You are on page 1of 7

LA REBELION PERMANENTE | FERNANDO MIRES

En todos los nuevos países hispanoamericanos la revolución de independencia llevo al poder al


sector más poderoso de la clase criolla. Apenas desaparecieron las trabas jurídicas e
institucionales se inició una recolonización hacia adentro, haciendo que esa clase poderosa de
apropiara de nuevos territorios y destruyera los restos de sociedades y culturas que habían
sobrevivido a la colonización española.

El nuevo tipo de estado no era por lo que los patriotas habían luchado en su independencia.

Se genera un nuevo escenario donde irrumpen ferrocarriles, bancos, créditos, barcos extranjeros
tanto ingleses como norteamericanos. Era una nueva conquista.

Un país donde las contradicciones se hicieron más notables y el capitalismo alcanzo un desarrollo
más violento fue México. Este país sería el escenario de luchas sociales. Burguesías emergentes en
el comercio y la industria contra las oligarquías más tradicionales.

La sociedad mexicana surgiría sobre la base de un conflicto no resuelto entre las aspiraciones de la
mayoría de la población y los privilegios de los pocos que estaban en el poder: La dictadura de
Porfirio Díaz. Este hombre alcanzo el poder levantándose contra la elección de Benito Juárez, una
vez fallecido Benito, se levantó contra la elección de Lerdo de Tejada por considerarla fraudulenta.
En 1877 fue elegido presidente 2 veces hasta 1910. Díaz intento llevar a la práctica una política de
tipo nacionalista, incluso pro-europea. Esa dictadura fue en expresiones políticas, una alianza
entre la propiedad señorial y el capital extranjero. El capital extranjero entraba con tanta
velocidad que eran predecibles los conflictos. Ya a comienzos del siglo XIX los extranjeros habían
conquistado la hegemonía ideológica del gobierno. Tomaban elementos de la filosofía de Comte
(positivismo) y rendían culto al progreso entendiendo este como concepto de industrialización.
Consideraban que la única forma de que México rompiera su pasado feudal era vincularse con el
capital extranjero, y para eso era necesario un gobierno autoritario.

La ilusión de industrializar México nunca se dio porque las inversiones se dirigieron rápidamente
hacia la minería y la agricultura, los rubros tradicionales de exportación.

La vinculación entre México y EEUU era cada vez mayor en el comercio externo. El capital
norteamericano se concentró fundamentalmente en el ferrocarril, sistemas de transporte y
comunicación. Las áreas económicamente estratégicas del país estaban ocupadas por capital
extranjero. La vinculación del país con el mercado mundial se da sobre la base de sobre
explotación de los sectores sociales más débiles de la población: el campo.

La política agraria se caracterizó por la expropiación a las comunidades y pequeños propietarios y


la extrema concentración de la tierra, que juntas constituyen la otra cara de la “modernización
dependiente”. Se creó el “Decreto de Colonización de Terrenos Baldíos” y para cumplirlos fueron
creadas las llamadas “Campañas Deslindadoras”; el saqueo de las propiedades indígenas y
campesinas. El gobierno pudo vender tierras públicas. Los mas afectados fueron los indígenas, casi
desaparecieron. Pasaron a ser parte de un proletariado agrario andrajoso.

La lucha por las tierras había sido comenzada por los indios Yaquis mucho antes de la revolución.
Su jefe, Cajeme había sido oficial del ejército mexicano. Cuando declararon estado de guerra
Cajeme nombro diferentes puestos. Sobre la base de un sistema democrático, el caudillo indio
adoptaba resoluciones de trascendencia general, convocando a asambleas populares. Otros
poblados comenzaron a unirse a los Yaquis.

La oposición política a Díaz provenía de tres vertientes principales. La primera, constituida por
unos pocos empresarios que se habían formado como consecuencia de la modernización
dependiente del país. La segunda, por aquellos sectores sociales intermedios, en especial los
miembros de las profesiones liberales aparecidos como consecuencia de la urbanización. La
tercera era una naciente clase obrera industrial.

Con respecto a la primera, los sectores burgueses que estaban dispuestos a romper con el
porfirismo eran una minoría, y sus posiciones de desacuerdo no los llevaba automáticamente a
convertirse en revolucionarios. Aclaremos que la revolución mexicana no fue burguesa, sino anti-
burguesa, popular, campesina y nacionalista.

En la segunda vertiente, los sectores intermedios, la inflación en los precios se hizo notable e
intolerables, sumado a que a la clase media se le negaba la entrada a los clubes sociales de la
aristocracia. Surgieron muchos resentimientos. Surgía una nueva visión en los intelectuales de
clase media de redescubrir la idea de “pueblo”. Se crea entre contexto de huelgas el “Programa
del Partido Liberal”, el documento más importante de la etapa precursora de la revolución.

