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Contenido
Introducción .................................................................................................................................... 3
Concepto de Prueba Ilícita ............................................................................................................ 5
Fundamentos legales de la ilicitud de la prueba ...................................................................... 6
Fundamentos jurisprudenciales ................................................................................................ 7
Excepciones a la regla de exclusión .............................................................................................. 8
¿La Prueba obtenida en forma ilícita debe ser valorada? .......................................................... 9
Conclusiones ................................................................................................................................. 10
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Introducción
En los últimos años se ha evidenciado un importante proceso de constitucionalización del
proceso penal, esto se ha visualizado especialmente con el Código de Procedimiento Penal del año
2000 (Ley 600 de 2000) y mejoró con el propósito de la implementación del sistema oral acusatorio
(Ley 906 de 2004), lo anterior genera un esfuerzo importante al hacer que la normatividad penal
fuera coherente y ligada con las obligaciones internacionales adquiridas por Colombia y plasmadas
en tratados y convenios vigentes.
Lo anterior, supone un nuevo enfoque del proceso penal, toda vez que la interpretación de
las disposiciones, tanto sustanciales como procesales, no solo debe estar en armonía con los
principios del derecho penal y con una valoración sistemática de sus normas, sino también con los
principios y derechos recogidos en la Constitución Política y otros Convenios Internacionales que
hacen parte de ella. Y todos estos postulados tienen incidencia directa en la actividad probatoria
que deba adelantarse dentro del proceso penal y, sin duda alguna, también en la prueba ilícita, tema
sobre el cual se realizará el estudio que aquí se presenta.
Con la adopción del sistema acusatorio, el cual guía al proceso penal colombiano se dio un
giro trascendental al procedimiento que se interrelaciona con el régimen probatorio; en este sentido
se introducen temas especiales y de gran trascendencia como lo es la prueba ilegal, la prueba ilícita
y la regla de exclusión. Temática que resulta de gran utilidad, dada la importancia del manejo de
la prueba y su repercusión directa en el resultado del proceso.
La prueba ilícita sigue siendo una figura que aún hoy en día genera intensas discusiones y
que llama constantemente a la reflexión acerca de su justificación y fundamento filosófico y
jurídico dentro de nuestro ordenamiento penal que hace especial énfasis sobre el respeto y
protección estricta de las garantías sustanciales y derechos fundamentales de los sujetos procesales,
pero que contrasta, de otro, con las avanzadas técnicas de investigación que ponen al alcance
abundante información, personal y reservada, de los ciudadanos y que cada vez más parecen
aceptarse ante los especializados esquemas de macro criminalidad que ponen en riesgo importantes
bienes jurídicos de la sociedad.
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Por ello, aquellos argumentos que se exponen como justificación filosófica para impedir la
valoración de una prueba que se ha obtenido con desconocimiento de las normas constituciones o
de requisitos esenciales previstos en la ley, como, por ejemplo, la lucha contra la impunidad o la
efectiva investigación y eventual sanción de graves violaciones contra bienes jurídicos tutelados
no constituye razón suficiente para admitir la incorporación de una prueba ilícita o ilegal o la
legitimidad del Estado podría quedar seriamente cuestionada si se autorizara el empleo de métodos
o prácticas de investigación reprochables, mismas que dice o busca combatir sus autoridades en el
ejercicio de la facultad punitiva.
La práctica judicial impone muchos retos que no son para nada irrelevantes, debido a los
numerosos factores que confluyen y que comienzan desde la naturaleza y complejidad de cada
asunto, la gravedad del delito investigado, la forma como se comportan las partes dentro del
proceso, las mismas calidades del funcionario judicial, entre muchos otros aspectos; no obstante,
todas estas consideraciones parecen ajenas a la evaluación que debe hacerse en un caso concreto
acerca de si una prueba específica puede calificarse de ilícita o ilegal. No se pretende exigir una
actividad mecánica de simple verificación de ciertos presupuestos y la aplicación inmediata de las
consecuencias procesales que le serían propias, sin embargo, podemos entender que frente a ciertos
institutos la carga valorativa puede ser mayor como ocurre, por ejemplo, con la valoración de la
necesidad de una medida de aseguramiento o el otorgamiento de algún subrogado penal, pero este
tipo de peticiones, la exclusión de una prueba ilícita no debería involucrar el análisis de todos estos
elementos subjetivos, por lo que la decisión no debería ser en extremo difícil de adoptar. No
obstante, lo anterior, en la práctica sí parece serlo, y las decisiones, más que una respuesta imparcial
y desapasionada sobre la actividad probatoria, terminan siendo una defensa genérica de la labor de
los funcionarios de policía judicial o del trabajo desarrollado por el órgano acusador, que un análisis
preciso de la prueba que se somete a su conocimiento.
