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PARA ILUMINAR LA REALIDAD DESDE LA FE

Algunos elementos teológicos y pastorales para avanzar en el Marco Iluminador


del Plan Diocesano de Pastoral 2020-2024

XI Asamblea Diocesana de Pastoral, Seminario Palafoxiano de Puebla


6 de mayo de 2019

Pbro. Lic. Héctor Ramiro Cruz


Pbro. Lic. Rigoberto Aca Cuahuizo
Pbro. Lic. José Margarito García
Panelistas

INTRODUCCIÓN GENERAL
FUENTES DE LA TEOLOGÍA Y DE LA PASTORAL

Entre las fuentes de las que se nutre la teología como ciencia de la fe, se destacan
tres, como las más importantes y las que determinan la autenticidad de la reflexión
teológica: La Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.

Estas fuentes constituyen los paradigmas fundamentales que dan fluidez y avalan
todo el quehacer teológico-pastoral y toda reflexión de la doctrina cristiana, que
pretenda ser ortodoxa y auténtica.

Brevemente trataremos lo que concierne a estas tres fuentes, explicando algunas


de sus temáticas y componentes más importantes.

PRIMERA PARTE
LA SAGRADA ESCRITURA
(Pbro. Lic. Héctor Ramiro Cruz)

1.1 ¿Qué es?

La Palabra de Dios es siempre un Don Actual para nuestro caminar como Iglesia.
En un mundo de tantas palabras, la Palabra que nos viene de Dios es la que
“Reorienta la vida del cristiano en perspectiva de eternidad”.

Cuando la Sagrada Escritura alienta el diálogo con el Señor nos abre a su misterio
de Salvación y al conocimiento de nuestra vocación a la santidad. Es entonces,
cuando se transforma en guía segura para que consigamos la madurez conforme
a la plenitud de Cristo (Ef 4,13).

La Biblia, que es un libro de oración, de meditación y de estudio, es también un


libro de evangelización que suscita la conversión y la transformación de la vida
personal y de la sociedad.

Es por esto que la lectura, frecuente y atenta, de la Palabra de Dios en busca de


los significados del texto bíblico consignados por los autores sagrados debe seguir
el diálogo con Dios para meditar y orar su Palabra y llegar al compromiso de
hacerla vida en la propia existencia, en la Iglesia y en la sociedad.

De esta manera, podemos comprender que la Sagrada Escritura debe


transformarse en el alma de la misión evangelizadora de la comunidad eclesial.

Se trata de que la misión y la acción pastoral de la Iglesia, vivan un contacto


asiduo con la Palabra de Dios, pues “cuando la Pastoral no se nutre
continuamente de la Palabra de Dios, lo cual ocurre frecuentemente, entonces el
Plan de Dios, se vacía de sus auténticas intenciones, se adoptan criterios frívolos
y se confunden la eficacia del Espíritu con ciertas habilidades y trucos que
producen resultados instantáneos” (Cfr. F. Merlos, Pastoral del futuro tensiones y
esperanzas, México DF 2002. 53).

1.2 Nuevos horizontes

Gracias a los horizontes que abrieron las Constituciones “Dei Verbum” y “Lumen
Gentium”, documentos del Concilio Vaticano II, y gracias a la madurez alcanzada
por la Pastoral Bíblica, hoy se busca que la Sagrada Escritura en cuanto que
contiene y ofrece la Revelación divina sea el alma del discipulado y de la Misión
de la Iglesia.

En el Proceso de la comprensión de cómo la Sagrada Escritura nutre toda la vida


y la misión de la Iglesia, podemos reconocer cuatro horizontes, a partir del Concilio
Vaticano II y de los documentos emanados de la Pontificia Comisión Bíblica:

El Primer horizonte: Es el llamando “Apostolado Bíblico”, que se centró en


la difusión de la Biblia y de materiales para su lectura y estudio.

El Segundo horizonte: Es el llamado “Movimiento Bíblico”, fue el despertar


de la formación bíblica.

