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VENEZUELA- USA

ATRACO EN EL
FERRY
ATRACO EN EL FERRY

JOUSEFF KAN

2010
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ATRACO EN EL FERRY

CAPÍTULO I

Luís Cesti, pertenecía a la flor y nata de la meritocracia petrolera, remoquete


usado para identificar una especie de casta que dirigía a la compañía estatal de
energía de Venezuela, PDVSA.
La oficina que ocupaba era encantadora, mantenía la discreción del nogal, que
cubría las paredes del ambiente de aproximadamente 100 metros cuadrados,
lo cual hacia ver pequeño el hermoso escritorio terminado en mármol italiano,
que hacía juego con el resto de la sobria decoración. En un rincón se podía
observar una finísima estatua maja desnuda, el resto del ambiente estaba
despejado de archivos u otros muebles de oficina, sin embargo estaba provisto
de un armonioso bar ubicado en la esquina opuesta, donde se encontraban la
más variada cantidad de selectísimos licores, para acabar todo el ambiente
con un jueguito de recibo, en cuero negro, de estilo clásico.

Las secretarias laboraban en una estancia contigua, dándole al inmenso salón


presidencial la suficiente privacidad, para tratar los variados negocios que
solían dilucidarse en ese recinto.

No eran todavía las tres de la tarde cuando Luís levantó el auricular que
comunicaba con su secretaria ejecutiva.

-Dígame Presidente, manifestó una voz femenina solícita.

-Mary, por favor avísele al chofer que voy bajando. Indicó Luis en
perfecto inglés.

La oficina presidencial quedaba en el PH del edificio de PDVSA, en La


Campiña. El ascensor como siempre estaba vacío, puesto que solo funcionaba
para la presidencia. Luís bajó raudo saliendo por la puerta privada con el fin
de evitar los saludos afectuosos de empleados y contratistas. En el patio, al
lado de la puerta ya lo esperaba el magnífico Toyota Lexus SC 400, importado
directamente por para él, conjuntamente con otros 9, para el uso exclusivo de
los ejecutivos principales. Abordó por la puerta trasera indicándole al chofer:

-Vamos a la marina de puerto azul.


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Puerto azul, exclusiva marina, donde atracan los más variados yates, de los
millonarios. Luís pertenecía a esta clase, pero con la ventaja adicional de que
poseía un poder político tan grande, que en ocasiones podía hacer cambiar las
decisiones que tomara el ejecutivo, incluyendo a las del mismo Presidente.
Esta combinación lo convertía en una persona acechada por adulantes y sobre
todo mujeres, de variados estratos sociales. Se había graduado en los años 60
de ingeniero petrolero en la Universidad del Zulia, con un máster en Tulsa,
EEUU. Por tal razón dominaba el inglés fluidamente. Comenzó su actividad
laboral con Shell, donde aprendió la forma de operar de las transnacionales,
para extraer las materias primas de países del tercer mundo a cualquier costo,
sin límites morales ni éticos. Ya en Puerto Azul, se bajó raudo del Toyota,
cuan atleta en forma, producto de las horas de ejercicios, que realizaba en el
gimnasio, con el cual estaba equipada su suntuosa oficina. Vio de reojo al
carro que lo seguía, una Toyota VX 4500, con los tres ocupantes de siempre,
sus gualda espaldas, que lo seguían a todas partes de manera discreta y a
prudencial distancia, sabían lo que tenían que hacer, sin necesidad de
preguntar absolutamente nada, a la hora de cualquier eventualidad actuarían
de manera inmediata y efectiva. Recorrió rápido el muelle pasando al lado de
varios yates donde destacaba una embarcación blanca con sus velas del
mismo color, lo saludaron con afecto dos magníficas chicas que se asoleaban
en la cubierta de la embarcación vecina, subió a bordo del suyo, donde
sorprendió semidesnuda a Jennifer, exuberante rubia, que había conocido en
uno de sus viajes a Houston, de la cual se prendió rápidamente, invitándola a
pasar una temporada con él en su suntuoso yate. Siempre había preferido este
tipo de relaciones, porque le traía menos complicaciones a la hora de cansarse
de ellas, por lo pronto era su “segundo frente”, la mantenía dentro de un plano
de discrecionalidad, en un ambiente de lujo sin límites, incluso, había
instruido al capitán para hacer recorridos cortos, cada vez que ella lo
solicitara, como autorizar al piloto para pasearla por la costa en el helicóptero,
con el cual estaba provisto esta nave y visitar las hermosas playas
paradisiacas, que existen en nuestro país. Jennifer se levantó de un salto al
sentir la presencia de Luís, dejando apreciar sus desnudos y bien contorneados
senos. Aunque estaba bronceada, se notaba que tenía una piel bastante blanca
y delicada. Se paró en cuclillas para alcanzar los 1,80 Metros que Luís medía,
estampándole un apasionado beso en los labios acompañado de un sensual
abraso.

- ¡Mi cielo! No sabes la falta que me hiciste


Le dijo Luis en cuanto pudo salirse de tan calurosa bienvenida.
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¿Qué tal si nos damos un paseíto por los Roque y ver si podemos
alejarnos un poco de estas costas?
Sugirió entusiasmado.

