La obstrucción del flujo de salida del ventrículo izquierdo (LV) genera un
gradiente tensional sistólico entre dicha cámara y la aorta. Si en forma experimental se produce repentinamente la obstrucción intensa, el LV reacciona con dilatación y con disminución del volumen sistólico. Sin embargo, en algunos pacientes la obstrucción puede estar presente desde el nacimiento, aumentar poco a poco en el transcurso de muchos años o seguir ambas pautas, y la función contráctil del LV se conserva gracias a la hipertrofia concéntrica de dicha cámara. En el comienzo, tal mecanismo es de adaptación porque disminuye hacia lo normal la sobrecarga sistólica creada por el miocardio, como puede anticiparse por la relación de Laplace (S = Pr/h, en que S = sobretensión de la pared sistólica; P = presión; r = radio, y h = espesor de la pared). Puede haber un gran gradiente de tensión valvular transaórtica durante muchos años sin que disminuya el gasto cardiaco (CO) o sin que haya dilatación de LV; sin embargo, al final, la hipertrofia excesiva se transforma en un mecanismo de inadaptación, disminuye la función sistólica del LV a causa de desigualdad de la poscarga, evolucionan las anormalidades de la función diastólica y surge fibrosis irreversible del miocardio. En términos generales, se considera que representa obstrucción importante al flujo de salida del LV un gradiente medio de tensión sistólica >40 mmHg con CO normal o un área efectiva del orificio aórtico aproximadamente <1 cm2 (o aproximadamente <0.6 cm2/m2 de superficie corporal en un adulto de talla normal); es decir, aproximadamente menos de un tercio del área del orificio normal. El incremento de la tensión telediastólica de LV observado en muchos enfermos de AS grave con conservación de la fracción de expulsión (EF) denota la presencia de menor distensibilidad de LV hipertrófico. El CO en reposo está dentro de límites normales en casi todos los pacientes de AS intensa, pero por lo común deja de aumentar de manera normal durante el ejercicio. La desaparición de la contracción auricular vigorosa cronometrada de manera apropiada, como se observa en la fibrilación auricular (AF), o la disociación auriculoventricular, puede causar evolución rápida de los síntomas. Al final de la evolución, se deteriora la función contráctil por el exceso de poscarga, disminuye el gradiente de tensión LV/aorta y CO y aumentan las tensiones medias de aurícula izquierda (LA), de arteria pulmonar (PA) y ventrículo derecho (RV). El rendimiento y función del LV pueden disminuir todavía más por la coronariopatía sobreañadida (CAD). También disminuirá el volumen sistólico (y con ello el CO) en pacientes con hipertrofia importante y una cavidad LV pequeña a pesar de EF normal. Un gran problema diagnóstico y terapéutico es AS con flujo y gradiente bajos (con disminución o carácter normal de la función sistólica de LV). El LV hipertrófico hace que aumenten las necesidades de oxígeno por el miocardio. Además, incluso en caso de no haber CAD obstructiva, disminuye el flujo coronario al grado de que se desencadena isquemia en situaciones de necesidad excesiva. La densidad capilar disminuye en relación con el espesor de la pared, aumentan las fuerzas de compresión y la mayor tensión telediastólica del LV aminora la tensión de impulso coronario. El subendocardio se torna especialmente vulnerable a la isquemia, con arreglo a dicho mecanismo. TIPOS DE ESTENOSIS Estenosis Valvular Aórtica La estenosis valvular aórtica presenta una amplia gama de severidad. Hay casos muy severos en los cuales la obstrucción debe ser tratada en la etapa pediátrica, incluso antes del año de vida. Del otro lado del espectro se encuentra la estenosis aórtica leve o más comúnmente una válvula aórtica con dos cúspides o bicúspide (normalmente debe tener tres). Aún las estenosis leves deben ser controladas regularmente ya que, lo más probable, es que con los años la obstrucción progrese. Similarmente, la válvula aórtica bivalva puede mantenerse por años sin obstrucción hasta la sexta o sétima década de la vida, cuando, por calcificación de la válvula, puede desarrollar estenosis severa. Los síntomas de estenosis severa incluyen angina (dolor de pecho por falta de oxígeno al corazón), desmayo (síncope) o dificultad para respirar, especialmente si aparecen después del ejercicio. Estenosis Subvalvuar Aórtica En la estenosis subvalvular aórtica discreta (ESVAD), la obstrucción al flujo de sangre que sale del ventrículo izquierdo hacia la aorta, se debe a tejido fibroso que se encuentra debajo de la válvula. Este tejido puede crecer con el tiempo y desarrollar una obstrucción severa. Puede que este tejido no crezca manteniéndose una leve obstrucción. Sin embargo, con el tiempo, la válvula aórtica se puede dañar, desarrollándose calcificación o insuficiencia, debido a que este tejido se encuentra muy cerca de la válvula aórtica. La mayoría de los cardiólogos recomiendan quitar este tejido fibroso por medio de cirugía una vez que se detecta la insuficiencia valvular aórtica para prevenir un daño mayor. En el adulto, el cardiólogo sospecha la ESVAD por la presencia de un soplo. Los síntomas relacionados con la obstrucción usualmente se presentan tardíamente. Estenosis Supravalvular Aórtica En esta forma de estenosis aórtica, la obstrucción al flujo de sangre que sale del ventrículo izquierdo hacia la aorta se debe una estrechez en forma de “reloj de arena” o, con menor frecuencia, una estrechez más irregular que se encuentra por encima de la válvula. Algunas formas de este defecto se asocian con el Síndrome de Williams, una enfermedad hereditaria que incluye entre otras características, retardo mental y una tendencia para desarrollar estenosis de las arterias pulmonares y otras arterias.