El Tercer horizonte: Es el de la llamada “Pastoral Bíblica”, aquí se adquiere


una especie de “estatuto” propio dentro de la pastoral de conjunto, y se le
ubica al lado de otras pastorales. Es el momento del desarrollo de los
círculos bíblicos o grupos de reflexión bíblica y de los Colegios Bíblicos.

El Cuarto horizonte: Es el de la llamada “Animación Bíblica de la Pastoral”,


aquí se busca que la Sagrada Escritura ilumine y anime toda la vida de la
Iglesia.

Dado que el Cuarto horizonte nos marca el nuevo rumbo desde el cual se debe
atender la Sagrada Escritura como Alma de la vida y misión de la Iglesia. Ahora
hablaremos de la “Animación Bíblica de la Pastoral”.

El termino Animación Bíblica de la Pastoral comienza a aparecer desde el año


2002. Y en el 2007 los Lineamientos de la Asamblea General del Sínodo de los
Obispos sobre La Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia usan el
concepto para referirse a la necesidad de vivir una Conversión Bíblica de la
Pastoral en la vida de la Iglesia. A partir de estos lineamientos, los distintos
documentos van a proponer que ese sea el nuevo horizonte sobre el que la
Palabra de Dios sea escuchada y vivida en la Iglesia (Vgr. DA 248; Exhortación
Apostólica Postsinodal Verbum Domini).

Esto no significa que deje de existir la animación bíblica como una pastoral
especializada, puesto que se deben ofrecer todos aquellos servicios que hagan
que la sagrada Escritura sea el alma de la evangelización.

La Constitución Dei Verbum nos ofrece una valiosa descripción de la Sagrada


Escritura: es la Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo y
Confiada a la Iglesia para Salvación nuestra y del mundo (DV nn 11 y 21)

A la luz de esta descripción, la Animación Bíblica de la Pastoral tiene que ofrecer


por lo menos tres servicios fundamentales:

A. Como la Biblia consigna por escrito en un tiempo y cultura muy diversa a


la nuestra la Revelación divina, la misión de la Animación Bíblica de la Pastoral es
enseñar a descubrir los significados auténticos de las palabras y acontecimientos
de la Escritura en conformidad a la época en la que fueron escritas.

De esta manera, el primer servicio de la Animación Bíblica de la Pastoral es


ser escuela de interpretación del mensaje revelado que la Biblia contiene, es
decir, ayudar a captar con nitidez el sentido auténtico del texto sagrado como
Buena Nueva fecunda, actual e interpelante.

B. Como la Biblia es Palabra inspirada por el Espíritu Santo, la misión de la


Animación Bíblica de la Pastoral es enseñar a dialogar con Jesucristo, camino que
conduce al Padre, con el mismo Espíritu con que fue escrita.

De esta manera, el segundo servicio de la Animación Bíblica de la Pastoral es


ser escuela de comunión y de oración. Aprender a orar con la Palabra para
llevar nuestra vida diaria el encuentro con Jesucristo y a la vez a poder llevar ese
encuentro con Cristo en la oración con su Palabra a nuestra vida diaria.

C. Como la Biblia es Palabra confiada a la Iglesia para salvación nuestra y


del mundo, la misión de la Animación Bíblica de la Pastoral es ayudar al discípulo
de Jesús a dejarse interpelar por la Palabra, para hacerla vida, y a anunciarla a los
hermanos.

De esta manera, El tercer servicio de la Animación Bíblica de la Pastoral es


ser escuela de evangelización. Ofrecer los valores que surgen del Evangelio.
Poder impulsar al discípulo a empeñarse con ardor renovado en la construcción de
una cultura inspirada en el Evangelio, que toque todas las dimensiones de la vida,
donde la economía, la política y la ecología… estén al servicio del hombre
redimido por Jesucristo.