Jennifer sonrió nomás pensar en la mezcla de sexo, comidas y bebidas finas


que le esperaban este fin de semana en el medio de un paraíso, como era Los
Roque.

Eran los tiempos de la democracia representativa, de la llamada cuarta


república, donde los dos principales partidos: Acción Democrática y Copey
dominaban la escena política. Se turnaban el poder político, en elecciones
realizadas cada 5 años.

A finales del siglo XX, en Venezuela se instalo en el poder una democracia


representativa, que llevaron al país a la ruina económica, y a niveles de
pobreza crítica, desempleo, educación y salud comparables al mas atrasado
del continente, en el medio de una corrupción galopante y el declive de ese
sistema ya fracasado. Surge la figura de Héctor Chacín, que ya había
demostrado valentía, cuando es apresado luego de un fallido golpe de Estado,
acepta su responsabilidad en el mismo y en cortísima alocución manifiesta:
“Por ahora no hemos logramos alcanzar los objetivos, pero…” Esta frase
quedó grabada en la imaginación popular y cuando el salió de la prisión tres
años después fue recibido como un verdadero héroe popular.

Finalmente Héctor Chacín logra alcanzar el poder, en elecciones, con amplio


margen en el año 98. Comenzó el fin de la llamada meritocracia petrolera, en
la cual Luis era el más importante representante, con la capacidad de poder
manejar la estatal petrolera como una caja negra, a la misma no tenía acceso el
gobierno, y era conducida, de forma tal, que las inmensas ganancias se diluían
cuan agua entre los dedos, favoreciendo a unos pocos y a las compañías
multinacionales que actuaban como aves de rapiña en ese festín y dirigían el
baile, en fiesta interminable donde los EEUU obtenían los hidrocarburos
energéticos al mejor precio y de manera segura.

Para el año 2005 ya Luis no contaba con poder alguno en Venezuela, por lo
que se instaló en EEUU, en las oficinas de Royal Douch Shell, como directivo
y consejero permanente del Departamento de Estado en materia petrolera.
Realmente gozaba de bonanza económica, puesto que lo que había acumulado
en sus tiempos de meritócrata petrolero, le garantizaba estabilidad para él y
sus descendientes. Pero Luis era de la clase de persona que no se conformaba,
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sino que por el contrario estaba dispuesto a luchar por recuperar lo perdido y
salir de la pesadilla que significaba para él Héctor Chacín y su llamada
revolución socialista del siglo XXI.

CAPÍTULO II

Luís Cesti, se encontraba como todas las mañanas en su oficina de La Royal


Duch Shell, en EEUU. Había comenzado su carrera con esa transnacional, por
lo que luego del debacle, de las elecciones del 98 busco incorporarse
nuevamente a esta Multinacional del petróleo, cosa que logró sin ninguna
dificultad, debido a las estrechas relaciones que había mantenido con la
directiva, desde los tiempos en que se desempeñaba como Presidente de
PDVSA, siendo asignado como asesor y Director ejecutivo.

Suena el teléfono. Al levantarlo escuchó la voz de su secretaria que le decía:

-Señor Luís, lo llama el señor Walter Morís, del Departamento de


Estado, de La casa Blanca, Washington.

No le sorprendió la llamada, puesto que continuamente, el señor Morís le


consultaba asuntos relacionados con la energía, sobre todo los de América
Latina y principalmente Venezuela.

-Dígale que lo atiendo en seguida - respondió Luís en perfecto inglés.

-Esperó unos segundos para indicar:

-Aló, buenos días, habla Luís Cesti, a la orden.

Buenos días señor Cesti, le Habla Morris del Departamento de Estado.


Lo llamaba para informarle que el presidente Bush está muy interesado
en tener una conversación con usted, quisiera que me informara, sí para
mañana al final de la tarde podría venir a Washington, para conversar
con él.
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Esto lo sorprendió, no era usual que el Presidente, lo convocara. Siempre los


asuntos los trataba con funcionarios adjuntos a la presidencia, nunca lo
llamaba directamente.

-Bueno, confírmele al Presidente que allí estaré.

-OK, gracias.

Llamó a su secretaría para indicarle, que tramitara la orden para que el jet
ejecutivo estuviera listo para mañana al mediodía, puesto que necesitaba viajar
a Washington.

A las 3 y 45 minutos estaba acompañado de la secretaria privada presidencial.


Luís recordó, que en las anteriores visitas a La Casa Blanca, siempre había
demorado con el protocolo en la entrada, ahora no, era como si lo estuvieran
esperando, como si alguien hubiera dado la orden de que en cuanto llegara, lo
hicieran pasar de inmediato. La secretaria lo acompañó hasta la puerta del
gran salón presidencial, la abrió invitándolo a pasar, diciéndole mientras se
alejaba:

-El presidente lo espera.

HASTA AQUÍ CORREGÍ!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

El hombre más poderoso de la tierra estaba sentado en su escritorio, parecía


que estaba escribiendo. Al sentirlo, levantó la vista, esgrimiendo lo que
parecía una natural sonrisa. Se levantó de inmediato y extendiéndole la mano
manifestó:

-Buenas tardes señor Luís Cesti. Es usted muy puntual.


