VIACRUCIS COMUNITARIO: BASADO EN EL MENSAJE DEL PAPA PARA LA CUARESMA
VIACRUCIS COMUNITARIO
«La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios» (Rm 8,19)
Basado en el Mensaje del Papa para la Cuaresma 2019 y en Laudato Sii.
Inicio del Viacrucis.
1) Mon: El Papa Francisco en su
mensaje para la cuaresma de
2019 nos ha dicho:
«La celebración del Triduo
Pascual de la pasión, muerte y
resurrección de Cristo, culmen
del año litúrgico, nos llama una
y otra vez a vivir un itinerario de
preparación, conscientes de que
ser conformes a Cristo (cf. Rm
8,29) es un don inestimable de la
misericordia de Dios.
Si el hombre vive como hijo de
Dios, si vive como persona redi-
mida, que se deja llevar por el
Espíritu Santo (cf. Rm 8,14), y
sabe reconocer y poner en prác-
tica la ley de Dios, comenzando
por la que está inscrita en su co-
razón y en la naturaleza, benefi-
cia también a la creación, coope-
rando en su redención. Por esto,
la creación —dice san Pablo—
desea ardientemente que se ma-
nifiesten los hijos de Dios, es de-
cir, que cuantos gozan de la gra-
cia del misterio pascual de Jesús
disfruten plenamente de sus fru-
tos, destinados a alcanzar su
maduración completa en la re-
dención del mismo cuerpo hu-
mano. […] Sin embargo, en este
mundo la armonía generada por
la redención está amenazada,
hoy y siempre, por la fuerza ne-
gativa del pecado y de la muerte
(Mensaje para la Cuaresma 2019,
1).
Adaptación y compilación: P. Raúl Díaz Quiroz.
2) Hoy, hermanos, los invito a re-
zar el Viacrucis, teniendo en
cuenta el anhelo de “ser confor-
mes a Cristo”, para vivir como
personas redimidas en relación
con los hermanos y con la crea-
ción.
Primera estación: Jesús es
condenado a muerte
3) L1: Por tercera vez les dijo:
«Pues ¿qué mal ha hecho este?
No he encontrado en él ninguna
culpa que merezca la muerte. Así
que le daré un escarmiento y lo
soltaré». Pero ellos se le echaban
encima, pidiendo a gritos que lo
crucificara; e iba creciendo su
griterío. Pilato entonces senten-
ció que se realizara lo que pedían:
soltó al que le reclamaban (al que
había metido en la cárcel por re-
vuelta y homicidio), y a Jesús se
lo entregó a su voluntad. Palabra
del Señor (Lc 23,22-25).
Meditación
4) L2: Señor, tu condena a
muerte fue fruto de los compor-
tamientos destructivos de las au-
toridades de tu tiempo. Hicieron
depender tu vida y tu futuro del
poder. El poder de quienes te te-
nían envidia, el poder de los ma-
nipuladores, el poder de quien te
pudo haber liberado pero quería
ser aceptado, el poder de la “con-
sulta popular” manipulada. El
poder cuando no tiene límites,
1
2019
acaba por destruir a las personas
y a las comunidades,
5) El Papa ha dicho:
Cuando no vivimos como hi-
jos de Dios, a menudo tenemos
comportamientos destructivos
hacia el prójimo y las demás
criaturas —y también hacia no-
sotros mismos—, al considerar,
más o menos conscientemente,
que podemos usarlos como nos
plazca. Entonces, domina la in-
temperancia y eso lleva a un es-
tilo de vida que viola los límites
que nuestra condición humana y
la naturaleza nos piden respe-
tar, y se siguen los deseos incon-
trolados que en el libro de la Sa-
biduría se atribuyen a los im-
píos, o sea a quienes no tienen a
Dios como punto de referencia
de sus acciones, ni una espe-
ranza para el futuro (cf. 2,1-11).
Si no anhelamos continuamente
la Pascua, si no vivimos en el ho-
rizonte de la Resurrección, está
claro que la lógica del todo y ya,
del tener cada vez más acaba por
imponerse. (Mensaje para la
Cuaresma 2019, 2)
Oración
6) L3: Señor, líbranos de la sed
de vivir sin límites. Porque no te-
nemos límites hoy hay dema-
siada violencia en nuestras fami-
lias, escuelas, pueblos y ciudades.
Por no tener límites nuestras au-
toridades permiten la explota-
ción de nuestros recursos y la
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contaminación a cambio de unos
cuantos pesos.
7) Mon: Señor, enséñanos a ser
como tú.
8) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Segunda estación: Jesús con
la cruz a cuestas
9) L4: Y Jesús llamando a la
gente y a sus discípulos les dijo:
«Si alguno quiere venir en pos de
mí, que se niegue a sí mismo,
tome su cruz y me siga. Porque,
quien quiera salvar su vida, la
perderá; pero el que pierda su
vida por mí y por el Evangelio, la
salvará» (Mc 8,34-35). Palabra
del Señor.
Meditación
10) L5: La cruz que pusieron so-
bre los hombros de Jesús, segu-
ramente había sido un árbol fron-
doso, lleno de vida. Pero ahora,
en manos de los soldados había
sido convertido en un instru-
mento de muerte. El Papa nos
dice:
La causa de todo mal es el pe-
cado, que desde su aparición en-
tre los hombres interrumpió la
comunión con Dios, con los de-
más y con la creación, a la cual
estamos vinculados ante todo
mediante nuestro cuerpo. El he-
cho de que se haya roto la comu-
nión con Dios, también ha da-
ñado la relación armoniosa de
los seres humanos con el am-
biente en el que están llamados a
vivir, de manera que el jardín se
ha transformado en un desierto
(cf. Gn 3,17-18). Se trata del pe-
cado que lleva al hombre a con-
siderarse el dios de la creación, a
sentirse su dueño absoluto y a no
usarla para el fin deseado por el
Creador, sino para su propio in-
terés, en detrimento de las cria-
turas y de los demás. (Mensaje
para la Cuaresma 2019, 2)
11) Las personas de hoy queremos
disfrutar al máximo de todo, usa-
mos, desperdiciamos, quema-
mos, contaminamos ¿acaso no
pensamos en las futuras genera-
ciones? Los padres de hoy, ensu-
cian el agua que sus hijos necesi-
tarán mañana. Dejamos terrenos
estériles por la flojera de cortar la
hierba de los cultivos ymejor usa-
mos herbicidas. Queremos pollos
y vacas gordas para vender y
comprar, pero comemos carne
contaminada que nos va a matar.
Queremos salvar nuestra vida,
pero la estamos perdiendo.
Oración
12) L6: Señor, Jesús, líbranos
del pecado que es exaltación del
yo y de sus antojos; enséñanos a
decir no a todo aquello que nos
daña a nosotros y a los demás; a
los de hoy a las futuras generacio-
nes. Es mejor tomar la cruz de la
sobriedad, de los límites, de la
paciencia, de la visión del futuro;
seguirte y vivir. Amén.
13) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
14) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Tercera estación: Jesús cae
por primera vez
15) L7: Él soportó nuestros su-
frimientos y aguantó nuestros
dolores; nosotros lo estimamos
leproso, herido de Dios y humi-
llado (Is 53,4). Palabra de Dios.
Meditación
16) L8: Señor, tú fuiste amado
por tus padres, por tus amigos,
por tus discípulos ¿Por qué llevas
2
2019
esa cruz? Porque también había
personas que pensabas que eras
un peligro para sus intereses: Un
Pilato que estaba haciendo ca-
rrera política, unos sumos sacer-
dotes que tenían privilegios ante
Roma. Por eso dijeron: «Más vale
que muera un hombre por el pue-
blo, a que toda la nación perezca»
(Jn 11,50). El Papa dice:
Cuando se abandona la ley de
Dios, la ley del amor, acaba
triunfando la ley del más fuerte
sobre el más débil. El pecado que
anida en el corazón del hombre
(cf. Mc 7,20-23) —y se mani-
fiesta como avidez, afán por un
bienestar desmedido, desinterés
por el bien de los demás y a me-
nudo también por el propio—
lleva a la explotación de la crea-
ción, de las personas y del medio
ambiente, según la codicia insa-
ciable que considera todo deseo
como un derecho y que antes o
después acabará por destruir in-
cluso a quien vive bajo su domi-
nio. (Mensaje para la Cuaresma
2019, 2)
Oración
17) L9: Señor Jesús caíste y te
levantaste tú solo, nadie te ayudó.
Tú también experimentaste el de-
sinterés por los demás. Líbranos
de la codicia que nos hace pensar
que todo deseo es un derecho. Lí-
branos de la indiferencia ante los
demás y ante el futuro. Porque
acabaremos por destrozarnos
unos a otros y destrozar este
mundo que nos has regalado,
único, irremplazable. Ayúdanos a
defender al humano como her-
mano y a la creación como res-
ponsabilidad nuestra para la so-
brevivencia de quienes vendrán
después de nosotros.
18) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
19) T: Para vivir como personas
redimidas.
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Padre nuestro......