1.3 Sagrada Escritura y Tradición

La Sagrada Escritura sólo puede ser leída e interpretada en el seno de la Iglesia,


como es Tradición desde los Padres de la Iglesia y confirmado en los últimos
tiempos por el Concilio Vaticano II. Por esto, es necesario continuar ahora con la
Tradición de la Iglesia, quien recibe la Palabra de Dios consignada en la Sagrada
Escritura y quien también nos ofrece la Revelación divina.

SEGUNDA PARTE
LA SAGRADA TRADICION
(Pbro. Lic. Rigoberto Aca Cuahuizo)

Importancia del tema. La Sagrada Tradición se encuentra en el origen de nuestra


fe cuando Cristo se da a sí mismo a través del ofrecimiento de su propia vida; así
se comprende más el hecho de TRANSMITIR. Desde nuestra fe, la revelación de
Dios a través de su Palabra encarnada ofrece (transmite) su auto-donación, la
vida, la salvación.
2.1 La tradición, fenómeno de toda cultura humana
Es un aspecto del hombre el transmitir los contenidos de su realidad, es parte de
su dimensión histórica, por la tradición las culturas se transmiten entre sí lo que
han descubierto y han realizado. De ahí la importancia del lenguaje en su
acepción más amplia. Gracias a la tradición la persona se desarrolla
armónicamente y sólo se comprende a sí misma dentro de ella (auto comprensión
y auto realización).
La Tradición cristiana:
 Para el cristianismo la tradición es elemento de inter-acción. Puede ser
objeto de análisis y de valoración antropológica e histórica por encaminarse
a la auto-comprensión cristiana.
 La importancia de la tradición consiste en su principio encarnacional.
 De ahí la necesidad de transmitir la noticia de este acontecimiento redentor,
la necesidad de la mediación que transmite el evento.

2.2 La tradición en el nuevo Testamento

La base está en Mt. 28, 18-28. Este mandato dirigido a la Iglesia es acompañado
por el Espíritu Santo a fin de mantener puro e íntegro el mensaje (entra el
elemento creativo, una fidelidad creativa).
La autoridad de Jesús supera a los rabinos de su tiempo, critica el pasado para
reafirmar la voluntad de Dios (Mc 1,15).
Jesús y la Tradición
 Critica y reinterpreta la tradición, va al corazón de las tradiciones.
 Jesús distingue entre tradiciones meramente humanas y la voluntad de
Dios: los diez leprosos, el divorcio, el sábado.
 Jesús es consciente de su autoridad: sermón de la montaña; han oído
ustedes que se dijo…
El corazón del evento Cristo
 Mc. 9,31 El hijo del hombre será entregado –transmitir- en manos de los
hombres y ellos lo matarán. La Tradición cristiana es la misma entrega de
Cristo.
 Jn. 19,30 y entregó el Espíritu. El corazón de la tradición es la salvación de
los hombres, comunión con Dios.
 Rm. 8,32 Jesús fue entregado a la muerte; Ga 2,20 Vivo en la fe del Hijo del
hombre que me amó y se entregó por mí.
 Por lo tanto, Jesús es el punto de referencia de la tradición cristiana.
Transmisión del evento Cristo por parte de los apóstoles
El anuncio de la relación de comunión con Dios es el centro del kerigma, los
apóstoles sienten el deber de transmitirlo (col. 1,5-7).
1 Cor 11,23 y 15, 1-3
En su predicación Pablo transmite las palabras de la cena, la resurrección que es
profesión de fe cristiana.
Porque lo mismo que yo recibí y que venía del Señor os lo transmití a vosotros…
Lo que os transmití fue ante todo lo que yo había recibido…
 Pablo se presenta como eslabón de la tradición,
 La tradición no es sólo doctrina, sino transmisión de anuncio de salvación
(Eucaristía y anuncio Pascual)
 La actitud de Pablo ante la ley proviene del conocimiento de Cristo.
 En el NT la transmisión es ininterrumpida (interpretación del Éxodo, y la
salvación a los paganos).
Creciente alejamiento temporal de los orígenes
De aquí proviene la importancia de los primitivos testimonios en los que se
reclama la Tradición y la fidelidad a ella como fidelidad a Jesús.
 El evangelista San Lucas al inicio maraca testimonios encadenados.
 1Tm 4,11 esto es lo que debes recomendar…
 2Tm 1,13.14: esto que viene de Nuestro Señor Jesucristo…
 2Pe 3,2: que vuestra mente sincera recuerde los dichos de los santos
profetas de antaño y el mandamiento del Señor y Salvador comunicado por
vuestros apóstoles.

