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Facultad de Derecho
Autores:
Docente:
2019
ANÁLISIS DE LA SENTENCIA DE INCONSTITUCIONALIDAD RECAÍDA EN
LOS EXPEDIENTES 020-2005 PI/TC Y 021-2005 PI/TC
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Sobre este punto, es preciso manifestar que para efectos del presente documento, en la
línea de MARCIAL RUBIO, debe entenderse como fuente formal del Derecho a aquel
procedimiento a través del cual se producen, válidamente normas jurídicas que
adquieren el rasgo de obligatoriedad propio del Derecho y, por lo tanto, la
característica de ser impuestas legítimamente a las personas mediante los instrumentos
de coacción al Estado.
Asimismo, debe dejarse en claro que la legislación ha sido reconocida como la fuente
formal más importante del Derecho, toda vez que el Estado ha desarrollado su
hegemonía y ha perfilado sus rasgos jurídicos, en la medida que gracias a la separación
de poderes y al desarrollo del concepto de Estado de Derecho, el Poder Legislativo y
excepcionalmente el Poder Ejecutivo son los que tienen la atribución de crear
legislación en nuestro Estado.
Por todo lo expuesto, se infiere que las Ordenanzas Regionales son normas
generales aplicables en la región y, para su ámbito territorial adquieren la
condición de normas con rango de ley.
2. Características
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3. Diferencias de la ordenanza regional con otras fuentes del derecho
administrativo
Así, la ordenanza regional es reconocida como una norma con rango de ley (al
interior de su ámbito) por lo que constituye como tal una fuente del derecho
administrativo que debe emitirse de conformidad con la Constitución y la ley.
En cuanto a las diferencias que existen entre la ordenanza regional y otras fuentes
del derecho administrativo, puede indicarse lo siguiente:
a) Con la Constitución
La ley es una norma jurídica que goza de alcance general, por la cual se regula
situaciones abstractas, impersonales y objetivas aplicables a un número
indeterminado de personas y que es de obligatorio cumplimiento para las
entidades y los particulares.
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Ley ordinaria, que es la norma jurídica emitida por el Congreso de la
República; y
Ley orgánica, es aquella que regula la organización y funcionamiento del
Estado, así como otras materias cuya regulación de conformidad con lo
establecido en la Constitución, debe hacerse mediante dicha norma, por lo que
para ser aprobada requiere de un mayor debate y de una votación calificada de
mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno del número legal de miembros del
Congreso.
Por otro lado, en sentido material, la ley se refiere a aquellas normas que sin ser
leyes, se les otorga el rango de tales, como el:
Decreto Legislativo, es una norma con rango y fuerza de ley que emana de
autorización expresa y facultad delegada por el Congreso al Poder Ejecutivo.
Dicha autorización expresa las materias a regular y el plazo durante el cual
puede hacerse uso de la facultad delegada; y
Decreto de Urgencia, es una norma con rango y fuerza de ley que se dicta como
medida extraordinaria en materia económica y financiera, salvo materia
tributaria, en situaciones imprevisibles. Esta norma se expide por el Poder
Ejecutivo, sin necesidad de autorización alguna cuando así lo requiera el interés
nacional.
Los decretos supremos son normas de carácter general que reglamentan normas
con rango de ley o regulan la actividad sectorial funcional o multisectorial
funcional a nivel nacional; pueden requerir o no el voto aprobatorio del Consejo
de Ministros, según lo disponga la ley. Por otro lado, la norma reglamentaria se
define como el instrumento jurídico de alcance general emitido por la
Administración Pública que afecta directamente a los administrados. El
reglamento puede ser emitido por los diferentes organismos del Poder Ejecutivo,
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pero también del Estado e incluso de personas jurídicas no estatales que
desempeñan función administrativa.
