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Juan José Guerra Abud y Juan Carlos Natale López, diputados integrantes de la LXI
Legislatura del honorable Congreso de la Unión, del Grupo Parlamentario del Partido
Verde Ecologista de México, con fundamento en los artículos 4, 71, fracción II, y 73,
fracción XXX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 55, fracción
II, del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos
Mexicanos, sometemos a consideración del pleno la presente iniciativa con proyecto de
decreto con base a la siguiente:
Exposición de Motivos
“En todas las cuestiones relativas al cuidado de un niño por personas distintas de sus
propios padres, los intereses del niño, en particular su necesidad de recibir afecto y su
derecho a la seguridad y al cuidado continuado, deben ser la consideración
fundamental.”
Por su parte, la Convención sobre los Derechos del Niño 3 en su artículo 21, dispone que
“los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que el
interés superior del niño sea la consideración primordial.”
Con la evolución de los fines de la adopción, hoy podemos afirmar que es una institución
de protección del niño privado de una familia y que se basa en su interés superior, de forma
preponderante sobre el deseo del adoptante de tener un hijo.
La Declaración de los Derechos del Niño señala que éste “por su falta de madurez física y
mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto
antes como después del nacimiento.”
En este marco de protección especial a que tiene derecho el niño, la adopción como
institución de derecho civil adquiere gran importancia, al ser un instrumento para asegurar
el bienestar de un niño ante la falta o impedimento de quienes tienen derecho a ejercer la
patria potestad sobre el menor o derecho a ejercer la tutela legítima.
El Estado, entonces, está interesado en que la adopción cumpla esta función de protección
especial. Más aún nuestro país, en términos del artículo 3.1 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, está obligado a que “en todas las medidas concernientes a los niños que
tomen ... los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el
interés superior del niño.
Al permitirse un trato diferente en función de las condiciones especiales de los niños, este
trato debe orientarse a la protección de los derechos e intereses de los mismos. Por lo que
en caso de conflicto de derechos de igual rango, el derecho del interés superior del niño
prevalece sobre cualquier otro que pueda afectar sus derechos fundamentales.
En nuestro sistema jurídico mexicano la adopción es una institución del derecho de familia,
que actualmente es competencia de las entidades federativas y que se regula en la
legislación civil, por lo que el marco jurídico de esta figura no es homogéneo.
Por virtud de este decreto se elimina del concepto de matrimonio, la unión entre “un
hombre y una mujer” y se establece que, en adelante, será una “unión libre entre dos
personas”.
El alcance jurídico de la reforma consiste en que las personas del mismo sexo podrán
celebrar la unión civil del matrimonio y se abre la posibilidad de que estas relaciones
legales, así como las generadas en el concubinato, puedan adoptar hijos, según se desprende
del artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal.
Las implicaciones de esta reforma en la formación de los menores mexicanos, son múltiples
y desconocidas. Resultaría irresponsable llevar a cabo reformas en materia de adopción, sin
considerar los resultados de investigaciones científicas.
Diversos países han reconocido, a parejas del mismo sexo, el derecho a contraer
matrimonio, pero es tan importante esta figura jurídica, que no en todos se otorga el
derecho a adoptar. Países como Holanda, Bélgica, Canadá, España, Noruega, Suecia,
Argentina y Uruguay reconocen ambos derechos.
Entre esos estudios, se encuentran los realizados por Charlotte J. Patterson 6 *, Perry
Golombok 7 y la Asociación Americana de Siquiatría, que coinciden en que no existe
evidencia de que la orientación sexual de los padres tenga un impacto importante en el
desarrollo del niño o del adolescente y que se ha encontrado que los hijos de parejas del
mismo sexo se encuentran en buen estado mental.
Patterson reconoce que a pesar de que las investigaciones han arrojado importantes
resultados, hay temas pendientes que requieren de estudio. Incluso señala que diversos
investigadores han enfatizado el hecho de que hijos de parejas del mismo sexo pueden
encontrar sentimientos anti-gay en su vida diaria, los cuales les generan enojo y tristeza,
pero que no existe evidencia suficiente que pruebe que esos sentimientos afectan la
adaptación del menor.
Por otra parte, ciertos sectores han manifestado que tienen temores respecto a la adopción
de menores por parejas del mismo sexo 8 como la generación de problemas en el desarrollo
de la identidad sexual y en el desarrollo psicológico (problemas mentales y emocionales) de
los niños. Sin embargo, de acuerdo con estudios científicos realizados por Patterson en
hijos de madres lesbianas, no existe evidencia de que la identidad sexual sea un problema,
más aún los hijos de éstas mostraron un desarrollo normal en todas sus relaciones
personales.
