You are on page 1of 15

ENTORNO EDUCATIVO TÉCNICO Y DE

INGENIERÍA

Angel Hernández Bravo


FUNDAMENTOS DE LA EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD SAN DÁMASO – FEBRERO 2019
Introducción
Vamos a analizar las características particulares de los entornos educativos técnicos y de ingeniería,
en los que el mayor peso pedagógico se centra, aparentemente, en el aprendizaje o incluso en el
simple adiestramiento en técnicas o ciencias aplicadas.
Ya desde el punto de vista de los objetivos inmediatos de los estudios universitarios orientados a
la técnica y al ingeniería, se descubre una limitación importante en las competencias adquiridas por
los estudiantes si solo se centran en aprender contenidos o procedimientos. Mis viejos profesores
ya repetían insistentemente que a la universidad no se iba a aprender conceptos sino a resolver
problemas. Con todo, incluso esa afirmación se queda corta y me quedo con la afirmación de un
profesor de filosofía del bachillerato el último día en los Trinitarios, el Padre Pedro, que nos pedía
que aprendiésemos a pensar y a tener capacidad crítica y analítica con todas las cosas.
Es posible desde luego, porque se hace habitualmente, que pudiéramos abordar este tipo de
educación mediante una cientificidad de tipo positivista . Seguramente es el tipo de educación que
mejor se ajustara. Sin embargo, rápidamente podemos descubrir que se trata de una aproximación
reductiva, que sólo reconoce el modelo científico de las ciencias matemáticas o físicas y lo convierte en
único para todo tipo de conocimiento. Es verdad que ciertos ámbitos educativos se ajustan bien a esa
reducción pero, el paso por la universidad debería dar algo más o, mucho más.

Ciertamente podemos constreñir el objeto de la pedagogía y los agentes educativos sólo a sus aspectos
y procesos materiales; lo cual no es infrecuente en el pensamiento postmoderno, donde los estudios
antropológicos, filosóficos, etc han quedado sobrepasados por el nihilismo relativista. En esta
situación, las ciencias positivas, las técnicas, las ingenierías, con su metodología cuantificacional y
experimental, tienden a ser autosuficinetes para explicar la realidad humana y la educación.

Hay un sector muy amplio de las Ciencias de la Educación que se fundamenta en un cognitivismo
volcado en el estudio del proceso de “construcción” del conocimiento y la incorporación de habilidades
en el hacer, sin que pretendan una reflexión que iluminen y humanicen generando un sentido de la
vida basado en los valores y virtudes que ayudan a la consecución de nuestro mejor desarrollo como
personas. En los estudios técnicos las asignaturas troncales no contemplan otra posibilidad. A lo
sumo, se incluyen asignaturas, generalmente opcionales, denominadas “humanísticas”, pero que
aparecen como un añadido muchas veces inconexo.

Llama la atención que los alumnos, al dejar la universidad, habiendo estudiado lo que sea, llegan a
la vida laboral con capacidades relacionales muy escasas; desde luego, muy por debajo de los
niveles que exigen las empresas que contratan universitarios: no tienen capacidad de
comunicación, de hablar en público, de empatía, de trabajar en grupo, de negociar, de manejarse
en situaciones conflictivas, etc. Algo se debe estar dejando por el camino cuando aparecen estas
incongruencias.
Una vuelta a lo que realmente es la Educación

Analizando la experiencia en el entorno universitario en ingeniería, en lo que se suelen llamar las


Escuelas Politécnicas Superiores, aún en un entorno de universidad católica, resulta evidente, por
un lado, la polarizacíon hacia la competencias puraménte profesionales que objetivamente son
buenas, y por otra la progresiva deshumanización y el seguidismo de modas o pautas de
comportamiento que son fruto de una colonización cultural: lo que se constituye en referencia es
lo que se aprende en Silicon Valley, en Singapur, en Bangalore, …es decir, la transformación digital
sin reparar en las consecuencias1.

Lo que se observa en los alumnos es que asimilan una serie de mantras del tecnifismo que se aplican
a si mismos como sucedaneos de valores que proporcionen un sentido de la vida, que sustituyen a
las inquietudes profundas que puedan surgir en la persona. Aparece como urgente el dar una
respuesta a este peligroso vacio educativo que acabara siendo rellenado con valores
deshumaizadores.

La Educación es un fenómeno complejo que tiene múltiples componentes: antropológicas, éticas,


psicológicas, sociales, organizativas y didácticas; también filosóficas y teológicas, de manera que
muchas ciencias han contribuido a lo largo del tiempo a la riqueza de la Educación. Cualquier
reduccionismo de las perspectivas que cubre la educación sería empobrecerla, y, puesto que la
Educación tiene como misión completar la naturaleza del hombre y llevarlo a la plenitud que lo
constituye y que, conscientemente o inconscientemente, anhela, también mutilaría el resultado
de ese proceso. De ahí la importancia de evitarlo en cualquiera de los múltiples ámbitos educativos
que van do el entorno desde la educación primaria a la universidad, desde los estudios de “letras”
a los técnicos y científicos.

