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TEMA 5¡

EL PERSONAL AL SERVICIO DE LAS ADMINSTRACIONES PUBLICAS. NORMATIVA BASICA.


LOS DERECHOS Y DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS. ESTRUCTURA DE LA
FUNCION PUBLICA DEL ESTADO. ACCESO, PROMOCION Y PROVISION DE PUESTOS DE
TRABAJO. SITUACIONES ADMINISTRATIVAS. ORGANOS DE REPRESENTACION.

EL PERSONAL AL SERVICIO DE LAS ADMINISTRACIONES PUBLICAS. NORMATIVA BASICA.

A) Normativa aplicable.

Muy brevemente, cabe señalar, que las disposiciones reguladoras de los funcionarios públicos en nuestro sistema,
se constituyen, de un lado, por lo preceptuado en la Constitución y, de otra parte, por un conjunto heterogéneo de
normas: unas con rango de Ley y otras con rango reglamentario. Veámoslas pues a continuación.

1- Normas constitucionales.

La Constitución establece una serie de reglas especialmente aplicables a la función pública cuando regula los
derechos y libertades de los ciudadanos, al ocuparse del Gobierno y de la Administración, y al relacionar las
materias sobre las que el estado ostenta una competencia exclusiva.

- En el ámbito de los derechos y libertades merecen destacarse:

El artículo 23.2 que expresa:

"Asimismo, tienen derecho a acceder -los ciudadanos- en condiciones de igualdad a las funciones y cargos
públicos, con los requisitos que señalen las Leyes".

El artículo 26 que prohíbe los "Tribunales de Honor" en el ámbito de la Administración Civil y de las
organizaciones profesionales.

El artículo 28 que permite el establecimiento de peculiaridades en la regulación de los derechos de sindicación y


huelga de los funcionarios públicos.

En el ámbito regulativo del Gobierno y de la Administración cabe significar:

El artículo 103.3 que especifica:

"La Ley regulará el Estatuto de los funcionarios públicos, el acceso a la función pública de acuerdo con los
principios de mérito y capacidad, las peculiaridades del ejercicio de su derecho a sindicación, el sistema de
incompatibilidades y las garantías para la imparcialidad en el ejercicio de sus funciones".

Por último, en el ámbito concerniente a las materias reservadas a la competencia exclusiva del Estado, hay que
recordar lo dispuesto en el artículo 149.1.18º, que viene a incluir dentro de éstas, la regulación de las "bases del
régimen estatutario de sus funcionarios".

2. Legalidad ordinaria.

Aunque el Gobierno todavía no ha elaborado un proyecto de Estatuto global y sistemático de la función pública, lo
que sí ha hecho es dictar diversas normas. No obstante, diremos aquí, que el núcleo esencial viene constituido por
las normas que tienen rango de Ley. En este sentido cabe destacar la tantas veces citada Ley de Medidas
(modificada por la Ley 23/1988, de 28 de julio), la cual deja parcialmente vigente el Decreto Legislativo
315/1964, de 7 de febrero, por el que se aprueba el Texto Articulado de la Ley de Funcionarios Civiles del Estado
(a su vez, esta Ley, ha sido desarrollada por diversas normas reglamentarias que veremos en su momento). Por
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otro lado y asimismo con rango legal, es importante destacar la Ley 53/1984, de 26 de diciembre, sobre
incompatibilidades del personal al servicio de la Administración del Estado, de la Seguridad Social y de los Entes,
Organismos y Empresas dependientes, la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de libertad sindical, la Ley
9/1987, de 12 de mayo, de órganos de representación, determinación de las condiciones de trabajo y participación
del personal al servicio de las Administraciones Públicas, y la Ley 7/1990 de 14 de julio, sobre negociación
colectiva y participación en la determinacion de las condiciones de trabajo de los empleados públicos.

Por último y desde esta perspectiva legal, también es importante hacer hincapié en que, cuando se estudia la
normativa aplicable al personal al servicio de la Administración del estado, es conveniente analizar las sucesivas
leyes de Presupuestos Generales del Estado, puesto que su contenido regulatorio afecta al colectivo funcionarial
y muchas veces no solamente desde el punto de vista retributivo. En efecto, si se realiza el análisis detallado de las
leyes de Presupuestos, es fácil advertir, que dentro de su articulado se regulan aspectos muy importantes para el
colectivo funcionarial distintos del meramente retributivo (véase si no a título de ejemplo, lo dispuesto en el
artículo 33 de la Ley 4/1990, en donde se crean diversos Cuerpos informáticos, o la Ley 31/1990, de 27 de
diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para 1991, que, en la misma línea, también procede a la creación
de nuevos cuerpos funcionariales en su artículo 32).

B) Definición y clases.

El concepto de funcionario público es uno de los más imprecisos de cuantos se manejan por la doctrina jurídico-
administrativa, existiendo una gran diversidad de criterios al respecto. No obstante, esto, nosotros, a efectos
prácticos nos ajustaremos, cara a realizar la definición que nos ocupa, a lo que dispone, en concreto, el
ordenamiento jurídico vigente.

En relación a lo señalado puede distinguirse entre una definición amplia y otra estricta de funcionario público.

En un sentido amplio, y partiendo de lo que establece el artículo 1 de la Ley de Funcionarios Civiles del Estado
de 7 de febrero de 1964, podemos, en principio, considerar funcionario público: a toda persona incorporada a la
Administración Pública por una relación de servicios profesionales y retribuidos regulada por el Derecho
Administrativo.

En un sentido estricto, que es el que ahora más nos interesa, el Derecho positivo considera funcionarios públicos
a quienes están integramente sometidos el régimen de la Función Pública y que son los funcionarios de carrera. De
acuerdo con las directrices unánimemente seguidas por nuestro ordenamiento jurídico, pueden definirse como
tales, aquellos funcionarios que en virtud de nombramiento legal desempeñan servicios de carácter
permanente, figuran en las plantillas de los correspondientes Cuerpos y Escalas y perciben sueldos o
asignaciones fijas con cargo a las consignaciones presupuestarias de personal. De esta definición se
desprenden las siguientes características de los funcionarios públicos en sentido estricto:

. La legalidad de su nombramiento, que impide asignar el tratamiento de funcionario de carrera a los funcionarios
de hecho.

. La permanencia de sus servicios, que se manifiesta tanto en el sentido de que son inamovibles, como en el de que
figuran en la plantilla del Cuerpo o Escala a que pertenecen (por carecer de esa permanencia, no son funcionarios
públicos, en el sentido estricto que ahora examinamos, ni los eventuales ni los interinos).

. La retribución, que lo será, precisamente, a cargo de los presupuestos de la administración, lo que deja al margen
de la definición que estamos desarrollando a los funcionarios retribuidos por arancel (notarios y registradores).

Como complemento a lo anterior, podemos establecer el siguiente esquema clasificatorio de funcionarios


públicos combinando la definición tanto amplia como estricta de los mismo:

Funcionarios de carrera que se estructuran en Cuerpo (generales y especiales) y Escalas, según sean funcionarios
pertenecientes a la Administración del estado o de Organismos Autónomos.

Funcionarios de empleo que pueden ser eventuales o interinos.


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C) Naturaleza jurídica de la relación existente entre el funcionario y la Administración.

Sin detenernos demasiado en esta cuestión que se abordará en profundidad al estudiar el tema de los derechos,
deberes y responsabilidades de los funcionarios, no es ocioso señalar ahora que la concepción "contractualista" que
se tuvo en un momento dado con respecto a la relación Administración-funcionario, en el sentido de entender que
éste se encontraba ligado a aquélla mediante un contrato se encuentra totalmente superada, y hoy se entiende (y así
lo afirma la jurisprudencia constitucional en diversas sentencias: 108/1986, de 26 de julio, 99/1987, de 11 de
junio, etc.), que la situación en que se encuentra el funcionario tiene una naturaleza legal y reglamentaria, o ,
si se quiere utilizar una expresión que hemos empleado muchas veces, estatutaria.

Y, ¿cuáles son las consecuencias de la mencionada situación? A este respecto, y muy brevemente, podemos decir
que son las siguientes:

. El funcionario tendrá respecto de la Administración en cada momento los derechos y deberes descritos en la
Leyes y Reglamentos que regulan su régimen jurídico, es decir, en su Estatuto.