Cuarta estación: Jesús en-
cuentra a su Madre
20) L10: Simeón los bendijo y
dijo a María, su madre: «Este ha
sido puesto para que muchos en
Israel caigan y se levanten; y será
como un signo de contradicción
—y a ti misma una espada te tras-
pasará el alma—, para que se
pongan de manifiesto los pensa-
mientos de muchos corazones».
Palabra del Señor (Lc 2,34-35).
Meditación
21) L11: Señor, ver morir a un
hijo es lo peor que se puede
desear a una persona, la más an-
tinatural; aún más atroz si el hijo,
inocente.
22) Señor Jesús, Señora María,
sacude la conciencia de los pa-
dres de hoy, porque están edu-
cando a los hijos para ser indivi-
dualistas, consumir y desperdi-
ciar como si los recursos natura-
les fueran infinitos. Ellos mismos
provocarán que sus nietos no ten-
gan recursos suficientes para so-
brevivir. El Papa dice:
El hombre y la mujer del
mundo posmoderno corren el
riesgo permanente de volverse
profundamente individualistas,
y muchos problemas sociales se
relacionan con el inmediatismo
egoísta actual, con las crisis de
los lazos familiares y sociales,
con las dificultades para el reco-
nocimiento del otro. Muchas ve-
ces hay un consumo inmedia-
tista y excesivo de los padres que
afecta a los propios hijos, quie-
nes tienen cada vez más dificul-
tades para adquirir una casa
propia y fundar una familia.
Además, nuestra incapacidad
para pensar seriamente en las
futuras generaciones está ligada
a nuestra incapacidad para am-
pliar los intereses actuales y
pensar en quienes quedan exclui-
dos del desarrollo. No imagine-
mos solamente a los pobres del
futuro, basta que recordemos a
los pobres de hoy, que tienen po-
cos años de vida en esta tierra y
no pueden seguir esperando. Por
eso, «además de la leal solidari-
dad intergeneracional, se ha de
reiterar la urgente necesidad
moral de una renovada solidari-
dad intrageneracional». (Lau-
ato Sii, 162)
Oración
23) L12: Señor, eres Hijo de una
persona que entregó lo mejor de
su vida por ti, María; y de un pa-
dre que luchó por ti y te defendió,
San José. Te pedimos por los pa-
dres de hoy par que eduquen a los
hijos en la generosidad, en la so-
lidaridad. Que sueñen con hijos
capaces de amar a todos, de en-
tregarse por el bien de la huma-
nidad. Que jamás se sientan or-
gullosos de tener hijos acapara-
dores, consumidores, explotado-
res e indiferentes.
24) Señora María, toca el cora-
zón de los padres, para que no les
hereden conductas que después
les provoquen daño a ellos, a sus
familias y a la sociedad. Amén.
25) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
26) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Quinta estación: El Cireneo
ayuda a Jesús a llevar la
cruz
27) L13: Mientras lo conducían,
echaron mano de un cierto Si-
món de Cirene, que volvía del
campo, y le cargaron la cruz, para
3
2019
que la llevase detrás de Jesús. Pa-
labra del Señor (Lc 23,26).
Meditación
28) L14: Señor, Simón de Cirene
se acercó a ayudarte para que tú
pudieras concluir tu plan: entre-
garte por amor a tu Padre y a la
humanidad.
29) Tu apóstol Pablo nos dijo.
19 Toda la creación espera
ansiosamente esta revelación de
los hijos de Dios. 20 Ella quedó
sujeta a la vanidad, no volunta-
riamente, sino por causa de
quien la sometió, pero conser-
vando una esperanza. 21 Porque
también la creación será libe-
rada de la esclavitud de la co-
rrupción para participar de la
gloriosa libertad de los hijos de
Dios. 22 Sabemos que la crea-
ción entera, hasta el presente,
gime y sufre dolores de parto
(Rom 8,19-22).
30) Las generaciones necesitan
desde ahora de nuestra ayuda. La
humanidad del mañana necesita
del hombro de la humanidad ac-
tual:
La noción de bien común in-
corpora también a las genera-
ciones futuras. […] Ya no puede
hablarse de desarrollo sostenible
sin una solidaridad intergenera-
cional. Cuando pensamos en la
situación en que se deja el pla-
neta a las generaciones futuras,
entramos en otra lógica, la del
don gratuito que recibimos y co-
municamos. Si la tierra nos es
donada, ya no podemos pensar
sólo desde un criterio utilitarista
de eficiencia y productividad
para el beneficio individual
(Laudato Sii 159).