2.3 La Tradición en la historia


Apostolicidad de la Tradición. La garantía de la fidelidad a la Tradición es la
sucesión apostólica:
 Clemente Romano: sucesión lineal, Obispos, presbíteros, diáconos.
 Ignacio de Antioquía, la estructura de la Iglesia, garantiza el significado
pleno de la Eucaristía.
 Ireneo, subraya la apostolicidad en el contexto de la herejía.
 Tertuliano, señala la apostolicidad como consanguinidad que enseña el
contenido de los apóstoles.
 Después de Nicea, el contenido es lo que importa, concorde con los
apóstoles, la SE, ha de haber un consenso en la apostolicidad como nota
propia de la tradición.
Regula fidei y Concilios. Catolicidad de la Tradición
La regula fidei es la concordancia en el contenido con la doctrina de los apóstoles,
es una especie de regla de la verdad, de credo.
Vicente de Lerins, descubrir la verdad en los santos padres como criterios de
doctrina verdadera a través de su universalidad, antigüedad y consenso
(sincrónico y diacrónico).
Legitimación material y formal de la Tradición
Después de los Santos Padres la legitimación material se pone más en lo formal:
razón de antigüedad, se trata de inmunizar a la iglesia contra toda reforma que
intente cambiar el contenido de los orígenes (cfr. Lutero: sólo es válido lo
proveniente del evangelio directamente, la legitimidad de la SE está por encima de
la estructura; la sagrada Escritura se interpreta a sí misma.
Trento. (Decreto: De libris et de traditionibus)
 Pureza del evangelio, el mismo lenguaje de Jesús, es más evento que
palabras, comulga el evangelio.
 Hay una única fuente de verdad: el Evangelio.
 Contenida EN la sagrada Escritura Y EN la Tradición no escrita.
 El Espíritu Santo dictante, presente en la tradición no interrumpida.
 Trento habla de tradiciones en plural.
 Valoración: negativo, una visión reduccionista tradición=tradiciones, solo
son válidas las que se refieren a la fe y a las costumbres. Positivo: el
evangelio es la única fuente viva de revelación.
Desarrollo posterior
Surgen las posturas y las teorías de las dos fuentes materiales de la Tradición:
evangelio y tradición no escrita que en parte coinciden y en parte no. Lo que
conllevará a afirmar las dos fuentes de la revelación y la propia insuficiencia de
cada fuente.
 Por la insuficiencia material de la SE necesita de la integración de la
Tradición para su interpretación; por lo tanto solo la Iglesia (magisterio)
puede interpretar en verdad la SE. En 1950 Pío XII en Unificentisimus Deus
al hablar de la Asunción de María recurra la Tradición, a la liturgia y al culto
para fundamentar su doctrina.
Vaticano II (DV)
Al hablar de la transmisión de la Revelación distingue:
 La Tradición como proceso y acción de tradiciones y
 tradiciones: contenido (Trento)
 DV 8. La Tradición como conservación (ininterrumpida) de la predicación
apostólica expresada en los libros inspirados, no sólo es una conservación
lingüística (Trento), sino sobre lo que se refiere a la conducta santa del
Pueblo de Dios y su incremento de la fe.
 La misión de la Iglesia es perpetuar la Tradición: lo que es y lo que se cree,
doctrina (fe), vida (moral) y culto (liturgia).
 DV 7, habla del proceso de la comprensión y destaca el aspecto
escatológico de la Tradición, lo que indica la relatividad de la comprensión
actual.
 DV 8. Destaca el papel del Espíritu Santo en la Tradición, incremento de la
comprensión de la Tradición mediante diversos modos y exige criterios a
través de los cuales se pueda discernir la fidelidad a la revelación.
 DV 9. La SE y la T tienen na misma fuente y un mismo fin; la SE es Palabra
de Dios, la T es revelación y transmite íntegramente la Palabra de Dios. La
T no trata de introducir novedades sino de estar al servicio del Evangelio.