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Luís le correspondió el saludo, con un fuerte apretón de mano, mientras le


decía:

-Buenas tardes, Presidente, espero se encuentre bien, aquí me tiene a su


orden.

Mientras hablaba notó, que su interlocutor parecía cansado. Como que había
envejecido cinco años en uno. Debe ser el trajín de tantas guerras, pensó.

-Bueno señor Luís, como usted bien sabe tenemos el problema de


Chacín, que se nos ha vuelto bastante largo. Quizás, de no haber sido
por el inconveniente del medio oriente, ya lo hubiéramos resuelto desde
hace tiempo. La verdad es que no nos hemos podido dedicar como es
debido a este asunto, pero considero que ha llegado la hora de que nos
concentremos más en él con el fin de darle una pronta solución.
Mientras hablaba miraba fijamente a Luís como escrutando en sus ojos
cualquier señal.

-Resulta que Chacín está interesado en salirse de la influencia del Dólar.

-dijo pausadamente,

-pero la verdad es que está amarrado. En primer lugar por el gran


volumen que nosotros le compramos (alrededor de 1,5 millones de
Barriles diarios de petróleo) y en segundo lugar lo que ellos facturan
directamente, con sus casi 20.000 estaciones de servicio, que tienen en
nuestro país, de costa a costa. Eso es mucho dinero, Todo ese volumen
de ventas están obligados a facturarlo en dólares. Ahora bien, lanzamos
una carnada y el parece que la mordió. De ser así pescaremos.
Provocaríamos una debacle tan grande en Venezuela, que el régimen no
lo resistiría.

Hizo una pausa como esperando alguna observación de su interlocutor.

-Bien Presidente, ¿en ese juego, dónde entramos nosotros? -Acotó Luís
dando a entender que detrás de él había una gran organización.

A lo que el Presidente respondió rápidamente:

-¿Está dispuesto a jugar?


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-Si ese juego consiste en quitarnos de encima a esa pesadilla, en que se


ha convertido Chacín. ¡Si estamos dispuestos! ¡Con todos los hierros!

Exclamo Luís, notándose que ya no hablaba en singular.

El Presidente esbozó su mejor sonrisa y exclamo:

-Bien, de ser así acompáñeme al estrado continuo.

Se levantaron y caminaron juntos por un amplio pasillo, dotado de sillones


tapizados de cuero a ambos lados, hasta alcanzar una puerta que conducía a
una oficina de menor tamaño, donde se encontraban cómodamente sentadas
cinco personas a la expectativa, alrededor de una mesa, con mayor capacidad
de asientos.

El Presidente ocupó el puesto de la cabecera de la mesa ovalada, indicándole a


Luís una silla vacía donde sentarse.

Del Grupo reconoció, en primer lugar al señor Walter Morris, del


Departamento de Estado, con quien tenía más relaciones, por las frecuentes
consultas que éste le hacía, en materia de energía ó petróleo, sobre todo en
asuntos relacionados con América Latina.

Se sentó saludando con una sonrisa afectuosa, a todos los presentes. El


Presidente fue quién lo presentó: El Señor Luís Cesti, ex Presidente de
PDVSA. Continuó escrutando rostros identificando al del señor Negro Ponte,
conocido por sus actividades al frente de La CIA, en América Latina y el resto
del mundo. Se sorprendió mucho, cuando observó a un personaje muy
conocido en Venezuela y sobre el cual pesaba una solicitud de extradición por
parte de ese Gobierno. La cual EEUU se había valido de artimañas jurídicas
para no atender. Se trataba nada más y nada menos que de Luís Posada
Carriles, condenado y fugado de Venezuela, por la voladura del avión de
Cubana de Aviación. A los otros personajes no los conocía.

Concluidas las presentaciones, el señor Negro Ponte tomó la palabra para


expresar:

-Como el Presidente debe haberle explicado, necesitamos su concurso en


este delicado asunto. No está demás recomendarle, que lo que
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conversemos esta tarde, deberá ser guardado bajo la más absoluta


reserva, por ningún concepto deberá salir de aquí lo expresado.

Mientras pronunciaba esto. Miraba fijamente a los ojos de Luís, quien no


se sintió intimidado. -Continuó para expresar:

-En el mes de abril, del año en curso, hemos lanzado a través de


nuestras agencias noticiosas, la versión de que debido a la crisis
financiera, que actualmente atraviesa nuestra nación, El Fondo
Monetario Internacional se ha visto en la necesidad de poner en venta
sus reservas de oro, se trata de más de 400 toneladas, en barras de oro.
Ahora bien señor Luís Cesti:

Dijo dirigiéndose directamente a éste:

-Ésta precisamente es la carnada de la cual le hemos estado hablando.


El Presidente Chacín en declaraciones por televisión ha señalado en son
de Chanza que estaría dispuesto a comprar esta reserva, Claro, nosotros
sabemos de su interés por cambiar sus propias reservas, por un signo
monetario distinto al Dólar y si fuera en Oro sería mucho mejor.

