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DEFINICIÓN DE NACIÓN
Una nación (palabra que proviene del latín y que significa “nacer”) es una comunidad humana con
ciertas características culturales compartidas y que a menudo comparten un mismo territorio y
Estado. Una nación también es una concepción política, entendida como el sujeto en el que reside la
soberanía de un Estado.
En la historia, el concepto como hoy lo entendemos nació a fines del siglo XVIII cuando comenzó la
Edad Contemporánea y se empezaron a elaborar las primeras formulaciones sobre qué es una nación
y cómo tiene lugar en movimientos políticos. Estos estudios están relacionados con los períodos de
Ilustración y, más precisamente, con la Revolución Francesa y luego la Americana.
Con frecuencia es difícil definir las características que constituyen a una nación como tal, pero se
parte de la base de que los miembros de una comparten la misma conciencia de constituirse como un
cuerpo político diferenciado de otros a partir de sus coincidencias culturales. En general, estas
coincidencias pueden ser étnicas, lingüísticas, religiosas, tradicionales y/o históricas. Y a esto se le
suma en ocasiones la pertenencia a un mismo territorio determinado.
A este conjunto de coincidencias y conciencia común respecto de la unidad política se le suele llamar
identidad nacional.
El concepto de nación es complejo y en ocasiones los criterios difieren para distinguirlo como tal. Por
ejemplo, diferencias entre pronunciaciones o dialectos pueden constituir a dos personas como
pertenecientes a naciones distintas. De la misma manera, es común que dos personas que vivan en
lugares geográficos diferentes puedan ser consideradas como miembros de una misma nación.
A menudo se confunde al término “nación” con el de “Estado” o incluso con la idea de un grupo
étnico, cultural o lingüístico aun cuando no cuente con un respaldo ético-político.
Existen distintos tipos de nación, por ejemplo, la liberal, la romántica, la socialista, la fascista y
nacional-socialista.
Nación Política
En el campo del derecho político, la nación política es el titular de la soberanía cuyo ejercicio afecta a
la implantación de las normas fundamentales que regirán el funcionamiento del Estado. Es decir,
aquellas que están en la cúspide del ordenamiento jurídico y de las cuales emanan todas las demás.
Han sido objeto de debate desde la Revolución francesa hasta nuestros días las diferencias y
semejanzas entre los conceptos de nación política y pueblo, y por consiguiente entre soberanía
nacional y soberanía popular. Las discusiones han girado, entre otras cosas, en torno a la titularidad
de la soberanía, a su ejercicio, y a los efectos resultantes de ellos.
En 1789 el abate Sieyès usó, con un fuerte carácter socio-económico, nación y pueblo como
sinónimos. Pero poco después modificó su significado, estableciendo una diferencia fundamental
para su idea de la soberanía y del Estado constitucional. Concibió entonces la nación como propia del
Derecho natural, anterior al Estado (Derecho positivo), y al pueblo como determinado a posteriori En
síntesis, para Sièyes la nación es titular de la soberanía, ésta se ejerce mediante el poder
constituyente, y después, tras el "establecimiento público" (Constitución), quedaría definido el pueblo
como titular del poder constituido. Así pues, el pueblo sería para el abate la nación jurídicamente
organizada.
Nicolas de Condorcet sólo emplea el término pueblo, pero coincide con Sièyes al hacer énfasis en la
distinción entre poder constituyente y poder constituido como base para el buen funcionamiento del
Estado liberal y democrático.
Para estos dos autores, el papel del titular de la soberanía (llámese nación o pueblo) se agota tras el
ejercicio del poder constituyente. Tan sólo quedaría, en estado latente, como "recordatorio" del
fundamento del Estado, y podría manifestarse excepcionalmente para rebelarse contra la opresión de
una eventual tiranía.
