo, no dudaría, no desearía, ni me faltaría nada en absoluto; puesto no en la historia, bástenos tomar
que todaslas perfecciones cuyas ideas existen en mi mente melas ha en consideración que con élse ini
bría dado a mí mismo, y de tal manera yo sería Dios" (Descartes, cia este movimiento de la época
1980:81). Pero, ¿por qué atribuir necesariamente el origen de esta moderna y que difícilmente se
causalidad a Dios? ¿Porqué no pensar en los padres o en cualquier otro puede prescindir de él. En pala
tipo de causalidad? Porque en cualquiera de ios casos se tiene que en bra de Hans Küng: "Con Descar
contrar una causa que tenga el poder de existir por sí misma, de lo tes llega la conciencia occidental

COIHENASIO LaColmeiia- 131


en su evolución crícica a un pun conciuyente de modo definitivo, lo cual no significa que pueda ser ne
to epocal, hicode una nueva épo gado o anulado sin más; el argumento tiene su propia consistencia ló
ca. El lugar de la certeza primi gica y sólo puede ser pensado y analizado desde la perspectiva de su
genia es trasladado de Dios al autor, para quien las ideas no eran simples conceptos, sino tenían su
hombre. Y esto quiere decir que estatuto ontológico propio, es decir, la idea constituía la realidad
ya no se pasa, al estilo medieval, primigenia.
de la certeza de Dios a la certeza Sin pretender provocar una ruptura ni mucho menos una contradic
de sí mismo, sino, al estilo mo ción entre la fey la razón, entre la filosofía y la teología, sino solamente
derno, de la certeza de sí mismo una delimitación de campos, prefiero inclinarme por ia visión de Küng
a la certeza de Dios" (Küng, al respecto cuando dice "más fácil es, qué duda cabe, descender a la
1979:42), Se percibe una clara in certeza de sí mismo desde la certeza de Dios presupuesta por la fe que,
versión del teocentrismo al al contrario, ascender a la certeza de Dios desde la certeza de sí mismo
antropocentris-mo, aunque, por demostrada por vía filosófica" (Küng, 1979:66). Con lo que, consecuen
el momento, todavía este temente, el pensamiento de Descartes nos revela la posibilidad de un
aniropocentrismo cartesiano en doble orden de conocimiento: el de la fe y el de la razón, el de la teología
cuentre su fundamen-tación en y el de la filosofía. Orden de conocimiento que será rigurosamente ana
Dios. lizado y fuertemente vituperado por gran parte de los pensadores de la
El mismo Hegel, en sus Lec Ilustración, donde la validez de todo saber deberá estar acreditada por
ciones sobre la historia de laJilo- la razón y sólo por la razón. LC
softa, refiriéndose a este vuelco
radical que sufre el pensamiento
filosófico, dice:
Con Cartesio entramos [...] en
una filosofía propia e inde
pendiente, que sabe que pro
cede sustantivamente de la
razón y que la conciencia de
si es un momento esencial de
la verdad. Esta filosofia eri
gida sobre bases propias y pe
culiares abandona totalmen
te el terreno de la teología
filosofante, por lo menos en
cuanto a! principio, para si
tuarse del otro lado. Aquí, ya
podemos sentirnos en nues
tra casa y gritar, al fin, como
el navegante después de una
larga y azarosa travesía por
Bibliografía
turbulentos mares; ¡tierra!
(Hegel, 1981:252) Descartes, René (1980), 9^ ed.. Meditaciones metqpsicas. Buenos Aires, Aguilar.
¿Qué podemos decir delargumen (1984), Discurso áet método. Madrid. Editorial Sarpe.
to cartesiano sobre la demostra (1984). Reglas para ¡a dirección de! espíritu. Madrid. Alianza Editorlai.
ción de la existencia de Dios? Garin. Eugenio Descartes. Crítica. Barcelona.
Pienso que por este camino, ei de Hegei, G. W F. (1981), Lecciones sobre ¡a historia de lafilosofía III. México. FCE.
la razón, ningtín argumento es Hans. Küng (1979), 4= ed., ¿Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro
tiempo. Madrid, Ediciones Cristiandad.

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