. Por tanto, tales derechos y deberes subsistirán en tanto en cuanto no se modifiquen las normas que los establecen.

. El régimen establecido con carácter general en el Estatuto de funcionarios, no podrá ser alterado singularmente
por la Administración en sentido discriminatorio, para alguno o alguno de ellos, en virtud del principio de
legalidad y, en particular, por el principio de inderogabilidad singular de los Reglamentos.

. Si la Administración desconoce la situación descrita en el Estatuto funcional, sus actos podrán ser impugnados
ante la jurisdicción contencioso-administrativa.

. El acto de nombramiento de un funcionario según se deriva de lo expuesto, no tendrá pues el carácter de


aceptación de un contrato: será un "acto condición" en virtud del cual se coloca al funcionario en una situación
legal y reglamentaria una vez que tenga lugar la aceptación de dicho nombramiento, mediante la correspondiente
toma de posesión.

LOS DERECHOS Y DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS.

DERECHOS DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS.

A) Derechos de carácter profesional.

1. Derecho al cargo.

De todos los derechos que se enuncian en la Ley de Funcionario de 1964, el de mayor importancia junto al
derecho a la retribución es, evidentemente, el derecho al cargo. Esto plantea como cuestión inmediatamente a
dilucidar qué es lo que se entiende por este derecho en el ordenamiento vigente, y, a este respecto, recordemos que
el artículo 63.2 de la Ley de Funcionarios de 1964 expresamente dice:

"El Estado asegura a los funcionarios de carrera el derecho al cargo y, siempre que el servicio lo
consienta la inamovilidad en la residencia, así como todos los derechos inherentes al mismo".

2. Derecho a la promoción profesional y a la promoción interna.

La regulación del derecho tanto a la promoción profesional como a la promoción interna, aparece prevista en la
Ley de Medidas (artículo 21 y 22) y en el Reglamento General de Ingreso del personal al servicio de la
Administración General del Estado y de Provisión de Puestos de Trabajo y Promoción Profesional de los
Funcionarios Civiles de la Administración del estado, aprobado en virtud del Real Decreto 364/1995, de 10 de
marzo, Reglamento de Ingreso y de Provisión de Puestos de Trabajo). Ahora bien, con carácter preliminar cabe
advertir que los mismos en el actual sistema de función pública tratan de materializar lo que en el seno de la
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relación de servicio se ha venido entendiendo como carrera administrativa, aunque, y esto también hay que
significarlo, curiosamente sólo en el Reglamento de Ingreso y Provisión de Puestos de Trabajo, se habla de
"carrera" mientras que en la Ley de Medidas no se utiliza esta terminología.

3. Derechos de información y participación en la gestión.

Los artículo 64 y 65 de la Ley de Funcionarios de 1964 establece estos derechos. Conforme al primer artículo
citado, al incorporarse los funcionarios a su puesto de trabajo deberán ser informados por sus Jefes inmediatos de
los fines, organización y funcionamiento de la unidad administrativa correspondiente y, en especial, de su
dependencia jerárquica y de las atribuciones, deberes y responsabilidad que les incumben.

La configuración legal es, por lo tanto, la de un derecho de información instrumental, que tiene por objeto, de un
lado, asegurar el buen funcionamiento del órgano administrativo y de otro, el que el funcionario tenga
perfectamente delimitado el ámbito de sus derechos y obligaciones, lo cual, a su vez, también beneficiará dicho
funcionamiento.

Por otra parte, el mencionado artículo 65 obliga a los Jefes a solicitar periódicamente el parecer de cada uno de sus
subordinados inmediatos acerca de las tareas que tiene encomendadas, con el fin de poder asignarles los trabajos
más adecuados a sus aptitudes profesionales.

4. Derechos honoríficos.

El artículo 66 de la Ley de Funcionario civiles del Estado establece las recompensas que pueden percibir los
funcionarios que se distingan de forma notoria en el cumplimiento de sus deberes. Estas recompensas son:

- Menciones honoríficas. Que pueden definirse como recompensas de carácter moral que tiene por objeto
reconocer y dar publicidad a una actuación relevante de un funcionario en el cumplimiento de sus deberes.

- Condecoración y Honores. En nuestro sistema el régimen jurídico de las Condecoraciones y Honores depende
de las normas que específicamente rigen para éstos.

A título de ejemplo y sin ánimo de ser exhaustivos, podríamos distinguir en esta materia, entre:

. Condecoraciones estructurales o no, en órdenes.

. Condecoraciones civiles y militares.

. Condecoraciones pensionadas o no pensionadas, según que conlleven o no el derecho al percibo de una


determinada cantidad económica.

En todo caso, este tipo de recompensas podrá anotarse en la hoja de servicios del funcionario.

5. Derecho a vacaciones, permisos y licencias.

El período vacacional es un derecho al descanso que la normativa vigente concede, con carácter anual, a quienes
han desarrollado su actividad durante este período de tiempo en el ámbito administrativo.

Su regulación se efectúa en el artículo 68 de la Ley de Funcionarios del Estado de 1964 que se lo reconoce a
quienes, como se ha dicho, hubiesen prestado sus servicios durante un año. En este caso, el período vacacional es
de un mes que se reduce proporcionalmente en los supuestos en los que la prestación de servicios no hubiese
alcanzado el período de un año. La Resolución de 27 de abril de 1995, de la Secretaría de Estado para la
Administración Pública, por la que se dictan instrucciones sobre jornada y horarios de trabajo de personal al
servicio de la Administración General el Estado, conforme al Acuerdo suscrito con las organizaciones sindicales,
es la norma reglamentaria que desarrolla aquel precepto y establece la forma de disfrute de dicho derecho que
puede serlo a lo largo de todo el año.

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Por otro lado, los artículo 69 a 75 de la Ley de Funcionarios Civiles del Estado de 1964 reconocen el derecho del
funcionario a disfrutar de permisos y licencias. La diferencia entre una y otra figura estriba, fundamentalmente, en
que mientras la licencia procede cuando la interrupción del trabajo es de una cierta duración o responde a razones
especiales, el permiso no reúne aquellos requisitos y se caracteriza por la escasa interrupción de la relación de
servicio.

B) Derechos de carácter económico.

Derecho a la retribución

La más importante contraprestación económica que corresponde a los funcionarios por el desempeño de sus
funciones es la constituida por la retribución que, legalmente, tienen derecho a percibir.

Como bien sabemos, tradicionalmente no se hablaba en nuestro sistema de retribución sino de sueldo, pero, en la
actualidad, éste no es más que uno, entre otros conceptos, de los que se integran en la retribución funcionarial.

C) Derechos colectivos de los Funcionarios Públicos.

A este respecto cabe hacer notar, muy brevemente, que por un lado, los derechos colectivos cuyo soporte primero
es el derecho de los funcionarios a constituir asociaciones profesionales o sindicatos, son una de las aportaciones
más significativas del Derecho laboral al sistema de Función Pública y, de otra parte, que este tipo de derechos se
encuentran recogidos en una serie de Convenios Internacionales ratificados por España. En concreto, se trata de
los Convenios números 151, de 27 de enero de 1978 y 154, de 19 de junio de 1981º, de la Organización
Internacional del Trabajo (sobre la protección del derecho de sindicación y los procedimientos para determinar las
condiciones de empleo en la Administración Pública, y sobre el fomento de la negociación colectiva,
respectivamente). A lo anterior también hay que añadir, como dato relevante que, en nuestro sistema, en materia
de derechos colectivos de los funcionarios existen unas previsiones constitucionales que analizaremos en los
apartados correspondientes (artículos 28, 37 y 103.3 de la Constitución Española) que hay sido desarrollados en el
ámbito de la legislación ordinaria. Debiendo significarse también que una parte de esta legislación ordinaria
aparece compartida en el empleo privado. Así:

- El Real Decreto-Ley 17/1977, de 4 de marzo, sobre Relaciones de Trabajo (que regula el derecho de
huelga) y,

- La Ley Orgánica 9/1985, de Libertad Sindical

Por último, en esta esfera de los derechos colectivos existe una normativa, estrictamente aplicable a los
funcionarios públicos, constituida por: La Ley 9/1987, de 12 de mayo, de Organos de Representación,
Determinación de las Condiciones de Trabajo y Participación del Personal al Servicio de la Administración
Pública, así como la Ley 7/1990, de 19 de julio, sobre Negociación Colectiva y Participación en la Determinación
de las Condiciones de Trabajo de los Empleados Públicos, que modifica la mencionada Ley 9/1987.

DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS.

Los deberes de los funcionarios conforman uno de los elementos -al lado de los derechos- que dan contenido a la
relación funcional. Con respecto a dicho deberes y siguiendo lo dispuesto en la normativa vigente, podemos, de un
modo convencional, establecer la siguiente clasificación:

A) Deber de carácter general.

La regulación del sistema de deberes exigidos a los funcionarios aparece en diversas normas. Entre éstas hay que
destacar el Decreto Legislativo 315/1964, de 7 de febrero, por el que se aprueba el Texto articulado de la Ley de
Funcionarios Civiles del Estado (en adelante Ley de Funcionarios), en cuyo artículo 76 se anuncia un deber
genérico que constituye el núcleo esencial de toda la labor interpretativa en esta materia. Dicho deber es el de fiel
desempeño de la función o cargo que tengan encomendado los funcionarios (artículo 76 de la Ley de
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Funcionarios).

A partir de la enunciación de este deber general, podemos pasar a la clasificación de otros dos grupos de deberes:
los de carácter ético y los de carácter profesional.

B) Deberes de carácter ético.

Como se ha señalado por la mayoría de la doctrina, es muy difícil separar la conducta particular de los
funcionarios de su actividad pública, en cuanto dicho conducta puede implicar, si no es la adecuada, un
desprestigio para las Instituciones administrativas. En este sentido, la normativa vigente recoge el deber de decoro,
en cuya virtud habrán de observarse, por el colectivo funcional, las oportunas normas sociales y éticas de
convivencia (artículo 80 de la Ley de Funcionarios).

C) Deberes de carácter profesional.

Los deberes profesionales de los funcionarios pueden sistematizarse atendiendo a las funciones que éstos deban
desempeñar en el lugar, tiempo y forma establecidos por las leyes.

1. En cuanto al lugar, los funcionarios tienen el deber de residencia en el término municipal donde radique la
oficina o dependencia en la que presten sus servicios, salvo que, por causas justificadas, sean dispensados por la
autoridad competente para ello (artículo 77 de la Ley de Funcionarios).

2. En cuanto al tiempo, cabe destacar lo siguiente:

Salvo los casos de situaciones distintas a la de servicio activo, los funcionarios no podrán anticipar o prolongar el
comienzo o cese de sus funciones, ni abandonar el desempeño de las mismas, so pena de incurrir en las sanciones
disciplinarias correspondientes.

Por otro lado, las funciones habrán de desempeñarse, precisamente, durante la jornada de trabajo que
reglamentariamente se determine (artículo 78 de la Ley de Funcionarios y, más detalladamente, Resolución de la
Secretaría de Estado para las Administraciones Públicas de 27 de agosto de 1985, que modifica la Instrucción de
21 de diciembre de 1983, sobre jornada y horario de trabajo, permisos, licencias y vacaciones del personal al
servicio de la Administración del Estado). En este sentido cabe señalar muy resumidamente:

- Que la jornada semanal de trabajo será de 37 horas y 30 minutos y se realizará, con carácter general,
durante los cinco primeros días de cada semana en régimen de horario flexible.

- Que en aquellos Departamentos que apliquen el sistema retributivo previsto en la Ley de Medidas, el
personal que perciba complemento específico y de productividad, vendrá obligado a prestar sus servicios en
el régimen de especial dedicación que determinen los Subsecretarios de los Departamentos, incluso con la
obligación de desarrollar sus funciones en régimen de jornada partida.

- Que existe la obligación de que todos los Centros y Oficinas de la Administración del Estado estén
dotados de medios adecuados de control horario, basados en mecanismos de reloj registrador de ficha.

3. En cuanto a la forma de desempeñar la función hay que hacer notar, los siguientes extremos:

Los funcionarios tienen un deber de secreto profesional, que les obliga a guardar sigilo riguroso de los asuntos que
conozcan por razón de su cargo (artículo 80 de la Ley de Funcionarios).

Los funcionarios deberán abstenerse de realizar aquellas actividades que pudieran afectar a su actuación pública,
es decir, aquellas con las que son incompatibles, en los términos que se precisarán en el apartado correspondiente.

Los funcionarios tienen un deber de cooperación con sus jefes y compañeros.

Asimismo, el colectivo funcionarial tiene, en relación con las autoridades y superiores jerárquicos, los deberes de
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respecto y obediencia, desapareciendo este último deber, únicamente, en el caso de ilegalidad manifiesta de las
órdenes de aquéllos (artículos 76 y 79 de la Ley de Funcionarios).

D) Deberes de carácter político.

En último término, cabe hacer notar la existencia de unos deberes de carácter político, para el colectivo
funcionarial, cuyo incumplimiento puede dar lugar -y lo veremos más adelante- a la comisión de faltas
disciplinarias calificadas como muy graves en la Ley de Medidas para la Reforma de la Función Pública, de 2 de
agosto de 1984 (en adelante la Ley de Medidas). Estos deberes se pueden concretar en los siguientes:

1. El deber general de fidelidad a la Constitución en el ejercicio de la función pública (artículo 31.1 a) de la Ley
de Medidas).

2. El deber de neutralidad e independencia política como consecuencia del principio de objetividad impuesto a
las Administraciones Públicas en sus actuaciones (artículos 103.1 y 3 de la Constitución Española y 31.1 g) de la
Ley de Medidas).

3. El deber de respectar el ejercicio por los particulares de sus libertades públicas y derechos sindicales
(artículos 31.1 letras i), j), k) y m) de la Ley de Medidas).

4. El deber de abstenerse de toda actuación que suponga una discriminación por razón de raza, sexo, religión,
lengua, opinión, lugar de nacimiento o cualquier otra condición o circunstancia personal o social (artículo 14 de la
Constitución Española y artículo 31.1 b) de la Ley de Medidas).

En definitiva, y con independencia de esta panorámica general reseñada, hay que decir que, en todo caso, es
necesario acudir al conjunto de normas de carácter estatutario aplicables a los funcionarios públicos, para inferir,
de las mismas, el conjunto completo de derechos exigidos a éstos.

No podemos abandonar defintivamente el tema de los deberes de los funcionarios sin referirse a el sistema de
incompatibilidades y responsabilidades de los mismos.

A) El funcionamiento de las incompatibilidades.

La regulación de las incompatibilidades es un tema de singular importancia dentro del esquema de deberes y
obligaciones que afectan a los funcionarios públicos. En efecto, dicha regulación repercute no solo en las
estructuras administrativas sino, también, en la esfera privada de sus funcionarios y agentes; y, en definitiva,
supone por razones de interés público, una derogación del principio general de libertad de empleo, lo cual ha
venido a exigir la justificación de la adopción de este sistema.

En el sentido expuesto, y muy resumidamente, la justificación de la existencia de un régimen de


incompatibilidades con respecto al personal al servicio de las Administraciones Públicas puede decirse que, a
grandes rasgos, gira en torno a seis grandes apartados: los concernientes a las justificaciones de tipo ético, de tipo
técnico, de tipo económico-laboral, de tipo jurídico y de tipo político.

En cuanto a las justificaciones de carácter ético, cabe decir que las mismas se derivan de considerar que la entrada
en los engranajes de una Administración Pública, lleva aparejada la exigencia de un imperativo moral, que se
traduce en la obligación de los funcionarios de dedicar a su trabajo toda su capacidad laboral, sea esta intelectual o
material, lo cual, a su vez, se materializa en dos obligaciones; la incompatibilidad entre el empleo público y las
actividades lucrativas privadas, y la incompatibilidad entre diversos empleos públicos.

