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FACULTAD DE TEOLOGÍA
ROMA 2015
“Cuando tomamos conciencia del reflejo de Dios que hay en todo
lo que existe, el corazón experimenta el deseo de adorar al Señor
por todas sus criaturas y junto con ellas, como se expresa en el
precioso himno de san Francisco de Asís:
1. EL COSMOS EN LA ESCOLÁSTICA.....................................................................119
2. LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO A PARTIR DE LA MODERNIDAD ...............126
a. El nacimiento de la ciencia moderna .....................................................126
b. Positivistas y filósofos de la naturaleza .................................................130
c. Civilización tecnológica ...........................................................................136
3. RECUPERACIÓN DEL MUNDO A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA POÉTICA ........140
CONCLUSIONES ..............................................................................................279
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................301
1
Como antecedentes hemos encontrado el trabajo de K. LEMNA, Trinitarian
Panentheism: A Study of the God-World Relationship in the Theology of Louis Bouyer,
The Catholic University of America, 2007, y una tesis doctoral sobre los ángeles
y la demonología del oratoriano, aspecto relevante en su reflexión sobre la
creación: C. VILLENEUVE, Captivité démoniaque et lutte contre le diable chez Louis
Bouyer, Université Laval, Laval 2007. En fase de publicación de esta
investigación, hemos conocido el estudio de M.-H. GRINTCHENKO, Une approche
théologique du Monde, Cosmos du Père Louis Bouyer, Parole et Silence, Paris 2015,
10
6
“Il me semblait qu’il y avait dans ces livres [de Boulgakoff] une perspective très
intéressante, qui mettait au centre de tout le problème fondamental de la
théologie, à savoir le rapport entre Dieu, la vie de Dieu qu’Il a en Lui-même de
toute éternité et qui s’épanouit dans la Trinité, et la création, consideré non
seulement comme produite par Lui mais comme appelée à se retourner vers Lui,
à entrer en rapport avec Lui et à vivre dans un partage de sa propre vie”. Le
métier de théologien, 210.
7
“(…) [A]utour donc de la vision que de toute éternité Dieu a du monde en Lui-
même comme destiné à la fois à devenir distinct de Lui et à entrer en un rapport
tel avec Lui qu’il s’en servira, si l’on peut dire, pour exprimer sa vie intérieure
et la communiquer”. Ibid, 210-211.
8
En su tesis doctoral, A. Catapano propone que la Sabiduría –donde se encuentran
inmanencia y economía divinas– es la categoría central de la teología de Bouyer.
Cfr. A. CATAPANO, La sofiologia di Louis Bouyer, prolegomeni per un'antropologia
teologica, Pontificia Universitas Sanctae Crucis, Romae 2001, 3 y 27.
INTRODUCCIÓN Y APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LOUIS BOUYER 13
(1988) y Sophia (1994) y que, con expresión del propio autor, podría
denominarse trilogía «dinámica»9.
El propósito de esta tesis doctoral es afrontar el estudio de la doctrina de
la creación en el pensamiento de L. Bouyer, para ver hasta qué punto
aporta una respuesta satisfactoria a lo que él denomina el «problema
fundamental de la teología», es decir, la relación entre la inmanencia y la
economía divinas. Para conseguirlo, es necesario estudiar si el concepto de
Sabiduría que toma el teólogo francés del pensamiento oriental y de la
teología ortodoxa rusa permite entender mejor la relación entre Dios y el
mundo.
Ante este propósito se podría cuestionar si lo que para Bouyer es el
problema más importante de la teología es realmente así, o si convendría
hacer una reformulación de ese diagnóstico. En realidad, para distanciarse
de su premisa habría que estudiar todo su pensamiento. Consideramos que
como punto de partida de este trabajo doctoral es posible aceptar su
planteamiento, al menos por dos razones: en primer lugar, porque se trata
de una pregunta central –no secundaria– de la ciencia teológica. En
segundo lugar porque, al tratarse de una tesis sobre la doctrina de la
creación, ese punto de partida lo que hace es concentrar la atención en el
tema que nos interesa. Como es de esperar, hay también algunos
inconvenientes en su premisa: uno de ellos es que, si en la teología de la
creación está el «nudo gordiano», para hacer una correcta valoración de sus
conclusiones habría que adentrarse en las implicaciones que tienen sus
respuestas sobre la relación Dios-Creación en otros ámbitos: cristológico,
soteriológico, antropológico, etc. Este límite se intuirá en el presente trabajo,
9
Catapano sugiere catalogarla como una trilogía «metodológica». Cfr. ibid, 22ss.
Sin embargo, es el propio autor quien, en el Prefacio de su última obra publicada
en vida, sugiere lo de trilogía «dinámica»: “La providence m’ayant gratifié de
quelques années supplémentaires où ma santé parut se raffermir, il me vint à
l’esprit qu’il serait bon d’ajouter une étude de ce que je serais tenté d’appeler la
dynamique de tout exposé doctrinal de la vision de foi chrétienne”. L. BOUYER,
Sophia ou le Monde en Dieu, Cerf, Paris 1994, 7. En adelante se citará simplemente
como Sophia.
14
10
“[J]’essaierai de montrer le caractère essentiellement spirituel du monde, le
caractère personnel même de la création qui inclut, si l’on peut dire, dans le
monde de l’esprit, le monde physique”. Le métier de théologien, 221-222.
INTRODUCCIÓN Y APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LOUIS BOUYER 15
11
Se trata del libro de entrevistas mencionado en la nota anterior, publicado por
primera vez en 1979 y que ha conocido una edición aumentada en 2005; y de las
memorias autobiográficas de reciente aparición, gracias al trabajo de J.
Duchesne: L. BOUYER, Mémoires, Éditions du Cerf, Paris 2014. En adelante se
citará simplemente como Mémoires.
16
12
Esta expresión no se encuentra como tal en las obras del oratoriano. Aparecen, en
cambio, distintos modos de referirse a la creación como “esta historia de pecado
y de muerte”, “de dolor”, lo mismo que a la adopción de la criatura y a la
recapitulación del cosmos al final de la historia. Las referencias irán
apareciendo a través de este trabajo. Cfr. por ejemplo: Sophia, 30. 205; o también:
L. BOUYER, Cosmos. Le monde et la gloire de Dieu, Cerf, Paris 1982, 18. En adelante
se citará simplemente como Cosmos.
INTRODUCCIÓN Y APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LOUIS BOUYER 17
▪ ▪ ▪
13
La mayoría de los datos biográficos que aparecen en las siguientes páginas son
tomados de las dos publicaciones mencionadas en la nota 11. También nos
hemos apoyado en las semblanzas de J. DUCHESNE, Louis Bouyer, Artège,
Perpignan 2011, y D. ZORDAN, Louis Bouyer, Morcelliana, Brescia 2009.
18
14
Lo atestiguaba el Card. Lustiger durante el funeral de Bouyer: “toute
l’admiration qu’il a pu susciter, le crédit qu’il a pu avoir et l’action considérable
qu’il a pu mener, il n’en a eu souvent pas d’autre récompense que les
contradictions”. En: Le métier de théologien, 10.
15
Entre otras cosas, afirmó: “il a été un initiateur et un maître merveilleux, un
maître à penser. Il a été donné, d’une façon providentielle, à l’Église dans un
moment critique, avec la singularité de sa personnalité, de son destin, de sa
culture éblouissante et de son génie, pour détecter le trésor enfoui et le remettre
en évidence et en cohérence avec la totalité du mystère chrétien (…) Il a été
vraiment un homme de Dieu, un savant, un théologien, un homme de réflexion,
un homme de recherche, un prêtre”. En: ibid, 10, 12.
INTRODUCCIÓN Y APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LOUIS BOUYER 21
16
La controversia con Daniélou se debió a las críticas que éste formuló a Bouyer
sobre su libro Introduction à la vie spirituelle. A pesar de que el oratoriano se
defendió bastante bien, decidió renunciar al Instituto Católico de Paris teniendo
en cuenta la hostilidad de algunos otros profesores. El incidente aparece
narrado en Mémoires, 173-177. Al final de esas memorias, el oratoriano asegura
que nunca guardó resentimiento hacia Daniélou y siempre consideró que el
ataque lo había hecho por obediencia a sus superiores. Cfr. ibid, 224.
17
Cfr. Mémoires, 201-204.
18
En 1975 publicó el libro Religieux et clercs contre Dieu.
19
Como afirma uno de sus estudiosos: “pourvu d’un caractère chaleureux et
parfois revêche, il demeurait un adversaire redoutable lors des affrontements
dialectiques. Mais il savait être un camarade sincère, avec qui les différences ne
comptaient pas, comme le montrent ses contacts et amitiés profondes avec des
22
26
En opinión de Zordan, “une vision originale vient achever cette synthèse:
l’intuition fascinante du cosmos tout entier promis à la communion divine de
l’agapè, dans un accomplissement eucharistique de l’histoire du salut, elle-même
désormais coextensive de l’histoire du monde. La sophiologie de S. Boulgakov,
opportunément rectifiée, est la source directe de cette conception et, par là, du
regard que le théologien ose jeter dans l’abîme de la divinité, au terme du
parcours”. D. ZORDAN, Connaissance et mystère. L'itinéraire théologique de Louis
Bouyer, o.c., 32.
27
«Le Seigneur des Anneaux, une nouvelle épopée?», en: La Tour Saint-Jacques, 13-
14 (1958). Véase también este estudio sobre la relación entre los dos autores:
DEVAUX, M., «Louis Bouyer et J. R. R. Tolkien: une amitié d’écrivains», en: M.
DEVAUX (ed), Tolkien, les racines du légendaire, Ad Solem, Genève 2003, 85-146.
28
En sus memorias, Bouyer cuenta que el Papa Pablo VI lo había invitado a pasar
algunas semanas del verano de 1978 en Castelgandolfo, invitación que el
oratoriano rechazó por diversos motivos. Allí mismo narra: “Au moment le
plus critique de l’après-concile, il avait voulu faire de moi un de ses plus
INTRODUCCIÓN Y APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LOUIS BOUYER 25
dirigido a las élites32. Otros piensan que la complejidad de los escritos del
oratoriano se debe a la vastedad y a la heterogeneidad de las fuentes que lo
inspiran33: desde Orígenes, S. Atanasio, el Pseudo-Dionisio, S. Máximo el
Confesor, S. Tomás de Aquino o los místicos renanos, hasta Newman, S.
Bulgakov, M. Eliade, o A. N. Whitehead. Podemos anticipar que, más que
en el trabajo que supone abarcar su conocimiento de otros autores –
empresa, ya de por sí, de enormes proporciones–, una dificultad al afrontar
los escritos de Bouyer consiste en que a veces ofrece interpretaciones que
requerirían un juicio más sereno o una explicitación más clara de las
fuentes sobre las cuales se basa. Cuando lo veamos oportuno, lo iremos
mostrando.
En ámbitos «progresistas», el impacto de las obras del oratoriano puede
haberse amortiguado por la ortodoxia de su doctrina34. Como afirma uno
de sus estudiosos, “según este prejuicio, el pensamiento de Bouyer poseería
un carácter demasiado tradicional para contener un contenido realmente
creativo y personal”35. Su deseo de fidelidad a la fe y a la tradición estaba a
prueba de dudas, y es cierto que a veces se valía de modos ásperos, pero
esto no implica falta de creatividad o de autonomía intelectual. Más bien, se
32
Sin embargo, la valoración de la obra resulta elogiosa al fin y al cabo: “En raison
de ces éléments où se cache un risque d’archéologisme, mais bien plus encore
en raison de sa densité et de sa qualité, Le mystère pascal será surtout le livre des
élites. Il devra, avant de nourrir un auditoire paroissial, être assimilé, revécu,
simplifié, dans la méditation des clercs. Je souhaiterais que tout séminariste
passe avec lui son année de préparation au sacerdoce. Il y trouverait, en fin
d’études, à la veille de devenir pasteur d’âmes, le germe d’une synthèse
personnelle des réalités centrales du mystère chrétien”. Y-M. CONGAR, sección
«Bibliographie», La Maison-Dieu, 7 (1946), 149.
33
Cfr. A. CATAPANO, La sofiologia di Louis Bouyer, prolegomeni per un'antropologia
teologica, o.c., 315-316.
34
“Il a produit une synthèse personnelle et en même temps d’une orthodoxie
incontestée”. J. DUCHESNE, Louis Bouyer, o.c., 8.
35
“Selon un tel préjugé, la pensée de Bouyer posséderait un caractère trop
traditionnel pour receler un contenu réellement créatif et personnel”. D.
ZORDAN, Connaissance et mystère. L'itinéraire théologique de Louis Bouyer, o.c., 28.
INTRODUCCIÓN Y APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LOUIS BOUYER 27
puede decir que orientaba su quehacer teológico a una mayor unión con
Dios, no a la pura erudición. En palabras suyas,
“El oficio de teólogo es esencialmente un oficio de intérprete de la
Palabra de Dios a la luz de esta experiencia que la Iglesia tiene de sí
misma y que no se separa de una experiencia de la humanidad entera,
que se desarrolla en el corazón mismo de esta experiencia de la
humanidad para clarificarla, para conducirla bajo la providencial
dirección del Espíritu al fin que Dios ha asignado al mundo cuando lo
ha creado: el encuentro y la unión con Él”36.
A nuestro jucio, uno de los principales motivos que explica el escaso
impacto de la teología dogmática de Bouyer son los límites que marcan su
propio método y sus presupuestos epistemológicos. Algunas de las
interpretaciones que hace del pensamiento de otros autores lo convierten
en un teólogo poco común, no porque quiera apartarse de la tradición37 o
por afán de originalidad, sino porque su deseo de “buscar una perspectiva
unitaria y fundamental para todo el trabajo teológico” 38 lo lleva a
interpretar sus datos a partir de categorías –como el concepto de Sabiduría
divina– que resultan extrañas a priori en algunos ámbitos, y se apartan del
recurso a conceptos de la tradición teológica occidental, sobre todo de tipo
metafísico.
36
“Je dirais que le métier de théologien est essentiellement un métier d’interprète
de la Parole de Dieu à la lumière de cette expérience que l’Église a d’elle-même
et qui ne se sépare pas d’une expérience de l’humanité toute entière, qui se
développe au coeur même de cette expérience de l’humanité pour la clarifier,
pour la conduire sous la providentielle direction de l’Esprit à ce but que Dieu en
créant le monde lui a assigné: la rencontre et l’union avec Lui”. Le métier de
théologien, 60.
37
Como subraya uno de sus estudiosos, “[l]e P. Bouyer s’est toujours
vigoureusement défendu d’avoir une pensée propre qui n’aurait pas de
précédent et qui le mettrait à part”. J. DUCHESNE, Louis Bouyer, o.c., 9.
38
A. CATAPANO, La sofiologia di Louis Bouyer, prolegomeni per un'antropologia teologica,
o.c., 316.
28
Son tantos y tan variados los temas que trata Bouyer en su reflexión
sobre el cosmos, que muchas cuestiones quedan sin respuesta. Pero, como
esperamos mostrar a lo largo de estas páginas, su aporte a la doctrina
cristiana sobre el mundo puede resultar de ayuda para conocer mejor el
misterio de Dios y de su creación.
▪ ▪ ▪
1
Voz Mundo en: L. BOUYER, Diccionario de Teología, Herder, Barcelona 2007, 465-466.
En adelante se citará simplemente como Diccionario de Teología.
2
Como ya se hizo notar, así la denomina al plantear en 1957 el itinerario de su
reflexión sobre la economía divina: cfr. Le Trône de la Sagesse, 11. A partir de ese
momento, será consistente con la aplicación de ese título a su estudio sobre el
cosmos.
32 CAPÍTULO I
3
“En el principio creó Dios el cielo y la tierra...” (Gn 1,1).
4
Esto es necesario para todo el quehacer teológico, no sólo para estudiar la
doctrina de la creación. Como sostiene el oratoriano, “il faut au théologien une
culture humaine très large et très profonde qui lui permette de situer la
Révélation dans toute l’expérience humaine, de voir comment elle l’épouse,
mais aussi comment elle l’altère. Ici, j’insistirai beaucoup sur l’importance de ce
qu’on apelle aujourd’hui les sciences humaines, qui connnaissent un
développement encore inchoatif et tâtonnant, mais déjà très fécond: la
psychologie, spécialement la psychologie des profondeurs, l’histoire comparée
des religions, l’histoire des cultures aussi”. Le métier de théologien, 245-246.
5
“La Révélation est essentielle à la théologie qui est pour cela même étroitement
liée à la spiritualité. En nous éclairant sur notre situation et celle de l’univers
par rapport à Dieu, elle nous guide vers ce que Dieu attend de nous. On ne peut
donc pas envisager de théologie qui éluciderait le sens de la Révélation, sa
signification, sans qu’elle nous oriente et nous prépare à la rencontre avec Dieu,
à l’union avec Lui”. Ibid, 231-232. Sobre la idea que tiene el oratoriano del
quehacer teológico, cfr. Cap. 11 (pp. 231-253) del libro de entrevistas citado y la
voz Teología en Diccionario de Teología.
PRESUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS DE LA COSMOLOGÍA DE BOUYER 33
6
Cfr. Cosmos, 22.
7
En relación con esto, pocos años después de publicar su estudio de cristología (Le
Fils éternel, 1974), le fue formulada la siguiente crítica: “Nuestro Autor quiere –
lo ha dicho muchas veces– mantener firmemente asido el trabajo teológico a la
vida espiritual. Con esto la Teología adquiere –en las obras de Bouyer– un
fuerte cariz «religioso», que se presta, más allá de las intenciones del Autor, a
una interpretación en términos de inmanencia. Hay que mantener, en cambio,
que la Teología no es un «desarrollo» de la fe o de la vida espiritual, sino que es
«intellectus fidei», es decir estudio científico del contenido de la fe”. En: L.
ALONSO, C. BASEVI, La cristologia de Louis Bouyer, «Scripta theologica» 11 (1979),
249-267.
34 CAPÍTULO I
como afirma el mismo Apóstol, “tanto amó Dios al mundo que le entregó a
su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que
tenga vida eterna” (Jn 3, 16)8.
Esta doble faceta –buena y mala– del mundo es percibida por todos los
hombres a lo largo de la historia. Por eso, el ser humano siempre se ha
planteado multitud de preguntas sobre el universo. A estas cuestiones, que
tienen niveles distintos y están concatenadas unas con otras, intenta
responder Bouyer en Cosmos9. El oratoriano no las formula haciendo una
distinción sobre cuáles son de naturaleza metafísica, gnoseológica o
existencial, sino que simplemente las propone como temas a los cuales debe
responder toda reflexión sobre el mundo.
En primer lugar, ¿cuál es la relación entre Dios y el universo? Esta
inquietud se presenta, en opinión del oratoriano, de la siguiente manera:
¿El mundo y Dios son lo mismo? Si no son lo mismo, ¿se puede decir que el
mundo depende de Dios? ¿Es libre el devenir del mundo, o está
condicionado?, ¿ha sido creado?, ¿a partir de algo existente o de la nada?,
¿su existencia es necesaria o contingente?, ¿ha existido siempre?, ¿existirá
por siempre? ¿Hay un mundo después de éste?, ¿hay otros mundos?
Cuando el hombre descubre que existe una estrecha relación entre Dios
y el mundo, se sigue que el conocimiento de uno y otro están conectados.
Por eso, según Bouyer, la razón humana se pregunta si puede acceder al
misterio de Dios a través del conocimiento de las realidades creadas o si,
por el contrario, ese conocimiento solo comparece si el mismo Dios se
revela.
Las anteriores preguntas se desmembran en otras cuestiones, de orden
bien distinto: ¿cuál es la relación del hombre con el mundo?, ¿somos un
producto suyo, el resultado de una evolución inmanente al cosmos o, por el
contrario, hemos sido «arrojados» en el universo? En este último caso,
8
Las tres referencias anteriores son citadas en Cosmos, 22.
9
Las preguntas son planteadas en ibid, 23-29.
PRESUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS DE LA COSMOLOGÍA DE BOUYER 35
¿nuestra realidad corporal y ese otro elemento trascendente –el alma– son
extraños entre sí o están interconectados?
El teólogo francés cierra las cuestiones introductorias con el problema
del mal, presente en todas las épocas. El hombre comienza por preguntarse
si el mundo es bueno en su totalidad o si hay algunas cosas que lo son y
otras que no. De allí se desprenden nuevas inquietudes: ¿el mal lo ha
introducido el hombre o existe independientemente de él? ¿La realidad
creada ha estado siempre en una relación con Dios que nos resulta
desequilibrada, o hay algo que ha provocado ese desorden? Si ese
acontecimiento –una «caída»– no corresponde al plan original sobre el
mundo, ¿puede ser reparado?
Como se puede ver, el modo y el orden en que están formuladas estas
cuestiones constituyen una toma de posición por parte de Bouyer. Es decir,
no se trata solamente de un elenco de preguntas que se ha formulado el
hombre sobre el mundo, sino que es todo un programa de la reflexión
racional sobre el cosmos. Incluso, por el modo como se concatenan algunas
inquietudes, ciertas preguntas insinúan la respuesta.
Esto apunta al modo como el oratoriano concibe la relación entre el
pensamiento humano y la Revelación. En su opinión, las respuestas que
ofrece la razón y las que revela Dios “están a la vez en continuidad y en
discontinuidad. Es insertándose en la experiencia del hombre naturalmente
presente en el mundo como la revelación bíblica y evangélica se le
comunica”10.
El conjunto de la Revelación bíblica resuelve muchas inquietudes de la
razón humana. En ocasiones lo hace dando una respuesta inesperada o, lo
que es más sorprendente, modificando la propia cuestión 11 . Bouyer
10
“Les deux, en effet, sont à la fois en continuité et en discontinuité. C’est en
s’insérant dans l’expérience de l’homme naturellement présent au monde que la
révélation biblique et évangélique se communique à lui”. Ibid, 30.
11
“En réalité, un des caractères les plus fondamentaux de la Parole de Dieu, c’est
de nous mettre nous-mêmes en question et de nous obliger à modifier la
36 CAPÍTULO I
Para saber qué es el mundo según Bouyer, conviene definir cuáles son
los presupuestos epistemológicos de su teología. En un primer momento,
parecería que sigue las líneas generales del pensamiento aristotélico-
tomista. Al definir el «realismo» filosófico, afirma que es la doctrina
“según la cual la verdad está en las cosas antes de estar en la
inteligencia, de manera que el conocimiento es adæquatio rei et
intellectus en el sentido de que la inteligencia se adapta al objeto más
bien que a la inversa. El platonismo presenta una forma extrema de
realismo, al suponer que las ideas de nuestro espíritu tienen una
existencia objetiva, completamente independiente de éste, y que es el
fundamento de todos nuestros juicios. La doctrina de Aristóteles, al
menos tal como santo Tomás la ha interpretado, es más matizada.
Admite que las ideas no tienen existencia fuera de nuestro espíritu,
pero que los conceptos que éste se forma a partir de las cosas están
allí en potencia, de manera que nos permiten alcanzar una verdadera
inteligibilidad de lo real“13.
Bouyer adopta esta visión respecto al conocimiento que el hombre
puede alcanzar sobre el universo, al menos por contraste con el idealismo
epistemológico, según el cual la realidad se encuentra no fuera sino dentro
del espíritu humano y que, en su opinión, no puede conducir sino a una
inmanentización del universo y de Dios mismo14.
Sin embargo, el oratoriano pretende compaginar este punto de partida
con una comprensión del mundo como algo que no es solamente objeto de
13
Voz Realismo en: Diccionario de Teología, 571.
14
Véanse las voces Idealismo, Inteligencia, Intencionalidad en: Diccionario de Teología.
En otro momento afirma: “L’intelligence, dans sa recherche de la vérité, ne peut
être indépendante à proprement parler: c’est au contraire dans la plus stricte
soumission, dans la plus fervente docilité au réel, tel qu’il se présente à elle du
dehors, qu’elle a quelque chance d’atteindre le vrai”. L. BOUYER, Humain ou
chrétien, Desclée de Brouwer, Paris 1958, 100.
38 CAPÍTULO I
conocimiento, sino que debe ser captado por el hombre mediante una
«experiencia» personal. Según él, “todo conocimiento que podamos tener
del mundo, no solamente debe partir de nuestra experiencia personal, sino
que no puede ser nunca otra cosa que una elaboración de ella”15.
De hecho, en el análisis del conocimiento humano, Bouyer no recorre el
itinerario de la gnoseología aristotélico-tomista sino que se inscribe, aunque
no lo siga paso a paso, en la «filosofía del proceso» de A. N. Whitehead16.
Según esto, el conocimiento de la realidad que alcanza el hombre se puede
describir mediante un «proceso» en tres fases o momentos de la conciencia.
Allí actúan las principales facultades humanas, esto es, la sensibilidad y la
inteligencia, pero también interviene esa potencia superior del hombre que
es la voluntad. Todas ellas actúan de modo distinto, según conviene a su
propio objeto, pero aparecen mezcladas hasta que la conciencia consigue
hacer una distinción de cada una de ellas mediante un proceso posterior.
Por esto, también el tiempo es un factor decisivo en este proceso.
En el primer momento, que es el de la percepción global del universo, el
hombre obtiene una visión unitaria de las cosas que conoce. Es decir, el
15
“[T]oute connaissance que nous puissions avoir du monde, non seulement doit
partir de notre expérience personnelle, mais ne peut être jamais plus ni autre
chose qu’une élaboration de celle-ci”. Cosmos, 37. Ya desde el Preludio de esa
obra, después de narrar un suceso personal mediante el cual experimentó una
presencia de lo femenino en el mundo, el teólogo francés afirma: “Il me semble
qu’on ne peut connaître, ou plutôt reconnaître le monde que si l’on en a eu des
visions de ce genre, si peu qu’elles puissent ressembler aux miennes. Elles sont
à la portée de tous, et chacun, sans doute, s’il le veut bien, peut en ramener des
hauts fonds de sa mémoire. Mais si quelqu’un se refuse à le faire ou le croire, il
vaut mieux qu’il ferme ici ce livre: sa suite ne saurait pour lui avoir aucun sens”.
Cosmos, 19.
16
El oratoriano se basa especialmente en dos obras de Whitehead: Process and
Reality (1929) y Modes of Thought (1938). Cfr. Cosmos, 40. En la descripción que se
ofrece a continuación, seguimos las ideas del cap. II de Cosmos (pp. 37-51),
titulado Le monde objet de l’expérience humaine. Una síntesis de la «filosofía del
proceso» puede consultarse en: J. MONSERRAT, Alfred N. Whitehead on Process
Philosophy and Theology, «Revista Pensamiento (Universidad Pontificia
Comillas)» 64 (2008), 815-845.
PRESUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS DE LA COSMOLOGÍA DE BOUYER 39
17
“Car nous ne voyons rien de ce que nous voyons sinon par une activité de
l’esprit qui distingue aussitôt des aggrégats de taches de couleur comme à
l’intérieur de la percepción globale”. Cosmos, 39. En estas ideas se reconoce
deudor de W. James (Tratado de Psicología).
18
Bruté de Rémur considera que en este tercer momento se produce el acto básico
de conocimiento que, en Bouyer, es todavía intuitivo, pre-lógico: es una especie
de pre-conocimiento. La siguiente etapa, que es el mythos, opera a partir de ese
40 CAPÍTULO I
21
“[C]ette reconstruction, par l’intelligence pleinement consciente, de l’unité
perçue dans et dès la perception première, encore confuse, de la réalité, se fait
toujours à partir d’un détail sélectionné dans l’ensemble de celle-ci en vertu de
l’importance à part que l’intelligence en question lui attribue”. Ibid, 43. En esto
también sigue la opinión de Whitehead.
22
“C’est bien pourquoi la connaissance mythique sera la connaissance de base
pour tous les autres systèmes de connaissance du monde”. Cosmos, 47.
42 CAPÍTULO I
3. EL PENSAMIENTO MITOPOÉTICO
23
Cfr. K. LEMNA, Mythopoetic Thinking and the Truth of Christianity, «Communio
(en)» 37 (2010), 76-80. Más recientemente, el mismo autor ha publicado un
estudio que pone en relación el pensamiento de Whitehead y Bouyer, y que ha
sido de utilidad para este capítulo: K. LEMNA, Louis Bouyer and Alfred North
Whitehead. A Dialogue in Trinitarian Cosmology, «Gregorianum» 95, 4 (2014), 749-
773.
24
Esta expresión (que proviene de los vocablos griegos mythos=mito y
poiein=fabricar) no es original de Bouyer. Se aplica en los ámbitos literario-
narrativo, filosófico-religioso y psicológico, y se refiere –con distintos matices– a
la creación de mitos por parte del ser humano para dar explicación a una
realidad que suele ser global y que supera los elementos propiamente míticos
de la narración. En ámbito literario, consúltese: V. GÉLY, «Mythes et littérature:
PRESUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS DE LA COSMOLOGÍA DE BOUYER 43
27
La dimensión esencialmente personal de la creación se tratará en el Cap. VI de
esta tesis.
28
“Parler du monde impersonnellement est impossible. Et ce l’est deux fois si l’on
veut en parler chrétiennement. Car le monde est une réalité tout englobante,
mais il ne peut être découvert, appréhendé comme tel sinon par la plus
personnelle expérience. Et le monde encore, dans sa matérialité même, se
présente à nous comme un langage, et ce langage, telle la Parole divine, qu’est
le Christ, quoiqu’il s’adresse à tous, est adressé à chacun comme s’il était seul”.
Cosmos, 11.
29
Cfr. K. LEMNA, Mythopoetic Thinking and the Truth of Christianity, o.c., 82.
PRESUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS DE LA COSMOLOGÍA DE BOUYER 45
4. MITO Y RITO
30
Explicando el pensamiento de Whitehead sobre la diferencia entre el
conocimiento religioso y el científico, sostiene Lemna: “Religion, Whitehead
argues, harmonizes rational thought and sensitive affect, or the reactions that
we have to percepts, while science harmonizes rational thought with the
percepts as they are in themselves. Religion deals with the moral and aesthetic
dimensions of human experience, wherein the subject reacts to his situation in
the world. Science deals with the nexus of objective realities in which the
subject is situated an that correlate to his percepts (Whitehead, Process and
Reality, 16)”. Ibid, 78.
31
El teólogo francés, al reconocerse deudor del pensamiento de M. Eliade sobre
mito y religiones, cita expresamente la obra The Quest (1969). Cfr. Cosmos, 40.
32
“Les rites, en effet, sont les actions humaines les plus significatives, les plus
chargées de réalité, celles où l’homme voit dans son expérience physique,
matérielle, l’embryon et plus que cela l’enveloppe vivante, comme le corps, de
cette présence en lui d’une vie qui le dépasse”. Le métier de théologien, 106.
46 CAPÍTULO I
33
“Dieu est totalement différent de l’homme, il est le tout autre”. L. BOUYER,
Humain ou chrétien, o.c., 23. El oratoriano no utiliza mucho esta expresión que,
como se sabe, debe su origen al teólogo protestante K. Barth, y que obtuvo una
gran difusión en la segunda mitad del siglo XX.
34
“L’activité rituelle, au contraire, est une activité où l’homme se sent, se sait, se
veut agi par l’activité même qui le fait être au monde, dans le monde, en faisant
être le monde. S’y trouvant non seulement mis en place dans la réalité totale,
mais accordé à celle-ci, l’homme s’y voit donc en mesure d’acquérir la vision la
plus large comme la plus profonde de ce réel, en tant qu’il émane du sur-réel:
Dieu”. Cosmos, 46.
PRESUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS DE LA COSMOLOGÍA DE BOUYER 47
35
Cfr. K. LEMNA, Louis Bouyer's Defense of Religion and the Sacred: Sacrifice and the
Primacy of Divine Gift in Christian Liturgy, «Antiphon» 12, 1 (2008), 9.
36
“Le sacré n’est pas la même chose que le religieux. Le religieux est à proprement
parler cette réalité mystérieuse qui fait l’unité de toute notre existence et de
notre relation au monde et du monde lui-même; elle ne se trouve pas en lui
mais au-delà de lui, dans Celui qui est sa source mais une source transcendante,
purement libre et généreuse: Dieu. Le sacré (...) c’est la manifestation, le signe
au moins rémanent de la présence et de l’activité de Dieu sans lequel rien
d’autre n’existerait. Refuser le sacré, c’est refuser à Dieu toute possibilité de se
manifester dans le monde qu’Il a créé”. Le métier de théologien, 102-103.
48 CAPÍTULO I
37
“[L]e sacré est un élément du langage humain, inhérent à la nature humaine et
qui subsiste en elle (...) comme une nostalgie ineffaçable de la présence de Dieu”.
Ibid, 104.
38
Entre muchos otros textos del autor sobre este tema, citamos el siguiente:
“Historiens des religions et théologiens sont facilement d’accord sus ce point
que les rites les plus importants qui soient sont les rites sacrificiels”. L. BOUYER,
Le Rite et l’Homme. Sacralité naturelle et liturgie, Cerf, Paris 1962, 113. En adelante
se citará simplemente como Le Rite et l’Homme.
39
“Le sacrifice, ce que nous appelons de ce mot après les Romains, n’est pas autre
chose qu’un repas sacré”. Le Rite et l'Homme, 119. La misma idea en otras obras,
p. ej. L. BOUYER, Le Fils éternel. Théologie de la Parole de Dieu et christologie, Cerf,
Paris 1974, 144ss. En adelante se citará simplemente como Le Fils éternel. En
Cosmos, 57ss, Bouyer cita los estudios de R.K. YERKES, Le Sacrifice dans les
Religions grecque et romaine et dans le judaïsme primitif, trad. fr., Paris, 1955 y E.O.
JAMES, Origins of Sacrifice, London, 1953, p. 256ss. Véase la nota siguiente.
40
No nos detendremos ahora en la relación que existe entre la dimensión sacrificial
y la forma de banquete en la eucaristía cristiana. Este tema ha sido objeto de
debates teológicos y el propio Bouyer lo desarrolla in extenso. Para una visión
general, sugerimos el estudio de: K. LEMNA, Louis Bouyer's Defense of Religion
and the Sacred: Sacrifice and the Primacy of Divine Gift in Christian Liturgy, o.c., 2-24.
Entre las obras principales del oratoriano, véanse Le Rite et l’Homme y Eucharistie.
PRESUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS DE LA COSMOLOGÍA DE BOUYER 49
(...) Mais nous n’en croyons pas moins pour cela à la pleine humanité du
christianisme. S’il est l’oeuvre de Dieu, il l’est du Dieu fait homme. Autrement
dit, si Dieu a marqué de son sceau personnel tout le christianisme, il a
commencé par se revêtir de notre humanité pour qu’il y ait un christianisme”.
