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El alumno:
66
v Diferencia
entre
actos
morales
y
hechos
de
la
naturaleza.
Los
actos
del
hombre
v
los
actos
humanos
En este tema se analizará un poco el mundo de la moral, que, como ya se dijo, es la materia, el sustrato en
que descansa la ética como disciplina filosófica. ¿Qué es la moral?, ¿cuáles son sus características
esenciales?, ¿cómo está constituida?, ¿cuál es su diferencia con otras actividades humanas semejantes?...
Todo este tipo de problemas constituye el asunto de este capítulo, cuyo objetivo es captar la esencia
misma de la moral.
En cuanto a la definición de moral, muchos son los conceptos que se han formulado acerca de ella,
entre los cuales están los siguientes.
Valiéndose de estas definiciones, pueden destacarse los elementos esenciales de la moral. Ésta contiene,
ante todo, un conjunto de normas, sin las cuales no es posible concebirla. Estas normas tienen como
propósito regular la conducta del hombre en la sociedad; además, deben ser realizadas en forma
consciente y
libre, e interiorizadas por el sujeto; mediante ellas, el individuo pretende llegar a realizar el
valor de lo bueno. Así la moral está vinculada estrechamente con el valor de lo bueno.
67
El
plano
normativo
En cuanto conjunto de normas, reglas o deberes que impone la sociedad, la moral comprende un plano
normativo, el cual señala siempre un deber ser. Toda norma, todo imperativo, como su nombre lo indica,
da una orden, manda cómo debe uno comportarse. Muchas veces se dice que la ética es la ciencia del
deber ser, justamente por eso, porque estudia normas que valen independientemente de que se cumplan o
no (es decir, tienen un carácter a priori). Cuando se piensa en una disposición, en un mandato —por
ejemplo "Debes acatar la voluntad del Estado"— se está pensando en el plano normativo de la moral. Este
mandato puede ser obedecido o bien, desobedecido. En la moral entran, pues, los actos aprobatorios
(moralmente buenos) y los actos reprobatorios (moralmente malos). Esta característica de la moral, el
abarcar tanto los actos buenos como los malos o inmorales se llama bipolaridad de los valores.
41 Esencia de la moral
El plano normativo origina lo que se llama, estrictamente, moral. La moral es, pues, el conjunto de
normas o imperativos que existen para ser realizados, y que se consideran valiosos y debidos,
independientemente de que se realicen o no. Este plano normativo es el que ocupa más la atención de los
filósofos de la moral.
68
El
plano
fáctico
La moral existe para ser realizada. No tendría sentido prescribir una norma, si no fuera posible llevarla a
cabo. Cuando se habla de la realización de la moral, se refiere uno al plano fáctico (defactum, hecho), al
plano de los hechos. El plano fáctico está formado por los actos concretos que se realizan conforme a las
normas establecidas (plano normativo). Un ejemplo del plano fáctico de la moral es el siguiente: el hecho
de que, teniendo en cuenta la norma "debes acatar la voluntad del Estado", Sócrates no haya aceptado
fugarse de la cárcel cuando su amigo Gritón le facilitaba todos los medios para ello; pero también podría
haber sucedido que Sócrates violara esta norma. De todas maneras ambos tipos de comportamiento
pertenecen
al
plano
fáctico
de
la
moral
¡uno
es
positivo
y
el
otro
negativo).
El
plano
fáctico
origina
lo
que
se
conoce
como
moralidad.
No
deben
confundirse,
pues,
estos
términos:
toral
es
el
conjunto
de
normas,
reglas
o
imperativos,
producto
de
una
determinada
época
o
sociedad;
mien-‐aas
que
la
moralidad
comprende
los
actos
realizados
conforme
a
la
moral
imperante.
La
moralidad
es
la
moral
hecha
realidad
(moral
efectiva),
es
la
manera
cotidiana
en
que
se
viven
las
•ornas,
es
decir,
la
serie
de
actos
efectivos,
tal
como
se
Balizan
cotidianamente.33
La
moralidad
es
lo
que
José
Luis
Aranguren
denomina
Ethica
utens
o
moral
vivida.
Esta
moral
vivida
o
moralidad
es
la
que
se
manifiesta
en
la
experiencia,
en
historia,
en
la
religión,
etc.