Oración
31) L15: Señor, danos fuerza
para ser Cireneos de las genera-
ciones futuras. Concédenos
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aprender a buscar el bien de to-
dos, a pensar en los pobres de
hoy, y a pensar en quienes vienen
y vendrán detrás de nosotros. Los
abuelos nos cuentan de ríos lim-
pios y bosques tupidos que noso-
tros no conocimos. Ayúdanos a
dejar a los demás un mundo con
recursos, no contaminado, ni
erosionado o estéril. Así seremos
Cireneos que aligeren el sufri-
miento de quienes llegarán a este
mundo.
32) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
33) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Sexta estación: La Verónica
enjuga el rostro de Jesús
34) L16: Sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente,
despreciado y evitado de los
hombres, como un hombre de
dolores, acostumbrado a sufri-
mientos, ante el cual se ocultaban
los rostros, despreciado y deses-
timado. Palabra de Dios (Is 53,
2-3).
Meditación
35) L17: Señor, tu rostro había
sido desfigurado por los golpes,
la sangre, le duro y el polvo. Tú
veías rostros alterados por el
odio, la violencia y la venganza.
Pero hubo una mujer de rostro
amable que se acercó a ti, porque
no veía en ti al maldito que iba a
morir en la cruz, sino al Señor
que se había hecho hombre y ha-
bía asumido la cruz como camino
de redención.
36) Ella te mostró su rostro ama-
ble y tú le dejaste impreso en su
lienzo también tu verdadero ros-
tro, la vera ikona, de donde
formó la tradición el nombre de
esa mujer: Verónica.
37) El Papa dice:
Por esto, la creación tiene la
irrefrenable necesidad de que se
manifiesten los hijos de Dios,
aquellos que se han convertido
en una “nueva creación”: «Si al-
guno está en Cristo, es una cria-
tura nueva. Lo viejo ha pasado,
ha comenzado lo nuevo» (2 Co
5,17). En efecto, manifestándose,
también la creación puede “cele-
brar la Pascua”: abrirse a los
cielos nuevos y a la tierra nueva
(cf. Ap 21,1). Y el camino hacia la
Pascua nos llama precisamente
a restaurar nuestro rostro y
nuestro corazón de cristianos,
mediante el arrepentimiento, la
conversión y el perdón, para po-
der vivir toda la riqueza de la
gracia del misterio pascual
(Mensaje para la Cuaresma 2019,
3).
Oración
38) L18: Señor, cuatro cosas te
pido: Primera: que me permitas
contemplar tu rostro radiante,
verdadero Dios y verdadero hom-
bre; segunda: que me permitas
contemplar el rostro de mis her-
manos como hijos renovados por
el bautismo; tercera: que restau-
res mi rostro y corazón de cris-
tiano para poder sentirme res-
ponsable del bien de todos mis
hermanos, especialmente de los
que más sufren; cuarta: que me
des valor para prevenir sufri-
mientos a aquellos que vendrán a
este mundo, para que tengan ali-
mento, agua y aire sin contami-
nar; terrenos que fructifiquen,
ríos que hagan surgir vida.
39) Señor, ayúdame a limpiar el
rostro maltrecho de este mundo
que creaste y que hemos talado,
quemado, erosionado y llenado
de basura.
40) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
4
2019
41) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Séptima estación: Jesús cae
por segunda vez
42) L19: Sin defensa, sin justi-
cia, se lo llevaron, ¿quién se preo-
cupará de su estirpe? Lo arranca-
ron de la tierra de los vivos, por
los pecados de mi pueblo lo hirie-
ron [...] El Señor quiso triturarlo
con el sufrimiento. Palabra de
Dios (Is 53, 8.10).
Meditación
43) L20: Señor Jesús, las fuer-
zas se te escapan, experimentas
la debilidad del humano, caes de
nueva cuenta. Los soldados se
habían ensañado contigo, te gol-
pearon, te dejaron sin comer, hi-
cieron que perdieras sangre con
los latigazos y la corona de espi-
nas. Y luego la cruz, una cruz que
cada vez se vuelve más incómoda,
más pesada… y el camino, largo,
empedrado, caliente, resbaloso…
Tambaleaste, quisiste acomo-
darte la cruz, pero tus brazos y
piernas cedieron…
44) El Papa dice: La tierra
Esta hermana [La tierra]
clama por el daño que le provo-
camos a causa del uso irrespon-
sable y del abuso de los bienes
que Dios ha puesto en ella. He-
mos crecido pensando que éra-
mos sus propietarios y domina-
dores, autorizados a expoliarla.
