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¿Cuáles eran los requisitos específicos, para que una persona sea aceptada
como profeta ante Dios y los hombres?
El Señor mismo elige a los profetas según sea su buena voluntad. 1 Corintios12:11
“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere”. Dios da los dones espirituales a quienes el desea dar. Sabemos
que uno de los dones es el don de profecía (Romanos 12:6; 1 Corintios 12:10; Efesios 4:11;
2 Pedro 1: 20, 21), entonces el llamado a ser profeta es dado por Dios mismo y no por la
iglesia.
Recuerde que Dios habla con todos a través de la conciencia (Juan 1:9; Romanos
2:15), también se revela a través de los ángeles (Hebreos 1:14) y por la naturaleza
(Romanos 1:20). Dios se comunicó con su pueblo a través del Urim y el Tumin; de los
sueños, ya tenemos el ejemplo de José (Génesis 37), del copero y el panadero de Faraón
(Génesis 40) y ojo que estos no eran creyentes, así que Dios puede comunicarse con todos
si El así lo determina, pero esto no vuelve profetas a todos. Tenemos los sueños del Faraón
(Génesis 41), del soldado madianita (Jueces 7) y de Nabucodonosor (Daniel 2:4). Además
Dios habló a través de los profetas (Hebreos 1:1) y de su propio Hijo Jesús (Hebreos 1:2;
Juan 14:9).
Pero los profetas fueron los medios más utilizados por el Señor en el registro bíblico
(Amós 3:7; 2 Crónicas 36:15) fue muy grave rechazar a los profetas (2 Crónicas 36:16)
Un profeta estaba con Dios (1 Samuel 2:26); nunca contradecía las Santas Escrituras
(Isaías 8:20); Todo lo que profetizara se cumplía (1 Samuel 3:19 y 20); era una persona
valiente, capaz de llevar los mensajes del Señor sean cual fueren las consecuencias (2
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
Samuel 12:7); eran santos (2 Pedro 1:21); llenos del Espíritu Santo (Ezequiel 2:2; 3:12, 14,
24; 8:3; 11:5; 37:1). Cuanto tenían alguna visión solo ellos podían verla (Daniel 10:8, 9).
Cambiaban físicamente cuando estaban en visión (Daniel 10:8). Estas señales
sobrenaturales fueron dadas para que los hombres pudieran aceptar el desarrollo del
verdadero don de profecía.
Elena de White escribió: “Durante la noche muchas escenas pasaron delante de mí,
y me fueron aclarados muchos puntos acerca de la obra que hemos de hacer por nuestro
Maestro, el Señor Jesucristo. Fueron pronunciadas palabras por Uno que tiene autoridad, y
trataré de repetir en palabras humanas las instrucciones dadas con referencia a la obra que
se ha de hacer. Dijo el Mensajero celestial”.1 Cuando leemos el relato de la crucifixión de
Cristo encontramos que los cuatro difieren en los énfasis que dán al narrar su historia. Y es
sorprendente como los autores bíblicos utilizaron palabras de autores no inspirados para
describir lo que vieron en visión.
1 Elena G. De White, Obreros evangelicos: instrucciones para todos los que son
"colaboradores de Dios" (Mountain View, Calif: Publicaciones Interamericanas, Pacific
Press, 1974), 98, 99.
2 Ron Graybill, “¿Usó la señora de White escritos de otros autores al relatar sus
visiones?”, Adventist Review, 2 de abril de 1981, 7,
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
Así no es de sorprenderse que Elena de White halla recordado lo que habría leído en
un libro no inspirado en el momento de redactar una visión recibida, y utilizó las palabras
del tal autor porque describían mejor de lo que su lenguaje podría haber hecho al escribir la
visión.
3 Hebert Douglas, . de
White (Nampa, Idaho: Pacific Press, 2000), 411,
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
Se levanta la pregunta: ¿Cómo sabe la Hna. White en cuanto a los asuntos de los
cuales habla tan decididamente, como si tuviera autoridad para decir esas cosas? Hablo así
porque brillan en mi mente, cuando estoy en perplejidad, como un relámpago que sale de
una nube oscura en la furia de una tormenta. Algunas escenas que fueron presentadas ante
mí hace años, no han sido retenidas en mi memoria, pero cuando es necesaria la instrucción
entonces dada, a veces, aun cuando estoy delante de la gente, el recuerdo viene nítido y
claro, como el destello de un relámpago, que me hace recordar claramente esa instrucción
particular. En tales ocasiones, no puedo menos que decir las cosas que refulgen en mi
mente, no porque haya tenido una nueva visión, sino porque aquélla que me fue presentada
quizá hace años ha sido llevada a mi mente con fuerza.
