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Rafael Antonio Fonseca Corredor, autor del presente artículo, es profesional de Trabajo Social y
Especialista en Análisis de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Colombia. Actualmente se
encuentra adelantando la Maestría en Educación en la Universidad Nacional de Colombia y se desempeña
como Asesor, investigador social y docente universitario.
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(E): Pues adelante Maestro, tenga usted la seguridad, yo no tengo ningún afán, lo del
objeto de estudio de trabajo social me parece demasiado importante como para
dejarlo de lado simplemente porque es extenso y de cuidado; adelante, tómese
su tiempo, lo escucho atentamente.
(M): Bien, muy buena actitud la suya, me es de gran ayuda para continuar.
Continuemos pues. Yo afirmo que trabajo social nació sin objeto de estudio, y
lo hago no porque se me ocurra, sino porque así lo demuestran las
investigaciones que se han efectuado sobre este problema; el propósito para el
que nació trabajo social tiene que ver con su práctica profesional, práctica que
consiste, palabras más palabras menos, en la atención parcial, en la intervención
para paliar y morigerar las cada vez más graves problemáticas sociales
derivadas de la estructura económica y político-social de nuestra época. Vicente
de Paula Faleiros, en un estudio publicado por allá en los inicios de la década de
los ochenta, señalaba, con bastante razón, que trabajo social “… se fundamenta
en la negación de los antagonismos del modo de producción capitalista. Actúa
en la práctica en el camuflaje o la disminución de estos antagonismos. De ahí
deriva su propia contradicción.” Trabajo social nació, según vemos, para
ocultar los antagonismos, para actuar de camuflaje, para enmascarar las
contradicciones de la sociedad capitalista. Es este ejercicio (ocultar y
enmascarar los antagonismos sociales), el que fundamenta la práctica
profesional de los trabajadores sociales.
(E): ¿Antagonismos sociales? ¿Antagonismos del modo de producción capitalista?
Debo manifestar mi ignorancia ¿Qué quiere usted decir con eso?
(M): La cuestión es más bien sencilla, ahora mismo le explico. El modo de
producción capitalista se fundamenta en que una pequeña minoría se apropia de
los resultados de la producción, es decir, de la riqueza producida socialmente;
la gran mayoría, por lo tanto, no puede acceder a la propiedad de la riqueza, es
decir, son expropiados; la sociedad capitalista se fundamenta en esta
contradicción: la riqueza es de unos pocos y la pobreza es de la gran mayoría.
Aunque la riqueza es producida socialmente, es decir, por la sociedad en su
conjunto, su apropiación y disfrute lo es apenas de una pequeña fracción de la
sociedad, la fracción de los grandes propietarios capitalistas. Este es el
antagonismo fundamental al que hace referencia Faleiros, aunque ya en el siglo
XIX lo habían expuesto muy claramente, entre otros pensadores, Karl Marx y
Friedrich Engels.
La pobreza y la riqueza representan la principal contradicción del modo de
producción de la sociedad capitalista, y de allí se derivan los demás
antagonismos y contradicciones de esta sociedad. Fenómenos como la pobreza,
la ignorancia, la enfermedad, la insalubridad, la violencia, el desamparo, la
carencia de vivienda, de vestido, de cultura, de recreación, entre otros
fenómenos sociales, representan algunos de los principales antagonismos del
modo de producción capitalista, es decir, son, en amplia medida,
manifestaciones del antagonismo fundamental de la apropiación y expropiación
de la riqueza socialmente producida.
(E): Humm, ya entiendo, la sociedad capitalista se fundamenta en una serie de
antagonismos y contradicciones. Muy bien. Me parece que está claro, pero…
¿Esto que tiene que ver con trabajo social y con la supuesta complejidad que,
según usted, reviste la construcción de nuestro propio objeto de estudio?
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Como seres humanos somos mucho más que una profesión, una disciplina o
una especialidad en el área del conocimiento y la práctica social: somos sujetos
históricos, económicos, políticos, filosóficos, psicoanalíticos, culturales,
sociales, complejos, indescifrables, etc. Nuestra profesión particular, nuestra
formación especializada, no nos permite reconocer esta asombrosa diversidad y
la necesidad subyacente de ser mucho más integrales y sistemáticos, de
procurar comprenderla y transformarla efectivamente, de enriquecernos cada
vez más con ella, puesto que es uno de los más grandes tesoros con que
podemos contar.
El reto consiste, entonces, en buscar trascender la visión limitada, estrecha, que
caracteriza a las profesiones y disciplinas específicas del conocimiento y la
práctica social, incluida por supuesto la que ha sido denominada como trabajo
social; en reconocer la importancia de vincular en el análisis intelectual y en la
práctica social los principales avances alcanzados por cada una de estas
profesiones y disciplinas aisladas; en organizar una perspectiva de
interpretación del mundo menos unilateral, mucho más compleja, rica y diversa
que la proporcionada por X o Y profesión o disciplina particular. Solamente
una interpretación que interconecte y transconecte los discursos de las
disciplinas específicas de las ciencias sociales, que reconozca la necesidad de
entretejer una visión cada vez más amplia de la realidad social, se puede
constituir en una posibilidad concreta de comprender y transformar el mundo de
manera más efectiva.
Este es el reto querido estudiante, no es fácil ni mucho menos, pero
precisamente por eso es un reto, debemos buscar alcanzarlo con todas nuestras
fuerzas, con todas nuestras energías, hasta donde ellas nos lo permitan. Cada
uno llegará a un punto distinto, eso no constituye ningún problema, el problema
es no intentarlo y ser conformista o resignado con lo poco que tenemos.
(E): Estoy de acuerdo Maestro, el mundo actual está atiborrado de conflictos y retos
inmensos; basta salir a la calle o, incluso, escuchar la radio, o, tal vez, observar
la T.V., para percatarse de esta situación. Yo creo, ahora que lo pienso, que sí
he sido un poco conformista en este asunto. Ahora mismo me dedicaré a
superar mi propia mediocridad, el trabajo social es algo importante, pero no tan
importante como las ciencias sociales en su conjunto; no me conformaré con lo
poco que pueda aprender de esta profesión, me concentraré en el estudio del
derecho, la economía, la filosofía, la historia, el psicoanálisis, entre otras áreas,
que resultan fundamentales para comprender parte de lo que ocurre con nuestra
realidad y con sus procesos de desarrollo y transformación. Gracias Maestro por
su tiempo y sus explicaciones. Las pondré en práctica.
(M): No es necesario que me agradezca, esto es algo que disfruto inmensamente y
aprovecho para aprender también algo nuevo. Pero sería bueno que además de
salir a la calle, escuchar la radio y observar la T.V., leyera algo en los
periódicos y consultara otras fuentes informativas. Muy bien, nos vemos en otra
ocasión y conversamos otro rato, quizá podamos invitar a alguien para que nos
acompañe y nos presente sus puntos de vista sobre este u otro tema en
particular. Nos vemos pronto.