La violencia que hay en el cora-
zón humano, herido por el pe-
cado, también se manifiesta en
los síntomas de enfermedad que
advertimos en el suelo, en el
agua, en el aire y en los seres vi-
vientes. Por eso, entre los pobres
más abandonados y maltrata-
dos, está nuestra oprimida y de-
vastada tierra, que «gime y su-
fre dolores de parto» (Rm 8,22).
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Olvidamos que nosotros mismos
somos tierra (cf. Gn 2,7). Nues-
tro propio cuerpo está consti-
tuido por los elementos del pla-
neta, su aire es el que nos da el
aliento y su agua nos vivifica y
restaura (Laudato Sii, 2).
Oración
45) L21: Señor, hoy también no-
sotros estamos aplastados por el
pecado que anida en nuestro co-
razón y se manifiesta como avi-
dez, afán por un bienestar des-
medido, desinterés por el bien de
los demás y a menudo también
por el propio. Nos lleva también
a la explotación de la creación, de
las personas y del medio am-
biente, según la codicia insacia-
ble que considera todo deseo
como un derecho y que antes o
después acabará por destruirnos.
No permitas que nuestro pecado
aplaste también a la creación.
(Cf. Mensaje para la Cuaresma
2019, 2)
46) Somos polvo y al polvo vol-
veremos, que no volvamos a una
tierra intoxicada; que nuestro úl-
timo aliento sea alimentado por
aire puro y no por aire contami-
nado. Amén.
47) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
48) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Octava estación: Jesús en-
cuentra a las mujeres de
Jerusalén
49) L22: Lo seguía un gran gen-
tío del pueblo, y de mujeres que
se golpeaban el pecho y lanzaban
lamentos por él. Jesús se volvió
hacia ellas y les dijo: «Hijas de
Jerusalén, no lloren por mí, llo-
ren por ustedes y por sus hijos,
porque miren que vienen días en
los que dirán: “Bienaventuradas
las estériles y los vientres que no
han dado a luz y los pechos que
no han criado”. Entonces empe-
zarán a decirles a los montes:
“Caigan sobre nosotros”, y a las
colinas: “Cúbrannos”; porque, si
esto hacen con el leño verde, ¿qué
harán con el seco?» Palabra del
Señor (Lc 23,27-31).
Meditación
50) L23: Señor, aquellas muje-
res lloraban por el daño que te
habían hecho, pero tú las haces
conscientes de que la injusticia y
el sufrimiento puede alcanzar a
todos, incluidos aquellos a quie-
nes más queremos.
51) Este Viacrucis nos pone de-
lante a tu muerte injusta, pero tú
nos haces mirar que la libertad
humana nos puede llevar a la
destrucción. El Papa advierte:
La libertad humana puede
hacer su aporte inteligente hacia
una evolución positiva, pero
también puede agregar nuevos
males, nuevas causas de sufri-
miento y verdaderos retrocesos.
Esto da lugar a la apasionante y
dramática historia humana, ca-
paz de convertirse en un desplie-
gue de liberación, crecimiento,
salvación y amor, o en un ca-
mino de decadencia y de mutua
destrucción. Por eso, la acción de
la Iglesia no sólo intenta recor-
dar el deber de cuidar la natura-
leza, sino que al mismo tiempo
«debe proteger sobre todo al
hombre contra la destrucción de
sí mismo» (Laudato Sii, 79)
Oración
52) L24: Señor, te damos gra-
cias por el don de la libertad, pero
no queremos esa libertad que nos
separa de ti, de los hermanos y de
la creación. Queremos usar nues-
tra voluntad para el despliegue de
5
2019
liberación, el crecimiento, la sal-
vación y el amor. Líbranos de se-
guir por la senda de la decadencia
y de la mutua destrucción. De la
destrucción de la naturaleza y de
la destrucción del mismo hom-
bre.
53) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
54) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Novena estación: Jesús cae
por tercera vez
55) L25: Pero él fue traspasado
por nuestras rebeliones, tritu-
rado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó
sobre él, sus cicatrices nos cura-
ron. Todos errábamos como ove-
jas, cada uno siguiendo su ca-
mino; y el Señor cargó sobre él
todos nuestros crímenes. Pala-
bra de Dios (Is 53,5-6).