En
general,
piensa
Arañaren,
la
ética
de
los
libros
de
texto
es
una
Ethica
docens.
o
sea,
una
ética
académica,
vuelta
de
espaldas
realidad;
en
cambio
la
Ethica
utens
no
es
la
que
se
encuentra
en
los
libros
de
filosofía,
sino
en
la
historia
viviente,
en
ciertos
testimonios
humanos,
o
incluso
en
teratura.
En
los
filósofos,
no
obstante
pueden
encontrar
ejemplos
notables
de
lo
que
es
la
Ethica
utens;
por
ejemplo,
Aristóteles
describe
en
su
Ética
Nicomaquea
la
moral
vivida
por
los
griegos
de
su
tiempo,
traza
i
mano
maestra
caracteres
como
el
del
magnánimo
y
las
virtudes
reales,
no
las
librescas
o
ideales
de
los
griegos.
Plano
normativo.
Normas
y
reglas
que
señalan
un
deber
ser
(la
moral):
Debes
acatar
la
voluntad
del
Estado.
Moral
Plano
fáctico.
Los
actos
realizados
conforme
a
la
moral
(moralidad):
"Sócrates
respeta
la
norma.
Debes
acatar
la
voluntad
del
Estado,
y
no
se
fuga
de
la
cárcel
desoyendo
los
ruegos
de
su
amigo
Gritón".
Normas morales y otros tipos de
normas
33
Cfr.
Mercedes
y
Juan
Garzón,
Ética
y
sociedad,
México,
ANUIES
69
Se
ha
visto
que
la
moral
está
formada
por
un
plano
normativo
y
un
plano
fáctico;
el
primero
está
constituido
reglas
de
conducta
o
normas
morales.
A
la
ética
le
interesa
saber
qué
naturaleza
tiene
la
norma
moral,
cuáles
son
sus
características
esenciales
frente
a
otros
tipos
de
normas
o
reglas.
Estos
problemas
corresponden,
en
la
ética,
al
tema
llamado
la
esencia
de
la
norma
moral.
En
este
parágrafo
se
compararán
las
normas
morales
con
otro
tipo
de
reglas,
leyes
y
normas,
con
el
fin
de
poder
saber
qué
es
y,
qué
no
es
una
norma
moral.
42 Ética: Introducción a su problemática y su historia
43 Esencia de la moral
Las normas morales también se han comparado con las llamadas reglas técnicas o reglas de las artes. Éstas
constituyen una fórmula o receta técnica para el desarrollo eficaz de una actividad determinada (incluso los
cursos llamados de "relaciones humanas" son reglas de este tipo).
Las reglas técnicas coinciden con lo que Kant llamó imperativos hipotéticos. Según Kant, todos los
imperativos se expresan por un deber ser y muestran la relación de una ley objetiva de la razón a una
voluntad que, por su constitución subjetiva, no es determinada necesariamente por tal ley. El filósofo de
Kónigsberg distingue entre imperativos hipotéticos y el imperativo categórico.
Imperativos hipotéticos
Representan la necesidad práctica de una acción posible, como medio para conseguir otra cosa que se quiere
(o que es posible que se quiera). Estos imperativos hipotéticos son semejantes a lo que se conoce como
reglas técnicas, pues éstas señalan medios para lograr determinadas finalidades; su observancia no
constituye una obligación para el sujeto que las aplica. Un ejemplo de regla técnica sería "los
requerimientos que debo observar para construir un puente". Éste deber es, en realidad, una necesidad
condicionada. Las reglas técnicas no expresan obligaciones sino que establecen condiciones.
Una regla técnica dice "si quieres a tienes que realizar necesariamente b" (si quieres construir un puente
tienes que ceñirte a determinadas reglas de la ingeniería). Las normas morales, en cambio, postulan
deberes; su observancia es facultativa (por ejemplo, los preceptos contenidos en el Decálogo).
Imperativo categórico
Es el que representa una acción por sí misma, sin referencia a ningún otro fin, como objetivamente
necesaria.
Aquí
la
acción
está
representada
como
buena
en
sí,
esto
es
como
necesaria
en
una
voluntad
conforme
con
la
razón.
Kant
considera
la
norma
reflejada
en
este
imperativo
categórico.