Acerca de la infalibilidad, nunca pretendí tenerla. Sólo Dios es infalible. Su palabra
es verdad y en él no hay cambio ni sombra de variación”.4
Aquí no se busca la infalibilidad porque desde que hay presencia humana es falible,
pero la autoridad de Dios en estos escritos si es infalible. Los mensajes de Dios están
impregnados de autoridad infalible.5
Por ello es necesario utilizar reglas hermenéuticas para poder ubicar los mensajes
infalibles de Dios sin la contaminación de presuposiciones humanas.
reemplazado los nombres propios por letras a fin de no lastimar a los descendientes de estos
hermanos.
En la página 408 del libro Notas biográficas de Elena G. de White ella menciona
que se preparen jóvenes y señoritas para proporcionar un gran número de obreros
¿menciona algo sobre la ordenación de la mujer?
“El 18 de abril, dos días después de haber tenido la visión del derrumbamiento de
los edificios, fui a la capilla de la calle Carr, en Los Ángeles, donde se me esperaba. Como
íbamos llegando, oímos a los vendedores de diarios que gritaban: "¡San Francisco
destruido por un terremoto!" Con el corazón lleno de angustia leí las primeras noticias del
terrible desastre.
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
Dos semanas más tarde, al volver a nuestra casa, pasamos por San Francisco, y,
alquilando un coche, visitamos por una hora y media la desolación de aquella gran ciudad.
Edificios reputados indestructibles yacían en ruinas. Algunas casas estaban en parte
hundidas en el suelo. La ciudad ofrecía un cuadro lamentable de la vanidad de los
esfuerzos humanos para construir edificios a prueba de fuego y terremotos”.6
Elena de White observó el terremoto como una serie de caída de edificios dos días
antes de que este desastre ocurriese. Pero además ella declaró:
"¡Fuera de las ciudades, fuera de las ciudades! -declaró ella-; éste es el mensaje que
Dios me ha estado dando. Vendrán terremotos; vendrán inundaciones, y no hemos de
establecernos en las ciudades malvadas, donde el enemigo es servido a todo paso, y donde
Dios es a menudo olvidado. El Señor desea que tengamos una clara visión espiritual.
Debemos ser rápidos para discernir el peligro que habrá en establecer instituciones en estas
ciudades malvadas. Debemos hacer planes sabios para amonestar a las ciudades, y al
mismo tiempo vivir donde podamos proteger a nuestros hijos y protegernos a nosotros
mismos de las influencias contaminantes y desmoralizadoras tan prevalecientes en esos
lugares" .7
Ella recomendó que se atendiesen las ciudades desde afuera de ellas. Terremotos
como el de San Francisco ocurrirán luego de este para llamar al arrepentimiento a las
ciudades malvadas.
7 Elena G. de White,
a 1881 y resumen de su vida posterior basado en fuentes originales
(Mountain View, Calif: Publicaciones Interamericanas, 1981), 449,
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
¿Porque los escritos de EGW se consideran como la luz menor si también fuero
inspirados por Dios?
“El Señor ha enviado a su pueblo mucha instrucción, línea sobre línea, precepto
sobre precepto, un poquito aquí y un poquito allá. Poco caso se hace de la Biblia y el Señor
ha dado una luz menor para guiar a los hombres y mujeres a la luz mayor. ¡Oh, cuánto bien
podría haberse realizado si los libros que contienen esta luz fueran leídos con una
determinación de practicar los principios que contienen! Habría una vigilancia, una
abnegación y un esfuerzo resuelto mil veces mayores. Y muchos más se regocijarían ahora
en la luz de la verdad presente”8.
“El profeta Juan era el eslabón que unía las dos dispensaciones. Como representante
de Dios, se dedicaba a mostrar la relación de la ley y los profetas con la dispensación
cristiana. Era la luz menor, que había de ser seguida por otra mayor. La mente de Juan era
iluminada por el Espíritu Santo, a fin de que pudiese derramar luz sobre su pueblo; pero
ninguna luz brilló ni brillará jamás tan claramente sobre el hombre caído, como la que
emanó de la enseñanza y el ejemplo de Jesús. Cristo y su misión habían sido tan sólo
obscuramente comprendidos bajo los símbolos y las figuras de los sacrificios. Ni Juan
mismo había comprendido plenamente la vida futura e inmortal a la cual nos da acceso el
Salvador”.9
“Los adventistas del séptimo día no consideran que los escritos de Elena G. de
White sean un sustituto ni una adición al canon sagrado. Para los adventistas la Biblia es
única y suprema como la prueba de fe y práctica cristianas (PE 78). Los escritos de Elena
G. de White son -de acuerdo con sus propias 890 palabras- "una luz menor para, guiar a los
hombres y las mujeres a la luz mayor" (3MS 32). Los escritos del espíritu de profecía no
presentan un nuevo camino de salvación, sino tienen el propósito de que los hombres
comprendan y aprecien la Biblia, y aprovechen la fuente de salvación que ella revela.