A pesar de las ricas tradiciones que fueron fundamentando el cometido que debía cumplir la
Educación finalmente ha ido triunfando una visión claramente positivista y, mas recientemente,
tecnicista, lo cual va ligado a un reduccionismo sobre la visión del hombre, la educación y las teorías
epistemológicas y psicológicas donde se apoyan las ciencias de la educación. De esta manera, la
tendencia dominante ha traído la exclusión de toda consideración ética, antropológica y metafísica en
el estudio de la educación, y un dominio de lo experimental, lo técnico y lo medible. Aparecen, eso si,
ciertos sucedaneos éticos disfrazados de solidaridad abstracta y falta de compromiso.

Esta tendencia produce un vacío de fundamentos que deja muy tocada a la educación, y, si queremos
evitarlo no hay otra manera que partir de reflexionar sobre donde radica la educabilidad del hombre
y los rasgos y el sentido que le definen, en los cuales debe centrarse la educación, en base a unas
unas normas y valores que polarizaricen adecuadamente el proceso educativo2.

1
MASON, P, Postcapitalismo (Paidós, Barcelona 2018)
2
J. ESCÁMEZ SÁNCHEZ, “Fundamentación antropológica de la educación”, en: Teoría de la Educación (Anaya, Madrid 1981)
12.
Aparece la necesidad de profundizar en la Antropología, en la Filosofía, en la Pedagogía para afrontar
este reto y generar yna seria formación del hombre y una humanización de la sociedad.
La comprensión del hombre y de las cosas a la luz de la filosofía, quizá sobre todode la metafísica
y la antropología , debe ser el núcleo de las herramientas para que la tarea educativa pueda mejorar
la situación: “…sin su visión, la Pedagogía acaba siendo una mera adaptación a lo dado”3.

El uso de estas ciencias debe ser integrado y coherente , e integrarse con la Teología en un conjunto
armónico que integre adecuadamente los resultados de otras ciencias en la esencia transcendente
del hombre.

Hay que distinguir diversos tipos de ciencias, pues hay diferencias importantes. Fernando Rielo
distingue dos grandes grupos4: i) Las ciencias experimentales estudian las relaciones que se dan en la
realidad material, es decir, las relaciones de todo aquello que, por ser cuantificable, es susceptible de
ser interpretado, desarrollado y transformado por medio de la matemática con su lógica formal, de la
experimentación y de la manipulación técnica o instrumental., y ii) Las ciencias experienciales estudian
las relaciones que se dan en la realidad específicamente humana; esto es, las relaciones de todo aquello
que, no siendo susceptible de cuantificación, no puede ser observado, interpretado, desarrollado.

La educación debe usar estas ciencias, sean experimentales o experienciales, dando un sentido
unificador que no haga aparecer como disgregados todos los aspectos que conforman al hombre.
No es posible “ conocer al ser humano con sólo los datos constatados desde las ciencias positivas, con
su método necesariamente atomista y analítico. El ser humano en su totalidad existencial vive siempre
necesitado de trascenderse a sí mismo desde su origen hasta su destino”5.

Sea cual sea la materia que se imparta en el aula , siempre puede haber un resquicio que
potencialmente permita elevarse por encima del horizonte de las circunstancias, condicionantes,
limitaciones que un planteamiento puramente utilitarista imponga. Ya se esté dando una clase
de economía, de gestión de empresa, de programación, de electrónica, o de historia, por el hecho de
ser actividades humanas, siempre debería haber un hilo que lo religue a ámbitos más amplios de
conocimeinto o de reflexión. Ahora bien, lo fácil es mantener el planteamineto utilitarista y neutro.
Elevarse por encima siempre supondrá un esfuerzo que la rutina o el día-a-día pueden hacer
insuperable.