2.4 Concepto teológico de Tradición

a) Sujeto de la Tradición.
La Tradición puede entenderse como la auto-transmisión de la Palabra de
Dios desde el Espíritu Santo por medio del servicio de la Iglesia para la
salvación de toda la humanidad. Es Dios quien se expresa, presente en
Jesucristo encarnado y vivo en su Iglesia. El sujeto ministerial es la Iglesia
con su dimensión pneumatológica.
b) Contenido de la Tradición.
Contenido constitutivo: la auto-comunicación de Dios que se revela, el
misterio de Dios en sí mismo para nosotros. Su cumbre es la entrega del
hijo a los hombres.
La acción salvífica de Dios se transmite en: la Palabra (tradición verbal); la
Eucaristía (tradición real).
c) Forma constitutiva.
Es el testimonio de fe de los apóstoles y de la comunidad: la apostolicidad
en la DOCTRINA-FE, en la VIDA-COMUNIDAD, en el CULTO-LITURGIA.
Esta es la triple función que se encuentra en la eclesiología del Vat. II (LG
3), todo cristiano participa de estos tres elementos: sacerdocio (culto),
profeta (fe) rey (vida). De ahí que la SE testimonia la fe apostólica, es
expresión escrita bajo el ES, es norma de la continua Tradición.