34
Cfr. Gregorio Fingerman, Lecciones de filosofía, Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 1964.
71
A
d iferencia
d e
l os
i mperativos
h ipotéticos,
e l
imperativo
categórico
no
expresa
condiciones,
no
dice
quieres
conseguir
a
debes
realizar
b",
sino
que
expresa
un
deber
ser
como
fin
en
sí
mismo
(a
debe
ser
Las
reglas
técnicas
también
equivalen
a
lo
que
Kant
Dama
reglas
de
la
habilidad,
consejos
de
la
sagacidad;
todas
ellas
no
expresan
una
necesidad
incondicionada
y
objetiva
(universalmente
válida)
como
el
imperativo
categórico.
"El
consejo
—dice
Kant—,
si
bien
encierra
necesidad,
es
válido
sólo
con
la
condición
subjetiva
contingente
de
que
éste
o
aquel
hombre
cuente
tal
o
cual
cosa
entre
las
que
pertenecen
a
su
felicidad;
en
cambio,
d
imperativo
categórico
no
es
limitado
por
condición
alguna
y
puede
llamarse
propiamente
un
mandato,
por
ser,
como
es,
absoluta,
aunque
prácticamente
necesario."
(Aquí,
la
palabra
necesario,
no
significa
necesidad
causal,
sino
deber.)
Lectura
No
sólo
es
posible,
sino
frecuente,
que
la
regla
técnica
preexista
a
los
fines
subjetivos
que
los
hombres
se
proponen
cotidianamente
y
también
que
se
encuentre
codificada
junto
a
otras
reglas
utilizables
para
y
en
cierto
tipo
de
actividades.
Los
manuales
para
la
cría
de
gallinas
existen
aun
antes
de
que
muchos
granjeros
escojan
este
oficio
y
antes
también
de
que
se
decidan
a
utilizar
aquéllos.
Los
diversos
enlistamientos,
recopilaciones
y
colecciones
de
estas
reglas,
realizados
en
ocasión
i/para
su
utilización
en
actividades
determinadas,
constituyen
lo
que
se
llama
"Las
técnicas
de
cada
actividad".
Así,
hay
Figura
3.2
Las reglas
técnicas
de
la
investigación
bibliográfica
contenidas
en
manuales
—que
técnicas son, sin duda, el
escolares
y
profesores
utilizan—,
técnicas
culinarias
en
los
recetarios
de
signo más visible de la vida.
cocina,
etc.
No
siempre
es
así,
sin
embargo,
no
siempre
podemos
echar
mano
de
una
compilación
preexistente.
La
vida
presenta
e
interpone
urgencias
que
hay
que
acometer
de
in-‐
mediato,
sin
la
menor
posibilidad
de
consultar
a
nadie,
menos
un
libro
especializado.
Por
ello,
por
relacionar
medios
con
fines
que
a
la
vez
pueden
vincularse
tanto
con
el
comportamiento
usual
y
de
todos
los
días,
con
el
excepcional
y
extraordinario,
las
reglas
técnicas
son,
sin
duda,
el
signo
más
visible
de
la
vida,
el
mecanismo
a
través
del
cual
ésta
se
hace
patente
y
se
externa
más
a
menudo.
Escuela Nacional Preparatoria, UNAM (ensayos y estudios 1), 1988, p. 20-‐21.
Este
carácter
no
coercible
de
las
normas
morales
ha
hecho
pensar
en
una
especie
de
supremacía
de
la
moral
sobre
el
derecho.
Así,
José
Vasconcelos,
en
su
Ética,
dice,
por
ejemplo:
"El
Derecho
depende
del
criterio
social,
convencional,
ocasional
del
legislador,
no
siempre
de
los
dictados
de
una
moral
trascendente.
La
moral
puede
llegar
a
ser
estética,
y,
hecha
virtud,
alcanza
a
Dios.
El_Derecho
apenas
puede
garantizarnos
la
equidad
de
las
relaciones
individuales,
las
libertades
públicas,
el
orden
en
el
caos
de
los
apetitos;
su
misma
culminación
puede
ser
ética,
nunca
estética".3
Recordemos
que
según
Vasconcelos,
lo
estético
significa
una
instancia
superior
a
otras
formas
de
vida.
