Professional Documents
Culture Documents
La justicia restaurativa
Vías de acceso a la mediación y reparación
La definición de los conceptos básicos
La mediación para la reparación
4. Caso práctico
5. Bibliografía
Mediación
Acceso Resultado Validación
mediación mediación externa
• El Resultado al que llegan las partes. Puede ser positivo o negativo, con un
acuerdo o sin él.
• Las partes que intervienen: el menor infractor (el que ha cometido el delito) i
la víctima (la que ha recibido las consecuencias del delito).
Conocer el marco, el objetivo y las partes que van a intervenir, nos va a permitir
conocer las particularidades del mediador en un ámbito concreto, cual tendrá
que ser la estructuración del proceso de mediación y las herramientas
necesarias a utilizar para acompañarlo correctamente.
Esta es “Un proceso por el que las partes involucradas en una ofensa
específica resuelven colectivamente el modo de tratar con las consecuencias
de la ofensa y sus implicaciones para el futuro”
Con estas prácticas, la comunidad deja de ser un ente abstracto para pasar a
constituir un auténtico agente del proceso en la toma de decisiones. Se le
atribuye la posibilidad de ofrecer apoyo a la víctima y al infractor.
La edad del niño no debe ser un determinante ni una justificación para prohibir
su participación en estos procesos. Los procesos de Justicia Restaurativa
proporcionan más información al menor, sea este el infractor o la víctima, que
junto al hecho de estar en un entorno menos rígido, más informal y más
flexible, aumentan su percepción de control de la situación.
En efecto, teniendo en cuenta los textos que tratan esta materia, podemos
apreciar que existe un gran consenso tanto desde un punto de vista legislativo
como desde las ciencias no jurídicas, en el sentido de considerar que la
finalidad de esta jurisdicción ha de ser educativa. Se parte de la consideración
que se actúa con unos sujetos que están en pleno proceso de desarrollo y,
consecuentemente, todavía no tienen suficientemente definida la personalidad.
De esta manera, unas actuaciones en el ámbito penal juvenil que les ayuden a
comprender la ilicitud de sus actos, paralelamente a una respuesta
sancionadora con un contenido educativo pueden, en la mayoría de los casos,
evitar la reiteración de estas conductas en el futuro.
Pero ¿cuáles son los principios que deben inspirar la justicia juvenil?:
La legislación que regula la justicia juvenil en el Estado español data del año 2000
y es una consecuencia de la adaptación de la normativa promulgada en el año
1948 bajo los principios proteccionistas, y modificada posteriormente en el año
1992. Se trata de una norma que tiene en cuenta los principios constitucionales y
que también se ha desarrollado al amparo de la Convención de los Derechos del
Niño y de la Niña.
Obertura Expediente
JUICIO MENORES
Inocencia:
Culpabilidad
Absolución
Imposición de medida
Substitución de la Medida:
educativa:
(Art. 51)
• Puntual
• Programa de Mediación y
• Medio Abierto Reparación a la Víctima
• Internamiento
Para poder estructurar este tipo de programas se tendrá que tener en cuenta,
los principios básicos que inspiran la justicia juvenil, dentro del marco que
establece la ley 5/2000. Es decir, partiendo de la definición de los conceptos de
conciliación y reparación, crear un programa que tenga en cuenta el interés del
menor y el sentido educativo para éste.
La conciliación y la reparación
Para simplificar y utilizar un único término para definir el objetivo básico del
programa, sólo utilizaremos el concepto de reparación. Consideramos que éste
define perfectamente bien todos los actos que debe realizar el infractor para
solucionar los daños emocionales y materiales sufridos por la víctima.
Para que una reparación sea completa debe tener en cuenta tanto el daño
material como el daño emocional o moral que ha sufrido la víctima. Los
actos que se lleven a cabo han de estar realizados por el autor de la infracción
y han de ser satisfactorios para la víctima. En el caso contrario no podremos
decir que haya habido una reparación real. La determinación de los actos
concretos a realizar en cada caso es conveniente que nazcan de un acuerdo
entre el menor infractor y la víctima del delito.
La ley 5/2000 dice que se debe abrir una pieza separada sobre la
responsabilidad civil. Con esto nos indica que no hay que confundir la
indemnización a la víctima con el proceso de reparación desarrollado en este
programa, aunque en algunos casos la primera puede estar englobada en la
segunda.
