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- “La teoría nos recuerda la tríada: frustración, agresividad, regresión” (239) ¿Qué es
en clínica?
o Frustración: Pregunta de terapia: ¿Desde cuándo te sientes así?
Diferenciación psicopatológica de t. de personalidad o neurosis. Eso igual
sitúa el inicio de la situación, por lo tanto, de la frustración.
Tolerancia a la frustración a un niño: Sustituir una cosa por otra,
fantasear. Nuevamente, tiene que ver con la fantasía. “Los
caminos de la formación del síntoma (Freud)” la persona, al
enfrentarse a la frustración, lo primero que hace es refugiarse en la
fantasía, implica una regresión de la vida real al campo de las
fantasías.
- Todos estos conceptos permiten pensar en una idea de ser humano, del sujeto
psicoanalítico. Ese sujeto nos muestra ciertas formas de comprender al hombre en
la clínica. Ninguno de nosotros es aquí y ahora, todas las cosas que construyeron al
ser humano están ahora (modulaciones primarias que lo van a constituir en su
actualidad)
Carta 52 (Freud)
Lo esencial de la teoría, es que se trata de una teoría de la memoria: Su tesis es que actúa
de manera múltiple (no unificada). La memoria, implica la capacidad de fijación, atención
y evocación.
Estas cosas se tienen que ir inscribiendo en algún lugar, en esto que llamamos LO
PSÍQUICO.
Se inscriben en algún lugar, por lo tanto, hay cierta tópica (espacial) de la memoria.
(Tópica de Lacan). No sabemos dónde, pero está en alguna parte. Estas cosas que se
inscribir, no necesariamente quedan fijas. Los recuerdos son modificables, se pueden
retranscribir. Un recuerdo está ahí, se borra, pero sigue estando ahí (pizarra mágica).
Denegación de la traducción: Represión. Impedimento de transcripción psíquica. Hay
cosas que no pueden pasar de una etapa a otra. Algo pasa con los recuerdos que generan
displacer. Lo que genera displacer, no se puede transcribir. A esto se le llama
REPRESIÓN. Si la persona no puede salir de eso, entonces, ha operado la represión.
Los recuerdos, en algún momento pueden causar placer, y en otros, displacer. Las cosas
que uno recuerda pueden tener ciertas características, y ahora puede tener otras.
Hablar de las cosas cura, disipa el problema.
Las resistencias tienen que ver con las dificultades que el paciente tiene de traducir las
cosas de un momento a otro. Producen tanto displacer, que no pueden ser dichas, esas
cosas generan una angustia. El trabajo del analista es permitir esta traducción (hacer
consciente lo inconsciente) Freud.
La palabra resistencia adquiere otro carácter. Lacan se dio cuenta de que Freud no estaba
haciendo una teoría de resistencia del aquí y el ahora, sino de la resistencia a la traducción.
Por lo tanto, surge el discurso, por lo tanto, el sujeto del inconsciente es el sujeto del
significante (lenguaje). El sujeto del inconsciente es el que está ahí, sin ser dicho,
reprimido, es un discurso. No es un análisis del yo, es un análisis del discurso (De ahí el
nombre del discurso de Lacan).
El trabajo de traducción no es un trabajo objetivo.
o Epos: Historias que reconstruyen el pasado, para darle una connotación
agradable. No es una realidad objetiva, es una realidad histórica, reconstrucción
del pasado. (Recuerdo encubridor). El adolescente, al recordar su infancia,
recubre para contar su historia, para contar su propio origen, para poder seguir
viviendo. (El mito individual del neurótico Lacan. Se pasa de la novela familiar
(en la adolescencia) al mito individual. Un trabajo identitario es un proyecto
individual).
Discontinuidad – Continuidad:
El análisis de los mitos que hace Lévi – Strauss, muestran que los chamanes curan,
reconduciendo una experiencia individual a una experiencia colectiva (operación
simbólica). Entre lo individual y lo colectivo hay una continuidad. El psicoanálisis hace
lo mismo que el chamán: cuenta un mito moderno, y la gente se cura, a lo que Lacan le
parece. Sin embargo, dice “discontinuidad”, por lo que no opera de la misma forma, ya
que aparece el mito individual del neurótico (es individual, no colectivo). La experiencia
de la cura, en el caso del Psicoanálisis, la historia simbólica del pueblo o familia, aparece
el registro del mito individual, al que nos referimos. El relato al que se remite al sujeto
no es sólo a lo simbólico (sujeto a lo inconsciente), sino al mito individual (sujeto del
inconsciente). Lo que garantiza la discontinuidad en entre lo colectivo y lo individual es
el objeto a, lo que no es simbolizable. No es que se entre al discurso y se quede ahí
(alienación – separación (Lacan)).
El sujeto es el discurso del otro. La inscripción del registro simbólico es de los otros, que
permiten vivir en este mundo. Sin embargo, esta inscripción no es el inconsciente.
La terapia “inventa” una historia. La idea del determinismo no es total, la memoria no
es fija.
El Psicoanálisis busca la verdad, pero no una verdad objetiva, sino mítica, a través de la
transcripción de los recuerdos, para poder vivir.
El sujeto, al hablar se historiza, se convierte en un proceso de historización. Eso permite,
no establecer la continuidad (eso existe, los pacientes ponen sobre la mesa la
continuidad). Por lo tanto, el psicoanálisis busca establecer la discontinuidad.
El inconsciente está en los monumentos, documentos de archivo (memoria), en la
evolución semántica (cómo se habla), en la tradición (leyendas familiares, por ejemplo),
en los rastros.