Algunos han especulado argumentando que hay grados de inspiración. Consideran
que profetas como Débora, Natán y Agabo poseían un grado de inspiración inferior al de
los escritores canónicos. De acuerdo con este concepto consideran que Elena G. de White
poseía un grado de inspiración inferior. Pero la Biblia no dice nada en cuanto a grados de
inspiración ni apoya esa idea en ninguna forma. Los adventistas creen que todas estas
especulaciones no sólo son ociosas sino peligrosas. Las mentes limitadas, ¿cómo pueden
esperar que comprenderán el misterio de la manera en que Dios, por medio del Espíritu,
ilumina la mente de sus portadores escogidos?”10
“Luz menor” es una frase que indica no un grande de inspiración menor como lo
aseguran los pasajes antes mencionados sino porque tuvieron un alcance menor, y
entiéndase esto como local o con un límite de tiempo en una ocasión puntual. Vemos el
ministerio de Juan el Bautista, de Agabo, Hulda o Natán, siendo usados por el Señor pero
no escribieron; sus ministerios proféticos llevaron al pueblo a una mejor compresión de la
Escritura y de la voluntad del Señor como lo hizo el ministerio de Elena G. de White.
10 Nichol, Francis D., Victor E. Ampuero Matta, Nancy Jean Vyhmeister, y Ellen
Gould Harmon White, Comentario Biblico Adventista del Septimo Dia: la Santa Biblia con
material exegetico y expositorio, tomo 7, (Mountain View, Calif: Publicaciones
Interamericanas, Pacific Press, 1978), 889, 890.
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
Ella mencionó mucho acerca del cuidado de los hijos, sin embargo vemos como ella
tuvo que dejarlos por temporadas de casas de hermanos de la iglesia:
Como hemos visto, esto no fue por voluntad propia de Elena sino que Dios tuvo un
plan para ella y sus hijos. Si observamos bien, de este hijo que fue dejado en otros hogares,
se lo ve firme en la fe hasta su muerte a los 16 años. Lo mismo de su hijo William quien fue
un poderoso pastor. El segundo hijo, Edson, se apartó por un tiempo de la iglesia pero
volvió para hacerse cargo de la obra entre los hombre de color en el sur norteamericano.
11 Elena G. de White,
a 1881 y resumen de su vida posterior basado en fuentes originales
(Mountain View, Calif: Publicaciones Interamericanas, 1981), 116.
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
las madres que en sus tranquilos hogares disfrutaban de la compañía de sus hijos.
Recordaba nuestra vida pasada y me acudían a la mente las frases de una hermana que
algunos días antes me había dicho que debía ser muy agradable viajar por el país sin
ninguna preocupación. Esa era la clase de vida que a ella le gustaría llevar. En ese
momento preciso, mi corazón se sentía anheloso por mis hijos, especialmente por el
pequeñuelo de Nueva York, y acababa de salir de mi dormitorio, donde había estado
batallando con mis sentimientos, y, anegada en lágrimas, había buscado al Señor en
demanda de fuerzas para acallar toda queja, de modo que alegremente pudiese negarme a
mí misma por causa de Jesús”.12
Fue muy duro para Elena de White permanecer sin sus hijos cuando fueron
pequeños, pero no lo hizo por irresponsable sino negándose a sí misma por la obra del
Señor, en una época donde no habían muchos pastores, los lugares de adoración eran
lejanos unos de otros, la obra se estaba estableciendo y desarrollando su ministerio
profético.
“Habrá quienes pretenderán tener visiones. Cuando Dios os dé una evidencia clara
de que la visión es de él, debéis aceptarla, pero no la aceptéis a base de ninguna otra
evidencia; porque la gente será descarriada cada vez más en países extranjeros y en los
Estados Unidos. El Señor quiere que los miembros de su pueblo obren como hombres y
mujeres sensatos”.13
¿Es bueno utilizar las citas de Elena de White en el culto Divino o simplemente
dejar que la biblia hable por sí sola?
