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A la luz del siglo xx, prevalecía con densidad la fuerza del poder en el partido político

civilista. Así mismo, con la llegada de Augusto Bernardino Leguía y Salcedo al poder, buscó
transformar y renovar la sociedad peruana. Para empezar Leguía contaba con una sólida
experiencia política. Seguidamente fue nombrado ministro de hacienda, poco tiempo
después fue catapultado como Mandatario de la Nación. También en este período solían
realizar malas prácticas políticas, no sólo por el golpe de estado de Leguía, sino también
por sustituir la Constitución para sus fines releccionistas. Para ello se persiguió y fusiló a
sus opositores. Mientras tanto en el campo económico el Perú fue crédito de préstamos
internacionales especialmente de EE.UU. A continuación, explicaremos más sobre el
tema:
Durante los años 1919 y 1930 el Perú estuvo gobernado por Augusto B Leguía. Quien
instauró un régimen autoritario al que se le denominó Patria Nueva. Este régimen se
caracterizó por la modernización, el desarrollo de una economía capitalista y la
promoción de los valores culturales del mundo anglosajón. Al regresar Leguía a Lima en
1919, lanza su candidatura para las elecciones generales en donde él se mostraba como
un político moderno, identificado con la clase media y con una preocupación social,
entabló buenas relaciones con los estudiantes y prometió recuperar Tacna y Arica. Todas
estas propuestas que dió a relucir para su gobierno lo llevo a la victoria electoral. "(...) los
oponentes se habían debilitado progresivamente debido a las tensiones políticas de años
anteriores. Los civilistas acostumbrados a repetir viejos errores, postularon una vez más
a Antero Aspillaga, todavía tan conservador y poco carismático como siete años atrás. Su
candidatura no tuvo consenso dentro del partido y muchos recordaron con ironía que un
mínimo considerable de civilistas ni siquiera lo había apoyado en 1912 contra Billingurst.
Además, tanto los constitucionalistas como los liberales parecían favorecer a Leguia"
(Planas. 1999b, pp. 107-109). Así, con todo a su favor Leguía se preparó para asumir la
presidencia del país. Sin embargo, una conjura oligárquica, que hasta ahora no ha sido
probada, buscó quitarle el poder político de las manos, ante estas circunstancias Leguía
realizó una meditada y radical maniobra política el 4 de julio de 1919 al tomar por asalto
el gobierno de José Pardo. De esta manera, con el apoyo del ejército dio un golpe de
Estado, tomó el Palacio de Gobierno y disolvió el congreso. Posteriormente, convocó una
Asamblea Nacional para que redactara una nueva constitución que fue aprobada en 1920
buscando legitimar un gobierno cuyo origen no era democrático. Esta nueva constitución
reemplazaría a las de 1860, la cual hasta ese entonces había sido la más larga en la historia
republicana, inspirada en la constitución mexicana de 1917. La nueva constitución
aseguraba la vigencia de libertades en reunión, de comercio y de prensa. En este sentido,
la constitución establecía la creación compresa regionales, la mejora de las condiciones
laborales; así mismo, la educación gratuita. Sin embargo, el gobierno de Leguía no
respetaba estos derechos. “Pero quizá la verdadera novedad de la nueva constitución fue
la selección de consernimiento llamadas GARANTIAS SOCIALES (...). Leguía pensaba que
el Estado debía tener un mayor rol en los ámbitos económicos y social. Las primeras
secciones regulaban las relaciones de propiedad, por razones de "interés nacional”,
restringir la adquisición y transferencia de ciertos tipos de propiedades si esto era
determinado como necesario” (García Belaunde, 2006a. pp. 351-352). En el año 1923
Augusto B Leguía logró que la constitución sea modificada por el congreso aprobando la
reelección inmediata y en1927 modifica nuevamente la constitución para volver a ser
reelegido.
Durante la patria nueva se aplicaron políticas económicas y sociales; esto se da mediante
la modernización del Estado. Mediante el aumento y expansión nacional de la burocracia
generaba una recaudación de tributos el cual, quienes más pagaban la subida de los
tributos fueron los más pobres. Por otro lado, el estímulo de las actividades económicas
tales como la industria y la construcción se dan mediante una fuerte inversión públicas
en obras de irrigación favoreciendo a la clase agrícola. Sin embargo, la minería y
agricultura siguieron siendo base de la economía del país. Por otro lado, se dio tambien
la aplicación de la legislación social, de modo que favorecía a la clase media mediante
las leyes de protección a los empleados públicos. En segundo lugar, se desarrolló un
