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EL IMPERIO ROMANO

El Imperio es el sistema en el que el poder político real estaba en manos de


un solo individuo, el emperador. Se inauguró con el emperador Augusto. El
Senado quedó limitado a ser un órgano de apoyo de ese poder político.
Se denomina Alto Imperio al periodo que va de Augusto a Diocleciano y Bajo
Imperio el que tiene lugar entre Diocleciano y la caída del Imperio Romano
en Occidente.

EL ALTO IMPERIO (27 A.C-305 D.C)

Entre los años 14 y 68 los herederos de Augusto, se van sucediendo en el


poder: Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Esta sucesión dinástica se vio interrumpida por la guerra civil que, en el año 68,
se libró entre los tres emperadores que gobernaban en ese año. Este primer período de crisis que vive el Imperio será
superado por los Flavios.

A los Flavios les sucedieron los Antoninos (96-193), nombre genérico que se da a los emperadores Nerva, Trajano,
Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo, con una política similar a la de los Flavios.

Con Septimio Severo se inauguró la dinastía de los Severos (197-235), en


la que se encontraba él mismo, Caracalla, Macrino, Heliogábalo y
Alejandro Severo.

El poder absoluto de Roma, capital del Imperio, se fue debilitando con el


tiempo. Entre los años 235 y 300 la única prioridad de Roma fue la
defensa de las fronteras del Imperio de los continuos ataques de los
pueblos bárbaros y de los que provenían del imperio sasánido de Persia. La presión de estos pueblos motivó que el
ejército asumiese el poder a partir del 235, momento que se conoce como Anarquía militar y que duró unos cincuenta
años. Estos emperadores soldados tenían como única finalidad la lucha contra los enemigos del Imperio.

La consecuencia de estas guerras fue el encarecimiento del mantenimiento del ejército y el alto grado de
endeudamiento para mantenerlo, lo que llevó al empobrecimiento de la población y a la pérdida de su identidad y sus
valores. Un aspecto de su pérdida de identidad fue la crisis religiosa, por la invasión de nuevas religiones orientales.

La persecución de los cristianos por Diocleciano, también llamada Gran Persecución, no fue más que un intento de
eliminar los peligros a los que se enfrentaba el imperio.

En el año 284 una revuelta militar salvó al Imperio, proclamándose Diocleciano emperador. Durante su gobierno se
instauró la Tetrarquía, sistema por el cual el imperio se repartía entre dos augustos y dos césares.

Diocleciano abdicó en el año 305 demostrando la ineficacia del sistema tetrárquico sin alguien de peso que lo dirija.

El Bajo Imperio (305-476)

Desde la abdicación de Diocleciano, en el 305, se sucedieron una serie de luchas que se prolongaron hasta el 312,
cuando Constantino se convirtió en el único emperador de Occidente y último emperador del imperio unificado.
Instituyó el cristianismo como religión oficial del Imperio.
En esta etapa se produce el traslado de la capitalidad del Imperio a la antigua ciudad de Bizancio, reconstruida y
ampliada por decisión del emperador. Bizancio, desde el 8 de noviembre del 324 (fecha de su inauguración) pasó a
denominarse Constantinopla o ciudad de Constantino.

Más tarde Teodosio dividió el Imperio entre sus dos hijos Arcadio y Honorio surgiendo el Imperio Romano de Occidente
y el Imperio Romano de Oriente.
LA CIVILIZACION ROMANA
1. La actividad económica

La agricultura, era la actividad básica, se basó en el cultivo de cereales,


vid, olivo, frutas y hortalizas. Los romanos construyeron embalses y
acequias para el riego, usaron el arado con reja de hierro y
el barbecho. Para obtener la harina utilizaron molinos de agua y prensas
para el vino y el aceite.

