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Esta discusión sobre las primeras fases de la sociedad humana considera los hechos
que tuvieron lugar hace un millón de años, en lugares no específicamente
determinados, bajo circunstancias que son fruto únicamente de la especulación
razonada. Es, por tanto, un ejercicio de inferencia, no de observación. Esto significa
yuxtaponer la vida social de nuestros parientes más próximos: los monos y los
simios, por un lado, y la organización de las sociedades primitivas conocidas, por
otro. La distancia entre ambas formas de vida se salva con el trabajo del intelecto.
Ningún primate vivo se puede igualar directamente con el verdadero antepasado
simio del hombre, así como ningún pueblo contemporáneo primitivo es idéntico,
desde el punto de vista cultural, a nuestros antepasados. En ambas instancias sólo
es posible seleccionar los rasgos sociales generales, en detrimento de los
particulares y los específicos, con vistas a la comparación histórica. Por lo que
respecta a los primates, se debe confiar básicamente en los pocos trabajos de
campo llevados a cabo con los grupos que viven en régimen de libertad, y en ciertos
estudios pioneros sobre animales que viven en cautividad. Se trata de los monos
antropomorfos, sobre todo, los gibones y los chimpancés (que son los más cercanos
al hombre), y también de los monos del Viejo y del Nuevo mundo. En cuanto a los
hombres, las sociedades contemporáneas más próximas a la condición cultural de
las sociedades primitivas son los cazadores-recolectores, pueblos pre-agrícolas,
cuyo modo de vida depende básicamente de la recolección de alimentos silvestres.
Este orden cultural fue característico de la Edad de Piedra, cuya antigüedad
comprende entre un millón y unos 15 o 10000 años aproximadamente.
Esta liberación de la sociedad humana del control biológico directo fue su gran
fuerza evolutiva. La cultura salvó al primer hombre, le proporcionó abrigo,
alimento y bienestar. En nuestra época ha sido posible apilar una vivienda sobre
otra en grandes edificios sociales capaces de garantizar la supervivencia de
millones de personas. Pero lo más llamativo de la suplantación que la cultura ha
hecho de la evolución biológica reside en que, al hacer esto, se opuso frontalmente
a la naturaleza primate del hombre en muchos terrenos y trató de sojuzgarla.
Resulta extraordinario el hecho de que las inclinaciones simiescas del hombre son,
con frecuencia, una fuente de conflictos para la vida social, y que en lugar de
constituir un fundamento sólido de la misma, contribuyen a debilitarla.
La emancipación creciente del sexo del control hormonal en los primates, como ha
señalado Beach, ha ido de la mano con la evolución del apareamiento promiscuo y
la formación de parejas heterosexuales estables y exclusivas entre animales
específicos. En ciertos grupos de monos del Nuevo Mundo las hembras y sus hijos
forman una comunidad separada de la horda y sólo cuando la hembra está en celo
la abandona para buscar pareja. La hembra no llega a estar unida a un macho
determinado, sino que pasa de uno a otro después de dejarlos agotados
sucesivamente. La horda de los monos Rhesus del Viejo Mundo es similar a
aquélla, como también lo son las relaciones sexuales, si bien aquí la hembra
receptiva es poseída en primer lugar por los machos dominantes, lo cual representa
un paso hacia la exclusividad. En los gibones antropoides la tendencia a la
exclusividad se ha desarrollado de forma completa: la horda entera está compuesta
comúnmente por un macho adulto, una hembra consorte estable y sus hijos
respectivos. Hasta la fecha no es posible, sin embargo, establecer de forma segura
e inequívoca que semejante cambio progresivo atraviese todo el orden de los
primates. Lo que sí parece claro es que los primates superiores subhumanos
prefiguran la familia humana con mucha más fuerza que los primates inferiores.
Las relaciones territoriales entre las bandas (un término técnico que se usa para
referirse al grupo social cohesionado) de los cazadores-recolectores nos ofrecen un
contraste significativo. El territorio de la banda no es nunca de uso exclusivo suyo.
Los individuos y las familias pueden cambiar de un grupo a otro, sobre todo en
aquellos hábitats cuyos recursos alimenticios varían de un año a otro y de un lugar
a otro. Además, la hospitalidad y las visitas entre las bandas se deben, en buena
medida, a razones puramente sociales y ceremoniales. Las bandas gozan de
autonomía política, pero circula una noción general de tribalismo entre las que son
vecinas que se sustenta en la semejanza de la lengua y las costumbres y además en
la colaboración social. Estas ideas se hallan reforzadas de un modo importante por
el parentesco y la regulación cultural del sexo y el matrimonio. En todos los
supervivientes modernos de la Edad de Piedra está prohibido el matrimonio entre
parientes próximos, mientras que el matrimonio fuera de la banda se estima,
cuando menos, como el preferido, y a veces como moralmente aconsejable. De este
modo, los lazos de parentesco creados llegan a ser los canales sociales de ayuda y
solidaridad recíprocas que conectan a las bandas entre sí. No parece injustificada la
afirmación de que la capacidad humana de extender el parentesco fue una
condición social necesaria para el despliegue del hombre primitivo por las grandes
dimensiones del planeta.
El conocimiento, por sí solo, proporciona poco poder. Los jefes de una banda no
pueden dar órdenes, tan solo consejos. Como dijo textualmente un jefe pigmeo del
Congo a un antropólogo, no vale la pena dar órdenes, ¨pues nadie las cumpliría¨.
