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INTRODUCCIÓN:
Hoy vengo hablar de un tema de mucha importancia para todas las personas en especial para
los que somos la iglesia del Señor, les vengo a hablar de lo importante que es perdonar. Es
necesario que como creyentes seamos obedientes al Señor, pues la falta de perdón nos puede
llevar al fracaso, a la pérdida de la comunión y del éxito con Dios. (Mt 18:21-22)
DESARROLLO:
I. ¿Qué es el perdón?
El perdón por lo tanto, es la libertad de una obligación pendiente, de una ofensa recibida o
de una pena merecida por la falta. Al perdonar se expresa la misericordia, tolerancia o
comprensión ante el error ajeno:
“No te preocupes, te perdono. Quiero que todo vuelva a ser como antes”
Is 43:25 TLA Pero yo, que soy tu Dios, barraré todos tus pecados y no me acordaré más de
todas tus rebeldías.
Mt 26:28 NTV Porque esta es mi sangre, la cual confirma el pacto entre Dios y su pueblo.
Es derramada como sacrificio para perdonar los pecados de muchos.
Lo que Dios hizo con nuestros pecados fue quitarlos de nuestra persona y depositarlos en
la persona de su Hijo Jesucristo, donde fueron redimidos (liberados, devueltos mediante el
pago de un rescate) ; el castigo y la justicia de Dios se cumplieron en la persona de nuestro
Señor Jesucristo y los pecadores quedamos libres de todos nuestros pecados, culpas y
castigo.
Dios cumplió su justicia una sola vez, por eso es que Él olvida el pecado y no inculpa más al
pecador (Ro 3:25).
(Ro 3:23), destruimos nuestra relación con Dios (Is59:2) y estábamos bajo condenación
(Jn3:19).
El perdón es el medio por el cual Dios restaura nuestra relación con Él (col 2:13).
A nuestro Señor Jesucristo le interesa que los creyentes deseemos perdonar y ayudar a
quienes nos ofenden, en lugar de tener un espíritu de odio y venganza. Con eso de
perdonar siete veces al día. Jesús no está justificando el pecado habitual. Ni está diciendo
que como creyentes debemos permitir que alguien nos maltrate o abuse de nosotros. Más
bien, Jesús nos enseña que debemos mantenernos siempre dispuestos a ayudar y a
perdonar a nuestros ofensores.
Es necesario que perdonemos a nuestros ofensores porque toda falta de perdón produce
siempre un alejamiento. Además al quedar una ofensa o pecado pendiente, esta produce
amargura en quien la sufre, y una raíz de amargura en el corazón es pecado contra Dios y esto
hace que la persona no pueda tener una vida de éxito y provecho en el Señor.
He 12:15 NTV Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de
Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne
a ustedes y envenene a muchos.
Mt 6:14-15 NTV Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; pero
si te niegas a perdonar a los demás tu Padre no perdonará tus pecados.
Para poder perdonar debemos tener en cuenta que nosotros hemos sido perdonados, que
Cristo perdonó todos nuestros pecados y que cuando no perdonamos pecamos contra Dios y
podemos perder el perdón de Dios por mantener un corazón amargado que se niega a
perdonar (Mt 18:23-35)
CONCLUSIÓN: El otorgar y pedir perdón es un acto motivado directamente por Dios en nuestro
corazón. Es Dios quien pone en nosotros un espíritu perdonador, la falta de perdón viene del
diablo y es pecado.
Cuando pidamos perdón hagámoslo con la conciencia de que hemos ofendido a Dios y a
nuestro prójimo.
Perdonemos de todo corazón a nuestros ofensores para que podamos tener una vida cristiana
de éxito y podamos dar el fruto que Dios espera de cada uno de nosotros.