Expliquemos
algunas
diferencias
entre
normas
morales
y
normas
jurídicas
a
través
del
siguiente
cuadro
sinóptico:
Normas morales.
Normas jurídicas
El
tipo
de
obligación
que
entrañan
estas
reglas
de
convivencia
social
no
es,
en
manera
alguna,
una
im-‐
posición
coercitiva
inherente
al
derecho;
tampoco
hay,
en
este
tipo
de
reglas,
una
convicción
y
adhesión
íntima
como
las
que
acompañan
a
las
normas
morales.
El
incumplimiento
de
una
norma
social,
por
73
ejemplo
saludar
con
corrección,
no
implica
una
multa
o
algo
parecido
sino
sólo
la
reprobación
o
el
ridículo.
En
general
todas
estas
reglas
de
cortesía
son
cumplidas
por
el
sujeto
de
manera
impersonal
y
hasta
hipócrita.
Una
forma
de
saludar
y
felicitar
es
casi
siempre
una
especie
de
cliché,
de
forma
convencional.
Las
reglas
sociales
cambian
considerablemente
de
una
sociedad
a
otra,
incluso
de
un
grupo
social
a
otro.
Muchas
de
estas
reglas,
por
su
intrascendencia,
suelen
desaparecer
rápidamente.
Como
un
ejemplo
curioso
de
estas
normas
sociales
se
cita
el
siguiente
fragmento
de
León
Tolstoi,
donde
describe
a
una
persona
decente
tal
como
la
concibe
un
joven
aristócrata
ruso:
45 Esencia de la moral
Mi
comme
il
faut
(como
debe
ser),
es
decir,
la
noción
de
cómo
debe
ser
una
persona
decente,
consistía,
en
primer
lugar
y,
principalmente,
en
dominar
a
la
perfección
el
idioma
francés
y
el
acento.
El
individuo
que
hablaba
mal
el
francés
inmediatamente
me
resultaba
odioso.
"¿Para
qué
quieres
hablar
como
nosotros
si
no
sabes?",
me
preguntaba
mentalmente
con
una
ironía
venenosa.
La
segunda
condición
del
comme
ilfaut
eran
las
uñas
largas,
pulidas
y
limpias;
la
tercera
consistía
en
saber
hacer
reverencias,
bailar
y
conversar;
la
cuarta
y
la
más
importante
consistía
en
ser
indiferente
a
todo
y
en
manifestar
constantemente
cierto
tedio
elegante
y
despreciativo...35
Lectura
Reglas de urbanidad
La
etiqueta
es
una
parte
esencialísima
de
la
urbanidad.
Dase
este
nombre
al
ceremonial
de
los
usos,
estilos
y
costumbres
que
se
observan
en
las
reuniones
de
carácter
elevado
y
serio
y
en
aquellos
actos
cuya
solemnidad
excluye
absolutamente
a
todos
los
grados
de
la
familiaridad
y
la
confianza.
El
imperio
de
la
moda,
a
que
debemos
someternos
en
cuanto
no
se
aparte
de
la
moral
y
de
las
buenas
costumbres,
influye
también
en
los
usos
y
ceremonias
pertenecientes
a
la
etiqueta
propiamente
dicha,
haciendo
variar
a
veces
en
un
mismo
país
la
manera
de
proceder
en
ciertos
actos
y
situaciones
sociales.
Debemos
por
tanto,
adaptar
en
este
punto
nuestra
conducta
a
la
que
sucesivamente
se
fuere
admitiendo
en
la
sociedad
en
que
vivimos,
de
la
misma
manera
que
tenemos
que
adaptarla
a
lo
que
hallemos
establecido
en
los
diversos
países
en
que
nos
encontremos.
35
Citado
por
A.
F.
Shishkin,
en
Teoría
de
la
moral,
México,
Grijalbo,
1970.
74
Para
aclarar
la
esencia
de
la
norma
moral,
también
se
la
ha
comparado
con
las
normas
religiosas.
Toda
religión
deberes,
normas
que
regulan
el
comportamiento
de
los
fíeles.
Ahora
bien,
¿tienen
estas
normas
un
moral?