Le Rite et l'Homme, 9.
44
Se pueden encontrar dos exposiciones de la doctrina de L. Bouyer sobre el mito y
el logos en: A. CATAPANO, La sofiologia di Louis Bouyer, prolegomeni per
un'antropologia teologica, o.c., 29-48, y en: G. BRUTÉ DE RÉMUR, La théologie
trinitaire de Louis Bouyer, o.c., 34-42.
45
El oratoriano presenta el papel de los filósofos griegos en la purificación sobre la
idea de Dios en: L. BOUYER, Le Père invisible. Approches du mystère de la divinité,
Cerf, Paris 1976, 72-74. En adelante se citará simplemente como Le Père invisible.
52 CAPÍTULO I
Egipto o China, ha prevalecido una visión mítica del mundo, poco cribada
mediante el ejercicio racional46.
Pero el conocimiento racional es purificado sobre todo mediante esa
irrupción de Dios en la historia del mundo, que es la Revelación 47. Así
como en la purificación del rito Dios utiliza palabras y símbolos humanos,
en la tarea de purificar la razón la Revelación utiliza palabras y conceptos
propios de la criatura: la verdad divina entra en contacto con la inteligencia
humana. En opinión de Bouyer,
“Si existe posibilidad de tal comunicación entre la inteligencia
divina y la nuestra, como supone la noción de una Palabra divina
dirigida a nosotros, es porque ellas están emparentadas; pero también
se debe a que la Palabra divina y la sabiduría humana pueden usar
un lenguaje común y apoyarse, la una y la otra, sobre una experiencia
común. Este lenguaje y esta experiencia están constituidas por el mito
y por la memoria de la humanidad”48.
1
“Même si le mythe, en effet, dans les formes concrètes, historiques dont il s’est
revêtu, doit être critiqué par la première, transfiguré par la seconde, c’est sur la
base de cette forme de pensée proprement fondamentale qu’est la pensée
mythopoétique, et sur cette base seulement, que la pensée rationnelle et la
révélation aussi bien peuvent s’édifier”. Cosmos, 53.
2
“Car, loin de représenter une phase préliminaire au développement proprement
dit de son intelligence, à la constitution de sa culture, il demeure de celle-ci la
base unique sur laquelle elle puisse jamais s’édifier”. Le Père invisible, 29-30.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 57
a. Regalidad de Dios
3
Se presenta un resumen de algunos de los mitos descritos en el libro Cosmos. No
aparecen todas las manifestaciones míticas y religiosas a las cuales el oratoriano
dedica muchas páginas en otros libros. Por ejemplo, sobre el chamanismo, el
taoismo y el hinduísmo, cfr. Le Consolateur, 19-28. También en los capítulos VII
y VIII (pp. 111-165) de Le Père invisible trata la religión en Egipto, las religiones
amerindias, la China y el Japón, y las filosofías religiosas de India, Grecia y
Roma antiguas. Nos ha parecido suficiente tratar las que se refieren
propiamente a la naturaleza del mundo y su origen divino. Cuando
corresponde, hacemos la referencia explícita a otras obras, como el estudio de
fenomenología de los ritos que aparece en Le Rite et l'Homme
4
Según el oratoriano, la ciencia religiosa del s. XIX ha tendido a ver en el
políteismo –adoración simultánea de varios dioses– la forma primitiva de la
religión, a la que seguiría una fase de enoteísmo –adoración de un dios nacional
o tribal– y en un tercer estadio el monoteísmo. Cfr. voz Politeísmo en: Diccionario
de Teología, 542. Este esquema, en su opinión, va siendo superado por la idea de
que el monoteísmo está en la base de la religiosidad humana más original. Para
ello menciona la tesis de W. Schmidt, según el cual en la conciencia religiosa del
hombre se puede reconocer una creencia primitiva en un «gran Dios», que sería
el origen de todas las cosas y de los demás dioses a quienes se adora en las
potencias de la naturaleza. Cfr. Le Rite et l'Homme, 40-42.
58 CAPÍTULO II
5
Bouyer rescata el valor del chamán en las religiones primitivas, por contraste a la
concepción que en ocasiones se tiene de ellos como brujos o magos. A juicio del
oratoriano, se trataría más bien de una especie de místicos o de personas
inspiradas. Cfr. Le Consolateur, 20-22. Véase también: Le Père invisible, 119-121.
6
“Il est remarquable que dans les pays au climat régulier, comme l’Egypte,
l’assimilation de la cité au cosmos pourra paraître si parfaite que le roi en
deviendra l’épiphanie du Dieu souverain”. Cosmos, 57. En esta y otras
descripciones de las concepciones religiosas primitivas, el teólogo francés cita
con frecuencia a S. Mowinkel, especialmente la obra que ya hemos mencionado:
He That Cometh, Oxford 1956.
7
Sobre el sacrificio como acción ritual por excelencia, véase la voz Sacrificio en:
Diccionario de Teología, 593-598.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 59
8
Cfr. Le Fils éternel, 98.
9
“Dans ces affirmations, nous avons toute la révélation dont étaient déjà gros les
premiers commencements de la Parole biblique. Et c’est du même coup le
principe d’une cosmologie totalement renouvelée qui va se substituer à celle
des mythes, tout en leur reprenant toutes leurs images, tous leurs symboles”.
Cosmos, 68.
10
En Babilonia, por ejemplo, el rey debe luchar contra la potencia mortal de Tiamat,
la diosa de la muerte. El rey sufre una misteriosa humillación, donde abandona
60 CAPÍTULO II
cambio, Dios es origen de toda vida sin que sea necesaria ninguna
intervención humana. Es «dueño» de la vida y de la muerte, porque es su
fuente, su principio totalmente trascendente; por eso no es necesario hablar
de la existencia de una deidad femenina, ni se atribuye la sexualidad a Dios.
Es por eso que la paternidad del Dios de Israel no tiene parangón en los
mitos vecinos.
La segunda característica de la condición real es la gloria. También en las
culturas cercanas, al rey corresponde una gloria que es entendida como la
manifestación de una vitalidad extraordinaria. De hecho, la palabra hebrea
kabôd, que se traduce como «gloria», significa etimológicamente «de peso»,
oponiéndose a lo ligero de los falsos dioses y de los ídolos. Pero la gloria
del Dios de Israel va más allá, como se pone de manifiesto en la que, para
Bouyer, es la representación bíblica por antonomasia de esa gloria: la
columna de nubes que se posa sobre el campamento del pueblo durante su
peregrinación por el desierto 11 . En los pueblos vecinos a Israel hay
representaciones cósmicas de la gloria del rey-dios, por ejemplo el dios Sol
de los egipcios o las estrellas divinas de los babilonios. Pero la gloria
representada por una nube tiene una fuerza muy distinta, porque es
transformadora. Esto se ve claro en el monte Sinaí: cuando apareció una
nube y Moisés fue al encuentro cara a cara con Dios, el profeta vuelve con
el rostro iluminado. También se ve en el Nuevo Testamento, durante el
sus insignias reales, confiesa su falta y la de su pueblo. Pero sale vencedor del
conflicto y su virtud regeneradora se afirma en una hierogamia, donde está
llamado a suscitar de la misma Tiamat, como diosa de las aguas primordiales,
una vitalidad renovada para su tierra y para todo su imperio. Cfr. Cosmos, 66.
11
El oratoriano se refiere con frecuencia a esta presencia misteriosa de Dios, la
shekinah, que se manifiesta de distintos modos en la vida del Pueblo de Israel.
Véase, p. ej. L. BOUYER, La Biblia y el Evangelio. El significado de las Escrituras: del
Dios que habla al Dios hecho hombre, Rialp, Madrid 1977, 139ss. En adelante se
citará simplemente como La Biblia y el Evangelio; L. BOUYER, Gnosis. La
connaissance de Dieu dans l'Écriture, Cerf, Paris 1988, 45ss; L. BOUYER, Mysterion.
Du mystère à la mystique, Oeil, Paris 1986, 152-154.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 61
b. Mitos cosmogónicos
12
Cfr. Cosmos, 71 ss. El tema de la luz tabórica, propio de la teología ortodoxa, es
retomado por Bouyer en otros momentos, p. ej. Cosmos, 319 ss.
13
“C’est ici que nous voyons la révélation biblique, comme révélation de la royauté
divine, dans son exclusive splendeur, aboutir à la doctrine biblique de la
création”. Cosmos, 75.
14
Como es sabido, existen dos relatos sucesivos en el Génesis. El primero (Gn 1, 1 –
2, 4a) que, de hecho, es de redacción posterior, proviene de la que suele llamar
«tradición sacerdotal», mientras el segundo (Gn 2, 4b – 3, 24) es de la «tradición
yahvista» e incluye la narración del pecado original. Sobre los dos relatos del
Génesis, cfr. L. SCHEFFCZYK, Creación y Providencia, en: M. SCHMAUS, A.
GRILLMEIER, Historia de los Dogmas, II, 2a, BAC, Madrid 1974, 1-12.
62 CAPÍTULO II
15
Cfr. Cosmos, 77. Para el teólogo francés esto no tiene nada de extraño, puesto que
la mujer, la serpiente y el árbol suelen ser símbolos de vida en las distintas
culturas.
16
“Mais, ajoutons-le immédiatement, cette dernière enveloppe une si radicale
métamorphose de tous les points de vue fondamentaux sur la réalité cosmique
et humaine, dans une optique religieuse, qu’en dépit des préparations même les
plus remarquables il est clair que nous avons ici l’émergence de quelque chose
d’une absolue nouveauté”. Ibid, 79. La misma idea aparece en otros textos del
autor. Véase, por ejemplo, el siguiente: “s’il n’est pas douteux que la Bible, dès
le début et jusqu’à son terme évangélique, s’est exprimée à travers le jeu des
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 63
symboles déjà maniés, et même remaniés par les religions voisines, il est moins
douteux encore qu’elle les a fait passer par une refonte et leur a imposé une
totale métamorphose”. Le Père invisible, 171.
17
A continuación se describe lo que menciona el oratoriano en: Cosmos, 80-82.
También aparece una referencia en: Le Fils éternel, 99-100, y otra en: Le Père
invisible, 169-170.
64 CAPÍTULO II
18
Esto ha conducido a Mowinckel a sostener que el relato inspirado del Génesis
toma elementos del mito babilonio. Según él, habría llegado a Israel cuando se
introdujo la fiesta del Año Nuevo y sería una narración de entronización, no de
Marduk sino de Dios mismo. Los exégetas desestiman esta hipótesis, tanto por
el hecho de que la fiesta del Año Nuevo en Israel es tardía –con respecto al
Génesis– como por su escasa importancia en el pueblo judío. Cfr. Cosmos, 82.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 65
19
“Au terme de cette comparaison, il est donc clair que nous sommes passés d’une
vision du monde où le développement de celui-ci n’est qu’un fractionnement et
un éparpillement d’une réalité divine, elle-même identifiée à ce qu’il y a ou
paraît y avoir de plus élémentaire dans le monde, à la conception d’un unique
Dieu transcendant, qui produit toutes choses dans une progressive
communication de sa bonté”. Ibid, 85.
20
“Mais l’élement le plus original du texte de la Genèse est évidemment l’idée que
Dieu produit tous les êtres par la seule émission de sa Parole”. Cosmos, 85. El
oratoriano no cita en este lugar un versículo concreto del Génesis, aunque se
puede entender que remite a los distintos momentos en los que el relato afirma:
«Dijo Dios: haya…». En esta misma línea se expresa Scheffczyk: “el relato
bíblico de la creación del escrito sacerdotal, con la vigorosa referencia al carácter
verbal de la creación, persigue un objetivo tanto teológico como moral y
antropológico: pretende dejar clara la personalidad y espiritualidad del Creador,
su trascendencia y su naturaleza soberana; pero, al mismo tiempo, quiere hacer
resaltar la distinción específica de la creación frente al ser divino, en la medida
66 CAPÍTULO II
c. La caída
22
«Chute», en el original francés.
23
“Dans la religion d’Israël, dans l’interprétation qu’en impose l’enseignement
prophétique, les trois confusions que nous avions relevées dans l’ensemble des
mythes sont enfin clairement et définitivement dissipées par la Parole biblique:
du dieu et de sa vie avec le monde et sa genèse, de la cosmogonie avec la chute
–chute qui devient alors celle du divin même dans le cosmique– du salut enfin
avec une séparation symétrique ou, ce qui revient au même, une réunificación
du divin, annulant la création pour annihiler la déchéance”. Le Père invisible, 189.
68 CAPÍTULO II
24
“Un premier point qu’il faut souligner, et qui est trop souvent négligé, c’est que,
dans la Bible, non seulement la chute se distingue absolument de la création,
mais encore trois chutes différentes, quoique apparentées, doivent être
distinguées: celle du premier couple humain dans Genèse, 3, celle des puissances
célestes: Genèse, 6, et celle de la société humaine, et plus précisément de la
société civilisée: Genèse, 11”. Cosmos, 90-91.
25
La palabra que utiliza la Biblia para referirse a la serpiente es la misma que
describe la desnudez de la primera pareja: aroum. Pero, como afirma el
oratoriano, la desnudez de la serpiente es provocadora, mientras que la de la
primera pareja es inocente. Cfr. ibid, 91. En este tema remite a otro comentario
suyo: vid. Le Trône de la Sagesse, 21-22.
26
En opinión de Bouyer, el episodio de Caín y Abel podría estar relacionado con
tradiciones míticas sumerias que presentan la muerte de un dios pastor a manos
de un dios agricultor; según esto, el relato bíblico pretendería significar que el
Dios de Israel se opone a la adoración de las potencias cósmicas de los pueblos
agricultores. Cfr. Cosmos, 92.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 69
27
Sobre todo Oseas, pero también Jeremías, Ezequiel e Isaías. En ibid, 93, nota 13, el
oratoriano hace referencia a Os 1, 2ss; Jer 3; Ez 16; Is 50, 1; Is 51-52; Is 54, 5ss; Is
62, 4.
28
Cfr. voz Caída en: Diccionario de Teología, 128-129.
29
“En d’autres termes, c’est l’orgueil, la volonté de se mettre à la place de Dieu,
entraînant une soif de domination étouffante sur le monde, qui a corrompu les
premières les plus hautes créatures, celles qui devaient garder et guider vers le
créateur les êtres plus humbles dont nous sommes. Réciproquement, c’est une
volonté égoïste, sensuelle, de jouissance immédiate qui, nous livrant sans
défense à leur tromperie, nous a fait tomber dans l’esclavage, au lieu de
l’illusoire liberté que nous recherchions loin de Dieu”. Cosmos, 93.
70 CAPÍTULO II
Tanto la acción reprobable de los seres superiores con las hijas de los
hombres, como sus consecuencias, tienen paralelos en los mitos antiguos; la
Revelación bíblica, sin embargo, porta un significado del todo diferente. De
hecho, en esos mitos la unión carnal entre los dioses y sus criaturas está
reflejada en las formas rituales de prostitución sagrada, que siempre han
sido rechazadas en la religión de Israel30. Las consecuencias de esa caída
están narradas en el relato del diluvio universal31.
El tercer relato de una caída aparece en Génesis 11, que recoge la escena
de la Torre de Babel. Este episodio significa, según Bouyer, la caída del
hombre en comunidad, como pueblo. En la base de este pecado está la
misma realidad que aparece en los dos relatos anteriores, esto es, el deseo
de la criatura de hacerse como Dios.
En la narración bíblica se hace una clara alusión a los pueblos vecinos,
en particular a la ciudad de Babilonia que, según el oratoriano, había
pretendido con sus grandes edificios robar a los dioses la gloria que les
correspondía 32 . Esto queda más evidente por la sustitución que hace el
relato veterotestamentario de la palabra babilónica Babili, que evoca el
nombre de la gran ciudad y quiere decir «puerta de Dios», por el vocablo
hebreo Babel, que significa «confusión». Mediante la narración de esta caída,
una vez más, la Revelación subraya que la caída es el resultado no de una
condición original de la creación, sino de una actuación de los seres de
mayor dignidad, en este caso los hombres.
▪ ▪ ▪
30
“En Israël, l’image de l’Époux et de l’Epouse s’appliquera aux relations de Dieu
et de son peuple, au contraire, pour signifier un amour où deux vies, deux êtres
personnels se manifestent en se donnant l’un à l’autre. Aussi sera-ce une
création véritablement surnaturelle que leur union accomplira”. Le Trône de la
Sagesse, 26.
31
Gn 6, 8ss.
32
Cfr. Cosmos, 95.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 71
33
“Le mythe part d’une confusion entre la divinité elle-même, plus précisément les
dieux multiples, et les réalités naturelles.
Toute la Parole divine jaillit de l’affirmation première que Dieu est unique et qu’il
est au-dessus de toute réalité naturelle.
Pour le mythe, il n’y a pas de distinction entre la création du monde et sa chute, car
le monde ne vient à l’être que par la chute des dieux, soit qu’ils se divisent et
dégénèrent, sot qu’ils entrent en conflit les uns avec les autres.
Pour la Parole, la création, au contraire, est une libre activité de Dieu, qui,
procédant de sa pure bonté, est toute bonne en elle-même, quoique d’une bonté
limitée et dépendante.
Pour le mythe, le mal est donc inhérent à l’existence, des dieux comme des
hommes.
Pour la Parole, il n’y a aucun mal en Dieu et il n’y en avait aucun dans la créature
telle qu’elle est sortie de ses mains.
D’après le mythe, c’est la multiplicité, et peut-être déjà la matérialité, ou la
matérialisation, qui est le mal.
D’après la Parole, c’est au contraire ce qu’il y a de plus spirituel dans la création,
dans ce qui l’approche le plus de l’unité et de l’unicité de Dieu, qui est à
l’origine du mal, par la tentation première de l’orgueil, que suit la convoitise
égoïste.
Dans le mythe, l’homme n’est que le dernier degré dans la dégradation du divin.
Dans la Parole, il n’est qu’une créature, mais à l’image de Dieu.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 73
2. LA COSMOLOGÍA GRIEGA
Pour le mythe, en effet, le divin s’étale et se diversifie selon toute une série de
dégradés. Mais, pour la Parole, il est tout entier dans l’Unique, les esprits autres
que lui, si élevés soient-ils, restant sa création et ses serviteurs, fidèles ou non.
Enfin le mythe envisage la création, et les dieux eux-mêmes, comme
essentiellement mélangés de bien et de mal, tandis que le Dieu qui parle est lui-
même le Bien, et que son oeuvre, bonne en soi, en tant qu’elle vient de lui, ne
devient qu’accidentellement mauvaise, en cédant à l’orgueil des puissances
révoltées”. Cosmos, 96-97. Una síntesis parecida, aunque menos completa, puede
verse en Le Père invisible, 189-190.
34
Cfr. Cosmos, 129. Sobre la purificación de los mitos antiguos por parte del
pensamiento filosófico, véase Supra, Cap I, 4, b, y la observación que aparece en
la nota 46 de ese apartado.
74 CAPÍTULO II
primeros siglos después de Cristo; éstos, por la entidad que les asigna el
oratoriano, se proponen en un epígrafe propio. En el capítulo próximo se
tratará el desarrollo que, según el teólogo francés, tuvo la sabiduría en la
Revelación bíblica. De acuerdo con Bouyer, ambos procesos permiten
encuadrar la aparición de la teología cristiana35.
Los primeros filósofos griegos que hablan del mundo son los jónicos;
éstos, a jucio de Bouyer, todavía estaban anclados en la tradición mítica. El
más antiguo es Tales de Mileto, que usa por primera vez el término
naturaleza (physis) con un sentido filosófico. Para este pensador, el cielo es
un organismo animado y el origen de la vida, de todos los seres, es el agua.
La physis designa el proceso misterioso por el cual las cosas proceden de la
virtud divina infundida en el elemento primordial.
Por otra parte, Anaximandro considera que no es posible que un
elemento particular del mundo sea el origen de todo el cosmos, como
resultado de un proceso de evolución. Por eso, en lugar del agua, coloca el
origen de los seres en un elemento indefinido, el infinito (apeïron), que no
tiene límites y que se identifica con lo divino. Los seres particulares son, en
su opinión, como torbellinos locales, concentraciones diversas del elemento
primitivo.
Anaxímenes vuelve a proponer un elemento singular como el origen de
todo lo que hay en el universo. Para él, no tiene sentido colocar la fuente de
la realidad cósmica en una supuesta concentración de un elemento infinito.
No propone –como Tales, su antecesor– el agua como elemento primordial,
sino el aire: de él proceden todas las cosas a través de procesos de
condensación y rarefacción.
El siguiente paso lo da Pitágoras que, a diferencia de los pensadores
jónicos, sustituye una cosmología a partir de elementos físicos por otra
35
En la síntesis que presenta Bouyer en los capítulos VIII y IX de Cosmos, sigue –
como él mismo lo indica– el estudio de R.G. COLLINGWOOD, The Idea of Nature,
Oxford 1945 (edición americana de 1976). El oratoriano presenta otro resumen
del pensamiento griego en el Cap. XIII de Le Père invisible, 229ss.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 75
36
Según Copleston, es probable que no se tratara sólo de unos discípulos de
Pitágoras, sino de los miembros de una sociedad religiosa fundada por él. Cfr. F.
COPLESTON, Historia de la Filosofía. Vol 1: Grecia y Roma, Ariel, Barcelona 1994, 43.
37
Cfr. Cosmos, 132.
76 CAPÍTULO II
Entre esas dos visiones hay otras que mezclan elementos físicos e
inmateriales en el origen de la realidad cósmica. Empédocles explica que
todos los seres son el producto de una combinación de los cuatro elementos
primordiales –agua, aire, tierra, fuego–, que son eternos y se unen o
separan movidos por el amor (érôs) y por la discordia (palè). Anaxágoras
sostiene que las conjunciones de esos elementos son debidas al noûs o
inteligencia divina, causa última de todo. Leucipo introduce el concepto de
átomos o partículas elementales, que son indivisibles y tienen distintas
formas y tamaños. Ellas se combinan, movidas por la razón y la necesidad
(logos té kaï anankè), para producir todo lo que existe. Sus dos discípulos,
Demócrito y Epicuro, continuarán con la teoría de los átomos, pero
considerando que la causa de su mezcla es el azar.
A estos pensadores los suceden los sofistas, que no suponen un avance
singular en la formulación de una cosmología, puesto que su principal
interés se refiere al estudio de la vida en sociedad38. Frente al hecho de que
existe una diversidad de leyes locales, se preguntan si existe un principio
de universalización, una ley «natural» que esté de acuerdo con la physis –
con la naturaleza del cosmos en general, y con la naturaleza humana en
particular–. El intento, sin embargo, los conduce a negar que exista alguna
ley de valor absoluto. Para Protágoras, el fundamento de la ética es aquello
que resulta más seguro, y lo más seguro se encuentra en la costumbre local,
que cambia según las circunstancias. Gorgias es un escéptico sobre el ser de
las cosas externas al hombre; llevando al extremo el planteamiento de
Parménides, afirma que nada existe puesto que nada puede llegar a ser si
antes no lo era. Al final, el escepticismo de los sofistas los lleva a concebir la
sabiduría principalmente como un arte de persuadir.
Sócrates se enfrenta al escepticismo de los sofistas y, en su deseo de
buscar la verdad, es acusado de atentar contra la religión de los griegos. Su
amor por la sabiduría –por eso se llama a sí mismo philosophos– lo lleva a
38
“C’est bien moins théoriquement que pratiquement qu’avec les sophistes cette
sagesse, tout en devenant décidément humaniste, devient irréligieuse, en ce
sens qu’elle tend à se réduire à un art de réussir à tout prix dans les affaires
humaines”. Le Père invisible, 230.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 77
39
“C’est par là que nous pouvons affirmer qu’il y a chez Socrate un élément
religieux qui l’apparente aux prophètes: cet attrait vainqueur d’une exigence de
pureté, d’authenticité jamais satisfaite, qui le meut tout entier vers la poursuite
d’un bien, encore inconnu, mais suffisamment pressenti pour que la critique
rejette sans pitié toutes ses caricatures”. Cosmos, 136.
40
Para esta explicación se basa en W LUTOSLAWSKI, The Origin and Growth of Plato's
logic, London 1897, que es a su turno citado por Collingwood. Cfr. Cosmos, 137.
78 CAPÍTULO II
41
“Aristote dira que c’est par un érôs, un amour essentiellement fait de désir, qui la
meut spontanément vers Dieu, mais qui le laisse en revanche totalement
indifférent (…) Il ne connaît même pas le monde en tant que tel, en tant que
devenir perpétuel: il ne connaît que ses propres pensées que le monde tend à
imiter: Dieu «meut toutes chose en tant qu’il en est aimé» (Métaphysique Lambda,
1072b)”. Cosmos, 144.
42
Aquí el oratoriano está siguiendo la opinión de Collingwood. Cfr. ibid, 145.
80 CAPÍTULO II
3. EL NEOPLATONISMO
43
“Pour les stoïciens, le logos était Dieu, et le seul dieu qu’ils connussent, un dieu
diffus dans l’univers, logos en tant qu’il y étend partout la rationalité, tout
comme, en tant que pneuma, il en est le principe vital”. Le Père invisible, 234.
44
Cfr. Cosmos, 297. Véase también: Le Père invisible, 259-260.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 81
45
Cfr. Le Fils éternel, 19-20.
46
Cfr. Le Père invisible, 241-243.
47
“[P]our définir les traits de la sagesse divine, considérée comme objet ultime et
total de la pensée de Dieu sur la création et l’histoire du salut, mais sans jamais
immerger Dieu dans le monde ni diviniser le monde”. Cosmos, 148.
82 CAPÍTULO II
48
“De l’Un (...) procède le Noûs, l’Intelligence, par laquelle, en se pensant lui-même,
il pense toutes choses possibles, mais comme à l’intérieur de son unité
infrangible. Et du Noûs à son tour procède l’Ame, la Psychè cosmique, laquelle,
sans cesser de contempler le Noûs, en contemplant les multiples idées qu’il
renferme en lui les projette sur la matière sensible et lui imprime ainsi forme et
beauté”. Le Père invisible, 257.
LA CUESTIÓN DEL MUNDO EN LOS MITOS ANTIGUOS Y EN LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA 83
49
“Il reste que Dieu et le monde, selon Plotin, sont et ne sont pas distincts, et que,
pour autant qu’ils apparaissent distincts, ils en deviennent étrangers. Ou bien
Dieu se communique à nous, et il n’est plus lui-même, ou bien nous revenons à
lui, et nous ne sommes plus nous-mêmes. On n’échappe pas à l’alternative”.
Cosmos, 297.
CAPÍTULO III. LA COSMOLOGÍA EN LA
REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA
ANTIGÜEDAD
1
La Biblia y el Evangelio, 19.
2
Ibid, 20. Es indicativo que sus dos primeras obras publicadas son un comentario al
Evangelio de S. Juan (1938) y un estudio sobre la teología de S. Atanasio (1943):
véase la Bibliografía que se presenta al final de esta tesis doctoral. De hecho, las
grandes líneas de la teología de Bouyer están presentes –al menos in nuce– en el
estudio sobre la Sagrada Escritura citado en esta nota: La Bible et L’Évangile (1ª
ed: 1951).
86 CAPÍTULO III
3
Voz Sabiduría, en: Diccionario de Teología, 585-587.
4
Ibid.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 87
5
“Le lien entre les deux reste étroit, car le projet de filiation adoptive, qui n’en est
pas moins réelle, est certainement inclus, dès le début, dans l’idée biblique de la
création. C’est au moins impliqué dans la création à l’image de Dieu formulée
dans la Genèse (Gn 1, 26-30). Et c’est ce qui ressort de tout le développement de
la connaissance que Dieu a de nous”. Sophia, 57.
6
Cfr. Supra, Cap. II, b, sobre el comentario de Bouyer a los dos relatos de la
creación que aparecen en el Génesis.
7
Para una visión general, consúltese por ejemplo: M. GILBERT y J-N ALETTI, La
Sabiduría y Jesucristo, Verbo divino, Pamplona 19854. Bouyer cita estos estudios:
C. LARCHER, Études sur le livre de la Sagesse, Paris 1969; M. GILBERT (ed), La
Sagesse de l’Ancien Testament, Paris-Gembloux 1979. En cambio, no hace
referencia a la obra del alemán G. VON RAD, Weisheit im Israel (Sabiduría en Israel),
de 1970, clásica por su importancia para la valoración teológica de los libros
sapienciales.
8
“[C]’est vers une progressive personnification qu’on la voit [la Sagesse] tendre à
travers la tradition juive puis chrétienne”. Sophia, 51.
88 CAPÍTULO III
a. Sabiduría no personificada
9
El tema de la Sabiduría en el Antiguo Testamento aparece en varias obras del
oratoriano. Una presentación bastante completa se encuentra en los dos
primeros capítulos de Le Trône de la Sagesse, 13-50. En su comprensión del
concepto veterotestamentario de Sabiduría, Bouyer se reconoce deudor de: S.
MOWINCKEL, He That Cometh, o.c.
10
Cfr. La Biblia y el Evangelio, 178.
11
Cfr. Cosmos, 99.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 89
12
Voz Sabiduría en: Diccionario de Teología, 585-587. Hemos incluido unas palabras
dentro de corchetes para hacer la traducción más inteligible. El original francés
es el siguiente: “En Israël, son introduction se heurtera d’abord à la même
objection qui sera faite par les prophètes à la Royauté (cf. I Sam 8). Le Seigneur
n’est-il pas le Roi d’Israël? Sa Parole ne doit-elle pas lui tenir lieu de Sagesse?
Cependant, tout, comme la royauté y sera finalement admise, mais comme
exercée au nom du Seigneur et par sa seule vertu, la Sagesse y sera assimilée,
pourvu que son principe devienne la crainte du Seigneur et l’observation de ses
commandements (cf. Prv 1,7). Ainsi Salomon sera-t-il considéré comme le Sage
par excellence parce qu’il a fait de la Sagesse l’objet de sa prière lors de son
avènement (1 Re 3, 4ss) ”.
90 CAPÍTULO III
13
La Biblia y el Evangelio, 187.
14
La explicación del origen de la literatura apocalíptica como una evolución de la
literatura sapiencial es una conclusión que, sin embargo, resulta discutida,
como afirma O’Callaghan: “the question of the origin of Jewish apocalyptic
Works has been for some time a matter of extensive scholarly debate”. P.
O'CALLAGHAN, The Christological Assimilation of the Apocalypse. An Essay on
Fundamental Eschatology, Four Courts Press, Dublin 2004, 104. A esta cuestión
están dedicadas las páginas 103-136 del estudio citado.
15
Voz Sabiduría en: Diccionario de Teología, 585-587.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 91
16
Cfr. Cosmos, 110ss.
17
“La Sagesse divine ainsi comprise, la seule sagesse authentique, c’est donc cette
vision éternelle qu’a le Père de ce que sa création tout entière, centrée sur
l’homme, doit finalement devenir, dans ce «Fils de l’homme» qu’est aussi le Fils
de Dieu. Tel est le dernier mot de cette évolution de la sagesse à travers
92 CAPÍTULO III
b. Sabiduría personificada
21
Is 62, 3-4.
22
“[L]a révélation de l’amour divin s’étendant, se communiquant à la création
achevée de la sorte n’atteindra son expression définitive que dans ces deux
épithalames que sont le Psaume 45 (dans l’hébreu) et le Cantique des cantiques”.
Sophia, 53.
23
Ése es el orden gradual que propone el oratoriano: cfr. ibid, 52.
24
“Yahveh me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas.
Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra. Cuando
no existían los abismos fui engendrada, cuando no había fuentes cargadas de
agua. Antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas, fui
engendrada. No había hecho aún la tierra ni los campos, ni el polvo primordial
del orbe. Cuando asentó los cielos, allí estaba yo, cuando trazó un círculo sobre
la faz del abismo, cuando arriba condensó las nubes, cuando afianzó las fuentes
del abismo, cuando al mar dio su precepto –y las aguas no rebasarán su orilla–
cuando asentó los cimientos de la tierra, yo estaba allí, como arquitecto, y era yo
todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo, jugando por
el orbe de su tierra; y mis delicias están con los hijos de los hombres” (Prov 8,
22-32).
94 CAPÍTULO III
25
“[L]a Sagesse est personnifiée en tant qu’elle est le contenu total de la Parole de
Dieu, dans lequel Dieu porte son œuvre à la perfection en s’y rendant présent
lui-même et en y imprimant comme un vivant reflet de son propre visage”.
Cosmos, 127. Los versículos que cita son Ecclo 24, 3-11: “Yo salí de la boca del
Altísimo, y cubrí como niebla la tierra. Yo levanté mi tienda en las alturas, y mi
trono era una columna de nube. Sola recorrí la redondez del cielo, y por la
hondura de los abismos paseé. Las ondas del mar, la tierra entera, todo pueblo
y nación era mi dominio. Entre todas estas cosas buscaba reposo, una heredad
en que instalarme. Entonces me dio orden el creador del universo, el que me
creó dio reposo a mi tienda, y me dijo: «Pon tu tienda en Jacob, entra en la
heredad de Israel». Antes de los siglos, desde el principio, me creó, y por los
siglos subsistiré. En la Tienda Santa, en su presencia, he ejercido el ministerio,
así en Sión me he afirmado”.
26
“Yo la amé y la pretendí desde mi juventud; me esforcé por hacerla esposa mía y
llegué a ser un apasionado de su belleza. Realza su nobleza por su convivencia
con Dios, pues el Señor de todas las cosas la amó. Pues está iniciada en la
ciencia de Dios y es la que elige sus obras” (Sab 8, 2-4).
