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las malas prácticas de pastoreo, ya que el tipo de manejo que realizan los pobladores

consiste en una alimentación por pastoreo , además no realizan rotación de potreros,


solamente los cambian de ubicación en el mismo lugar, y tiene un manejo sanitario
inadecuado, ya que no llevan un control sobre las dosificaciones de antihelmínticos
(frecuencia y dosis). Estas causas se relacionan principalmente a los factores del hospedador
(resistencia genética, edad y estado fisiológico) y del ambiente (clima, nutricióny manejo)
(Odoi et al.,2007).

Respecto a las malas prácticas de pastoreo, Sánchez et al. (2016), realiza un


estudio en Mixquiahuala, en la localidad “Colonia Veracruz” ubicada a 2000 msnm,
mencionando que los sistemas de manejo influyen en el grado de infección, donde
evidenciaron que hay mayor grado de infección en el pastoreo que en sistemas estabulados.

El manejo sanitario es inadecuado, ya que según las recomendaciones de Rojas (2004), se


debe realizar un mayor número de desparasitaciones al año siguiendo un calendario
sanitario de dosificación (dos veces/año), de acuerdo a la edad y época del año. Además, se
debe realizar una alternancia anual, para evitar la generación de resistencia a los
antihelmínticos acompañados de exámenes coproparasitológicos para identificar los tipos
de parásitos presentes en los animales, permitiendo escoger el antiparasitario adecuado
(Kassai, 2002; Hindson, 2002; Sultán et al., 2016).

Asimismo, se hallaron cargas de Nematodirus bajas en el distrito de Pampas en


comparación a Caraz y Yungay debido a que los huevos presentan una gran resistencia a la
sequedad y bajas temperaturas , permitiendo el desarrollo de las larvas infectivas en el interior
del mismo, siendo este aspecto un factor importante para su frecuencia en ambientes de gran
altitud (Gorman, 1989). Se evidenciaron mayores cargas en Pampas debido a que durante los
meses de agosto a setiembre, el clima es seco y está ubicado a 3190 msnm, en comparación
a los otros distritos que presentan cargas menores, ya que se encuentran en pisos altitudinales
más bajos y tienen climas cálidos.
Debido a inconvenientes con los propietarios en la toma de muestras de animales
jóvenes, solo pudo tomar muestras a nueve animales menores de un año, de manera que la
población muestreada se dividió en tres grupos, fue agrupada en terciles, y evidenciando
prevalencias y cargas parasitarias reales. Sin embargo la literatura, respecto al desarrollo de
respuesta inmune indica que este madura recién en animales que son mayores del año
(Castells, 2002); es decir que antes de esa edad las cargas serían mayores; sin embargo Rojas
et al. (2007), encuentra que hay mayor prevalencia en animales mayores del año, pero dicha
diferencia depende básicamente del tipo de manejo. que podría estar relacionado con la
respuesta inmune, ya que los animales jóvenes presentan incapacidad para estimular la
producción de Ig G sérica y de IgA en la mucosa intestinal (Duncan et al., 1978; Quiroz et
al., 2011; Bowman, 2011). En el estudio no se encuentran diferencias entre la prevalencia de
los nematodos y las variables estudiadas.

Las cargas parasitarias para HTS, fueron bajas (250 hpg), considerándose como un
grado de parasitismo leve, ya que es menor de <500 hpg según lo mencionado por Habela et
al. (2002), estas cargas bajas probablemente por factores propios de los animales (inmunidad,
edad y alimentación) y de manejo. En los factores propios del animal la gran mayoría son
animales mayores de un año y por ende al menos una vez en su vida han sido expuesto a una
infección por nematodos, adquiriendo memoria inmunológica, lo que no ocurre con los
animales menores de un año o recién destetados y consecuente presentan cargas elevadas.

En el manejo, los criadores emplean el pastoreo controlado estacado (Díaz y


Vilcanqui, 2013), lo que significa que hay una baja contaminación de los pastos, porque no
cuentan con muchos animales en las áreas donde se realizan el pastoreo, ya que la crianza de
ovinos es en su mayoría para autoconsumo, además con este tipo de pastoreo, se aseguran la
alimentación individual. Commented [L1]: Estas segura??

Se observa bajas cargas parasitarias de huevos tipo Strongylus que mostraron una
asociación significativa (p<0.001) con la procedencia, siendo las cargas del distrito de
Pampas (350 hpg) mayores en comparación a los distritos restantes, probablemente debido a
las características climáticas que acontecen en los meses de mayo a setiembre.
El distrito de Pampas se encuentra a 3190 msnm con una temperatura anual de 11.7
°C y una precipitaciónn anual de 500 mm (Climate Data, 2012), dentro de los principales
factores que favorecen el desarrollo y supervivencia de huevos y larvas infectivas se
encuentran la temperatura y humedad, siendo condiciones mínimas de temperatura (≥15°C)
y precipitación pluvial (>50 mm) para el desarrollo del huevo y de las larvas infectivas,
ocasionando la continuidad del ciclo (Cordero del Campillo et al., 1999; Urquhart, 2001;
Rojas, 2004). En Caraz se encontró una carga mucho menor, ya que esta zona presenta una
altitud de 2285 msnm, una temperatura media anual de 15.4°C y una precipitación cercana a
cero durante los meses de muestreo, que no contribuye al desarrollo de los huevos y las larvas
infectivas. Sin embargo, en la zona se observó la presencia de canales de agua provenientes
de las zonas altas, que favorecería al desarrollo de los y formas infectivas (L3).

En nuestro estudio, al relacionar la edad con la presencia de nematodos, se observó


que los animales ≤1.5 años, tiene una susceptibilidad ligeramente mayor en comparación a
los animales > 1.5 - ≤ 2 años y > 2 - 6 años, que podría estar relacionado con la respuesta
inmune, ya que los animales jóvenes presentan incapacidad para estimular la producción de
Ig G sérica y de Ig A en la mucosa intestinal (Duncan et al., 1978; Quiroz et al., 2011;
Bowman, 2011). El sistema inmunológico madura recién en animales que son mayores del
año (Castells, 2002). Rojas et al. (2007), encuentra que hay mayor prevalencia en animales
mayores de 1 año, pero dicha diferencia depende básicamente del tipo de manejo.

Las condiciones climáticas son factores que influencian la baja prevalencia debido a que los
distritos muestreados durante los meses de agosto y setiembre, no muestran las temperatura
y precipitaciones optimas (11-15°C y 3-20 mm), que influyen en el desarrollo de los huevos
y larvas infectivas, provocando un lento desarrollo y retrasos en la continuidad del ciclo
biológico; factores como la temperatura y precipitación pluvial, van a influir directamente,
ya que se requiere condiciones de ≥15°C y >50 mm (Quiroz et al., 2011);
; factores como la temperatura y precipitación pluvial, van a influir directamente, ya que se
requiere condiciones de ≥15°C y >50 mm (Quiroz et al., 2011);

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