2.5 Testigos de la Tradición


La Tradición se refleja en testimonios que dan fe de su presencia viva y actuante
en la comunidad eclesial:
 Los Padres de la Iglesia. Asistidos e inspirados por el Espíritu, poseen una
viva conciencia católica, un hondo sentido del misterio divino: su consenso
unánime constituye regla cierta para interpretar la SE.
 La Sagrada Liturgia. Posee un valor doctrinal incomparable y constituye un
lugar privilegiado en la T porque es portadora de valores dogmáticos, en la
medida en que se convierte en una manifestación de la unanimidad de la fe
de toda la iglesia y es un excelente medio para descubrir lo que pertenece a
la fe revelada; además la oración de la Iglesia es norma de fe, porque es el
dogma vivido.
 Sensus fidelium. El pueblo cristiano, que vive su fe espontáneamente, tiene
la capacidad de expresarla correctamente, constituyéndose en un
testimonio importante de las creencias y, por lo tanto, de la Tradición de la
Iglesia, puesto que el Espíritu Santo suscita y asiste el sensus fidei y el
sensus fidelium, haciendo al pueblo de Dios infalible in credendo.
 Los teólogos en la Iglesia y el consenso teológico son lugares o voces en la
Tradición porque son esenciales en la proposición de la fe. Entendiéndose
por teología la experiencia del misterio de amor de Dios (Jesucristo) con la
luz del Espíritu Santo.
TERCERA PARTE
¿QUÉ ES EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA?
(Pbro. Lic. José Margarito García)
El magisterio de la Iglesia es un servicio, querido por el Señor mismo para la
propagación y la conservación de la Palabra de Dios cuya finalidad es la
trasmisión ininterrumpida de la revelación, adaptándola a las situaciones históricas
y culturales de cada época, para que sea comprensible y accesible.
Veamos algunos textos que nos iluminan: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificare mi Iglesia y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella” Mt. 16, 18
“Sepan que yo estaré con ustedes, todos los días, hasta el fin del mundo”
Mt.28,16.
“yo le rogaré al Padre y él les enviará a un consolador que esté siempre con
ustedes; el Espíritu de verdad. Jn. 14,16.
“Si se mantienen fieles a mi Palabra, serán verdaderamente mis discípulos; así
conocerán la verdad y la verdad los hará libres.” (Jn 8,31-32)
Para que este Evangelio se conservará siempre vivo y entero en la Iglesia,
los apóstoles nombraron como sucesores a los obispos, “dejándoles a su cargo en
el Magisterio” (Iglesia docente). Caminando, pues, la Iglesia, entre las tentaciones
y las tribulaciones, se ve confortada con el poder de la gracia de Dios, que le ha
sido prometido para que nos desfallezca de la fidelidad perfecta por la debilidad de
la carne, antes, al contrario, perseveré como esposa digna de su Señor y bajo la
acción del Espíritu Santo, no cese de renovarse hasta que por la cruz llegue a
aquella luz que no conoce ocaso. (LG. 9)
La Iglesia como cuerpo vivo y pueblo de Dios, necesita de la ayuda del
ministerio eclesial del Magisterio, para poder cumplir con su trasmisión fiel y
perenne.
Por eso el Magisterio se inscribe en la línea de servicio a la Palabra de Dios
y a la Tradición de la fe de la Iglesia. Es por esto que el Papa y los Obispos tienen
una responsabilidad doctrinal ligada al sacramento del orden, son los encargados
de nutrir al pueblo de Dios en la fe, de continuar la obra de salvación comenzada
por Cristo, cuando comprenden internamente los misterios que viven, cuando las
proclaman los Obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad,
llevan a cabo el ministerio para el cual han sido llamados (DV 8)
El Magisterio jerárquico, es a la vez, un carisma y una función jurídica que se
ejercen en fuerza de la misión recibida de Cristo en la ordenación. Se llama
Magisterio eclesiástico la tarea de enseñar, que pertenece en propiedad, por
institución de Cristo, al colegio episcopal o a cada uno de los obispos en comunión
jerárquica con el sumo pontífice, su propósito principal es conservar el sagrado
depósito de la revelación, y de penetrarlo siempre más profundamente, de
exponerlo, enseñarlo, defenderlo, ponerlo al servicio del pueblo de Dios y para la
salvación del mundo entero.
El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, ha
sido encomendado únicamente al Magisterio de la Iglesia, el cual lo ejercita en
nombre de Jesucristo. Pero el Magisterio no está por encima de la Palabra de
Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo trasmitido, pues, por mandato
divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, es decir,
con piedad la voz viva del Evangelio que resuena siempre en sus oídos, porque el
magisterio, en cuanto tal, es creyente, y, por tanto el primero en escuchar la
Palabra de Dios, el magisterio está a la escucha de la Palabra de Dios. Lo guarda
celosamente, guardar santamente el depósito de la Palabra de Dios, significa no
viciarlo, ni suprimir, ni añadir nada. Y como no tiene nada que añadir a la
Escritura, tampoco tiene que hacerlo con la Tradición. Proteger la Palabra de Dios
contra toda desviación, infiltración o herejía. Lo explica fielmente; el oficio de
salvaguardia y defensa no agota la misión de la Iglesia con relación a la Palabra,
debe proponerla a los hombres de todos los tiempos, lo que significa declarar el
sentido auténtico, esclarecer y explicar lo oscuro. A la exposición fiel de la Palabra
está vinculada la misión magistral de la Iglesia, por su magisterio ordinario o
extraordinario. Y de este depósito de la fe saca todo lo que propone como
revelado por Dios para ser creído. Nada propone que no esté contenido en el
único depósito de la fe.
Así, pues, la Escritura, la tradición y el Magisterio de la Iglesia, según el plan
prudente de Dios, están unidos y ligados, de modo que ninguno puede subsistir
sin los otros; los tres cada uno según su carácter, y bajo la acción del único
Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de las almas. (DV 10)
¿Entonces qué hemos de entender por magisterio?
Es el ejercicio de la función de enseñar que compete a un obispo sobre la
comunidad que le ha sido encomendada. El obispo, por tanto, es el maestro
máximo de la fe sobre sus fieles y ejerce el magisterio cuando les enseña el
contenido de la fe.