Meditación
56) L26: Señor, el camino casi
acababa. Sólo faltaban unos
cuantos pasos para llegar al lugar
de la Crucifixión y caíste de nueva
cuenta. Todos te creyeron derro-
tado y exhausto. Pero no era así,
estabas abrazando esa tierra que-
rida. Porque tú eres el Primogé-
nito de toda la creación, porque
en ti fueron creadas todas las co-
sas, tanto en el cielo como en la
tierra, todo fue creado por medio
de Ti y para ti, y todo subsiste en
Ti (cf. Col 1, 15-17)
57) El Papa Francisco dice:
la “Cuaresma” del Hijo de
Dios fue un entrar en el desierto
de la creación para hacer que
volviese a ser aquel jardín de la
comunión con Dios que era antes
del pecado original (cf. Mc 1,12-
13; Is 51,3). Que nuestra Cua-
resma suponga recorrer ese
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mismo camino, para llevar tam-
bién la esperanza de Cristo a la
creación, que «será liberada de
la esclavitud de la corrupción
para entrar en la gloriosa liber-
tad de los hijos de Dios» (Rm
8,21). No dejemos transcurrir en
vano este tiempo favorable. Pi-
damos a Dios que nos ayude a
emprender un camino de verda-
dera conversión. Abandonemos
el egoísmo, la mirada fija en no-
sotros mismos, y dirijámonos a
la Pascua de Jesús; hagámonos
prójimos de nuestros hermanos
y hermanas que pasan dificulta-
des, compartiendo con ellos
nuestros bienes espirituales y
materiales. Así, acogiendo en lo
concreto de nuestra vida la vic-
toria de Cristo sobre el pecado y
la muerte, atraeremos su fuerza
transformadora también sobre
la creación (Mensaje para la
Cuaresma 2019, 3)
Meditación
58) L27: Señor, abre también
nuestros brazos para acoger con
cariño y proteger con generosi-
dad este mundo que nos diste.
Haz que abandonemos el
egoísmo, la mirada fija en noso-
tros mismos, y nos dirijamos a la
Pascua de Jesús; nos hagamos
prójimos de nuestros hermanos y
hermanas que pasan dificultades,
compartiendo con ellos nuestros
bienes espirituales y materiales.
Para que, acogiendo en lo con-
creto de nuestra vida la victoria
de Cristo sobre el pecado y la
muerte, atraigamos su fuerza
transformadora también sobre la
creación. Amén.
59) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
60) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Décima estación: Jesús es
despojado de las vestidu-
ras
61) L28: Los soldados, cuando
crucificaron a Jesús, cogieron su
ropa, haciendo cuatro partes, una
para cada soldado, y apartaron la
túnica. Era una túnica sin cos-
tura, tejida toda de una pieza de
arriba abajo. Palabra del Señor
(Jn 19,23).
Meditación
62) L29: Señor, los soldados es-
taban impacientes por repartirse
tu ropa y sortear tu túnica. Y sin
saberlo, en tu desnudez mostra-
ron al mundo tu grandeza.
63) También hoy tenemos que
abandonar la vestidura del hom-
bre viejo, desnudarnos, para que
se manifieste el hombre nuevo.
La Creación espera que surjan los
hijos de Dios y la traten como ta-
les. El Papa nos dice:
Esta “impaciencia”, esta ex-
pectación de la creación encon-
trará cumplimiento cuando se
manifiesten los hijos de Dios, es
decir cuando los cristianos y to-
dos los hombres emprendan con
decisión el “trabajo” que supone
la conversión. Toda la creación
está llamada a salir, junto con
nosotros, «de la esclavitud de la
corrupción para entrar en la
gloriosa libertad de los hijos de
Dios» (Rm 8,21). La Cuaresma
es signo sacramental de esta
conversión, es una llamada a los
cristianos a encarnar más in-
tensa y concretamente el miste-
rio pascual en su vida personal,
familiar y social, en particular,
mediante el ayuno, la oración y
la limosna (Mensaje para la
Cuaresma, 2019).
Oración
6
2019
64) L30: Señor, arranca de no-
sotros este traje de depredadores
rapaces de la creación y de la dig-
nidad de los hermanos. Desnu-
dos llegamos a este mundo y
nada de él nos podremos llevar.
65) Danos la audacia para reco-
nocer que somos frágiles y de-
pendemos de las condiciones que
este mundo no proporciona. Da-
nos la claridad para descubrir la
belleza la creación y de la huma-
nidad, más allá de intereses des-
tructivos, acaparadores o econó-
micos. Amén.
66) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
67) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Undécima estación: Jesús es
clavado en la cruz
68) L31: Y cuando llegaron al lu-
gar llamado «La Calavera», lo
crucificaron allí, a él y a los mal-
hechores, uno a la derecha y otro
a la izquierda. Jesús decía: «Pa-
dre, perdónalos, porque no saben
lo que hacen». Palabra del Señor
(Lc 23,33-34).
Meditación
69) L32: Señor, en la cruz se-
guiste siendo tú. No aceptaste ni
siquiera beber el vinagre y la mi-
rra, como si estuvieras en ayuno.