Luís se dio cuenta inmediatamente de que había una perfecta ilación entre lo
que dijo el Presidente y lo que mencionaba Negro Ponte. Parecía que este
último hubiera escuchado la conversación que acababa de tener con el
Presidente.

Negro Ponte Continuó:

-Esta semana hemos recibido a través de la cancillería de Venezuela, un


informe sobre la intención del gobierno de Chácín en adquirir la mitad
de semejante cantidad de oro. Esperábamos que mostraran interés en la
totalidad del material. Pero no importa, puesto que lo que queremos es
lograr una desestabilización económica en esa nación, capaz de lograr
derrumbar al gobierno.

Un sudor frío recorrió la espalda de Luís. ¿Será posible que esta gente con
estos jueguitos financieros, lograran lo que él y tantos otros no habían podido?

-Hasta este punto le puedo informar del estado de las negociaciones.


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Continuó Negro Ponte.

-Esperamos de usted la máxima colaboración en esta operación “Rey


Midas”.

Era la primer vez que Negro Ponte mencionaba el nombre de la operación.


-Es bastante apropiado.

Pensó Luís, quién se quedó meditando, como si tratara de medir sus palabras.
Comenzó a hablar pausadamente:

-Estamos dispuestos a colaborar con lo que esté a nuestro alcance, con


tal de salir de Chacín de cualquier manera y de su Revolución
Bolivariana.

Estas palabras causaron un impacto en todos los presentes. “Salir de Chacín de


cualquier manera” incluía el magnicidio y de esto entendían muy bien los
presentes. En seguida hubo un silencio, hasta que Negro Ponte retomó la
palabra:

-Señor Luís Cesti, Rey Midas es una operación muy bien estudiada, para
lo cual contamos con recursos humanos. Tanto de La CIA, como de
Venezuela. Es por ello que nos acompaña esta tarde el señor Posada
Carriles. Contamos además con recursos económicos de La RED
(Organización no Gubernamental, encargada de financiar movimientos
en pro de la defensa de los intereses norteamericanos en todas partes del
mundo) Estamos consientes de la gran influencia que usted ejerce dentro
del grupo de gerentes y ex trabajadores de PDVSA, por lo que pensamos
que la solicitud que le haremos no tendrá problemas en satisfacerla. El
asunto es el siguiente:

En este instante el Presidente, interrumpió para decir:

-Veo que ya están de acuerdo en lo básico.

Se levantó del asiento diciéndole directamente a Luís:

-Cuento con usted señor Cesti, le deseo la mayor de la suerte en este


asunto.
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De inmediato se marcho.

-Como le decía señor Cesti.

Continuó Negro Ponte,

-Por lo pronto necesitamos 25 personas que estén dispuestas a


desaparecer indefinidamente. Les daremos una nueva identidad, carta de
residencia en los Estados Unidos y estarán bajo el programa de
protección a testigos. Aparte se les entregará un bono de un Millón de
Dólares a cada uno, traslado a los EEUU, vivienda gratis por tres años
pudiendo renovar el contrato, si fuera necesario. -En ese momento hizo
una pausa para luego manifestar:

-A usted señor Cesti, le entregaremos al momento de proporcionarnos


esas 25 personas, un depósito bancario a la vista, por un monto de 5
Millones de Dólares, en el banco que usted decida, esto, más una
participación de un 5% de la ganancia bruta. Le aseguro que este
montante es mucho mayor a lo hablado.

Luís había sido entrenado para manejar las cifras rápidamente, por lo que
calculó en el acto, que se trataba de una cantidad de alrededor de 250 Millones
de Dólares. Se trata de una operación macro, por un momento se ausentó
mentalmente del sitio en profunda meditación. De repente regresó, diciendo:

Aja, si ¿qué perfil tienen que tener esas personas?

-Esperaba que preguntara eso, manifestó Negro ponte. -Deberán tener


las siguientes características:

-1) Ser ex empleados de PDVSA, con recursos económicos suficientes


para vivir en Margarita o tener un apartamento en esa isla, adonde viaje
con frecuencia.

-2) Deberán ser opositores al régimen de Chávez.

-3) Estar dispuestos a residenciarse definitivamente en los Estados


Unidos.
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-4) Estar dispuesto a desaparecer definitivamente de su grupo familiar y


de sus amistades. De caer el régimen de Chávez, a lo mejor al tiempo
podrán regresar.

-5) Tienen que ser personas serias, reservadas y que no descubran su


Verdadera identidad por nada del mundo.

En este momento Negro Ponte miró fijamente a Luís, como esperando una
repuesta inmediata.

-Creo que los puedo conseguir. Solo necesito un poco de tiempo.

-¿Cuánto?

Repicó Negro Ponte.

-Deme 15 días.

Concluyó Luís.

De esta forma terminó la reunión, se despidieron cortésmente.

Ya saliendo alcanzo a decirle Negro Ponte.

Nos contactamos por intermedio de Walter Morís, cualquier cosa, por


insignificante que sea, hágamela saber.