Por lo que respecta a la justificación de carácter técnico, ésta consiste en que las Administraciones Públicas, desde
el punto de vista organizativo, deben buscar la mayor eficacia en la distribución del empleo público (de ahí la
incompatibilidad entre varios puestos públicos), lo cual redundará en una mejor prestación de los servicios
públicos. Asimismo, dentro de esta órbita de justificación, está la atinente a que la experiencia y los conocimientos
adquiridos en la Administración, no deben ser utilizados en contra de las Instituciones públicas (de ahí la
incompatibilidad entre puestos públicos y empleados privados).
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En lo referente a las justificaciones de tipo económico-laboral hay que decir, que éstas se formulan a partir del
momento en que las Administraciones Públicas empiezan a adquirir una gran importancia como estructuras
generadoras de empleo y, en este sentido, es obvio que las incompatibilidades inciden sobre el mercado de trabajo,
permitiendo la creación de un mayor o menor número de empleos en el sector público, en directa relación con el
grado de rigurosidad del sistema de incompatibilidades que se establezcan.

En cuanto a las razones jurídicas, éstas se traducen básicamente en que la Administración, desde una perspectiva
legal, tiene que tener el instrumento jurídico para imponer, dentro de la relación especial que la une con sus
funcionarios, una serie de condiciones que permitan asegurar la imparcialidad de éstos en el desempeño de su
función pública.

Por último y en cuanto a la justificación de tipo político cabe señalar, que, normalmente, dentro de los planes
gubernamentales en materia de función pública viene siendo normal tanto en nuestro sistema como en derecho
comparado, el recoger el tema de incompatibilidades como elemento clave para proceder al diseño de la relación
de servicios de carácter funcionarial.

B) Normativa aplicable.

La regulación del tema incompatibilidades en el derecho español, aparece en un doble plano: el constitucional y el
de legislación ordinaria.

1. Normas Constitucionales.

Como bien sabemos, el artículo 103.3 de la Constitución establece que la Ley regulará, entre otros extremos, el
sistema de incompatibilidad y las garantías para la imparcialidad en el ejercicio de sus funciones por los
funcionarios públicos.

Por su parte, el artículo 149.1.18º del Texto constitucional, nos dice que el Estado tiene competencia exclusiva:
"para dictar las bases de régimen jurídico de las Administraciones Públicas, y del régimen estatutario de sus
funcionarios que, en todo caso, garantizarán a los administrados un tratamiento común ante ellas".

Pues bien, a los efectos que ahora nos interesan, hay que recordar que el Tribunal Constitucional en su Sentencia
99/87, de 11 de junio -recaída en virtud del Recurso de Inconstitucionalidad interpuesto contra la Ley de Medidas-
ha afirmado que el Estatuto de los Funcionarios Públicos debe regular, entre otras cuestiones, "la relativa a los
deberes de los funcionarios", entre los cuales se encuentran, desde luego, los derivados de las
incompatibilidades aplicables a los mismos. Además, como se acaba de señalar, esta normativa tiene, en todo
caso, el carácter de básica.

2. Legalidad ordinaria.

En el marco constitucional que se acaba de reseñar, se ha dictado la normativa específica en esta materia,
constituida fundamentalmente por: la Ley 53/1984, de 26 de diciembre, sobre Incompatibilidades del Personal al
servicio de la Administración del Estado, de la Seguridad Social y de los Entes, Organismo y Empresas
dependientes (en adelante Ley de Incompatibilidades), y por su Reglamento, aprobado por Real Decreto 598/1985,
de 30 de abril (en adelante Reglamento de Incompatibilidades).

En esta normativa se consagran una serie de principios que es conveniente apuntar aquí. Tales principios son los
siguientes:

El principio de la imparcialidad e independencia en la gestión del servicio público, que constituye el pilar
sobre el que se asienta toda la legislación en materia de incompatibilidades (y que se recoge en el artículo 1.3 de la
Ley de Incompatibilidades).

El principio de ética en materia de empleo público que aparece en la propia Exposición de Motivos de la Ley de
Incompatibilidades, en donde se alude a la necesidad de que los servidores públicos hagan un esfuerzo testimonial
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de ejemplaridad ante los ciudadanos, para con ello conseguir un importante avance hacia la solidaridad y la
moralidad de la vida pública.

El principio de racionalización del trabajo público como actividad esencialmente exclusiva. En la


mencionada Exposición de Motivos de la Ley de Incompatibilidades se especifica el propósito de que la dedicación
del personal al servicio de las Administraciones Públicas, como regla, se centre en un solo puesto de trabajo,
respetándose únicamente el ejercicio de la actividad privada que no menoscabe el estricto cumplimiento de los
deberes funcionariales.

El principio de uniformidad en materia de incompatibilidades. Como corolario de los anteriores principios hay
que significar, que la Ley de Incompatibilidades establece un ámbito de aplicación sumamente amplio,
precisamente porque lo que se busca es establecer un sistema que opere unitariamente para todas las
Administraciones Públicas -de ahí, también, el carácter de normativa básica que tiene este tipo de legislación-, con
la finalidad última de que pueda garantizar a los interesados un tratamiento común (véase, a este respecto, la
Disposición Final Primera de la Ley de Incompatibilidades).

El sistema de responsabilidad de los Funcionarios Públicos

El incumplimiento por parte de los funcionarios de los deberes que les afectan determina su responsabilidad, que
puede ser de tres clases: civil, penal y administrativa.

Con respecto a estas tres clases de responsabilidad nos ocuparemos, básicamente en este apartado, de la
responsabilidad de tipo administrativo o disciplinario, sin perjuicio de hacer una breve referencia a las otras dos
clases de responsabilidad mencionadas.

A) Responsabilidad civil.

La responsabilidad civil de los funcionarios hay que entenderla regulada por lo dispuesto en la Ley de Régimen
Jurídico de la administración del Estado (artículos 42 al 45), a la que se remite el Texto Articulado de la Ley de
1964 (en adelante L.R.J.). En esta normativa específica podemos distinguir tres supuestos:

1. Responsabilidad directa del funcionario frente a los particulares.

Según el artículo 43 de la L.R.J., los particulares podrán exigir a las autoridades y funcionarios civiles, cualquiera
que sea su clase y categoría, el resarcimiento de los años y perjuicios que se hayan ocasionados a sus bienes y
derechos por culpa o negligencia graves en el ejercicio de sus cargos.

2. Responsabilidad indirecta del funcionario frente al Estado por vía de regreso.

Sin perjuicio de la responsabilidad directa del funcionario, la Ley establece la responsabilidad solidaria del Estado,
de tal manera que los particulares perjudicados pueden dirigir libremente su acción contra el Estado o contra el
funcionario. Ahora bien, cuando el particular ha dirigido su acción contra el Estado y éste le indemniza, la L.R.J.
en su artículo 42 autoriza a la Administración a exigir de sus funcionarios la responsabilidad en que hubieran
incurrido en el supuesto de culpa o negligencia graves, previa instrucción en todo caso de expediente con
audiencia del interesado.

3. Responsabilidad directa del funcionario frente al Estado.

Por último cabe que el perjudicado por la conducta del funcionario no haya sido un particular, sino el propio
Estado. En tal caso, la Administración podrá instruir el oportuno expediente a los funcionarios que por culpa o
negligencia graves hubiesen causado daño o perjuicio en los bienes o derechos del Estado. Este expediente no es
disciplinario, sino de responsabilidad, y, por lo tanto, no se traduce en una sanción disciplinaria, sino en la
exigencia de resarcimiento de daños y perjuicios.

4. Requisitos necesarios para la procedencia de la responsabilidad civil.

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Son requisitos de fondo para exigir la responsabilidad civil: la existencia de una lesión evaluable económicamente
y de carácter individualizado, así como un nexo causal entre la actividad del funcionario como tal y la lesión
sufrida; y, en todo caso, un elemento de carácter subjetivo, esto es, la existencia de culpa o negligencia graves.

B) Responsabilidad penal.

Tanto las autoridades como los funcionarios pueden ser criminalmente responsables en tanto en cuanto incurran
en los delitos previstos en las leyes penales, y de acuerdo con lo que en ellas se establece.

De aquí que pueda hablarse de dos clases de responsabilidad penal: una responsabilidad común, que se producirá
en el supuesto de que los funcionarios incurran en delitos que puedan ser realizados por cualquier ciudadano, y
que se agravará si estos fueron perpetrados prevaliéndose del cargo, y una responsabilidad especial, que nacerá
cuando se realice alguno de los delitos regulados en el Título VII del Libro II del Código Penal, que trata de los
delitos de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos (como pueden ser, por ejemplo, los delitos de
infidelidad en la custodia de documentos, violación de secretos oficiales, malversación de caudales públicos,
prevaricación, cohecho, etc.).

