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Vacíos de poder en México

Cómo combatir la delincuencia organizada

JESÚS ALBERTO CAZARES NIEBLA


Introducción

Vacío de poder se refiere al colapso de las instituciones y espacios ocupados por el


crimen organizado, es decir aquellas tareas que el gobierno ya no puede hacer que
son realizadas por los narcotraficantes. Edgardo Buscaglia lleva una línea de
investigación relacionada al crimen organizado, si buscan a un experto en el tema,
Edgardo es el indicado. En el libro se establecen medidas para llenar esos vacíos
de poder.

En México, tenemos una transición incompleta a la democracia, las viejas


estructuras del régimen autoritario prevalecieron incluso cuando existió la
oportunidad de crear otras nuevas.
Poseemos un sistema judicial descoordinado, es idóneo para no castigar a los
culpables y sí a los inocentes, y para que, ante una acción judicial emprendida por
una autoridad, cualquier fuerza política asegure que las acusaciones tienen un
trasfondo político.

Los poderes Legislativo y Judicial nos cuestan muy caros, en general toda la
burocracia mexicana. Hay impunidad, cuando una persona viola la ley y no sólo no
hay consecuencias sino que los márgenes de rentabilidad son tan altos y el riesgo
es mínimo.

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Justificación

El motivo fundamental que me ha llevado a realizar este trabajo, es el de conocer a


fondo la política de nuestro país, ya que de esta forma me familiarizaré un poco el
cómo se ha venido gobernando, qué tanta impunidad ha existido con los mexicanos,
el impacto que ha tenido el narcotráfico en nuestra sociedad, durante de estos dos
últimos sexenios de gobierno de la república mexicana.

Además el cómo se violentan las garantías individuales de los ciudadanos por el


mismo gobierno, saber cómo el gobierno se ha asociado con los capos más grandes
del narcotráfico, y de esta forma conoceré cómo el gobierno se desenvuelve dentro
del narcotráfico y corrupción, al mismo tiempo que se castiga a la sociedad
inocente.

Jesús Alberto Cázares Niebla 3-14


Implicaciones sociales y personales de la problemática en el entorno social

Considero que este fenómeno nos implica como sociedad activa ya que la
problemática que nos enfrentamos es muy difícil de radicar, pues nuestros propios
representantes políticos están envueltos dentro de ésta.

E incluso la misma sociedad no cuenta con el valor cultural para enfrentar la


problemática debido al miedo, ya que la consideran un tabú y al mismo tiempo
realizan la ley del silencio, la cual consiste en ignorar el problema debido a la
desconfianza mutua y no saber quiénes podrían estar involucrados, y de esta forma
se genera una desconfianza entre la misma sociedad, dejando así al país en las
manos de los carteles de la mafia inundándolo de violencia e inseguridad.

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Destacar la importancia de la disciplina científica utilizada para la
interpretación de problemáticas sociales analizada.

Considero que es de suma importancia que se realicen investigaciones sobre las


problemáticas que enfrenta nuestro país, pero también considero que se deberían
de buscar soluciones y a la vez ponerlas en práctica, pero es el mismo gobierno
quien pone obstáculos para que se realicen ya que quedarían al descubierto ante la
sociedad misma.
Es de suma importancia saber o investigar cómo el gobierno está tan involucrado
en el crimen organizado y el cómo la juventud actual se va involucrando poco a poco
ya que el país se encuentra constantemente en crisis, devaluaciones de moneda,
no existen empleos ni oportunidades para esas generaciones nuevas y es por esa
decepción y desesperación que la sociedad empieza involucrarse ya que los
mismos grupos criminales le ofrecen oportunidades de empleos.

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Vacíos de poder en México
Cómo combatir la delincuencia organizada

El prolongado periodo de sangre y horror por el que ha atravesado la sociedad


mexicana en los años recientes, producto de políticas públicas contra el crimen
organizado que resultaron no sólo fallidas sino contraproducentes, coloca a la
sociedad mexicana frente a su espejo, con muchas preguntas más que con certezas
después de los años transcurridos. “La guerra de Calderón” como se le llama, por
simplificar aquello, sumió regiones enteras del país en dinámicas de violencia y
descomposición extremas, con miles de muertos, desaparecidos, secuestrados,
extorsionados, torturados; y franjas muy amplias del país donde el Estado fue
simplemente suplantado, desaparecido o capturado.

El panista Felipe Calderón Hinojosa pretendió combatir la delincuencia organizada


con un Estado sucio y corrupto. Contó para ello con un gran presupuesto para
instrumentar una “represión sucia con desapariciones forzadas”.