A la mañana siguiente, ya en su oficina de La Royal Duch Shell, Luís llamó a


su secretaría, para informarle que le reservara en el primer vuelo a Maiquetía
de la tarde.
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CAPÍTULO III

Chacín había convocado a la comisión de coordinación macroeconómica,


conformada por el Banco Central de Venezuela, el ministerio de finanzas, el
ministerio de planificación y desarrollo y el ministerio de energía y petróleo.
El único punto a tratar en esa mañana era: La posibilidad de cambiar al signo
monetario de Venezuela para todas sus operaciones, reserva internacional para
otro. Posiblemente el Euro.

Chacín tomó la palabra para iniciar la reunión:

-La crisis financiera, que actualmente azota a los EEUU, con la caída del
valor cambiario del dólar en relación al Euro, puede traer consecuencias
catastróficas para nuestros países latinoamericanos. El Imperialismo ha
entrado en una crisis estructural, que lo hace inviable, no por ello menos
peligroso. Nosotros estamos en una posición incómoda, puesto que recibimos
un país demasiado dependiente de esa nación. Diariamente les facturamos una
cantidad muy importante de petróleo y en los EEUU, tenemos a Citgo con más
de 17000 estaciones de servicio de combustible, de costa a costa. Por más
esfuerzos que hemos hecho por diversificar, nuestra cartera de clientes, no lo
hemos logrado. Esto señores, nos hace sumamente vulnerables.
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Chacín hablaba lentamente, cuan profesor que disfruta de su cátedra, mientras


dicta una clase de economía.

-Ya nuestros socios de Irán, han logrado facturar en Euros gran parte de su
venta petrolera. Para ellos ha resultado mucho más fácil, puesto que la
mayoría de sus clientes están en Europa y Asia, donde la influencia del
dólar es menor. A nosotros los adecos y copeyanos nos dejaron amarrados a
los gringos, cosa que no hemos podido revertir en 10 años. Salirnos de
Citgo es prácticamente imposible, ahora es que ha comenzado a darnos
dividendos, como ustedes saben hasta hace poco, eso era pura pérdida.
Esos dividendos no justifican el hecho de que esa propiedad nos sujete al
dólar indefinidamente. Por ahora tenemos que soportar esa relación,
mientras abrimos nuevos mercados que nos permitan liberarnos del dólar.
Señores, hay otro asunto que agrava esta situación y es el hecho de que
todas nuestras reservas están expresadas en dólares y ustedes saben lo que
eso significa: Un dólar con un valor cada vez menor.

-El motivo por la cual los he convocado hoy es para que me den su opinión
en relación al siguiente asunto, que por lo delicado del asunto, es necesario
ver si podemos aclarar más lo que tengo entre manos.

Una gran expectativa cubrió a los presentes sabiendo que Chacín, se traía algo,
que estaba a punto de soltar.

-Como ustedes pueden haberse enterado por la prensa, Hace poco salió
una información sobre la venta por parte del Fondo Monetario
Internacional, de algo así como 400 toneladas de Oro, por un valor
aproximado de 11.000 Millones de Dólares. Se detuvo para indicarle a
su asistente que hiciera pasar al estrado al Canciller Noel Mederos.
Continuó una vez que Maduro ocupó su asiento en la mesa. Le ordené a
Nicolás que ahondara los detalles. A los dos días me dijo, que los gringos
no tenían ningún problema en negociar con nosotros, siempre y cuando
fuera una operación limpia, con entrega en un puerto venezolano, de una
manera discreta para no atraer curiosos y sobre todo a la prensa y lo más
importante es que sea en efectivo solo en billetes de los verdes
americanos. ¿Algo más?

Dijo mientras señalaba a Mederos.


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Mederos, hombre de plena confianza de Chávez, tomó de inmediato la


palabra, para informar:

-Bueno Presidente, ellos prefieren a un puerto sin mucho tráfico donde


puedan llegar con un barco de la armada, descargar el Oro y recibir el
dinero en efectivo. Proponen el puerto del Guamache, en Margarita.

Chacín meditó un instante, para luego pedir la opinión del Doctor Carmelo
González, Presidente del Banco Central de Venezuela. Quien dijo:

-Presidente, dado lo complejo del tema que usted nos está planteando,
tendría que estudiarlo un poco más, para poder emitir una opinión
definitiva. Sin embargo por los momentos le puedo informar, que las
reservas internacionales se encuentran en el mejor momento de la historia,
sin embargo las mismas están representadas en papeles, bonos, depósitos
bancarios y una parte de las mismas en barras de Oro. El efectivo en
dólares lo usamos para los gastos corrientes. Por lo que veo difícil, sino
imposible reunir una cantidad semejante en un corto plazo.

Chávez se quedó pensativo unos instantes, para luego dar la palabra al


Ministro de finanzas: Rodolfo Chacón, quien pausadamente dijo:

-Nuestra demanda de dólares, actualmente es alta, estamos financiando una


serie de rublos, sobre todo en el área de los alimentos. Por esta razón es que
tenemos que dejar una reserva de seguridad que nos permita funcionar
libremente. Ahora pienso, que si logramos sustituir nuestras reservas
progresivamente, por otros signos monetarios o bien por oro, sería sano para
nuestra economía, puesto que así cuando se presente la crisis, que todavía
está por venir en los EEUU, el impacto de ésta en nuestra economía será
menor.