De los mencionados argumentos de Sieyès y Condorcet se deriva una idea básica respecto al Estado
constitucional, que perdura hasta hoy, según la cual, como señalan, por ejemplo, Martin Kriele e
Ignacio de Otto, en dicho Estado no hay soberano. Esto se basa en que si consideramos la soberanía
como summa potestas o poder ilimitado (y por tanto con facultad para crear leyes sin ningún freno a
priori), ello es incompatible con la existencia de una norma fundamental que establezca su
supremacía. Otros autores sostienen que el proclamar la soberanía nacional tiene por objetivo
propugnar o establecer una estructura constitucional propia del Estado liberal de Derecho: al atribuir
la titularidad (que no el ejercicio) de la soberanía a un ente unitario y abstracto, se proclaman como
no originarios los órganos estatales, evitando que cualquiera de ellos reclame para sí poderes que
considere anteriores a la Constitución, lo que además favorece la articulación policéntrica de dichos
órganos (pues ninguno prevalecería sobre los demás).
Nación cultural
El concepto de nación cultural es uno de los que mayores problemas han planteado y plantea a las
ciencias sociales, pues no hay unanimidad a la hora de definirlo. Un punto básico de acuerdo sería
que los miembros de la nación cultural tienen conciencia de constituir un cuerpo ético-político
diferenciado debido a que comparten unas determinadas características culturales. Estas pueden ser
la lengua, religión, tradición o historia común, todo lo cual puede estar asumido como una cultura
distintiva, formada históricamente. Algunos teóricos, añaden también el requisito del asentamiento
en un territorio determinado.
El concepto de nación cultural suele estar acoplado a una doctrina histórica que parte de que todos
los humanos se dividen en grupos llamados naciones. En este sentido, se trata de una doctrina ética y
filosófica que sirve como punto de partida para la ideología del nacionalismo. Los (co)nacionales
(miembros de la nación) se distinguen por una identidad común y generalmente por un mismo origen
en el sentido de ancestros comunes y parentesco.
La identidad nacional se refiere especialmente a la distinción de características específicas de un
grupo. Para esto, muy diferentes criterios se utilizan, con muy diferentes aplicaciones. De esta
manera, pequeñas diferencias en la pronunciación o diferentes dialectos pueden ser suficientes para
categorizar a alguien como miembro de una nación diferente a la propia. Asimismo, diferentes
personas pueden contar con personalidades y creencia distintas o también vivir en lugares
geográficamente diferentes y hablar idiomas distintos y aun así verse como miembros de una misma
nación. También se encuentran casos en los que un grupo de personas se define como una nación
más que por las características que comparten por aquéllas de las que carecen o que conjuntamente
no desean, convirtiéndose el sentido de nación en una defensa en contra de grupos externos, aunque
éstos pudieran parecer más cercanos ideológica y étnicamente, así como en cuestiones de origen (un
ejemplo en esta dirección sería el de "Nación por Deseo" (Willensnation), que se encuentra en Suiza y
que parte de sentimientos de identidad y una historia común).
Historia
El concepto de nación (tanto política como cultural) tal como lo entendemos hoy, es decir, con su
intrínseco componente político, no surge hasta fines del siglo XVIII, coincidiendo con el fin del
Antiguo Régimen y el inicio de la Edad Contemporánea. Es entonces cuando se elaboran las primeras
formulaciones teóricas sólidas de la nación y su plasmación en movimientos políticos concretos. Es
decir, las obras de los ilustrados de fines del s. XVIII y las Revoluciones estadounidense y francesa.
Desde entonces los dos tipos de nación han ido evolucionando entrelazadamente hasta hoy. Sin
embargo el término, de origen latino, existió antes, con otros significados.
Etimología
La palabra nación proviene del latín nātio (derivado de nāscor, nacer), que podía significar
nacimiento, pueblo (en sentido étnico), especie o clase. Escribía, por ejemplo, Varrón (116-27 a. C.):
Europae loca multae incolunt nationes ("Son muchas las naciones que habitan los diversos lugares
de Europa"). En los escritos latinos clásicos se contraponían las nationes (bárbaros no integrados
en el Imperio) a la civilitas (ciudadanía) romana. Dice Cicerón: Todas las naciones pueden ser
sometidas a servidumbre, nuestra ciudad no.