Es
obvio
que
muchas
de
estas
reglas
carácter
moral
(por
ejemplo,
los
mandamientos
Decálogo);
en
cambio
otras,
por
su
carácter
formal
y
externo,
son
indiferentes
a
la
moral
(por
ejemplo,
asistir
a
un
ritual).
Otras
normas
religiosas
pueden
hasta
atentar
contra
la
moral
(por
ejemplo,
los
sacrificios
humanos).
Al
igual
que
el
derecho,
la
religión
incurre
en
la
heteronomía.
Aquí
el
sujeto
no
actúa
libremente,
la
obligación
proviene
de
una
suprema
autoridad.
En
su
obra
Ética
y
psicoanálisis,
Erich
Fromm
distingue
entre
una
ética
autoritaria
(ética
religiosa)
y
una
ética
humanista.
En
la
primera,
una
autoridad
es
la
que
establece
lo
que
es
bueno
para
el
hombre
y
prescribe
las
leyes
y
normas
de
conducta.
En
cambio,
en
la
ética
humanista,
es
el
hombre
mismo
quien
establece
las
normas
y
es,
a
la
vez,
el
sujeto
de
las
mismas.
La
distinción
que
ofrece
Erich
Fromm
puede
muy
bien
servir
para
ilustrar
la
naturaleza
de
las
normas
morales
frente
a
las
religiosas.
Esta
distinción
entre
ética
autoritaria
y
ética
humanista,
no
significa,
empero,
que
esta
última
esté
exenta
de
autoridad.
Lo
que
sucede
es
que
la
autoridad
que
impera
en
la
ética
autoritaria
es
de
carácter
irracional
e
indiscutible,
mientras
que
en
la
ética
humanista
se
encuentra
una
autoridad
racional,
sujeta
a
críticas
y
correcciones.
En
la
ética
autoritaria
la
crítica
a
la
autoridad
no
es
sólo
algo
no
solicitado
sino
prohibido.
La
autoridad
irracional
—sostiene
Erich
Fromm—
se
basa
por
su
misma
naturaleza
en
la
desigualdad
e
implica
diferencias
de
valores,
o
sea,
el
individuo
queda
aniquilado
frente
a
una
autoridad
que
se
considera
siempre
superior.
En
la
ética
autoritaria
la
norma
proviene
de
una
autoridad
trascendente
al
individuo.
La
autoridad
ordena
que
la
obediencia
sea
la
máxima
virtud
y
la
desobediencia,
el
pecado
capital.
La
rebelión
es
el
pecado
imperdonable
en
la
ética
autoritaria.
El
Antiguo
Testamento,
en
el
relato
de
los
orígenes
de
la
historia
del
hombre,
ofrece
un
claro
ejemplo
de
lo
que
es
esta
ética
autoritaria,
con
el
desafío
o
pecado
cometido
por
Adán
y
Eva.
Sin
embargo,
es
necesario
aclarar
que
la
ética
autoritaria
no
es
en
absoluto
religiosa,
pues
también
cobra
expresión
en
Estados
totalitarios
y
antidemocráticos.
La
historia
de
las
religiones
nos
enseña
que
las
normas
religiosas
exigen,
casi
siempre,
la
conformidad
de
las
acciones
humanas
con
la
voluntad
de
un
ser
supremo.
Así,
en
la
India,
en
Babilonia,
entre
los
hebreos,
en
Grecia
y
en
Roma,
la
creencia
religiosa
cristaliza
en
códigos,
en
mandamientos,
en
leyes
y
preceptos
donde
la
suprema
moral
es
al
propio
tiempo
la
norma
divina.
En
este
tipo
de
moral
los
soberanos,
reyes
o
profetas,
prescriben
la
conducta
a
seguir
mientras
que
los
hombres
obedecen
lo
que
se
les
muestra
como
norma
superior,
como
decreto
de
origen
extraterreno
y
por
ello,
inviolable.36
En
la
India.
Brahma
inspira
a
Manu
el
Libro
de
leyes.
En
la
estela
(piedra
con
inscripciones)
de
Hammurabi,
quien
reinó
en
Babilonia
dos
milenios
antes
de
nuestra
era,
el
rey
escribe
su
código
bajo
el
dictado
del
dios
Marduck.
Entre
los
hebreos.