En el reclamaban: trabajo manual en las escuelas primarias, mejor paga a los maestros,
redistribución de tierras entre los campesinos, fundación de un banco agrícola, que los extranjeros
no puedan adquirir bienes raíces, jornada laboral de 8 hs. y fin a la explotación infantil, salario
mínimo, descanso de domingo obligatorio, abolición de las tiendas de raya, pensiones e
indemnización por accidentes de trabajo, ley de derechos del trabajador y raza indígena protegida.

En cuanto a la vertiente obrera el desarrollo político era muy bajo, debido al desarrollo industrial
desigual se encontraban en masas aisladas. Se daban en forma de núcleo, y los factores más
influyentes fueron el crecimiento demográfico y los ataque sistemáticos a las propiedades
comunales del campo.

El gobierno reacciono llevando a cabo fuertes masacres contra las huelgas. La revolución posibilito
la creación del movimiento obrero, aunque ellos no fueron lo suficientemente fuertes para llevarla
a cabo.

El encargado de unificar toda esta serie de manifestaciones para que actúen de verdad fue
Madero, un empresario moderno que no compartía los limites oligarcas de Díaz. Creo un partido
político, se vio obligado a pasarse al bando revolucionario para oponerse a Díaz y fue nombrado a
la presidencia. Creo el Plan de San Luis y comenzó el movimiento armado.
En el sur se dio el movimiento agrario con una fuerza extraordinaria que respondía al zapatismo.
Una de las instituciones públicas influyentes era el consejo de ancianos, gracias a ellos el pasado
permanecía en el presente. Tras la renuncia estratégica de los ancianos se procede a la elección de
un representante. Gana Emiliano Zapata (33 años, no era un viejo), él era propietario de algunas
hectáreas familiares, no era pobre, por la forma en que defendió sus tierras fue reconocido como
un caudillo natural. Los coroneles/jefes locales lo nombraron como jefe del Ejército Revolucionario
del Sur.

En el norte se dio de forma distinta. La población no estaba concentrada en pueblos, vivía dividía
en haciendas, no todos eran del sector agrario. El encargado de unificar la fuerza fue Pancho Villa.

Madero triunfo uniendo en un solo fuerte a los pobres y los oligarcas arrepentidos. Esa amplitud
luego llevo al fin de su presidencia. No podía satisfacer las demandas de la masa agraria y de los
hacendados al mismo tiempo. Su única excepción fue con los Yaquis, con los cuales firmo un
tratado. La realidad es que los que respondían a las fuerzas de Zapata no eran Maderistas eran
más bien, Zapatistas, Madero ya no tenía respaldo.

Los zapatistas continuaron de manera independiente. Los campesinos del sur se declararon en
rebelión, reconociendo como jefe a Pascual Orozco. Madero intento responder con represión
militar. La rebelión de Orozco fue sofocada por las tropas gobiernistas de Huerta. Madero sin
poder si vio en lugar prisionero y renuncio. Los porfiristas intentaron llevar a Huerta al poder.

Zapata llego a la conclusión de que la única estrategia era relacionarse con los sectores anti-
huertistas: Carranza. Carranza programáticamente era menos radical que Madero, pero tenía una
composición social más avanzada que debía terminar con la “elite política”.

El zapatismo nunca estuvo subordinado por Carranza y combatió por su cuenta. Sin duda los
mayores apoyos los encontró Carranza en el norte. Gracias a las hazañas militares de Zapata y
Villa, Huerta fue vencido tanto en el norte como en el sur. Para este momento ya lo que había
comenzado como revolución agraria había pasado a ser una revolución social.

ARTE EN IBEROAMERICA | CAP. 5 POSADA Y LA TRADICION GRAFICA POPULAR:

El arte fue una tradición especialmente duradera en América Latina. Parte de esa fuerza continua
se debió a José Guadalupe Posada y la admiración que sintieron los muralistas mexicanos por el.
Sus obras se propagaban por periodos satíricos ilustrador y hojas volanderas producidas en masa y
ampliamente distribuidas. La obra de posada incluye se incluye en una corriente general de
pintura latinoamericana que alimento a varias generaciones de grabadores. La gran producción de
grabados cómicos, satíricos y pintorescos a lo largo de América latina en la segunda mitad del XIX
sirve para destacar, en vez de disminuir, su papel distintivo. En esa época se dio una interacción
entre los diarios y publicaciones satíricas de Europa y América. Charivari (Paris), El Hijo de Ahuizote
(México), Don Junípero (Cuba), Don Simplício (México), El Padre Pardilla más adelante y El Diablito
Rojo y fundamentalmente El Calavera. Realizaba sátiras sociales y políticas, exponía las realidades
y mentiras del gobierno a forma de metáfora. Esta última publicación es uno de los precedentes
de las famosas calaveras de Posada. Este periódico se caracterizaba por el anonimato de sus
autores, que se debía a evitar ser perseguidos. Los colaboradores fueron arrestados por fomentar
la desunión, incitar a la revolución, rebajar el prestigio de la suprema magistratura y meterse con
la vida privada de los funcionarios públicos y burlarse de ellos. Las imprentas cambiaban
constantemente de firma y nombre para mantenerse encubiertos.