Una antropología como punto de partida

En este proceso educativo particular debemos partir de una antropología en la que la persona tiene
un origen y destino trascendente. Educar, aunque sea en un entorno alejado de este principio

3
LACILLA, M.F., Fundamentos de la educación, Manual del ISCCRR (UESD, Madrid 2017) p 48
4
RIELO F., “Tratamiento sicoético de la educación”, en: RIELO, F., Mis Meditaciones desde el Modelo Genético (Fundación
Fernando Rielo, Madrid 2001).
5
LACILLA, M.F, Ibid.
antropológico, debe tener como método fundamental la búsqueda del crecimiento del educando en
sus distintos aspectos pero siempre alrededor del núcleo que supone la presencia de Dios en su
espíritu, en su alma. El objetivo es el crecimiento como persona, pero no un crecimiento abstracto
o indefinido, si no en aspectos concretos de la vida, de los contenidos y competencias, que son
objeto de la educación. La persona no está formada por compartimentos estancos, sino que es un
todo homogéneo. Si llega a descubrir la presencia de Dios en su ser, su humanidad podrá ser
realmente plena, de manera que esa humanidad plena hará que todas las facetas del hombre
esten orientadas a Dios. También la forma de relacionarse con los otros se orientará en esa dirección.
Y también los procesos educativos en los que está inmerso; todo cobrará sentido y todo aprendizaje
será significativo y por tanto mas eficaz. En palabras de Vicktor Frankl, “si el hombre tiene un
porqué, tendrá un como…”. Si además ese “porqué” es Dios, el “como” será el hilo conductor que
integrará todas las perspectivas y todas las actividades. esa relación con Dios Si se ve al educando
y que cuidar bien eso va a formar bien todo otro tipo de relación con los demás y con las actividades
que se proponga en la vida, etc.
Para educar debemos involucrarnos con los educandos, comprendiéndolos como seres con valor en
si mismo, es decir, yendo a su consistencia ontológica sin confundir esta con sus expresiones
particulares. No se puede comprender al ser humano sin entender sus relaciones con los demás
hombres, es decir, entender su dimensión relacional. Podemos llegar así a su apertura a la
Trascendencia y su ontológica sed de infinito, pero no a través de conceptos descarnados sino que
debemos descubrir este otro modo de entender a la persona basado en el concepto de relación, a
imagen y semejanza de la Trinidad, en cuyo seno está presente la relación de Personas. El hombre es
un ser relacional, que encuentra su plenitud en la apertura a los otros y al Otro. Hay que enseñar
a los alumnos a descubrir ese carácter relacional, abierto y enriquecedor , que exige “una visión
metafísica de la relación entre personas”6 .

La clave esencial de nuestro ser es la apertura relacional a los otros, pues todo indica que estamos
hechos para no ser entes autosuficientes, sino abiertos a una dinámica de continuo proceso de
trascendimiento, el cual sucede gracias a la relación. En el pensamiento cristiano, como el
Personalismo7 se introduce un planteamiento relacional no solo abierto a los otros sino también
abierto a la Trascendencia . En esta estructura relacional del hombre están las claves principales de
todo el complejo dinamismo que nos permite perfeccionarnos8, es decir ser sujetos de educabilidad.

Partiendo de la base de que el ser humano es susceptible de educabilidad, sería oportuno empezar
el trabajo con los educandos enmarcando toda actividad que se trate en el aula en el hecho de
que el ser humano esta constituido por un a parte material (cuerpo con su psique) y una parte
espiritual, intrinsecamente unidas. Es decir, hay que trabajar , tal vez subliminalmente, el evitar
nichos en la actividad del alumno: no están por un lado las cosas materiales y por otro las
espirituales, sino que son un todo homogeneo. Ha que proponer al espíritu como lo que es, un
factor de integración y coherencia de todas las actividades de la persona. Cualquier actividad de

6
BENEDICTO XVI , Caritas in veritate
7
Mounier p. ej decía “las otras personas nos hacen ser…”,
8
RIELO, F., Concepción mística de la antropología (Fundación Fernando Rielo, Madrid, 2012) p32
aprendizaje, técnico, científico, humanístico, lo que sea, debe ser integardo en la persona; se le
debe dar un sentido integardor.

En ese planteamiento, el tener conciencia de la presencia del espíritu como algo constitutivo
permitirá al educando percibir la presencia constitutiva del Absoluto en el espíritu humano por Él
creado, o en palabras de F. Rielo, lo estructura mediante un patrimonio espiritual genético, que nos
hace a imagen y semejanza de Dios y nos capacita, para poder actuar y responder a la acción divina en
un entorno dialogal.9

El patrimonio genético espiritual consta de una serie virtudes, estructuradas en varias áreas10. Así
podemos partir con los alumnos del área legislativa o, digamos, regulatoria, donde aparecen ciertas
leyes que regulan el ser , en un sentido profundo y son: inmanencia, transcendencia y
perfectibilidad. En el contacto día a día en la clase se perciben los rasgos de los diversos alumnos,
algunos positivos otros negativos. Algunos les hacen progresar más rápidamente desde el punto de
vista puramente objetivo de la asignatura y otros les bloquean completamente. Si evaluamos cada
una de estas leyes vemos lo siguiente:

