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COEFICIENTE DE SGURIDAD

El coeficiente de seguridad (también conocido como factor de seguridad) es el cociente entre el


valor calculado de la capacidad máxima de un sistema y el valor del requerimiento esperado real a
que se verá sometido. Por este motivo es un número mayor que uno, que indica la capacidad en
exceso que tiene el sistema por sobre sus requerimientos.
En este sentido, en ingeniería, arquitectura y otras ciencias aplicadas, es común, y en algunos casos
imprescindible, que los cálculos de dimensionado de elementos o componentes de maquinaria,
estructuras constructivas, instalaciones o dispositivos en general, incluyan un coeficiente de
seguridad que garantice que bajo desviaciones aleatorias de los requerimientos previstos, exista un
margen extra de prestaciones por encima de las mínimas estrictamente necesarias.
Los coeficientes de seguridad se aplican en todos los campos de la ingeniería, tanto eléctrica,
como mecánica, etc.

DISEÑO MECANICO

En los cálculos de resistencia mecánica, el factor de seguridad se aplica principalmente de dos


maneras:

1. Multiplicando el valor de las solicitaciones o fuerzas que actúan sobre un elemento


resistente por un coeficiente mayor a uno (coeficiente de mayoración). En este caso se
calcula como si el sistema fuera solicitado en mayor medida de lo que se espera que lo sea
en la realidad.
2. Dividiendo las propiedades favorables del material que determinan el diseño por un número
mayor que uno (coeficiente de minoración). En este caso se modela el material como si
fuera peor de lo que se espera que sea.
En ambos casos el resultado es el mismo: un sobredimensionamiento del componente.
Este sobredimensionamiento se justifica por variadas causas, como por ejemplo: previsiones de
desgaste o corrosión, posibles errores o desviaciones en las propiedades previstas de los materiales
que se manejan, diferencias entre las propiedades tabuladas y las obtenibles en la realidad,
tolerancias de fabricación o montaje, tolerancias por incertidumbre en las solicitaciones a que se
someterá el elemento, la propia incertidumbre del método de cálculo, etc.
Los valores usados como factores de seguridad, por lo general, provienen de la experiencia empírica
o práctica, por lo cual están tabulados y contemplados en las normas o la literatura, o bien se aplican
según la experiencia personal del diseñador. En general, para el mismo tipo de elemento dependerán
del tipo de uso o servicio que se le piense dar y de la posibilidad de riesgo derivada para usuarios y
terceras personas. Por ejemplo, para una máquina de uso continuo se usará un factor de seguridad
mayor que para una de uso esporádico.
En resistencia de materiales se aplicarán diferentes coeficientes de seguridad dependiendo del uso
del componente. Así, en el cálculo de dimensionamiento de la sección de un cable para tender la
ropa se utilizará un coeficiente de seguridad inferior al utilizado para ese mismo cable cuando se
estudia su empleo para sustentar un ascensor.
En el caso típico el factor de seguridad se emplea en fórmulas donde aparecen características de los
materiales: límite elástico, carga de rotura, etc.
Ejemplos de valores y criterios de uso:

En el diseño de aparatos a presión, en la norma AD-Merkblatter el cálculo de espesor de las láminas


de aparatos a presión, se aplica un coeficiente de seguridad de 1,50 para presiones de diseño, y un
coeficiente de seguridad de 1,10 para presiones de prueba. La tensión que toma la mencionada
norma para los cálculos es la tensión de fluencia del material a la temperatura de trabajo. En este
caso usamos el método 2, o sea, reducir la tensión a utilizar en los cálculos.
La norma ASME tiene publicadas tablas de las distintas tensiones admisibles para diseño en el
ASME II, las que ya incorporan el coeficiente de seguridad, en este caso disminuyendo la tensión a
utilizar en los cálculos. Como aproximación rápida se puede tomar un coeficiente de 4 dividiendo a
la tensión de rotura del material.
En el caso del dimensionamiento de la pared de una tubería se suele aplicar, entre otros, un
coeficiente de seguridad por corrosión del orden de 1,2. Al resultado del cálculo del espesor se lo
multiplica por 1,2, obteniéndose un espesor mayor. En este caso utilizamos el método 1.
Ejemplo numérico:

Supongamos el caso de un ascensor, en el que se indique como carga de uso una carga máxima de
320 kg o 4 personas y que esté diseñado con un factor de seguridad de 1,5. Este último será
desconocido por el usuario por razones de seguridad.
Normalmente se evitará cargar el equipo con más de 4 personas. En el hipotético caso de que se
monten 5 personas de 80 kg cada una, el ascensor estaría cargado con 400 kg. Pero como el
coeficiente de seguridad es 1,5, realmente el ascensor aguantará perfectamente esa carga, de hecho
aguantará 480 kg, por lo que le sobrarían 80 kg.
Si continuamos el razonamiento con 6 personas la carga sería igual a la teórica: 480 kg. En este
caso no podemos afirmar con certeza si el equipo soportará la carga. Es posible que la máxima
carga real sea menor a la máxima carga calculada, en cuyo caso fallará. También es posible lo
contrario, y en ese caso no habrá problemas.
En este caso el coeficiente se ha aplicado sobre la carga máxima de rotura del dispositivo (método
2). Si el ascensor se cargase con 480 kg, que es su carga máxima calculada, los cables se romperían
o estarían muy próximos a romperse. Al aplicar el coeficiente de seguridad dividiendo 480 por 1,5,
obtenemos los 320 kg que son la carga de uso o de diseño.

DISEÑO ELECTRICO

En una instalación eléctrica típica las magnitudes básicas son la intensidad de la corriente que
recorrerá cada tramo de la misma y la potencia consumida. En principio bajo condiciones ideales
previstas esas dos magnitudes tendrán valores concretos, sin embargo, debido a situaciones
excepcionales de uso alguna de esas dos magnitudes puede estar temporalmente por encima del
valor previsto. Eso puede conducir a riesgos tanto sobre los componentes de la propia instalación
como riesgos para las personas en contacto con la instalación.
Para reducir esos riesgos, las instalaciones han sido proyectadas, calculadas y dispuestas de manera
que puedan resistir intensidades y potencias ligeramente superiores a las condiciones esenciales de
uso. Eso permite que aun cuando extraordinariamente se someta la instalación a condiciones de uso
algo más rigurosas de las usuales dicha instalación responda adecuadamente, al existir un margen
de seguridad adicional dado por los coeficientes de seguridad usados en los cálculos de las
necesidades mínimas de la instalación.

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