La manera de referirse a los líderes de las bandas de cazadores-recolectores
muestra de forma elocuente cuáles son sus poderes: El líder de los Shoshones es el
¨hablador¨ y su homólogo esquimal es ¨el que piensa¨. En la banda primitiva la
familia es una comunidad más cohesionada y fuerte que la banda como un todo, y
cada una de ellas es libre para gestionar sus propios asuntos. Según Berket-Smith:
¨No existen rangos o clases entre los esquimales, razón por la cual deben renunciar
a esa satisfacción que Thackeray llama el verdadero placer de la vida, la de
relacionarse con los inferiores¨. Lo mismo puede decirse de las demás sociedades
primitivas.
En una banda los bienes económicos pasan de mano en mano y la circulación de los
mismos aumenta a medida que se estrecha el grado de parentesco de los grupos
domésticos, y también dependiendo de la importancia de los bienes que afectan a la
supervivencia. El alimento, el recurso básico, debe estar siempre disponible para
otros, bajo pena de ostracismo; cuanto más escaso, más celeridad hay que mostrar
para regalarlo, y todo ello por nada. Además, el alimento y otras cosas, al margen
de las consideraciones utilitarias, se comparten a veces con el fin de promover las
relaciones amistosas. Hubo un tiempo en los asuntos humanos en que el único
derecho de propiedad que imprimía distinción, era el de dar regalos.
DESARROLLO DE LA SOCIEDAD
El desarrollo de la sociedad está marcado por tres etapas: física, vital y mental.
Estas no son etapas claras, sino que se superponen. Los tres están presentes en
cualquier sociedad en el tiempo. Uno de ellos es predominante mientras que los
otros dos juegan papeles subordinados. El término "vital" denota las energías
emocionales y nerviosas que potencian el impulso de la sociedad hacia el logro y se
expresan más directamente en las interacciones entre los seres humanos. Antes del
pleno desarrollo de la mente, son estas energías vitales las que predominan en la
personalidad humana y gradualmente ceden terreno cuando el elemento mental se
fortalece. La velocidad y las circunstancias de la transición social de una etapa a
otra varían.
ETAPA FÍSICA
ETAPA VITAL
La etapa vital de la sociedad está impregnada de dinamismo y cambio. Las
actividades vitales de la sociedad se expanden marcadamente. La sociedad se
vuelve curiosa, innovadora y aventurera. Durante la etapa vital, el énfasis cambia
de las interacciones con el entorno físico a las interacciones sociales entre las
personas. El comercio suplanta a la agricultura como principal fuente de riqueza.
El centro de la vida se desplazó del campo a las ciudades donde las oportunidades
comerciales y comerciales eran más abundantes. El centro del poder pasó de la
aristocracia a la clase empresarial, que empleó el creciente poder del dinero para
ganar influencia política. Durante la etapa vital, el estado de derecho se vuelve más
formal y vinculante, proporcionando un entorno seguro y seguro para que los
negocios prosperen. Los bancos, las compañías navieras y las sociedades anónimas
aumentan en número para aprovechar las oportunidades. El pensamiento fresco e
innovador conduce a nuevas formas de vida que las personas aceptan, ya que
resultan beneficiosas. La ciencia y los enfoques experimentales comienzan a
avanzar a medida que la tradición y el dogma se debilitan. La demanda de
educación aumenta.
A medida que la etapa vital madura a través de la expansión del complejo comercial
e industrial, surgen ingresos excedentes, lo que lleva a las personas a gastar más en
artículos hasta ahora considerados fuera de alcance. La gente comienza a aspirar al
lujo y al ocio que no era posible cuando la vida estaba en un nivel de subsistencia
ETAPA MENTAL
Esta etapa tiene tres características esenciales: aplicación práctica, social y política
de la mente. La aplicación práctica de la mente genera muchos inventos. La
aplicación social de la mente conduce a tipos de organización social nuevos y más
efectivos. La aplicación política conduce a cambios en los sistemas políticos que
facultan a la población a ejercer sus derechos políticos y humanos de manera libre y
democrática. Estos cambios comenzaron en el Renacimiento y la Ilustración, y
cobraron impulso en la Reforma, que proclamó el derecho de los individuos a
relacionarse directamente con Dios sin la mediación de los sacerdotes. La
aplicación política de la mente condujo a las revoluciones americana y francesa,
que produjeron escritos que primero reconocieron los derechos del hombre común
y gradualmente condujeron al disfrute real de estos derechos.
La organización es una invención mental. Por lo tanto, no es sorprendente que la
etapa mental del desarrollo sea responsable de la formulación de un gran número
de innovaciones organizacionales. Han surgido enormes corporaciones comerciales
que generan más dinero que incluso las ganancias totales de algunos países
pequeños. Las redes mundiales para el transporte y la comunicación ahora
conectan a las naciones del mundo dentro de un tejido social unificado común para
viajes por mar y aire, telecomunicaciones, informes meteorológicos e intercambio
de información.
sociedades separadas por gran distancia y que tienen poco contacto directo entre sí.
Además, las sociedades también aprenden de aquellos que ya han pasado por estas
transiciones y, por lo tanto, pueden hacer que las transiciones sean más rápidas y
mejores. Cuando los Países Bajos introdujeron la educación primaria en 1618, fue
una iniciativa pionera. Cuando Japón hizo lo mismo a fines del siglo XIX, tuvo la
ventaja de la experiencia de Estados Unidos y otros países. Cuando muchos países
asiáticos iniciaron la educación primaria en la década de 1950 después de obtener
la independencia, pudieron recurrir a la vasta experiencia de las naciones más
desarrolladas. Esta es una razón importante para acelerar el ritmo del progreso.
Terminología
Desarrollo Humano
Límites al desarrollo
CRISIS DE LA SOCIEDAD
Tres grandes crisis en la sociedad actual