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DERECHO A LA INTIMIDAD - PERIODISMO DE

PROGRAMAS BASURA

I. INTRODUCCION
En el siguiente trabajo se reflexiona sobre el impacto negativo que genera el mal empleo
de la televisión en nuestro medio y de como afecta de manera directa el derecho a la
intimidad de las personas que están entorno a los medios de comunicación. Revisaremos
su uso y abuso y el fenómeno de la “televisión basura” como uno de los factores que
propician una serie de deficiencias en la mente y la conducta de las personas,. Se
recordarán una serie de importantes investigaciones y conclusiones alcanzadas por
especialistas en el área y plantearemos una serie de recomendaciones para intentar detener
el daño ya iniciado.

¿Todo vale por ganar audiencia?, ¿el público demanda la telebasura?,

¿Justifica el fin de servicio público, de interés ciudadano, cualquier medio empleado en


las transmisiones televisivas de la información de sociedad?,

¿Hasta cuándo los medios seguirán sumergidos en esa especie de “Torre de Babel”, de
“caos mediático”, en el que solo parece que imperan las leyes de mercado, la rentabilidad
económica muy a corto plazo? Pero hay más asuntos en la vinculación de este fenómeno
con la sociedad. El mundo del Derecho en su práctica cotidiana es un importante
indicador de aquellos hechos que determinan la relación social. El panorama actual está
lleno de demandas interpuestas vinculadas a este mundo mediático, pero ¿con qué
respuestas?,

¿Existe un incipiente cambio de valoración cuando el factor mediático y el publicitario


son algo más que una circunstancia en el proceso judicial? Vamos, a continuación, a tratar
de dar una respuesta coherente a estos y otros muchos interrogantes que emergen en el
interior de nuestra actual sociedad democrática.
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II. DESARROLLO

2.1 ¿QUE ES EL DERECHO A LA INTIMIDAD DONDE NO ESTA


INCLUIDO EL PERIODISMO DE PROGRAMAS BASURA?
Si bien es cierto todos estos dos son derechos fundamentales en las personas, el primero
que se encarga de proteger la vida privada de cada ser humano y que no se quiere dar a
conocer a los demás por ser parte de su intimidad y el segundo que trata del derecho que
tienes las personas de obtener información de asuntos determinados para un desarrollo
personal, hasta ahí queda claro que estos dos derechos son fundamentales, pero que pasa
cuando el derecho a la intimidad se ve asaltado por malos periodistas que exponen la vida
de las demás personas sin su consentimiento mostrando información confidencial y
exponiéndose a los medios de comunicación radial, televisiva, escrita etc.

En el presente trabajo nos hemos planteado los siguientes objetivos.

a. Conocer en que consiste el derecho a la intimidad según lo legislado en la


actualidad
b. Conocer en que consiste el derecho a la información según lo legislado en la
actualidad
c. Conocer los conflictos que hay entre el derecho a la intimidad y de como los
programas basura no rigen entre ellos.
d. Analizar de manera critica el derecho a la intimidad y el derecho a la información
en la que se excede la televisión basura.

2.2 EL DERECHO A LA INTIMIDAD


Las personas humanas en su quehacer del día y en su constante interacción con sus
semejantes realizan a diario una serie de actividades a nivel, personas, familiar, amical o
amorosos, actividades que en algunas oportunidades las personas desean mantener de
manera reservada para si mismos o para un numero recudidos de personas con las que
desea compartir esos momentos, hasta ahí todo claro pero que pasa cuando ciertas
personas al no tener conocimiento acerca de determinados asuntos privados de la vida de
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terceros lo divulgan o tergiversan esta información sin importarles el daño que pueden
ocasionar?

El Jurista (Garcia Amigo, 1979) define a la intimidad como “La vida privada de cada
particular es el circulo de actos y actividades personalísimas que forman el núcleo de la
vida”

La constitución, en la que establece mediante el inciso 7, del artículo 2 que establece que

Art. 2°.- Toda persona tiene derecho:

(…) 7. Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familia así como a la


voz y a la imagen propias

El derecho a la intimidad reconocido constitucionalmente por el Perú ha establecido la


proyección de suministrar información que afecte la intimidad personal y familiar por
parte de los servicios informáticos, es decir plasma la inquietud del legislador respecto a
los avances tecnológicos de los sistemas informáticos y su potencial mal uso, contrario al
derecho a la intimidad.