¿Qué es el magisterio ordinario?


Es la función de enseñar que ejercen los obispos en comunión con el Papa sobre
la comunidad que le ha sido encomendada.
Se llama ordinario, porque se ejerce ordinariamente mediante la catequesis y la
predicación, sin ninguna solemnidad especial.

¿Qué es el magisterio extraordinario?


Es la función de enseñar que ejerce el Papa solemnemente.

CONCLUSIÓN GENERAL
CRITERIOS PARA IMPULSAR LA ACCION PASTORAL ANIMADA POR LA
PALABRA DE DIOS
Estamos aquí Obispos, Presbíteros, Diáconos, Vida Religiosa y Laicos; somos
Agentes de Pastoral, que hemos de animar la evangelización en nuestras
comunidades, para que escuchemos, anunciemos y vivamos dinámicamente la fe
que recibimos, mediante la Palabra de Dios que se transmite, se acoge y se
proyecta por la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.

A partir de lo que hemos escuchado, debemos preguntarnos ¿cuáles son las


características que debemos tener para ser, en nuestras comunidades, esos
Animadores que nos exige hoy la Iglesia?

El texto de los Discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35) nos guiará para la
comprensión:

1.- Debemos de ser hombres y mujeres de fe, que a pesar de las realidades
que vivimos, la Revelación de Dios nos anima y fortalece.

2.- Debemos ser Agentes en Camino, compartiendo la realidad que viven


nuestras comunidades.

3.- Debemos ser Agentes con una visión global de la Sagrada Escritura, la
Tradición y el Magisterio de la Iglesia, para poder dar razón de la fe que
proclamamos, celebramos y vivimos.

4.- Debemos ser Agentes que comparten el pan, que encarnamos el mensaje
de Dios en las situaciones concretas e interpelantes de nuestra historia.

5.- Debemos ser Agentes que favorezcan la sinodalidad, que no busquemos


ser protagonistas sino que hagamos que quienes sean evangelizados asuman
su misión en la Iglesia.

Por lo tanto, nosotros los Agentes Animadores de la Evangelización, debemos


poder releer las Escrituras, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia haciendo
lectura de la realidad que vivimos, llevando así a todos al encuentro con Cristo, de
manera que logremos entrar en su Proyecto salvífico encarnando su Palabra en la
vida. Comprendiendo que la dinámica entonces sólo puede venir de la acción que
Dios realiza y la comunidad de discípulos ha de procurar no obstaculizarla sino
favorecer su acción. La palabra de Dios no es pronunciada para ser en primer
lugar entendida y explicada sino para SER ESCUCHADA Y VIVIDA.
Antes de la proyección-realización de la pastoral está la experiencia kairológica del
encuentro con la Palabra en el contexto concreto. El análisis de la realidad es una
lectura contemplativa de la voz de Dios que habla al hombre en la historia.
Existe una continua relación entre la acción de Dios y la del hombre en la historia
concreta, pero el punto de partida es siempre la acción de Dios, por eso de la
escucha atenta y obediente viene la realización del VER-JUZGAR-DECIDIR como
una acción única en continua convergencia.
Tomar en cuenta que el objetivo de la acción pastoral es entrar en relación con el
Buen Pastor que da la Vida por sus ovejas, de manera que en la
corresponsabilidad del cuidado pastoral toda la Iglesia, Ministros y Laicos procuran
favorecer la acción de Dios en medio de su Pueblo. El cuidado pastoral
corresponde a toda la comunidad mientras que, la guía pastoral corresponde a los
ministros.
La pastoral es entonces una acción de Dios en primer lugar y la realiza por medio
de la revelación. Pues la forma más eficiente y vital como Dios se ha revelado es
su Palabra.
GRACIAS.

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