C) Responsabilidad administrativa o disciplinaria.

Consideraciones generales

La responsabilidad disciplinaria de los funcionarios tiene su fundamento en el hecho de que los mismos se
encuentran respecto a la administración no sólo en un estado de sujeción general (como todos los ciudadanos),
sino también en un estado de sujeción especial. Así pues, la referida responsabilidad disciplinaria, es aquella que
aparece en el interior de la relación de servicios y en garantía del cumplimiento de los deberes y
obligaciones del colectivo funcionarial.

Por otro lado hay que recordar también, que la potestad disciplinaria es un instrumento que asimismo deriva de la
operatividad dentro de las estructuras administrativas del principio de jerarquía. En este sentido, la disciplina que
el superior tiene la obligación de mantener sobre sus subordinados se refuerzo con este formidable instrumento.

En nuestro derecho, y esto es importante advertirlo, en este tema se ha producido una gran evolución, pasándose
de una situación con graves deficiencias en las garantías procedimentales, hasta llegar a un procedimiento
administrativo sancionador en donde dichas garantías aparecen perfectamente reguladas.

Aspecto fundamental del mencionado perfeccionamiento del procedimiento disciplinario ha sido la penetración en
el mismo de los principios informadores básicos del derecho penal como son los de: tipicidad de faltas y sanciones,
de culpabilidad, de adecuación de las sanciones a la entidad de la infracción (principio de proporcionalidad), etc.,
todo lo cual ha reducido grandemente la discrecionalidad en esta materia. Punto decisivo de esta evolución ha sido
la clara intervención del Tribunal constitucional, que merced a su jurisprudencia ha introducido los principios
garantizadores del derecho penal en el ámbito de la responsabilidad disciplinaria administrativa.

ESTRUCTURA DE LA FUNCION PUBLICA DEL ESTADO.

En cuanto a la estructura de la función pública española, hay que destacar en primer lugar, la existencia de
distintas clases de personal, con el fin de adaptar el número y situación de éstos a las necesidades que en un
momento determinado pueden existir en la Administración Pública.

En la Función Pública española podemos distinguir las siguientes clases de personal a su servicio:

1- Funcionarios de carrera.

2- Funcionarios interinos.

3- Personal eventual.
Derecho tema 7 10
4- Personal laboral.

1. Funcionarios de carrera

Son funcionarios de carrera los que en virtud de nombramiento legal desempeñan servicios de carácter
permanente, figuren en las correspondientes plantillas y perciben sueldos y asignaciones fijas con cargo a las
consignaciones de personal de los Presupuestos Generales del Estado.

La carrera profesional de los funcionarios se recoge en los artículos 70 al 72 del Real Decreto 364/1995, de 10 de
marzo, por el que se aprueba el Reglamento General de Ingreso de Personal al servicio de la Administración
General del Estado y de Provisión de Puestos de Trabajo y Promoción Profesional de los Funcionarios Civiles de la
Administración General del Estado.

Los funcionarios de carrera se integran en Cuerpos Generales y Cuerpos Especiales, que se agruparan de acuerdo
con la titulación exigida para su ingreso, en los siguientes grupos:

- Grupo A. Título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto o equivalente.

- Grupo B. Título de Ingeniero Técnico, Diplomado Universitario, Arquitecto Técnico, Formación


Profesional de tercer grado o equivalente.

- Grupo C. Título de Bachiller, Formación Profesional de segundo grado o equivalente.

- Grupo D. Título de Graduado Escolar, Formación Profesional de primer grado o equivalente.

- Grupo E. Certificado de escolaridad.

En cuanto a los puestos de trabajo que pueden desempeñar los funcionarios se clasifican en 30 niveles,
existiendo un intervalo de niveles que corresponden a cada Cuerpo de acuerdo con el Grupo en el que figuren
clasificados.

¡Error! Marcador no definido. Nivel Mínimo Nivel Máximo


Cuerpos o Escalas
Grupo A 20 30
Grupo B 16 26
Grupo C 11 22
Grupo D 9 18
Grupo E 7 14

Serán las relaciones de puestos de trabajo las que indicarán que puestos habrán de ser desempeñados por personal
funcionario.

En ningún caso, los funcionarios podrán desempeñar puestos de trabajo no incluidos en los niveles de intervalo
correspondientes al grupo en el que figure clasificado su cuerpo o escala.

Especial importancia tiene el grado personal, que adquieren todos los funcionarios por el desempeño de uno o
más puestos del nivel correspondiente durante dos años continuados o tres con interrupción.

No obstante los funcionarios que obtengan un puesto de trabajo superior en más de dos niveles al correspondiente

Derecho tema 7 11
a su grado personal consolidarán cada dos años de servicios continuados el grado superior en dos niveles al que
poseyeran sin que en ningún caso puedan superar al correspondiente al del puesto desempeñado.

Los funcionarios tendrán derecho, cualquiera que sea el puesto de trabajo que desempeñen, al percibo al menos del
complemento de destino de los puestos del nivel correspondiente a su grado personal.

En cuanto a las garantías del puesto de trabajo, el Reglamento establece, tanto para los funcionarios cesados en
puestos de libre designación como para los removidos de los obtenidos por concurso o en caso de supresión de su
puesto, el desempeño provisional de un puesto de trabajo que les será atribuido por:

a) Los Subsecretarios en el ámbito de su Departamento, así como entre el Departamento y sus Organismos
Autónomos y, en su caso, Entidades Gestoras.

b) Los Presidentes o Directores de Organismos Autónomos y de las Entidades Gestoras y Servicios


Comunes de la Seguridad Social respecto de los funcionarios destinados en ellos.

c) Los Delegados del Gobierno, en el ámbito de sus respectivas competencias.

Los puestos cubiertos mediante adscripción provisional se convocarán para su cobertura con carácter defintivo por
los sistemas previstos en las relaciones de puestos de trabajo. Los funcionarios que los desempeñen tendrán la
obligación de participar en las correspondientes convocatorias.

Los funcionarios que cesen en el desempeño de los puestos de trabajo por alteración de su contenido o supresión
de los mismos, continuarán percibiendo en tanto se les atribuya otro puesto no inferior en más de dos niveles al de
su grado personal en el mismo municipio y durante un plazo máximo de tres meses, las retribuciones
complementarias correspondientes al de procedencia.

2. Funcionarios interinos

Son funcionarios interinos lo que por razón de necesidad o urgencia, ocupan plaza de plantilla en tanto no se
provean por funcionarios de carrera.

Para nombrar funcionarios interinos será condición inexcusable que no sea posible con la urgencia exigida por las
circunstancias, la prestación de servicios por funcionario de carrera. El nombramiento deberá recaer en personas
que reúnan las condiciones exigidas para el ingreso en el Cuerpo al que pertenezca el puesto de trabajo.

Como el funcionario interino no tiene derecho alguno a la plaza que provisionalmente está ocupando, la relación
de interinidad se extinguirá necesariamente cuando la plaza que desempeña sea provista por funcionario de
carrera, o si han desaparecido las circunstancias de necesidad o urgencia que justificaron su nombramiento.

3. Personal eventual

Son aquellos que desempeñan funciones expresamente calificadas como de confianza o asesoramiento especial. Su
nombramiento que es libre, corresponde exclusivamente a los Ministros y Secretarios de Estado. En todo caso
cesarán automáticamente cuando lo haga la persona a la que prestan su función de confianza o asesoramiento.

En ningún caso el desempeño de un puesto de trabajo reservado a personal eventual constituirá mérito para el
acceso a la función pública o la promoción interna.

4. Personal laboral

Para cerrar la clasificación de personal al servicio de la Administración, hay que señalar que con carácter general
los puestos de trabajo de la Administración del Estado y de sus Organismos Autónomos, así como los de las
Entidades Gestoras de la Seguridad Social, serán desempeñados por funcionarios públicos.

Derecho tema 7 12
Asimismo, se exceptuará de lo anterior y podrán desempeñarse por personal laboral, en virtud de lo dispuesto en
el art.15.1 de la Ley 30/1984, de 2 de agosto.