Orabas con los salmos, diciendo:
Dios mío, Dios mío, porqué me
has abandonado (Sal 22,2). Al
buen ladrón le diste la gran li-
mosna del paraíso.
70) El Papa nos propone las mo-
tivaciones para ayunar, orar y dar
limosna:
Ayunar, o sea aprender a
cambiar nuestra actitud con los
demás y con las criaturas: de la
tentación de “devorarlo” todo,
para saciar nuestra avidez, a la
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capacidad de sufrir por amor,
que puede colmar el vacío de
nuestro corazón. Orar para sa-
ber renunciar a la idolatría y a
la autosuficiencia de nuestro yo,
y declararnos necesitados del
Señor y de su misericordia. Dar
limosna para salir de la nece-
dad de vivir y acumularlo todo
para nosotros mismos, creyendo
que así nos aseguramos un fu-
turo que no nos pertenece. Y vol-
ver a encontrar así la alegría del
proyecto que Dios ha puesto en
la creación y en nuestro corazón,
es decir amarle, amar a nuestros
hermanos y al mundo entero, y
encontrar en este amor la verda-
dera felicidad. (Mensaje para la
Cuaresma 2019, 3)
Oración
71) L33: Señor, ni el placer ni el
dolor lo son todo. No es el placer
el que nos motiva en todo ni la re-
gla de todo, porque hay cosas que
exigen renuncia y sacrificio y en
ellas se encuentra la alegría.
Tampoco el dolor es el que im-
pide hacer algo, pues en el dolor
la madre engendra un hijo, el que
ofende pide perdón y el ofendido
lo otorga. Señor, que no busque-
mos sólo las cosas placenteras y a
ella nos aferremos, ni rechace-
mos el dolor, porque algunas ve-
ces tendremos que esforzarnos y
entregar lo mejor de nosotros.
72) Señor, que encuentre placer
en hacer el bien, en respetar a mis
hermanos y cuidar la creación.
No importa que duela, que dé tra-
bajo, porque sé que tú, en la cruz,
en medio del dolor, seguiste ha-
ciendo el bien, intercediendo,
perdonando, compartiendo, pro-
tegiendo.
73) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
74) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Duodécima estación: Jesús
muere en la cruz
75) L34: Era ya como la hora
sexta, y vinieron las tinieblas so-
bre toda la tierra, hasta la hora
nona, porque se oscureció el sol.
El velo del templo se rasgó por
medio. Y Jesús, clamando con
voz potente, dijo: «Padre, a tus
manos encomiendo mi espíritu».
Y, dicho esto, expiró. El centu-
rión, al ver lo ocurrido, daba glo-
ria a Dios, diciendo: «Realmente,
este hombre era justo». Palabra
del Señor (Lc 23,44-47).
Meditación
76) L35: Señor, en tu muerte te
manifestaste. Sólo al verte morir
supieron que eras justo.
77) Hoy también tenemos que
morir a nuestra sed de destruc-
ción, a nuestra inconciencia ante
el impacto ecológico y que sea-
mos recordados como una gene-
ración que fue capaz de prevenir
la catástrofe. Ojalá seamos recor-
dados como San Francisco:
Él manifestó una atención
particular hacia la creación de
Dios y hacia los más pobres y
abandonados. Amaba y era
amado por su alegría, su en-
trega generosa, su corazón uni-
versal. Era un místico y un pere-
grino que vivía con simplicidad
y en una maravillosa armonía
con Dios, con los otros, con la na-
turaleza y consigo mismo. En él
se advierte hasta qué punto son
inseparables la preocupación
por la naturaleza, la justicia con
los pobres, el compromiso con la
sociedad y la paz interior. (Lau-
dato Sii, 10)
Oración
78) L36: Señor, se ciñen sobre
nuestro mundo las tinieblas de la
arrogancia de los pueblos y la
7
2019
ambición de las grandes empre-
sas. Haz que se rasgue el velo de
nuestro orgullo, de nuestra avi-
dez, para que seamos capaces de
contemplar la naturaleza sin da-
ñarla o explotarla para asegurar-
nos un futuro que no nos perte-
nece, para mirar a los que ven-
drán después de nosotros y no
dejarles sólo escombros, desier-
tos y suciedad (LS 161).
79) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
80) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Decimotercera estación: Je-
sús es bajado de la cruz y
entregado a su Madre
81) L37: Después de esto, José
de Arimatea, que era discípulo de
Jesús aunque oculto por miedo a
los judíos, pidió a Pilato que le
dejara llevarse el cuerpo de Je-
sús. Y Pilato lo autorizó. Él fue
entonces y se llevó el cuerpo.