27
“Autrement dit, la Sagesse est personnifiée en tant qu’elle est le contenu total de
la Parole de Dieu, dans lequel Dieu porte son œuvre à la perfection en s’y
rendant présent lui-même et en y imprimant comme un vivant reflet de son
propre visage. Ainsi ne fait-elle qu’un avec le parfait Israël, avec la cité
cosmique où Dieu fait de la vie de ses élus, rassemblés dans la louange unanime,
une seule voix avec la sienne”. Cosmos, 127.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 95
▪ ▪ ▪
28
El Cap. III de su estudio sobre la Eucaristía se denomina Palabra de Dios y
«Berakah», y está dedicado a este tema. Allí se afirma: “la berakah (…) es siempre
la oración propia del judío como miembro del pueblo elegido, que no bendice a
Dios en general, a la manera de un filósofo neoplatónico, por los mirabilia Dei
que no le afectan personalmente. Se trata, por el contrario, de la bendición del
Dios que se ha revelado a Israel, que se le ha comunicado de manera única, que
le «conoció» y consiguientemente se le dio a «conocer»; lo cual quiere decir que
creó entre él y los suyos una relación sui generis, relación que, sea cual fuere el
objeto preciso de la alabanza, está por lo menos latente en ésta”. L. BOUYER,
Eucaristía. Teología y espiritualidad de la oración eucarística, Herder, Barcelona 1969,
44. En adelante se citará simplemente como Eucaristía.
96 CAPÍTULO III
29
“La berakah, cette prière typiquement juive où s’origine l’eucharistia chrétienne,
reflètera ces développements. Réponse de la foi à la Parole, depuis les origines,
elle embrassera, dès le retour d’exil, comme le montre la prière d’Esdras en
Néhémie, 10, la vision d’ensemble du plan divin: de la Sagesse divine, englobant
dans un seul dessein la création et la rédemption de la chute. Et, dans les prières
synagogales bâties sur ce schéma, soit pour faire suite à la lecture de la Torah et
des prophètes, soit pour conclure le repas communautaire, elle s’achèvera sur la
vision de la Jérusalem reconstruite où les dispersés seront réunis à jamais dans
la louange du seul Dieu en son Règne éternel”. Cosmos, 128.
30
Cfr. ibid, 151.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 97
31
“Telle est la connaissance que le Fils nous communique: reconnaissance de Dieu
comme le Père, tout se découvrant à nous comme l’œuvre et le gage de son
amour, de cet amour, qui lui est exclusivement propre, mais qu’on ne connaît
qu’en en faisant l’expérience filiale”. Ibid, 153.
32
Este tema aparece en varias obras del oratoriano, tanto en libros como en
artículos. De las contribuciones en obras colectivas, la más relevante es: L.
BOUYER, «Les deux économies du gouvernement divin: Satan et le Christ», en:
98 CAPÍTULO III
Initiation théologique, t. II: Dieu et sa création, Cerf, Paris 1953, 503-535, y por eso
es la que preferiblemente seguiremos. En adelante aparecerá citada como Les
deux économies. Algunos años antes había aparecido un artículo que es un
primer esbozo y, como se puede comprobar, casi la totalidad está literalmente
reproducida en el otro: L. BOUYER, Le problème du mal dans le christianisme antique,
«Dieu Vivant» (1946), 15-42. Posteriormente volverá a tratar el tema desde una
perspectiva un poco diferente, en: L. BOUYER, Royauté cosmique, «La Vie
spirituelle» 504 (1964), 387-397. En la Segunda Parte de esta tesis (Cap VI, 5), se
hará una reflexión sistemática sobre las dos economías divinas en el gobierno
del mundo.
33
La Biblia y el Evangelio, 253.
34
Ibid.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 99
35
“C’est dire que toute l’œuvre du Christ se ramène à l’expulsion de Satan. Sinon,
cela n’aurait aucun sens de présenter comme le seul péché irrémissible
l’aveuglement coupable qui se refuse à reconnaître en lui un Esprit chassant
l’autre”. Les deux économies, 520.
36
La visión de Bouyer sobre el mundo en el momento presente resulta, a juicio de
A. Catapano, un tanto pesimista: “Ci sembra tuttavia che la concezione più
problemática di questa visione, consista proprio nell’atteggiamento di sospetto
nei confronti del mondo nella situazione attuale. Bouyer non chiarisce, almeno
nei testi che abbiamo consultato, se la venuta di Cristo e l’ingresso del nuovo
eone, anche se coesistente con il precedente, cambi qualcosa già ora in questo
rapporto con il mondo”. A. CATAPANO, La sofiologia di Louis Bouyer, prolegomeni
per un'antropologia teologica, o.c., 326. Detrás de esta apreciación se encuentra la
discusión entre escatologistas y encarnacionistas sobre la valoración de las
realidades terrenas en relación con el más allá, tema que trataremos en la
segunda parte de este trabajo. Cfr. Cap. VII, en particular, nota 4.
100 CAPÍTULO III
b. S. Pablo
37
“Il est clair que tout serait complètement travesti si l’on confondait Dieu avec le
monde, ou si on réduisait Dieu à notre prochain. Le monde, au contraire, doit
n’y apparaître qu’un don qui n’a de sens pour nous qu’en tant qu’il est le signe
de la présence du Dieu d’amour, et notre propre prochain comme celui dont ce
Dieu veut faire, comme de nous-même, son propre enfant”. Cosmos, 152.
38
Cuando habla del «poder del mal», o del «problema del mal», el oratoriano pone
de presente que la antigüedad cristiana prefería referirse a la criatura que lo
ejerce, es decir, al Maligno. Afirma: “Le problème du mal qu’avait connu
l’antiquité chrétienne concernait plutôt quelqu’un (…) le terme «problème du
mal» ne convient pas exactement pour désigner les anciennes manières de
penser: il faudrait dire plutôt «problème du Malin». L. BOUYER, Le problème du
mal dans le christianisme antique, o.c., 18-19.
39
Para sostener esta afirmación, el oratoriano refiere a la obra de A. FEUILLET, Le
Christ Sagesse de Dieu d’après les épîtres pauliniennes, Paris 1966. Cfr. Cosmos, 156.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 101
vida humana. Ambas realidades son buenas porque tienen origen en Dios,
y ambas están destinadas a gozar de la vida del Espíritu.
Pero, en su condición actual, la creación se encuentra en un estado de
esclavitud de la cual debe ser liberada. Existe una oposición entre el «siglo
presente» y el «siglo futuro»40 : el primero está sometido al poder de la
iniquidad; el segundo, en cambio, supondrá la liberación, la redención, la
gloria. Por eso, la cosmología de S. Pablo –en continuidad con la
predicación de Jesucristo– tiene una clara tensión escatológica.
Los enemigos en este mundo son, en primer lugar, el pecado y la muerte,
que es su consecuencia inmediata (cfr. Rm 5, 12)41. El pecado entra en el
mundo a consecuencia de la caída y se instala dentro de cada uno; la
muerte le sigue y se trasmite de un hombre a otro. El pecado “al igual que
la muerte, presta un servicio (διακονία) en este mundo (Gal 2, 17 y 2 Cor 8,
7). Finalmente, para librarnos, será necesario que el pecado mismo sea
condenado (Rm 8, 2-3) y que la muerte, que es el último enemigo, sea
vencida (1 Cor 15, 26)”42.
En la raíz de esos males están la carne, que es el propio yo desordenado
como efecto de la caída, y el mundo, que designa a la creación encerrada en
sí misma. La fuente del desorden son los «elementos del mundo» (Gal 4, 9 y
Col 2, 8 y 20), también llamados «príncipes de este mundo» (1 Cor 2, 6 y 8;
Ef 2, 2 y 3, 10), o «espíritus del mal»; es decir, los ángeles caídos que operan
como los «rectores tenebrosos del mundo» (Ef 6, 12; cfr. Col 1, 13). Pero
40
El teólogo francés acude con frecuencia a las expresiones griegas αἰὠν οὗτος y
αἰων µέλλων, tomadas de las epístolas paulinas en sus diferentes casos, según el
uso morfológico. Cfr. por ejemplo: Les deux économies, 508-509.
41
A continuación se hace referencia a las citas bíblicas que utiliza Bouyer en sus
distintos escritos.
42
“Le péché, d’ailleurs, comme la mort, a tout un service (διακονία) en ce monde
(Gal 2, 17 et 2 Cor 8, 7). Finalement, pour nous délivrer, il faudra que le péché
soit lui-même condamné (Rom 8, 2-3) et que la mort, qui est le dernier ennemi,
soit vaincue (1 Cor 15, 26)” Les deux économies, 506.
102 CAPÍTULO III
como el espíritu maligno es una criatura, todo lo que hace, muy a pesar de
sí mismo, está al servicio de Dios.
¿Cómo puede ser esto? S. Pablo lo denomina «misterio de la iniquidad»
(2 Tes 2, 7), que para Bouyer es la clave de la respuesta a lo que llama las
«dos economías sucesivas»43. La primera economía es aquella establecida
desde el principio, mediante la cual Dios entregó la creación al dominio de
los ángeles. Este poder sobre el cosmos ha sido mantenido a pesar de la
caída del ángel; más aún, su dominio se mantuvo como «castigo» por el
posterior pecado del hombre. En virtud del pecado, la enemistad a la cual
la humanidad ha sido sometida manifiesta la «cólera de Dios» (Col 3, 6 y Ef
2, 3). Así lo presenta el teólogo francés:
“[E]ste mundo, el mundo físico al cual pertenecemos por nuestro
cuerpo, ha sido sometido desde sus orígenes a un mundo espiritual:
el de los ángeles. La caída, al menos de todo un bloque de ángeles, ha
hecho de ellos los primeros autores del mal. El hombre, consintiendo
a su sugestión, ha quedado englobado en su caída, junto con la tierra
de la cual había salido y que le había sido confiada. Aquél a quien le
fue prometida una herencia filial se ha convertido en esclavo en lugar
de ser el libre servidor de Dios. Esto constituye su justo castigo, del
cual los ángeles rebeldes, a pesar de su rebelión, son como los
ministros. De allí la identificación de su enemistad hacia nosotros con
la justa cólera de Dios”44.
43
“Il y a deux économies successives. L’une était établie sur la subordination du
monde physique aux «puissances» créées par Dieu dans le bien, et plus
particulièrement à leur chef, «le prince de ce monde» (…) une autre économie
peut en prendre la place, où c’est l’humanité nouvelle, l’humanité du Christ,
Dieu et homme tout ensemble, qui règne au nom de Dieu”. Ibid, 514-515.
44
“Ceci revient à dire que ce monde, le monde physique auquel nous appartenons
par notre corps, a été, lui, remis dès son origine à un monde spirituel: celui des
anges. La chute, au moins de tout un bloc de ceux-ci, a fait d’eux les premiers
auteurs du mal. L’homme, en consentant à leur suggestion, a été englobé, avec
la terre d’où il avait été tiré et qui lui avait été confiée, dans leur déchéance. Il
est devenu leur esclave au lieu d’être le libre serviteur de Dieu, promis à un
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 103
Los ángeles fieles, en esta primera economía, son los testigos de la ley, es
decir, del verdadero sentido del mundo como creación y de la vida que los
hombres deberían llevar. Pero esa ley, en la actual condición de esclavitud,
se opone al culto que el pecado rinde a las potencias satánicas. En opinión
del teólogo francés, aquí radica la enemistad que S. Pablo atribuye a la ley.
La encarnación del Verbo establece una segunda economía, en la que el
dominio del universo no pertenece más a los ángeles, sino que pasa a las
manos del hombre redimido, en su cabeza que es Jesucristo. El Hijo de Dios
viene a liberar, a renovar definitivamente a la humanidad; por ello S. Pablo
lo considera un segundo –o mejor, un último– Adán (cfr. 1 Cor 15, 45). Esta
figura del último Adán, a juicio del oratoriano, se identifica con el «hombre
escatológico», el «hombre celeste», el «Hijo del hombre» que aparece en el
libro de Daniel45. Con palabras de Bouyer,
“De allí el paso de una primera economía, solamente preparatoria,
de la creación seguida por la caída, a la economía definitiva,
inaugurada por la encarnación y la cruz: de la economía de la ley, que
no conoce sino el mérito, a la economía de la gracia, donde la
misericordia cumple y sobrepasa toda justicia”46.
La visión del mundo en S. Pablo refleja, según el teólogo francés, la
victoria de la Sabiduría divina, ya que el designio eterno de Dios se cumple
a pesar de la caída del ángel y del hombre. Este mundo, que es en el fondo
un mundo espiritual47, había sido creado por medio del Hijo de su amor. Y
héritage filial. Ceci constitue son juste châtiment, dont les anges rebelles, en
dépit de leur rébellion, sont comme les ministres. D’où l’identification de leur
inimitié à notre égard avec la juste colère de Dieu”. Cosmos, 159.
45
Cfr. La Biblia y el Evangelio, 265ss.
46
“D’où le passage d’une première économie, seulement préparatoire, de la
création suivie de la chute, à l’économie définitive, inaugurée par l’incarnation
et la croix: de l’économie de la loi, qui ne connaît que le mérite, à l’économie de
la grâce, où la miséricorde accomplit et surpasse toute justice”. Cosmos, 160.
47
“Ce monde est donc un monde spirituel en son fond: du monde angélique le
monde physique apparaît comme le vêtement, reflet d’un reflet”. Ibid, 161.
104 CAPÍTULO III
48
En particular el himno de Ef 1, 3-14: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual
en los cielos, pues en Él nos eligió antes de la creación del mundo para que
fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; nos predestinó a ser
sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, para
alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado, por
quien, mediante su sangre, nos es dada la redención, el perdón de los pecados,
según las riquezas de su gracia, que derramó sobre nosotros de modo
sobreabundante con toda sabiduría y prudencia. Nos dio a conocer el misterio
de su voluntad, según el benévolo designio que se había propuesto realizar
mediante Él y llevarlo a cabo en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo
todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra. En Él, por quien también
fuimos constituidos herederos, predestinados según el designio de quien realiza
todo con arreglo al consejo de su voluntad, para que nosotros, los que antes
habíamos esperado en el Mesías, sirvamos para la alabanza de su gloria. Por Él
también vosotros, una vez oída la palabra de la verdad –el Evangelio de nuestra
salvación–, al haber creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido,
que es prenda de nuestra herencia, para la redención de su pueblo adquirido,
para alabanza de su gloria”.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 105
c. S. Juan
49
Esta y las referencias a la obra de S. Juan que aparecen a continuación se
encuentran en: Cosmos, 162ss.
50
“À dire vrai, tout le développement du IVe évangile peut apparaître justement
comme celui d’un drame, non seulement humain, mais cosmique, où la lumière
vient affronter les ténèbres. En fin de compte, elle les dissipera, mais au prix
d’un conflit mortel”. Les deux économies, 520-521. La misma idea se encuentra
desarrollada in extenso en: La Biblia y el Evangelio, 279ss, y en su comentario al
Evangelio de S. Juan. En la Introducción a este último libro Bouyer afirma,
poniéndolo en relación con el Apocalipsis: “ces thèmes de la Lumière, de la Vie,
106 CAPÍTULO III
▪ ▪ ▪
52
Como afirma el teólogo francés, “dès les premiers mots du prologue évangélique
on voit bien que le monde chez saint Jean, pas plus que la chair chez saint Paul,
n’est mauvais par nature: il est l’oeuvre de la lumière”. Les deux économies, 524.
53
Cfr. ibid, 520.
54
“On peut alors dire qu’avec saint Jean comme avec saint Paul, non seulement le
monde, dans son principe, n’est qu’un rejaillissement de la gloire de Dieu, mais
que, dans sa fin ultime, la rédemption accomplie par le Christ, il doit être tout
entier comme absorbé dans cette gloire” Cosmos, 164.
108 CAPÍTULO III
55
“Tel semble le dernier mot de ce qu’on peut dire, à s’en tenir aux textes du
Nouveau Testament, sur cet avenir du cosmos dont le chrétien, dans la mesure
où il l’est, a comme un pressentiment, voire un avant-goût”. Ibid, 166.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 109
Entre los Padres que hacen frente a estas herejías destacan S. Ireneo –que
combate el error gnóstico–, S. Atanasio y S. Agustín –que se oponen a
Arrio–. Antes y después de estos defensores de la fe hay otros grandes
autores cristianos, que Bouyer considera relevantes en el desarrollo de la
doctrina sobre la creación. Pero la descripción de las dos herejías antes
mencionadas señala el núcleo de la discusión teológica sobre el mundo en
esta época. Con palabras del oratoriano,
“El gnosticismo no puede admitir que el Dios salvador sea el
mismo creador. El arrianismo, por el contrario, rechaza la
trascendencia de un Dios que no solamente se ha manifestado a
nosotros sino que nos ha entregado a Jesucristo. La salvación gnóstica,
entonces, no es más que una contra-creación, o más bien una
decreación. La salvación arriana, por su parte, no puede realmente
conferirnos nada que sobrepase mínimamente al mundo creado. El
salvador gnóstico no puede, de ninguna manera, mezclarse con nada
creado: su encarnación no es sino una apariencia o un falso pretexto.
El salvador arriano no puede ser visto más que como la primera
criatura”56.
La descripción del gnosticismo es compleja, pues se trata de una
doctrina que se comienza a desarrollar poco antes de la aparición del
cristianismo y que se va enriqueciendo a lo largo de casi dos siglos,
adoptando formulaciones muy distintas según la escuela de quien se trate.
Recibe varias influencias, entre las cuales se cuentan como principales la
cultura helenística, el mazdeísmo iraní, la cábala judía y el cristianismo. De
56
“Le gnosticisme ne peut admettre que le Dieu sauveur soit le même que le
créateur. L’arianisme, au contraire, refuse la transcendance du Dieu qui s’est
non seulement manifesté à nous mais livré pour nous et à nous en Jèsus-Christ.
Le salut gnostique, donc, n’est qu’une contre-création, ou plutôt une décréation.
Le salut arien, pour sa part, ne peut réellement rien nous conférer qui dépasse
tant soit peu le monde créé. Le sauveur gnostique ne saurait, en aucune manière,
se commettre avec rien de créé: son incarnation ne peut être qu’une apparence
ou un faux-semblant. Le sauveur arien, lui, n’est à tout prendre que la première
des créatures”. Cosmos, 167.
110 CAPÍTULO III
57
Cfr. Voz Gnosticismo, en: Diccionario de Teología, 300-302.
58
En: Sophia, 81-83 aparece el elenco de la bibliografía que utiliza el oratoriano en
su estudio sobre las distintas corrientes del pensamiento gnóstico.
59
Cfr. Cosmos, 171.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 111
60
“Nous pouvons dire à cet égard que les systèmes gnostiques se caractérisent par
le fait qu’ils s’absorbent entièrement dans ces trois confusions que nous avons
signalées comme présentes en filigrane dans tous les anciens mythes: de la
cosmogonie avec une théogonie, de la création donc avec la chute, et,
inversement, de tout salut posible avec une pure et simple décréation”. Ibid, 169.
61
Cfr. Cosmos, 172-174.
62
Cfr. Le Fils éternel, 372ss.
63
Cfr. Cosmos, 174. Bouyer cita De Principiis, 1, 2, 10; 1, 4, 3 y 2, 9, 1 y reporta el
conocido estudio de J. DANIÉLOU, Origène, Paris 1948, 208ss, 250ss.
112 CAPÍTULO III
Orígenes considera que el Hijo –el Logos– y el Espíritu Santo –el Pneuma–
han sido eternamente originados por el Padre; por medio de ellos ha sido
creado el mundo como una masa de espíritus puros, llamados a la
contemplación del Logos. Sin embargo, ellos han caído en la vida de la
materia, siguiendo diversas escalas de degradación; por eso hay diversos
tipos de criaturas: ángeles, hombres y demonios. Sólo uno de esos espíritus,
destinado a ser el alma de Cristo, se ha separado voluntariamente de ese
conjunto y ha descendido –manteniéndose, al mismo tiempo, junto al
Logos– para reintegrar a todos al pléroma del cual provienen.
Según Orígenes, en el mundo creado está presente la acción de las tres
Personas, de modo propio a cada una: el Padre es principio de todas las
criaturas, el Hijo interviene iluminando a las criaturas racionales y el
Espíritu da la vida a las almas santas 64 . A juicio de Bouyer hay varios
puntos problemáticos en la doctrina de la creación del alejandrino. En
primer lugar, la realidad material parece provenir únicamente del Padre,
cuya vida encuentra en la producción del cosmos: con esta afirmación
queda comprometida la trascendencia divina65. En segundo lugar, el Logos
es concebido como divino, pero Orígenes lo denomina déutheros theós –por
contraste con el Padre, que es autótheos–, dejando así la sospecha de un
cierto subordinacionismo; lo mismo ocurre con el Pneuma66. Por último, la
producción del mundo en el pensamiento origenista se presenta como
eterna.
Poco después hace su aparición el arrianismo, doctrina en la cual el
teólogo francés halla el mérito de que intenta acercar la noción griega del
cosmos a la revelación bíblica. Arrio concibe a un Dios que posee los rasgos
personales propios del Antiguo Testamento: deja de ser la Hénada del
pensamiento origenista para volver a ser el Dios de Abrahám. El problema
64
De Principiis, 1, 3, 5.
65
Cfr. Le Père invisible, 254-255.
66
Cfr. Le Consolateur, 149-151.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 113
67
“[I]l identifie création et production dans le temps. D’où la conséquence formelle
qu’il en tire: non seulement le Fils est créature avant même d’être incarné, mais,
même comme Fils antérieur au reste de la création, il n’a pas toujours existé: «il
y eut un temps où il n’était pas»”. Le Fils éternel, 380.
68
Cfr. L. BOUYER, L’Incarnation et l’Église Corps du Christ dans la théologie de saint
Athanase, Cerf, Paris 1943, 56-57.
114 CAPÍTULO III
69
Cfr. ibid, 136ss. Véase también este texto: “La Sagesse comme visión du monde
en Dieu est donc un thème tiré de l’Écriture par les plus anciens Pères. Mais il
faut en venir à saint Athanase pour qu’on la considère tendant à l’existence
distincte à travers l’histoire, et il semble que saint Augustin ait été le premier à
la contempler dans tout son accomplissement eschatologique”. Sophia, 102. Este
tema será retomado en el Cap. V de la Segunda Parte.
70
En este punto, Bouyer remite al Gran Discurso Catequético del Niseno, XXIIss.
71
Cfr. Cosmos, 179. Allí refiere a S. Gregorio de Nisa en De hominis opificio, 24 y De
anima et resurrectione, III, y remite al estudio de H. U. VON BALTHASAR, Présence
et Pensée, trad. fr., Paris 1942, 19ss.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 115
puesto que en primer lugar habrían sido creados los ángeles, los espíritus
puros, y sólo después los hombres72.
La relación que existe entre el universo material y el mundo espiritual es,
pues, un punto clave en el período patrístico. En primer lugar, frente a la
cuestión de cuál es el carácter primordial de la creación, según Bouyer se
responde que es espiritual73. Al mismo tiempo, “esto no significa que el
primer universo haya sido inmaterial, sino que se tiende a pensar que su
materialidad es como el tejido de los pensamientos comunes a los ángeles,
del mismo modo que ellos son una proyección en la multiplicidad de los
pensamientos divinos, unidos desde siempre en la eterna Sabiduría”74.
En segundo lugar, respecto a si en el mundo espiritual hay un orden, el
oratoriano considera –como ya se dijo– que, para los autores antiguos,
primero han sido creados los ángeles y después los espíritus encarnados.
La criatura humana habría aparecido para arrancar al cosmos de la caída de
los ángeles, como una especie de «ángel de sustitución»75.
72
“A partir au moins du commentaire de Basile sur l’Hexaemeron, les six jours de la
création, jusqu’à saint Augustin lui-même et ses successeurs dans le haut
Moyen Age, et au-delà, il se fera comme un consensus sur ce que la création est
d’abord création du monde angelique, des purs esprits comme tels”. Ibid, 181.
73
“La création première, ainsi donc, pour les anciens théologiens, est une création
personnelle”. SOLMS, E. (trad.), Anges et démons, textes patristiques, Introduction
par L. BOUYER, Éditions Zodiaque, collection «Points cardinaux», Saint-Léger-
Vauban 1972, 11. En adelante aparecerá citado simplemente como Anges et
démons. En este pasaje de Bouyer, el lector se queda con la expectativa de
encontrar las referencias a los textos de los autores antiguos que, sin embargo,
no aparecen.
74
“Cela ne signifie pas que le premier univers ait été immatériel, mais on tend à
penser que sa matérialité n’est que le tissu des pensées communes aux Anges,
tout comme ils sont eux-mêmes une projection dans la multiplicité des pensées
divines à jamais unes en la Sagesse éternelle”. Cosmos, 181. Sobre la relación del
universo espiritual –la criatura angélica y la criatura humana– y el mundo físico,
se tratará en el Cap. VI de la Segunda Parte.
75
“[P]our toute l’antiquité chrétienne, l’homme est essentiellement, en vertu même
du dessein le plus primitif de sa création, un Ange de remplacement”. L.
116 CAPÍTULO III
BOUYER, Le Sens de la vie monastique, Cerf, Paris 2008, 49. En adelante aparecerá
citado simplemente como Le Sens de la vie monastique. En otro momento afirma
el oratoriano que la idea del «ángel de sustitución» es de origen patrístico pero
la fórmula es de la teología latina medieval: cfr. ibid, 182. Sin embargo, en
ninguno de los dos textos cita –como sería de esperar– las referencias patrísticas
que sustentan esa afirmación.
76
Cfr. Le Père invisible, 325-326.
77
“Comme le dira Denys, le Pseudo-Aréopagite, [la création] c’est une «hierarchie
céleste». Elle prolonge au néant appelé à l’être la circulation d’amour et de vie
de la «thearchie divine», c’est-à-dire de l’éternelle Trinité. Pensées du Père en
son Verbe sur lesquelles s’est posée la présence de l’Esprit d’amour, les
créatures originelles, à son image, pensent et aiment. Le monde que nous
appelons visible n’est que cette pensé aimante, commune aux premières
créatures, objectivée à son tour par l’unique Créateur. C’est ainsi que l’univers
sensible proclame la gloire divine contemplée par la création invisible. Il n’est
que la communication et comme le lieu de la communauté entre les premiers
esprits créés”. Anges et démons, 11-12.
78
Sobre el pensamiento cosmológico de S. Máximo el Confesor, cfr. Sophia, 102.
123-124. Ver también: Cosmos, 178.
LA COSMOLOGÍA EN LA REVELACIÓN BÍBLICA Y EN LOS PADRES DE LA ANTIGÜEDAD 117
79
La doctrina del pecado original se tratará en la Segunda Parte, Cap. VI, 4, b.
80
Sobre la doctrina de la recapitulación en S. Ireneo, el oratoriano remite a Adversus
Haereses, 3, 18, 1; 4, 34, 1; y 5, 14, 2.
81
Cfr. Cosmos, 182.
118 CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV. LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN
LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA
SOCIEDAD TECNOLÓGICA
1. EL COSMOS EN LA ESCOLÁSTICA
1
Voz Escolástica, en: Diccionario de Teología, 251.
120 CAPÍTULO IV
2
Cfr. entre otros: Le Père invisible, 303ss y el Cap. 11 de: Le métier de théologien, 231ss.
3
Como ejemplo, véase la drástica opinión sobre la teología de S. Anselmo que
reportamos en la nota siguiente. Aunque en este trabajo no estamos en
condiciones de presentar toda la reflexión del oratoriano sobre el pensamiento
medieval, consideramos que a veces cae en generalizaciones, metiendo dentro
del mismo «saco» autores de épocas distintas. A pesar de su erudición y de
manifestar un amplio conocimiento de dichos teólogos, Bouyer –tal vez con el
objeto de subrayar algunos puntos que considera más relevantes– hace pocas
distinciones. En Cosmos, 183ss remite a varios estudios sobre el pensamiento
medieval, como los de E. GILSON, L’Ésprit de la Philosophie médiévale, Vol. I, Paris
1932, 1ss y 54ss; Jean Duns Scot, Paris 1952; y La philosophie au Moyen Age, Paris
1944, 240ss y 278ss; o el de M.-D. CHÉNU, La Théologie comme science au XIIIe siècle,
3e éd., Paris 1957, que sugerimos consultar para ulteriores precisiones sobre la
controversia entre dialécticos y antidialécticos, lo mismo que respecto al juicio
sobre los comentadores del pensamiento escolástico. En cuanto a los autores de
la denominada neo-escolástica, véase: E. CORETH et al (ed.), Filosofía cristiana en
el pensamiento católico de los siglos XIX y XX, T. 2: Vuelta a la herencia escolástica,
Encuentro, Madrid 1994, 43ss.
4
Dejando a salvo su santidad de vida, al referirse a la doctrina sobre Cristo y la
Redención contenida en el libro Cur Deus homo, Bouyer afirma que “est bien le
chef-d’œuvre qui a eu la plus pernicieuse influence sur toute la pensée
religieuse occidentale”. Le Fils éternel, 414. No podemos estar de acuerdo con
una valoración como esa de una obra que ocupa un lugar tan destacado en la
soteriología.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 121
5
Refiriéndose al nominalismo de Ockham, afirma el oratoriano: “La logique ultime
de cette position, comme elle se révélera plus tard, devrait aboutir à la
conclusion que la réalité est absolument dénuée de sens, et donc inconnaissable,
tout simplemente parce qu’il n’ya rien à y connaître”. Cosmos, 193.
122 CAPÍTULO IV
6
Voz Analogía en: Diccionario de Teología, 71. La referencia que se hace a S. Tomás es
De veritate, q. 2, a. 1 y q. 23, a. 7, ad 9.
7
“[S]ecundum scientiam et voluntatem, magis res sunt in Deo, quam Deus in
rebus”. Summa Theologiae I, q. 8, a. 3, ad 3. Véase Infra, nota 9.
8
Respecto al concepto de «panenteísmo», el oratoriano sostiene que de modo
propio se da ese nombre “(literalmente, que lo ven «todo en Dios») a sistemas
como el pensamiento de los renanos representado por el maestro Eckhart, o el
de Malebranche, o aun a ciertas formas modernas de la teología rusa, como la
del padre Sergio Bulgakov. El título convendría también a varias expresiones de
san Pablo («Dios todo en todos», 1 Cor 15, 28)”. Diccionario de Teología, 510.
Bouyer incluye en el mismo género formas de panenteísmo distintas entre sí,
puesto que una cosa es la doctrina de S. Pablo sobre la presencia de Dios en el
mundo y el mundo en Dios, y otra el sistema teológico que “intenta una
conciliación especulativa de teísmo y panteísmo. Habla de que todo está en
Dios. Dios es a la vez inmanente y trascendente. Es inmanente porque se
encuentra en las cosas, pero no de modo absoluto. Las sustancias de la
naturaleza son, sin embargo, Dios mismo. Es también trascendente, en el
sentido de que el mundo depende de Él y Él no depende del mundo. Dios no es
idéntico a la materia, porque incluye en su unidad indivisible una infinitud de
géneros posibles de ser (…) Esta teoría no salva la trascendencia divina y
mezcla físicamente a Dios en la suerte del mundo”. J. MORALES, El Misterio de la
Creación, Eunsa, Pamplona 1994, 127. Sobre el panenteísmo de Bulgakov y su
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 123
12
“Il résulte de tout cela que nous devons contempler la Sagesse divine, au sens du
plan de Dieu sur toutes ses créatures, comme tirée du Verbe éternel, où elle était
précontenue idéalement de toute éternité, pour entrer dans l’existence
autonome par l’acte créateur. De celui-ci, le Verbe lui-même est la source
immédiate, le premier principe de cet acte remontant cependant à la divine
Paternité qui fait du Verbe le Fils éternel”. Ibid, 131. El texto continúa con una
interesante alusión a la condición esponsal de la creación, que tiene relevancia
en la condición escatológica del mundo: “On ne peut manquer d’observer ici le
parallèle frappant avec ce que nous dit le chapitre 2 de la Genèse: sur Eve tirée
d’Adam. Cette création dégage pareillement la divine Sagesse, pour une
existence distincte, du Verbe Fils, tout en prédestinant les personnes angéliques
et humaines à une adoption participée de son éternelle filiation. Pour autant,
cette création même qui projette la Sagesse, pour ainsi dire, hors du Verbe, ne le
fait donc que pour l’y réunir librement, dans ce que l’Apocalypse appellera «les
Noces de l’Agneau» (Ap 19, 7)”.
13
“L’incarnation rédemptrice de celui-ci et l’habitation en nos cœurs du Paraclet,
en Dieu et pour lui, non seulement ne se séparent pas, mais, à proprement
126 CAPÍTULO IV
Esto no quiere decir que para S. Tomás el acto creador sea eterno o
necesario puesto que, por una parte, el tiempo es una criatura –o, mejor, ha
comenzado con la creación– y, por otra, la creación –operación ad extra de
Dios– es un acto libre, fruto de su amor. Pero, a la vez, en Dios no se
pueden separar los actos personales de conocimiento y amor infinitos –las
procesiones del Hijo y el Espíritu Santo– del modo como ellos se desbordan
en amor hacia las criaturas. En Dios, procesiones y misiones se dan con
designio eterno, si bien su reflejo en el mundo constituye el origen de la
historia –la creación– o tiene lugar en ella –la Encarnación y la
santificación–. El final de la historia será justamente la entrada del tiempo
en la eternidad de Dios, a través de la recapitulación del mundo en las
bodas del Cordero14.
Hasta aquí, pues, la «sofiología» de S. Tomás y su afirmación de la
libertad del acto creador. Pero hay otros aportes que el Doctor angélico
hace a la cosmología sobrenatural. Bouyer los pone en relación con el
nacimiento de la ciencia moderna, y por eso los trataremos en el apartado
que sigue a continuación.
Los dos grandes maestros del siglo XIII que, según el oratoriano,
completan el esplendor del pensamiento escolástico son S. Alberto Magno y
S. Buenaventura. Junto con S. Tomás de Aquino, encuentran en la ciencia
de Aristóteles un sistema lógico que resulta fundamental para sus ideas
sobre la realidad creada15. Pero la cosmología del pensador griego estaba
enraizada en los mitos, a pesar de que tenía el propósito de sustituirlos. La
teología escolástica, en cambio, sustituye esos mitos por los principios de la
Revelación, introduciendo la libertad y generosidad del Dios creador,
inseparable de su racionalidad suprema.
En efecto, para estos teólogos medievales “toda la realidad cósmica
depende, como de su único principio, de un Dios personal, que permanece
totalmente trascendente a él pero que, por este hecho, en su actividad ad
extra, su actividad creadora, puede combinar la contingencia con la
racionalidad” 16 . Trascendencia de Dios, libertad y contingencia de la
creación, y racionalidad del cosmos, son los principios que, según Bouyer,
ofrecen las posibilidades de existencia a la ciencia moderna, ya que son los
presupuestos para dar consistencia a un objeto exterior inteligible que
puede ser analizado a través del conocimiento científico.
De hecho, al describir los avances del pensamiento posterior, el
oratoriano pone de manifiesto que el sistema científico de Newton
presupone una realidad física sujeta a un mecanismo riguroso, estable, sólo
posible de ser concebido por un Logos. En su fase siguiente –la física de
Planck y Einstein– se combina el rigor de ese mecanismo con la
contingencia fundamental, que ha sido descubierta experimentalmente por
ellos. Esto resulta consonante –y, según el oratoriano, lo requiere a modo
15
En el caso de S. Buenaventura, sin embargo, el influjo que recibe del idealismo
platónico ubica su teología en un esquema más cercano al de Duns Escoto o
Suárez. Véase la voz Sistemas teológicos, en: Diccionario de Teología, 612-613.