- Los puestos de naturaleza no permanente y aquellos cuyas actividades se dirijan a satisfacer necesidades
de carácter periódico y discontinuo.

- Los puestos cuyas actividades sean propios de oficios, así como los de vigilancia, custodia, portero y otros
análogos.

- Los puestos de carácter instrumental correspondientes a las áreas de mantenimiento y conservación de


edificios, equipos, instalaciones, artes gráficas, encuestas y otras similares.

- Los puestos correspondientes a áreas de actividades que requieren conocimientos técnicos especializados
cuando no existen Cuerpos o Escalas de funcionarios, cuyos miembros tengan la preparación especifica
necesaria para su desempeño.

- Los puestos de trabajo en el extranjero con funciones administrativas de trámite y colaboración y


auxiliares que comparte manejo de máquinas, archivo y similares.

- Por último, la Ley 42/1994, de 30 de diciembre, añade los puestos con funciones auxiliares de carácter
instrumental y apoyo administrativo.

ACCESO, PROMOCION Y PROVISION DE PUESTOS DE TRABAJO.

La regulación de esta materia viene constituida por lo dispuesto, tanto en la Ley de Medidas, como en el
Reglamento General de Ingreso del Personal al Servicio de la Administración del Estado y de provisión de puestos
y promoción profesional de los funcionarios civiles de la Administración General del Estado aprobado por el Real
Decreto 264/1995, de 10 de marzo (en adelante Reglamento de Ingreso y Provisión).

Ahora bien, antes de proceder al análisis en concreto de los sistemas de selección, conviene recordar el estudio del
instrumento técnico de la Oferta de Empleo Público que opera como requisito necesario y de carácter previo en
nuestro sistema para el desarrollo del proceso de selección funcionarial.

Los mecanismos de provisión de puestos de trabajo (art. 39 al 69 ambos inclusives del Reglamento).

A) Consideraciones Generales

Desde esta perspectiva hay que señalar, que la provisión de puestos de trabajo es un procedimiento administrativo
que tiene por finalidad específica la cobertura de los puestos vacantes, a través de mecanismos previamente
diseñados.

La necesidad de esta provisión es consecuencia directa del sistema de selección ya que las pruebas de ingreso
habilitan genéricamente para el trabajo en la función pública, pero no en concreto para un puesto de trabajo
determinado dentro de ésta.

En consecuencia, al existir una habilitación genérica es necesario regular, tanto, al principio como a lo largo de la
vida administrativa del funcionario, el mecanismo específico para concretar esa aptitud genérica.

Los mecanismos de provisión

El Reglamento de Provisión de Puestos de Trabajo (artículo 2) establece que los puestos de trabajo adscritos a
funcionarios se proveerán de acuerdo con los procedimientos de:

- Concurso, que será el sistema norma de provisión.

Derecho tema 7 13
- Libre designación, de conformidad con lo que se determine en las relaciones de puestos de trabajo.

- Redistribución de efectivos, cuando las necesidades del servicio así lo exijan.

- Reasignación de efectivos, con motivo de la supresión del puesto o como consecuencia de un plan de empleo.

- Movilidad por cambio de adscripción de puestos de trabajo, a propuesta de una Unidad para que puesto y
titular pasen a otro centro.

- Adscripción provisional o comisión de servicios, que lo será con carácter excepcional. El primer supuesto de
adscripción provisional, hoy está tasado a los casos de remoción o cese en un puesto, supresión del puesto y
reingreso sin reserva del puesto.

SITUACIONES ADMINISTRATIVAS

A) Normativa aplicable.

La regulación actual en esta materia viene contenida en la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la
Reforma de la Función Pública (en adelante, Ley de Medidas), así como en el reglamento de Situaciones
Administrativas, aprobadas por el Real Decreto 365/1995, de 10 de marzo (en adelante Reglamento de
Situaciones), y en la Ley 3/1989, de 3 de marzo, por la que se amplia a dieciséis semanas el permiso por
maternidad y se establecen medidas para favorecer la igualdad de trato de la mujer en el trabajo.

Como primera aproximación a esta temática y con independencia de lo que más adelante diremos, pueden
destacarse como novedades principales de esta regulación, con respecto a la precedente:

. La supresión de las situaciones de excedencia especial y de supernumerario.

. El establecimiento de un sistema que permite contemplar, en el seno de la relación funcionarial, los cambios
operados en virtud de la nueva ordenación territorial del Estado, derivada de la Constitución de 1978.

. La creación de la situación administrativa de excedencia para el cuidado de los hijos.

B) Ambito de aplicación y clases.

Siguiendo lo dispuesto en la normativa vigente, hay que señalar que el ámbito de aplicación de dicha normativa se
extiende, de forma directa, a todos los funcionarios sometidos a lo dispuesto en la Ley de Medidas.

Por lo que respecta, en concreto, a las clases de situaciones en que pueden encontrarse los funcionarios, cabe
señalar que son las siguientes:

. Servicio activo.

. Servicios especiales.

. Servicio en Comunidades Autónomas.

. Expectativa de destino.

. Excedencia forzosa.

. Excedencia para el cuidado de hijos.

. Excedencia voluntaria por servicios en el sector público.

Derecho tema 7 14
. Excedencia voluntaria por interés particular.

. Excedencia voluntaria por agrupación familiar.

. Excedncia voluntaria incentivada.

. Suspensión de funciones.

A continuación pasaremos a examinar las referidas situaciones.

C) Desarrollo.

1. Servicio Activo.

El servicio activo constituye la situación normal en que se encuentra el funcionario cuando desempeña sus
servicios en las diversas Administraciones Públicas. En la actual normativa, la principal novedad de esta situación
se encuentra en una mayor extensión del ámbito en el que los funcionarios puedan prestar sus servicios, no
recogiéndose, pues, el criterio predominante en la legislación anterior que, en la práctica, venia a asimilar esta
situación con la prestación de servicios en el Cuerpo o Escala de pertenencia.

2. Servicios especiales.

Esta situación es una de las novedades introducidas por la Ley de Medidas (artículo 29 de la Ley de Medidas y 4º
del Reglamento de Situaciones). Su característica esencial radica, para los funcionarios, en que el tiempo de
permanencia en la misma se computa a efectos de ascensos, trienios y derechos pasivos, y que conlleva, también
reserva de plaza y destino de acuerdo, esto último, con los siguientes criterios (artículo 7 del reglamento de
Situaciones):

Si el supuesto de trabajo desarrollado con anterioridad se hubiera obtenido por el sistema de libre designación, la
reserva se referirá a un puesto de trabajo de igual nivel y similares retribuciones, en el mismo Municipio con
carácter provisional.

En los restantes casos, se les adjudicará, con carácter definitivo, se reservará un puesto de igual nivel y similares
retribuciones, en el mismo Ministerio y Municipio.

Los funcionarios que se encuentren en esta situación de servicios especiales, reciben la retribución del puesto o
cargo que efectivamente desarrollen, si bien, y de forma excepcional, podrán percibir, con cargo al Departamento
de origen, las retribuciones por trienios siempre que éstas no pudiesen ser percibidas con cargo al presupuesto del
nuevo órgano del que dependan.

Cuando se pierda la condición que dio origen al pase a la situación de servicios especiales, el funcionario deberá
solicitar su reingreso al servicio activo en el plazo de un mes días, declarándose, en caso contrario, en situación de
excedencia voluntaria por interés particular.

Por lo que respecta a los diputados, senadores y miembros de las Asambleas Legislativas de las Comunidades
Autónomas que pierdan su condición por disolución de las correspondientes Cámaras, o por terminación del
mandato de las mismas, éstos podrán permanecer en la situación de servicios especiales hasta su nueva
constitución. En conexión a esto habrá que entender, que el plazo de 30 días señalado para solicitar el reingreso
resultará aplicable a aquellos parlamentarios cesados que, presentándose a una nueva elección, no obtengan el acta
correspondiente.

3. Servicio de Comunidades Autónomas.

Efectivamente, la nueva estructura territorial del Estado supuso, en la práctica, el nacimiento de nuevas
burocracias en las Comunidades Autónomas, así como también la utilización por éstas de los funcionarios de la
Administración del Estado con experiencia en el ámbito de la gestión pública.
Derecho tema 7 15
La referida utilización de los funcionarios señalados estaba, sin duda, necesitada de una clara reglamentación que
determinase los derechos de quienes, procediendo de la Administración del Estado, pasasen a prestar sus servicios
en las Comunidades Autónomas, de ahí la necesidad de instrumentar legalmente esta nueva situación
administrativa.