• Inmanencia: la falta de apertura a los otros está alimentada, entre otras cosas, por la
competitividad que se fomenta en nuestra sociedad y en el entorno académico, y , sin
embargo, eso genera una situación de malestar que no construye aprendizaje, sino que este
se realiza a base de voluntarismo. Los americanos en el entorno ingenieril dicen siempre
“have fun”, disfruta. El aprendizaje es mejor y mas creativo si se difruta con él. La relación
con el otro el debate, el trabajo en equipo, genera entusiasmo y hace el aprendizaje mas
significativo. Pero la inmanencia tien valor también: el valorarse a si mismos, el ser fiel a si
mismos, el amor a a la verdad aunque sea su verdad. El operador atributivo de la inmanencia
es la verdad. En los jóvenes actuales si existe una valoración consistente de lo verdadero,
en el sentido de autenticidad. Sin embargo, esta inmanencia tiene manifestaciones negativas
observables en los estudiantes: ambición, competitividad casi nunca sana, egocentrismo, etc.

• Transcendencia: la apertura a los otros es el comienzo que debe llevar a la apertura al


Absoluto. Sin embargo este paso en muy difícil puesto que habrá alumnos que en algún
silo de su vida si tengan ese anhelo trascendente y otros, los mas, que ni se lo planteen.
Hay que usar mediaciones o instrumentos que lleven al Absoluto, y una forma puede ser
el utilizar el operador atributivo ligado a la transcendencia, que es la bondad. Los jóvenes,
o milenials que llaman ahora, tienen una buena asimilación de la bondad de las cosas que
hacen, del valor que pueden tener para la sociedad y para los otros. La educación en
tecnología y ciencia tiene un gran componente de contribución al bien común, aunque sea
a costa de relegar u olvidar valores espirituales. Pero es un punto de enganche con los
alumnos para luego ligarlo a componentes del material “genético” del espíritu de cada
persona.

9
Ibid. p 36
10
RIELO, F., Proceedings of the Fifth World Conference on Metaphysics, Rome, November 8-10, 2012, p439
• Perfectibilidad: la apertura a la transcendencia lleva necesariamente a percibir la necesidad de
la perfectibilidad, de mejorar , de hacer cosas mejores, mas bellas. No en vano el atributo
equivalente a la perfectibilidad es la belleza o la hermosura. En el mundo académico científico
y técnico existe, aunque parezca mentira, un concepto amplio de belleza, o si sequiere de
elegancia en los desarrollos, en los programas informáticos, en las ecuaciones, de manera
que la transmisión de este valor en un entorno educativo de ingeniería es fácil de entroncar
con el trabajo teórico y práctico de las asignaturas. Se produce una conexión con la belleza
de las cosas, que bien encauzad puede hacerse remitir a la belleza de las cosas creadas por
Dios.

En base a esta premisas conviene trazar un plan de actuación para hacerles crecer en aquello que
observe en cada uno que no vive de modo adecuado:
1. Dentro de la ley de la inmanencia se insertarían puntos de reflexión, tal vez no explícitos, en
los temas y sobre todo en los trabajos en grupo, que con la Ley Bolonia son muy numerosos,
en relación al valor de la relación con los compañeros, la lealtad, la colaboración, etc , que
son valores positivos, y también contarstar con los valores negativos que sin duda existen,
tales como competencia, falta de empatia, tendencia a imponer las opiniones, etc

2. En la ley de la transcendencia, podemos empezar por la propuesta de actividades que no


reportan un benficio directo al estudiante sino que se enfocan a la comunidad, entendiendo
por comunidad, grupos amplios de interés sobre temas tecnológicos. La experiencia dice
que se sienten muy inclinados a participar en este tipo de actividades como meet-ups, o
hackatones, muchos de los cuales s e hacen en fin de semana, consumiendo tiempo libre y
que se convocan por redes sociales. Este tipo de actividades gustan mucho porque les abre
las perspectivas y les da conciencia de hacer cosas útiles. Mas complicado es llevar estas
actividades al terreno de la Transcendencia o apertura a Dios. Propuestas como hacer una
actividad como el Camino de Santiago o cosas similares puede ser una opción, una vez
establecidos nexos de unión a niveles mas académicos.

3. En la ley de la perfectividad, se pueden proponer en las clases puntos de evaluación sobre


la manera de construir las cosas, los proyectos, los laboratorios, cuidando el trabajo bien
hecho frente a lo chapucero. En ese ámbito es relativamente fácil poner en valor la belleza
de las cosas, de las técnicas, de la leyes de la naturaleza, las cuales han sido creadas por Dios.