También Le Père invisible, 316-318.
16
“[T]oute la réalité cosmique dépend, comme de son unique principe, d’un Dieu
personnel, qui lui reste parfaitement transcendant, mais qui, de ce fait, dans son
activité ad extra, son activité créatrice, peut combiner la contingence avec la
rationalité”. Cosmos, 188.
128 CAPÍTULO IV
17
“Tant que subsistera, dans le nominalisme, le maintien précaire d’une double
vérité, opposant celle de la révélation biblique, prétendûment sauvegardée, à
celle de la philosophie qui nie tout sens possible à l’existence et au monde (…)”.
Cosmos, 193.
18
Véase la voz Nominalismo, en: Diccionario de Teología, 473-474.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 129
19
Cfr. Cosmos, 201.
20
Cfr. Le Père invisible, 304. Sobre esta crítica global al pensamiento escolástico,
véase la nota 3 del apartado anterior.
21
“Partant de là, on devait en venir à ne plus voir dans le monde un cosmos qui
possède un sens, une orientation vers la transcendance qu’il avait jusque-là
communiquée à notre vie, mais seulement «des choses», des choses sans âme
dont nous nous saisissons avidement pour en tirer le maximum de jouissance
aux moindres frais”. Cosmos, 205.
130 CAPÍTULO IV
único que puede aunar a esos otros modos de conocer la realidad y darles
una dirección correcta22.
En los dos siguientes epígrafes se presentan las ideas de autores que son,
en opinión de Bouyer, paradigmáticos en su pensamiento sobre el mundo.
Primero se mencionan los científicos y filósofos surgidos en el marco del
empirismo inglés o el romanticismo alemán, y en segundo lugar aparece
una breve radiografía de una sociedad basada de modo preponderante en
una racionalidad instrumental o tecnológica.
22
“[La connaissance religieuse], incapable de se substituer aux autres, ou de les
résorber en soi, sera pourtant, si elle est authentique, la seule qui puisse les
réunir, ou plutôt les conjoindre, non pas en elle-même mais dans la direction
d’un foyer unique et transcendant de toute réalité, qu’elle ne peut certes ni
embrasser ni même toucher, mais tout juste désigner”. Cosmos, 195.
23
En su vehemente crítica al empirismo moderno, el oratoriano sigue los
planteamientos de A. N. Whitehead, como se anotó en el Cap. I.
24
Cfr. Cosmos, 221-222.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 131
existencia del universo material, sino que para él la realidad del cosmos no
se reduce a lo físicamente observable25.
El mundo tiene una existencia objetiva, que no depende de sus
observadores. Pero dicha existencia no se agota en las cualidades primarias,
mensurables, del universo –como la extensión, la masa o la velocidad– ni
en aquellas otras cualidades llamadas secundarias, como las sensoriales –
color, sonido, olor–, afectivas o estéticas; sino que, según Berkeley, la
existencia de la materia sólo es perceptible cuando entra en juego el espíritu.
Los objetos materiales son reales, no son una invención del sujeto. Pero
la realidad de las cosas involucra al espíritu humano, pues éste las conoce
por una abstracción de lo percibido a través de los sentidos, mediante un
acto del pensamiento consciente que incluye también a la voluntad. El
mundo material, pues, tiene un trasfondo espiritual, pues depende de la
existencia de sujetos que lo comprenden.
Esta idea de Berkeley está en relación, según Bouyer, con el
planteamiento cosmológico de algunos Padres de la Iglesia, especialmente
de S. Gregorio de Nisa, para quien el universo material constituye un
lenguaje de los espíritus inmateriales. Así,
“La conclusión [de Berkeley] será que el mundo material,
ciertamente, es espiritual en el sentido que es inseparable en su
existencia de la existencia de los seres espirituales; pero debe ser
reconocido como un lenguaje por medio del cual un espíritu creador
de la totalidad del universo entra en relación con la sociedad de los
espíritus creados que lo constituyen fundamentalmente, y los pone en
relación unos a otros”26.
25
Para una exposición más detallada del pensamiento de Berkeley, cfr. F.
COPLESTON, Historia de la Filosofía. Vol V: de Hobbes a Hume, Ariel, Barcelona 1993,
193-244.
26
“La conclusion sera que le monde matériel, bien certainement, est en fait lui-
même spirituel en ce sens qu’il est inseparable dans son existence de l’existence
d’êtres spirituels, mais doit être reconnu comme un langage par lequel un esprit
créateur de la totalité de l’univers entre en rapport avec la société des esprits
132 CAPÍTULO IV
1982, 290. Bouyer va más allá y afirma que Leibniz armoniza libertad y
necesidad en Dios, cosa que es más discutible (cfr. ibid, 269). El oratoriano, en su
interés por la cuestión de la trascendencia/inmanencia y necesidad/libertad
divinas, parece ir demasiado lejos.
29
Puede consultarse una breve introducción a la filosofía del romanticismo alemán,
en: F. COPLESTON, Historia de la Filosofía. Vol VII: de Fichte a Nietzsche, Ariel,
Barcelona 1996, 23ss.
30
Cfr. Cosmos, 227ss.
134 CAPÍTULO IV
31
“[R]assembler ces fragments, c’est le rôle du savant; les interpréter, du
philosophe; les imiter, selon l’expression de l’ancienne poétique, ou, plus
audacieusement encore les mettre en forme, en rétablir l’unité poétique
nouvelle, c’est le rôle du poète”. F. VON BAADER, Aesthetica in nuce, II, 261.
Citado en: Cosmos, 228.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 135
vida divina. Las ideas que están en el pensamiento de Dios se han hecho
acto en los ángeles. En cambio, el universo espacial y temporal proviene de
la contemplación de un ángel que se ha replegado sobre sí mismo: el
espíritu del mundo.
Como se puede observar, aparecen aquí temas que son retomados por la
teología de Bouyer: la Sabiduría divina de creación, el papel de los ángeles
en la producción del universo material, la condición femenina de la obra
creada. Según el oratoriano, sin embargo, Bautain ha quedado opacado por
la acusación de fideísmo irracional de la que ha sido objeto su teoría del
acto de fe32.
En continuidad con el pensamiento anterior aparece el alemán Anton
Günther (1876-1937) que, en opinión del oratoriano, es portador de una
teología dialéctica que anticipa la de K. Barth 33 . Günther sostiene, en
oposición a Kant, que el sujeto aprehende verdaderamente la realidad
cuando conoce su propia conciencia, puesto que allí el acto de conocer
coincide con su objeto.
El ser humano se presenta como un miscrocosmos, triple en su sustancia
y uno en su forma, ya que está compuesto por el cuerpo y el espíritu,
unidos formalmente en la conciencia individual. A partir de su propia
naturaleza se revela al hombre la naturaleza del universo como un todo: el
mundo material no es una materia inerte, sino que tiene vida propia. Es
también triple en su sustancia y uno en su forma, ya que está compuesto
por el espíritu, la naturaleza y su síntesis en la conciencia de quien lo
aprehende.
De un modo similar, es posible conocer a Dios a través del mundo, así
como se conoce al cosmos a través de la conciencia del hombre. El universo
refleja la naturaleza divina, no por una analogía directa sino por lo que
Günther denomina una «analogía contraria», pues el cosmos aparece como
la contra-posición de Dios. Por eso, si el mundo es uno en su forma y triple
32
Cfr. Cosmos, 229.
33
Cfr. Cosmos, 233ss.
136 CAPÍTULO IV
c. Civilización tecnológica
34
Al momento de escribir Bouyer estaba incoada, pero no del todo desarrollada, la
gran cantidad de avances de la tecnología que se ha verificado en las últimas
décadas. Hoy se podría añadir que la sociedad funciona con una racionalidad
tecnológica.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 137
35
“Ceci ne signifie pas que la technique ait rien en soi de mauvais. L’homme naît
en ce monde, de par la volonté de son créateur, nous dit la Genèse, pour le
cultiver. C’est dire qu’il naît technicien, la technique n’étant qu’un art de
comprendre la nature de manière à la faire servir à une fin consciemment
poursuivie. Mais cette fin, dans la visée de la création, devait être de glorifier le
créateur en développant son œuvre dans le sens d’un service mutuel des
hommes, qui les amène tous ensemble à vivre pleinement son dessein”. Cosmos,
254.
138 CAPÍTULO IV
36
En ibid, 237-249, el oratoriano hace una presentación detallada de algunos de los
avances científicos alcanzados hasta el momento en que escribe ese libro. No
nos detenemos aquí en esas explicaciones, porque nos parece que lo que
interesa a Bouyer es subrayar la insuficiencia de la racionalidad científica y
tecnológica para explicar la realidad de modo comprehensivo.
37
“[C]’est donc l’esprit, et non le hasard, qui n’est rien, ni une matière supposée
étrangère à toute spiritualité, ce qui n’a pas de sens, qui peut rendre intelligible
le devenir du monde”. Ibid, 246.
38
El oratoriano explica que el pensamiento científico ha puesto en crisis los
postulados deterministas del paradigma cartesiano, tanto en el ámbito de la
física, la química y la biología, como en las ciencias humanas. Cfr. la voz Ciencia,
en: Diccionario de Teología, 150-152.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 139
derivar en un impulso destructivo. Estos dos riesgos son los que denuncia
el oratoriano, de un modo especialmente dramático39.
Por ejemplo, muestra que algunos pensadores, incluso católicos, han
pretendido trasladar la idea positiva del progreso a determinadas
conclusiones en el ámbito teológico, creyendo ver un camino hacia el fin
sobrenatural de la humanidad. Según ellos, el desarrollo de la técnica en el
seno de una civilización cristiana constituiría un esfuerzo para recuperar
los dones preternaturales perdidos por el hombre después de la caída.
Otras propuestas, como el planteamiento de Teilhard de Chardin, o los de
Fedorov y Soloviev en el ámbito ortodoxo, perseguirían el mismo intento
de ver en el progreso humano un modo de desplegarse de la vocación
sobrenatural del hombre.
En su conjunto, el juicio del oratoriano sobre la situación moral de la
sociedad tecnológica es muy pesimista40. Para él, “es verdaderamente aquí
que tocamos el fondo de este deterioro de toda la creación hacia la cual una
civilización como la nuestra, absorbida y absorbiéndose en la tecnología, se
inclina inevitablemente”41. En opinión de Bouyer, no solo el mundo, sino el
hombre mismo, se han convertido en un instrumento de placer y de
39
Así se puede ver en su obra de cosmología sobrenatural. En otras obras tiene
afirmaciones más pacíficas como éstas: “sin negar la realidad ni el valor del
progreso técnico de la humanidad moderna, debe reconocerse una posible
ambigüedad en el efecto moral y espiritual de éste, desde el punto de vista
cristiano”. Voz Progreso en: ibid, 557-557.
40
Véase, p. ej., el siguiente texto: “cette réalité, telle qu’elle se présente actuellement,
est une réalité foncièrement brisée, et qu’aucune force humaine ou cosmique ne
peut réunifier”. L. BOUYER, Humain ou chrétien, o.c., 92.
41
“C’est vraiment ici que nous touchons le fond de cette détérioration de toute la
création vers laquelle une civilisation comme la nôtre, absorbée et s’absorbant
dans la technologie, penche inévitablement”. Cosmos, 260. En todo el Cap. XVI
(De la magie technologique aux mistiques cosmiques, pp. 251-264), el oratoriano
presenta este tipo de radiografía respecto a la sociedad tecnológica.
140 CAPÍTULO IV
42
La visión de Bouyer resulta demasiado negativa, como se pone de manifiesto en
algunos estudios sobre su pensamiento. Así, por ejemplo, “ce qui gêne
réellement, c’est plûtot l’intransigeance avec laquelle la modernité est enfermée
dans un jugement absolument negatif”. D. ZORDAN, Connaissance et mystère.
L'itinéraire théologique de Louis Bouyer, o.c., 737. Afrontaremos esta crítica cuando
presentemos la doctrina de Bouyer sobre el valor de la historia del mundo
respecto a su fin escatológico (Cap. VII).
43
Refiriéndose a la creación literaria de J.R.R. Tolkien, afirma el oratoriano: “C’est
là un parfait exemple du besoin pour l’homme moderne de se replonger dans
une humanité beaucoup moins sophistiquée, beaucoup plus proche du réel
intégré et qui considère le monde non pas comme une source de jouissance ou
de puissance matérielle, mais comme une source inépuisable d’évocation de la
totalité et de l’unité de la vie et de son expérience”. Le métier de théologien, 116.
44
“C’est dès les origines que l’approche qu’on peut dire poétique de la réalité a
conduit l’homme à voir dans le monde l’œuvre et le signe permanent de la
sagesse aimante de Dieu, ce qui est sa gloire”. Cosmos, 265.
45
“[U]n exercise supérieur de la raison”. Ibid.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 141
46
Bouyer sigue en esto a A.N. Whitehead, que considera que los poetas románticos
consiguen expresar la realidad del mundo que el sujeto individual conoce
mediante una experiencia personal, de contenido a la vez noético y estético. Cfr.
K. LEMNA, Mythopoetic Thinking and the Truth of Christianity, o.c., 77. Allí se
afirma lo siguiente: “Whitehead argues that the Romantic poets (…) rigthly
took their percepts as paths to noumenal reality and not as illusions. Indeed, he
argues, noumenal reality only exists in its full concreteness by ingression or
participation in the subjective domain”.
47
Vid. Supra, Cap. I, 3.
48
“Explicitement religieuse ou non, la poésie est toujours un pressentiment de ce
que nous venons de Dieu, de ce que tout nous le rappelle ou nous y ramène.
C’est bien pourquoi il n’est de poésie, même quand elle ne se formule pas en
louange, qui ne soit émerveillement”. Cosmos, 266.
49
“[C]ette note distinctive de la poésie cosmique qui será si typique de l’âme
moderne découvrant la vanité de sa conquête du monde, mais de ce coup
redécouvrant le monde de Dieu”. Ibid, 267.
142 CAPÍTULO IV
50
“[C]es deux poètes suggèrent, non l’identité, certes, mais la parenté d’une poésie
d’une pureté et d’une intensité exceptionelles avec la mystique”. Ibid, 287.
51
Cfr. ibid, 272.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 143
52
Así concluye el poema: “¡Vosotros, Fuentes, Prados, Colinas, Bosquecillos, / no
presagiéis que se separen nunca / nuestro amores! Siento en el corazón, hondo
/ vuestro poder: tan sólo he perdido un deleite, / el vivir bajo nuestro más
habitual dominio. / Al Arroyo que baja, ruidoso, lo amo ahora / más que
cuando, ligero como él, me tropezaba; / el fulgor inocente de otro día que nace
/ me sigue siendo amable; / las nubes que se juntan en torno al sol poniente, /
toman su colorido sobrio de una mirada / que ha velado la humana
mortalidad: ha habido / otra carrera, y otras palmas se han conquistado. /
Gracias al corazón que se hace vivir, / gracias a su ternura, sus gozos, sus
temores, / la menor flor me puede ofrecer pensamientos / a veces demasiado
hondos para las lágrimas”. Ode on the intimations of immortality from the
recollections of childhood, XI. La traducción está tomada de: Poetas románticos
ingleses. Byron, Shelley, Keats, Coleridge, Wordsworth. Introducción de J. M.
VALVERDE. Traducciones de J. M. VALVERDE y L. PANERO. Planeta, Barcelona
2000, 20-26.
53
Bouyer se refiere a dos poemas de Wordsworth donde se observa un esquema
parecido al anterior. Uno es Lines composed above Tintern Abbey (v. 22ss), que
narra el retorno a un lugar lleno de recuerdos que resurgen y hacen evidente la
profunda armonía del universo. El otro es Prelude, en el que, entre otras
imágenes (2o libro, vv. 232 ss), la comunión del niño con su madre que lo tiene
en brazos aparece como la primera impresión de la familiaridad del hombre con
el universo. Cfr. Cosmos, 276-279.
144 CAPÍTULO IV
54
“C’est-à-dire qu’à travers les réalités du monde, qui semblent se réarranger selon
l’ordre vital qui leur imprime un sens divin, le sens de la création, perce comme
une intuition qui s’ébauche du mystère du créateur lui-même”. Ibid, 287.
55
Respecto a la noción de Bouyer sobre el «panenteísmo», véanse las notas 8 y 9 de
este capítulo. Citamos un fragmento del poema que, a juicio del oratoriano,
ejemplifica de modo paradigmático su afirmación sobre Wordsworth: “By one
pervading spirit / Of tones and numbers all things are controlled, / As sages
taught, where faith was found to merit / Initiation in that mystery old. / The
heavens, whose aspect makes our minds as still / As they themselves appear to
be, / Innumerable voices fill / With everlasting harmony (…) / Break forth into
thanksgiving, / Ye banded instruments of wind and chords; / Unite, to
magnify the Ever-living, / Your inarticulate notes with the voice of words! /
Nor hushed be service from the lowing mead, / Nor mute the forest hum of
noon (…) / As Deep to Deep / Shouting through one valley calls, / All worlds,
all natures, mood and measure keep / For praise and ceaseless gratulation,
poured / Into the ear of God, Their Lord! (…) / A Voice to Light gave Being; /
To Time, and Man his earth-born chronicler; / A Voice shall finish doubt and
dim foreseeing, / And sweep away life’s visionariy stir (…) / [T]hough earth be
dust / And vanish, though the heavens dissolve, her stay / Is in the WORD, that
shall not pass away”. On the Power of Sound, XII-XIV. No hemos encontrado una
traducción de este poema.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO EN LA ESCOLÁSTICA, LA CIENCIA MODERNA Y LA SOCIEDAD
TECNOLÓGICA 145
▪ ▪ ▪
56
Aparte de los autores citados en este epígrafe, Bouyer menciona más brevemente
a Shelley, Keats, Novalis, Baudelaire y Nerval, y a algunos más contemporáneos
como Claudel, T.S. Elliot y Rilke. Cfr. Cosmos, 288-291.
57
“Ici s’achève notre pérégrination au long de l’histoire du salut, qui se trouve être
en même temps celle de la révélation. Nous l’avions entreprise pour tenter de
discerner, à travers l’accomplissement du dessein divin, quelque ombre ou
quelque image de la figure divine qui s’y projette en y prolongeant, pour ainsi
dire, l’élan de cet amour que Dieu a en propre, à ce point qu’il l’est”. Ibid, 295.
SEGUNDA PARTE: DE LA VISIÓN DE DIOS EN EL
MUNDO A LA VISIÓN DEL MUNDO EN DIOS.
REFLEXIÓN TEOLÓGICA SOBRE EL COSMOS
CAPÍTULO V. LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD
1
Recuérdese el texto citado en la nota 6 de la Introducción. Véase también: Le Père
invisible, 286ss.
2
Según Bouyer, Spinoza fue quien por primera vez definió los conceptos de
trascendencia e inmanencia divinas. Cfr. las voces Inmanencia y Trascendencia en:
Diccionario de Teología, 359-360.632.
150 CAPÍTULO V
3
“La production d’un monde, de tous les mondes possibles et imaginables ne
saurait correspondre à cet infini de l’amour de Dieu, de cet amour qu’est Dieu”.
Cosmos, 298-299.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 151
4
Un estudio completo sobre este tema es el de G. BRUTÉ DE RÉMUR, La théologie
trinitaire de Louis Bouyer, o.c.
5
Sobre esta afirmación, entre muchos otros textos, cfr. Le Consolateur, 438.
6
“[A]vec la génération du Fils va de pair la procession de l’Esprit, dans laquelle le
don même que le Père fait au Fils, qui constitue le Fils dans sa propre
permanente actualité, reposant sur lui, devient pour lui-même don de se donner
à celui qui lui a tout donné et ne cesse de le lui donner. Ainsi, sans que la vie
divine ait jamais pour cela à s’arrêter, à se stabiliser, elle remonte au Père du
même coup qu’elle en découle, elle se récapitule par l’Esprit dans le Père, par le
fait même d’en procéder ainsi”. Le Père invisible, 371.
152 CAPÍTULO V
7
Respecto al amor divino como agapè y su diferencia con la palabra griega eros, que
sirve para significar otros aspectos del amor, cfr. Le Consolateur, 433ss.
8
El oratoriano afronta ampliamente en sus obras el significado del «misterio
cristiano» que, siguiendo la teología de S. Pablo, sólo se desvela en la revelación
del Padre por medio de Jesucristo en la Cruz. Entre los varios textos en los
cuales desarrolla este tema, consúltese sobre todo: L. BOUYER, Mysterion. Du
mystère à la mystique, o.c.
9
Al reflexionar sobre la aparición de este mundo tal como es, y no de otros
mundos posibles, Bouyer critica el concepto de potentia absoluta. A juicio del
teólogo francés, este término esconde el temor de que la potencia divina quede
reducida por la existencia real de lo finito. Pero una creación –que, por
definición, es limitada– manifiesta justamente lo contrario: demuestra, por la
incapacidad que tiene de darse a sí misma la existencia, que existe una causa
infinita del ser creado. Es lo que afirma en este texto: “C’est ici, en effet, qu’on
peut et qu’on doit dénoncer le sophisme de cette potentia absoluta que la
scolastique nominaliste a cru devoir attribuer à Dieu pour qu’il fût
effectivement ce souverain qu’affirme la Bible, comme s’il ne pouvait l’être
qu’en tenant pour rien tout ce qui n’est pas lui (…) L’infini réel, bien au
contraire, n’est en rien diminué, tout simplement parce qu’il n’est en rien affecté
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 153
par l’existence à côté de lui (si l’on peut dire) du fini. Bien davantage, et c’est
tout le sens de ce que nous appelons la création, plus il en produira, car lui seul
est capable de l’appeler à l’être, cependant qu’il n’y a pas de limite assignable à
tout ce qu’il peut y appeler, et plus ce fini, par sa seule existence, laquelle ne
saurait procéder que de l’infini, attestera que celui-ci l’est effectivement”.
Cosmos, 303. En S. Tomás de Aquino, la distinción entre potentia absoluta y
potentia ordinata es un intento de adentrarse en el misterio de la omnipotencia
divina. Según el Aquinate, “nada se opone a que en la potencia divina haya
cosas que Dios no quiere y que no estén contenidas en el orden que estableció
en el mundo (…) [D]ecimos que aquello que se atribuye a la potencia
considerada en sí misma lo puede Dios por potencia absoluta, y esto es todo
aquello en que se puede salvar la razón de ser, conforme hemos dicho, y, en
cambio, lo que se atribuye a la potencia divina en cuanto ejecuta el mandato de
la voluntad justa, se dice que lo puede Dios por potencia ordenada”. S. Th. I, q. 25,
a. 5 ad 1. Da la impresión que el oratoriano, más que la distinción del Aquinate,
se queda con la evolución del concepto de potencia absoluta en algunas
exacerbaciones de los planteamientos de Escoto y Ockham. Sobre este tema, que
resulta más complejo de lo que Bouyer parece suponer, sugerimos consultar el
estudio de J. VERDIÁ, Potentia Dei absoluta et ordinata. Un estudio en Tomás de
Aquino y Duns Escoto, Pontificia Università della Santa Croce, Roma 2015.
10
Cfr. por ejemplo: Sophia, 139-140. El texto de S. Ireneo es el de Adversus Haereses,
IV, XX, 1: “Non ergo angeli fecerunt nos nec nos plasmaverunt, nec angeli
potuerunt imaginem facere Dei; nec alius quis, praeter Verbum Domini, nec
virtus longe absistens a Patre universorum. Nec enim indigebat horum Deus ad
faciendum quae ipse apud se praedefinierat fieri, quasi ipse suas non haberet
manus. Adest enim ei semper Verbum et Sapientia, Filius et Spiritus, per quos
et in quibus omnia libere et sponte fecit, ad quos et loquitur, dicens: Faciamus
hominem ad imaginem et similitudinem nostram” (PG VII, 1032).
154 CAPÍTULO V
Hijo; éste es al mismo tiempo el único objeto del amor divino, sobre el
cual reposa desde siempre el Espíritu; en éste, a su vez, el amor, en su
sujeto y su objeto, no es más que un solo amor.
Pero, como esta necesaria fruición eterna del amor, como dice
Ruysbroeck, se lleva a cabo en la libertad absoluta del Espíritu, que es
el amor donado y recibido –donado al mismo tiempo que recibido–,
esta libertad se derrama en una existencia distinta para cada uno de
los posibles pensamientos que envuelve, en su unidad, el único
pensamiento necesario de Dios que es su Hijo y Verbo. Posándose
sobre cada una de esos pensamientos, el Espíritu los hace ser
posibilidad particular de amor recíproco, convirtiéndolos en
posibilidad actual de amor recibido del Padre en el Hijo”11.
Según esto, el Espíritu Santo –que es a la vez sujeto y objeto del amor del
Padre y del Hijo– es fuente de la vida creada de un modo particular:
haciendo que los pensamientos posibles del Padre en el Hijo sean llamados
a una existencia distinta del ser divino. Este llamamiento se produce al ser
amados en el agapè eterno que existe dentro de la Trinidad.
Esta relación entre vida trinitaria y creación que presenta Bouyer, es un
intento de respuesta a la pregunta por la trascendencia e inmanencia
divinas respecto al mundo. Dios es trascendente porque su ser y el del
universo creado son totalmente distintos. La obra creada no añade ni
11
“La connaissance, en Dieu, en tant qu’elle est et ne peut être que connaissance de
Dieu même, n’a donc pas d’autre objet que l’unique objet, infini, qu’est le Fils,
en même temps le seul objet de l’amour divin, et sur lequel repose à jamais
l’Esprit, en qui l’amour, dans son sujet et son objet, n’est qu’un seul amour.
“Mais, comme cette nécessaire fruition éternelle de l’amour, comme dit
Ruysbroeck, s’accomplit dans la liberté absolue de l’Esprit, qui est celle de
l’amour donné et reçu, et donné encore en même temps que reçu, cette liberté
rejaillit en existence distincte pour chacune de ces pensées possibles
qu’enveloppe, dans l’unité, l’unique pensé nécessaire de Dieu en son Fils et
Verbe. Se posant sur chacune d’elles, l’Esprit la fait être comme possibilité
particulière d’amour réciproque en la faisant possibilité actuelle d’amour reçu
du Père dans le Fils”. Le Consolateur, 441-442.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 155
12
Como se puede ver, en esta formulación está implícita la verdad sobre la
creación ex nihilo, a la cual el teólogo francés sólo se refiere en passant en sus
obras. Esta doctrina hace parte de sus presupuestos, pero el propósito de la
reflexión de Bouyer no es ahondar en la estructura metafísica de la creación,
sino en la relación entre Dios y la criatura. Esto le ha valido algunas críticas,
entre ellas la siguiente sobre su libro Cosmos: “Le défaut principal de cet
ouvrage vient, nous semble-t-il, de ce que l’A. n’entre pas dans une
considération du monde et de la création en usant d’un langage métaphysique.
Le sens du mot création, tel qu’il est élaboré par l’Écriture et par la tradition
chrétienne, est lié à un propos métaphysique: celui de la création ex nihilo. La
tradition a privilégié ce thème pour dire la sainteté de Dieu et sa transcendance.
Ne pas le retenir comme essentiel dans l’élaboration des sages et des Pères est
une carence”. J.M. MALDAMÉ, Sciences de la nature et théologie, «Revue Thomiste»
86 (1986), 307.
13
“Cela signifie qu’en sa vie trinitaire, Dieu est, et donc a en lui-même, tout ce qui
peut exister, de sorte que non seulement rien ne saurait s’ajouter à lui comme
du dehors mais que cela n’aurait aucun sens de supposer qu’il pût de lui-même
progresser”. Cosmos, 302.
156 CAPÍTULO V
14
S. Th., I, q. 45, a. 3, ad 1. Cfr. Cosmos, 303.
15
“[L]a théologie thomiste est un des plus nobles efforts, et des plus réussis, pour
nous faire comprendre comment Dieu s’est révélé, dans notre création et dans
notre salut, comme le Vivant qui fait vivre, autant qu’il se peut dans cette vie et
sans prétendre y dissiper un mystère qui ne le sera même pas dans l’éternité.
C’est-à-dire qu’il est le Dieu vivant dans un sens qui dépasse tout ce que nous
pouvons concevoir, dans une fécondité qui est celle de l’infini lui-même. Mais il
ne se révèle à nous que par la façon, suprêmement incompréhensible, dont il a
voulu comme déborder hors de lui-même, pour faire être le fini que nous
sommes, et de telle sorte qu’il l’unisse, l’associe, l’identifie à son infini sans pour
cela l’y resorber”. Le Père invisible, 313.
16
“C’est ici que nous allons découvrir comment cette transcendance de Dieu, qui
est celle de son agapè, va de pair avec son immanence au monde, qu’il vaudrait
mieux, suivant une remarque de saint Thomas dans le De veritate, appeler une
présence en lui-même de ce monde”. Cosmos, 301. La referencia que se hace al
De veritate es la q. 4, a. 8.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 157
17
“Porque la leve tribulación de un instante se convierte para nosotros,
incomparablemente, en una gloria eterna y consistente” (2 Cor 4, 17).
18
“C’est donc éternellement, et, en un sens, absolument, que Dieu, non seulement
accepte l’ingratitude de notre péché, mais qu’il fait siennes la douleur et la mort
qui ne pouvaient s’en séparer. Et, comme l’établit lumineusement Maxime le
Confesseur, si ce n’est qu’en la personne du seul Fils que tout cela, qui n’est que
nôtre, il le fait sien, la Trinité indivisible du Père et de l’Esprit avec le Fils
l’accepte”. Sophia, 137.
19
“Encore une fois, en engendrant son Fils et son Verbe, le Père le produit comme
devant s’incarner de notre chair, dans notre humanité devenue pécheresse…”.
Cosmos, 304. Como se ve, evitamos utilizar el verbo «producir», que es el que
utiliza Bouyer en el original, por la implicación que puede tener ese vocablo en
castellano al ser referido a la procedencia de una Persona divina.
158 CAPÍTULO V
20
“[L]e Père produit aussi cet Esprit comme devant nous être donné (…)”. Ibid, 305.
21
“Quelle différence, alors, pour Dieu même, y a-t-il entre la vie qu’il engendre en
son Fils, anime en son Esprit, et celle qu’il crée en nous pour nous adopter en
lui? Simplement ceci que la première exprime directement la nécessité inhérente
à son essence, qui est d’aimer, cependant que la seconde en traduit d’abord la
souveraine liberté. Encore n’est-ce que de notre point de vue que cette
distinction enveloppe une apparente opposition. Tout comme la nécessité du
déploiement éternel de son amour n’est aucunement contrainte, la liberté de sa
communication à nous n’est en rien fortuite ou accidentelle. Tout ce que nous
pouvons dire, sans pouvoir aucunement nous le représenter ni même le
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 159
concevoir, c’est qu’en Dieu la liberté n’est que l’envers de la nécessité la plus
profonde de son être, tout comme la nécessité n’est que l’infinité de sa liberté
souveraine”. Ibid, 305-306. En otro texto ofrece una respuesta similar: “Comme
la création, pour nous, de notre point de vue essentiellement temporel, est
l’événement premier, en tant que cette création elle-même entraîne ce
déroulement du temps qui est propre à notre existence d’êtres limités, pour le
Dieu créateur, qui ne change pas, c’est un acte éternel, inclus, pour ainsi dire,
dans la génération de son Fils. De même (et, serait-on tenté de dire, a fortiori), sa
volonté effective de nous associer à sa propre vie, de nous adopter en ce Fils
malgré notre péché, par son incarnation en la chair même de ce péché, et ainsi
de nous assurer finalement le don même de l’Esprit de filiation —en dépit de
notre chute antérieure—, est éternelle, bien que l’effet en soit pour nous
l’événement sauveur, compensation à ce point inouïe de notre faute qu’on en
viendra à s’écrier: «O felix culpa!»” Sophia, 135.
160 CAPÍTULO V
22
Cfr. Cosmos, 306. La referencia de S. Máximo es Quaest. Ad Thalassium, 60 (PG 90,
col. 620 ss.). La idea de que en la eternidad divina está como incluido el misterio
de la pasión del Verbo encarnado es una constante en el pensamiento del
oratoriano. En desacuerdo con esa afirmación, véase: A. BIROT, Bouyer, entre
Thomas et Balthasar, «Laval théologique et philosophique» 67, 3 (2011). El autor
de este estudio –que es un comentario a la obra Le Mystère Pascal– afirma que
“Bouyer prête nouvellement le flanc à la critique, dans la mesure où la pensée
qu’il cherche à développer manque la distinction (…) entre le mystère de l’être
même de Dieu (immanent), et la décision par rapport au monde (…)” (p. 513). Por
otro lado, hablar del Cordero inmolado antes de la creación del mundo –como
hace S. Máximo el Confesor y, más recientemente, dos autores apreciados por
Bouyer: S. Bulgakov y H. U. von Balthasar– es cuestión delicada, aparte de que
se trata de una interpretación de un versículo del libro del Apocalipsis (13, 8)
que resulta discutible desde el punto de vista exegético. Así lo reconoce el
propio oratoriano (cfr. L. BOUYER, Le Mystère pascal. Méditation sur la liturgie des
trois derniers jours de la semaine sainte, Cerf, Paris 1965, 31, nota 5). Sobre este
tema, cfr. A. CORDOVILLA, Gramática de la Encarnación. La creación en Cristo en la
teología de K. Rahner y Hans Urs von Balthasar, UPCO, Madrid 2004, 312-313, nota
149.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 161
23
“Sous un premier aspect, cette Parole de Dieu, son contenu, si l’on veut, c’est le
Nom de Dieu, puisque c’est le Père même qui, en tant que Père, s’exprime dans
le Fils. Mais, sous un second aspect, cette même Parole de Dieu, de toute
éternité, contient tout ce qu’il appellera jamais à l’être par le Fils, dans l’Esprit,
et par-dessus tout cet être à l’image de Dieu qu’est par excellence l’être humain,
y compris sa vocation à la ressemblance vivante avec son modèle, dans le Fils
incarné, par l’Esprit Saint. C’est à ce second aspect de la divine Parole proférée
de toute éternité dans le Fils avant de retentir dans l’histoire qu’elle devait
consommer que convient l’appellation de Sagesse”. Cosmos, 306.
24
Aparte del completo estudio –ya mencionado– de A. CATAPANO, La sofiologia di
Louis Bouyer, prolegomeni per un'antropologia teologica, o.c., existe una buena
bibliografía secundaria sobre el concepto de Sabiduría en Bouyer. Entre otros,
véanse: D. ZORDAN, De la Sagesse en théologie. Essai de confrontation entre Serge
Boulgakov et Louis Bouyer, o.c.; K. LEMNA, Louis Bouyer's Sophiology: A Balthasar
Retrieval, «The Heythrop Journal» 52 (2011); y J. SERVAIS, La «Sagesse», nombre
d'or de la théologie selon Louis Bouyer, «Gregorianum» 95, 4 (2014).