“Es mi primer deber presentar los principios bíblicos. Entonces, a menos que haya
una reforma decidida y concienzuda que se note en aquellos cuyos casos me han sido
presentados, debo exhortarlos personalmente (Carta 69, 1896)”.15
En el libro Mensajes Selectos, Elena se define la Mensajera del Señor y que su obra
es mucho más allá de lo que abarca la obra del profeta. Que amplitud, que profundidad, que
enseñanza de dicha expresión
“Algunos han tropezado por el hecho de que yo dije que no pretendo ser profetisa, y
han preguntado, "¿por qué?"
No tengo pretensiones para presentar salvo la que se me ha dado, de que soy la
mensajera del Señor. . . Al comienzo de mi obra varias veces se me preguntó: "¿Es usted
profetisa?" Siempre respondí: "Soy la mensajera del Señor". Sé que muchos me han
El evangelio de Lucas, menciona que investigó con diligencia todo lo que narró
en su evangelio, ¿Qué tipo de inspiración recibió este hombre, y es realmente un
profeta?
Es probable que Lucas nunca haya visto ni oído a Jesús, pero su evangelio es
comparable con el de testigos oculares como Juan, Mateo y Marcos. Lucas recopiló los
relatos más válidos de testigos oculares y los presentó de una manera coherente:
Lucas 1:1-4 “Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las
cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, 2 tal como nos lo enseñaron los que desde el
principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, 3 me ha parecido
también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen,
escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, 4 para que conozcas bien la verdad de las
cosas en las cuales has sido instruido”.
“En la última visión que recibí en Battle Creek se me mostró que en ____ habían
adoptado una posición imprudente con respecto a las visiones en el momento cuando
organizaron la iglesia en ese lugar. Había algunos en --- que eran hijos de Dios y que sin
embargo dudaban de las visiones. Otros manifestaban oposición y sin embargo no se
atrevían a tomar una posición definida con respecto a ellas. Algunos eran escépticos, y
habrá razones suficientes que explicaban esa actitud. Las visiones falsas y las
manifestaciones de fanatismo, y los repugnantes frutos que siguieron a esto, habían ejercido
una influencia sobre la causa en --- y habían hecho que la gente considerara con suspicacia
todo lo que se relacionara con las visiones. Deberían haberse considerado todas estas cosas
y debería haberse obrado con sabiduría. No hay razón de someter a disciplina a los
miembros que nunca han visto a alguien en el momento de tener visiones y que no poseen
un conocimiento personal de la influencia que ejercen esta visiones. Tales miembros no
deberían ser privados de los beneficios y los privilegios de la iglesia, si su conducta
cristiana es correcta y han formado un buen carácter cristiano.
Se me mostró que algunas personas pueden recibir las visiones publicadas y juzgar
el árbol por sus frutos. Pero otras dudan como Tomás y no pueden creer en los testimonios
publicados ni recibir evidencia mediante el testimonio de otros, sino que deben ver y recibir
las evidencias en forma directa. Tales personas no deben ser separadas, sino que hay que
manifestar hacia ellas mucha paciencia y amor fraternal hasta que se ubiquen y se
manifiesten en favor o en contra. Si luchan contra las visiones, de las que no tienen
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
Lo correcto es tener paciencia con los que dudan, pero si estos pasan a ser activos
opositores del don de profecía debemos actuar como se actúa con las personas que hacen
cosas incorrectas.
La Biblia dice que en el futuro, los jóvenes profetizaran y sus ancianos verán
sueños ¿esto quiere decir que en los tiempos finales aun habrá más profetas para el
pueblo de Dios?
Joel 2:28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán
vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán
visiones.
Hechos 2:4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en
otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
El cumplimiento parcial del texto de Joel citado arriba fue en el día de pentecostés
con los apóstoles reunidos en el aposento alto, y digo parcial porque el texto de Joel 2:28
inicia con una idea de tiempo indefinido: “Y después de esto”. Recordemos que las
promesas hechas para el Israel terrenal no se cumplieron al rechazar este al Rey de Reyes, y
pasaron a ser parte de las promesas hechas al Israel espiritual: La iglesia.
“El Señor anunció por boca del profeta Joel que una manifestación especial de su
Espíritu se realizaría en el tiempo que precedería inmediatamente a las escenas del gran día
de Dios. (Joel 2: 28.) Esta profecía se cumplió parcialmente con el derramamiento del
Espíritu Santo, el día de Pentecostés; pero alcanzará su cumplimiento completo en las
manifestaciones de la gracia divina que han de acompañar la obra final del Evangelio”.18
Dios da la orden de escribir a los profetas: Éxodo 17:14; 34:27; Isaías 8:1; 30:28;
Jeremías 36: 2, 28; Ezequiel 24:2; 37:16; Habacuc 2:2; Apocalipsis 1:11. Cuando el profeta
no escribió es porque el tener su profecía por escrito no fue necesario.