Llegó también Nicodemo, el que
había ido a verlo de noche, y trajo
unas cien libras de una mixtura
de mirra y áloe. Tomaron el
cuerpo de Jesús y lo envolvieron
en los lienzos con los aromas, se-
gún se acostumbra a enterrar en-
tre los judíos. Palabra del Señor
(Jn 19,38-40).
Meditación
82) L38: El Papa nos dice:
María, la madre que cuidó a
Jesús, ahora cuida con afecto y
dolor materno este mundo he-
rido. Así como lloró con el cora-
zón traspasado la muerte de Je-
sús, ahora se compadece del su-
frimiento de los pobres crucifica-
dos y de las criaturas de este
mundo arrasadas por el poder
humano. Ella vive con Jesús
completamente transfigurada, y
 VIACRUCIS COMUNITARIO: BASADO EN EL MENSAJE DEL PAPA PARA LA CUARESMA
todas las criaturas cantan su be-
lleza. Es la Mujer « vestida de
sol, con la luna bajo sus pies, y
una corona de doce estrellas so-
bre su cabeza » (Ap 12,1). Ele-
vada al cielo, es Madre y Reina
de todo lo creado. En su cuerpo
glorificado, junto con Cristo re-
sucitado, parte de la creación al-
canzó toda la plenitud de su her-
mosura. Ella no sólo guarda en
su corazón toda la vida de Jesús,
que «conservaba» cuidadosa-
mente (cf Lc 2,19.51), sino que
también comprende ahora el
sentido de todas las cosas. Por
eso podemos pedirle que nos
ayude a mirar este mundo con
ojos más sabios (Laudato Sii
231).
Oración
83) L39: Señor, este mundo está
herido y necesita ser bajado de la
cruz del desarrollo derrochador y
consumista, irresponsable e in-
consciente del futuro.
84) Hoy también pedimos a los
gobiernos que asuman políticas
duraderas que nos aseguren
aguas y recursos para el futuro,
que no entreguen en manos de
empresas irresponsables los bie-
nes que encierran nuestros ríos,
montañas y zonas de cultivo y
que nos dejen desiertos tóxicos,
dañinos para el hombre, los ani-
males y las plantas. Amén.
85) Mon: Señor, enséñanos a
ser como tú.
86) T: Para vivir como personas
redimidas.
Padre nuestro......
Decimocuarta estación: Je-
sús es puesto en el sepul-
cro
87) L40: Había un huerto en el
sitio donde lo crucificaron, y en el
huerto, un sepulcro nuevo donde
2019
nadie había sido enterrado toda- vida. Nosotros queremos tam-
vía. Y como para los judíos era el bién terminar nuestra vida en un
día de la Preparación, y el sepul- huerto, este huerto que tu Padre
cro estaba cerca, pusieron allí a y Tú crearon para que manifes-
Jesús. Palabra del Señor. (Jn tara la bondad, la responsabili-
19,41-42). dad y la belleza de los hijos de
Dios.
Meditación 91) Mon: Señor, enséñanos a
88) L42: Señor, en un huerto ser como tú.
empezaste tu agonía y en un 92) T: Para vivir como personas
huerto terminaste sepultado. En redimidas.
ese huerto, lleno de plantas, la Padre nuestro......
vida nueva resurgirá el domingo
de resurrección.
89) El Papa nos dice:
No es propio de habitantes de
este planeta vivir cada vez más
inundados de cemento, asfalto,
vidrio y metales, privados del
contacto físico con la naturaleza.
En algunos lugares, rurales y
urbanos, la privatización de los
espacios ha hecho que el acceso
de los ciudadanos a zonas de
particular belleza se vuelva difí-
cil. En otros, se crean urbaniza-
ciones « ecológicas » sólo al ser-
vicio de unos pocos, donde se
procura evitar que otros entren
a molestar una tranquilidad ar-
tificial. Suele encontrarse una
ciudad bella y llena de espacios
verdes bien cuidados en algunas
áreas « seguras », pero no tanto
en zonas menos visibles, donde
viven los descartables de la so-
ciedad. (Laudato Sii, 43-44)
Oración
90) L42: Señor, al terminar este
viacrucis una cosa te pedimos:
que nos permitas un día, abando-
nar esta tierra para estar contigo,
dejando a las futuras generacio-
nes una tierra con las condiciones
indispensables para vivir: aire
puro, agua limpia y no privati-
zada, océanos libres de basura y
con vida bulliciosa, suelos férti-
les, bosques abundantes y zonas
bellas para que disfruten de la