25
Cfr. Confessiones, XII, 15, 20. En ese texto, S. Agustín se refiere tanto a la Sabiduría
increada (“plane coaeterna et aequalis et per quam creata sunt omnia et in quo
principio fecisti caelum et terram”) como a la Sabiduría creada. Cfr. Sophia, 92 y
véase también Supra, Cap. III, 3. En Cosmos, 177, nota 36, Bouyer sugiere el
162 CAPÍTULO V
según la cual “la Sabiduría divina, por la cual Dios se piensa eternamente,
incluye el pensamiento que Él tiene sobre todas las cosas que llegará a
crear”26.
También S. Tomás de Aquino entiende la Sabiduría como el eterno
pensamiento del Padre, en el cual concibe al Hijo y está como incluida toda
creación posible 27 . Sin embargo, Bouyer considera que esta doctrina ha
quedado refundida, pasando muchas veces inadvertida en la teología
occidental posterior. Por eso vuelve a ella a través de los teólogos orientales,
sobre todo de G. Palamas, y de autores rusos como V. Soloviev y S.
Bulgakov. Este último, a quien el oratoriano reconoce como fuente de
inspiración de su doctrina sobre la Sabiduría divina, intenta una respuesta
al tema de la inmanencia y trascendencia divinas28.
33
“[L]a Sagesse divine: le projet de Dieu sur le cosmos tout entier, en tant que
cosmos, c’est-à-dire en tant que ce tout du monde en qui le Père invisible doit
être finalement tout en tous, par l’incarnation du Fils éternel et son unión
consommée avec l’Eglise toute entière des premiers-nés dont les noms sont
inscrits dans les cieux”. Le Père invisible, 376.
34
Por el vínculo que hay entre Sabiduría y creación, se podría calificar de
«sofiológica» a la cosmología de Bouyer. Sin embargo, evitamos ese término
porque –como se dijo antes– el propio autor lo elude. Lemna utiliza dos
expresiones para mostrar la relación entre Trinidad, Sabiduría y creación en el
pensamiento del oratoriano. En su tesis doctoral, se refiere a un «panenteísmo
trinitario»: K. LEMNA, Trinitarian Panentheism: A Study of the God-World
Relationship in the Theology of Louis Bouyer, o.c. En otro estudio se refiere a
«cosmología trinitaria»: K. LEMNA, Louis Bouyer and Alfred North Whitehead. A
Dialogue in Trinitarian Cosmology, o.c.
35
“C’est en concevant, en produisant le Fils, et comme à l’intérieur de sa
production, que Dieu conçoit, produit la Sagesse. C’est à l’intérieur de la
récapitulation du Fils dans le Père par l’Esprit que la Sagesse elle-même
récapitule en Dieu tout l’histoire qu’elle embrasse”. Le Trône de la Sagesse, 280.
166 CAPÍTULO V
36
P. ej., véase las páginas de L. ALONSO, C. BASEVI, La cristologia de Louis Bouyer, o.c.,
262-267.
37
“A quel point cette distinction, et même cette liberté, de la créature est incluse
dans la Sagesse divine, ce qui le montre le mieux, c’est que la Sagesse suppose
et comprend le fait du péché, sa permission par Dieu, sa réalisation effective.
Mais elle le comprend comme à l’intérieur de la rédemption, de la réintégration
dans l’amour, de l’universelle réconciliation et de l’universelle récapitulation”.
Le Trône de la Sagesse, 279. La misma idea en L. BOUYER, L’Église de Dieu, Corps du
Christ et Temple de l’Esprit, Cerf, Paris 1970, 671: “[la Sagesse] inclut dans
l’amour divin la possibilité d’une chute, de la rechute au néant de ce néant aimé
de Dieu que sera la créature, avec la réparation de cette chute par l’Unique bien-
aimé de son amour qu’est le Fils éternel”. En adelante, esta obra aparecerá
citada simplemente como L’Église de Dieu.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 167
38
Cfr. Le Fils éternel, 497ss.
168 CAPÍTULO V
39
“Il en est ici, en effet et a fortiori, comme lorsque nous appelons Dieu créateur.
Évidemment, sa création ne peut s’accomplir sinon dans le temps, puisque le
temps n’est pas autre chose que la mesure de la vie créée. Mais, de la part de
Dieu, cela n’implique aucune temporalité. Il nous crée dans le temps, mais de
son éternité, dans son éternité, dont il ne pourrait sortir sans cesser d’être Dieu.
C’est donc éternellement que Dieu crée, bien que sa création soit,
nécessairement dans le temps (Cf. Sum Theol. Prima pars, Q. 46, a. 1,
spécialement ad 10 um): il est éternellement créateur”. Le Fils éternel, 485.
40
“[P]as plus que cette unité de l’essence divine ne supprime la Trinité des
personnes du Père, du Fils et de l’Esprit (…) elle ne supprime non plus la
distinction des créatures, pas plus en Dieu qu’en elles-mêmes”. Cosmos, 310. En
otro texto afirma: “Certes, cela ne signifie nul panthéisme, car si nous ne
sommes rien qu’en étant suscités par Dieu pour être divinisés en lui, il n’y a pas
de symétrie, et lui est, et est tout, sans nul besoin de nous”. Le Père invisible, 374.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 169
41
L. BOUYER, Introducción a la vida espiritual, Herder, Barcelona 1964, 184-185.
42
La teología occidental y, sobre todo, la tradición tomista desarrolla la doctrina de
la gracia para entender este misterio de la elevación de la criatura a la vida
divina, mientras que la teología oriental se vale del concepto de energías
divinas que hemos mencionado. No profundizamos en la discusión, porque
excedería los propósitos de este trabajo. Sobre este tema y, en general, la
170 CAPÍTULO V
finalement coïncider avec lui. Incréées en elles-mêmes, elles sont donc créées
dans leurs effets, comme la Sagesse, bien que n’ayant pour fin ultime que de les
ramener à l’incréé”. Le Consolateur, 448.
44
“La Sagesse divine, telle qu’elle est éternellement en Dieu n’est donc en
définitive que l’ensemble incréé, l’unité fondamentale, fontale, de ces énergies
divines qui se déploient successivement, par le don de l’Esprit, au cours de la
création et de son histoire, et qui se font pour autant distinctes de l’essence
immuable de Dieu, mais seulement d’une distinction de raison”. Cosmos, 310.
172 CAPÍTULO V
45
Zordan considera que la Sabiduría increada se identifica con la «humanidad
eterna del Verbo», que es un concepto utilizado por Bouyer para describir un
«algo humano» que hay en el Hijo, del cual somos figura. Cfr. D. ZORDAN, De la
Sagesse en théologie. Essai de confrontation entre Serge Boulgakov et Louis Bouyer, o.c.,
281. En nuestra opinión, una identificación tout court de ese concepto con el de
Sabiduría increada resulta reductivo, puesto que la Sabiduría increada expresa
todo el pensamiento del Padre en el Hijo con respecto a lo que llegará a ser la
entera creación. Bouyer sólo habla de la «humanidad eterna del Verbo» en unas
cuantas páginas de su estudio de Cristología (cfr. Le Fils éternel, 483ss), para
referirse al modelo eterno de humanidad que se encuentra en el Verbo, ya que
todo –también el hombre– ha sido creado por Dios en Él: “C’est en Dieu, et en
Dieu seul, qu’est le modèle de toute humanité accomplie” (p. 483). Este
concepto, tomado de la teología de Bulgakov, no aparece en las obras
posteriores del oratoriano. Sugerimos consultar el estudio doctoral de P. VIVES
PÉREZ, La singularidad de Cristo. Perspectivas convergentes en la cristología católica
contemporánea, Pontificia Università Gregoriana, Roma 2004, 142-168.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 173
46
“Le Fils est ainsi le Verbe où Dieu s’exprime tout entier, dans l’uni-totalité de son
être, en même temps que la Sagesse, où il exprime tout être, tous les êtres
possibles et qu’il veut être comme autant de pensées particulières à l’intérieur
de sa conscience infinie. En Dieu, par le Père qui les conçoit éternellement, ils ne
font qu’un dans leur conception même avec le Verbe filial. Et, dans la
connaissance ou pré-connaissance qu’il a de chacune de ces pensées, de ces
idées divines, non pas dans une abstraction qui ne saurait avoir de sens que
pour nous mais dans toute la réalité concrète de leur devenir jusqu’à son terme,
ils sont un avec lui pareillement, dans ce qu’on pourrait appeler une sur-
connaissance”. Le Consolateur, 441.
174 CAPÍTULO V
47
Cfr. Le Trône de la Sagesse, 283. En el siguiente epígrafe se desarrollará el tema de
las realizaciones históricas de la Sabiduría de creación.
48
Como se vio antes, esto es lo que, en opinión de Bouyer, contiene la enseñanza
de S. Tomás en las primeras cuestiones del De Veritate. Cfr. Sophia, 128ss.
49
“La sophiologie, c’est-à-dire (…) la doctrine de la Sagesse divine (…) par laquelle
Dieu se pense éternellement, inclut la pensée qu’il a sur toutes choses qu’il
créera jamais. Cette Sagesse de création, d’autre part, dans sa fin comme dans
son origine, doit s’identifier à la Sagesse incréée, puisque Dieu ne pense toutes
choses qu’en son Fils, comme destinées à être récapitulées en lui par l’Esprit,
pour la divinisation ultime de l’homme lui-même et, par là, non seulement du
monde intelligible, spirituel, auquel il appartient par son âme, mais également
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 175
▪ ▪ ▪
du monde physique dont son corps est tissé, et auquel on ne peut l’arracher”. Le
Père invisible, 289.
50
Sobre este tema soy deudor del trabajo de J. CARBONELL (en curso), “Être sanctifié
pour sanctifier”. La sainteté dans le monde et la sanctification des réalités terrestres
dans les écrits de Louis Bouyer, Pontificia Universitas Sanctae Crucis, Roma, I, B, 2,
a. El esquema exitus-reditus está inspirado en el pensamiento platónico y es
adoptado por algunos Padres de la Iglesia. Entre ellos, Bouyer se refiere a la
doctrina de S. Ireneo sobre la recapitulación (cfr. L. BOUYER, La spiritualité du
Nouveau Testament et des Pères, Aubier Montagne, Paris 1966, 281ss) y al Pseudo
Dionisio (cfr. L. BOUYER, Le Mystère pascal. Méditation sur la liturgie des trois
derniers jours de la semaine sainte, o.c., 134, nota 25). A partir del conocido estudio
de M.-D. CHÉNU, Introduction à l’étude de saint Thomas d’Aquin, Vrin, Paris 1950,
se comienza a sostener que la Summa Theologiae sigue el esquema exitus-reditus,
tema que será objeto de debate teológico. No nos interesa ahora entrar en esa
discusión, que excede los límites de esta investigación.
51
Cfr. Cosmos, 308.
176 CAPÍTULO V
“en tanto que participable por las criaturas, en tanto que incluye en ella
misma la posibilidad realizada por el pensamiento y la voluntad divinas de
su existencia distinta”52. Cuando se produce el acto creador, se verifica esa
existencia distinta de Dios: por eso la Sabiduría es el principio de la
creación en la teología de Louis Bouyer. El reditus es la recapitulación de la
creación en Dios mediante lo que el teólogo francés denomina las «bodas
del Cordero y de la Sabiduría», que se tratará en el último capítulo de esta
tesis.
El mundo, en definitiva, es un despliegue temporal de la Sabiduría
divina, cuyo fin es manifestar la gloria de Dios. Es eso lo que afirma Bouyer,
en un párrafo que sirve para resumir el planteamiento expuesto en este
epígrafe e introducir el siguiente:
“La esencia del mundo y de todo lo que él contiene, en tanto que
esencialmente limitado, no se realiza sino en su existencia temporal.
Ambas –esencia y existencia– son distintas de la existencia de Dios
que, por su parte, es una sola cosa con su esencia ilimitada. Pero como
ellas proceden de esta última, no tienen otro sentido que tender hacia
ella, puesto que no podrían subsistir sino en dependencia de la
existencia divina. Es así que Dios ha creado todo en su Sabiduría,
para su Gloria, y que, ni por su esencia ni por su existencia, el mundo
podría añadir nada a la existencia-esencia de Dios, sino solamente
manifestar libremente en el tiempo, por toda la eternidad, la
existencia necesaria de su esencia eterna”53.
52
“La Sagesse s’identifie à l’essence divine, mais en tant que participable par les
créatures, en tant qu’incluant en elle-même la possibilité réalisée par la pensée
et la volonté divines de leur existence distincte”. Cfr. Le Trône de la Sagesse, 279.
53
“L’essence du monde et de ce qu’il renferme, en tant qu’essentiellement limité,
ne se réalise que dans son existence temporelle, distinctes à jamais l’une et
l’autre de l’existence de Dieu qui, de son côté, ne fait qu’un à tout jamais avec
son essence illimitée. Mais, comme elles procèdent donc de cette dernière, elles
n’ont d’autre sens que de tendre vers elle, car elles ne sauraient subsister jamais
qu’en dépendance de l’existence divine. C’est ainsi que Dieu a tout créé dans sa
Sagesse, pour sa Gloire, et que, ni par son essence ni par son existence, le
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 177
Por lo que hemos dicho hasta ahora, la creación, como operación ad extra
de Dios, revela algo de la dinámica de la vida intratrinitaria. Esa acción
creadora se lleva a cabo a través de la Sabiduría divina, que es eterna, pero
que está destinada a convertirse en creación cuando las criaturas son
llamadas a tener una existencia propia. En el presente apartado queremos
mostrar que, para el oratoriano, el exitus de la Sabiduría divina deja un
huella en la criatura; o, con otras palabras, los reflejos de la vida íntima de
Dios se hacen presentes en el universo creado.
Antes de presentar sus planteamientos, conviene advertir que el teólogo
francés se vale para este tema del recurso de la analogía54. Bouyer se da
cuenta de las dificultades que implica ver la huella de Dios en la creación,
pero aún así considera que el esfuerzo permite conocer un poco mejor la
vida divina y, al mismo tiempo, penetrar en verdades profundas sobre el
universo creado. En efecto afirma que es, mediante este tipo de análisis,
“cuando empezamos a entrever la profundidad de esa paradoja en la que
están envueltas todas las analogías que nos permiten hacernos algún tipo
de representación, no totalmente engañosa, por muy inadecuada que se
mantenga, de aquello que es la vida, el ser de Dios, en relación con nuestra
vida y nuestro ser creados”55.
56
Sobre este tema, consúltese el estudio de M. Lucietto, L'Umanesimo della Croce. La
spiritualità cristiana nelle diverse vocazioni in Louis Bouyer, Edizioni Messaggero
Padova - Facoltà Teologica del Triveneto, 2012, 100-130. Véase también: F.
SUÁREZ MARTEL, La persona humana y su vocación eterna a la luz de la sabiduría
eucarística, según L. Bouyer, o.c., 180-203.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 179
57
Misterio y Ministerios de la mujer, 27.
180 CAPÍTULO V
58
Ibid, 34-35.
59
De hecho, la palabra que en el texto bíblico servirá para referirse al Espíritu Santo
–rouach’– aparece como un término femenino: cfr. Le Consolateur, 33; también: Le
Trône de la Sagesse, 272-273. Al referirse a la tradición judía, el oratoriano afirma
que “l’Esprit y apparaît, non pas comme une personne féminine, à proprement
parler, mais comme la personne qui nous découvre ce qui peut correspondre en
Dieu, dans l’incréé, à cette réalité essentiellement créée qu’est l’être féminin”.
ibid, 270.
60
“La Paternité divine est elle-même, en effet, essentiellement virginale”. Le Trône
de la Sagesse, 255. “Más simple y profundamente, como bien lo ha hecho notar
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 181
San Gregorio de Nisa (De Virginitate, II – PG 46, 321 C), la paternidad divina, la
única verdadera paternidad digna de este nombre, es esencialmente virginal.
Dicho de otro modo, lejos de presuponer la complementariedad, la conjunción
del varón y de la mujer, resulta anterior a esa distinción”. Misterio y Ministerios
de la mujer, 30. Así comienza la reflexión de San Gregocio de Nisa en el texto
citado por Bouyer: “Necesitamos una gran inteligencia para que nos sea posible
atisbar la excelencia de esta gracia [la virginidad], que está unida
inseparablemente con el Padre incorruptible. Paradójicamente, la virginidad se
encuentra en un Padre que tiene un Hijo, y que lo engendra sin pasión. Se
descubre en el Dios Unigénito, que es autor de la incorrupción, pues ha brillado
la pureza e impasibilidad de su generación”. Gregorio de Nisa, La Virginidad,
Ciudad Nueva, Madrid 2000, 44.
61
“Comme saint Athanase l’a montré en une page d’une profondeur inoubliable,
Dieu seul est Père à proprement parler, c’est-à-dire source première de la vie.
Les hommes ne le sont jamais que par une participation radicalement
imparfaite”. L'Eglise de Dieu, 669. La misma idea se encuentra en otros pasajes
de la obra del oratoriano, p. ej. el siguiente: “En primer lugar, como nos lo hace
notar San Atanasio (1 Contra Arianos, 18-19; 1 Ep. ad Serapionem, 17 y 2 Contra
Arianos, 29-31), en el varón, el ser padre no es nada más que una cualidad entre
otras, e incluso quien la tiene, no la ejerce de hecho nada más que en un
determinado momento. Por el contrario, la persona divina que es la fuente de la
misma divinidad, y como tal la única causa primera en el sentido más radical
del término, no sólo la ejerce eternamente, sino que se define por esa paternidad
siempre en acto. En el caso del Padre celestial, más que una función, es una
182 CAPÍTULO V
64
Misterio y Ministerios de la mujer, 40.
65
“[L]a divine filiation elle-même se communique à nous, individuellement et tous
ensemble, comme assimilés en nous mêmes, dans le temps de notre existence
distincte, à ce que nous sommes éternellement dans la divine Sagesse,
précisément en étendant jusqu’à nous cette communication, cette communion
de l’Esprit du Père, comme la grâce de remonter avec le Fils, dans le Fils, à son
Père devenu le nôtre en toute vérité”. Sophia, 169.
184 CAPÍTULO V
66
“Nous sommes fils du Père, par une participation mystérieuse mais très réelle à la
filiation du Fils (…) Ce rapport d’assimilation au Fils donne son but et son sens
à l’incarnation: «Le Père, nous dit saint Paul, a envoyé son Fils dans notre chair,
l’a fait naître d’une femme, sous la loi, pour que nous échappions à l’esclavage
et que nous devenions fils nous-mêmes» (Gal 4, 5). C’est ce rapport
d’assimilation qui est le rapport sponsal que Dieu voulait établir entre lui-même
et sa création dans son Fils. Il suppose non seulement la communauté mais
l’unité de vie et comme l’inclusion de nous en Lui”. Le Trône de la Sagesse, 264-
265.
67
Cfr. Le Trône de la Sagesse, 213.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 185
68
Cfr. Supra, Cap. I, 2 y 3. Desde el Preludio de su obra de cosmología sobrenatural
anuncia que el cosmos tiene un rostro personal y, en cierto sentido, ese rostro es
femenino. “Les deux choses ne sont nullement contradictoires, car c’est le
mystère même de la femme de personnaliser, si l’on peut dire, la communauté,
la communion des personnes, sinon elles se perdent et se confondent toutes
ensemble dans une masse abstraite, anonyme”. Cosmos, 12.
186 CAPÍTULO V
69
Misterio y Ministerios de la mujer, 43.
70
Bouyer refiere algunos eventos históricos en los que la Sabiduría divina está
presente de un modo no personal: p. ej. en la Ley mosaica (Torah), en la nube
del campamento de los israelitas (Schekinah), en la zarza ardiente, en el
estruendo del Sinaí, o en la luz del Tabor. Cfr. Le Trône de la Sagesse, 283-285. En
estos casos, no se trata de una acción creadora, sino de un hacerse presente de
Dios en el mundo, principalmente a través de realidades de tipo cósmico.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 187
71
“[V]ers une réalisation féminine, acceptant la pluralité, et même la pluralité
mauvaise du péché, mais la dépassant aussi dans la récapitulation finale. C’est
là sa réalisation eschatologique, dans l’Épouse de l’Agneau, du Verbe incarné
(…)” Le Trône de la Sagesse, 281.
72
En el siguiente texto del oratoriano aparece clara esta relación entre aceptación
del designio divino y maternidad de María respecto a la nueva humanidad: “En
exprimant en effet, dans son Fiat, le consentement de l’humanité à l’incarnation
rédemptrice, Marie s’y livrait, et par là elle nous livrait avec elle à la venue, à
l’oeuvre du Christ. Du coup, cette oeuvre de donner, dans l’Unique se faisant
premier-né, d’innombrables fils au Père des cieux sur la terre déchue, trouve en
Marie une coopération maternelle qui est spirituelle avant d’être physique. Et
c’est bien pourquoi le même Esprit qui avait étendu ses ailes comme une
colombe sur la création première pour que de son chaos fût suscitée la vie,
couvre maintenant de son ombre Marie, pour que la vie des enfants de Dieu,
dans celle de son Fils, naisse en elle de la chair même que le péché avait plongée
dans la mort”. L'Eglise de Dieu, 669.
73
De allí el nombre que da Bouyer a su tratado sobre Mariología, que es al mismo
tiempo un estudio de antropología sobrenatural: Le Trône de la Sagesse.
188 CAPÍTULO V
74
Cfr. L'Eglise de Dieu, 670.
75
El reditus de la creación mediante la Sabiduría divina será el tema del último
capítulo de esta tesis.
76
“Ainsi, la Sagesse divine, en Marie, en l’existence individuelle de qui toute
l’histoire de la création doit être comme rejointe par l’existence éternelle du Fils
au sein du Père, trouve comme une première et primordiale incarnation, en tant
que Mère. Mais c’est dans l’Église, l’Église eschatologique, l’Église achevée,
rassemblant à la fin des temps, dans le corps que le Fils a reçu de Marie dans le
temps, tous les élus, les hommes avec les Anges, que la Sagesse trouvera son
incarnation totale et dernière, en tant qu’Epouse”. L'Eglise de Dieu, 671-672.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 189
▪ ▪ ▪
77
“Marie est donc au plan de l’histoire humaine l’être en qui et par qui se produit
cette récapitulation qui est le propre de l’Esprit au plan de la vie trinitaire. D’où
une toute spéciale assimilation de Marie elle-même à l’Esprit”. Le Trône de la
Sagesse, 268.
78
“La maternité, soit de l’Église, soit de Marie, est une remarquable contre-position
du rôle en nous, comme en Dieu même, de l’Esprit”. Sophia, 166.
79
Bouyer no desarrolla la doctrina de la causalidad, puesto que su discurso
teológico avanza en una dirección distinta de la reflexión puramente filosófica.
190 CAPÍTULO V
tan intensa como el amor infinito que Dios ha mostrado por su obra
créandola, encarnándose y redimiéndola con la muerte de Cristo. Bouyer
continúa buscando a Dios en el mundo y por eso se va a buscar al mundo
en Dios.
A partir de este momento se marca, a nuestro juicio, un punto de
quiebre del pensamiento del oratoriano con respecto a la teología
tradicional. Bouyer acepta el sustento metafísico que le provee la filosofía,
incluidos los términos de inmanencia y trascendencia divinas, que hacen
referencia al ser divino y criatural. Pero al comprobar que estos conceptos –
tal como han sido entendidos en la teología occidental– no le resultan
suficientes para explicar un tema que, en su opinión, es esencial a la
creación, como es el amor que el Padre ha mostrado por su obra, decide
apelar a otras categorías teológicas. Él ha dicho que la relación entre
inmanencia y economía divinas es el tema central de la teología, y por eso
allí se encuentra el nudo de su doctrina de la creación.
Uno de los posibles caminos que se le presentan para dar razón de la
trascendencia e inmanencia de Dios respecto al mundo es considerar que la
esencia divina es el amor; de hecho, Bouyer parece sugerirlo en algunos
pasajes80. Sin embargo, el teólogo francés no lleva este razonamiento hasta
sus últimas consecuencias, como sucede, en cambio, con el teólogo suizo H.
U. von Balthasar81. Pensamos que el oratoriano no ha querido afirmarse en
80
Aparte del ya citado texto de Cosmos (p. 305), donde se refiere a la esencia divina
como “son essence, qui est d’aimer”, el oratoriano desarrolla el tema del agapè
divino sobre todo en su tratado sobre el Espíritu Santo. Véase el siguiente texto:
“L’essence de Dieu, en effet, c’est l’agapè, et l’agapè ne saurait être quelque chose
d’impersonnel: elle est, tout au contraire, la personne par excellence, la
personne primordiale, la seule qui le soit en elle-même et par elle-même, car elle
n’est que de se donner dans le Fils”. Le Consolateur, 438.
81
Este es el tema del interesante estudio de A. BIROT, Bouyer, entre Thomas et
Balthasar, o.c., 501-529. Según Birot, la teología de Bouyer se sitúa a mitad de
camino entre S. Tomás de Aquino y H. U. von Balthasar; piensa que el
oratoriano plantea adecuadamente el problema de la trascendencia e
inmanencia de Dios con respecto a la creación, pero que su respuesta no resulta
satisfactoria. Así describe la «tensión» del pensamiento de Bouyer: “on peut
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 191
répérer et finalement circonscrire chez lui un «fond» qui résiste, un fond qui
semble avoir toujours été gardé par lui comme «allant de soi» et comme se
révélant «intouchable»: une représentation de la transcendance de Dieu,
s’exprimant de manière non trinitaire en termes d’inmmutabilité et
impassibilité. Comment cela s’accorde avec la révélation chrétienne de Dieu
comme Amour, ce fut là, nous semble-t-il, une question avec laquelle Bouyer
s’est débattu toute sa vie, sans parvenir à la dénouer” (p. 526). Sin embargo, no
compartimos la tesis que subyace en este estudio, según la cual la teología
trinitaria de S. Tomás resultaría un poco estática respecto a la comprensión de la
vida divina, mientras que el pensamiento del teólogo suizo daría una respuesta
más adecuada al tema de la comunicación intratrinitaria.
82
Cfr. Supra, Cap. IV, 1, especialmente notas 8 y 11.
192 CAPÍTULO V
83
Zordan hace notar la falta de lenguaje metafísico de Bouyer en un tema donde la
teología tradicionalmente afronta el problema de la causalidad y la creación ex
nihilo. Lo atribuye al influjo de Bulgakov en el pensamiento del oratoriano.
Afirma: “Nous évoquons ici, évidemment, une théologie qui emprunte le
langage des mystiques plûtot que celui des philosophes. Ce qui renvoie à un
problème épistémologique sous-jacent que Boulgakov et (surtout) Bouyer
évitent d’approfondir”. Cfr. D. ZORDAN, De la Sagesse en théologie. Essai de
confrontation entre Serge Boulgakov et Louis Bouyer, o.c., 281-282.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 193
84
“La réparation ultime [de la chute] se trouverait donc dans l’incarnation de son
Fils, du modèle éternel de la création, et spécialement de la création en tant
qu’elle se récapitule déjà en l’homme. Dans ce sens, les scotistes ont raison: c’est
bien comme incarné que le Fils est le Premier-né de toute la création (…) Mais,
prédestiné à l’incarnation, avant la création et pour que la création soit
réellement libre, et pourtant sauvable et finalement sauvée, le Fils ne pouvait
l’être qu’en étant prédestiné à la croix. Ainsi les thomistes, de leur côté, ont-ils
raison de le maintenir: une incarnation qui ne serait pas rédemptrice est
impensable” Le Fils éternel, 498. Sobre la escuela tomista y escotista respecto a
los motivos de la encarnación, cfr. por ejemplo: F. OCÁRIZ et al, El Misterio de
Jesucristo, Eunsa, Pamplona 2010, 117-120.
194 CAPÍTULO V
85
Aquí, los conceptos de esencia y accidente no son tratados en el sentido
específico que tienen en la metafísica aristotélico-tomista.
LA SABIDURÍA EN LA TRINIDAD 195
1
“Le sens final de la cosmologie que les Pères de l’Église ont tirée de l’Écriture, et
qui fait tant de place aux anges (et aux démons!) c’est que la création n’est pas
accessoirement mais essentiellement création d’êtres personnels. Dieu lui-même,
le Dieu des Juifs, est Quelqu’un. Et l’Évangile nous affirmera (c’est tout le
dogme de la Trinité) que ce Quelqu’un n’a jamais existé solitaire, mais dans les
éternelles relations personnelles du Père au Fils et des deux à l’Esprit. Comment
un tel Dieu créerait-il un monde qui ne fût pas, lui aussi, un monde de
personnes, une occasion de communion?”. Anges et démons, 11.
2
Por eso utiliza la palabra «esencialmente». Por ejemplo, comentando el
pensamiento de los Padres, sostiene: “Les Pères les plus imbus de
l’intellectualisme platonisant, comme un Origène ou un Grégoire de Nysse
(pour ne rien dire de saint Augustin), n’en seront pas moins des plus décidés à
le réaffirmer: toute la création du vrai Dieu, comme il est souverainement
personnel, ne peut être elle-même que foncièrement personnelle”. Sophia, 61. En
otro lugar utiliza la expresión «creación de libertades», que refleja la misma
idea de la «creación de personas»: “la création n’est en définitive création que
de libertés, dont la destinée est de s’accomplir en amour réciproque de l’amour
qui les suscite, comme l’amour divin s’accomplit à jamais en lui-même dans la
liberté de l’Esprit”. Le Consolateur, 442.
3
“Comme Dieu est l’être personnel par excellence, il ne saurait créer qu’un monde
de personnes”. Cosmos, 313.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 199
4
En el epígrafe 3 del presente capítulo se abordará el tema de la estructura
personal del universo físico. El oratoriano recibe la influencia de Berkeley en
este punto a través del pensamiento de Newman. Cfr. K. LEMNA, The Angels and
Cosmic Liturgy: An Oratorian Angelology, «Nova et Vetera (en)» 8, 4 (2010), 903-
905.
5
En los últimos decenios se ha hablado mucho del Principio antrópico. Al estudiar la
estructura del cosmos y las condiciones necesarias para la aparición de la vida
humana, algunos han afirmado que las leyes del universo estarían sintonizadas
con parámetros necesarios para que haya vida (Principio antrópico débil) o,
incluso, que toda la estructura material del cosmos estaría finalizada a la
aparición del hombre (Principio antrópico fuerte). Ese principio ha nacido en
ámbito científico, pero tiene resonancias filosóficas cuando se traslada a la
reflexión sobre las causas. En sede teológica se ve una cierta sintonía con las
doctrinas de tipo cristocéntrico. Véase la voz Principio antrópico en: G.
TANZELLA-NITTI, A. STRUMIA (a cura di), Dizionario Interdisciplinare di Scienza e
Fede. Cultura scientifica, filosofia e teologia, o.c. Bouyer no entra en relación con
este planteamiento. Para él, como se verá, la estructura personal de la creación
no se refiere solamente a que las leyes del universo físico sean adecuadas a la
aparición de las criaturas espirituales, sino que en su origen mismo la materia
es como un lenguaje de los espíritus.
200 CAPÍTULO VI
6
“Le monde humain lui-même, cependant, doit être reconnu comme procédant
d’un monde antérieur et, en un sens, comme destiné à se substituer à celui-ci.
Ce monde primordial, c’est évidemment le monde physique dans lequel et
duquel l’homme est apparu. Mais le monde physique, la nature, d’après toute
l’Ecriture et la tradition, est bien plus et bien mieux qu’un monde simplement
matériel. A vrai dire, son aspect matériel n’est que l’enveloppe, le vêtement, la
simple extériorité d’un monde tout spirituel, séparément duquel l’existence de
la matière devient incompréhensible, car l’essence du monde retombe alors
avec elle au néant pur et simple”. Cosmos, 315.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 201
Los datos que existen sobre los ángeles en la Revelación son escasos y
suelen aparecer en la Escritura en la medida en que están relacionados con
la historia de nuestra salvación. Por eso, la criatura angélica no resulta fácil
de comprender y se presta a elucubraciones teóricas de gran variedad7. A
pesar de ello, el teólogo francés presenta una doctrina sobre los ángeles que
incide decisivamente sobre su concepción del mundo creado8.
La cuestión que conviene plantearse de inicio, es: ¿qué son los ángeles?
A esta pregunta responde el oratoriano desde diversos ángulos, que
podrían agruparse de dos modos: qué son con respecto a Dios y qué son en
consideración al resto del universo creado.
Respecto al Creador, los ángeles son “pensamientos de Dios en su Verbo
sobre los cuales se ha posado la presencia del Espíritu de amor”9. O, como
7
A la dificultad de comprensión se añade, tal vez por ello mismo, el riesgo de caer
en las explicaciones poco creíbles. Por ejemplo, afirma Bouyer: “Las dudas que
muchos cristianos modernos sienten con respecto al mundo angélico demasiado
a menudo están provocadas, hay que confesarlo, por la intemperancia de los
predicadores o de ciertos teólogos; éstos, pretendiendo proporcionar una vista
completa de realidades misteriosas, no hacen más que ofrecer una caricatura
groseramente mitológica”. Voz Ángeles, en: Diccionario de Teología, 72-80.
8
Cfr. C. VILLENEUVE, Captivité démoniaque et lutte contre le diable chez Louis Bouyer,
o.c., 3 y 16-18. Esta tesis doctoral, consagrada al estudio de la angelología y
demonología del oratoriano, constituye una fuente secundaria interesante para
los temas que se tratan en el presente apartado. Hemos utilizado también el
estudio de K. LEMNA, The Angels and Cosmic Liturgy: An Oratorian Angelology,
o.c., 901-921. Entre las obras de Bouyer donde se trata la doctrina sobre los
ángeles, las más representativas son La Vie de saint Antoine (1950), Le Sens de la
vie monastique (1950), Eucharistie (1966), Cosmos (1982) y las voces pertinentes en
el Dictionnaire Théologique (1963). De los estudios monográficos del oratoriano,
son requeridas para conocer su angelología: Les deux économies y la introducción
que escribió al libro Anges et démons.
9
“Pensées du Père en son Verbe sur lesquelles s’est posée la présence de l’Esprit
d’amour”. Anges et démons, 11.
202 CAPÍTULO VI
afirma Bouyer con otras palabras, las criaturas angélicas son “la realización
en una existencia libre y distinta de los pensamientos del Dios creador”10.
