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¿Quién era Porfirio Díaz?

No se puede comprender el porfiriato sin conocer a hombre que lo hizo


posible. Porfirio Díaz nació en Oaxaca de Juárez el 1830 y, antes de ocupar
la presidencia, destacó por su labor militar.

Su participación en la Segunda Intervención Francesa, especialmente con la


creación de guerrillas que combatieron a los europeos en el estado de
Oaxaca, lo hicieron muy conocido en su país. Igualmente, fue uno de los
protagonistas de la recuperación de Ciudad de México por parte del ejército
republicano.

Sin embargo, el prestigio ganado no le sirvió para ganar las elecciones


presidenciales a las que se presentó antes de tomar el poder. Estas derrotas
le hicieron levantarse dos veces en armas contra los gobiernos elegidos.

Elecciones de 1867

La caída del emperador Maximiliano hizo que México recuperara su soberanía


completa, sin interferencias del exterior. Benito Juárez ostentó la presidencia
tras la derrota imperial.

Las siguientes elecciones fueron convocadas en 1867. Porfirio Díaz decidió


presentarse contra Juárez. En ese momento Díaz era contrario a la reelección
presidencial. Sin embargo, Juárez venció por amplia mayoría. La derrota
afectó al militar, que dejó por un tiempo la vida política.

Plan de La Noria

Cuando llegó el momento de las elecciones de 1871, Díaz decidió volver a


presentarse. De nuevo, Benito Juárez fue su rival y a este dúo se le unió un
nuevo oponente: Sebastián Lerdo de Tejada. El resultado volvió a ser
favorable a Juárez, quedando Díaz en segunda posición.

Sin embargo, en esta ocasión Porfirio no aceptó los resultados y comenzó a


reclutar partidarios, especialmente entre los hacendados de su estado natal.
El 8 de noviembre de ese mismo año proclamó el llamado Plan de La Noria,
con el que instó a los militares mexicanos a derrocar a Juárez.

En un principio el avance de los rebeldes fue muy rápido, pero después


empezaron las derrotas.

Elecciones extraordinarias

Cuando la derrota de Díaz parecía inevitable, se produjo la muerte de Benito


Juárez. Lerdo de Tejada asumió la presidencia de manera provisional y
Porfirio dejó las armas al no tener ya mucho sentido continuar la lucha.

De esta forma, se convocaron unas nuevas elecciones en octubre de 1872.


Díaz y Lerdo se enfrentaron ante las urnas, resultando este último ganador.

La Revolución de Tuxtepec

La historia volvió a repetirse en parte en las elecciones de 1876. Lerdo de


Tejada anunció su candidatura, al igual que Porfirio Díaz. Al mismo tiempo,
los partidarios de Díaz —todavía contrario a la reelección— comenzaron a
manifestarse contra Lerdo, siendo violentamente reprimidos.

La actuación de las fuerzas gubernamentales hizo que Díaz volviera a


levantarse en armas en enero de 1876. Muchos militares y la Iglesia católica
apoyaron esta vez la llamada Revolución de Tuxtepec.

Después de casi un año de guerra civil, el bando porfirista entró en la capital


mexicana en noviembre. El 21 de ese mes se erigió como presidente
interino. El 5 de mayo de año siguiente, y después de haber ganado por fin
unas elecciones, Porfirio Díaz se convirtió en presidente de México.

Historia del porfiriato

Primer mandato presidencial (1877- 1880)

Durante este primer periodo de Porfirio Díaz en la presidencia el político se


esforzó en pacificar el país; su lema fue “orden, paz y justicia”. Para
conseguir este objetivo logró que el Congreso le diera poderes
extraordinarios y usó al ejercito para acabar con los caciques.

De igual forma sustituyó a numerosos jefes militares por otros de su


confianza, para acabar con posibles rebeliones. En tan solo un año, las
medidas tuvieron efecto y el país quedó pacificado.

Presidencia de Manuel González (1880 – 1884)

Aunque en la legislatura que duró desde 1880 a 1884 el presidente del país
fue Manuel Gonzalez, lo cierto es que era Díaz quien siguió dirigiendo al
gobierno.