Vista así, la mediación entre autor del delito y víctima, puede ser útil para
ambos, más allá incluso de los beneficios concretos que puede aportar a cada
uno la reparación de los daños. El mediador, con su postura externa y neutral,
puede ayudarles a tomar conciencia de la experiencia que han tenido, para que
la elaboren y la reutilicen en el futuro sobre la base de las conclusiones que
ellos mismos han sacado. Podemos decir que con este proceso, ambas partes
han integrado nuevas herramientas que les permitirán desenvolverse mejor en
Educativo Educativo
El daño causado por el delito
AUTOR VÍCTIMA
La reparación del daño
Satisfacción Satisfacción
•
•
•
EL MENOR INFRACTOR
El autor del delito será en este caso un menor de edad penal que ha cometido
un acto tipificado en el Código Penal como delito o falta. Por la ley 5/2000
mayor de 14 años y menor de 18 años.
Desde siempre ha sido una etapa con una delicada relación con los adultos, tal
como escribía Sócrates en el siglo IV. AC
“persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita”
• Por otra parte están las personas físicas, colectivos de vecinos, negocios
familiares y algunas entidades integradas en la sociedad. En estos
colectivos la victimización es distinta. Sobre ellos pueden recaer además,
otro tipo de delitos como pueden ser lesiones, amenazas, robos con
intimidación o violencia, contra la libertad sexual…
El menor infractor:
Ahora bien, este acto puede tener unos antecedentes, unas repercusiones para
las partes implicadas, que van más allá del delito denunciado. Esto es
especialmente importante en los casos en que las partes se conocen y mantienen
una determinada relación.
Definimos como conflicto aquello que rodea al acto delictivo, desde el origen y
los motivos que lo producen hasta sus consecuencias y todas las
repercusiones que tiene para el autor y la víctima, sus respectivas familias y su
entorno social más cercano.
• El tercero tiene por objeto los problemas que una persona tiene con su
entorno (escuela, familia, trabajo, pareja) y los casos en que la víctima ha
sido agredida por coincidencia o en substitución de otra persona.
Una misma situación no afecta a todo el mundo por igual. La mediación aporta
respeto a los sentimientos y vivencias de cada una de las partes, e intenta que
cada uno los pueda expresar. En cualquier caso, la definición del conflicto
corresponde a las partes. Es importante conocer el significado que tiene el
hecho para cada parte y validar los sentimientos que cada uno de ellos ha
experimentado.
A la hora de valorar para qué casos puede ser más válida la mediación hay que
tener en cuenta el factor “tiempo”. La mediación es un proceso temporal, por
tanto no se trata de hacer una valoración estática en un momento determinado,
si no contemplar la posibilidad de cambio dependiendo del tiempo transcurrido
y de los elementos que se vayan introduciendo.
Hay que tener en cuenta también la distancia relacional entre víctima y agresor
(C. Pelikan, The Austrian Juvenile Justice Act 1998):
• Delitos que se dan en una relación de corta duración, determinada por roles
sociales, como en el caso de delitos de tráfico o en el caso del pequeño
comercio.
Cada una de estas categorías puede estar diferenciada aun más si se tiene en
cuenta el tema principal del conflicto. La diferencia más importante es si se
trata de aspectos materiales o inmateriales, es decir “dinero” u “honor”.
El profesional responsable del programa tiene que jugar a la vez, dos roles que
pueden ser contradictorios:
El mediador
Según J.F Six, la mediación es una acción llevada a cabo por un “tercero”, entre
personas o grupos que consienten libremente, participan y a los cuales
corresponderá la decisión final. Está destinada a hacer nacer o renacer entre
ellas relaciones nuevas, sea para prevenir o curar relaciones perturbadas.
• El conflicto existente entre las partes genera desconfianza entre ellas. Esta
a su vez genera la imposibilidad inicial de crear o recrear el canal de
comunicación entre ellas.
Para que las partes puedan hablar de forma constructiva, necesitan tener un
mínimo de confianza entre ellas y para ello es preciso:
1. Estructurar un espacio-tiempo
Durante este proceso deben irse desarrollando los cambios que favorezcan
un acercamiento de las partes, que, a su vez, permita llegar al trabajo
conjunto y a los acuerdos.
En un conflicto puede haber múltiples actores. Son actores aquellos que tienen
un interés en el resultado del conflicto y los que pueden condicionar el resultado
con sus actos.