4. Expectativa de destino.

Esta situación surge ex novo por el Real Decreto 365/1995 para los funcionarios que afectados por un
procedimiento de reasignación de efectivos no hubieran obtenido plaza.

En esta situación solo puede estarse un año como máximo, transcurrido el cual pasarán a la situación de
excedencia forzosa, y en ella se está obligado a aceptar los puestos de características similares a los que
desempeñaban que se les ofrezcan en la provincia en la que estaban destinados.

En esta situación se percibirán las retribuciones básicas, el complemento de destino y el grado personal que les
corresponda, o en su caso, el del puesto de trabajo que desempeñan, y el 50 por 100 del complemento específico
que percibieran al pasar en esta situación.

5. Excedencias

Cuando hablamos de la situación de excedencia, no nos estamos refiriendo a un supuesto homogéneo. En efecto,
esta situación, que es la contraria a la de servicio activo, se caracteriza en nuestro sistema por adoptar diversas
modalidades. Ahora bien, lo que sí interesa destacar aquí es que, el que entre en juego una u otra modalidad de
excedencia, depende de que se manifieste la voluntad del funcionario (en el caso de la excedencia voluntaria, por
ejemplo) o de que se patentice la voluntad de la Administración (cuando se trata de la excedencia forzosa).

Asimismo, desde esta perspectiva general, cabe recordar que en la nueva regulación de la situación de excedencia
que opera la Ley de Medidas, se ha suprimido la denominada "excedencia especial", dentro de la cual se incluían
supuestos que hoy aparecen incardinados en la situación de servicios especiales que acabamos de examinar.

No obstante es oportuno destacar las peculiaridades de cada una de las modalidades.

Excedencia forzosa -art.13 Reglamento Situaciones-, tiene lugar por el trancurso del período máximo -1 año-. En
situación de expectativa de destino y cuando procedente de la de suspensión firme, solicite el reingreso y no se le
conceda en un plazo de seis meses.

Estan obligados a participar en concursos o, caso contrario, pasaran a la situación de excedencia voluntaria por
interés particular.

Tienen derecho a percibir las retribuciones básicas y, en su caso, las prestaciones familiares por hijo a su cargo, así
como el cómputo del tiempo en dicha situación a efectos de derechos pasivos y de trienios.

Excedencia por el cuidado de hijos -art. 14 del Reglamento-. Se tiene derecho para atender al cuidado del hijo,
tanto cuanto lo sea por naturaleza o por adopción. Cuando el padre y la madre trabajan, solo uno de ellos puede
ejercitar este derecho.

La situación puede solicitarse en cualquier momento posterior al nacimiento o resolución judicial de la adopción y
tendrá una duración máxima de tres años desde la fecha del ncimiento.

Los funcionarios en esta situación tienen derecho a reserva del puesto de trabajo y a su cómputo a efectos de
trienios, consolidación del grado personal y derechos pasivos.

Excedencia voluntaria por prestación de servicios en el sector público y por interés particular -art. 15 y 16
del Reglamento-.

Derecho tema 7 16
La diferencia fundamental es que la primera carece de límite de tiempo mientras se mantenga la relación de
servicios que dio origen a la misma, mientras que la segunta está sometida a condiciones de tiempos.

Estas condiciones en que no se puede solicitar la excedencia por interés particular hasta trancurrido cinco años de
prestación de servicios efectivos desde la anterior solicitud, y que, el plazo máximo, oscila entre un plazo no
inferior a 2 años, ni superior a un múmero de años equivalente a los que al funcionario acredite haber prestado en
cualquiera de las Administraciones Públicas, con un máximo de quince.

Exedencia voluntaria por agrupación familiar, consituye también otra nueva situación con una duranción
mínima de 2 años y máxima de 15, que puede considerarse cuando el cónyuge del funcionario resida en otro
Municipio por haber obtenido un puesto de trabajo de carácter definitivo en las Administraciones Públicas.

Excedencia voluntaria incentivada -art. 18 del Reglamento- Constituye otra novedad y por ella los funcionarios
afectados por un proceso de reasignación, o afectados por un Plan de Empleo podrán ser declarados, a su solicitud.
en situación de excedencia voluntaria incentivada procedentes de la de activo, expectativa de destino o excedencia
forzosa.

Tendrá una duración máxima de 5 años y tendrán derecho a una mensualidad de las retribuciones de carácter
períodico, excluídas pagas extraordinarias y el complemento de productividad, por cada año completo de servicios
efectivos y con un máximo de 12 mensualidades.

6. La suspensión de funciones.

Esta situación administrativa tiene su origen en la potestad disciplinaria que ostenta la Administración, que
permite a ésta el poder decretar tanto la suspensión temporal como, en su caso, la suspensión firme de la relación
funcionarial en los supuestos de incumplimiento, por parte del funcionario, de sus obligaciones.

Dicha suspensión de funciones aparece, como se ha señalado por algún autor, como un supuesto en que la relación
funcionarial se encuentra "latente", es decir, que dicha suspensión no supone la extinción de la relación
funcionarial.

En el plano normativo, la suspensión de funciones está regulada en los artículo 47 al 50 de la Ley de Funcionarios
Civiles de 1964, y en los artículo 20 al 22 del Real Decreto 365/1995, de 10 de marzo, y se define como una
situación administrativa que se caracteriza por la privación temporal del ejercicio de las funciones y de los
derechos inherentes a la condición de funcionario.

Los supuestos de extinción de la relación funcionarial.

1. Idea previa

Una vez analizadas las situaciones administrativas de los funcionarios públicos, hay que estudiar los supuestos de
extinción de la relación funcional.

En este sentido, cuando se contempla la relación de servicio que une al funcionario con la Administración, cabe
señalar que la norma es que ésta se extinga, por una parte, cuando dicho funcionario haya alcanzado la edad que
la Ley fija como límite a la misma, y, por otra, cuando transcurriendo un determinado número de años de servicio,
se permita que, a instancia del propio funcionario, éste acceda a la jubilación.

Ahora bien, si teniendo en cuenta las circunstancias de capacidad exigidas en la relación funcional, falla alguna de
éstas, o el funcionario de forma expresa, manifiesta su deseo de sustraerse de la situación legal y reglamentaria en
que se haya situado en virtud del acto de nombramiento y su consiguiente aceptación, se extinguirá también la
mencionada relación de servicio. Por ello, es pertinente distinguir, a efectos sistemáticos, entre unas causas
normales y otras anormales de extinción de la relación de servicio.

2. Causas de extinción de la relación de servicio

Derecho tema 7 17
Como se acaba de apuntar al referirse a las causas de extinción de la relación funcionarial, cabe distinguir entre
unas causas de tipo normal y otras de tipo anormal, las cuales analizamos a continuación.

a) Causas normales de extinción de la relación del servicio.

Constituyen causas normales de extinción las siguientes:

- Jubilación forzosa, que se declarará de oficio, en todo caso, al cumplir el funcionario los 65 años de edad (las
dudas suscitadas acerca de la constitucionalidad del anticipo de la edad de jubilación forzosa de numerosos
Cuerpos de funcionarios, impuesta por la Ley de Medidas, sin que medie compensación económica, ha sido
resuelta, en favor del legislador, por las Sentencias del Tribunal Constitucional: 108/1986, de 26 de julio y
99/1987, de 11 de julio, en base a la naturaleza legal u reglamentaria de la relación que vincula al funcionario de
carrera con la Administración, que permite la adopción de este tipo de medidas).

- Jubilación voluntaria, que procederá a instancia del funcionario, siempre que concurran las circunstancias
siguientes:

. Que el funcionario haya cumplido 60 años de edad.


. Y que tenga reconocidos 30 años de servicios efectivos al Estado.

b) Causas anormales de extinción de la relación de servicio.