Por el contrario, Robert Lerner y Althea Nagai 9 , en su estudio “No basis: what the studies
don´t tell us about same-sex parenting” sostienen que de la evaluación de 49 estudios
realizados sobre la paternidad homosexual, se desprende al menos una grave deficiencia en
la metodología, que impide la generalización de sus resultados. Entre esas, deficiencias se
mencionan:
Concluyen que los métodos utilizados en estos estudios son tan defectuosos que los mismos
no prueban nada y recomiendan que no sean utilizados en casos legales para argumentar
acerca de la crianza homosexual contra la heterosexual.
Otros estudios concluyen que la adopción de personas del mismo sexo privan “a los niños y
niñas de los beneficios de tener padres relativamente mejor ajustados desde el punto de
vista psicológico y de los beneficios de tener una figura paterna y materna 10 ” o se expone
a los niños a sufrir alteraciones mentales.
Lo anterior, con el fin de contribuir a que nuestros niños mexicanos alcancen un pleno
desarrollo y sobre todo para que se respeten sus derechos fundamentales a una vida digna y
a la salud. Por lo que con la presente iniciativa al proponer reformas en materia de
adopción, atendemos al interés del adoptado, más que al del adoptante.
Más aún cuando los estudios que se han utilizado para llevar a cabo reformas que permitan
la adopción de menores por parejas homosexuales, son cuestionados desde el punto de vista
metodológico.
Sobre todo porque en caso de duda, debe resolverse lo más favorable a los derechos
fundamentales de los menores de edad, cuya protección compete al Estado Mexicano, al
estar obligado a proveer lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el
ejercicio pleno de sus derechos, en términos del artículo 4 constitucional e instrumentos
internacionales vinculantes para nuestro país.
Derecho a la vida
Derecho a la salud
Por su parte la Convención sobre los Derechos del Niño establece en su artículo 24 que los
Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud.
En el mismo sentido, el párrafo tercero del artículo 4 de nuestra Carta Magna prevé que
“toda persona tiene derecho a la protección de la salud”, y entre sus finalidades se
encuentran “el bienestar físico y mental del hombre, para contribuir al ejercicio pleno de
sus capacidades 16 ”.
Nuestro máximo órgano jurisdiccional, ha interpretado en la Tesis: 1a. LXV/2008 que “el
derecho a la salud debe entenderse como una garantía fundamental e indispensable para el
ejercicio de los demás derechos humanos y no sólo como el derecho a estar sano 20 .”
Prevalencia derechos del niño a la vida y a la salud sobre el derecho de los adoptantes,
incluso sobre el derecho del niño a tener una familia
Para garantizar una vida digna a los niños, la cual comprende un absoluto respeto al
derecho a la vida y a la salud, es menester que la niñez de México (como se ha hecho en
otros países) no sea objeto de experimentación, por lo que antes de aprobar la adopción
de menores de edad por parejas del mismo sexo, resulta indispensable contar con un estudio
integral del impacto psico-emocional que estas relaciones podrían tener en los menores
sujetos a adopción.
Destaca la postura, del ministro Sergio Aguirre Anguiano, quien afirmó que la sociedad
mexicana estigmatiza a los homosexuales y que eso provoca que no esté preparada para
aceptar que las parejas del mismo sexo puedan adoptar.
En el entendido de que el bienestar del niño, incluye el respeto al derecho a la salud, que
acorde con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aquél se integra por el estado físico,
mental, emocional y social de la persona, del que deriva un derecho fundamental más,
consistente en el derecho a la integridad físico-psicológica.
Según estudios internacionales, los niños adoptados por parejas del mismo sexo presentan
trastornos psicológicos o de comportamiento. Con independencia de la solidez de esas
conclusiones, la sola posibilidad de exponer a un menor a alteraciones psicoemocionales
durante su desarrollo, pondría en riesgo su salud mental.
En términos del artículo 63 de la Ley General de Salud, acorde con lo dispuesto en los
párrafos cuarto y sexto del artículo cuarto constitucional, somos responsables de la
protección de la salud física y mental de los menores.
No incurramos en una omisión que nos haga responsables de la probable afectación del
bienestar general de salud a que tienen derecho los menores de edad, más aún cuando según
la Organización Mundial de la Salud “cerca de la mitad de los trastornos mentales se
manifiestan antes de los 14 años 22 .”
La reforma que se propone tiene por objeto que el Poder Legislativo Federal, cumpla con
una obligación internacional que consiste en que “en los sistemas de adopción se cuidará
que el interés superior del niño sea la consideración primordial.”