A pesar de la censura durante el gobierno de Porfirio Díaz continuaron floreciendo las


publicaciones. El primer trabajo estable de Posada en la capital fue en “La Patria Ilustrada”. A
diferencia de otros dibujantes, se le da igualmente lo de naturalista, que los dibujos satíricos,
particularmente enérgicos y vigorosos, tenía un estilo grotesco en algunas ocasiones. En sus
últimos trabajos se dedicó al grabado en metal y aguafuertes. Posada creo un nuevo tipo de
imagen visual simplificada, condensada y dramática. Tomo recursos de la caricatura como el
fotomontaje y la fotografía siempre plasmando la realidad social. Para los muralistas que buscaban
la manera de implicarse directamente con el México revolucionario y de crear un arte popular,
Posada ofrecería una fuente visual única sin paralelo al “arte oficial” que había traído Días de
Europa.

ARTE EN IBEROAMERICA | CAP.7 EL MOVIMIENTO DE MURALISTAS MEXICANOS

Los muralistas mexicanos produjeron el mayor arte público revolucionario de este siglo. Luego de
la dictadura de Porfirio Díaz y la inestabilidad en la silla presidencial, con la llegada al poder del
viejo líder revolucionario Alvaro Obregón, en 1920 se inicio un periodo de esperanza y optimismo
en el que nació el muralismo para crear una nueva conciencia del país.

José Vasconcelos fue designado presidente de la Universidad y ministro de Educación y llevo a


cabo el movimiento artístico. Vasconcelos prevalecía mas lo estético sobre lo musical, la poesía,
literatura, etc (basándose en Comte) porque creía que la forma de llegar y tocar al pueblo
mexicano era a partir de la sensibilidad estética y visual.

Sostenía que en México había una larga tradición de murales, tomada de las culturas
precolombinas en el templo de Chichén-Itzá. Cuando Vasconcelos combocó a su grupo de artistas
(Rivera, Siqueira, Orozco los mas destacados) para su proyecto de murales, les mostro las grandes
paredes del templo. En estos artistas formados en Europa en su mayoría no existía una técnica
definida de muralismo, por lo que tuvieron que incursionar en el medio y les resulto difícil
despegarse de las vanguardias incorporadas como el Cubismo por ejemplo.

Lo particular de esto fue la ausencia de direccionalidad en cuanto al estilo o temas, no impuso


ningún límite por lo que imágenes de todo tipo: realistas, alegóricas, satíricas ; representaron los
aspectos de la sociedad mexicana, sus aspiraciones y conflictos, su historia y cultura. El mostrar a
los indígenas como parte de un sector social obrero era polémico. Se representaba a esa clase
social con rasgos indígenas, pero en la realidad no todos los obreros lo eran. Se representaban
escenas históricas, batallas, revueltas, retratos de las dos caras antagónicas de la sociedad. Se
mostraban los trajes típicos, situaciones tanto reales como alegóricas. El muralismo exigió una
erradicación del arte burgués llamado “pintura de caballete” y señalaban la tradición india, lo
nativo, como modelo socialista de un arte abierto, publico, luchadoramente educativo para todos.
(Ver imágenes para comprender las diferencias entre artistas)

LA POLITICA CULTURAL EN LA REVOLUCION | MARY KAY VAUGHAN

Resumen en base a la guía de Wilson

La autora se refiere a las Escuelas Rurales como “verdaderas arenas de la política cultural” porque
refutar y modificar las directivas del Estado dentro de las comunidades rurales, formó parte de la
reconstrucción del poder, el conocimiento y la vida cotidiana.

Durante los años de lucha armada, jefes constitucionalistas se interesaron en transformar a la


sociedad feudal en una moderna y secular, a través de la Secretaria de Educación Pública (SEP),
que construyó escuelas rurales federales para disciplinar y canalizar a los campesinos, dándoles
nacionalidad, modernidad y transformándolos en productores comerciales.

Según la autora, Hobsbawn, Anderson y Weber le dan gran importancia a las escuelas, ya que a
través de ellas se basa la construcción de una nación y la formación cultural.

En la Revolución Mexicana los partidos estatales y los constructores del partido nacional pusieron
grandes esperanzas en la escuela, ya que ésta alteraría la conducta y las relaciones de poder.

