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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGIA
PROGRAMA: MAESTRIA EN ANTROPOLOGIA.
DOCENTE: CESAR ABADIA
ESTUDIANTE: Oscar Rhenals España
CODIGO: 200427874.

EL DESPLAZAMIENTO FORZADO COMO SUFRIMIENTO DESGARRADOR

En tantos millones de historia de la humanidad en el planeta azul, se han creado

múltiples enfermedades desde -hoy en día- una simple fiebre, gripes, hasta llegar

al las de carácter monumental en los record de vidas humanas cobradas por su

presencia en los cuerpos individuales-colectivos, como es el caso de la hepatitis(a

y b), la malaria, el sida entre otras. Esta última es hoy en las sociedades globales

“postindustrializadas” -la era de los denominados postmos”, representada como el

demonio o uno de los soldados celestiales del Apocalipsis bíblico, enviado como

mensajero del principio del fin de la especio homo sapiens sapiens en la tierra.

Si, el que escribe estas líneas fuese devoto militante-fanático de alguna

congregación religiosa adoradora del pasaje “sagrado” comentado anteriormente e

interpretado por los sueños de Nostradamus, estaría haciendo otra actividad

diferente al de construir un discurso coherente sobre la relación de de sufrimiento-

movilidad-desarrollo y enfermedad, tomando como referentes momentos de las

vidas de amigos que se encuentran en el exilio externo e interno y el mió propio.

En el presente ensayo pretendo sustentar la tesis de “los momentos de dolor más

intensos para los seres humanos son los vividos en situaciones de desplazamiento
forzado”, sustentándola en un ejercicio etnográfico personal y recurriendo a

instantes comunes con otras personas en el campus universitario, durante mi

pregrado de licenciatura en ciencias sociales, a usted, le pido disculpas por los

instantes sentimentales con que esta cargado el presente.

En el año de 1996, ingrese al claustro universitario de mayor prestigio del

departamento de Córdoba-unicor -, me sentía realmente privilegiado por esto, con

una ansiedad pulsional comparada a la de un niño cuando tiene conciencia de lo

que le gusta y los mayores no le dejan tenerlo, tocarlo, en fin, llego el tan ansiado

día-el primero como miembro de la U-, antes de esto imaginaba toparme con

maestros semi-dioses, compañeros y compañeras, igual que yo, súper ávidos de

conocimientos y emociones nuevas.

Como todo primíparo me disfrace con las prendas más elegantes del escaso

guarda ropa, compre una libreta, un lápiz, y unos minutos después tome un bus

hacia la ciudad de Montería que me llevo a mí destino en una hora de viaje; el

paisaje se me hacia fascinante, cuando arribo a las instalaciones del alma mater

sentí una especie de estremecimiento corporal amalgamado de miedos escénicos,

ingrese aturdido por la cantidad de sentimientos dicotómicos encontrados, miraba

atento todo y a todos, pregunté no sé cuantas veces por los salones de primer

semestre, por que en más de una ocasión fui victima de los cazadores de

primíparos, creo que se me notaba en el rostro la cara de miedo errante,

angustiado y perdido, – tal vez por hacer caso omiso a mi hermano mayor quien

me facilito instrucciones de comportamiento en este medio- y cunado estaba a

punto de ofrecerme a los brazos de la derrota encontré el anhelado salón de

inducción a la vida universitaria, en este sitio fue mi primer acercamiento con las y
los que serian durante cinco o mas años mis compañeros y entre todo este cúmulo

de seres humanos a Marlis, William, sobrino, Hernán, Tito, Aldemar, Juan, Sonia…

solo haré referencia a los tres primeros.

“Nuestras situaciones limites nos generan angustia vital, angustia producida por el

hombre, la desnutrición, la mortalidad infantil, el desempleo, el analfabetismo, la

insalubridad… y, como si fuera poco, la existencia de regimenes que acuden al

esquema de las dictaduras de corte fascista a fin de mantener dicha situación a

través de la persecución sistemática, la tortura, los genocidios colectivos, los

escuadrones de la muerte” (en Rodríguez Eudoro: curso básico de antropología,

editorial el búho pagina 34, 1995). La anterior cita, sintetiza holisticamente la

situación de sufrimiento y desigualdades en la aplicación de la libertad plena de

todos los ciudadanos y ciudadanas en Colombia como nación sometida a un

conflicto armado e ideológico de carácter histórico, con profundas raíces en los

sistemas de exclusión implantados por las clases dominantes desde la dominación

Española y luego por heredadas por los loables lideres de la independencia; en

tiempos del triunfo de los sistemas capitalistas sobre los socialistas y comunistas,