Los juristas están de acuerdo en que la prueba tiene protagonismo central en el proceso; es
en el campo probatorio, donde se establecen los temas más intensos en materia penal, la certeza de
la culpabilidad o inocencia del imputado ha de estar sustentado en pruebas. Conectores que
racionalmente sirven para alcanzar el convencimiento sobre la certeza de un hecho, y su adecuación
a la descripción típica; de ahí la exigencia de que existan pruebas suficientemente aportadas por la
acusación, para que pueda dictarse la resolución condenatoria
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La prueba debe ser límpida, clara y procedente, es decir, saber en qué momento es válido
presentar la prueba, con el fin de ser incorporada, sin desconocer las reglas jurídicas y el debido
proceso. La prueba, es la actividad más importante del proceso, por medio de esta se valora
tangiblemente los hechos y garantiza la defensa y contradicción entre las partes. Colabora con la
correcta reconstrucción de los hechos, sin dejar de lado los lineamientos legales y constitucionales.
La prueba ilícita contemplada como “la que se obtiene violando los derechos fundamentales
de las personas” (Parra Quijano, 1998) ha tenido a lo largo de la historia diversos manejos en el
campo jurídico que varía de un país a otro por el modelo jurídico utilizado, mismo que se encuentra
en constante cambio. Por su parte (Echandía, 1995) la prueba ilícita se conoce como aquellas que
están expresa o tácitamente prohibidas por la ley, en cuanto al medio mismo o al procedimiento
para obtenerlo o que atentan contra la moral y las buenas costumbres del respectivo medio social,
contra la dignidad y libertad de la persona humana, o que violan los derechos fundamentales que
la Constitución y la Ley amparan. (p.589) (Urbano, 2011) Afirma que, así como en otros momentos
se consideró que una prueba ilícita era la que vulneraba los artículos 15, 28, 29 y 33 de la Carta
Política o las formalidades legales esenciales, así también hoy debe estimarse que pruebas ilícitas
no sólo son aquellas sino también las que, de manera manifiesta y trascedente, vulneran los nuevos
deberes y principios que regulan la práctica probatoria, pues también estos tienen soporte
constitucional expreso y directo.
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Fundamentos legales de la ilicitud de la prueba
En la ley 906 del 2004 o Código Penal la cláusula general de exclusión se desarrolla en el
artículo 23 según el cual: “Toda prueba obtenida con violación de las garantías fundamentales será
nula de pleno derecho, por lo que deberá excluirse de la actuación procesal. Iguales tratamientos
recibirán las pruebas que sean consecuencia de las pruebas excluidas, o las que solo puedan
explicarse en razón de su existencia”.
Pero también se desarrolla en varios artículos de este Código de Procedimiento Penal como
el 232 y 360. La Corte Constitucional en la Sentencia C-233 de 2007 ha denominado aquella norma
superior como la regla de exclusión probatoria, precisando al respecto que la nulidad por violación
al debido proceso incluye tanto las pruebas violatorias de normas procesales, conocida como
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prueba ilegal, como las que desconocen o vulneran derechos fundamentales, entendida como
prueba ilícita.
