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Alumnos:
Guadalupe Suárez
Máximo Huenulef
Franco Santana
Sofía Silva
Pero, hace varios años, el país enfrentaba una crisis política profunda y un gran desorden
económico. A mediados de 1975, el Gobierno perdió el control de la situación fiscal y
monetaria y el balance de pagos estaba en desequilibrio. Nuevamente la sociedad civil fue
incapaz de transar sus conflictos dentro del orden constitucional y por sexta vez desde 1930,
los militares asumieron el poder político. Entre 1930 y 1976 se había vivido fuera del marco
constitucional. La sucesión de Gobierno civiles y de Gobiernos militares confirió una marcada
inestabilidad al proceso político y la conducción económica quedó atrapada. Este proceso
debilitó las posibilidades de crecimiento de la economía nacional.
Hacia 1975, la crisis política se agudizó y aumentó la intransigencia de los diversos sectores de
la sociedad argentina. Las fuerzas mayoritarias fueron incapaces de utilizar la ley para resolver
la crisis. El terrorismo desató una gran ofensiva contra la seguridad del Estado, la vida y la
propiedad de las personas, en todas las áreas de la vida internacional.
El retorno de los militares al poder en marzo de 1976 no fue un episodio más dentro de la
historia iniciada el 6 de septiembre de 1930. El nuevo régimen se sustentó en tres apoyaturas
principales; los herederos del país preindustrial y la ideología librecambista, los intermediarios
financieros ligados a la banca internacional y la burocracia vinculada al poder militar. el
régimen se lanzó a una política de retorno a la Argentina preindustrial, el Gobierno militar de
1976 se empeñó en una transformación profunda de las estructuras económicas y sociales que
la Argentina había gestado desde la gran crisis mundial de los años treinta.
La perdida del valor de la moneda continuó y la economía sufrió una segunda hiperinflación
pocos meses más tarde. La situación llega a un límite en donde empezaron a haber saqueos en
los supermercados, se agravó y el Presidente Alfonsín debió anticipar la entrega de mando,
que se concretaría en julio de 1989, mes en que la inflación acumuló un 200% en apenas 30
días.
En 1988 estalla una severa crisis energética que paralizó la industria, se declaró asuetos
administrativos. La escasez de electricidad había comenzado en abril de 1988 por lo que se
realizaron cortes de luz rotativos de 5 horas por turno en ese mes, con esas interrupciones no
se logró solucionar el faltante energético. en diciembre se restringió a los espectáculos
deportivos, la prohibición de la iluminación con fines ornamentales y la supresión de los
trabajos nocturnos. La falta de energía eléctrica afectó el abastecimiento del agua. Fue así
como Obras Sanitarias de la Nación tuvo que distribuirla en tanques a las zonas del Gran
Buenos Aires.
La pérdida del valor de la moneda Austral llevada cabo por el Banco Central en 1989, llevó a
una hiperinflación del 3079% anual, ese año el dólar subió el 2038%. A fines de 1988 se
experimentó la peor crisis energética de su historia, que obligó a la reducción de 20% en el
consumo de energía por todos los organismos de la Administración Pública. En el período
1984-87 las inversiones en generación alcanzaron a u$s 28 millones cuando en realidad
deberían haber sido alrededor de u$s 250 millones sumado a la denuncias de corrupción de
allegados al Ministro Terragno que dirigían la empresa estatal de energía. En general, el
período comprendido entre 1980 y 1990, fue considerado la “década de la desinversión”.