Chacín le hizo un gesto de aprobación al Ministro Rodolfo Chacón, para


seguidamente, Mirar fijamente el ministro de Planificación Mohamed
Mawuad.

-Bueno Mawuad es tu turno.

Mawuad era el más joven de los ministros reunidos, no por eso el menos
instruido, siempre andaba con papeles, sacó uno de ellos como un mago, un
conejo del sombrero de copa. Leyó:
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El Doctor Bullente Gukay de la Universidad de Keele escribió


recientemente, "este sistema del dólar USA, actuando como moneda de
reserva global en el comercio del petróleo mantiene la demanda del dólar
"artificialmente" alta. Esto permite a EE.UU. realizar la impresión de
dólares al precio de nada para financiar el gasto militar creciente y el gasto
del consumidor en importaciones. No hay límite teórico a la cantidad de
dólares que se puedan imprimir. Mientras EE.UU. no tengan ningún
contrincante o retador serio, y los otros estados tengan confianza en el
dólar USA, el sistema funciona."

Luego Mawuad remató:

Señores lo que pienso es que mientras más rápido podamos desatarnos de


los lazos, que nos mantienen unidos al dólar, será lo mejor para la
seguridad de nuestra economía. Coincido con el Ministro Chacón que
tenemos que ser prudentes y no comprometamos nuestra liquidez
monetaria en una operación, que a todas luces, parece demasiado grande
para nuestra capacidad actual.

Pablo Camargo observaba con atención. No espero a que Chacín le diera la


palabra, de inmediato empezó a hablar:

-PDVSA esta facturando alrededor de 3,2 Millones de barriles diarios en


petróleo, sin contar lo que factura Citgo, eso viene en Dólares, pero
recibimos papeles, transferencias, cartas de Crédito, etc. Efectivo, muy
poco. Habría que buscar la forma de poder reunir una cantidad grande.
Pienso que a lo mejor pudiéramos llegar a la mitad, unos 5000 Millones en
30 días.

Inmediatamente Chacín tomó la palabra:

-Habiéndolos escuchado atentamente, pienso que lo mejor que podemos


hacer es pedirles un plazo para reunirles, digamos 30 días y hacer la
operación solamente por la mitad. Luego veremos qué pasa.

Vio fijamente a Pablo Camargo, pidiéndole que se encargara de la


operatividad de la maniobra. Estudiara bien el “modus operandi” y le
informara del mismo. Dicho esto se dirigió a Noel Mederos para que le
comunicara a los gringos de lo que habían decidido.
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Rafael López, se encontraba, como siempre, en su oficina cuando recibió


una llamada de un viejo conocido: El comisario Basilio.

-Aló, Coca Cola a la orden.

-Es el comisario Basilio - -¿cómo estas López?

- Hola Basilio, bien y tu ¿cómo te encuentras?

-Más o menos, con eso de la artritis, tu sabes a veces duele, sobre todo
cuando hace frío. Pero bueno, no te voy a hacer perder tu valioso tiempo
con eso y voy a ir directo al grano.

-Se nota que Basilio no ha cambiado su forma cortante de expresarse. –

Pensó López.

-Bueno López, lo que me mueve a llamarte, es para informarme si has


sabido algo de aquel muchacho que hace años trabajó contigo: Nelson
Morales.

López se quedó pensativo un instante, sabía que de su repuesta podía estar en


peligro la vida de Nelson Morales.

-¿Qué?, ¿se metió en algún problema?

Como buen policía Basilio entendió la suspicacia del otro, manifestando:

-No socio. Lo que sucede es que lo necesito para un trabajo muy


importante.

-Pero él hace años se metió en problemas. -Respondió todavía Rafael.

-Oye Rafael, Nelson Morales se metió en un asunto de un atraco a un


banco, junto a cuatro ex DISIP más. Se llevaron un cantidad de millones
y La Fiscalía los dejó en paz, porque yo personalmente intercedí por
ellos. Ahora en este momento tienen saldada su cuenta con la justicia.
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Lo que acababa de escuchar tranquilizó a Rafael. Seguidamente le informó


a Basilio:

-Siempre me llama. Actualmente vive en un apartamento por los lados


de Bello Monte. Si quieres te doy el teléfono, pero te agradezco no me
metas en líos.

-No te preocupes.

Dijo Basilio y copió el número de teléfonos que le dictó López.

Luís se movió como peso pluma, usando para ello un jet privado. Iba de
Maiquetía a Falcón y de allí a Margarita. Solamente hablaba con ex
empleados de PDVSA, generalmente de la nómina mayor. Había tomado la
previsión de no hacer ningún planteamiento en concreto. Solamente se
limitó a interesarse como estaba la situación, tanto familiar como
económica. Esto lo hacía en un restaurant o en un café. Lo importante era
mantener la privacidad. Todos los meritócratas petroleros al ser
contactados por Luís aceptaron inmediatamente y acudieron puntualmente
a la cita. Se entrevisto con 58 candidatos con la finalidad de escoger a 25,
los demás serían descartados.

