You are on page 1of 2

Ondas Electromagnéticas La Nueva Frontera

La década de 1890 fue la época donde Tesla creo muchas obras y cosas. En esos años investigó en el
campo de las ondas electromagnéticas y sus posibles aplicaciones, realizando descubrimientos
adelantados a su tiempo que no fueron bien comprendidos.
Apunto en tantas direcciones que dejó inconclusas muchas investigaciones. La experiencia acumulada
en esos años le llevó a la gran obsesión de su vida: la transmisión inalámbrica de energía.

Introducción
En 1889 Nikola Tesla visitó la Exposición Universal de París, donde el físico e ingeniero alemán Heinrich
Rudolf Hertz acababa de demostrar la existencia de las ondas electromagnéticas. Las conversaciones
que tuvo Tesla con sus colegas de en París aumentaron su impaciencia por profundizar en aquella nueva
línea de investigación, diversas complicaciones retrasaron su investigación.
En esta década las actividades de Tesla fueron diversas. Experimentando en numerosos campos y
realizando giras en Estados Unidos y Europa presentando su visión del futuro, convencido de que la
misión de la ciencia era mejorar el mundo y de que el conocimiento debía ser de dominio público. Pero
el mayor problema fue el esparcimiento de sus investigaciones, ya que exploraba diversos campos a la
vez.

El descubrimiento de la energía inalámbrica


Hacia 1890 Tesla trabajo en un diseño perfeccionado de lámpara que pretendía ser más eficiente que la
bombilla incandescente de Édison. La nueva lámpara de Tesla consistía en un conductor montado en un
receptáculo lleno de gas inerte. Generaba una luz de origen nuevo y distinto: despedía un brillo más
intenso sin calentarse, cosa importante ya que las bombillas perdían el 95% de su energía en forma de
calor incandescente. Los últimos prototipos generaban luz a partir de la fosforescencia del gas
rarificado, produciendo una luz muy clara sin filamento ni combustión. Eran antecesores de las lámparas
fluorescentes.
En noviembre de 1980, al poner en marcha uno de sus prototipos de oscilador eléctrico, Tesla advirtió
que sus lámparas brillaban sin estar conectadas a la corriente. Entendió que las ondas
electromagnéticas transmitían la energía eléctrica a través del aire, sin contacto físico para la
introducción de carga. La clave de este fenómeno se conoce actualmente como resonancia eléctrica.
Inmediatamente Tesla comenzó a especular sobre la posibilidad de transmitir electricidad de manera
inalámbrica con la misma seguridad y eficiencia de los cables. Tesla entro de lleno en un campo que le
fascinaría para siempre: la transmisión inalámbrica de energía eléctrica.
Tesla comenzó a hacer experimentos con la esperanza de captar con ellos las llamadas ondas hercianas
(ondas electromagnéticas). Con el tiempo fueron evolucionando sus experimentos para captar señales
de radio y, sin acabar de conocer exactamente su naturaleza, microonda y rayos x.
El 20 de mayo de 1891, a los 35 años, Tesla presento sus primeras conclusiones sobre energía
inalámbrica en una conferencia ante el AIEE. Sus asistentes vieron atónitos como Tesla encendió sus
lámparas sin cables y las movía por toda la habitación. Nunca patento ni comercializo estos primitivos
fluorescentes, que aun tardarían 50 años en aparecer en el mercado como producto comercial.