Fundamentos jurisprudenciales
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Excepciones a la regla de exclusión
Ahora bien, analizando las excepciones de las que trata el artículo 455 del CPP, en la teoría
de la fuente independiente se parte de la existencia de dos pruebas, una legal y una ilegal, donde
no hay vínculo causal entre una y otra; se trata de establecer si “determinada evidencia tiene un
origen diferente de la prueba ilegalmente obtenida” (C-591/2005). En el caso de la fuente
independiente no se trata pues de una prueba derivada, ya que es una prueba de la cual no se predica
ningún vínculo causal con la ilícitamente obtenida, “Por tanto, el problema en términos teóricos se
circunscribe a la búsqueda de vínculos causales entre evidencias ilegales y evidencias legalmente
obtenidas” (Guerrero, 2009, p. 262). En la excepción del vínculo atenuado, lo que sucede es que el
vínculo entre una prueba ilícita y una prueba derivada de esta es tan tenue que “casi se diluye” (C-
591/2005). Pues bien, si el vínculo persiste, se trata de una auténtica prueba derivada que proviene
efectivamente de la prueba ilícita y por lo tanto se comunica su ilicitud. La utilización del criterio
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del vínculo atenuado “permite la condena de ciudadanos con evidencias colectadas ilegítimamente,
bien por el paso del tiempo, los actos voluntarios de declaración de testigos, las buenas intenciones
de la Fiscalía en la investigación penal o el simple azar” (Guerrero, 2009, p. 277).
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Conclusiones
La práctica de la prueba ilícita es una actividad diaria en el derecho procesal, no obstante,
la solución de esta situación es la aplicación de la regla de exclusión, remedio incorporado por el
legislador, a partir de la vigencia de la Constitución Política de Colombia de 1991, es decir, la
aplicabilidad de la regla de exclusión frente a la práctica y obtención de la prueba ilícita dentro del
proceso, a fin de garantizar la efectiva introducción de los mandatos constitucionales en el mismo.
No obstante, el alcance del mandato constitucional posee una aplicación relativa, por cuanto que,
gracias al desarrollo jurisprudencial y doctrinal de las Altas Cortes han desarrollo límites o
excepciones a la misma, pero que contribuyen a subsanar irregularidades del proceso por parte de
las autoridades administrativas y judiciales, e incluso, a petición de las partes. De esta manera, la
regla de exclusión se concibe como una garantía o derecho constitucional, que busca imperar los
preceptos que definen el debido proceso, como son la libertad probatoria, lealtad y buena fe
procesal, entre otros. El desarrollo y la aplicación de la regla de exclusión, no solo es objeto de
estudio en la legislación colombiana, por el contrario, otros países desarrollan estos conceptos con
base a la Constitución de su país y a la interpretación de sus legisladores, llevando a la unificación
de conceptos y de contradicción que enriquecen el conocimiento jurídico de nuestros doctrinantes.
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Referencias
1. Tomada de: https://mx.depositphotos.com/19742517/ stock-illustration-child-
thinking.html Clases de prueba ilícita Según (Huertas, Prieto y Jimenez, 2015, p. 85)
2. Naranjo Mesa, V. (2006). Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Bogotá
D.C.: Temis S.A.
3. Congreso de la República de Colombia. (2008). Constitución Política de Colombia.
Bogotá D.C
4. Giner Alegría, C. A. (2008). Revista Anales de Derecho No.26-2008. Prueba
prohibida y prueba
5. JURISPRUDENCIAS:
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal, Sentencia del 2
de marzo de 2005, radicado N° 18103,
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal. MP. Javier
Zapta Ortiz, radicado N° 23284. Octubre 5 de 2006,
CORTE CONSTITUCIONAL. M.P Manuel José Cepeda. Sent. SU 159/02,
mar. 6/2002,
CORTE CONSTITUCIONAL. M.P. Clara Inés Vargas Hernández T-916 de
2008,
CORTE CONSTITUCIONAL M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz T-008 de
1998
6. Revista FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS. Vol. 40, Vol. 40,
No. 113 / p. 351-379 Medellín - Colombia. Julio-Diciembre de 2010, ISSN 0120-3886
351 La prueba ilícita en el proceso penal colombiano a partir de la Constitución de
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7. Ibarra, K. (2017). Los efectos de la prueba ilícita en Colombia: Caso miti - miti.
Revista Verba Iuris, 12(38), pp. 127-141.
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