De esos candidatos Luís escogió cuidadosamente a 35 personas, 30


hombres y 5 mujeres. Los volvió a citar para una segunda reunión. Esta vez
sí toco el tema de viajar al exterior, separándose totalmente de sus
familiares y amistades. Casi todos ellos eran personas amargadas, porque
después de vivir en la opulencia, de pertenecer a una casta privilegiada
dentro de la sociedad, notaban como ahora eran excluidos hasta por sus
propios familiares, por que se habían transformado en una carga difícil de
soportar. Ese era precisamente el perfil que buscaba, gente que aún
teniendo algunas propiedades, se habían convertido en un estorbo para los
suyos, en una carga económica. De los 35 escogió a 25, descartando a los
restantes. Estas personas estaban dispuestas a todo con tal de recobrar su
estatus económico, de ser respetados nuevamente en un país lejano, adonde
no los alcanzaran las intrigas y desprecios sufridos a diario en este país.
Eran 22 hombres y 3 mujeres. Estaban desempleados. No perdían la
oportunidad de asistir a una marcha o manifestación en contra de Chávez.
Constituían una carga tanto económica como moral para sus familias.
Además, tenían una gran ambición, como consecuencia del estatus perdido.
En fin, encajaban perfectamente el perfil que Luís buscaba.
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Luís se encontraba tomándose un café en la cuatro de Mayo, populosa


avenida de Porlamar, capital comercial del Estado Nueva Esparta, también
llamada Margarita. Había estado un rato allí y ya había entrevistado a cinco
de los seleccionados para la operación. A todos le había informado que
necesitaba una carpeta con fotocopias de la cédula, fotografía de frente y
tipo pasaporte, fotografía reciente a cuerpo entero, una lista con datos
personales que él mismo les entregaba donde se incluían preguntas tales
como: Peso, Talla de Pantalón y camisa o Blusa, edad, listado de
propiedades en el País, direcciones, etc.

De continuar a ese ritmo terminaría pronto, luego se desplazaría a Falcón


donde estaban dos candidatos que se habían tenido que ir para allá,
buscando reducir gastos de mantención, viviendo arrimados donde
familiares y amigos. El Podía moverse con entera libertad puesto que en su
contra no existía ninguna orden de detención. Aunque motivos no faltaron.
Fue protagonista del mayor defalco que se le hubiera podido hacer a este
país y también participó activamente en el Golpe del 2002, paro y saboteo
petrolero. Nada de eso fue suficiente para imputarlo.

El comisario Basilio, desde su improvisada oficina que le habían


proporcionado la CIA, había acomodado un escritorio en uno de los
cuartos, desde allí operaba, haciendo más que todo llamadas telefónicas a
sus contactos de hace más de quince años. Era un verdadero profesional en
el arte de ser policía, tenía una gran intuición, que en ocasiones le había
salvado la vida. No obstante notaba, que ya estaba viejo para estas
andanzas, Haría este último trabajo y se retiraría a disfrutar de los millones
de dólares que se ganaría en esta operación.

Ring,…, Ring…

-Aló, buenos días…

-Buenos días, ¿se encuentra el señor Nelson Morales?

-No, no se encuentra, pero si quiere puede llamarlo en la noche, ¿de


parte de quién?

Preguntó una voz femenina por el teléfono.


20

-Es un viejo amigo. Puede decirle que lo llamó el Comisario Basilio.


Dígale que por favor me llame, si puede anote mi número telefónico.

Le dictó el número y trancó.

No habían pasado ni 10 minutos, cuando sonó el teléfono del Comisario


Basilio.

-Aló, buenos días.

-Caramba comisario, dichosos los oídos que lo escuchan.

-¿Quién habla?

Dijo tajantemente, el Comisario Basilio.

-¿Se olvido tan rápido de mi voz? Habla Nelson Morales.

-Caramba, Nelson, gusto en escucharte. ¿A qué te estás dedicando?

Preguntó Basilio, asumiendo su rol de policía.

-Bueno, tengo un empresita de cobranzas morosas que monté con los


muchachos, que me acompañaron en atraco aquel, usted sabe.

Nelson no demostraba ninguna vergüenza por el delito cometido, por el


contrario parecía que se sentía orgulloso de ello. Por lo que no perdía
oportunidad de blandir ese asunto como un trofeo.

-Escucha Nelson, necesito hablar contigo lo antes posible.

-¿Algún problema comisario?

Preguntó Nelson intrigado.

-No, solamente te quiero plantear un asunto de muchísimo interés para


ambos.

-De ser así, ¿Dónde nos vemos?


21

Replicó Nelson.

-Podemos vernos aquí, toma nota de la dirección.

Se la dictó y trancó.