Es así que no se está ante un supuesto de superioridad jerárquica entre una Ley
Orgánica, una Ley Ordinaria y una Ordenanza Regional, pues ello no permitiría dar
respuesta coherente a normas expedidas por el Gobierno Central y los gobiernos
regionales, que cuentan con el mismo rango normativo. En efecto, lo que existe es una
relación de competencia, la misma que resulta ser expresa sin lugar a interpretación
extensiva, ello en virtud del principio de taxatividad, en tanto que la naturaleza de una
ordenanza responde a límites de territorio y exclusividad.
Dentro del límite territorial, debe entenderse que los poderes de un gobierno regional
no pueden extenderse más allá de su circunscripción, en tal sentido las normas que
emita deben regular o resguardar únicamente los intereses de su territorio.
Por otro lado, respecto al límite de exclusividad, los gobiernos regionales sólo pueden
ejercer competencia legislativa sobre las materias que la Constitución y las Leyes
Orgánicas respectivas, le asignen.
En tal sentido, se colige que las ordenanzas regionales si bien son las normas de mayor
jerarquía para un territorio determinado, ello no debe entenderse como la expresión
ilimitada del poder normativo de los gobiernos regionales, en tanto que como ya se ha
desarrollado, el objetivo de tales disposiciones deben obedecer a una suerte de
cooperación nacional a fin de cumplir con los objetivos que el Estado se ha trazado en
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sus políticas públicas, por lo que debe normar sobre lo que competencialmente le ha
sido dado, ya sea que sea trate de competencias exclusivas, compartidas o delegadas.
Entonces, del caso en análisis, se observa que la materia sobre la cual las ordenanzas
regionales, de las cuales se solicita la inconstitucionalidad, han transgredido el ámbito
de su competencia, por las siguientes razones:
ii) De acuerdo a una interpretación sistemática de las normas que regulan el reparto
de competencias respecto a qué entidad es la designada para declarar cuál o qué
resulta ser patrimonio cultural, se desprende que si bien es cierto que los gobiernos
regionales ostentan una competencia para promover las acciones pertinentes para
que un bien que se encuentre dentro de sus territorio sea reconocido como
patrimonio cultural, ello no significa que puedan atribuirse la competencia de
declararlo como tal, en tanto que dicha competencia está específicamente
atribuida en el ordenamiento jurídico a las entidades del Gobierno Nacional, a fin
de que tenga validez y eficacia.
iii) Lo mismo sucede con la declaración de la legalidad del cultivo de hoja de coca,
en tanto que si bien los gobiernos regionales tienen la potestad de velar por la
protección de sus recursos naturales y la promoción de la cultura y costumbres
ancestrales, ello no significa una competencia de carácter normativo para
reconocer como legal a dichos cultivos, en tanto que ello implica una participación
y un análisis nacional de la cuestión que supera los alcances de una ordenanza
regional, máxime si también debe evaluarse las políticas y planes nacionales sobre
la materia.
IV. Conclusiones
La ordenanza regional es reconocida como una norma con rango de ley, que constituye
una fuente del derecho administrativo que debe emitirse de conformidad con la
Constitución, la ley ordinaria, la ley orgánica y otras leyes nacionales. Siendo ello así,
en relación a la Constitución, se entiende que la ordenanza regional es una norma legal
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de inferior jerarquía, a través de la cual se regula con carácter general la
administración, estructura u organización y competencia del gobierno regional, sin
vulnerar las disposiciones constitucionales.
Así pues, podemos concluir que el análisis desarrollado por el Tribunal Constitucional
para el caso en concreto, resulta ser acertado, puesto que como ya se ha indicado, una
ordenanza regional, si bien es cierto es una norma de carácter general que se emite en
virtud de la facultad normativa de los gobiernos regionales, ello no equivale a que
mediante las mismas, se pueda legislar sobre cualquier materia, en tanto que resulta
primordial, respetar las competencias asignadas taxativamente, a fin de no colisionar
con las políticas públicas estatales, o interferir con los alcances de otras instituciones
estatales.
V. Bibliografía