El priista Enrique Peña Nieto no sólo sumó a las faltas de su predecesor “la
represión social” contra grupos que buscaban detener las violaciones masivas a
derechos humanos; también se metió a negociar con grupos criminales. El
resultado: más fosas y más desapariciones forzadas.

Según el especialista en seguridad, prevención y combate al delito, temas en los


que ha asesorado a países de cuatro continentes, eso es resultado del vacío de
poder. “Estamos ante un Estado fragmentado donde algunos sectores se asocian
a los grupos criminales; otros luchan contra ellos, y así como hay policías que
combaten a cárteles de la droga, otros se les alinean”.

Las desapariciones forzadas empiezan a darse de manera fragmentada en todo el


país. “A veces son periodistas; otras, activistas sociales: otras, empresarios que se
niegan a ser extorsionados, otras pueden ser entre los mismos delincuentes”.

En junio de 2013 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos contabilizó 27 mil


243, cifra similar a la que reportó la Secretaría de Gobernación: 27 mil 523.

En marzo de 2016, el gobierno de Enrique Peña Nieto, por medio del Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, admitió que la cifra creció a
28 mil 161 personas. A ellas habría que sumar las 43 desapariciones forzadas de
los estudiantes de Ayotzinapa.

Ellos fueron quemados vivos por el grupo criminal Guerreros Unidos, según “la
verdad histórica” construida por Tomás Zerón cuando fue titular de la Agencia de
Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República. Hoy, este

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personaje es secretario técnico del secretariado encargado de contabilizar a los
desaparecidos.
“Pax” mafiosa (Crimen organizado: seguridad humana)
Edgardo Buscaglia sostiene que, antes de combatir a la delincuencia organizada y
“lanzar a las Fuerzas Armadas o policiacas a la calle, primero se debe limpiar
mínimamente al Estado”, algo que no hizo Calderón. Y, añade, deben establecerse
controles patrimoniales democráticos a funcionarios y policías, así como una ley de
extinción de dominio que apliquen las unidades de investigación patrimonial
autónomas en cada entidad federativa que trabajen en red para que al mismo
tiempo comunicadas de lo que sucede en cada una de las entidades federativas.

El autor, plantea, debe haber una prevención social y una prevención de corrupción
política para evitar la filtración del crimen organizado en las listas de candidatos a
cargos de elección popular en todos los niveles, ya que de esta manera no lograría
mezclarse los corruptos en el poder político.
Así mismo comenta que si no se limpia el Estado sucio, advierte, la corrupción
aumenta exponencialmente a nivel operativo. Y pone un ejemplo: cuando Genaro
García Luna estuvo al frente de la Agencia Federal de Investigación, los policías
federales ya estaban corrompidos porque él era uno de los principales que se
encargaba de ofrecer mejor salario si se unían a la delincuencia organizada esto
significaba que debían de trabajar para ellos, protegiéndolos de los mismos
compañeros del gobierno.

Así, cuando Calderón lo nombró titular de la Secretaría de Seguridad Pública y le


otorgó un presupuesto 20 veces superior, la corrupción se incrementó; peor aún, los
delitos y violaciones a los derechos humanos se dispararon, y señala: que al
incrementar el presupuesto a la Policía Federal (PF), Calderón sólo le echó gasolina
al fuego, esto indica, que hizo contar con instituciones de prevención social en
medio de vacíos de Estado, sin someter a la policía a una auditoría social.

“¿Cómo pudo ocurrírsele aumentar la capacidad represiva a través de


presupuestos altos? Lo único que hizo fue crear este tsunami de más de 27 mil
desaparecidos.”

Lo que hoy tiene México es represión sucia con desapariciones forzadas, gente
colgada en las calles, comandos de la PF secuestrando a sus propios compañeros,
activistas sociales. Calderón nunca entendió que con un Estado fragmentado y
sucio era imposible combatir a la delincuencia organizada, en este clima de
impunidad y corrupción, pequeños pedazos de la PF trabajan para grupos
criminales, como el Cártel de Sinaloa; otros se alinean con Los Zetas o con La

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Familia Michoacana, etcétera. Hoy, ellos mismos comienzan a limpiar sus territorios
para los grupos criminales. En ese proceso de limpia caen ángeles y demonios.

Ante tanta impunidad un 99.9% de las desapariciones jamás se resuelven, ya que


los grupos criminales están detrás de ellas, y como más de la mitad del gobierno
está comprado por ellos mismos lo único que hace el gobierno es darle carpetazo
al asunto y listo, queda cerrado sin culpable. Además de que los grupos criminales
piensan en los costos y beneficios: si no hay sanción por asesinar a alguien o
enterrarlo en una fosa clandestina, las cosas pueden seguir operando normalmente
ante la sociedad y el mismo gobierno.