En la Edad Media y Moderna el término se continuó empleando en sentido étnico, al margen de que
ahora las naciones estuvieran integradas en diversas entidades políticas como Reinos e Imperios.
También se usaba para designar a grupos de personas según su procedencia, siguiendo un criterio
muy variable (a veces simplemente geográfico), con el fin de distinguir a unos de otros.
En las universidades medievales, cuya lengua académica era el latín, los estudiantes (provenientes de
toda Europa) solían agruparse en nationes, en función de su lengua materna vernácula o su lugar de
nacimiento. En 1383 y 1384, mientras estudiaba teología en París, Jean Gerson fue electo dos veces
procurador de la nación francesa (esto es, de los estudiantes francófonos de la Universidad). La
división en París de estudiantes en naciones fue adoptada por la Universidad de Praga, donde desde
su apertura en 1349 el Studium Generale se dividió entre bohemios, bávaros, sajones y en diversas
naciones.
En los grandes mercados de la Edad Media los comerciantes se reunían en naciones, identificándose
así el origen de los productos en venta.
El Estado-nación
La Confederación Helvética, (Suiza) formada antes del advenimiento de los movimientos nacionales,
vio como base mantener ciertos privilegios de las ciudades y regiones confederadas, así como, con el
tiempo, promover la neutralidad como defensa contra los Imperios que la rodeaban y para mantener
y promover una estabilidad interna en relación con los países vecinos. Asimismo, la Confederación se
caracterizó desde un principio por una ideología común de tipo parlamentaria, federativa y
democrática que ya para principios del siglo XIV la comenzaban a caracterizar y que en los Estados
vecinos no dio frutos de manera análoga hasta tiempo después.
El concepto de nación que se creó aquí (con un tipo de nación conocida como Willensnation -nación
por deseo-) se basa en un sentimiento de fuerza en la unión para mantener las tradiciones e ideas
comunes y al no querer pertenecer a los demás Estados y naciones, pese a que en cuestión de
idioma, Suiza puede dividirse por lo menos en 4 naciones (los idiomas oficiales en Suiza son el
alemán, el francés, el italiano y el retorromano), tres de ellos en Estados-Nación establecidos
(Francia, Italia, Alemania/Austria, aunque en éstos, la diversificación dialectal puede llegar a ser tan
grande que sin ayuda de la lengua estandarizada, de origen cuasi artificial en el caso de Alemania, con
dialectos en ocasiones tan ininteligibles entre sí, los hablantes tendrían problemas de comunicación).
Un caso parecido en principio es el concepto de nación que puede verse en los Estados Unidos y que
se denota en el lema E Pluribus Unum (1776) y en el concepto de melting pot. También (aunque
menos) en el concepto promulgado por la Unión Europea, con el lema in unitate concordia.
El concepto de nación en Latinoamérica tampoco es claro. Mientras a nivel oficial se suele utilizar el
concepto como equivalente a Estado territorial, los ideólogos y filósofos promulgan el sentido de
nación latinoamericana, así como se encuentra también el de nación iberoamericana o a mayores
generalizaciones, partiendo especialmente de la lengua no española, sino latina y viendo los países
romances como aquellos Estados pertenecientes a una nación común. Asimismo, existe también el
sentimiento nacionalista de carácter regional que se contrapone al de una nación general. De manera
general, los estados latinoamericanos buscan mantener claras ciertas diferencias respecto unos a
otros, motivados por el hecho de procurar legitimar el carácter de independencia cultural al cual
tienen derecho.