Trabajando en estas tres leyes del contenido genético espiritual, que toda persona tiene, se
puede aspirar en un proceso posterior a profundizar en las estructuras perceptivas (fe, esperanza
y caridad) y transfigurativas (prudencia, fortaleza y templanza) que lleven a intuir la posibilidad
unitiva de todas estas estructuras en la santidad. Se trataría de ir ayudando a descubrir la Divina
presencia que inhabita constitutivamente a todo hombre, aunque este alejado de lo religoso. Tal
vez sea difícil buscar la fe, la esperanza y la caridad en un estudiante tipo de ingeniería, pero
seguro que encontramos la creencia, la expectativa y el amor. Si somos capaces de remarcarlos
tendremos la oportunidad de poner en su camino a Cristo, con alguna actividad como el Camino
de Santiago, o un videoforum, por ejemplo, para que transfigure y plenifique esas estructuras.

Formar la visión (hacia dentro), formar la comunicación (hacia afuera)

En los estudiantes universitarios el motor de toda actividad sigue siendo el corto plazo de aprobar
como sea, de forma que todo gira entorno a ese objetivo…Por mucho que se propongan modelos
educativos nuevos, importados generalmente de Estados Unidos, nada cambia ese hecho. El objeto
de un proceso educativo como el que estamos tratando es un chico/chica que todavía esta en
la adolescencia, ya que esta fase se ha alargado mucho en el tiempo actual, que no tiene del
todo clara su vocación, que está sometido a una variedad amplísima de opciones, y con infinidad
de estímulos que muchas veces son difíciles de gestionar. El acto educativo para una educación
integral y armónica con este objeto no es fácil y el fin, una finalidad ética última y su repercusión en
la vida concreta, parece lejano pero, en cualquier caso, este fin orienta el proceso.
Es por ello que muy probablemente el primer paso para configurar correctamente el proceso
educativo integral de un estudiante como el que presentamos en este trabajo sea formar bien su
visión de sí mismo, de sus objetivos, de sus fortalezas, de sus debilidades. Esto se hace ya, en cierta
manera, sobre todo en universidades privadas alineándose con esto que se llama la inteligencia
emocional, pero es fácil darse cuenta de que los resultados son muy pobres. La razón sin duda es
el planteamieneto puramente egocéntrico fundamentado en el individalismo y en el éxito personal.
Es legítimo plantear una alternativa con mas fundamento que permita hacerles crecer más en la
educación de su inteligencia, voluntad y libertad, pero con un horizonte de plenitud mucho más
pleno. La acción educativa no produce algo material y externo a la persona sino que es algo que queda
en el alumno que obra y le perfecciona: un proyecto de persona basado en construir una visión y la
comunicación , es decir, construir internamente y construir su proyección exterior, construcciones
que se forjan siempre en nuestro espíritu, aún inconscientemente.

La visión es el conocimiento bien ordenado de la realidad que nos vamos forjando en nuestra
consciencia espiritual, fundamentado en la apertura constitutiva a la Trascendencia, que nos abre a
penetrar en todo tipo de conocimiento a través del ejercicio unificado de las facultades: inteligencia,
voluntad y libertad, con el universo de facultades asociadas, la creatividad, la imaginación la pasión
por el trabajo, etc.
La comunicación es la capacidad unitiva, integradora, que nos hace relacionarnos y que se manifiesta
en la expresión de nuestro ser a través de todo tipo de lenguajes. Esta capacidad crece con el
conocimiento que vamos adquiriendo de las cosas y que deteremina nuestras relaciones humanas.
Estas dos facetas estructurales de nuestro ser, visión y comunicación, deben ser educadas en base a
un modelo capaz de darnos unidad y sentido a nuestras vidas y amar de la mejor manera toda la
realidad. “Formar esta conciencia extática, capaz de amar, de contemplar, recrear, asimilar y convivir
el mejor bien, verdad y hermosura posibles, es el eje de todo progreso y desarrollo en educación”11 .
Pero la clave está en el modelo y ocurre que en la sociedad actual hay muchos modelos bastante
atractivos para estudiantes de unos estudios universitarios orientados a la tecnología. Incluso estos
modelos suministran finalidades últimas fundadas en el progreso de la humanidad, en el
empoderamiento que proporcionan, en lo trascendental de los cambios que producen. Digamos
que estos modelos “deslumbran” a los estudiantes. Pero ese deslumbramiento puede que no sea
tan negativo, ya que puede aprovecharse su impulso y la energía que genera para hacerles crecer
más en la educación de su inteligencia, voluntad y libertad, y darles un cauce hacia un modelo mas
profundo.

¿Qué cosas emocionan a estos estudiantes?. Una primera impresión dice que les emociona la
amplitud de perspectiva que les da la tecnología, una amplitud que parece crecer
exponencialmente, sin límites; cualquier cosa imaginable puede ser posible, es como mágico. Con
esa magia, sacan todo el partido a su inteligencia, su imaginación, sus habilidades, desarrollando
cosas, un programa, un sistema, … poniendo toda su voluntad en el objetivo, de manera que se
sienten creadores, y a través de ello, libres.