González fue un militar que había participado junto a Díaz en el


levantamiento contra Lerdo de Tejada. En 1879 fue declarado candidato para
las elecciones y al año siguiente prometió el cargo.

Lo más destacado durante su mandato fue la gran inversión en


infraestructuras destinadas a modernizar el país. Así, el gobierno promovió
la implantación del ferrocarril, al igual que el telégrafo. En el ámbito
económico destaca la creación de dos grandes bancos, que posteriormente
se fusionaron formando el Banco Nacional de México.
Frente a estos aspectos, González tuvo que lidiar con continuas acusaciones
de corrupción y casi llegó a estallar una revolución en su contra. Díaz
intervino y salvó la situación.

25 años de porfiriato (1884 -1911)

Díaz recuperó la presidencia tras el intervalo de González. Fue en 1884 y ya


no abandonaría el puesto hasta 1911.

Al principio, las noticias económicas dieron muchas alegrías al gobierno y


ayudaron a mantener la paz y la estabilidad. Las infraestructuras continuaron
creciendo y se impulsó la minería y la producción agropecuaria.

Sin embargo, al mismo tiempo el descontento iba creciendo. El autoritarismo


de Díaz y la desigualdad en el reparto de las riquezas creadas puso a buena
parte de la población en su contra. La actuación del ejército en las huelgas
de Cananea y Río Blanco expandió el descontento.

A esto hay que unirle los efectos de la crisis económica internacional surgida
en 1907, que también afectó a México. Esta recesión provocó que el
descontento aumentara aún más. Así, en 1910 estalla la Revolución
mexicana y, tras vencer a los partidarios de Díaz, se da por finalizado el
porfiriato.

Etapas
La mayoría de los historiadores dividen el largo periodo de la presidencia de
Porfirio Díaz (incluida la legislatura de González) en tres etapas:

Primera etapa

Esta primera etapa va desde su primera elección hasta la década de los 80.
Se trató de una fase en la que Díaz intentó estabilizar el país y consolidar su
gobierno. Formó un equipo de confianza a su alrededor y puso el orden y el
progreso como objetivo nacional.

Ese objetivo no estuvo exento de polémica, ya que el porfiriato no dudó en


recurrir a la violencia y a la represión contra todos sus opositores (incluida
la prensa) para conseguirlo.

Segunda etapa

Esta etapa alcanzó hasta los primeros años del siglo XX. La economía fue la
principal baza del gobierno. Fomentó la modernización de la minería, de la
agricultura y del comercio. Empezaron a llegar inversiones millonaria desde
el exterior, aunque fuera a costa de que, por ejemplo, las compañías mineras
fueran propiedad de estadounidenses.

La construcción del ferrocarril y de muchas líneas telefónicas y telegráficas


cambiaron las comunicaciones a nivel nacional.

Por otra parte, durante este periodo se acrecentó el autoritarismo de Díaz.


Opositores, prensa y líderes obreros fueron arrestados. Los episodios más
extremos de represión se dieron contra los yaquis y contra los huelguistas
de Cananea y Río Blanco.

Tercera etapa

Aunque cada vez quedaba menos oposición política y prensa libre, el


descontento social no paraba de crecer. Además, el crecimiento económico
se ralentizó, lo que afectó a muchas capas de la sociedad.

Sociedad durante el porfiriato


La principal característica de la sociedad mexicana durante el porfiriato fue
la profunda desigualdad que había en su seno. La estabilidad económica fue
lograda, pero a costa de dejar a buena parte de la población atrás y de la
supresión de la libertad.

Por una parte, Ciudad de México se consolidó como el centro cultural y


político del país. Grandes obras arquitectónica empezaron a aparecer y la
alta sociedad disfrutaba de la cultura.

En contraparte, los trabajadores nunca notaron la mejora económica. La


explotación laboral era la norma, ya fuera en las fábricas o en las haciendas;
lo que ganaban casi no bastaba para sobrevivir. Un cálculo aproximado cifra
en 860 mil obreros solo en el ámbito industrial y minero.