Estas afirmaciones no parecerían aportar nada nuevo a la doctrina
general expuesta en el capítulo anterior, según la cual toda la creación
reposa en la Sabiduría divina, que son los pensamientos eternos del Padre
sobre sí mismo y sobre todo lo que llegará a ser fuera de Él, asumiendo una
existencia propia al posarse el Espíritu Santo sobre ellos. Sin embargo, las
dos definiciones que hemos citado contienen lo que podríamos considerar
los rasgos esenciales de la doctrina de Bouyer sobre las criaturas angélicas,
y que se puede resumir diciendo que son: a) pensamientos individuales, b)
distintos de Dios creador, c) que tienen un carácter personal, y d) que
poseen una existencia libre.
El teólogo francés considera que estas ideas esenciales sobre la
naturaleza de los ángeles se remontan a los Padres de la Iglesia; ellos,
apoyados en la Sagrada Escritura, formulan una doctrina que tiene valor
perenne, y que será adoptada por el propio S. Tomás de Aquino11. Los
autores cristianos que influyen principalmente en la angelología del
oratoriano son Orígenes, el Pseudo-Dionisio y S. Máximo el Confesor12.
De Orígenes toma la idea de que este mundo es en su inicio una creación
de libertades, de seres libres, podríamos decir; en concreto, de esos seres
primordiales que son los ángeles. Como muchos otros en la antigüedad
cristiana, el alejandrino tuvo que oponerse a los gnósticos; estos planteaban,
mezclando ideas de la filosofía platónica, la existencia de una jerarquía de
seres creados que provendrían de Dios a través de un proceso de
degradación del ser divino. Orígenes sostiene que los ángeles son criaturas,
por tanto son distintos de Dios. Su problema es que considera que todos
10
“La réalisation dans une existence libre et distincte des pensées du Dieu
créateur”. Cosmos, 335.
11
Cfr. Voz Ángeles, en: Diccionario de Teología, 72-80.
12
Cfr. Supra, Cap. III, 3. También hay que incluir a S. Gregorio de Nisa, que vendrá
citado más adelante.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 203
13
Cfr. Cosmos, 318.
14
Cfr. ibid, 323.
15
“Elle [la «hiérarchie céleste»], prolonge au néant appelé à l’être la circulation
d’amour et de vie de la «théarchie divine», c’est-à-dire de l’éternelle Trinité”.
Anges et démons, 11.
16
“Así, en la visión que santo Tomás hará suya, a una jerarquía metafísica se
superpone una jerarquía de santidad, según la cual los espíritus más humildes
por su origen (los de los hombres) son capaces, por su fidelidad a la gracia, de
llenar las defecciones de los órdenes más elevados de cohortes angélicas, e
incluso (como en el caso de la Virgen María) de elevarse más alto que éstos”.
Voz Ángeles, en: Diccionario de Teología, 72-80.
204 CAPÍTULO VI
17
Cfr. Cosmos, 178.
18
“Ces Idées sur lesquelles l’Esprit de vie s’est posé et qui se sont comme animées,
toutes et chacune, d’une vie propre sont devenues les esprits créés. Le chœur
qu’ils forment est comme l’image créée de l’Image incréée du Père éternel, le
Logos.” Le sens de la vie monastique, 50.
19
Con sus palabras, “On a pris l’habitude de qualifier cette conception de
platonisante, car elle utilise abondamment le vocabulaire exemplariste des
dialogues, sur le monde noétique et le monde physique. Mais (…) dans cette
visión telle que l’interpréteront les Pères, les idées divines ne sont pas des
abstractions”. Cosmos, 180. La crítica y la defensa de Bouyer aparecen descritas
LA OBRA DE LA CREACIÓN 205
en: K. LEMNA, The Angels and Cosmic Liturgy: An Oratorian Angelology, o.c., 910-
911.
20
“De fait, c’est sous l’image d’un chœur immense résonnant de la gloire divine,
dans l’unanimité de l’amour orchestrée par le Verbe, que l’antiquité chrétienne
s’est représenté le monde primordial. Dans cet univers tout spirituel, tout était
chant à l’origine. A la hiérarchie des puissances créées dans l’unité correspond
la sympathie et la symphonie de la liturgie cosmique où l’innombrable
panégyrie dont parle l’Épître aux Hébreux glorifiait d’une seule voix le
créateur”. Le sens de la vie monastique, 51-52.
21
Lemna sostiene que la imagen de una sinfonía sirve para significar la
racionalidad que subyace en el cosmos. “This theological cosmology is
symbolist and personal rather than purely metaphysical –it stresses symbolic
206 CAPÍTULO VI
analogy between the corporeal realm and the spiritual– but it is rational in the
way of the unified ordering of a musical symphony”. K. LEMNA, The Angels and
Cosmic Liturgy: An Oratorian Angelology, o.c., 908. La figura musical para
referirse a la creación está presente desde la época patrística, por ejemplo en
Clemente de Alejandría o en S. Atanasio. De este último, a quien Bouyer aprecia
tanto, es este conocido pasaje: “Es como si un músico, después de afinar la lira,
combinara artísticamente las notas graves con las agudas y las notas intemedias
con las demás, y así ejecutara una sola melodía; del mismo modo, también la
Sabiduría de Dios abarca el universo entero como una lira y combina los seres
del aire con los de la tierra, y los del cielo con los del aire; y adapta el todo a las
partes, haciendo que se muevan por el mandato de su voluntad, de modo que
realiza hermosa y armónicamente un único universo regido por un único orden.
Él permanece inmóvil junto al Padre, pero mueve todas las cosas ofreciéndoles
su propio soporte según le parezca cada una a su Padre”. (Contra los paganos, 42-
3). Más contemporáneamente, el escritor inglés J.R.R. Tolkien, cuya cercanía con
Bouyer es conocida, al comenzar su obra The Silmarillion describe la creación del
universo como la música en la que el Creador asocia a los primeros seres. Sobre
la relación entre Bouyer y Tolkien, cfr. Le métier de théologien, 114-117.
22
Este será el tema del Cap. VII, 3.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 207
puro; por tanto, las criaturas angélicas deben tener algún grado de
materialidad23.
La explicación del oratoriano sobre la materialidad de los ángeles es que,
aunque ellos son originalmente criaturas incorporales24, su existencia no
está desvinculada del universo material. De hecho, las criaturas angélicas
están totalmente implicadas en el cosmos, hasta tal punto que, siguiendo el
pensamiento de Newman, Bouyer plantea que el mundo espiritual y el
mundo material no son dos cosas distintas, sino que este universo creado
está compuesto de un «mundo invisible» y un «mundo visible». Por las
implicaciones que tiene en la cosmología del oratoriano, dedicaremos el
siguiente epígrafe a tratar este tema.
Queda todavía pendiente averiguar qué son los ángeles vistos desde la
óptica del resto de la realidad creada. Bouyer afirma que los seres
primordiales “son para nuestro mundo como una primera refracción de la
gloria divina, viniendo a ser como la corte o consejo de Dios”25. Aunque se
trata de una comparación tomada de las ciencias experimentales, el término
refracción 26 indica en este contexto, por un lado, que existen con
23
Cfr. Cosmos, 318-319. Con respecto a las diferencias entre S. Tomás y S.
Buenaventura afirma Bouyer: “La escuela tomista se opondrá a la escuela
franciscana al admitir la pura espiritualidad de todos los espíritus que unos y
otros convienen en calificar de incorpóreos (Suma Teológica I, q. 50, a. 1 y 2). Los
franciscanos, por el contrario, identificando con san Buenaventura (In II Sent., 3,
1, 1, 1, fund. 4), pura y simplemente la materia a la potencia en cuanto opuesta
al acto, verán en todos los espíritus creados una composición de materia y
espíritu”. Voz Ángeles, en: Diccionario de Teología, 72-80.
24
P. ej. se refiere a “ces esprits incorporels qui sont au principe de son existence”.
Cosmos, 336.
25
Voz Ángeles, en: Diccionario de Teología, 72-80.
26
Según el Diccionario de la Real Academia Española, refracción es la “acción o efecto
de refractar” que, a su vez, significa “hacer que cambie de dirección un rayo de
luz u otra radiación electromagnética al pasar de un medio a otro de diferente
velocidad de propagación”. En francés, la palabra «réfraction» significa la
208 CAPÍTULO VI
anterioridad a nuestro mundo; por otro, que la gloria que este mundo está
llamada a dar al Creador es un reflejo de aquella que le ofrecen los ángeles
en su presencia.
Respecto a la anterioridad de la creación angélica, Bouyer es consistente
en afirmar que los ángeles son los primeros seres creados27. Por eso los
llama frecuentemente los «seres primordiales», ya que constituyen la
primera creación ad extra mediante la Palabra proferida por Dios. Afirma
literalmente: “Toda la Escritura supone (en bastantes lugares aflora la idea,
aunque no haya sido nunca sistematizada) que hay otra creación, sin duda
anterior –o, incluso, puede decirse que superior– a aquella de los seis días:
es la creación de los Ángeles”28.
Sobre la gloria que los ángeles dan a Dios, y a la que todo el resto del
universo está llamado a unirse, el oratoriano utiliza la imagen de la luz.
Nuevamente está acudiendo a las figuras de los antiguos Padres: en este
caso, se trata de la teología de la Luz tabórica que se remonta al Pseudo-
29
Cfr. Cosmos, 318ss. Véase también: K. LEMNA, The Angels and Cosmic Liturgy: An
Oratorian Angelology, o.c., 909.
30
Es tan significativa esta comprensión del mundo como un reflejo de la gloria de
Dios –del coro de los ángeles y, con ellos, del entero universo creado– que su
libro de cosmología sobrenatural tiene como subtítulo Le monde et la gloire de
Dieu.
31
Cfr. Jn 12, 31 y 2 Cor 4, 4.
32
“Du concert de la louange unanime du créateur qu’était le monde en sa vie
conforme au dessein de sa création, dans lequel Lucifer aurait dû être lui-même
le maître du chœur, il a voulu faire le simple reflet de sa beauté propre: non
210 CAPÍTULO VI
point régler sur sa fidélité la convergence de tous ces regards créés vers
l’invisible incréé, mais les arrêter sur sa propre splendeur”. Cosmos, 339.
33
“Qu’est-il intervenu? L’orgueil, simplement. Si merveilleusement élevé par la
grâce du créateur, si près du centre et de la source de tout, l’esprit créé a voulu
se faire lui-même le centre, comme s’il eût pu lui-même être la source”. Le sens
de la vie monastique, 53. En contraste, algunos Padres han considerado que el
pecado se debió a la envidia de Satanás (cfr. Sab 2, 24), más que a la soberbia.
Véase la nota 64 in fine de este mismo Cap.
34
Recuérdese que, para Bouyer, la narración de Génesis 6 es una referencia a la
caída de los demás ángeles que siguieron la infidelidad de Lucifer. Cfr. Supra,
Cap. II, 1, c.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 211
35
“Llamados como los hombres a participar por la gracia de la vida propia de Dios,
no parece que sean, como los hombres, susceptibles de salvación. A la vista de
la tradición católica progresivamente liberada de toda duda posible, deben ser
concebidos, desde el comienzo de la historia cósmica, como fijados en la
fidelidad o infidelidad. Es la consecuencia de su espiritualidad más elevada que
la del hombre, la cual lleva consigo, con una unidad más perfecta de su ser, una
inmediata lucidez que los establece sin esfuerzo en el bien, o los encierra
irremediablemente en el mal”. Voz Ángeles, en: Diccionario de Teología, 72-80.
36
La exposición se encuentra en: Cosmos, 351-357. Para una visión reciente, que
pone en relación las nociones científicas y filosóficas de esos conceptos,
sugerimos la lectura de las voces Materia y Spirito en: G. TANZELLA-NITTI, A.
STRUMIA (a cura di), Dizionario Interdisciplinare di Scienza e Fede. Cultura scientifica,
filosofia e teologia, o.c.
212 CAPÍTULO VI
37
La idea de Newman sobre los ángeles y la presencia de un mundo espiritual en
nuestro «mundo visible» aparece en dos sermones recogidos en Parochial and
Plain Sermons: uno de ellos, Los poderes de la naturaleza, tuvo lugar en la fiesta de
san Miguel y todos los ángeles, el 29-IX-1831: cfr. J.H. NEWMAN, Sermones
Parroquiales / 2 (Parochial and Plain Sermons), Encuentro, Madrid 2007, 317-325).
El otro se llama El mundo invisible, y fue pronunciado el 18-VI-1837: J.H.
NEWMAN, Sermones Parroquiales / 4 (Parochial and Plain Sermons), Encuentro,
Madrid 2010, 225-236). Una exposición sobre los rasgos esenciales de la
angelología de Newman se puede ver en: Cosmos, 327-330.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 213
38
J.H. NEWMAN, Sermones Parroquiales / 2 (Parochial and Plain Sermons), o.c., 320.
214 CAPÍTULO VI
39
J.H. NEWMAN, Sermones Parroquiales / 4 (Parochial and Plain Sermons), o.c., 227-228.
40
Ibid, 229.
41
“C’est là seulement que nous découvrirons le monde tel qu’il est en sa réalité
profonde, tel qu’il durera, encore une fois pour toujours: le monde tel que les
Anges eux-mêmes l’ont toujours connu, et que les élus de Dieu déjà parvenus à
la perfection commencent eux-mêmes à le découvrir… comme nous sommes
tous appelés à le faire à notre tour”. Cosmos, 329-330.
42
“[L]a tradition des Pères n’a jamais admis l’existence d’un monde matériel
séparé d’une création plus vaste: d’un univers spirituel. Plus exactement, pour
elle, le monde, total et un, est inséparablement matière et esprit”. Le sens de la vie
monastique, 50. A pesar de lo neto de esa afirmación, Bouyer no aporta las
referencias sobres las cuales se sustenta.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 215
43
“C’est d’abord, ajouterons-nous, le langage des esprits premier-créés, que nous
appelons les Anges, par lequel ou plutôt vaudrait-il mieux dire dans lequel, ils
communiquent, appartenant ainsi à un seul monde ou plutôt le constituant”.
Cosmos, 358.
44
“Puis c’est le langage par lequel la Parole divine évoquera ces esprits
particulièrement immergés dans la matière, ou plutôt émergeant de celle-ci, et
que nous sommes”. Cosmos, 358. El oratoriano se apoya, para llegar a esa
conclusión, en los planteamientos de Berkeley sobre el mundo como una
realidad totalmente espiritual, y de Leibniz sobre la armonía preestablecida de
las mónadas. Cfr. Supra, Cap. IV, 2, b.
45
“Il semble qu’il se dégage de toute la tradition de l’Eglise lisant les Ecritures que
le monde est comme une projection commune dans une existence objective des
pensées des Anges (…)”. Ibid, 335. También aquí es aplicable el comentario
antes formulado en la nota 42, in fine. En contraste con la opinión de Bouyer,
véase el estudio de L.F. LADARIA, «La creación del cielo y de la tierra», en: J.
SESBOÜÉ (dir), Historia de los Dogmas, T. II: El hombre y su salvación, Secretariado
Trinitario, Salamanca 1996, 32-53.
216 CAPÍTULO VI
46
“Ce que nous appelons le monde matériel, n’est que le reflet d’un reflet. Le
monde, c’est d’abord une projection vivante et libre des Idées de Dieu, toutes
rassemblées jusque là en son divin Logos (…)
“Mais eux-mêmes, à leur tour, pensent, et en cela même sont à l'image de leur
créateur. Son fiat, alors, s’étendant aux pensées de ses pensées comme aux
siennes propres, les projette à leur tour hors d’elles et hors de lui. Et c’est le
monde visible, objectivation commune, peut-on dire, des multiples pensées
angéliques, comme le monde invisible est une objectivation distincte des
multiples aspects de l’unique pensée du Père. Ainsi le Verbe est-il à la fois
monogène en l’éternité et premier-né en la création”. Le sens de la vie monastique,
50-51.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 217
47
Esta idea es recurrente en el pensamiento del oratoriano. Léase, p. ej.: “Le monde
que nous appelons visible n’est que cette pensée aimante, commune aux
premières créatures, objectivée à son tour par l’unique Créateur”. Anges et
démons, 11. O más explícito aún: “Essentiellement ordonné au monde spirituel,
le monde matériel lui a été positivement donné en vertu du dessein créateur. Le
sort de l’un est donc lié au sort de l’autre. Mais il ne se confond pourtant pas
avec lui. Car toute création, du monde matériel comme du monde spirituel,
reste l’œuvre de Dieu seul. Seule la divinité pouvait donner l’être autonome à la
pensée angélique comme à sa propre pensée, fournir à l’esprit créé son miroir
dans la créature sensible, comme elle-même s’était d’abord reflétée en lui”. Le
sens de la vie monastique, 53-54.
48
“Il n’est que la communication et comme le lieu de la communauté entre les
premiers esprits créés”. Anges et démons, 12. En otro lugar, afirma: “Les idées
divines, les logoï que Dieu, de toute éternité, connaît et aime dans son unique
Logos, dans son Fils monogène, comme inseparables de lui, ne sont que les
personnalités créées, tout le reste du monde n’étant que le tissu de leurs
rapports inter-personnels”. Le Consolateur, 447.
218 CAPÍTULO VI
49
“Ce que nous appelons sa matérialité n’est, dans ces conditions, que la
paradoxale opacité translucide que l’extériorité relative de notre monde humain
par rapport au monde intelligible des Anges, comme nous le verrons dans un
instant, confère pour nous au contact que nous pouvons avoir avec lui. Mais,
pour les Anges eux-mêmes, elle n’est que la distinction réciproque, ou plutôt
l’harmonie des distinctions réciproques dans lesquelles ils vivent, par la grâce
de leur commune création dans le Fils et de leur commune assomption dans
l’Esprit: une mutuelle transparence, tout illuminée par cette gloire de l’unique
Dieu dont ils rayonnent ensemble”. Cosmos, 338.
50
“La nature du monde physique, c’est-à-dire sa réalité native, naissant des mains
de Dieu, s’y révèle à nous comme «angélique», en ce sens qu’elle est
foncièrement «annonciatrice»: annonciatrice du «Père des esprits», qui n’a fait
de toutes choses qu’autant de possibilités diverses, mais mystérieusement
accordées, de réponse à la Parole de son amour inlassable”. Anges et démons, 16.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 219
51
“C’est ainsi que l’univers sensible proclame la gloire divine contemplée par la
création invisible”. Ibid, 11-12.
52
“Au grand mystère de Dieu et de ce qui lie l’univers à lui, sans le lier à celui-ci en
retour, on peut dire que fait écho un mystère inhérent à l’univers lui-même, et
qui est d’abord cette énigme des personnalités angéliques, de chacune en sa
particularité et de toutes ensemble dans leur communauté, qui soutiennent
pour ainsi dire l’existence concrète de ce monde tel qu’il se présente par nos
sens à notre esprit. Tout ce que nous pouvons en dire de mieux est de le
comparer à ce chatoiement de la lumière blanche se décomposant dans
l’harmonie de couleurs innombrables, qui ne se distinguent qu’en se fondant les
unes dans les autres, pour ce qui est de sa structure. Et, pour ce qui concerne
son déploiement temporel, nous ne pouvons que l’assimiler à la symphonie
polyphonique d’un chœur immense, lequel, suivant l’admirable image de
220 CAPÍTULO VI
Plotin, ne chante juste et en mesure qu’aussi longtemps que tous ses membres
gardent les yeux fixés sur le silencieux maître de chœur”. Cosmos, 337.
53
Cfr. ibid, 341. Las referencias que hace el teólogo francés a la Escritura son Rm 5,
12 y Sab 1, 13ss, si bien estos textos se han aplicado tradicionalmente a la acción
de la primera pareja humana, no propiamente a los ángeles prevaricadores.
54
En el mismo orden de ideas, sostiene que esta oposición entre la vida y la muerte
es probablemente la base del misterioso lazo entre la muerte y la actividad
sexual: “Il semble que ce soit ici que se noue le lien mystérieux, reconnu
LA OBRA DE LA CREACIÓN 221
56
Voz Evolución en: Diccionario de Teología, 268-269. Allí mismo se dice, sobre la
compatibilidad entre la doctrina cristiana y la hipótesis científica de la
evolución, que “el hecho o la hipótesis no tienen en sí nada que se oponga en
general a la idea de un Dios creador de todas las cosas ni en particular a la idea
de una creación directa del alma. Se oponen o se opondrían a ella, por el
contrario, todas las teorías metafísicas que pretendiesen interpretar la evolución
ya como una simple reducción de la humanidad a la animalidad desprovista de
un alma inteligente y libre, ya como una reducción más general de la realidad
espiritual a la materia, de tal manera que la existencia del espíritu sería
implícita o explícitamente negada”.
57
Respecto a la relación de esta afirmación con el conocido Principio antrópico,
véase la nota 5 de este capítulo. Sobre la teoría de la evolución y su
compatibilidad con la doctrina cristiana de la creación, sugerimos consultar las
voces Creazione y Evoluzione en: G. TANZELLA-NITTI, A. STRUMIA (a cura di),
Dizionario Interdisciplinare di Scienza e Fede. Cultura scientifica, filosofia e teologia,
o.c.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 223
58
“Conférant l’existence autonome à ce que la matière détenait d’esprit en
puissance, Dieu suscite, au sein même de la création physique polluée par
l’esprit pur, un esprit charnel mais dont l’innocence pourrait restaurer
l’univers”. Le sens de la vie monastique, 54.
59
“Ce moment second de la création est le principe de tout un ordre nouveau.
Jusque là, de l’Esprit incréé avait procédé l’esprit créé, puis la matière, miroir de
l’èsprit fini, l’avait à son tour prolongé comme en un autre infini. Maintenant,
un ordre inverse paraît s’ébaucher pour parer à la défaillance du premier. De la
matière elle-même, remontant vers le créateur, un nouvel esprit se dégage.
L’entraînant dans le mouvement ascensionnel de sa propre création, il la
rétablirait dans le circuit, bloqué par Satan, de l’action de grâces, de
l’eucharistie cosmique. Ainsi le Monde, déchu avec son prince, serait libéré de
224 CAPÍTULO VI
la nuit et de la mort par le propre enfant de la terre, introduit dans le chœur des
fils de Dieu”. Ibid, 55. En la mísma línea, véase Cosmos, 358-360.
60
“Celui-ci, cependant, ne saurait parvenir à faire comme éclater le monde premier
dont le diable, en dépit de tout, reste le Prince, que dans l’apparition d’une
corporéité comme coadaptée à une liberté nouvelle”. Cosmos, 359.
61
“Mais ceci suppose une seconde intervention créatrice, synergique à la lutte
angélique, mais qui seule peut la faire déboucher dans une nouvelle création, se
détachant de la premiére comme le papillon de sa chrysalide”. Ibid.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 225
62
En la voz Creazione (V) de: G. TANZELLA-NITTI, A. STRUMIA (a cura di), Dizionario
Interdisciplinare di Scienza e Fede. Cultura scientifica, filosofia e teologia, o.c.,
Tanzella-Nitti afirma: “Seguendo un’impostazione maggiormente
fenomenologica, Bergson ha introdotto il concetto di ‘evoluzione creatrice’
(L’Évolution créatrice, 1906) col quale si proponeva di superare sia
l’evoluzionismo meccanicista che finalista, perché ritenuti ambedue chiusi alla
novità del processo reale, la cui logica sarebbe quella di uno ‘slancio vitale’ (élan
vital), sempre aperto alle imprevidibili richezze dello Spirito. Pur condividendo
la concezione di un’evoluzione creatrice, Teilhard de Chardin ne sottolinea
invece l’aspetto fortemente finalistico (Le Phénomène Humain, 1955), quello di un
universo ove la materia è per la vita, la vita per l’uomo, l’uomo per Cristo,
Cristo per Dio. Un recente tentativo di armonizzare la dottrina della creazione
con la fenomenologia storico-evolutiva del divenire cosmico è quello della
‘filosofia del processo’ de Whitehead (Process and Reality, 1929), la cui influenza
è oggi assai viva nella teologia anglosassone di tradizione riformata.
“Sebbene la filosofia spiritualista di Bergson e Teilhard e la filosofia del processo di
Whitehead si propongano una rifondazione metafisica, in alcuni aspetti delle
loro concezioni tali autori si distanziano sensibilmente da quella comprensione
dei rapporti fra Dio e il mondo fornita da una metafisica dell’essere, non senza
conseguenze anche sul piano teologico. Per rientrare in quella comprensione
occorrerebbe infatti che lo slancio vitale dello Spirito, soggetto dell’evoluzione
creatrice (Bergson), rispondesse sempre ad un vero progetto creatore, il cui
raggiungimento, però, non può dipendere nemmeno in modo automatico dalle
potenzialità della materia (Teilhard). Nel caso della filosofia del processo, essa
termina non di rado ‘storicizzando’ l’immagine di Dio, perché l’agire creatore di
questi è quasi immerso nel divenire cosmico, con implicazioni anche per la sua
conoscenza del futuro”. Bouyer se apoya en la filosofía del proceso de
Whitehead, no así en Bergson, a quien apenas cita en Cosmos, ni en Teilhard,
cuyo planteamiento critica, como se mostrará más adelante. Sin embargo, el
oratoriano deja a salvo la trascendencia de Dios respecto al mundo creado y, en
su teología, el proceso evolutivo del universo material no sustituye la acción
creadora de Dios.
226 CAPÍTULO VI
63
La siguiente cita, aunque extensa, ilustra bien esta síntesis: “Sur l’écran de ce que
nous appelons la matérialité, c’est-à-dire la limite qui borde l’être fini par le
néant, s’était projetée à l’origine la spiritualité même qui fait le fond de l’être
créé à l’image de Dieu, comme personnel. Réciproquement, va naître des
virtualités créatrices que Dieu y maintient, en dépit de la chute des puissances
dévoyées, en synergie avec les puissances fidèles, un esprit nativement incarné.
Il sera, lui, à l’image non seulement des esprits créés demeurés fidèles et qui ne
cessent de se pencher sur ce miroir pour y chasser les ombres par leur clarté
réfléchie, mais à l’image de leur propre modèle. Ce sera l’homme, en qui l’on
peut dire qu’une liberté neuve surgit dans le monde, pour s’opposer comme de
l’intérieur à cette liberté qui a voulu le pervertir pour se l’asservir. Car, encore
une fois, le créateur l’est et le reste du cosmos tout entier, comme de celui qu’il
en avait établi le Prince, le Premier, mais qui ne pouvait en devenir le souverain,
le Roi, qu’en une illusion plus ou moins partagée”. Cosmos, 342.
64
“Ange de remplacement” es la expresión que, según el teólogo francés, utilizan
los Padres. Cfr. Cosmos, 341-342. Véase también el texto de Le sens de la vie
monastique que se reporta en la nota 75 del Cap. III, donde se pone de manifiesto
la ausencia de la referencia patrística que sería de esperar. De hecho, hay Padres
que piensan de modo contrario, como S. Ireneo, quien considera que el pecado
LA OBRA DE LA CREACIÓN 227
angélico se debió a la envidia que experimentó el diablo cuando supo que Dios
crearía al ser humano. Cfr. P. O'CALLAGHAN, La metafisica cristiana. Teologia della
creazione, Pontificia Universitas Sanctae Crucis, Roma 2007, 287.
65
“Une dernière question posée par l’existence des Anges est de savoir si l’homme
eût été créé en tout état de cause, même si des Anges n’avaient pas péché. Ce
n’est qu’avec Rupert de Deutz que cette question a été résolue par l’affirmative.
Les Pères semblent unanimes au contraire pour voir dans l’homme un substitut
des Anges défaillants. Mais l’Église ne semble pas avoir jamais choisi
décidément entre ces deux hypothèses, le témoignage de l’Écriture Sainte ne
paraissant pas suffisamment clair à cet égard”. Voz Anges, en: L. BOUYER,
Dictionnaire théologique, Desclée, Tournai 1963. Este texto –con el que concluye la
voz sobre los ángeles– no aparece en la edición en castellano que hemos citado
hasta ahora, probablemente porque la traducción está hecha sobre una edición
anterior del original francés que hemos consultado. En este texto y en los
citados en la nota anterior, Bouyer deja una vez más al lector sin las referencias
a los Padres que habrían sido de esperar. Tampoco afronta la cuestión de si, en
lugar de trasladar el gobierno del mundo al hombre, podría haberse sustituido
al Príncipe de la milicia celeste por otro ángel fiel.
228 CAPÍTULO VI
66
Cfr. Supra, Cap. V, 2, a.
67
De hecho afirma que la opinión de los Padres está sólidamente fundada en la
Escritura: “Selon cette vue, qui semble solidement fondée sur l’Ecriture,
l’homme est donc, de par sa création dans les conditions où elle se produit, un
premier rédempteur possible du monde”. Cosmos, 342.
68
“La seule émergence de sa liberté créée constituait déjà une restauration
commencée du cosmos dans sa vérité originelle”. Cosmos, 343.
69
Bouyer sostiene que el hombre, en su unión con la mujer, habría sido el redentor
del mundo resistiendo al demonio “par la foi à la Parole qui, les appelant à
l’être, les appelait à la communion avec et dans l’existence divine”. ibid, 367.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 229
sido fiel a la llamada que Dios le había dirigido, a tomar el lugar dejado
vacío por el prevaricador, su fidelidad aparecida en el mismo lugar donde
se había dado la infidelidad primera, hubiera arrojado esta última a la
nada”70.
El hombre, como el ángel, había nacido como un reflejo de la gloria de
Dios. En él se había posado el Espíritu Santo, que es como Bouyer explica
que se confiere existencia autónoma a la criatura, por lo cual reverberaba en
él la Gloria divina. Su existencia era, por tanto, eucarística, y esa dimensión
de su ser podía operar por sí sola la redención del mundo caído. Pero el
hombre, por ser una criatura espiritual –y por tanto libre– debía aceptar
con su libertad esta finalidad eucarística, como sostiene el teólogo francés:
“Vemos entonces que, en el universo, el hombre había aparecido
como un Ángel de sustitución. Como nuevo Lucifer, debía tomar el
lugar que éste había dejado vacío en el coro de la eucaristía universal.
Nacido del mundo mismo, cuyo primer príncipe había empujado
hacia la ruina, el nuevo maestro de la tierra que era Adán estaba
destinado a reintegrarla en el pleroma del amor divino, a
reintroducirla en el reino de luz y de vida”71.
¿Cómo podría el hombre fallar a ese designio divino? Rechazando su
vocación de «ángel de sustitución» mediante el ejercicio equivocado de su
libertad. Bouyer afirma que esto sólo podría haber ocurrido mediante un
engaño, lo que nos lleva ahora a la consideración del pecado original.
70
“S’il eût été fidèle à l’appel que Dieu lui adressait, à reprendre la place laissée
vide par le prévaricateur, sa fidélité apparue là même où s’était fait jour
l’infidélité première l’eût comme rejetée au néant”. Ibid, 342.
71
“On voit donc comment, dans l’univers, l’homme était apparu tel un Ange de
remplacement. Nouveau Lucifer, il devait reprendre la place laissée vide au
chœur de l’universelle eucharistie par le premier. Né du monde même que son
premier prince avait entraîné dans sa perte, ce nouveau maître de la terre
qu’était Adam était destiné à la réintégrer au plérôme de l’amour divin, à la
réintroduire au royaume de lumière et de vie”. Le sens de la vie monastique, 56.
230 CAPÍTULO VI
b. El pecado original
72
“Dieu ne pouvait cependant, sans abolir cet ordre premier du cosmos sur lequel
il l’avait établi, éviter à l’homme la suggestion, la tentation de suivre plutôt
l’esprit d’orgueil et de rapine du prince déchu, mais toujours actif en ce monde.
Mais il suffisait à l’homme de la foi en la Parole divine restaurant en ce monde
la présence de la vérité de son sens originel pour vaincre cette tentation”.
Cosmos, 343.
73
Cfr. ibid, 339.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 231
propio juicio a la Palabra del Creador. Por eso, afirma el teólogo francés
que “la raíz del pecado, como nos lo muestra el relato del Génesis, ha
estado en el rechazo de escuchar a Dios. Viene de una preferencia dada por
una razón envanecida a aquello que ha creído poder deducir de las
constataciones de los sentidos, por encima de las advertencias y de las
promesas de Dios”74.
Íntimamente vinculado a este aspecto central del pecado original, que es
el rechazo a oir la voz de Dios y acatar su mandato75, aparece el deseo del
hombre de poseer para sí las cosas de la tierra. El ser humano es una
criatura a la vez material y espiritual, y así “la atracción de un fruto
prohibido totalmente terrestre, de la dominación sensual sobre la tierra que
debía cultivar como el jardín de Dios, va a ser para él la inmediata
concreción de la promesa falaz: «seréis como Dioses»”76.
En este «binomio» orgullo – atracción sensual se inserta, según Bouyer,
el desorden de la relación entre el hombre y la mujer. En su opinión, no es
que el pecado original haya sido una caída de lujuria, como lo consideraron
74
“La racine du péché, comme nous le montre le récit de la Genèse, a été dans le
refus d’écouter Dieu. Il vient tout d’une préférence donnée à ce qu’une raison
humaine en veine de s’affranchir a cru pouvoir tirer des constatations des sens,
plutôt que des avertissements et des promesses de Dieu”. Le Trône de la Sagesse,
168.
75
Otro modo que tiene el oratoriano para describir este desorden es una confusión
entre la libertad y la autonomía del hombre respecto al Creador, que lo llevan a
querer emanciparse: “l’aliénation où se trouve actuellement notre liberté n’a pas
d’autre source que la confusion originelle entre la liberté et l’autonomie. Là est
le péché originel précisément: le refus, de la part de la liberté créée, de dépendre
de rien ni de personne; —le refus plus particulièrement de dépendre de Celui
qui est le Père de toute liberté, de Dieu”. L. BOUYER, Humain ou chrétien, o.c., 67-
68.
76
“C’est l’attrait d’un fruit défendu tout terrestre, de la domination sensuelle sur la
terre qu’il aurait dû cultiver comme le jardin de Dieu, qui va donc concrétiser
pour lui immédiatement la promesse fallacieuse: «Vous serez comme des
Dieux!»”. Cosmos, 343.
232 CAPÍTULO VI
77
Cfr. Le Trône de la Sagesse, 21.
78
“[C]omme le lieu du péché”. Ibid, 18.
79
“La relation de l’homme à Dieu semble avoir été troublée parce que l’homme a
mis, dans ses rapports avec la femme, un égoïsme sensuel, refusant la loi divine,
à la place d’un amour à l’image de l’amour de Dieu pour sa créature”. Ibid, 23.