Para que una mediación se pueda llevar a cabo, se necesitan dos partes (1 y 2) y
un mediador (3) que medie entre ellas y la conduzca. Cada parte puede estar
compuesta por una sola persona o un grupo. De la misma manera el rol del
mediador puede ser ejercido por una sola persona o por un equipo trabajando de
forma conjunta.
Ahora bien, en un proceso de mediación puede haber otros agentes que pueden
estar implicados de forma más o menos directa en un proceso de mediación. Hay
que analizar que lugar les corresponderá ocupar y en que momento, partiendo de
la base que tienen un posicionamiento diferente al de las partes y al del propio
mediador.
Son actores implicados de alguna manera con una de las partes. Cada
parte tiene sus propios actores cercanos, que pueden ser diversos y en
determinadas ocasiones, imprescindibles para llevar a cabo una mediación,
por ejemplo: los abogados y los padres en el ámbito penal juvenil.
Son actores que tienen una implicación con la situación que va a ser
mediada. Son conocedores de la situación inicial y les interesa sobretodo el
resultado del proceso de mediación. Les corresponde mantener una
equidistancia con las partes.
1. Estudio de viabilidad
2. Desarrollo de la mediación
1. Estudio de viabilidad
En esta fase, se mantiene el contacto con las dos partes (infractor y víctima)
por separado, con el objetivo de conocer las posibilidades reales de llevar a
buen término el programa y crear las condiciones para el dialogo entre las
partes.
Solo a partir de este punto, podrán tener la confianza necesaria en ellas mismas
y en sus capacidades, para implicarse plenamente en el proceso y participar en él
activamente.
El trabajo del mediador consiste en ayudar a que las partes hablen entre ellas,
a que se expresen, sin restarles protagonismo. En general se trata de
situaciones tensas que bloquean a las personas, sobretodo a los adolescentes,
que se quedan callados y sin palabras. Hay que evitar convertirse en portavoz
de la persona con dificultades y utilizar la imaginación y las técnicas a nuestro
alcance para conseguir que se exprese por ella misma. En definitiva el
mediador les ayudará a construir un relato conjunto y diferente al que tenían
antes de iniciar el proceso, poniendo la máxima atención en dos factores:
Por este motivo son tan importantes, los momentos de espera, la acogida de
las partes, la disposición de la sala donde se realizará el encuentro, la
ubicación de las personas, las presentaciones, el lenguaje y el tono utilizado, la
escucha activa, el respeto y todos aquellos aspectos que ayuden a las partes a
sentirse cómodas y en disposición de trabajo para abordar la situación que les
afecta.
Con sus preguntas les ayuda a poner orden en sus relatos, a diferenciar los
temas importantes de los que no lo son, a respetar el turno de palabras y las
opiniones diferentes, a negociar y a pactar.
Los acuerdos a los que pueden llegar las partes en el encuentro pueden ser
muy variados y a título de ejemplo pueden consistir en:
El esfuerzo realizado, tanto por el menor infractor como por la víctima tiene
beneficios para ambos. El resultado positivo de un programa de reparación
provoca satisfacción cuando comprueban la propia capacidad para resolver sus
problemas y además de permitir la revalorización de cada uno, les muestra un
modelo útil de resolución de conflictos.
El mérito es de las partes, el fracaso también, pero este tiene que servir para
analizar los motivos y obtener un aprendizaje.
El resultado del programa debe ser enviado, según sea la vía de acceso al
programa utilizada, a la fiscalía de menores en el caso del artículo 19 de la L.O
5/2000 o al juzgado de menores correspondiente, en el caso del artículo 51 de
la L.O 5/2000.
Ahora bien, estructurar un programa sin víctima que tenga en cuenta los
conceptos que se manejan en los programas en que ésta sí participa de forma
directa, tiene repercusiones positivas para el menor infractor, ya que le ayuda a
entender mejor la dimensión del delito cometido y las repercusiones que puede
tener éste para otras personas. Se está trabajando la idea de la existencia del
otro, de la existencia de las normas sociales y de la necesidad de respetarlas.
En estos casos, igual que en los anteriores, una vez acabado el programa, se
informa a la instancia judicial para que lo tenga en cuenta y lo valide. A partir de
aquí Fiscalía de Menores puede pedir el cierre y archivo definitivo del caso.
EQUIPO MEDIACION
Información Just.
Juvenil
Estudio Viabilidad
FISCALÍA DE MENORES
SOBRESEIMIENTO
CONTINUACIÓN DEL PROCESO JUDICIAL