El reporte entregado al Senado en febrero último, la Procuraduría General de la


República (PGR) indica que de agosto de 2006 a octubre de 2015 el gobierno
localizó 662 cuerpos en 201 fosas.
El año más crítico fue 2011, cuando se detectaron 26 fosas en Veracruz,
Tamaulipas y Durango. En la última entidad había 53 cuerpos, según la PGR. Sin
embargo, la prensa local reportó 231, la mayoría no identificados, y denunció que
las autoridades estatales exhumaron los cadáveres con trascabos y
retroexcavadoras, “como si se tratara de cascajo”.

Según el reporte de la procuraduría, entre octubre de 2014 y junio de 2015 en Iguala,


Guerrero, se descubrieron 63 fosas con 133 cuerpos: ninguno era de los estudiantes
de Ayotzinapa

El autor de esta obra comenta sobre las desapariciones donde participa el crimen
organizado son por disputas territoriales, como en Durango. Cuando sucedió, en las
convenciones internacionales lo consideraron “un conflicto armado”, pues algunos
elementos del Estado se alinean con alguno de los bandos, mientras la población
civil queda en medio de los enfrentamientos y la cual sufre las consecuencias de
ambos.

El Estado de “Durango sufrió uno de los más altos índices de desapariciones


forzadas; luego se colapsa ese índice una vez que el Cártel de Sinaloa toma el
territorio y establece a sus funcionarios”, y todavía hasta las fechas, en Sinaloa es
una de las entidades más violentas y demasiadas desapariciones sin resolver, ya
que el mismo gobierno se puede decir que se encuentra involucrado en el problema
que a diario presenta la sociedad así pueden existir mil sociedades civiles para
dedicarse a la búsqueda de los desaparecidos jamás encontraran una respuesta
verdadera ante el gobierno.

El mismo autor menciona que el Estado mexicano para lograr procesar los casos, e
imponer castigos y obtener la desmantelación de redes criminales, la tasa de
homicidios es que debe lograr reducir al grupo criminal que se adueña del territorio,

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desplazando a sus rivales y al mismo tiempo realizan alianzas con el gobierno
actual. Ese es el crimen organizado: seguridad humana o pax mafiosa.

Los tsunamis de desapariciones forzadas y homicidios obedecen sólo a los


conflictos, aleatorios o no, entre las redes criminales. Cuando un grupo triunfa, va
en pos de otro territorio. Ante el vacío de poder del Estado, las bandas criminales
son las que imponen las tasas de desapariciones, no el Estado pero tampoco el
Estado hace mucho para que esa tasa no se incremente demasiado o bien, que no
suceda y, ¿Por qué no intervenir él ante la problemática para que no suceda?

Recuerda que en los ochenta había una “pirámide de comando y control” del
gobierno federal. El crimen organizado formaba parte de ella, pero durante la
pretendida “transición democrática” se desmantelaron las instituciones autoritarias.
Lo grave de todo esto es que no se sustituyeron por una mejores donde podrían
logar mejores resultados. Y pone como un ejemplo: Lo que hizo Vicente Fox con el
Centro de Investigación y Seguridad Nacional no fue sustituirlo por una policía
democrática. Además, en las entidades siguen los mismos jueces. Con esa pirámide
de comando de control desquebrajada, el crimen organizado comenzó a financiar a
los políticos y a imponer policías y funcionarios corruptos, y de esta manera el
crimen organizado se fue mezclando con el mismo gobierno.

También hay grupos que cometen desapariciones forzadas. “Forman parte del
Estado y los conforman policías estatales. Ellos son los que cavan las fosas,
extorsionan gente, asesinan”. Cita el caso de Chiapas, donde un pedazo del Estado
trata de imponer la ley a otro pedazo del Estado, acorralando a fiscales y
deteniéndolos. Y esto es difícil de resolver porque no está sujeto a una orden de
Los Pinos, el expresidente Peña Nieto era un cero a la izquierda, el cual no tenía
poder para poder ejercer ya que los grupos criminales decidían por él.

El autor de la obra insiste que Peña Nieto continuó con los errores de Calderón en
la persecución al crimen organizado, y además lo hizo sin implementar ninguna
medida de control patrimonial ni de prevención para atacar la corrupción política.
Pero peor aún, este presidente “se metió a negociar con los grupos criminales,
como en Michoacán. Ahí neutralizó a los grupos sociales que defendían a la
población. Con ello agregó a los errores de Calderón la represión a los grupos
sociales y la entrega incondicional de territorio (a los criminales)”.