discurso indigenista oficial como el reconocimiento legal de las comunidades indígenas,
como también la creación del patronato de la raza indígena. Leguía se interesó por el bien
indígena y busco explotarlas dichas ideologías para sus propios fines. " Así una de sus
primeras acciones fue tomar medidas en contra de los exportadores de los indígenas: los
gamonales. [...] El Estado busco convertirse en el "intermediario" en las disputas de
propiedad entre terratenientes y campesinos. Esto no solo le permite al gobierno
proteger y controlar al campesino, sino también le da el mecanismo clave para integrar
al campesino a la economía capitalista" (Klaren, 2004. p.307) Implantó el Día del indio,
pero que resultó un acto político con poca sustancia. Leguía aprobó leyes a favor de esta
población, pero estas normas nunca se pusieron en práctica; no obstante, les otorgaron
a los indígenas nuevos mecanismos legales para defenderse. En cuanto a los sectores
populares, como son los pobladores urbanos empezaron a tener una vida cada vez más
confortable, en especial la clase alta y los sectores de clase media. Por último, impone
medidas a favor de grupos marginados: ley de ocho horas laborales, arbitraje laboral y
establece el salario mínimo.
Durante el gobierno de Leguía el capital norteamericano desempeñó un papel importante,
tanto en el sector público como privado, pues Leguía creía que el país se beneficiaría
económicamente en un largo plazo. Una de las preocupaciones del presidente de la época para
convertir al Perú en un país moderno fue desarrolar la economía atrayendo la inversión
extranjera. Buen conocedor del mundo financiero, en fundador de la Patria Nueva sabía que la
banca norteamericana atravesaba por un periodo de bonanza y que el gobierno de
Washington veía con buenos ojos a los gobiernos “desarrollistas” dispuestos a garantizar las
inversiones extranjeras. Esto se produjo mediante la incursión de capitales norteamericano
mediante inversiones y endeudamiento (en 1919 la deuda era de 25 millones pasando a 221
millones en el año 1929). De las cuales la penetración de la inversión norteamericana se dio
principalmente en la minería donde controlaron el 97% de las exportaciones mineras Cerro de
Pasco Coming Company. Seguidamente, el petróleo, de manera que se gozó de privilegios
fiscales por el uso de subsuelos (Petroleum Company). A fines del año 1929 las exportaciones
norteamericanas significaron el 45% del consumo interno. Gran parte de las obras públicas
en Lima (se pavimentaron las calles, se construyeron avenidas, se construyeron algunos
de los principales edificios públicos, se desarrollaron las urbanizaciones, se construyeron
muelles y malecones, se inauguraron monumentos y estatuas en los centenarios de la
independencia durante los años 1921 y 1924) fueron financiamientos norteamericanos.
"Más allá del endeudamiento que implica cualquier préstamo, los bancos internacionales,
principalmente estadounidense, exigían a cambio de sus servicios, condiciones que pocos
países hubieran aceptado en aquel entonces. Antes de otorgarlos los préstamos, muchas de las
instituciones financieras querían conocer más sobre las políticas económicas que Leguía
planteaba seguir [...] " (Klaren, 2004. p.303). Leguía inició una política de préstamos
mediante el sistema de bonos que para 1930 colocaron al Perú en una situación
delicada de sobrendeudamiento peligroso para la nación René Gabriel Yépez
Huamán. (s.f.). [PASADO DEL PERU]. Recuperado 30 enero, 2018, de
http://pasadodelperu.blogspot.com/2008/01/el-oncenio-de-legua.htmlDe este modo,
impulsó el crecimiento de la burocracia, diversificando y ampliando el aporte industrial. Muy
aparte de lo antes mencionado, existieron desventajas sobre construcciones de masivas obras
públicas donde generaron la aparición de nuevos ricos para la especulación en la ve tan de
terrenos, además de corrupción.

En síntesis, todo el contexto de 1919 le fue propicio a Leguía, el desprestigio del partido
civil, la insatisfacción de las demandas sociales, la línea excluyente y racista de los
gobiernos de entonces, ayudaron a que la población y las tendencias de fuerza del
momento vieran en Leguía la mejor posibilidad ante el desconcierto generalizado. Así, a
principios del siglo XX la escena política peruana se ve sorpresivamente consternada por
la presencia de un régimen dictatorial cuyo protagonista buscó perpetuarse en el poder
tomando una serie de medidas en contra del orden constitucional del país. Durante el
régimen de Leguía el papel del capital norteamericano influyó bastante, ya que el Perú
dejó de depender de la economía estadounidense, debido al fortalecimiento de la
economía norteamericana.

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