80
En concreto, en la clásica obra Simbolica, Möhler sostiene que esta doctrina se
desarrolla a partir de Belarmino. Cfr. J. A. MÖHLER, Simbólica, o exposición de las
diferencias dogmáticas de católicos y protestantes según sus públicas profesiones de fe,
Ediciones Cristiandad, Madrid 2000, 163.
81
“Il est entendu que l’état duquel l’homme est déchu était un état d’amitié divine,
de filiation adoptive mais réelle, absolument gratuit: un pur don de Dieu que
LA OBRA DE LA CREACIÓN 233
En segundo lugar, dado que el pecado original –como se vio antes– tiene
un contenido de egoísmo sensual, aunque su objeto no haya sido
directamente la lujuria, ha traído como consecuencia una subversión del
orden primigenio en las relaciones entre el hombre y la mujer.
En tercer lugar, la caída ha acarreado un deseo de someter de modo
desordenado la naturaleza, perdiéndose el dominio original que el ser
humano tenía sobre el resto de la creación82.
En síntesis, el pecado original ha traído como efecto la introducción de
un desorden en las relaciones del hombre con Dios. Esa ruptura de la
comunión a la cual había sido llamado por parte del Creador ha supuesto
un desorden en las relaciones con los demás seres del mundo visible e
invisible. Como afirma Bouyer, “el efecto del pecado ha sido hacer al
hombre extraño a todo aquello que concierne a la vida que Dios quiso para
él: la vida de relación viva con el Padre”83.
nous n’avions aucun titre à exiger. In en résulte que l’homme déchu, c’est à
proprement parler un homme retombé à son propre niveau, réduit aux seules
ressources de sa nature”. Les deux économies, 531. En el mismo texto, el teólogo
francés afirma que los Padres consideraban que la naturaleza caída había
quedado cautiva del demonio.
82
Cfr. Cosmos, 91.
83
“[L]’effet du péché a été de rendre l’homme étranger à tout ce qui concerne la vie
que Dieu voulait pour lui: la vie de relation vivante avec le Père”. Le Trône de la
Sagesse, 168.
234 CAPÍTULO VI
84
Ya antes hemos presentado las ideas del oratoriano respecto al gobierno divino
de la creación (Cfr. Cap. III, 2), y la bibliografía principal. Baste ahora decir que
la síntesis de este planteamiento se encuentra en: Les deux économies, 534-535.
85
“Il est donc vain d’espérer aucune restauration possible de cette vie por lui qui
ne commencerait pas par une redécouverte de ce qu’il ne connaît plus, de ce qui
est maintenant transcendant au champ d’expérience où il s’est volontairement
enfermé. Le commencement du salut, ce sera nécessairement un mesage divin
rendant l’homme à la conscience de ce qu’il a perdue de vue et s’est rendu
incapable de plus voir”. Le Trône de la Sagesse, 168-169.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 235
86
“En la personne du Fils de Dieu qui, en assumant notre nature, «récapitulait»
toute la race, le Nouvel Adam se présente et affronte à son tour le Prince de ce
monde. Cette fois, l’homme choisit bien et il est délivré par la Puissance de Dieu
et par l’acte libre de l’homme, ce qui rend sauve toute justice. L’homme, dans le
Christ, est devenu maître de Satan, et tous les hommes avec lui. Tous jugeront
les anges de Dieu”. Les deux économies, 535.
87
“C’est ainsi que cette vocation d’Ange de remplacement qui donne son sens à la
création même du premier homme, en dépit de la prévarication où celui-ci est
tombé, s’accomplit. Dans une perfection inespérable, par la nouvelle créature
(celle où paraît l’ἔσχατος Ἀδάµ, l’Homme ultime), Dieu fait homme pour
diviniser l’homme la réalise lui-même”. Le sens de la vie monastique, 58-59.
236 CAPÍTULO VI
▪ ▪ ▪
La pregunta central que suscita este capítulo es qué sentido tiene afirmar
que Dios ha asociado a los ángeles en la creación del universo material.
Como hemos visto, en la doctrina de Bouyer hay una gran continuidad
entre la aparición de los seres primordiales, su implicación respecto del
universo material y la creación del hombre. Por eso, en cuanto se apunte
una respuesta a aquella cuestión, se podrá penetrar un aspecto
fundamental de la doctrina del oratoriano sobre la entera obra de la
creación.
La lectura in recto de la narración del Génesis sobre la creación del
universo material sugiere una acción directa del Creador: “En el principio
creó Dios los cielos y la tierra (…) Dijo Dios: Haya luz, y hubo luz (…) Dijo
Dios: Haya un firmamento por en medio de las aguas que las aparte unas
de otras. E hizo Dios el firmamento…” (Gen 1, 1.3.6-7). Así como hizo a los
ángeles –con un ser y una naturaleza distintos a los suyos– Dios pudo
haber producido directamente el cosmos físico, pues para la omnipotencia
88
“[L]es cieux nouveaux et la terre nouvelle des hommes apparaîtront aussi. Alors,
la mort ne sera plus. Satan ne pourra plus nuire. La Vérité et la Vie seront tout
en tous”. Les deux économies, 535.
LA OBRA DE LA CREACIÓN 237
89
Como se ve, estamos utilizando el concepto materia en sentido de cosmos físico,
no como principio metafísico potencial respecto a la forma sustancial. Así es
como lo utiliza Bouyer cuando lo opone al término espíritu.
90
En sentido propio, la intervención de los ángeles no constituye una causa del ser
de la materia, ni formal ni instrumental, puesto que no hay ninguna criatura
que tenga la potencia de producir cosas de la nada, como lo ha explicado S.
Tomás de Aquino en la S. Th. I, q. 45, a. 5. Tampoco puede decirse que sean su
causa ejemplar, puesto que todo proviene de las ideas divinas (cfr. S. Th. I, q. 44,
a. 3). Como se ha dicho varias veces, la aproximación conceptual de Bouyer no
se conduce en estos términos. En el planteamiento del oratoriano, los ángeles
son exteriorizaciones de los pensamientos de Dios y, a su turno, la existencia de
la materia se debe a que Dios otorga consistencia a los pensamientos de los
ángeles. Por lo tanto, la idea ejemplar de la materia proviene en último término
del propio Creador.
91
Cfr. Supra, Cap. I, 2.
238 CAPÍTULO VI
92
“[L]e monde matériel n’est lui-même que l’expression, la matérialisation d’un
monde spirituel, et qu’il est pour autant un monde animé.
“Cest ici, sans doute, que leur pensée [des Pères] fait la plus large place à cet
exemplarisme dont la philosophie platonicienne et néoplatonicienne avait tiré
son principe majeur d’interprétation rationnelle de la réalité empirique, en
même temps qu’à un vitalisme d’origine stoïcienne”. Le Consolateur, 370.
93
“Il faudrait donc nous représenter l’univers matériel comme un miroir offert au
spirituel, comme un jardin des esprits qui les rassemble et qui leur est confié,
puisqu’aussi bien c’est à leur image qu’il a été fait. Il est comme la frange de
leur vêtement; les vagues de sa lumière sont comme le chatoiement de la robe
ondoyante dont le créateur a voulu parer sa créature invisible. D’où cette idée,
qui remonte si haut dans la tradition juive (elle apparaît notamment dans les
récits de l’Exode, sur la construction du tabernacle) que toutes choses, ici-bas,
LA OBRA DE LA CREACIÓN 239
Según esto, Dios concibió el cosmos físico como un don para la criatura
angélica, y el modo de entregarlo fue asociar a los ángeles en la creación del
mundo. El universo material es un regalo para el adorno y el regocijo de los
seres primigenios, a quienes el Creador ha amado eternamente con el agapè
divino. Por eso, el oratoriano utiliza expresiones que dan a entender que la
materia es como el vestido del espíritu, no porque lo necesite, sino porque
esto confiere belleza a los ángeles («el fleco de sus vestidos», «el tornasol de
su capa ondulante») y les proporciona un espacio propio del cual pueden
gozar («como un jardín que los reúne»).
Un tercer motivo es que, mediante la producción de la impronta
personal del cosmos material con la colaboración de la criatura angélica,
Dios liga el mundo visible al mundo invisible en la alabanza que la criatura
da a su Creador. Para Bouyer, como hemos visto, los ángeles constituyen
un coro que da gloria a Dios, gloria que es el fin mismo de la creación. Por
lo tanto, la asociación originaria del cosmos a la acción de los seres
primordiales tiene una finalidad latréutica94.
95
Lo que denominamos continuidad en el origen de los seres creados no tiene nada
que ver con el planteamiento evolucionista que, como vimos, es una teoría
científica que pertenece a un orden epistemológico diverso. Tampoco puede
confundirse con doctrinas teológicas del progreso, como la de Teilhard de
Chardin, a quien el oratoriano se refiere en distintas ocasiones, como ésta:
“Cette histoire doit être reconnue à cette lumière comme la dialectique de la
liberté divine et de la liberté créée, alors que, chez Teilhard, l’une comme l’autre
paraît absente. Il n’a point tort, cependant, de nous montrer le cosmos physique
tout entier orienté sur l’émergence de la vie, la biosphère sur celle de l’esprit, la
noosphère à son tour sur ce qu’il appelle la christification. Mais il manque à
cette vision évolutive le sens du conflit progressivement étendu, puis surmonté,
entre les libertés: la liberté créatrice et les libertés créées”. Le Fils éternel, 495.
Véase también: Cosmos, 214.255ss. Para una valoración del pensamiento de
Teilhard, consúltese la voz Gesù Cristo (III, 2) en: G. TANZELLA-NITTI, A.
STRUMIA (a cura di), Dizionario Interdisciplinare di Scienza e Fede. Cultura scientifica,
filosofia e teologia, o.c.
CAPÍTULO VII. LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO
EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA
1
Cfr. Supra, Cap. V, 2.
2
“[L]e plan éternel de Dieu sur l’histoire, le grand dessein qu’il réalise à travers la
réalisation de cette dernière”. Le Trône de la Sagesse, 285.
244 CAPÍTULO VII
3
“Toute la création n’est en somme que le passage de la Sagesse, de cet état
premier où elle ne se distingue du Verbe que d’une distinction de raison, à une
distinction réelle. Mais elle ne l’acquiert que pour tendre, par toute l’histoire du
monde créé, elle-même reprise dans le flux de la vie divine tout comme elle
n’en était qu’un rejaillissement, à se réunir à lui pour jamais. Les Noces de
l’Agneau sont le terme de l’histoire, comme tout le principe en est dans son
immolation décidée dès avant la création du monde et accomplie au comble du
devenir historique”. Cosmos, 372.
4
El encuadre de una visión teológica como «escatologista», por contraste con una
visión «encarnacionista», responde a varios criterios. Entre otros, se pueden
citar el menor o mayor valor de la historia de este mundo respecto su fin
escatológico; es decir, hasta qué punto el perfeccionamiento del universo
temporal (la santificación del mundo) se verá reflejado en la realidad cósmica
después de la historia. En segundo lugar, la comprensión del Reino de Dios
como algo totalmente trascendente a esta historia, o más bien como una
realidad ya presente en el tiempo que vivimos. Véase la contribución de J.
GALOT sobre la voz Eschatologie, IV. Eschatologie et vie spirituelle, en: AA.VV.,
Dictionnaire de Spiritualité, Ascétique et Mystique, 4, Beauchesne, 1960, 1049-1060.
Allí se incluye a Bouyer entre los escatologistas católicos más representativos,
sobre todo por un artículo en el que el oratoriano afirma, entre otras cosas, lo
siguiente: “Pour tout dire en un mot, à nos esprits modernes fascinés par le
monisme, le Nouveau Testament oppose, dans ses vues sur l’histoire à venir,
une insurmontable dualité. Nous semblons aujourd’hui prisonniers d’une
théologie dite de l’incarnation, d’après laquelle la divinité entrerait dans le
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 245
7
Cfr. Rm 11, 29.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 247
8
“Sans doute, la chute luciférienne a-t-elle déjà rendu ambiguë cette manifestation:
c’est ce que signifie aussi bien le fruit défendu que la présence insolite du
serpent au jardin d’Éden (Gn 2, 17 et 3, 1). Comment comprendre autrement
cette lutte, mortelle, pour la survie de toutes les espèces animales dans un
monde créé bon par le Dieu de toute bonté? Le mystère de la souffrance
animale, semble-t-il, plus même que celui de la souffrance humaine, n’est-il pas
une attestation particulièrement impressionnante de la chute cosmique
préhumaine?” Sophia, 184.
248 CAPÍTULO VII
9
“Ce sont deux armées en bataille, deux armées entre lesquelles il n’y a pas moyen
de rester neutre. D’un côté, «celui qui n’est pas contre nous est avec nous»
(Matth., VII, 13-14), car toute bonne volonté pressentie par la grâce de Dieu
n’attend que l’Évangile proclamé pour l’accueillir. Mais de l’autre, «celui qui
n’est pas avec moi est contre moi» (Marc, IX, 40), car quiconque résiste à la
grâce révélée, quels que soient ses dons par ailleurs, n’est plus qu’un rameau
détaché du tronc et voué à la sécheresse et au feu”. L. BOUYER, Christianisme et
eschatologie, o.c., 17.
10
Sobre la expresión «itinerario ascensional», véase el texto de Bouyer que aparece
en la nota 55 del Cap. VI.
11
“[A]u plus creux de cette histoire, au point où, descendue jusqu’aux approches
de sa mort qui va devenir la mort de Dieu même, Dieu s’y engage, cette histoire
commence à remonter en ascension céleste”. Le Consolateur, 445.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 249
encarnación del Verbo. En ambos casos hay una acción expresa de Dios,
pero la materia está como predispuesta para esa intervención divina.
No obstante, la historia del cosmos no es una ascensión pacífica, sino
que está marcada por una lucha permanente, en la cual están implicados
todos los seres creados. Los ángeles, en primer lugar, ya que son las
criaturas primigenias; por eso, aquellos que permanecen fieles a Dios
luchan –con Miguel a la cabeza– contra las fuerzas del Maligno. Los
hombres, porque es asumiendo una naturaleza humana como el Verbo
vendrá para operar la redención y vencer definitivamente al «Príncipe de
este mundo», y porque los propios hombres tienen que combatir una lucha
dentro de sí mismos mientras permanecen en estado de viatores. El universo
material, porque el Maligno ha oscurecido su belleza original, de modo que
necesita ser recuperada, cosa que sólo se conseguirá al término de la
historia.
Esta lucha no cesa, sino que acompaña a la creación durante toda su
actual existencia. Podríamos decir que también este conflicto va como
elevándose, de modo que se mantiene una tensión entre el bien y el mal
que solo se resolverá al final de los tiempos. Como afirma Bouyer, “se
comprende así que el Apocalipsis joánico ofrezca una visión de la historia
donde el conflicto, lejos de amainar, se va elevando hacia la cumbre”12.
La encarnación del Verbo –y la Cruz, que para Bouyer son realidades
inseparables13– está en la cúspide de esa historia de ascensión y de conflicto.
Los frutos de la redención hacen posible la victoria definitiva de Dios en el
cosmos. Sin embargo, el orden de la creación no queda alterado o
suprimido por la economía instaurada en Jesucristo. Es decir, Dios respeta
la autonomía de los seres tal como fueron creados, al tiempo que ofrece su
12
“On comprend donc que l’Apocalypse johannique nous offre une vision de
l’histoire où le conflit, loin de s’apaiser, monte peu à peu vers un sommet”. L.
BOUYER, Christianisme et eschatologie, o.c., 18.
13
“Pour le monde, comme pour Dieu, l’incarnation c’est la crôix”. Ibid, 16. La
misma idea aparece en: L. BOUYER, Royauté cosmique, o.c., 391-392.
250 CAPÍTULO VII
gracia para reparar los efectos del pecado y elevar al mundo decaído. Así lo
dice en su obra sobre antropología sobrenatural:
“El orden de la redención no suprime el orden de la creación. La
nueva creación que está llamada a producir la redención no es algo
que sustituye a la primera, sino que es la primera creación restaurada
y conducida hasta realizaciones supremas a las cuales había sido
destinada desde el origen”14.
La restauración de la que se habla es obra de Dios, puesto que la
encarnación del Verbo es lo que produce los frutos de la elevación del
cosmos. Pero esa restauración sólo se puede obrar en el hombre mediante
su aceptación libre, porque es una criatura hecha a imagen y semejanza del
Creador. La teología de la creación y la escatología de Bouyer respetan
profundamente la libertad humana, puesto que el itinerario ascensional del
cosmos no es una elevación maquinal de la criatura decaída, sino que –en el
caso de los seres libres– cada uno debe dar su aceptación para que se opere
–o se frustre– en sí mismo el fruto de la redención15.
14
“L’ordre de la rédemption ne supprime pas celui de la création. Car la nouvelle
création que la rédemption doit produire n’est pas une autre création qui serait
substituée à la première. C’est la première restaurée et conduite enfin jusqu’aux
accomplissements suprêmes auxquels elle avait été destinée dès l’origine”. Le
Trône de la Sagesse, 136-137. A continuación, el oratoriano afirma que esta
restauración requiere una muerte y una resurrección, como indicando que debe
seguir el mismo itinerario del Verbo encarnado, que ha pasado a través del
Misterio Pascual: “Elle ne peut plus, cependant, y parvenir sans une mort et une
résurrection. Là est proprement le mystère, le grand mystère de la croix, sur
lequel tous les autres débouchent. Mais ce mystère ne doit nullement nous faire
perdre de vue ce que l’évangile affirme: c’est précisément ce qui était perdu que
le Sauveur est venu chercher et sauver”.
15
Según el oratoriano, entender el profundo valor que concede Dios a la libertad
humana es necesario tanto para admitir que la restauración definitiva es obra
de Dios, como para reconocer que el hombre puede rechazar ese don. Cfr. L.
BOUYER, Christianisme et eschatologie, o.c., 27. En ese mismo estudio afirma: “Et
c’est si vrai qu’il n’y a pas moyen, même après l’incarnation, d’obtenir une
décision globale, dans un sens ou dans l’autre, de cet écheveau de volontés
créées qui constitue le monde. Tout ce que l’incarnation peut obtenir, —tout ce
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 251
qui est le salut du monde— c’est une possibilité pour les volontés mal orientées
de se dégager et de repartir à neuf. Mais cette possibilité offerte à tous ne
s’impose à personne” (p. 29).
16
“Non seulement l’Écriture Sainte proclame que tout, de ce monde, a été fait par
Dieu, a été fait pleinement bon; non seulement l’Évangile promet à l’homme le
salut de son corps aussi bien que de son âme, consacre son corps avec son âme à
la gloire de Dieu, mais la Bible entière fait de l’homme le réalisateur des
desseins de Dieu, l’associé de Dieu dans le grand œuvre de la création.
L’activité, même et d’abord matérielle, de l’homme en ce monde, sa propre
fécondité, non seulement Dieu bénit tout cela, mais Dieu l’enjoint à l’homme
précisément comme sa tâche propre, comme l’œuvre qu’il lui a donnée à faire,
pour laquelle il l’a fait, et par laquelle l’homme réalisera cette image de Dieu
qui est l’idéal même de Dieu sur lui. Quand Dieu a vu que toute la création
matérielle qu’il a faite est bonne, est pleinement bonne, il la parachève en créant
l’homme”. L. BOUYER, Humain ou chrétien, o.c., 37-38.
252 CAPÍTULO VII
17
“On peut définir la mission de l’Eglise dans le monde (ou, aussi bien, la mission
de l’Eglise auprès du monde) en disant qu’elle n’est pas destinée à servir le
monde tel qu’il est actuellement, mais à servir en lui les hommes pour qu’ils y
soient sauvés, non de leur condition créée, voulue et produite par Dieu, mais de
leur condition actuellement aliénée par le péché, ce qui revient à arracher le
cosmos physique lui-même, en eux et par eux, à la domination du Malin”.
L'Eglise de Dieu, 571. No es posible afrontar aquí en profundidad la concepción
del oratoriano sobre la Iglesia, por lo cual remitimos a los siguientes estudios
doctorales: J.C. YAP, 'Word' and 'Wisdom' in the Ecclesiology of Louis Bouyer, o.c. y
J. YANIZ, La eclesiología y el ecumenismo en el pensamiento de Louis Bouyer,
Pontificia Universitas Santæ Crucis, Roma 2013.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 253
18
“L’histoire demeure dans les mains du Christ et ne passe pas dans les nôtres.
L’Église le représente et ne le remplace pas. A plus forte raison ne saurait-elle le
dépasser. Toute son œuvre est d’apporter le salut à tous les hommes, par la
Parole et les Sacrements. Toute la promesse qu’elle a reçue, c’est son
indéfectibilité dans cette tâche. Elle ne saurait faire autre chose que ce que le
Christ a fait à sa première venue dont elle dépend tout entière. Comme lui, elle
doit faire luire la lumière, Sa lumière, dans les ténèbres”. L. BOUYER,
Christianisme et eschatologie, o.c., 26.
254 CAPÍTULO VII
19
“Pas plus qu’il ne peut violenter et détruire les libertés qu’il a voulues, Dieu ne
peut abandonner indéfiniment à l’inimitié du monde celles qui sont revenues à
son propre amour. Il ne prolonge leur mélange, il ne laisse la Cité de Dieu
immergée dans la Cité du monde que pour permettre au plus grand nombre
possible de volontés captives de s’affranchir de l’une et de retourner à l’autre.
Après l’incarnation, la durée du monde n’a plus de sens qu’aussi longtemps
qu’il faut pour placer chacun par l’Évangile devant la possibilité d’une décision
renouvelée. Quand nous en serons là, tout sera prêt pour une seconde
intervention divine”. L. BOUYER, Christianisme et eschatologie, o.c., 31.
20
“Ce n’est pas dans l’histoire, c’est au-delà de l’histoire, c’est par un saltus mortel
et vivifiant que l’on passera de notre monde irrémédiablement divisé au monde
où Dieu sera tout en tous”. Ibid, 32.
21
Véase su obra Introduction à la vie spirituelle (1960), especialmente los capítulos V-
VIII.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 255
22
De ahí la importancia que tiene su libro Le sens de la vie monastique, escrito en el
temprano 1952. Sobre este tema se sugiere ver la contribución de J.-C. NAULT,
La vie monastique comme assimilation au Christ selon Louis Bouyer, «Communio
(fr)» 31 (2006), 79-95 y la tesis doctoral de M. Lucietto, L'Umanesimo della Croce.
La spiritualità cristiana nelle diverse vocazioni in Louis Bouyer, o.c..
23
Este es el argumento fundamental de su libro Initiation chrétienne (1958).
24
“L’Eglise doit (…) au nom de la Parole dont elle est l’annonciatrice, opposer à
une vue insuffisante de la nature humaine, gâchée par le matérialisme, à une
vision illusoire de sa vocation, pervertie par l’orgueil démoniaque, et la vraie
sagesse éclairée d’en-haut, qui peut seule éclairer l’homme sur lui-même, et les
seules voies mystérieuses de sa réalisation authentique, qui sont celles de Jésus-
Christ et de Jésus-Christ crucifié”. L'Eglise de Dieu, 577-578.
256 CAPÍTULO VII
25
“En un sens très profond et très réel, notre travail ici-bas n’est pas vain (…) Tout
ce que nous faisons dans la grâce du Christ contribue à l’édification du corps du
Christ. L’apôtre qui souffre et qui peine, à travers ses efforts et ses échecs, bâtit
très réellement le Temple de Dieu”. L. BOUYER, Christianisme et eschatologie, o.c.,
35.
26
“Ainsi la Sagesse créée, et déchue, serait-elle relevée, rassemblée de sa dispersion,
et, devenue le corps même, mort et ressuscité, du Verbe éternel, ce corps
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 257
s’étendant, avec le don de l’Esprit, à tout l’univers, elle serait promise à ces
noces avec le Fils qui ne pouvaient plus être, du fait du péché des hommes
comme des Anges, que des noces de sang”. Le Consolateur, 444.
27
Cfr. Le Trône de la Sagesse, 25ss.
28
En este tema conviene consultar el estudio doctoral de K. HELLER, Ton Créateur
est ton Époux, ton Rédempteur. Contribution à la théologie de l’Alliance à partir des
écrits du R. P. Louis Bouyer, de l’Oratoire, Téqui, Paris 1996.
258 CAPÍTULO VII
29
“L’Épouse de Christ à proprement parler, c’est l’Église et elle seule. Mais, comme
Origène l’a expliqué si admirablemente dans ses homélies et son
Commmentaire sur le Cantique, dans l’Église toutes les âmes sont chacune
Épouse du Verbe comme si chacune était unique”. Le Trône de la Sagesse, 257. En
otro lugar el oratoriano se refiere a “ese carácter esponsal que aparece como
vocación suprema y última de toda criatura y de la creación entera”. Misterio y
Ministerios de la mujer, 74. El estudio de F. SUÁREZ MARTEL, La persona humana y
su vocación eterna a la luz de la sabiduría eucarística, según L. Bouyer, o.c., 461-462,
plantea la problemática que supone la figura esponsal, especialmente respecto
al ser humano varón. Sin embargo, insistimos en que la visión fundamental de
Bouyer sobre la esponsalidad de Dios y la criatura se refiere a la creación entera,
no tanto a cada alma en particular: es a través de la Iglesia –personificación
escatológica de la Sabiduría– que cada uno, manteniendo su individualidad,
participa en esa unión con Dios Padre, a través del Hijo, en el Espíritu Santo.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 259
30
Misterio y Ministerios de la mujer, 39.
31
Vid. Supra, Cap. V, 3.
32
Cfr. Ap 19, 7ss.
33
Cfr. Ef 5, 32.
34
“Les noces redeviennent le signe de ce à quoi Dieu, de tout temps, avait voulu
amener l’homme. Et ce signe devient efficace de sa réalisation, malgré le péché,
dans le Christ et dans l’Église”. Le Trône de la Sagesse, 137.
260 CAPÍTULO VII
35
Vid. Supra, Cap. III, 1, b.
36
Cfr. Le Trône de la Sagesse, 282.
37
“C’est ainsi que la Sagesse atteindra, au terme de l’histoire, la pleine réalisation
créée de la personnalité à laquelle elle tend: lorsque paraîtra l’Épouse de
l’Agneau, l’Église prédestinée, unie à celui-ci dans toute sa gloire”. Ibid, 286.
Véase también el texto de la nota 76 del Cap. V.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 261
Eva estaba incluida en Adán38. La creación, por tanto, tiene como un rostro
femenino39 y eso le permite ser esposada por el Verbo de Dios.
En la historia, la virginidad y la maternidad no aparecen
simultáneamente sino en la Virgen María, y volverán a aparecer en la
realidad escatológica, cuando Cristo se una a su Esposa, la Iglesia. Según
Bouyer, en este mundo la Iglesia engendra nuevos hijos, pero como su
historia está llena de pecado, su virginidad ha sido mancillada. Al final de
los tiempos será limpiada de toda mancha; en ese momento estará
dispuesta para esposarse con el Cordero, y volverá a ser virgen y madre. El
oratoriano expone esta idea al hacer un parangón con la condición
femenina:
“El encuentro con el varón será sin duda necesario para actualizar,
para explicitar en detalle esta potencialidad sin límite [de la condición
femenina]. Pero como ese encuentro reviste un inevitable aspecto de
entrega, de intrusión, de ruptura, su efecto supone, no menos
inevitablemente, no solo una fragmentación sino una reducción
empobrecedora en la que el infinito latente que la mujer llevaba en
ella cede su sitio a una finitud fragmentaria, y en la que su feminidad
se agotará sin poder nunca revelarse por entero. Únicamente los
esponsales del Verbo Divino con la naturaleza humana, en el seno de
María, dando origen al Verbo mismo de Dios hecho carne, lograrán
esa infinitud y la maternidad divina de la Virgen posteriormente,
lejos de marchitar su virginidad, la acabará de consagrar. Más
maravillosamente aún, la consumación de las bodas de la humanidad
total con la divinidad, en la Iglesia escatológica, al darle virtualidad
total a lo humano en la totalidad de lo creado, con una tal realización
38
Cfr. Cosmos, 372.
39
Desde el Preludio de su obra cosmológica, el teólogo francés menciona ese rostro
femenino del mundo. Cfr. ibid, 12. En otro texto afirma: “Después de todo, la
criatura entera está llamada a realizar ante Dios, en plenitud y dentro de una
vocación de esposa, eso que nosotros podemos llamar su feminidad, que en
contrapartida descubre en Dios mismo la cualidad de Esposo sobrenatural”.
Misterio y Ministerios de la mujer, 40.
262 CAPÍTULO VII
40
Misterio y Ministerios de la mujer, 54.
41
“Notre rapport au Christ est fondamental. C’est sur la base de notre rapport
sponsal avec lui que nous sommes faits fils du Père et temples vivants de
l’Esprit. Cette unique relation sponsale, qui se termine directement au Christ,
nous engage à la fois dans la relation filiale du Christ au Père et dans la relation
de possession ou d’inhabitation qui unit le Fils à l’Esprit et l’Esprit au Fils. Cette
dernière relation, qui nous récapitule avec Jésus dans le Père, est donc
l’achèvement de notre relation filiale comme de la sienne, puisque la nôtre aussi
bien n’est que la sienne participée”. Le Trône de la Sagesse, 266-267.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 263
de los tiempos, del mismo modo que ellas son una en Él, en el seno del
Padre”42.
Esta unión de toda la creación con Dios no quiere decir que Bouyer
defienda una salvación universal del género humano, puesto que sólo
serán esposados con el Verbo aquellos que se hayan mantenido fieles al
Padre, aceptando el don del Espíritu Santo, que será quien opere esa
recapitulación. Toda criatura personal tiene la vocación de responder al
amor divino y, sin embargo –por ser libre–, puede también refutarlo. Como
afirma el oratoriano,
“la creación es en definitiva una creación de libertades, cuyo
destino es realizarse en amor recíproco con el amor que las suscita,
del mismo modo que el amor divino se realiza eternamente en la
libertad del Espíritu. Sin embargo, esas libertades particulares,
limitadas, por el mismo hecho de su particularidad, de sus límites,
existen para refutar o consentir a dar la respuesta de amor que su
creador espera de ellas. Si ellas consienten, serán retomadas, por el
mismo Espíritu que les otorga la existencia como seres libres, en el
amor que, por tener un ser eterno, siendo uno con el Hijo, dona la
existencia”43.
42
“[L]’union finale à lui, en lui de toute l’Eglise catholique, pan-cosmique, comme
Sagesse de la création, avec la Sagesse éternelle, à la fin des temps, de même
qu’elles sont une en lui au sein du Père”. Le Père invisible, 290.
43
“En d’autres termes, la création n’est en définitive création que de libertés, dont
la destinée est de s’accomplir en amour réciproque de l’amour qui les suscite,
comme l’amour divin s’accomplit à jamais en lui-même dans la liberté de
l’Esprit. Ces libertés particulières, limitées, cependant, par le fait même de leur
particularité, de leurs limites, ne peuvent être sans pouvoir aussi bien se refuser
que consentir à donner la réponse d’amour que leur créateur attend d’elles. Si
elles la donnent, elles seront reprises, par le même Esprit qui leur donne d’être
en étant librement, dans l’amour qui donne d’être en étant éternellement, en
n’étant qu’un avec le Fils”. Le Consolateur, 442. Según el oratoriano, el destino de
los que son fieles a Dios es gozar de la vida eterna, mientras que la suerte de los
que rechazan el amor divino es quedar privados de la eternidad,
permaneciendo en una dimensión temporal que no conduce a ninguna parte.
264 CAPÍTULO VII
46
“Ramenés par le Christ et son œuvre pour nous, parmi nous, dans la voie du
salut, nous tendons enfin à la réalisation historique de la Sagesse éternelle
concernant le monde créé. Cette voie doit nous conduire à l’édification de
l’Église définitive où nous serons associés aux anges fidèles dans la louange
unanime, la glorification de Dieu et de son œuvre: de création, de salut,
d’adoption en son Fils de tout ce qui vient de Lui sans être Lui-même:
autrement dit, ce sera la descente de la Fiancée de l’Agneau d’auprès de Dieu”.
Sophia, 195. En otro lugar, refiriéndose a la transfiguración del cosmos y a la
resurrección de la carne, afirma: “L’univers transfiguré, à l’entour des corps
ressuscités, est enveloppé comme d’un arc-en-ciel où la gloire indivisible de
Dieu resplendit d’autant de feux qu’il est d’élus. Il n’est plus qu’une seule harpe
où tout vibre au vent de l’Esprit, les Anges descendant et remontant avec le Fils
de l’Homme, dans cette procession sans fin où, descendu seul du Père, il
remonte maintenant à Lui avec son Epouse, parfaitement unie à lui de l’unité
même qui le réunit au Père éternellement”. Cosmos, 374-375.
47
Cfr. Supra, Cap. V, 1.
266 CAPÍTULO VII
material, pero sobre todo tal cual es reflejada por las criaturas
superiores, los ángeles”48.
En este texto se pueden ver los dos aspectos que, según el teólogo
francés, tiene la gloria de Dios en su comunicación por fuera de la Trinidad:
por un lado, ella es el resplandor de Dios en el universo creado, puesto que
el cosmos lleva la impronta de su Creador. Por otro lado, ella es la
captación de la perfección divina por parte de la criatura inteligente, no
porque el ser creado pueda abarcar con su entendimiento toda la esencia de
Dios, que es incomprehensible, sino porque la luz intelectual, el
conocimiento, es reflejo de la gloria divina49.
El primer aspecto de la gloria de Dios es la huella que deja el Creador en
el cosmos. Para Bouyer, la principal prueba de que la creación es una
comunicación de la gloria divina se da al constatar el orden y la belleza del
universo creado. Un mundo con estas características solo se explica como
un reflejo de una realidad superior que lo trasciende, de la perfección del
Dios que lo ha hecho. Como afirma ya en la Introducción de su tratado de
cosmología,
48
Voz Gloria en: Diccionario de Teología, 296-300, donde se pueden ver los textos de
la Escritura que examina el oratoriano. Bouyer presenta las dos principales
doctrinas teológicas sobre la gloria divina, que son la de S. Tomás en Occidente
y la de G. Palamas en Oriente. La tomista afirma que la gloria es el estado de
bienaventuranza en el cual la criatura puede contemplar mediante la visio la
esencia divina, mientras que en este mundo la contempla sólo por la gracia
creada. Para los orientales, lo que el hombre puede contemplar en la
resurrección es una irradiación de las energías divinas, creadas, puesto que la
esencia de Dios es infinita y, por tanto, incomprehensible. Según Bouyer, “a
partir de presupuestos diferentes, estas dos grandes tradiciones cristianas que
parecen oponerse punto por punto, de hecho se entrelazan constantemente en
lo que quieren afirmar”. ibid.
