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Todos podemos llegar a notar cuando estamos molestos, o cuando nos comportamos de forma
rencorosa y vengativa. Sin embargo, ¿sabemos identificar bien la situación que nos hace
enfadarnos? ¿Cómo podemos aprender a enfadarnos y a mostrar nuestro enfado en el momento y
con la persona adecuada? Todo requiere de trabajo personal.
Aprender a enfadarnos es un reto que muchos no superan. Aprender a enfadarse es aprender a
tolerar la frustración y saber canalizarla de forma adecuada para no desviarla ni que afecte a más
campos de los que debe ni más tiempo del que se le permite. Enfadarse requiere de un trabajo
intrapersonal, es decir, con uno mismo, e interpersonal, con los demás.
Pongamos un ejemplo para entender la importancia de saber enfadarse. Una pareja tiene una
discusión en casa, se gritan lo que cada uno piensa y se deja así el tema. Uno de los miembros de la
pareja llega a su trabajo y ante un pequeño fallo de los subordinados echa la bronca sin permitirle
réplica.
Esta persona, ante la imposibilidad de demostrar por qué cometió ese error, llega a casa y se enfada
con su hijo por no obedecer a la primera y es castigado. El hijo a su vez, cuando vuelve al colegio
discute con un compañero porque le habla mal. Así podríamos hacer una cadena interminable que
podríamos haber finalizado con la pareja resolviendo el problema hablando y defendiendo cada uno
su punto de vista.
ESTILOS DE ENOJO
1. Estilo pasivo
Muchas personas se guardan el enfado sin ser conscientes de que lo están reprimiendo. Esto no es
positivo, puesto que puede generar ansiedad al no desahogarnos. Lo positivo es que no se exaltan
con facilidad, lo que les da la posibilidad de reflexionar en vez de actuar de forma agresiva. Este
estilo encaja muy bien con las personas que sufren depresión.
2. Estilo pasivo-agresivo
Este es el estilo «bomba» donde reprimimos nuestro enfado, pero sabemos que tarde o temprano
explotaremos. También, se puede presentar este enfado en forma de indirectas o muestras de
sarcasmo muy sutiles.
3. Estilo explosivo
La persona explosiva salta en cualquier momento sin reprimirse. Su nivel de tolerancia es muy bajo,
por lo que ante cualquier frustración pegará y herirá hasta desahogarse. Son las personas que
necesitan dar golpes en la mesa, un puñetazo contra una pared o lanzar palabras hirientes.
4. Estilo ganador
Una persona con estilo ganador sabe expresar verbalmente su enfado. Lo hace después de entender
lo que le sucede y el motivo por el que se ha enfadado, para después expresarlo a la persona
correcta sin ser nada agresivo.
¿Cuál es tu estilo? Tras saber esto, debemos pensar qué estrategia escoger cuando nos enfadamos.
No debemos olvidar que cuando estamos enfadados actuamos sin pensar, por eso es necesario
reflexionar previamente.
1. Interroga a tu enfado
¿Por qué me he enfadado? ¿Tengo motivos? ¿Qué debo hacer ahora? Estas son preguntas que le
debemos hacer a nuestro propio enfado. Si lo pensamos bien, quizás no tengamos motivos para
estar enfadado o, al menos, para darle tanta importancia. Muchas veces, podemos dejar pasar
aquello que nos enfada, pero si no es así continuemos con el siguiente paso.