Es un buen punto de arranque porque en medio de esa actividad puede favorecerse la reflexión
sobre esa fuerza que nace en su interior, sobre porque son capaces de esa creatividad, de generar
cosas buenas y bellas, que cambian el mundo. Hacer un proyecto, trabajado con otras personas,
comunicarlo a la clase venciendo los miedos a hablar en público, abordando tareas ambiciosas en
las redes sociales, sintiéndose capaces de vencer sus complejos, tan abundantes en la edad de
estos estudiantes.

Ocurre también que los estudiantes del aula no son un todo homegeneo y los hay con mucho
empuje, otros que se quedan atrás por el agovio de situaciones nuevas y otros sencillamente pasan
de esforzarse. Esto hace mas compleja la educación, porque el tiempo es limitado pero debe
tratarse de educar a todos sin dejar nadie atrás en un modelo que no hace distinciones.

Importa mucho el modo de hacer, o mas bien de vivir, del educador pues una incongruencia entre
lo que se enseña y lo que se vive desconectaría al educando del proceso. Se trata de hacer cosas
que sirvan de verdad a la verdadera educación para la Vida desde el valor de la vida.

Sería ingenuo no tener en cuenta los esfuerzos que tenemos que hacer y preveer para ganarnos la
vida. En los estudios universitarios el impulso que les lleva a estudiar muchas veces no es la vocación

11
F. RIELO, Mis meditaciones desde el modelo genético, (Fundación Fernando Rielo, Madrid 2001) 82.
sinó el buscar una buena salida profesional. Ya este impulso parece apartar de un planteamiento
mas profundo y que busque algo mas.

Pero todo la vida que rodea a la persona es útil para la educación: la mera subsistencia, la búsqueda
de seguridad, de afecto, amor, sentido de la vida…pues todo ello mueve a crear ámbitos existenciales
como lugar vital de encuentro en el vivir cotidiano: la familia, la clase, los espacios de ocio. Es cuestión
de integrarlo. En la clase se mueve un mundo de amistad, de relaciones intensas que no se olvidan
nunca; también competitividad, esfuerzos, fatigas, fracasos…En la clase surgen momentos en los
que los valores de la vida pueden ser relfexionados a la luz de la asignatura que sea, anque sea
muy técnica. Plantear el porque se estudia, para que , en que me hace mejor y, porque no, mas
feliz.

En la clase se observa mucha ansiedad a veces, que se muestra a menudo como tristeza. Muchos
alumnos parecen tristes. Hay que hacerles descubrir que deben disfrutar de lo que hacen, deben
pasárselo bien, lo que no es incompatible con el esfuerzo. El valor de la libertad es importante, en
el sentido de que me puedo y debo arriesgar sin miedo al fracaso. La vida se manifiesta muchas
veces como fracaso, y se debe enseñar a los alumnos a usarlo como palanca para aprender. El
educar debe abordar la realidad como es, hay que enseñar a observar la vida, en la manifestación
concreta de lo que el alumno esta estudiando.

Cuando se está explicando un tema, por muy técnico que sea, digamos programación, siempre
surge la oportunidad de compartir experiencias, cosa que suele ser mas fácil cuanto mas viejo es el
profesor. La vida esta latiendo en cualquier actividad humana, en formas a veces poco valiosas, a
veces mas valiosas y el educador puede resaltarlas aun en la arided de un a signatura muy técnica.

En las asignaturas de un grado técnico aparecen infinidad de sistemas, algoritmos, programas,


aparatos matemáticos, que en buena medida quedan descolgados de la vida y solo tienen interés
académico. Hay que preocuparse en conectarlos siempre con situaciones reales, asociados incluso
a anécdotas que hayan ocurrido.

Tambien hay que enseñar el espíritu crítico o dicho de otra forma la capacidad de a valorar, para
saber vivir la vida como corresponde a nuestra riqueza personal trascendente12. Siguiendo a López
Quintás hay dos niveles de ver y vivir la vida13:

1. sería captar y relacionarse con la realidad sólo como simples objetos de uso que generan
conductas utilitaristas;
2. sería apreciar en todo un ámbito de realidad abierto al encuentro, al diálogo, a la relación y no
al dominio, posesión o manejo.