Jehová
entrega
a
Moisés
las
Tablas
de
la
Ley
donde
está
grabado
el
Decálogo.
En
Persia,
Ahura
Mazda,
en
lo
alto
de
una
montaña,
entre
rayos
y
relámpagos,
entrega
a
Zoroastro
el
Libro
de
la
Ley.
Una
divinidad
confía
al
rey
Minos
las
Leyes
de
Creta.
Es
el
hijo
de
Dios
quien
aporta
a
los
cristianos
el
37
modelo
de
su
sabiduría
y
los
Mandamientos
de
su
moral.
Mahoma
escribe
su
Corán
bajo
el
dictado
de
Alá.
36
Cfr.
Garandy,
El
marxismo
y
la
moral,
México,
Ediciones
Cuauhtémoc,
1975,
p.
8.
37
Ídem.
75
De
este
modo
vemos
cómo
las
normas
religiosas
se
presentan
como
objeto
de
una
revelación.
Estos
preceptos
tienen
una
procedencia
divina,
extrahumana
y,
siendo
así.
están
fuera
del
alcance
del
hombre
quien
no
tiene
capacidad
para
comprenderlas
y
juzgarlas
(como
dice
Erich
Fromm
al
hablar
de
la
"ética
autoritaria").
Es
necesario,
pues,
que
la
divinidad
intervenga
directa
o
indirectamente
para
dictar
su
voluntad
y
hacerla
valer.
Las
diferencias
y
especificidad
de
las
normas
morales
frente
a
otro
tipo
de
normas
o
reglas
pueden
ser
resumidas
esquemáticamente
en
la
siguiente
forma:
Tipo
de
sanciones.
• Normas
morales.
Remordimiento
moral
o
castigo
interno
de
la
conciencia.
• Normas
jurídicas.
Castigo
penal
(amonestaciones,
encarcelamiento,
multa,
hasta
pena
de
muerte).
• Normas
religiosas.
Castigo
divino
(efectuado
en
una
vida
ultraterrena).
• Normas
sociales,
de
cortesía
o
de
trato
social.
Rechazo
social,
ridículo
social.
Norma
moral
Reclama
ser
realizada
por
una
plena
autonomía
(la
obligatoriedad
deriva
del
sujeto
como
ser
libre
y
responsable).
En
la
historia,
la
moral
recorre
una
serie
de
etapas
que
se
reseñarán
en
forma
breve;
la
ética
no
consiste
en
una
mera
descripción
del
fenómeno
moral.
Esta
tarea
pertenece,
en
todo
caso,
a
la
historia
de
la
moral.
Frente
a
los
cambios
históricos
de
la
moral,
la
ética
se
propondrá
explicar
su
sentido
y
establecer
las
leyes
del
pro-‐sreso
moral.
47 Esencia de la moral
Moral primitiva
Es
la
moral
que
comienza
a
desarrollarse
en
la
aurora
de
la
sociedad
humana.
En
esta
moral
impera
un
colectivismo
que
borra
todo
individualismo;
las
diversas
actividades
son
realizadas
en
común
por
los
integrantes
de
la
tribu
(recolección
de
frutos,
pesca,
construcción
de
viviendas,
etc.)-‐
La
moral
primitiva
es
76
consuetudinaria,
es
decir,
se
mantiene
por
la
fuerza
de
la
costumbre.
Una
de
las
bases
de
la
moral
primitiva
es
la
ayuda
mutua,
la
obligación
recíproca
de
ayudarse
(espíritu
de
solidaridad).
Defenderse
y
vengar
las
ofensas.38
La
virtud
fundamental
es
el
valor
del
individuo
pues-‐»
en
práctica
en
la
defensa
y
preservación
de
la
tribu.
El
vicio
es
lo
contrario:
la
cobardía
o
indiferencia
a
los
intereses
de
la
tribu.
Todo
caballero
debe
tener
rectitud
y
lealtad
conjuntamente;
debe
proteger
a
los
pobres
para
que
los
ricos
no
los
opriman,
y
sostener
a
los
débiles,
para
que
los
fuertes
no
los
humillen,
debe
alejarse
de
cualquier
lugar
donde
habite
la
traición
o
la
injusticia.
