La bombilla o lámpara incandescente fue obra de dos genios: el
inglés Joseph W.Swan (1828 – 1914) y el norteamericano Thomas Alva Edison(1847 – 1931). La primera bombilla eléctrica vio la luz y se hizo el 21 de octubre de 1879 tras muchos años de experimentos y fracasos.
Muchas personas creen que el inventor de la bombilla fue
Thomas Edison, pero éste verdaderamente lo que consiguió fue perfeccionar el invento de Joseph Swan y que funcionase con más efectividad y durante mucho más tiempo. Además, Edison también patentó el 27 de enero de 1880 la bombilla eléctrica o bombilla incandescente, cosa que no hizo Swan. Thomas Alva Edison, unos de los dos inventores de la bombilla
Ambos pretendían lo mismo: transformar la electricidad en
luz mediante un instrumento que mejorase los resultados de la ya existente lámpara de arco eléctrico inventada en 1811 por Humphrey Davy (1778 – 1829). Historia de la bombilla Se ensayó con diferentes filamentos metálicos incandescentes e incluso con otros de procedencia vegetal como el algodón o fibra de bambú carbonizado Y encerrado herméticamente al vacío en el interior de un globo de vidrio, estableciéndose la conexión mediante dos hilos de platino. Pero la vida útil de aquella bombilla era efímera, un par de cientos de horas, y el rendimiento escaso: daba poca luz y además ésta no se mantenía constante sino que parpadeaba y decrecía en intensidad. El principal problema con el que tropezaron los inventores de la bombilla eléctrica, Edison y Swan, fue cómo impedir que los filamentos se fundieran por el calor. En 1883 se intentó con filamentos elaborados con una solución de celulosa. En 1905 se probó con carbón metalizado capaz de resistir altas temperaturas y proporcionar una luminosidad aceptable: cuatro lumen por vatio. Pero el rendimiento era pobre y la duración de la bombilla muy escasa.
La solución definitiva se encontró en los filamentos metálicos:
primero el osmioy luego el tantalio. En 1909 la bombilla quedó casi configurada con el filamento de wolframio. Las primeras bombillas eran de fabricación artesanal, por lo que se trataba de un producto caro. Hoy se fabrican en serie mediante máquinas automatizadas que producen miles de bombillas por hora. Como curiosidad, existe una bombilla que lleva encendida más de 115 años (ver noticia completa aquí). Está funcionando ininterrumpidamente desde el año desde 1901 y se encuentra en un cuartel de bomberos de California, en Estados Unidos.