12
LACILLA, M.F., Fundamentos de la educación, Manual del ISCCRR (UESD, Madrid 2017) UD3T2
13
LÓPEZ QUINTÁS A. , Descubir la grandeza de la vida (Verbo divino, Estella 2006 )
Una clase de programación java o de arquitectura de computadores puede hacerse desde la
perspectiva utilitarista o desde una visión de la elegancia y la fuerza que tiene un programa o un
sistema como creación humana. Cualquier objeto o creación humana tiene un valor siempre mas
elevado que el de puro objeto. Al explicar la asignatura hay que generar un ámbito de encuentro y
de apertura, pues asi se cultivan, casi sin quererlo, varias cosas importantes:
• una vida interior que nos permitirá relacionarnos unos con otros con esta visión, tan
sabia como respetuosa de lo que somos y de lo que estamos llamadas a ser;
• formar la personalidad en una serie de virtudes que hagan esto posible: generosidad
para no crear relaciones posesivas, disponibilidad, etc.
Compartir actividades elevadas sobre una visión superficial de las cosas crea también modos de unión
enriquecedora, con la realidad y con los otros. La finalidad de la educación es la plenitud del hombre
en el sentido teneder a la perfeccion de la esencia, o tal vez la naturaleza, del hombre y también
del hombre. Castillejo14 definio varios principios que orientan la educación de los cuales el que m{as
impacta en el área de la educación de ingeniería seria el principio de creatividad, esto es, la
capacidad innovadora del ser humano, y se puede poner en relación con cuantas posibilidades tenemos
en nuestra constitución personal, en nuestras facultades y lenguajes. Hablamos de capacidad
innovadora respecto a la investigación científica, tecnológica, a nuestra capacidad expresiva artística,
etc.
Normalmente se relaciona la creatividad con la capacidad intelectual y el talento, pero no tanto con
la libertad como dice Castillejo15, lo que supone vivir el propio proyecto de vida sin dejarse llevar de la
moda predominante, y ser libres para poder escoger el mejor proyecto de vida, descubrir aquella
vocación personal acorde con el fin trascendente de la vida, cuya vivencia encierra realmente la plenitud
existencial . Fomentar esta libertad creativa requiere unas condiciones espirituales para la escucha del
propio corazón, lo cual necesita hacer silencio a los ruidos del exterior que distraen la voluntad en
multitud de deseos y permite entrever las posibilidades de bien y belleza que puede crear con su vida,
para descubrir y vivir la vocación personal.

En la formación técnica cada vez tiene mas valor la innovación como capacidad de intuir que un
iso particular de las técnicas puede producir cosa que trascienden la mera conjunción de los
componentes. Educar ese talento es muy apreciado por los educandos de hoy, que fácilmente
acceden a modelos personales que encajan en este pricipio de creatividad e innovación.

Cómo se hace todo esto

Las cosas que quieren hacerse bien necesitan un modelo a seguir y un método que haga eficientes
las tareas. Un fundamento cristiano de la educación tiene el modelo perfécto que es Jesucristo, Aquel

14
CASTILLEJO, JL., Nuevas perspectivas en las Ciencias de la Educación. Pedagogía General (Anaya, Madrid 1978).

15
Ibid.
que siendo Dios se hizo hombre y en esa Encarnación llevó a plenitud la humanidad para todo
hombre, sea cristiano o no, marcando un camino de realización personal y comunitaria. Cristo es
modelo de educador, pues su pedagogía es la pedagogía de Dios a lo largo dela Historia de la
Salvación. Pero también Él es el método, porque su vida, su forma de hablar, de actuar, de curar,
de regañar, marcan una manera de hacer las cosas.
Él “enseñaba con autoridad” nos dice el Evangelio, pero una autoridad diferente a lo que se
entiende por autoridad habitualmente. Es una autoridad que nace de una luz interior y una
presencia de Dios. Al educar en un aula de ingeniería puedo estar contando cosas muy técnicas,
pero si he hecho hueco en mi espíritu a la presencia de Dios, todas las cosas, hasta las mas nimias
adquieren valor y sentido en la Creación. Explicar teniendo en cuenta que todo es una criatura de
Dios.
En escenario concreto de este trabajo, creo que en el modelo cognitivo de Piaget y en el modelo
interactivo, hay muchas cosas positivas, principalmente en el primero la capacidad del alumno de
generar sus propias estructuras para transformar en un proceso de asimilación y acomodación, dando
prioridad al método por descubrimiento; y en el segundo, la autonomía del alumno al proponerle
tareas que sean retos en su nivel de competencia y estimulen el interés.