Nuestra constitución política del Perú de 1993 en su articulo 2 inciso 6 establece: -“que
toda persona atiene derecho: a que los servicios informáticos, computarizados o no,
públicos o privados, no suministren información que afecte la intimidad personal y
familiar. ”

El código civil peruano consagra el derecho a la intimidad personal y familiar en su


numero 14 y art. 16 “considera como objeto de protección jurídica tanto un aspecto
especifico vinculado al derecho a la intimidad, como aquel otro al cual la persona otorga
carácter secreto o confidencial. Presentándose lo siguientes situaciones:

1º Si la persona esta viva, basta su asentimiento para que se ponga de manifiesto su


intimidad personal y familiar.

2° Si la persona esta muerta, dicho asentimiento corresponderá a su cónyuge,


descendientes, ascendientes o hermanos, excluyen temente y en su orden.
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En el caso de la correspondencia personal, entendida en su mas amplia concepción, vale


decir, correspondencia epistolar y comunicaciones de cualquier genero; además de las
grabaciones de voz; cuando tengan carácter confidencial o interno se sujetar a lo
siguiente:

1º Se el autor, y en su caso el destinatario están vivos, basta su asentimiento para que


estos puedan ser interceptados o divulgador.

2º En caso de muerte, dichos derechos corresponde a los humanos y a falta de estos, al


juez.

3º La publicación de las memorias requiere del asentamiento de su autor.

a) Si este ha muerto y no ha prohibido su publicación, el asentimiento corresponde a


los humanos, y a falta de ella se recurre al juez.

b) Si este ha muerto y ha prohibido su publicación, esta prohibición sólo tendrá


efecto durante 50 años a partir de la muerte del autor.

Vemos, pues que en el número 16 del código civil; se bien se presentan los casos en los
cuales el sujeto de derecho debe manifestar del asentimiento para la divulgación de
documentos que inciden en su derecho a la intimidad, no se han contemplado los casos
en los cuales no es necesario tal asentimiento. Pienso, junto a Fernández Sessarego que
se debe agregar el articulo siguiente párrafo.

“No será preciso el asentimiento a que se hace referencia en estos casos, cuando la
divulgación de documentos o comunicaciones obedezca afines judiciales o en defensa de
la honra persona o familiar siempre que medie mandato motivado del juez y se adopten
las medidas que garanticen el secreto de los asuntos ajenos al hecho que originan la
exhibición”. (ESPINOZA ESPINOZA, 2004)
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2.3 -PERIODISMO DE PROGRAMAS BASURA


“La televisión basura es la forma cretina que tiene el medio de crear programas
mediocres que miden tu incultura y tu desgracia para igualarla, y jamás potenciar lo
bueno de esta vida” ( Pettinato , 2016)

El término “televisión basura” o “TV basura” viene dando nombre, desde la década de los
noventa, a una forma de hacer televisión caracterizada por explotar el morbo, el
sensacionalismo y el escándalo como palancas de atracción de la audiencia. La telebasura
puede quedar definida por los asuntos que aborda, por los personajes que exhibe y coloca
en primer plano y, sobre todo, por el enfoque distorsionado al que recurre para tratar
dichos asuntos y personajes (tomado de Manifiesto contra la telebasura en (Cieza Puggy,
2016)

Para ( Bueno Martínez, 2003), filósofo español, por televisión basura “se designa a cierto
tipo de programas que se caracterizan por su mala calidad de forma y contenido, en los
que prima la chabacanería, la vulgaridad, el morbo y, a veces, incluso la obscenidad y el
carácter pornográfico”

Bajo una apariencia hipócrita de preocupación y denuncia, los programas de telebasura


se regodean con el sufrimiento; con la muestra más sórdida de la condición humana;
con la exhibición gratuita de sentimientos y comportamientos íntimos.

Hace algunos años apareció en el panorama de la televisión peruana un estilo singular de


llevar entretenimiento. Se trataba de una modalidad televisiva cuyos contenidos se nutrían
de la ridiculización de los invitados, la celebración de los clandestinos encuentros
amorosos y de las infidelidades de alguna figura conocida, y la atención preferente que
otorgaba a los escándalos de toda laya, sin que se pudiera encontrar en sus conductores la
más mínima voluntad de incorporar contenidos que pudieran juzgarse edificantes en
alguna medida.

Andando el tiempo, hicieron furor los programas juveniles centrados en la competición,


que mantenían los mismos patrones basados en la maledicencia, el escarnio, la
deshonestidad y la perfidia, antivalores que a raudales se mostraban como notas
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definitorias de las conductas de sus concursantes. Televisión basura fue el nombre que se
le dio a este grotesco estilo de generar entretenimiento.