Los maestros federales pasaron a ser actores políticos, se los instruyó para que organizaran a
obreros y campesinos que exigieran la aplicación de las leyes federales agrarias y laborales que
efectuarían una redistribución de la riqueza y del poder. Cárdenas los aclamó como la vanguardia
de la reforma agraria para que éstos impulsaran a los obreros a exigir sus derechos de clase;
también para que ayudaran a la formación de confederaciones nacionales campesinas y sindicales.
Asimismo, estos maestros ayudaron a la formación de un sólo partido estatal, que no era socialista
ni de izquierda. El Partido de la Revolución Mexicana (PRM), después llamado Partido
Revolucionario Institucional (PRI), permitió la articulación de intereses y reclamaciones
subalternas.

Los objetivos perseguidos por la llamada “Educación Socialista”:

Para los izquierdistas la Educación Socialista fue el momento óptimo de la movilización de masas y
el heroísmo de los maestros, disminuido tan solo por el hecho de que su producto fue un partido
de estado y no algo autónomo. Para la derecha fue un proyecto inapropiado para la cultura
católica mexicana, a través de protestas masivas que obligaron al gobierno a suspender su
campaña contra la religión.
La educación socialista surgió en un momento en el que el estado aún era débil, mientras ciertos
grupos sociales se movilizaron activamente en la defensa de sus diversos intereses. La escuela se
convirtió en el campo de batalla de negociaciones intensas y con frecuencia violentas por el poder,
la cultura, el conocimiento y los derechos.

El rol del docente rural era suavizar y censurar las directivas estatales distantes y ajenas. Se
organizaron en sindicato nacional, y crearon una identidad política corporativa, y operaron en
partidos y movimientos políticos de oposición. También fueron una fuerza que estuvo dispuesta a
defender los intereses de los campesinos contra los efectos negativos de la modernización y del
poder del Estado y de clase.

“…maestro y escuela se encontraron en la intersección entre la sociedad del lugar y el mundo


exterior”.

La autora plantea esta cita haciendo referencia a que el maestro ya no sólo era el que enseñaba en
las escuelas, sino también era escribano, llevaban los registros de la comunidad y hacían
negociaciones escritas y orales con el exterior; también eran responsables de las fiestas patrióticas
y celebraciones religiosas que se llevaban a cabo. Había dos modelos de interacción entre el
campesinado y las escuelas estatales.

El primer modelo es donde la gente de campo aprovecha la escuela para cobrar mayor poder,
alterando en el proceso el proyecto del Estado.

El segundo modelo subraya la polarización entre las configuraciones culturales del Estado y las de
la comunidad disminuyendo la posibilidad del diálogo.

Ambos modelos tienen en común la necesidad de reconstruir las mentalidades económicas y


recursos locales, y las configuraciones de conocimientos y de poder para comprender los
encuentros educativos.

Las formas tomaba la resistencia a las políticas estatales de la SEP:

Las comunidades se modificaron por medio de la Revolución. La mayoría de ellas eran sitios en los
que se desarrollaban conflictos por la redistribución de los recursos y el poder. Los campesinos se
mostraron agresivos, movilizados, y exigentes al negociar sus reclamos. La reforma agraria y una
ideología oficial de agrarismo y justica social fueron concesiones que disgustaron a muchos
gobernadores conservadores y a las elites locales. Pero estas concesiones no se hicieron solo en el
ámbito de la redistribución material, también fueron culturales; éstas últimas fueron más obvias,
la suspensión por parte del estado de su campaña contra el catolicismo. Las agendas campesinas
se vieron beneficiadas por la falta de recursos y de capacidad técnica del Estado.

La reacción de los maestros rurales ante esta resistencia se dio se la siguiente forma: Los maestros
federales dependían de los pueblos para obtener materiales de construcción y equipo para sus
escuelas, albergue y alimento, que no tuvieron más remedio que escuchar a los pueblerinos y
responder a sus preocupaciones. La tecnología necesaria para la planeada transformación de la
conducta, en muchos casos no estaba al alcance de las comunidades: agua, gas, petróleo,
maquinaria, molino, medicinas, camiones, caminos y sistemas de desagüe. Su ausencia creó una
oportunidad para que las sociedades locales exigieran espacio y reclamaran autenticidad y eficacia
para las prácticas culturales locales.

Los factores que permitieron la identificación de los maestros con las comunidades:

El grado de compromiso de los maestros varió según las regiones, pero fue facilitado por dos
factores: uno de ellos fue que los propios maestros estaban apenas a un nivel por encima de los
campesinos, de manera que comprendían la cultura local, aún sin el idealismo revolucionario y la
política de la SEP habían recubierto ese entendimiento. El segundo factor que facilitó la
identificación del maestro con las comunidades, fue su Sindicalización nacional. El sindicato de
maestros institucionalizó una identidad política corporativa que, estaba comprometida con la
justicia social para los grupos subalternos.

You might also like