También en el Estado, de Chihuahua, donde ese mismo esquema se aplicó pero no


de manera pública. Y se afirma que hoy en la actualidad el control de esa entidad lo
tienen los grupos criminales.
Además el autor nos menciona el caso de Cherán caso donde las mujeres se
levantan en arma para defenderse en contra del crimen organizado y a la vez del

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mismo gobierno, y el expresidente no le pareció bien entonces envió a la PF y al
Ejército para fragmentar a esa comunidad indígena y reprimirla. Al mismo tiempo
empieza a incrementarse la violencia, la violación a los derechos humanos, las
desapariciones forzadas y el descubrimiento de fosas clandestinas constantemente
en esa entidad.

Frente a esa realidad humillante, dicen, los familiares de víctimas y desaparecidos


deben crear una sola agrupación, una Comisión de la Verdad, y elaborar una
agenda nacional; deben buscar el respaldo y financiamiento de organismos
internacionales, como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para
desapariciones, invitar a técnicos extranjeros para organizar sus descubrimientos y
testimonios, y pedir asesoría a jueces o exjueces extranjeros, pero a la vez estas
personas deben de estar bien capacitadas y contar con una ética profesional la cual
no le permita involucrarse o venderse ante los grupos del crimen organizado ni al
mismo gobierno, sino que sean leales ante la petición de la sociedad misma.

Recomienda que, una vez organizados, deben “rodear el Congreso”, ejercer presión
para que las autoridades respondan por los desaparecidos. Dice que un ejemplo
digno es el de los padres de los normalistas de Ayotzinapa, a quienes el gobierno
de Peña Nieto no ha podido dividir. Este sería uno de los casos con mayor
relevancia ya que ni el gobierno mismo ha logrado su propósito el de que los padres
se dividan e intente de resolver el problema de una manera individualizada.

“Ellos han tenido la mejor práctica internacional, apoyo en Europa. Han hecho
escándalo mediático. Ya pusieron en jaque al gobierno. Tarde o temprano su caso
va a llegar a la Corte Penal Internacional.” Y esto se ha logrado porque existe una
unidad con un mismo fin, el de descubrir el verdadero culpable de esta infame
tragedia, y además de aclarar todas las mentiras que el mismo gobierno ha
fabricado ante estos estudiantes normalistas

Advierte que cuando las organizaciones de víctimas empiezan a reunirse, el


gobierno trata de cooptarlas, bloquearlas, meterles miedo, darles dinero para que
se queden callados o quietos con sus investigaciones ya que al gobierno no le
conviene que se descubran hechos que se realizaron con su aprobación.

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CONCLUSIONES

México tiene una corrupción tan grande que ni siquiera puede organizarla y tener
una reacción ante este fenómeno, lo que genera vacíos de Estado, porque pisó una
mina y esa mina explotó, provocando una corrupción generalizada y desorganizada
que ni el mismo gobierno puede controlar, eso dice este especialista reconocido a
nivel mundial.

Como él lo dice textual en su obra “El problema de la corrupción desorganizada es


cuando un gobierno comienza a experimentar vacíos en su Estado, sus instituciones
comienzan a ser fagocitadas por grupos criminales o por poderes fácticos
legalizados, ya sea televisoras o lo que sea. El problema es que el Estado pierde
su capacidad de control del comportamiento de sus funcionarios, van formando
feudos pequeños en cada estado, municipio, que ya no responden a nada. Hay
corruptos con permiso y corruptos sin permisos, básicamente empiezan a actuar
como una piraña que muerde lo que pueda, la corrupción desorganizada es más
dañina” que todo porque ahí es todo contra todo y la única que sale más
perjudicados es la misma sociedad.

Más que nada eso es lo que traspasó Calderón Hinojosa a Peña Nieto, sostiene.
Hoy, advierte, que pedazos de gobierno han caído en manos de delincuentes,
gobernadores, empresarios, policías.

La solución a está es que los organismos internacionales presionen, la sociedad


civil que se organicen, los hombres del capital salgan de su “burbuja” y el mismo
Presidente explique de dónde viene su fortuna, ya que el sueldo presidencial si es
un poco alto pero no como para triplicar los bienes patrimoniales ni su vida llena de
lujos.

Jesús Alberto Cázares Niebla 3-14


FUENTES INFORMATIVAS

www.proceso.com.mx/456522/mexico-en-vacio-poder-llena-la-delincuencia-
buscaglia.
WWW.megustaleer.mx/libros/vacos-de-poder-en-mxico/MMX/003606/fragmento
www.sinembargo.mx/04-11-2013/802236

Vacíos de poder en México: Cómo combatir la delincuencia organizada. (Edgardo


Buscaglia).

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