El concepto de nación promulgado por filósofos latinoamericanos suele ser el de ver a las regiones
hispanas en América como parte de una nación, la cual no va seguida por un Estado. Este concepto se
basa en un mismo origen colonial, la lengua y paralelos históricos. Para diferenciarse de Europa, se
promulgó paralelamente con el movimiento nacionalista étnico en Europa el concepto de la nación
iberoamericana como unidad étnica, basada en el mestizaje (Vasconcelos[8] ) y se intentó demostrar
por qué ésta debería ser superior a otras, mientras que en Europa se intentaba demostrar por qué la
mezcla de antiguas etnias sería mala.
Definición de Estado
El Estado “Es la nación organizada jurídica y políticamente bajo una autoridad (gobierno) que tiene la
finalidad de lograr el bien común”.
El Estado emerge como una entidad jurídico-política constituida sobre la base de aquella entidad
social denominada nación (o colectividad nacional, para comprender a una pluralidad de naciones
articuladas en una unidad), pero también sobre la base física o espacial en la que se desenvuelve la
vida nacional, y, particularmente, sobre la base jurídico-política plasmada merced al Poder Político
Estatal, como dimensión específica del poder social.
El Estado puede abarcar a una o varias naciones. El Estado es un concepto “jurídico” mientras que la
nación lo es “sociológica”, de ello es posible la integración de ésta en aquel. Cuando una nación
adquiere conciencia como tal aspira a ser Estado.
El Estado nace por la necesidad que tiene la sociedad de lograr el “bien común”, lo cual exige el
reconocimiento e intangibilidad por otros Estados, de su independencia, soberanía e inviolabilidad de
su territorio, de la facultad de organizarse política, social, económica y militarmente y de emplear sus
medios en la forma que juzgue conveniente para la consecución de sus fines.
El Estado no es un ente estático, sino dinámico, actuante, evolutivo, que se desarrolla y cambia de
acuerdo a la evolución de la sociedad y del mundo.
. Pueblo
“Es el elemento humano del Estado, constituido por el conjunto de personas, unidas por
un vínculo jurídico - político, sustentado en la vigencia de valores comunes,
históricamente compartidos, que se llama Nacionalidad”.
b. Territorio
“Es el elemento físico del Estado, comprende el suelo, el subsuelo, las aguas fluviales,
lacustres y el mar adyacente, el lecho y subsuelo marino, fluvial y lacustre y el espacio
aéreo que los cubre”. Comprende también el patrimonio nacional, vale decir la
infraestructura habitacional, social, cultural, histórica, tecnológica, productiva, vial,
artística, etc.
a. Política
b. Social
c.Jurídico-Normativa
Emite dispositivos legales de los diferentes niveles, para organizar y conducir, fiscalizar y
administrar las actividades de la Nación,
d. Administrativa
e. Seguridad
Garantiza la seguridad de la nación, en los ámbitos interno y externo, vale decir hace frente
a las amenazas, desafíos y conflictos que atenten contra su integridad territorial, contra su
patrimonio, contra la estabilidad jurídico política del estado, contra la seguridad de las
personas, contra el libre ejercicio de los derechos ciudadanos y contra su independencia y
soberanía.
f. Relaciones Internacionales
En determinado momento, los fisiócratas y los utilitaristas consideraron al "bien común" como el
resultado de la suma de todos los bienes individuales, concepción errónea que no tuvo en
cuenta que toda suma exige que los sumandos sean homogéneos en cuanto a sus naturalezas,
mientras que los bienes individuales son de naturaleza notablemente heterogénea.
Más tarde, se postuló que el “bien común” era el bien de las mayorías de una colectividad
nacional, concepción ésta que no resiste el análisis a la luz de los legítimos derechos de las
minorías, los que serían desconocidos o postergados, contradiciendo la idea central del “bien
común”, entendido como el bien de todos y no de una parte de los integrantes de un cuerpo
social.
“El Fin Supremo del Estado, considerado como una situación ideal por alcanzar, que
implica un alto grado de progreso y perfección de la sociedad, de manera que
signifique el medio social propicio para la plena realización de la persona humana”.