En los inicios de Roma la propiedad de la tierra estaba en manos de


pequeños propietarios libres y de algunos grandes propietarios en
cuyos latifundios utilizaban esclavos. Con la expansión los grandes
latifundios proliferaron por los territorios conquistados por Roma, mientras
que fueron desapareciendo los pequeños propietarios. El centro del
latifundio era un conjunto de edificaciones llamado villa. Muchas de estas
villas a partir del siglo III se hicieron residencias permanentes de grandes
familias ricas que construyeron en ellas suntuosas mansiones.

La producción artesanal era otra actividad económica importante. Se


desarrollaba en las ciudades, donde se encontraban los talleres, y
sorprende la gran variedad: talleres de tejidos, joyerías, perfumerías, panaderías, talleres de vidrio, herrerías, cuero,
de eleboración de objetos de bronce, cerámicas... Esta actividad artesanal se extendió por todas las ciudades del
Imperio, que se fueron especializando en determinados productos y permitieron un floreciente intercambio.

2. La sociedad romana
La sociedad romana se fue transformando a lo largo del tiempo, pero siempre se fue
desigual y esclavista. Durante la República la sociedad romana estaba
dividida en dos grupos de ciudadanos, con diferente origen: los patricios y
los plebeyos.

 Los patricios eran los ciudadanos romanos en pleno goce de sus derechos,
participaban en el Senado y ocupaban los altos cargos políticos y militares. Su
organización se fundaba en la gens (familia extensa), vivían sobre la base del
derecho patriarcal, poseían la tierra y solucionaban sus problemas en los
comicios curiales.
 Los plebeyos, en principio, estaban privados de derechos políticos, es posible que su origen estuviera en
poblaciones forasteras (etruscos, latinos...) establecidas en la ciudad. Eran pequeños propietarios, campesinos,
comerciantes y artesanos, que solo después de numerosas luchas consiguieron magistrados que defendían sus
intereses (Tribunos de la plebe), el acceso a los comicios y al derecho al voto.

Los extranjeros, incluso los de ciudades sometidas por Roma, y las mujeres (ya fueran patricias o plebeyas) eran
considerados no ciudadanos, no podían participar en la vida política.

Además, como la gran mayoría de las civilizaciones antiguas, la romana era una sociedad esclavista.
Los esclavos eran prisoneros de guerra o hijos de esclavos. Se consideraban propiedad de su dueño y caracían de
derechos. Sin embargo, podían comprar su libertad o ser manumitidos por sus dueños y pasaban a ser libertos.

La alimentación y el vestido.

La alimentación dependía naturalmente de la situación económica.


Se tomaba un desayuno al salir el sol que solía consistir en pan seco o mojado en vino,
y a veces se añadía pasas, olivas o queso.
El almuerzo se hacia a las once y era una comida fria con pan, ensalada, olivas, queso,
frutas, nyeces y carne fria. No era muy elaborada.
La comida principal era la cena a media tarde y para las personas con cierto estatus
social era el acto de relaciones sociales más importante. Las cenas eran tan elaboradas
como permitieran las posibilidades.
4. La Religión y la Cultura.
La Religión romana.

La religión romana consistía en un conjunto de cultos, especialmente de dos clases:


privados (doméstico) y públicos (relacionados con el Estado). Los romanos eran politeístas
y asimilaron numerosas religiones y dioses extranjeros.

El culto doméstico.

En cada familia se rendía culto a los dioses y espíritus protectores de la familia:

- Los lares eran dioses protectores de las familias, las casas y los campos.

- Los manes, protegían a los antepasados.

- Los penates eran los protectores de los alimentos y del fuego doméstico.

En las casas romanas había un pequeño santuario, llamado lararium, en el que el pater familias dirigía las
ceremonias y ofrendas.

La cultura.

Los romanos dejaron una herencia cultural que en muchos aspectos ha llegado a nuestros días. La cultura romana fue
el resultado de elementos procedentes de civilizaciones como Grecia, Egipto o Mesopotámia que los romanos hicieron
suyas y que transmitieron gracias a la difusión del Latín como lengua común de todos los habitantes del Imperio.