Pero si miramos a nuestro modelo, Jesucristo, esto no basta. La inteligencia no se constituye por su
referencia a las propias estructuras cognitivas, sino por su referencia a la verdad, y también a los otros
trascendentales (la bondad, la belleza y la unidad). Nuestro método es una apertura a la
Transcendencia de toda la realidad. Esta aproximación es la que aparece en los educadores cristianos.
Cabe destacar a F. Rielo que describe esté método abierto a la Transcendecia como el Método
Absoluto16 . Este método se adapta muy bien a la pedagogía de contenido científico y técnicos
porque su centro de gravedad es el amor a la Verdad. En la formación científico-técnica está muy
arraigado el amor a la verdad (con minúculas, si es que es posible hacer tal distinción). La clave
está en penetrar en la Verdad, de forma que la inteligencia, impulsada por el deseo y la necesidad de
llevar a límite la razón, unifique la fragmentación de la experiencia, trascendiendo los objetos de la
realidad a niveles superiores. Para ello cuenta no solo con los métodos “tradicionales” en la ciencia,
la deducción y la inducción, si no también con la inspiración, un conocimiento del espíritu que percibe
amando la verdad y que se proyecta en las estructuras cognitivas y las ilumina.

Es curioso porque en los procesos tecnológicos actuales que se explican a los alumnos en las
escuelas de ingeniería se hace mucho incapié en la innovación y la transformación digital, que están
impulsados por la inspiración, no por procesos deductivo o inductivos. Tecnologías como
blockchain, o Google, o Facebook son fruto de la inspiración de un individuo o un grupo, que
quiere ir mas allá de la simple realidad y tiene sed, seguramente sin saberlo, de infinito. La
transcendencia, la creencia, la fe, activan la intuición de los alumnos y abren la razón al Infinito,
dando paso a un modelo de aprendizaje en el que junto los procesos psicológicos también se
considere la actuación del modelo absoluto en nuestro espíritu, abriendo nuestra inteligencia a la

16
F. RIELO, Concepción Genética del Método. Función Epistemológica.
realidad de verdad, haciéndonos semejantes a Cristo por su presencia constitutiva en nuestro espíritu
siguiendo las ideas de Rielo.

Pero nuestro modelo, Cristo, es también una persona que actúa como el Maestro, que enseña con
autoridad y que se postula existencialmente como camino a seguir. En el aula, yo debo postularme
a los alumnos como camino a seguir, no como un pregonero de conceptos técnicos más o menos
útiles. Debo ser un modelo profesional pero también vital, existencial.

El modelo pedagógico de Cristo establece un modelo de autoridad, mues el discípulo no está


sobe el maestro, considera a los educandos como elementos activos (les envió a prediacr), siempre
con una exigencia radical y de amor a a la verdad, poniendo como modelo de educando a la humildad
e inocencia de los niños, siempre abiertos al misterio. La humildad es la puerta de la verdad, la
base de toda actitud científica como decía Einstein. Su Pedagogía es vital e intuitiva. Sus dicípulos
aprenden “observando” a Cristo: cómo escucha a la samaritana, cómo perdona a la pecadora, cómo
cura a los enfermos… observando cómo actúa, los discípulos aprenden su modelo de vida. “Jesús se
volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?» Ellos le contestaron: «Rabí, que significa
Maestro, ¿dónde vives?» Él les dijo: «Venid y lo veréis.»” (Juan 1,35-42). La observación es la base de
la intuición y observando se transciende la realidad superficial, yendo más allá, algo que hay que
enseñar a un científico o un ingeniero.

El estilo de relación de Cristo con sus discípulos es muy importante en el método pues implica su
presencia como acompañamiento en el proceso vital y tiene las características de un encuentro
personal y singular con el discípulo, el educando. Esta es una parte importante del modelo a
implementar en el aula, aunque supone dificultades por falta de tiempo; pero el dialógo personal
en las tutorias o propiciando el diálogo personal en los descansos, es esencial del método de
Cristo, es la entrega, el amor al discípulo, el amor ágape, que se constituye en testimonio y
ofrenda.

Esté método pedagógico de Cristo lo veo reflejado de forma especialmente útil en mi campo
educativo en las ideas de F. Rielo con su Método Absoluto, ya comentado, y su propuesta de
actitud extática frente ala realidad de salir de uno mismo, de lo limitado, hacia una visión más
plena. También lo veo reflejado especialmente el las palabras del Padre Tomás Morales 17:
“educarles no para que sean masa amorfa que sirve para todo y no vale para nada. Es librarles del
anonimato de la gente para que se convierta en persona…tenemos que infundir en el joven el valor de
ser uno mismo, de existir personalmente, de no ser simple emanación del contorno”.

Conclusión

17
MORALES T., Hora de los Laicos (BAC. Madrid 1985) 448
Analizando el entorno educativo de una Escuela de Ingeniería Informática, podemos entender que
los principios educativos son aplicables en este entorno, incluso existiendo ciertas particularidades
de apertura a la verdad y a la intuición que pueden favorecer una educación fundamentada en
la Verdad. SE observa la distancia actual en la forma de educar en las aulas respecto de un modelo
que eduque en la plenitud del ser humano .

You might also like