cuando la sola lucha armada ha dejado de tener valides como vía para liberar a

los oprimidos; aunque la guerra en el país clasificaría como de baja intensidad si la

comparamos con conflictos armados como el de algunos países Africanos, no

deja de producir horror en los escenarios donde se producen las hostilidades entre

los distintos actores. En el departamento de Córdoba, se creo por vez primera el

auto denominado grupo de auto defensas –auc- como medio de defensa ante los

abusos de las guerrillas –o por lo menos fue el argumento esgrimido en ese

entonces- que inicio sus operaciones bajo la estrategia de “quitarle el agua al pez”,
consistente en amenazar o simplemente eliminar a los supuestos auxiliadores de

la insurgencia, así, se llego a “pacificar y desalojar zonas enteras como el uraba

cordobés y Antioqueño, el alto Sinú…

Con la universidad de Córdoba el proceso se inicia aproximadamente en el año de

1997 con la infiltración al interior del campus universitario de unos integrantes de

estos grupos con el fin de realizar labores de identificación de auxiliadores de la

guerrilla “combatientes desarmados” como los califico en distintos comunicados el

entonces jefe único de los “paras” -Carlos Castaño Gil-, nosotros seguimos

actuando rutinariamente, cada vez mas implicados en asuntos de organización de

protestas reivindicativas de todo tipo (académicas, políticas, económicas) y como

es de esperarse, activamos las alarmas de los observadores del establecimiento

paramilitar, dejamos de ser por obra y gracia de nuestras impertinencias verbales,

sujetos invisibles, rebeldes sin causas e inocentes útiles para las fuerzas

comunistas y tomamos el ropaje de maléficos comunistas, ateos y enemigos de la

propiedad privada o sea un virus societal que es necesario acabar para bien del

sistema establecido.

Primero nos intentaron persuadir con ofrecimientos de trabajos, becas…, luego

con esporádicas persecuciones por las calles de la ciudad y el campus. Como

cuando Willy se dirigía a clases una camioneta de color verde sin placas lo siguió

todo el día y parte de la noche, y el interrogatorio que le realizaron al hermano

menor de este cunado salía del colegio los grafittis de “FUERA GUERRILLEROS

DE UNIVERSIDAD DEL PUEBLO”; claro que no éramos completamente ajenos a

estos signos de intimidación, pues en mas de una ocasión indagamos con

personas cercanas a la administración de U y nos informaron que estábamos


siendo objeto de seguimiento e inteligencia para comprobar hipotes de posibles

nexos con las guerrillas. Para ese entonces ya disfrutábamos del prestigio de ser

algo así como los guardianes de los intereses comunitarios de los estudiantes y

como en términos generales aún no nos tocaba con toda su fuerzas la violencia

somática, solo un sema (significado) muy imperceptible para iniciados en

reconstruir las cotidianidades sociales del mundo prediseñado en anteriores

construcciones hábitos de poder de los fuertes.

La primera agresión directa fue con el asesinato de un docente –Alberto Alzate- en

el año de 1998, por sus estudios en el alto Sinú, mas específicamente “en los

impactos sociales, económicos y de desplazamiento de los indígenas EMBERA-

KATIOS- con la construcción de la represa de URRA I” y claro, organizamos

diferentes actos por la vida y la paz, denunciamos en fin…

En adelante decidimos hacer uso de nuestra voluntad focaultina de tomar y ser

consecuentes con la libertad individual de actuar sin los y con los otros, cada

acción que realizábamos estaba llena de tintes políticos anti-imperialistas,

gobiernista; bajo esta tónica permanecimos dos años hasta que un de agosto de

2000, recibimos un comunicado en las oficinas progeo, en el que nos rotulaban

como auxiliadores de la guerrilla de las FARC y ELN, nos dieron una semana de

plazo para dejar todas nuestras actividades políticas o el exilio que se denominaba

como “ármense en la selva para combatirlos, sino los combatiremos igual”