5. El arte romano

LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO

Si hablamos de la caída del Imperio Romano nos solemos referir al fin del Imperio de
Occidente, cuyo territorio fue invadido por pueblos bárbaros. Este acontecimiento marca el
inicio de la edad media y el fin de la edad antigua. Tuvo lugar en el año 476 después de Cristo.

Sin embargo, el Imperio Romano de Oriente sí volvió a vivir épocas de gran esplendor. Esta
vez, bajo el nombre de Imperio Bizantino. La caída de Bizancio, su capital, se produjo en 1453
Occidente asediado
La división del Imperio en dos mitades, a la muerte de Teodosio, no
puso fin a los problemas, sobre todo en la parte occidental.
Burgundios, Alanos, Suevos y Vándalos campaban a sus anchas por el
Imperio y llegaron hasta Hispania y el Norte de África.
Los dominios occidentales de Roma quedaron reducidos a Italia y una
estrecha franja al sur de la Galia. Los sucesores de Honorio fueron
monarcas títeres, niños manejados a su antojo por los fuertes
generales bárbaros, los únicos capaces de controlar a las tropas,
formadas ya mayoritariamente por extranjeros.
El año 402, los godos invadieron Italia, y obligaron a los emperadores a trasladarse a Rávena, rodeada de
pantanos y más segura que Roma y Milán. Mientras el emperador permanecía, impotente, recluido en esta
ciudad portuaria del norte, contemplando cómo su imperio se desmoronaba, los godos saqueaban y
quemaban las ciudades de Italia a su antojo.

El saqueo de Roma
En el 410 las tropas de Alarico asaltaron Roma. Durante tres días terribles los bárbaros saquearon la ciudad,
profanaron sus iglesias, asaltaron sus edificios y robaron sus tesoros.
La noticia, que alcanzó pronto todos los rincones del Imperio, sumió a la población en la tristeza y el pánico.
Con el asalto a la antigua capital se perdía también cualquier esperanza de resucitar el Imperio, que ahora se
revelaba abocado inevitablemente a su destrucción.
Los cristianos, que habían llegado a identificarse con el Imperio que tanto los había perseguido en el pasado,
vieron en su caída una señal cierta del fin del mundo, y muchos comenzaron a vender sus posesiones y
abandonar sus tareas.
San Agustín, obispo de Hipona, obligado a salir al paso de estos sombríos presagios, escribió entonces La
Ciudad de Dios para explicar a los cristianos que, aunque la caída de Roma era sin duda un suceso
desgraciado, sólo significaba la pérdida de la Ciudad de los Hombres. La Ciudad de Dios, identificada con su
Iglesia, sobreviviría para mostrar, también a los bárbaros, las enseñanzas de Cristo.

Fin del Imperio Romano de Occidente


Finalmente, el año 475 llegó al trono Rómulo Augústulo. Su pomposo
nombre hacía referencia a Rómulo, el fundador de Roma, y a Augusto,
el fundador del Imperio. Y sin embargo, nada había en el joven
emperador que recordara a estos grandes hombres. Rómulo Augústulo
fue un personaje insignificante, que aparece mencionado en todos los
libros de Historia gracias al dudoso honor de ser el último emperador
del Imperio Romano de Occidente. En efecto, sólo un año después de
su acceso al trono fue depuesto por el general bárbaro Odoacro, que
declaró vacante el trono de los antiguos césares.
Así, casi sin hacer ruido, cayó el Imperio Romano de Occidente,
devorado por los bárbaros. El de Oriente sobreviviría durante mil años más, hasta que los turcos, el año 1453,
derrocaron al último emperador bizantino. Con él terminaba el bimilenario dominio de los descendientes de
Rómulo.
POBREZA EN AFRICA

La forma más extrema de la pobreza es la indigencia. Es una supervivencia sin las necesidades más básicas, como
alimentos, agua o techo. En la región subsahariana de África casi la mitad de la población vive así.

El Continente Africano es el mas empobrecido del mundo, con la excepción de tres, 28 de los países mas pobres se
encuentran en África.

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