49
El teólogo francés afirma que la gloria de Dios “llega a su perfección en el
conocimiento por el cual los seres que por excelencia son a imagen de Dios le
reenvían su propia luz. De ahí la glorificación (expresada en el Sanctus de la
misma visión), que no es más que la gloria divina reconocida por los que son
llamados a vivir contemplándola”. Diccionario de Teología, 296-300.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 267
50
“Ce que la Bible nomme la gloire de Dieu (…) n’est que l’éclat divin que le
cosmos, scruté à fond, découvert dans toute son ampleur et sa profondeur, nous
révèle, exsudant de toute l’existence, de tout l’être cosmique. Et c’est
exactement pour cela que le monde créé peut être dit «cosmos», c’est-à-dire
ordre et beauté”. Cosmos, 7.
51
Sobre cómo están entrelazados la alabanza de los ángeles al Creador y la gloria
que están llamados a darle el cosmos físico y la criatura humana, es
especialmente relevante la contribución de K. LEMNA, The Angels and Cosmic
Liturgy: An Oratorian Angelology, o.c.
268 CAPÍTULO VII
reflejo de la gloria divina, está afirmando que todo el cosmos proclama con
su existencia –y, en el caso de la criatura racional, con su actuar libre– la
gloria de Dios. Para explicarlo, el teólogo francés se remonta a la tradición
del pueblo de Israel sobre las bendiciones y alabanzas a Yahvéh. En su
tratado sobre la Eucaristía, sostiene que la gloria de Dios
“en sentido bíblico y judío, es una irradiación de su ser que se
refleja en toda la creación, tanto visible como invisible. Los ángeles
superiores, los serafines mismos, como lo indica su nombre, están
hechos de un fuego misterioso, que es como un primer reflejo del
brasero de la vida divina, y el fuego del altar y de las lámparas del
santuario se limita a evocarlo (…) La gloria que dan los serafines a
Dios cantando la qedušah, es ese reflejo de la gloria divina, que retorna
a su fuente. Pero en ellos es un reflejo consciente, que se expresa por
el canto, así como en Dios la luz ígnea es la del Espíritu, que se
expresa en la palabra. El hombre será asociado tanto a esta revelación
de gloria como a esta glorificación de alabanza que responde a ésa,
primero contemplando la luz visible en la faz de la creación, luego
apropiándose, gracias a la torah recibida y aceptada, el homenaje
consciente de la qedušah angélica”52.
En este mundo, por tanto, el hombre se asocia a la alabanza a Dios –a la
gloria divina– de dos modos: por un lado, recibiendo la ley, y llevándola a
cumplimiento; por otro, proclamando con su boca la grandeza del Creador.
Lo que primero da gloria al Creador es la conducta de la criatura, puesto
que Yahveh le ha entregado la torah “como acto supremo de amor divino,
que suscita el amor recípropo de las criaturas al único Santo, al único Señor,
cuyo señorío y santidad son los del amor”53. Por eso afirma Bouyer que, en
esta historia, la primera alabanza de los seres libres es adherir con su
libertad al Amor divino. Veamos este texto:
52
Eucaristía, 77-78. La qedušah es esa plegaria angélica por excelencia, que se ha
incorporado también en la liturgia cristiana: “Santo, Santo, Santo el Señor
sabaoth: la tierra entera está llena de su gloria”. Cfr. ibid, 75.
53
Eucaristía, 78.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 269
“El mundo no es Dios, pero está todo lleno de Él, aunque esa
presencia permanece habitualmente apenas presentida. Está lleno de
Dios porque se baña todo en Él. Dios lo empuja desde todas partes, si
se puede decir así, para ser al final todo en todos, así como todo,
desde toda la eternidad, existe para él, y no existía sino en él. El
tiempo no es sino el misterioso paso donde el consentimiento de
libertades creadas se hace a la libertad increada, Amor que llama al
Amor”54.
Lo segundo es asociarse con la boca –también con el cuerpo y el
espíritu– al canto de alabanza de los ángeles. La tradición judía contiene
una gran riqueza de plegarias de bendición –berakoth– dirigidas a Yahveh, y
de allí provienen muchas oraciones retomadas por la liturgia cristiana. Pero
es mediante la nueva alianza que llega la plenitud de la alabanza de la
criatura a su Creador, puesto que Jesucristo ha establecido un modo
definitivo de dar gloria a Dios a través de su sacrificio, que se hace presente
en la historia cada vez que se celebra la Eucaristía. Por eso, la Eucaristía
cristiana ocupa un lugar central para dar gloria a Dios en este mundo,
como se sugiere en el siguiente texto:
“La eucaristía completa es siempre una confesión de Dios como
creador y redentor, por Cristo, y más particularmente una
glorificación de Dios que nos ilustra con su conocimiento, nos vivifica
con su propia vida, en el don supremo de su propio Espíritu. Es al
mismo tiempo súplica con que se implora que el misterio celebrado
tenga en nosotros, en la Iglesia consumada en todos sus miembros,
toda su realización. Concluye con la presentación a Dios del material
de este misterio sagrado, en la invocación que consiguientemente se
54
“Le monde n’est pas Dieu, mais il est tout plein de lui, encore que cette présence
y reste habituellement tout au plus presentie. Il est plein de Dieu parce qu’il
baigne tout en lui. Dieu le presse de toute part, si l’on peut dire, pour être à la
fin tout en tous, comme tout, de toute éternité, existe pour lui, mais n’existait
qu’en lui. Le temps n’est que le mystérieux passage où le consentement des
libertés créées se fait à la liberté incréée, Amour qui apelle l’Amour”. Cosmos,
373.
270 CAPÍTULO VII
55
Eucaristía, 468. Con otro acento, de tipo trinitario, afirma en su obra sobre el
Espíritu Santo: “dans l’eucharistie (…) toute la création, toute l’histoire du salut
remonte, dans le Fils, avec le Fils, en action de grâce, en reconnaissance vers le
Père: reconnaissance de cet amour qui nous a connus et aimés dès avant la
création du monde dans l’unique Bien-Aimé, c’est ce que l’Esprit-Saint
accomplit en Dieu de toute éternité qui s’accomplit, qu’il accomplit en nous, en
précipitant le temps de notre histoire vers les cataractes éternelles du retour à sa
source de tout l’amour qui fait la vie même de Dieu, Père, Fils, et Saint-Esprit,
trinité consubstantielle et indivisible”. Le Consolateur, 449. Como no resulta
posible afrontar con mayor profundidad en este trabajo la teología de la
Eucaristía en el pensamiento del oratoriano, sugerimos el estudio doctoral de F.
QUARTULLI, Approches de la théologie de l'Eucharistie selon les écrits de Louis Bouyer,
Pontificia Universitas Santae Crucis, Roma 2008.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 271
56
“Ainsi, peut-on dire, comme la Sagesse est engendrée éternellement dans le Fils,
dans la Parole éternelle, comme, en celle-ci, Dieu profère, avec le Nom divin,
toutes choses, en tant qu’elles proviennent avec le Fils du Père de qui découle
toute paternité dans le ciel et sur la terre, cette Sagesse revient à lui à travers
l’histoire de la création, de la chute et du salut, telle une Eucharistie universelle
où confluent toutes choses dans la gloire, en répondant pleinement à la Parole
dont elles proviennent, par l’Esprit qui récapitule dans le Père le Fils lui-même,
et, avec le Fils, dans le Fils, tout ce qui est et sera jamais”. Cosmos, 309.
57
“L’amour de Dieu, dans l’éternité, descend du Père dans le Fils et remonte dans
l’Esprit, avec le Fils, vers le Père. Ce même amour, dans le temps, descendu
avec le Fils, revient à lui dans l’apparition eschatologique de son Epouse.
Reprise à lui avec le Fils par l’Esprit, la création entière, le cosmos dans son
intégralité, est pris dans cette Eucharistie éternelle de l’Esprit, qui répond à
272 CAPÍTULO VII
▪ ▪ ▪
59
Véase el texto de D. ZORDAN reportado en la nota 37 del Cap. IV. También las
conclusiones del estudio de A. CATAPANO, La sofiologia di Louis Bouyer,
prolegomeni per un'antropologia teologica, o.c., 326-327, donde se afirma: “Ci
sembra tuttavia che la concezione più problematica di questa visione, consista
proprio nell’atteggiamento di sospetto nei confronti del mondo nella situazione
attuale”.
60
Véanse las notas 16 y 25 del presente Capítulo.
274 CAPÍTULO VII
61
El oratoriano es bastante crítico de la teología de la liberación y de la teología de
la muerte de Dios. En distinta medida se opone también a la propuesta de
Teilhard de Chardin que, como es sabido, en la polémica entre encarnacionistas
y escatologistas es catalogado entre los primeros, mientras que Bouyer aparece
entre los segundos. Véase este artículo: L. BOUYER, Royauté cosmique, o.c., 387-
397.
62
En esto se ve la cercanía con la propuesta de su maestro y amigo O. Cullmann.
Así lo sugiere en su estudio M. CONNOLLY, Human History and the Word of God:
the Christian Meaning of History in Contemporary Thought, MacMillan, New York
1968, 155-160, donde se incluye a ambos autores entre la posición escatologista
más extrema.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 275
francés, entonces el mundo habrá llegado a ser lo que estaba destinado por
Dios desde siempre.
Esto nos lleva a la consideración de otro tema central en la cosmología
de Bouyer, que son las bodas escatológicas del Cordero y la Sabiduría. Se
trata de una imagen, que en la teología del oratoriano cobra un valor
particular. Incluso, parece que Bouyer la aplica con un realismo excesivo.
Podemos afirmar que el oratoriano, para dar peso a los datos de la
Revelación bíblica, intenta desentrañar el significado de una realidad que a
otros podría parecen meramente analógica o, incluso, simbólica.
En el caso de la imagen nupcial, Bouyer constata que tanto el Antiguo
como el Nuevo Testamento hablan recurrentemente del amor de Dios por
la criatura –que aparece incluso como un amor apasionado–, comparándolo
con el amor del esposo por la esposa. Para el oratoriano, no se trata sólo de
una bella imagen; el problema es que, para mantener la coherencia de la
figura esponsal, Bouyer traspone dimensiones psicológicas y
antropológicas a los campos metafísico y teológico.
En concreto, el oratoriano parte del dato revelado de que el hombre ha
sido hecho a imagen y semejanza de Dios. Por tanto, viendo a la criatura
humana se puede descubrir algo de las huellas que ha dejado el Creador en
ella. Bouyer sostiene que al trasponer esa imagen de Dios en la criatura, es
posible intuir qué rasgos de la condición masculina y femenina son reflejo –
y en qué medida– del Creador.
El problema está en que la condición de varón y mujer es típicamente
criatural, y más específicamente de la criatura humana. Por eso, afirmar
que esos rasgos que configuran la identidad del hombre se pueden ver en
Dios, y más aún, en el cosmos, es una conclusión teológica demasiado
arriesgada. Bouyer parece supeditar la aplicación de la imagen nupcial a
una condición personal y de algún modo «sexuada» del universo creado;
esto es probablemente lo más criticable de su comprensión sobre las bodas
escatológicas.
Aparte de ese límite, hay que reconocer que su doctrina sobre las bodas
escatológicas es consistente con su visión trinitaria sobre el mundo. El
276 CAPÍTULO VII
oratoriano intenta ver cómo obran las tres Personas en la creación –puesto
que es una operación ad extra y por tanto común a la Trinidad– en todas sus
«fases»: antes de ser concebida, cuando toma existencia autónoma, durante
su despliegue en el tiempo y en su final escatológico63.
De otro lado, la consideración del mundo como gloria de Dios completa
la visión de Bouyer sobre el universo creado. De hecho, como ya se hizo
notar, su obra de cosmología sobrenatural tiene el subtítulo El mundo y la
gloria de Dios 64 . El mundo así entendido guarda coherencia con la
continuidad que hay en la creación de los seres espirituales –ángeles y
hombres– y del cosmos material. Según Bouyer, las criaturas están
interconectadas en su origen, puesto que el universo material es reflejo de
relaciones personales –angélicas–; el hombre, por su parte, ha surgido como
«ángel de sustitución». También hay continuidad de las criaturas en su fin,
que es el de dar gloria a Dios: con su sola existencia, reflejando el esplendor
de la gloria divina; con su conducta, adhiriendo al amor de Dios como un
«culto racional» (cfr. Rm 12, 1); y con su plegaria de alabanza, en ese canto
de glorificación que entonan los ángeles en su presencia y al cual se asocia
todo el orden creado, ahora mediante la Eucaristía y después en la alabanza
celestial65.
63
Hemos sido recurrentes en el esquema exitus-reditus porque nos parece que
permite encuandrar esas «fases» a las que se refiere permanentemente la
teología del oratoriano.
64
En obras anteriores a Cosmos aparece ya el proyecto de este libro con el subtítulo
la Gloire divine et l’univers. Por ejemplo, en el Plan General trazado en L’Église de
Dieu (1970) y en su libro de entrevistas (1979). Cfr. Le métier de théologien, 221. De
hecho, el oratoriano explica: “C’est là l’objet du troisième volume de notre essai
de synthèse sur l’«économie» chrétienne, lequel sera consacré au Cosmos: dans
les perspectives de cette gloire divine, au sens biblique, dont le monde doit être
l’effulgence ad extra, comme le Verbe divin en est le resplendissement ad intra”.
L'Eglise de Dieu, 9.
65
Cfr. Eucaristía, 462.
LA RECAPITULACIÓN DEL MUNDO EN LAS BODAS DEL VERBO Y DE LA SABIDURÍA 277
Por último, esta visión del mundo como gloria establece un enlace entre
la cosmología de Bouyer y su comprensión de la liturgia66. Todo el cosmos
alaba al Creador mediante una Eucaristía, que se realiza de modo
sacramental en la historia y tiene una forma escatológica a partir de la
Parusía 67 . Ver el mundo como una gran alabanza a Dios, como una
Eucaristía cósmica, ya ahora y luego en la recapitulación final, es entender
cómo se unen el cielo y la tierra, el tiempo y la eternidad, Dios y el mundo.
66
Un estudio sobre la teología litúrgica del oratoriano puede verse en la tesis
doctoral de J. SILVESTRE, Cristo en nosotros, esperanza de la gloria. Bases para una
Teología a partir del Misterio en Louis Bouyer, Pontificium Athenaeum S. Anselmi
de Urbe, Roma 2008.
67
Respecto a esta visión de la cosmología de Bouyer, soy particularmente deudor
del estudio de K. LEMNA, The Angels and Cosmic Liturgy: An Oratorian Angelology,
o.c., 901-921.
CONCLUSIONES
1
El trabajo de M.-H. GRINTCHENKO, Une approche théologique du Monde, Cosmos du
Père Louis Bouyer, Parole et Silence, Paris 2015, resalta el valor de la reflexión de
Bouyer respecto a la historicidad de la Revelación, y la articulación de historia y
eternidad en el proyecto divino sobre el mundo. Véanse especialmente las
Conclusiones de ese estudio, pp. 257-291.
284
2
Estamos de acuerdo con la afirmación de un estudio sobre la angelología de
Bouyer, según la cual “la démonologie paraît être un élément constitutif de
l’univers théologique et de la «vision du monde» de LB”. C. VILLENEUVE,
Captivité démoniaque et lutte contre le diable chez Louis Bouyer, o.c., 17.
3
Los trabajos de Bouyer sobre el problema del mal, que hemos citado en repetidas
ocasiones (Le problème du mal dans le christianisme antique, de 1946, y Les deux
économies du gouvernement divin: Satan et le Christ, de 1953) se encuentran entre
sus escritos de mayor densidad exegética.
4
Entre otras cosas, Bouyer habla poco del otro principio del mal, la concupiscencia,
que es la interior inclinación desordenada que existe en todo hombre como
reliquia del pecado original.
CONCLUSIONES 285
5
En esta misma línea, cfr. C. VILLENEUVE, Captivité démoniaque et lutte contre le diable
chez Louis Bouyer, o.c., 186 y 190.
6
Cfr. R. LE GALL, Le Père Louis Bouyer. Un maître à penser, «La Maison-Dieu» 246
(2006), 7-20.
286
Hemos repetido que Bouyer tiene una cultura tan vasta que resulta muy
difícil abarcar todo el catálogo de las fuentes de su pensamiento. Por eso, al
7
La visión pesimista que muestra Bouyer respecto a la historia de este mundo no
se debe, a nuestro juicio, a la afirmación de la trascendencia del destino
escatológico del cosmos, sino a la desconfianza del oratoriano en la racionalidad
tecnológica.
CONCLUSIONES 287
concluir este estudio vemos con interés posibles cuestiones para ulteriores
trabajos. Por ejemplo, se podrían hacer profundizaciones sobre autores que
nutren los presupuestos epistemológicos del teólogo francés, como A. N.
Whitehead y su «teoría del proceso» 8 ; sobre la fenomenología de las
religiones y las manifestaciones cultuales según M. Eliade; sobre la idea de
Berkeley respecto a la estructura espiritual del universo, o el pensamiento
de A. Günther sobre el mundo como una «contraposición» de Dios.
En cuanto a la reflexión teológica propiamente dicha, cabría hacer
cotejos en las fuentes patrísticas, como el pensamiento de Orígenes sobre la
«creación de libertades», las ideas del Pseudo-Dionisio sobre las
«jerarquías», o el desarrollo de los «logoï en el Logos» de S. Máximo el
Confesor. También sería posible adelantar estudios sobre cómo recibe
Bouyer la influencia de la teología oriental de G. Palamas y de los autores
rusos, especialmente S. Bulgakov9.
Por otra parte, es cierto que existen trabajos sobre el influjo del
pensamiento de autores como Newman en la angelología del oratoriano10,
de los místicos renanos y los teólogos de la escuela de S. Víctor en su
reflexión sobre la Trinidad 11 , o sobre la influencia de la teología de S.
Tomás de Aquino en la visión general de Bouyer sobre Dios y el método
8
Como punto de partida para profundizar en este tema, sugerimos consultar los
siguientes trabajos: K. LEMNA, Louis Bouyer and Alfred North Whitehead. A
Dialogue in Trinitarian Cosmology, o.c., 749-773 y K. LEMNA, Mythopoetic Thinking
and the Truth of Christianity, o.c., 69-98.
9
Hay referencias sobre este tema en el estudio de J. SERVAIS, La «Sagesse», nombre
d'or de la théologie selon Louis Bouyer, o.c., 725-747, y sobre todo en el de D.
ZORDAN, De la Sagesse en théologie. Essai de confrontation entre Serge Boulgakov et
Louis Bouyer, o.c., 265-286, pero aún está pendiente un trabajo que se adentre en
las obras del sofiólogo ruso para ver cómo su pensamiento ha sido recibido por
Bouyer.
10
K. LEMNA, The Angels and Cosmic Liturgy: An Oratorian Angelology, o.c., 901-921.
11
G. BRUTÉ DE RÉMUR, La théologie trinitaire de Louis Bouyer, o.c.
288
12
Cfr. A. BIROT, Bouyer, entre Thomas et Balthasar, o.c., 501-529 y K. LEMNA, Louis
Bouyer's Sophiology: A Balthasar Retrieval, o.c., 628-642.
13
Por ejemplo, sobre S. Atanasio: L. BOUYER, L’Incarnation et l’Église Corps du Christ
dans la théologie de saint Athanase, o.c.; sobre el teólogo ruso: L. BOUYER, La
personnalité et l'oeuvre de Serge Boulgakoff (1871-1944), o.c.; o sobre su amigo
Cullmann: L. BOUYER, L’œuvre exégétique d’Oscar Cullmann et le problème
eschatologique, o.c.
14
Cfr. L. BOUYER, Le Quatrième Évangile. Introduction à l’évangile de Jean, traduction et
commentaire, o.c. y La Biblia y el Evangelio.
15
Véase la nota 75 del Cap. III y la nota 64 del Cap. VI.
CONCLUSIONES 289
16
Véanse las notas 42 y 45 del Cap. VI.
17
Véase el Cap. IV, 1, en especial las notas 3 y 4.
18
Véase la nota 10 del Cap. IV. En este caso, además, queda expuesto a una de las
críticas que se hace a su pensamiento, que es la falta de precisión metafísica en
su teología (cfr. Infra, nota 22).
19
“Loin d’être quelque rêverie sentimentale, l’intuition poétique, l’imagination (…)
doit être considerée en effet non comme irrationnelle mais comme un exercice
supérieur de la raison. C’est une saisie intuitive du sens profond des choses et
de l’existence (…)”. Cosmos, 265.
290
20
Sobre la clásica distinción entre «metafísica del ser» y «metafísica de la esencia»,
y sus consecuencias en la reflexión teológica, cfr. F. OCÁRIZ, «La mediazione
metafisica in teologia», en: L. ROMERA (a cura di), Ripensare la Metafisica. La
Filosofia Prima tra Teologia e altri saperi, Armando Editore, Roma 2005, pp. 61-72.
21
Véase la nota 62 del Cap. VI. La incompatibilidad entre la «filosofía del proceso»
y el realismo filosófico no se queda sólo en ámbito gnoseológico, sino que
alcanza la dimensión metafísica. De hecho, la idea de Whitehead sobre Dios está
en desacuerdo con la concepción cristiana del Creador. “The God of Whitehead
is not a creator: this is the type of God that belongs to classical Christianity and
should be rejected. Whitehead’s metaphysics does not have a divine being that
lives transcendentaly apart from the world and that decides to «create» at a
certain time. For Whitehead, the Christian God is the God-Foundation of a
world that is understood as eternal. God and the world, the process, are what
they are and he did not create them. He is, therefore, not responsible for the
process of the world. God is the foundation that makes the formal and
ontological process possible and moves it forward towards good, towards the
optimal. However, God is not the designer nor creator of process”. J.
MONSERRAT, Alfred N. Whitehead on Process Philosophy and Theology, o.c., 838-839.
22
En relación con su obra sobre cristología, pero igualmente aplicable a su estudio
de cosmología sobrenatural, se ha dicho: “la orientación fundamental de la obra
(…) así como la resistencia de Bouyer a adoptar un método metafísico en sus
análisis especulativos, restan eficacia a sus conclusiones y desembocan en
juicios poco generosos sobre la escolástica y sobre el mismo Magisterio”. L.
ALONSO, C. BASEVI, La cristologia de Louis Bouyer, o.c., 267.
CONCLUSIONES 291
23
Por este motivo, algunos consideran que es un teólogo que ha pretendido
formular una sofiología en la teología occidental.
24
Hemos dicho que para Bouyer la personificación escatológica de la Iglesia no
anula las personalidades individuales de los hombres que la componen (cfr.
Cap. VII, 2). Aun así, este concepto de personalidad «colectiva» resulta extraño
al pensamiento metafísico occidental, al menos el de tradición escolástica.
25
Véase el texto reportado en la nota 28 de estas Conclusiones. Como ya se ha
dicho (cfr. Cap V, nota 45), este concepto fue poco utilizado por Bouyer, tal vez
consciente del riesgo de inmanentización que aparejaba en la teología de
Bulgakov.
292
26
Por ejemplo, en la voz Creación de su Diccionario teológico, basa la mayoría de
sus planteamientos cosmológicos en la doctrina de S. Tomás de Aquino. Cfr.
Diccionario de Teología, 185-190.
27
La misma opinión en P. VIVES PÉREZ, La singularidad de Cristo. Perspectivas
convergentes en la cristología católica contemporánea, o.c., 150: “A la luz de la
recomposición orgánica de la cristología en el conjunto de una teología de la
Palabra, integral y completa, se comprende cómo el presupuesto y el argumento
principal de la obra Le Fils éternel es el cristocentrismo”.
CONCLUSIONES 293
28
“[C]’est dans le temps que Dieu se fait homme, c’est-à-dire que notre humanité
est assumée à un moment défini du temps. Mais, de sa part à lui, c’est
éternellement qu’il l’assume. C’est donc éternellement que le Père engendre son
Fils, non seulement comme devant s’incarner, mais comme le Verbe fait chair.
Et c’est éternellement que la Parole où Dieu se dit à lui-même se dit à nous, se
dit en nous, comme proclamant son Nom, accomplissant son dessein dans la
création. L’incarnation n’est pas une arrière-pensée de Dieu: c’est son Dessein
éternel qu’il réalise éternellement. C’est inévitablement dans et suivant
l’histoire de l’homme et son déroulement temporel que Dieu se fait homme.
Mais c’est éternellement qu’il assume cette temporalité, et donc qu’il est Dieu se
faisant homme”. Le Fils éternel, 486.
29
Incluso bajo el aspecto problemático reportado en la nota 22 del Cap. V, respecto
a la interpretación de S. Máximo el Confesor sobre “el Cordero inmolado antes
de la creación del mundo” (Ap 13, 8).
294
30
Además de los Padres que hemos citado, es conocido el platonismo que se
encuentra en la base de los sistemas de pensamiento de Whitehead y Berkeley.
31
Hay un cierto parecido con la expresión de A. Günter sobre la «analogía
contraria», pero preferimos no emplearlo porque el propio Bouyer no lo hace.
En el Epílogo a la edición alemana de Mystère et ministères de la femme, H. U. von
Balthasar –que preparó directamente la traducción– habla de una «analogía
interior»: “el curso completo del pensamiento de Bouyer [sobre los ministerios
femeninos en la Iglesia] se apoya en una analogía interior entre la relación
natural de los sexos –en la que a la mujer corresponde el papel portante, íntimo
y permanente, mientras que el varón desempeña un papel exterior y episódico,
el de la mera representación de un elemento originariamente creador con el que
él mismo nunca se puede identificar– y la relación sobrenatural entre Cristo y la
CONCLUSIONES 295
34
Cfr. G. MASPERO; R. J. WOŹNIAK (ed.), Rethinking Trinitarian Theology, T&T Clark,
New York 2012, 254ss.
CONCLUSIONES 297
(exitus) como Sabiduría en el Verbo, sino que allí también está incluido en
su retorno (reditus) como Gloria, en el Espíritu Santo.
Bouyer reformula algunas de las preguntas sobre Dios y sobre el mundo,
pues considera que la teología tiene el riesgo de anclarse en esquemas de
comprensión que no le permiten avanzar. Cuando, por ejemplo, nos
preguntamos si Dios es «esencialmente» Creador, podemos caer en un
problema insoluble. Si se responde que sí lo es, ¿quiere decir que sólo es
Dios en cuanto produce un mundo fuera de sí mismo? Esto parecería
condicionar al Ser Supremo a la existencia de un ser finito35. Si se responde
que no es de la esencia de Dios el ser creador, ¿entonces ha comenzado a
serlo en un momento determinado? Esto no tendría sentido, porque en
Dios coinciden el ser y la operación.
S. Tomás de Aquino intenta resolver este problema a través del concepto
de relación real y de razón36, afirmando que en Dios las relaciones con los
seres creados son sólo de razón, puesto que no lo condicionan ni lo
cambian, pero para la criatura son reales, puesto que su ser depende
totalmente del Ser divino. Bouyer reconoce el valor de esta distinción37 ,
pero la afronta de un modo distinto. Dios es «esencialmente» creador, lo es
eternamente, pero no en el mismo sentido que tiene esa palabra en el
ámbito criatural. Él no puede ser sino Creador, puesto que así es como ha
sido siempre. Es el mundo el que ha empezado a ser en algún momento, y
antes no era, pero no se puede decir lo mismo de Dios.
35
Por ejemplo, en opinión de Cardona, “el nombre más propio de Dios es Ser, no
Creador (y es Creador por ser el Ser). Creo que el optimismo leibniziano (y de
Malebranche) está en relación con la reducción de Dios de «El que Es» a «El que
Crea». Así, lo creado da la «medida» de la perfeccion divina, y en cierto modo,
lo constituye o, al menos, forma parte de El. Y así parece que el ser de Dios y de
los entes se dice de modo unívoco, o con la sola analogía que hay entre un ente
y otro”. C. CARDONA, Olvido y memoria del ser, Eunsa, Pamplona 1997, 407, nota
227.
36
Cfr. S. Th., I, q. 45, a. 3, ad 1.
37
Cfr. Le Fils éternel, 499.
298
38
Es ilustrativa la defensa que hace Scheffczyk a la afirmación de Eckhart –quien,
como hemos dicho, es uno de los autores que inspiran a Bouyer– de que «no
hay nada tan uno e indiviso como Dios y todo lo creado». “Lo que Eckhart dijo
tenía un sentido ortodoxo si sólo se refería al acto divino de la creación, a la
creación en el interior de Dios, pero no si se afirmaba del comenzo de la
creación (…) Hay también que tener en cuenta aquí el modo dialéctico del
pensamiento y lenguaje de Eckhart, tentado fácilmente a poner la creación
temporal en relación con la eternidad (…) Que no defendió el panteísmo lo
prueba el hecho de que asignaba al acto de la creación una causalidad eficiente
y final”. L. SCHEFFCZYK, Creación y Providencia, o.c., 97-98.
CONCLUSIONES 299
39
Estas críticas provendrían de posturas teológicas asentadas en la tradición
tomista, como las que hemos reportado de J.M. MALDAMÉ, Sciences de la nature et
théologie, o.c. o L. ALONSO, C. BASEVI, La cristologia de Louis Bouyer, o.c. De hecho,
estas dos publicaciones, junto con el que se menciona en la nota siguiente, son
los únicos trabajos críticos que hemos podido conocer respecto a los
planteamientos del oratoriano. Las investigaciones doctorales consultadas, en
cambio, suelen concluir en valoraciones positivas del pensamiento de Bouyer.
Así, por ejemplo, el reciente estudio sobre Cosmos, de M.-H. GRINTCHENKO, Une
approche théologique du Monde, Cosmos du Père Louis Bouyer, Parole et Silence,
Paris 2015. No es del todo extraño constatar, teniendo en cuenta lo que hemos
dicho sobre el método y el estilo del teólogo francés, que quien conecta desde el
principio con su estilo se siente inclinado a estudiar a fondo su pensamiento y a
valorarlo de modo favorable, mientras que si alguien toma una distancia inicial
tiende a eludir su estudio en profundidad.
40
Cfr. A. BIROT, Bouyer, entre Thomas et Balthasar, o.c., 527-529. Véase también el
texto citado en la nota 81 del Cap. V.
300
1
En orden de publicación. Cuando existe una traducción al español, se cita la
edición correspondiente.
302
2
El siguiente elenco está basado fundamentalmente en el que presenta D. ZORDAN,
Connaissance et mystère. L'itinéraire théologique de Louis Bouyer, o.c., y sigue un
orden alfabético, no cronológico.
306
«La Parole de Dieu vit dans la liturgie», en Parole de Dieu et liturgie. III
Congrès National du CPL, Éditions du Cerf, collection «Lex orandi», Paris
1958, 105-126.
«La personnalité et l’œuvre de Serge Boulgakoff (1871-1944)», Nova et
Vetera (fr), 53 (1978), 135-144.
«La première eucharistie dans la dernière cène», La Maison-Dieu, 18
(1949), 34-47.
«La prière dans l’Esprit», Communio (fr), 2, 13 (1977), 9-20.
«La réforme de l’office divin», La Vie spirituelle, 523 (1966), 25-43.
«La Schékinah: Dieu avec nous», Bible et vie chrétienne, 20 (1957-58), 7-22.
«La signification de la confirmation», Supplément de la Vie spirituelle, 29
(1954), 162-179.
«La spiritualité byzantine», en Histoire de la spiritualité chrétienne, t. II: La
Spiritualité du Moyen Âge, Aubier-Montaigne, Paris 1961, 647-696.
«La vieillesse de Newman», La Vie spirituelle, 147 (1993), 543-546.
«Le baptême et le mystère de Pâques», La Maison-Dieu, 2 (1945), 29-51.
«Le bréviaire dans la vie spirituelle du clergé», La Maison-Dieu, 3 (1945),
38-68.
«Le carême, initiation pascale», La Maison-Dieu, 31 (1952), 7-18.
«Le culte de la Vierge et des saints et le protestantisme», en: L. BOUYER,
Y. COPPENS, I.-H. DALMAIS, H. JEDIN, A. SIMON, Union et désunion des
chrétiens, Desclée de Brouwer, collection «Recherches œcuméniques»,
Bruges 1963.
«Le culte de Marie dans la liturgie byzantine», La Maison-Dieu, 38 (1954),
79-94.
«Le culte des saints et le protestantisme», Œcumenica, 6 (1939), 307-318.
«Le jeudi de la Cène», La Maison-Dieu, 45 (1956), 50-59.
«Le Journal de Julien Green», La Vie spirituelle, 101 (1959), 63-67.
310
NEWMAN, J.-H., Douze sermons sur le Christ, trad. P. LEYRIS, Préface par L.
BOUYER, Éditions du Seuil, collection «Livres de vie», Paris 1995.
— Ecrits autobiographiques, trad. I. GINOT, Introduction par H. TRISTAM,
notes et Avant-Propos par L. BOUYER, Desclée de Brouwer, collection
«Textes newmaniens», Bruges 1955.
— Essai sur le développement de la doctrine chrétienne, trad. M. LACROIX,
Introduction par L. BOUYER, notes A. POMPEN et L. BOUYER, Desclée de
Brouwer, Paris 1964.
— L’Antichrist, trad. G. CATALÀ et G. SOLARI, Préface par L. BOUYER, Ad
Solem, Genève 1995.
SCHILDLER, D. L., BOUYER, L. (ed.), Catholicism and Secularization in
America. Essays on Nature, Grace, and Culture, Communion books,
Hungtington-Notre Dame 1990.
SOLMS, E. (trad.), Anges et démons, textes patristiques, Introduction par L.
BOUYER, Éditions Zodiaque, collection «Points cardinaux», Saint-Léger-
Vauban 1972.
VOGUÉ, A. DE, La Communauté et l’abbé dans la Règle de saint Benoît,
Préface par L. BOUYER, Desclée de Brouwer, Bruges 1961.
VRIES, W. DE, Orthodoxie et catholicisme, trad. J. HOUEL, Préface par L.
BOUYER, Desclée, collection «Unité et vérité», Paris 1967.
3
Entre los trabajos que se relacionan a continuación, algunos están incluidos en
publicaciones monográficas sobre la figura y el pensamiento del oratoriano, que
son los volúmenes de las revistas Résurrection, 74 (1988); Communio (fr), 31, 4
(2006); y Gregorianum, 95, 4 (2014). Además, el ejemplar de La Maison-Dieu, 246
(2006) está dedicado a tres liturgistas, entre ellos Bouyer. Estamos a la espera de
la publicación de las memorias del coloquio internacional organizado en Paris
(Institut Catholique de Paris – Collège des Bernardins) entre el 10 y el 11 de
octubre de 2014, en el décimo aniversario del fallecimiento de Bouyer.
318