Cuando
las
damas
o
doncellas
necesiten
de
él,
debe
ayudarlas
con
su
poder,
si
quiere
ganar
alabanzas
y
premios,
pues
hay
íjue
honrar
a
las
mujeres
y
soportar
la
pesada
carga
de
defender
su
derecho.39
38
A.
F.
Shishkin,
op.
cit.
39
Trovadores
y
cortes
de
amor,
Buenos
Aires,
Argentina,
Editorial
Universitaria
de
Buenos
Aires,
1960
77
Figura
3.4
La moral ha existido prácticamente desde los inicios
de la sociedad humana; sus bases eran la ayuda mutua con el
fin de defenderse de un medio muchas veces hostil.
Lectura
El
sistema
feudal
representa
una
especie
de
pirámide
de
nexos
de
dependencia
personal
estric-‐
tamente
fijados
en
el
sistema
jerárquico
de
los
status
estamental-‐clasistas
y
profesional-‐corporati-‐
vos.
La
servidumbre
es
completada
con
relaciones
de
proteccionismo
y
vasallazgo.
El
campesino
me-‐
dieval
se
hallaba
en
dependencia
triple
de
los
feudales
—personal,
por
la
tierra
y
judicial—>
y
cada
una
de
ellas
significaba
determinadas
obligaciones
refrendadas
por
la
tradición.
Las
relaciones
de
ayuda
mutua
en
los
grupos
comunales
y
corporativo-‐estamentales
eran
sustentadas
por
un
con-‐
junto
de
códigos
morales
cerrados
que
reglamentaban
estrictamente
unos
u
otros
"conjuntos
"
de
derechos
y
obligaciones
de
los
individuos
(órdenes
de
caballería,
talleres
y
gremios,
sectas
religiosas,
estatutos
universitarios).
En
esta
sociedad
el
individuo
no
podía
sentirse
seguro
sin
protección
(per-‐
sonal
o
de
algún
grupo
o
corporación).
Y
si
no
la
tenía
de
nacimiento,
tenía
que
adquirirla.
La
per
te-‐
nencia
al
estamento
era
propiedad
individual
inalienable;
el
prestigio
moral
dependía
del
status
del
hombre
y
aparecía
como
la
posesión
de
cualidades
morales
"naturales"
dadas
"de
nacimiento".
De
plena
conformidad
con
semejante
estructura
de
la
sociedad,
la
idea
feudal
de
la
justicia
presuponía
una
medida
de
retribución
desigual
y
un
grado
de
responsabilidad
moral
desigual
"según
la
dignidad"
(en
dependencia
del
estamento,
de
la
nobleza).
Marx
recalcó
que
en
el
feudalismo
"todos
son
dependientes",
tanto
los
siervos
de
la
gleba,
como
los
feudales,
tanto
los
vasallos
como
los
señores
feudales,
tanto
los
seglares
como
los
sacerdotes.
En
este
contexto
el
problema
de
defensa
del
status
a
los
ojos
de
la
opinión
pública
es
fundamental.
La
idea
del
"lugar
debido"
en
la
jerarquía
de
los
status
de
prestigio
estamental,
que
deben
ocupar
los
grupos,
las
corporaciones,
así
como
todo
individuo,
es
irrevocable
para
la
mentalidad
feudal.
Esta
posición
de
partida
de
la
conciencia
moral
es
tan
indiscutible
que
(hasta
cierto
tiempo)
no
se
pone
en
tela
de
juicio.
Se
puede
discutir
sobre
el
prestigio
de
tal
o
cual
individuo
o
grupo,
pero
la
justeza
del
propio
principio
de
la
jerarquía
socio-‐moral
no
provoca
duda
alguna.
De
esta
manera,
la
posición
departida
expresa
tanto
la
posición
objetiva
del
individuo
(estamental,
clasista),
como
los
parámetros
(posibilidades,
fines)
subjetivos
de
su
vida
moral.
El
sentido
agudo
de
distancia
entre
los
miembros
de
diferentes
grupos
sociales
es
defendido
por
multitud
de
prohibiciones,
costumbres,
ritos,
y,
en
caso
de
necesidad,
por
la
punta
de
la
espada.
La
moralidad
es
refrendada
en
formas
religiosas
como
mandamiento
"divino
"
de
"conocer
su
sitio
en
la
vida".