(apartes del comunicado). El pánico se apodero de todos los relacionados en lista,

cada persona de encontrábamos por el camino era un posible asesino o miembro

de las auc (autodefensas de Córdoba) envido/a para confirmar oralmente lo

escrito, el rector nos invito a un consejo de seguridad con el comandante de la


policía y el ejercito al que yo no asistí por considerar a los invitados como

titiriteros intelectuales de todo, Willy, Marlys y Sobrino, al igual que los de mas (20

en total) si. En la noche no pude dormir, todo me resultaba sospechoso, al día

siguiente volví a la universidad para ver si todo era un mal sueño, no, por el

contrario las miradas de mis compañeros de semestres y la del docente cuando

ingrese al salón de clases fue de terror, como si en ese momento ostentara una

enfermedad infecto contagiosa y en parte, su comportamiento instintivo fue

razonable ya que no todos los días tienes como conocido a unos sentenciados a

muerte o al silencio de los culpables conocedores de atrocidades colectivas contra

las comunidades humanas, es como si estando cerca de los contagiados, te

expones a que cuando arriben los anticuerpos a eliminar los virus no se haga

distinción entre sanos y enfermos en tanto la prevención dispone que es mejor

sacrificar a posibles gérmenes que verse abocados a enfrentar una epidemia o

peor aun pandemia incurable –en conversación con un exmilitante de las AUC, me

manifestó “vea hermano cuando a uno lo mandan a quebrar un guerrillo y está

con el otra persona le damos también, por que lo puede identificar” .

Willy, acuño el término de SIDA SOCIAL, para designar los comportamientos de

rechazo y evasivas de los conocidos y no conocidos –cuando llegábamos aun

sitio, en minutos los demás se marchaban-, esto es mas doloroso y traumático

que el hecho de ser contagiado con algún virus somático-clínico por que por lo

menos recibes caridad, lastima cristiana y no terror ante tu presencia.

En estas condiciones sociales, decidimos no ir a la universidad, cambiar de casas

y por último exiliarnos en otra ciudad de Colombia. Algunos partieron hacia

Medellín, Bogotá y Manizales, con fin de reorganizar las labores académicas. Del
grupo de los cuatro primero salieron W, M y S, para Bogotá, yo Salí una semana

después a instalarme en Manizales y luego llegaron W Y M a estudiar en la misma

universidad, durante un semestre me acompañaron.

Los sufrimientos de los dos eran realmente duros, sobre todo para Marlys que en

muy poco tiempo perdió a su padre y su madre estaba enferma por causas del

dolor emocional de no volver a ver a su compañero de una vida, las llamadas no

cesaban algunas eran para darle ánimos, otras para responsabilizarla por la suerte

de la madre, otra situación era el hecho de encontrarse en medio de una cultura

foránea, sin muchas amigas, desconociendo espacialmente aquel sitio y aburrida

por las restricciones de movilidad impuestas por los asiladores que en veces

daban la impresión de estar en una celda o jaula de hierro construida para salva

guardar la vida.

El sufrimiento representado por el sema es en estos casos más intenso y

prolongados que los somáticos por cuanto hay compromiso de estados de ánimos,

ilusiones y esperanzas en el futuro; no solo para los implicados sino, para las

esferas societales en las que interactúan dichos sujetos, pues los hábitos

cotidianos y sistemas de valores sufren cambios radicales o son sometidos a un

proceso de reafirmación tajantes, cuyo camino necesariamente es el del olvido del

otro sufriente.

En cualquiera de los casos, la deconstrucción y construcción: emocional en la

medida de los sentimientos encontrados de rabia y terror por lo ocurrido, ético

pues el sistema de creencias y seguridad sacrosanto al que adorabas

cotidianamente se esfuma como un cigarro encendido en medio del frió polar,

nacional, regional y local ya que te conviertes en un errante “Edipico” sin historia,


negado en el presente hasta por tu núcleo familiar y sumergido en la mas

completa incertidumbre al estilo postmoderno de Escot Lask, en donde el pasado

no vale en la construcción de sujeto, es un permanente desgarramiento interno de

los signos y significados heredados en la escuela, la familia , el parche, la religión

y las relaciones sexuales, por ello afirmo que los sufrimientos semíticos están

cargados de dolor perennes en la medida en que son dominados por la memoria e

incluyen desigualdes culturales y sociales. En cambio, en los sufrimientos

somáticos la causa/s de antemano ha sido nombrada y entonces todo un sistema

de símbolos y significantes entran juego para despojar el organismo (medico) o

cuerpo (antropológico) del causante o causantes del sufrimiento, se cicatriza sin

muchos traumas y en el peor de los casos son como ritos de pasos en el cuerpo

colectivo, en tanto, la aceptación de la condición clínica es asimilada sin llegar al

olvido del otro.

Para entender los procesos de construcción y deconstrucción recurro a “Derridas”

en su análisis de las interrelaciones sociales de los individuos en la sociedad.

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