Nuestra obligación consiste en generar los mecanismos que permitan garantizar el mejor
desarrollo de los menores, en su formación física y emocional
No nos oponemos al matrimonio entre personas del mismo sexo, ni consideramos que
nuestra propuesta de reforma sea discriminatoria, porque ante la colisión de dos sujetos de
derecho, como el adoptante y el adoptado, debe prevalecer el menor, toda vez que el Estado
Mexicano en su conjunto, está obligado a brindar protección especial a los menores de edad
y a garantizar como fin legítimo el pleno respeto a sus derechos humanos, como son los
derechos: a una vida digna y a la salud.
Aún cuando en nuestro país no contamos con evidencia científica que avale el probable
daño psicoemocional que presentan menores adoptados por personas del mismo sexo, como
se sostiene en diversos estudios internacionales, prevalece la obligación del Estado
Mexicano de garantizar la eficacia de la protección de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes.
Negar el derecho de adopción a este tipo de relaciones civiles, no atenta contra el derecho
del menor a tener una familia, en virtud de que también existen listas de espera de parejas
heterosexuales idóneas para la adopción, incluyendo las de la adopción internacional, por lo
que ante la duda debemos inclinarnos por la mejor opción disponible para la niñez
mexicana que carece de un medio familiar.
Por otra parte, no cuestionamos la responsabilidad que pudieran asumir las personas del
mismo sexo al adoptar a algún menor, ni la idoneidad que pudieran demostrar para su
cuidado, pero tenemos claro que el cuidado del menor no sólo comprende un apoyo
económico, sino también la formación espiritual, emocional y social que propicie su
desarrollo armónico e integral, lo que no podría lograrse si el medio ambiente en el que se
desenvuelve no es benéfico para él.
Estamos convencidos que ante la duda, los menores no deben ser objeto de
experimentación social, en todo caso estamos obligados a protegerlos e inclinarnos por
eliminar cualquier peligro potencial de violación a sus derechos fundamentales, aún
cuando el daño que pudieran sufrir sólo sea probable.
Reiteramos, ante la duda debe prevalecer la consideración primordial del menor, en toda
medida administrativa, legislativa o judicial que adopte el Estado Mexicano, la cual deberá
contribuir a la construcción de un entorno de protección especial para quienes se
encuentran en posición de desventaja y mayor vulnerabilidad frente a otros sectores de la
población, garantizando con ello el respeto a sus derechos a una vida digna y a la salud,
atendiendo a lo dispuesto en el marco internacional y nacional.
Con este mismo espíritu y en el mismo sentido se han pronunciado los Tribunales en
México al sentar la Tesis de Jurisprudencia que a continuación se cita:
En particular destaca el texto que se propone para reformar el párrafo sexto del artículo 4º
constitucional, mismo que a la letra señala:
“En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el
principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus
derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades
de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo
integral.”
Por lo expuesto, el legislador que suscribe, integrante del Partido Verde Ecologista de
México en la LXI Legislatura del H. Congreso de la Unión, somete a consideración de esta
Asamblea, la siguiente iniciativa con proyecto de:
Artículo Único. Se adicionan los párrafos séptimo y octavo, recorriéndose los demás en su
orden, al artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para
quedar como sigue:
Artículo 4. ...
...
...
...
...
...
El interés superior de la niñez se entiende como la garantía que tienen los menores a
que sus derechos e intereses prevalezcan sobre los de cualquier otra persona que, aun
siendo legítimo, ponga en riesgo su bienestar, integridad, salud física y mental, así
como el sano desarrollo social y cultural acorde a los valores y principios que forman
parte de su entorno.
...
...
...”
Transitorios
Segundo. Las Legislaturas de los estados y el Distrito Federal deberán realizar las
adecuaciones que correspondan a su legislación local, en un plazo no mayor a tres meses,
contado a partir de la entrada en vigor del presente decreto.
Tercero. Las adopciones realizadas con fundamento en leyes expedidas con anterioridad a
la entrada en vigor del presente decreto, conservarán su validez.
Notas:
1 V. Galindo Garfias, Ignacio. Primer Curso de Derecho Civil. México, Porrúa, 2000.
2 Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 3 de diciembre de 1986 en
su resolución 41/85.
4 En el Principio 2, la propia Declaración dispone que “el niño gozará de una protección
especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por
otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en
forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar
leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior
del niño.”
10 Homosexual parenting studies: myths and fallacies. Jokin de Irala, Cristina López
Burgo.
19 Ratificado por México el 16 de abril de 1996. Artículo 10.1. Incluye el bienestar social.
22 http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/mental_health_facts /es/index.html
Diputados: Juan José Guerra Abud, Juan Carlos Natale López (rúbrica)