Las Ondas Electromagnéticas


La noción de onda es tal vez una de las aportaciones más interesantes de la física del siglo XIX. Una onda
es la propagación de la perturbación de una propiedad de un medio involucrando el transporte de
energía, pero sin que se transporte la materia. La materia no se desplaza, sino que vibra transmitiendo
la perturbación contigua, recorriendo así grandes distancias.
En 1873 James Maxwell público su Tratado de Electricidad y Magnetismo, en el que mostraba las
indisolubles relaciones entre ambos terrenos. De hecho, existía un solo campo de fuerzas que los
unificaba: el campo electromagnético. Maxwell fue capaz de calcular la velocidad con que se propagan
las ondas electromagnéticas en el vacío, y quedo asombrado al hallar un valor igual al de la velocidad de
la luz. Aquello significaba que la luz era una onda electromagnética. Hoy en día se sabe que las ondas
electromagnéticas se propagan sin necesidad de un medio, pero, la velocidad de propagación depende
del medio; en el vacío, es igual a la velocidad de la luz. Murió en 1879 sin confirmar sus teorías.
En 1885 fue cuando Hertz logro obtener en su laboratorio ondas electromagnéticas con todas las
propiedades previstas por Maxwell. Demostrando que la luz era una onda electromagnética. En la
siguiente década muchos investigadores pensaron que sería factible emplear esas ondas hercianas para
transmitir mensajes de un lugar a otro. La tarea de completar el espectro electromagnético y
determinar sus aplicaciones ocupo el cambio del siglo XIX al XX.

El Espectro Electromagnético
Las ondas electromagnéticas se distinguen unas de otras por su energía específica, la cual viene dada
por su longitud de onda y su frecuencia. El espectro electromagnético es el conjunto de todas las ondas
electromagnéticas en base a una distribución energética.
Las ondas de radio ocupan la porción menos energética del espectro electromagnético. Su longitud de
onda es tan larga que pueden viajar sin ser absorbida o dispersada.
Las ondas electromagnéticas por debajo de los 30 cm de longitud de onda se denominan espectro de las
microondas. Son solo lo suficientemente largas como para transportar señales por el aire con posibilidad
de concentrarlas en un haz dirigido para transmitir señales con seguridad y privacidad.
En la zona intermedia del espectro esta la luz, o espectro visible. Con longitudes de onda entre 400 a
700 nanómetros.
Más allá del territorio de las ondas directamente observables por hombres o animales, se extiende un
territorio de radiaciones de longitudes de onda extremadamente cortas y cargadas de grandes
cantidades de energía. A continuación, están los rayos x, los rayos gamma y los rayos cósmicos.

La Bobina de Tesla
Tesla estaba seguro de que era necesario adentrarse en el inmenso territorio de las oscilaciones
eléctricas si se querían comprender la sinfonía del cosmos y después conquistarla.
Gracias a su triunfo con la corriente alterna, durante su década de esplendor, disfruto de una
considerable capacidad financiera que le permitió adentrarse aún más en sus investigaciones.
Con la intención de alcanzar picos de potencia muy altos desarrollo la bobina que llevaría su nombre; un
transformador resonante de alta frecuencia que se volvió imprescindible en los laboratorios de
investigación científica.
Tesla desarrollo diferentes modelos. Generalmente, sus bobinas generaban tenciones de
radiofrecuencia muy elevadas que dan lugar a espectaculares descargas eléctricas en el aire que pueden
alcanzar varios metros.
En la época en que Tesla desarrollo sus primeras bobinas, la única fuente de alta tensión disponible era
la bobina de inducción de Ruhmkorff. La primera parte de la bobina de Tesla estaba compuesta por los
elementos habitúales de la bobina de Ruhmkorff. Pero en la suya los condensadores consistían en placas
móviles introducidas en aceite. Cuanto menores eran las placas, mayor era la frecuencia generada por
estas primeras bobinas La idea de sumergir el equipo de alto voltaje en aceite para aislarlo se expendio
rápidamente hasta convertirse en el sistema universal de aislamiento para todos los aparatos de alta
tensión.
Para reducir la resistencia de las bobinas Tesla recurrió a conductores trenzados, con dos cables
separados y aislados (conocidos hoy como hilo de Litz). Como nunca encontraba el momento de
patentar sus aparatos o sus métodos, este hallazgo también se difundió sin producirle ningún beneficio,
porque años después otros lo comercializaron.

You might also like