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“Sed Tengo”

(La Quinta Palabra)

Juan 19:28
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la
Escritura se cumpliese: Tengo sed.

El Aspecto físico

Las palabras pronunciadas por Jesucristo mientras colgaba del madero nos recuerdan
que Cristo era ciertamente hombre y como tal sufrió sed. Después de haber perdido
gran cantidad de sangre mientras había sido azotado y los clavos habían traspasado
sus manos y sus pies, el Señor sintió sed

Nos dicen los estudiosos sobre el fallecimiento humano que la sed es común en
aquellos que sufren muerte de la manera que murió Cristo que perdió gran cantidad de
líquido de su cuerpo. Cuando eso ocurre el cuerpo se deshidrata, los labios y la boca
se secan y la lengua se pega al paladar, de tal manera que el que atraviesa tal
situación “siente sed”. Esto es consistente con las palabras dichas por el profeta en el
Salmo 2214-15:

14 He sido derramado como aguas,


Y todos mis huesos se descoyuntaron;
Mi corazón fue como cera,
Derritiéndose en medio de mis entrañas.

15 Como un tiesto se secó mi vigor,


Y mi lengua se pegó a mi paladar,
Y me has puesto en el polvo de la muerte

Recordamos que en el caso de Cristo, la última vez que había tomado algo fue la noche
anterior cuando compartió la última cena pascual con sus doce discípulos. Eran ya las
cerca de las doce del día y el sol estaba en todo su apogeo cuando después de tan
largas horas de maltrato y sufrimiento el Mesías exclamó “sed tengo”.

Se cumple la Escritura

Desde su nacimiento, en su vida y hasta su muerte, Cristo siempre cumplió la Escritura.


Nada ocurre por casualidad ni coincidencia sino por “plan divino”. Las palabras de Jesús
con relación a su ‘sed’ desde la cruz fueron también cumplimiento de la profecía hecha
respecto a su persona. El salmista escribiendo de forma profética en el Salmo 69 nos
dice Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre

Tal como fue profetizado, cuando Cristo exclamó que “sentía sed” nos dice la Escritura
que cerca del lugar había una vasija con vinagre o ‘vino agrio’ la cual uno de los
soldados mojando en ella una esponja la acercó a los labios del maestro. Juan 19:28
Aspecto Espiritual

Resulta muy interesante y hasta irónico que Jesús estuviera pidiendo agua. Él era el
mismo que le dijo a la mujer Samaritana “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que
te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.” (Juan 4:10), el mismo
que el último día de las fiestas de los tabernáculos (Juan 7) dijo “Si alguno tiene sed,
venga a mí y beba”. El es el mismo que según nos dice el gran Apóstol “Cristo es la roca
espiritual que dio agua al pueblo de Israel en el desierto” (1 Corintios 10:4.)

Pero ahora vemos que Cristo, la fuente de vida “tiene sed”. La sed que sufrió Cristo fue
para que nosotros nunca jamás tengamos sed. Y estas palabras son reales. Tal como
en los días de Moisés, Cristo (la roca) puede darnos agua después que ha sido
“golpeada” una sola vez. Por eso Moisés sufrió castigo por haber golpeado la roca (tipo
de Cristo) más de una vez. Este error le costo a Moisés su entrada a la tierra prometida.

Cristo, la piedra angular que es fuente de agua viva, fue golpeado una vez y para
siempre ( en la cruz del calvario) para que nosotros podamos beber del agua que salta
para vida eterna. (Juan 4, 7)

La muerte de Cristo aunque similar a las de aquellos hombres que estaban crucificados
junto a Él fue al mismo tiempo muy distinta. Cuando Cristo murió lo hizo en lugar
nuestro. En la cruz Él sufrió no solamente una muerte y sufrimiento físicos sino que
sufrió la paga infernal que nosotros deberíamos sufrir. Cristo llevaba sobre sus lomos
la condenación del pecado de su pueblo.

La Escritura nos dice “el castigo de nuestra paz fue sobre el” (Isaías 53). Cristo sufrió
el castigo por nuestra salvación la cual nos trae “paz con Dios” (Ro. 5:1).

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