Sabemos además de profetas que escribieron pero su libro ya no existe: 1 Crónicas
29:29.
18 Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Nampa, Idaho: Pacific Press Pub.
Association, 2006), 12.
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
“La historia del pueblo de Dios durante los siglos de obscuridad que siguieron a la
supremacía de Roma, está escrita en el cielo, aunque ocupa escaso lugar en las crónicas de
la humanidad. Pocas son las huellas que de su existencia pueden encontrarse fuera de las
que se encuentran en las acusaciones de sus perseguidores. La política de Roma consistió
en hacer desaparecer toda huella de oposición a sus doctrinas y decretos. Trató de destruir
todo lo que era herético, bien se tratase de personas o de escritos. Las simples expresiones
de duda u objeciones acerca de la autoridad de los dogmas papales bastaban para quitarle la
vida al rico o al pobre, al poderoso o al humilde. Igualmente se esforzó Roma en destruir
todo lo que denunciase su crueldad contra los disidentes. Los concilios papales decretaron
que los libros o escritos que hablasen sobre el particular fuesen quemados. Antes de la
invención de la imprenta eran pocos los libros, y su forma no se prestaba para conservarlos,
de modo que los romanistas encontraron pocos obstáculos para llevar a cabo sus
propósitos”.19
19 Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Nampa, Idaho: Pacific Press Pub.
Association, 2006), 66, 67.
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
“Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció
el día y la hora de la venida de Jesús. Los 144.000 santos vivientes reconocieron y
entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era estruendo de truenos y de un
terremoto. Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo, y
nuestros semblantes se iluminaron refulgentemente con la gloria de Dios, como le sucedió a
Moisés al bajar del Sinaí”.
Recordemos:
Marcos 13:32 “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que
están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”.
Apocalipsis 10:4 “Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a
escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han
dicho, y no las escribas”.
Puede que esta fecha añorada haya sido revelada pero no se le permitió recordarla
fuera de la visión.
“Desde el cielo se oye la voz de Dios que proclama el día y la hora de la venida de
Jesús, y promulga a su pueblo el pacto eterno. Sus palabras resuenan por la tierra como el
estruendo de los más estrepitosos truenos. El Israel de Dios escucha con los ojos elevados
al cielo. Sus semblantes se iluminan con la gloria divina y brillan cual brillara el rostro de
Moisés cuando bajó del Sinaí. Los malos no los pueden mirar. Y cuando la bendición es
pronunciada sobre los que honraron a Dios santificando su sábado, se oye un inmenso grito
de victoria”.20
20 Ibid, 698.
Yván Balabarca Cárdenas LRSP, MSP.
“Como los discípulos del Salvador, Juan el Bautista no comprendía la naturaleza del
reino de Cristo. Esperaba que Jesús ocupase el trono de David; y como pasaba el tiempo y
el Salvador no asumía la autoridad real, Juan quedaba perplejo y perturbado. Había
declarado a la gente que a fin de que el camino estuviese preparado delante del Señor, la
profecía de Isaías debía cumplirse; las montañas y colinas debían ser allanadas, lo torcido
enderezado y los lugares escabrosos alisados. Había esperado que las alturas del orgullo y
el poder humano fuesen derribadas. Había señalado al Mesías como Aquel cuyo aventador
estaba en su mano, y que limpiaría cabalmente su era, que recogería el trigo en su alfolí y
quemaría el tamo con fuego inextinguible. Como el profeta Elías, en cuyo espíritu y poder
había venido a Israel, esperaba que el Señor se revelase como Dios que contesta por
fuego”.21
“El profeta Juan era el eslabón que unía las dos dispensaciones. Como representante
de Dios, se dedicaba a mostrar la relación de la ley y los profetas con la dispensación
cristiana. Era la luz menor, que había de ser seguida por otra mayor. La mente de Juan era
iluminada por el Espíritu Santo, a fin de que pudiese derramar luz sobre su pueblo; pero
ninguna luz brilló ni brillará jamás tan claramente sobre el hombre caído, como la que
emanó de la enseñanza y el ejemplo de Jesús. Cristo y su misión habían sido tan sólo
obscuramente comprendidos bajo los símbolos y las figuras de los sacrificios. Ni Juan
mismo había comprendido plenamente la vida futura e inmortal a la cual nos da acceso el
Salvador”.22
22 Ibid. 191.