Mucho se ha hablado de la televisión basura. Que alberga programas que no contribuyen a


la edificación moral de la juventud y que, por el contrario, fomenta el arraigo de
conductas dañinas en los niños, púberes y adolescentes que siguen las vacías peripecias de
los concursantes; que da cabida a personajes que basan el éxito de sus programas en la
exhibición de situaciones en que la traición, la mala fe, la envidia, la hipocresía y demás
actitudes deplorables son convertidas en foco de atención y principal atracción del
espectáculo; en fin, que deforma y embrutece, y empobrece aún más el frágil vínculo
comunicativo que define las relaciones en las miles de familias disfuncionales en cuyo
seno se irán (de) formando aquellos niños que quizá mañana se transformen en casos de
conductas antisociales. Se la ha criticado muchísimo y se la visto como un problema que
debe ser enfrentado frontalmente. De hecho, en algún momento se organizó una marcha
de protesta exigiendo tomar medidas efectivas que frenen la difusión de estos programas.

Creo que no es falso lo que se dice con respecto a la televisión basura, y que en apretadas
líneas acabo de reseñar. Pero, a un tiempo, creo que la postura desde la cual se la condena
considerándola algo así como un aislado «foco de infección»– es generada a partir de una
mirada que presenta una miopía evidente: se toma el efecto por la causa. La televisión
basura no es un vector de transmisión de podredumbre moral; es, más bien, el síntoma de
una sociedad en que la anomia y la ausencia de una preocupación ciudadana por respetar
un orden de convivencia racional han sido generadas por las raquíticas políticas culturales
y el descuido supino e inveterado de la educación. La podredumbre moral tiene su origen
allí. En nuestro país, las reformas educativas nunca han llegado a buen puerto y han sido
desarticuladas antes de haber podido dar frutos. En el Perú, por lo general, la cultura
humanista, aquella que pone en primer lugar el enriquecimiento espiritual de la persona,
ha sido objeto de escasísima atención; casi siempre, ha sido impunemente soslayada.

El valor atribuido a un producto cultural es relativo: depende de la perspectiva asumida


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III. CONCLUSION
Sin ánimo de ser exhaustivos se puede enumerar una serie de perjuicios que puede
ocasionar la difusión de la denominada telebasura al público en general pero que son
mucho más preocupantes son las personas que se ven expuestas de manera involuntaria
dentro del contenido de estos programas que no se responsabilizan si es que dañan o no la
imagen de la persona a la que están exponiendo, y también a las personas que están
recibiendo la emisión televisiva, por cualquier contenido de que se trate, son menores de
edad. Los niños y jóvenes se encuentran en un período de aprendizaje y por ello deben
interiorizar normas de comportamiento, de urbanidad, o de buenas maneras y nunca los
mensajes derivados de la telebasura. En consecuencia, enumeramos los posibles
perjuicios:

La falta de objetividad, veracidad e imparcialidad de las informaciones y contenidos


televisivos puede acarrear que la sociedad sólo tenga una visión de los hechos con la
consiguiente pérdida de objetividad y con el consiguiente “adoctrinamiento” a través de
los medios. Es una máxima jurídica de que “no se puede sentenciar un pleito sin oír antes
a ambas partes”. La razón es evidente, al escuchar diversos razonamientos contrarios es
posible hacer- se una idea más exacta y más justa de la realidad. Por otra parte, y desde el
ámbito de la epistemología, para llegar a unas conclusiones de investigación o científicas
es previa una formulación de una hipótesis, una antítesis para después una tesis.
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BIBLIOGRAFÍA
Bueno Martínez, G. (2003). Telebasura y democracia. Cada pueblo tiene la televisión que se
merece. Madrid: Ediciones Punto de Lectura.

Pettinato , R. (2016). Television Basura. Buenos Aires.

Cieza Puggy, A. (14 de Abril de 2016). Arrakis. Recuperado el 25 de Mayo de 2019, de


http://www.arrakis. es/~pedra/tvbasura.htm).

ESPINOZA ESPINOZA, J. (2004). Derecho de los Personas (4° ed.). Lima: Gaceta Jurídica.

Garcia Amigo, G. (1979). Instituciones de Deercho Civil. Madrid: Derecho Reunidas S.A.

López Talavera, M. y. (2005). Dialnet. Obtenido de Telebasura, Ética y Derecho. Límites a la


Información de Sociedad en televisión: dialnet.unirioja.es/servlet/dcfichero_articulo?
codigo=2539878

Televisión, C. C. (2011). Estudio de actitudes, hábitos y opinión sobre la radio y televisión en el


Perú. Obtenido de http://www.concortv.gob.pe/index.php/ biblioteca-digital/estudios/846-
2011-estudio-de- actitudes-habito

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