A este respecto cabe señalar, que los supuestos de extinción o de pérdida de la condición de funcionario, corren
paralelos, de una parte, con los extremos exigidos para poder participar en las pruebas selectivas para el ingreso
en la Administración, y de otra, con la manifestación de voluntariedad para mantener en la misma, que constituye
la necesaria condición para la eficacia del acto de nombramiento. Dicho esto, pueden señalarse aquí los siguientes
supuestos de extinción:

. La pérdida de la nacionalidad española. Como sabemos, la normativa funcionarial recoge como uno de los
requisitos imprescindibles para ser admitido en las pruebas selectivas de ingreso en la Función Pública y, por
tanto, para acceder a la condición de funcionario, al ser español. Pues bien, este requisito no sólo es necesario para
el acceso a la Función Pública sino que constituye, además, una condición indispensable para mantenerse en ella,
de forma que la pérdida de la nacionalidad trae como consecuencia inmediata la pérdida de la condición de
funcionario. Tal declaración -de pérdida- deberá efectuarse por las mismas autoridades que tienen la competencia,
en su respectivo ámbito, para efectuar el nombramiento.

.La jubilación por incapacidad del funcionario. Para la cual es necesaria la previa instrucción de expediente,
que podrá iniciarse de oficio o a instancia del funcionario interesado cuando éste venga afectado por una lesión o
proceso patológico, somático o psíquico que esté estabilizado y sea irreversible o de remota o incierta
irreversibilidad, cuya lesión o proceso le imposibiliten totalmente para desempeñar las funciones propias de su
Cuerpo, Escala, Plaza o Carrera, (artículo 28.2.c) de la Ley de Clases Pasivas del Estado, aprobado por Real
Decreto Legislativo 670/1987, de 30 de abril).

. La sanción disciplinaria de separación del servicio. La problemática sancionatoria se estudia en la Unidad


correspondiente, por lo que, en consecuencia, no nos detendremos a analizarla.

. La pena principal o accesoria de inhabilitación absoluta o especial para cargo público. Este supuesto se
encuentra expresamente:

"Las penas de inhabilitación y suspensión para cargos publicos, derecho de sufragio, profesión u oficio, son
accesorias en los casos en que, no imponiéndolas especialmente la ley declara que otras penas las llevan
consigo".

Ahora bien, desde la perspectiva jurídica funcionarial es conveniente significar que esta circunstancia no impide
un posterior reingreso en la Función Pública una vez cumplida la condena, si aquélla no fue acompañada de un
expediente disciplinario, de carácter administrativo, que culminase con la separación del servicio.
Derecho tema 7 18
- La renuncia a la condición de funcionario público. Esta es un acto susceptible de ser encuadrado en el marco
general de la renuncia de los derechos, según establecen las reglas del Código Civil, esto es, la renuncia será
válida en tanto en cuento no contraríe el interés o el orden público o perjudique a terceros.

En este sentido y ciñéndonos al ámbito administrativo, no es aceptable la renuncia a la condición de funcionario


para eludir un expediente disciplinario vulnerando, por lo tanto, la potestad disciplinaria de la Administración.

Dicho lo anterior, cabe señalar, que la renuncia a la condición de funcionario se perfecciona con la aceptación de
la misma por la Administración, correspondiente en concreto la misma, de acuerdo con la normativa vigente, a la
Secretaría de Estado para la Administración Pública.

También hay que significar, por último, que la renuncia a la condición de funcionario no inhabilita para un nuevo
ingreso en la Función Pública a través de los procedimientos normales de selección.

- La no solicitud de reingreso en el servicio activo en caso de agotamiento del plazo prevista en la Ley para
la excedencia voluntaria por interés particular.

Como es sabido, la regulación sobre excedencia voluntaria por interés particular, establece un condicionamiento
de carácter temporal, esto es, que no se puede permanecer en ella más de un número determinado de años. Así
pues, si el funcionario no solicita el reingreso antes de que se cumpla el plazo citado, la Ley regula que esta
circunstancia supondrá la pérdida de la condición de funcionario.

ORGANOS DE REPRSENTACION

La Ley 9/1987, articula el derecho de representación a través de los siguientes tipos de órganos (artículos 4º, 5º y
6º):

Los Delegados de Personal que son los órganos de representación en aquellas Entidades Locales que
cuentan, al menos, con diez funcionarios y no alcancen el número de 50. Igualmente podrá haber un
Delegado de Personal en aquellos Centros que cuenten entre seis y diez funcionarios si así lo decidieran
éstos por mayoría.

Los funcionarios eligirán Delegados de Personal de acuerdo con la siguiente proporción:

. Hasta 30 funcionarios, uno.

. De 31 a 49 funcionarios, tres, que ejercerán su representación mancomunadamente.

Las Juntas de Personal que son órganos de representación a crear en Unidades Electorales que cuentan
con un censo mínimo de 50 funcionarios. Su composición es variable de acuerdo con una escala que va de
cinco miembros, para un colectivo de 50 a 100 funcionarios, hasta 19 para un colectivo de 750 a 1.000
funcionarios; en adelante, habrá dos miembros más por cada 1.000 o fracción con un máximo de 75
(artículos 6 a 8).

Las Juntas de Personal y los Delegados de Personal, en su caso, tendrán las siguientes facultades en sus respectivos
ámbitos (artículo 9º):

. Recibir información que les será facilitada trimestralmente sobre la política de personal del Departamento,
Organismo o Entidad Local.

. Emitir informe, a solicitud de la administración Pública correspondiente, sobre las siguientes materias.

. Traslado total o parcial de las instalaciones.


Derecho tema 7 19
. Planes de formación de personal

. Implantación o revisión de sistemas de organización y métodos de trabajo.

. Ser informado de todas las sanciones impuestas por faltas muy graves.

. Tener conocimiento y ser oídos en las siguientes cuestiones y materias:

. Establecimiento de la jornada laboral y horario de trabajo.

. Régimen de permisos, vacaciones y licencias.

. Cantidades que perciba cada funcionario por complemento de productividad.

. Conocer, al menos, trimestralmente, las estadísticas sobre el índice de absentismo y sus causas, los accidentes en
acto de servicio y enfermedades profesionales y sus consecuencias, los índices de sinistralidad, los estudios
periódicos o especiales del ambiente y las condiciones de trabajo, así como de los mecanismos de prevención que
se utilicen.

. Vigilar el cumplimiento de las normas vigentes en materia de condiciones de trabajo, seguridad social y empleo,
y ejercer, en su caso, las acciones legales oportunas ante los organismos competentes.

. Vigilar y controlar las condiciones de seguridad e higiene en el desarrollo del trabajo.

. Participar en la gestión de obras sociales para el personal establecidas en la administración correspondiente.

. Colaborar con la Administración correspondiente para conseguir el establecimientos de cuantas medidas


procuren el mantenimiento e incremento de la productividad.

. Informar a sus representados en todos los temas y cuestiones a que se ha hecho referencia.

Asimismo, se reconoce legalmente a las Juntas de Personal, colegiadamente, por decisión mayoritaria de sus
miembros y, en su caso, a los Delegados de Personal, mancomunadamente, legitimación para iniciar, como
interesados, los correspondientes procedimientos administrativos y ejercitar las acciones en vía administrativa o
judicial en todo lo relativo al ámbito de sus funciones.

Por otro lado, hay que hacer notar que los miembros de las Juntas de Personal así como los Delegados de Personal,
tendrán la obligación de observar sigilo profesional en todo lo referente a los temas en que la Administración
señala expresamente el carácter reservado del asunto.

Por último (artículo 11) los miembros de la Junta de Personal y los Delegados de Personal, en su caso, dispondrán
en el ejercicio de su función representativa de las siguientes garantías y derechos:

. Acceso y libre circulación por las dependencias de su Unidad electoral.

. Distribución libre de todo tipo de publicaciones, ya se refieran a cuestiones profesionales o sindicales.

. Ser oídos en los expedientes disciplinarios a que puedan ser sometidos sus miembros durante el tiempo de su
mandato y durante el año inmediatamente posterior.

. Un crédito de horas mensuales dentro de la jornada de trabajo y retribuidas.

. No ser trasladados ni sancionados durante el ejercicio de sus funciones ni dentro del año siguiente a la expiración
de su mandato, salvo en caso de que éste se produzca por revocación o dimisión, siempre que el traslado o la
sanción se base en que la acción del funcionario se hubiese producido en el ejercicio de su representación .
Derecho tema 7 20
Derecho tema 7 21

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