Por último, los pueblos indígenas también vieron disminuidos sus derechos.
Parte de sus tierras les fueron arrebatadas y fueron vendidas a capitales
extranjeros.

Gobierno de Porfirio Díaz


El largo gobierno de Porfirio Díaz afectó a todos los ámbitos sociales,
económicos y políticos. Desde la educación hasta las relaciones con la Iglesia
se vieron afectadas por las características propias del porfiriato.

Economía

La mejora económica en los primeros años del porfiriato fueron evidentes. El


país llegó a conseguir superávit y a saldar la deuda con los Estados Unidos.
Igualmente, se procedió a una industrialización que dejó en segundo plano a
la agricultura.

El precio a pagar fue la desigualdad social y la pérdida de derechos laborales.


Los trabajadores de las haciendas o de la industria minera tenían sueldos
muy bajos, así como largas jornadas interminables. Además, parte de las
nuevas industrias y de las tierras pasaron a manos extranjeras.
Represión y autoritarismo

La represión violenta fue ampliamente utilizada, primero con la excusa de


pacificar el país y, después, para proteger el sistema económico creado por
el porfiriato frente a las protestas de los trabajadores.

Por otra parte, una de las características más pronunciadas de este periodo
fue el marcado autoritarismo y personalismo con el que Díaz llevó a cabo las
tareas de gobierno.

Iglesia

Los anteriores gobiernos habían eliminado muchos de los privilegios


históricos de la Iglesia católica. Con Porfirio Díaz esta institución recuperó
parte de ese poder.

Uno de los aspectos más importantes fue la posibilidad de obtener diezmos.


Los pequeños propietarios fueron los más afectados por ese pago obligatorio
a la Iglesia.

Educación y cultura

La educación y la cultura también vivieron cambios, empezando por la


filosofía que las sustentaban.

Estos campos se inspiraron en el positivismo, muy en boga en la época. La


historia y su reflejo se convirtieron en una parte fundamental en los dos
terrenos.

Crisis
A principios del siglo XX el porfiriato comenzó a dar muestras de
agotamiento. El clima social, así como la ralentización de la economía,
hicieron que cada vez hubiera más descontentos.

El presidente pareció dar muestras de aceptar unas elecciones democráticas.


Así, en una célebre entrevista con el periodista estadounidense James
Creelman concedida en 1908, afirmó que para las elecciones de 1910 era
posible que se permitiera participar a algún partido de la oposición.

Estas palabras animaron a los contrarios al régimen y comenzaron a aparecer


movimientos políticos para constituirse en partidos.

Francisco I. Madero

Entre los opositores destacó Francisco Ignacio Madero, quien se puso al


frente del movimiento antiporfiriato. Presentó su candidatura a principios de
1910 y su campaña electoral fue un auténtico éxito.

Sin embargo, las palabras de Díaz no fueron más que un espejismo. Cuando
el gobierno se dio cuenta de que Madero podía ser un rival muy difícil,
empezó a arrestar a sus partidarios y, finalmente, al propio candidato.

Elecciones

Con esta situación, Porfirio vence en las votaciones. Madero tiene que
exiliarse a los Estados Unidos, desde donde lanza el Plan de San Luis.

En su proclama desconoce a Díaz como presidente y anima a los mexicanos


a levantarse contra él. La fecha elegida para el inicio de la revuelta fue el 20
de noviembre.

Fin del porfiriato


Las fuerzas de seguridad del gobierno reaccionan al plan arrestando o
asesinando a algunos de sus líderes, como Aquiles Serdán. Sin embargo, el
levantamiento fue casi general, logrando grandes avances en pocos meses.

En abril de 2011 casi todos los estados tenían grupos revolucionarios activos.
La batalla de Ciudad Juárez, con victoria de los opositores, hace que Díaz
comience a plantearse su renuncia. De hecho, a finales de mayo dimitió su
gobierno en pleno.

Por fin, el 25 de mayo, con más de 1000 personas manifestándose, la Cámara


de Representantes aprobó la renuncia del presidente, que acabó teniéndose
que exiliar. El porfiriato había terminado y comenzaba la Revolución
mexicana.

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