En esta definición:
- Se concibe el bien común como una situación ideal caracterizada por un alto grado de
progreso y perfección de la sociedad, usándose este sentido dinámico en razón de que el
progreso no tiene fin y que sería utópico referirse a una sociedad perfecta.
De lo expuesto, es evidente que el componente fundamental del concepto del “bien común” es
la realización plena de la persona humana, esto es, de todas las personas humanas que
integran la sociedad; y que además, tal realización es el producto de la vigencia en el ambiente
social, de condiciones óptimas que no solo lo posibiliten sino que lo promuevan, protejan y
garanticen.
Adicionalmente, podemos advertir que existe concordancia entre las elaboraciones teóricas
realizadas por muchos años en el CAEN respecto al “bien común” y lo estipulado en el Artículo
1º de la Constitución Política (1993) que señala que “La defensa de la persona humana y el
respeto de su dignidad constituye el fin supremo de la sociedad y del estado”.
3. Fines Esenciales
La gran amplitud y generalidad del concepto del bien común demanda la identificación de los
principales aspectos que comprende. En relación a esta conveniencia el CAEN ha considerado
dentro del “bien común” a dos fines que lo componen que se denominan: “fines esenciales”: el
bienestar general y la seguridad integral.
a. El Bienestar General
La calidad de vida puede ser vista como una realidad compleja, que reúne un variado
conjunto de componentes y que permite obtener una idea de cómo en una sociedad dada,
las personas tienen satisfechas sus necesidades materiales y espirituales. La calidad de vida
puede ser susceptible de medición con el auxilio de indicadores o puede ser apreciada
indirectamente o cualitativamente.
Es posible afirmar que una sociedad ha logrado una significativa aproximación al Bienestar
General cuando:
b. La Seguridad Integral
Si el Bienestar General, como uno de los fines esenciales del Estado, exige un ambiente de
seguridad y tranquilidad que posibilite la realización de la persona humana, sobre la base
de la oportuna y adecuada satisfacción de sus necesidades, resulta claro que para alcanzar
tal fin, el estado debe eliminar o neutralizar todas las amenazas o presiones que puedan
perturbar o interferir el desenvolvimiento de la Política Nacional y de los esfuerzos para
lograr el Bienestar General.
- Definición
El Bienestar General, está referido a todos los integrantes de una sociedad, en este caso la sociedad
peruana. Por tanto, el primer deber, la primera misión o la primera función de la Seguridad Integral,
será garantizar la supervivencia, permanencia o existencia del Estado, cuyo fin supremo es alcanzar el
bien común de todas las personas. Sin seguridad integral no habrá Bienestar General, ni Bien Común
que lograr.
Para que sobreviva el estado, para que se mantenga en el concierto internacional, deberá mantener
su integridad territorial y la de su patrimonio, que comprende el patrimonio físico, histórico y
cultural. Y es su deber mantener tal patrimonio en su integridad, sin menoscabo ni cercenamiento;
por tanto, la Seguridad en este caso asume connotación de garantía para su integridad.
Pero este solo aspecto no recubre el concepto de Seguridad Integral. Se adiciona a él, la facultad
inherente al Estado de actuar con plena autonomía en el campo interno y libre de toda subordinación
en el campo externo, es decir tener LIBERTAD DE ACCIÓN para decidir sobre su vida y su destino.
a) Seguridad Interna
Orientada a preservar al estado de los riegos y amenazas que puedan surgir en su interior,
contra su supervivencia, autonomía, integridad, patrimonio, contra su población, garantizando
la estabilidad jurídico-política y propiciando el logro del Bien Común en paz.
b) Seguridad Externa
BIENESTAR GENERAL
FINES ESENCIALES
SEGURIDAD INTEGRAL
DESARROLLO NACIONAL
INSTRUMENTOS O VIAS
DEFENSA NACIONAL
REALIDAD NACIONAL
PODER NACIONAL
POTENCIAL NACIONAL