Basilio se quedó pensativo un rato recordando que hace escasamente 2 días


había llegado al país, de una forma clandestina, en un avión de la embajada,
con pasaporte diplomático, para lo cual había tenido que cortarse el pelo al
rape, con la espesa barba y los lentes que le pusieron los expertos
maquilladores de la CIA, parecía un profesor de La Universidad. Le Habían
entregado una identificación a nombre de un tal Jacinto Brito, con lo cual
podía moverse por Caracas y el resto del país sin ser descubierta su verdadera
identidad. De todas formas, debería tener sumo cuidado y evitar las salidas
innecesarias. El asunto se estaba desarrollando más rápido de lo esperado. Ese
contacto con Nelson era importante puesto que él significaba el recurso
humano que necesitaba para llevar a cabo sus planes. Más aun se le facilitaba
todo con el contacto con los otros cuatro ex DISIP, que permanecían
trabajando juntos. Dios los cría y ellos se juntan.- Pensó recordado el popular
refrán.

En la mañana siguiente, Basilio se encontraba en el baño aseándose, cuando


sonó el timbre del apartamento. Se puso una bata de tela de paño, pasó por la
salita, recogiendo su pistola 9mm que siempre lo acompañaba, escondiéndola
en la espalda se dispuso a abrir la puerta.

-¿Quién es?

Preguntó sin abrir.

-Soy yo comisario. Nelson Morales.

De inmediato dejo la pistola en una gaveta de una mesita de sala, diciendo:

-Un momento Nelson ya te abro.

Acto seguido abre la puerta expresando:


22

-Buenos días Nelson, pasa adelante, me agarraste terminando de


bañarme. Siéntate.

Dijo señalando a un jueguito de sala.

Luís se asombró del cambio realizado. Si hubiera visto a este hombre


por la calle jamás se hubiera imaginado que se trataba del Comisario
Basilio.

-¿Nuevo Look?

Comentó.

-Sí, lo que sucede es, que si me detienen esta gente del gobierno la
voy a pasar muy mal.

Dijo mientras se sentaba en un sofá, continuo al asiento de Nelson.

-Bueno hijo, voy a ir directo al grano. Lo que sucede es que te estoy


necesitando a ti y tus otros compañeros, ex DISIP, para una operación
donde hay involucrado mucho dinero, tanto que si todo sale bien podrán
retirarse con su familia a disfrutar, por el resto de sus días.

Dijo rápidamente Basilio.

-Bueno comisario y ¿qué tenemos que hacer?

-Necesito que me selecciones 25 indigentes, de esos que no tienen


familia que duermen en las calles. Pero tienen que tener ciertas
características de peso, genero, estatura y edad, que yo te daré
oportunamente.

-¿Eso es todo?

-Si, por ahora, luego es que viene lo bueno. Necesito fotos de los
posibles candidatos, sitios donde los podemos encontrar, donde
duermen, algún otro dato que ustedes consideren importante, como
`por ejemplo si son violentos, etc. Mañana los espero a la misma
hora, para hablarles de las condiciones de trabajo. Por ninguna razón
23

nadie aparte de nosotros debe saber que andamos detrás de unos


indigentes.

-Bueno comisario cuente con eso, hasta mañana. -Dijo al salir.

CAPÍTULO IV

Luís Cesti estaba complacido. Había cumplido con la primera parte del plan.
Los 25 meritócratas petroleros habían sido seleccionados, estaban de acuerdo
en desaparecer indefinidamente del país, con tal de quitarse de encima esa
pesadilla llamada Chávez y de poder según ellos, vivir en la nación, donde la
libertad es mayor. Ahora le tocaba la parte más delicada del plan: Tenía que
lograr la coordinación con la gerencia de PDVSA, para penetrar su seguridad,
obtener información clave sobre los siguientes asuntos: Información de la
fuerza militar o privada que custodiaría a la remesa de Dólares, Tipo de
transporte que usarían, armamento que llevarían, la cantidad de hombres que
emplearían en esa operación, fecha exacta y hora en que la remesa la pasaran
de tierra firme a la isla, así como cualquier otra cosa, por insignificante que
pareciera y que tuviera relación con ese traslado de dólares a Margarita. Tenía
la ventaja de conocer profundamente a la plana mayor de la gerencia que aún
quedaba trabajando en la empresa. Sabía de la Quinta Columna que aun
permanecía adentro y a los más útiles en este caso: aquellos que por dinero
fueran capaces de vender su alma al diablo. Es así como se decidió por
Ricardo Carrales, un antiguo gerente de finanzas, que reunía el perfil de lo que
necesitaba.
24

Se reunieron en el yate de Luís, en Puerto Azul, Ricardo llegó como a las tres
de la tarde, luís lo esperaba en cubierta, campaneando un Chivas Rejal para
pasar el rato, mientras que Jennifer dormitaba en el camarote principal.

Lo vio venir con su traje oscuro y su corbata remolineándole por el viento por
encima del hombro y recordó las tantas veces que escuchó a Ricardo Carrales,
hacerle peticiones para favorecer a tal o cual empresa en el petitorio de los
requerimientos de PDVSA. Había llegado la hora de revertir esa situación.
Ahora era él quien tenía una petición que hacerle a Ricardo, Ojala no lo
defraude, pensaba mientras lo veía llegar y subir las escaleras que dan a
cubierta.

-¿Cómo se encuentra jefe?

Dijo mientras se acercaba.

-No tan bien como tú.

Bromeó Luís, indicándole con la mano, que pasara adelante.

-¿Quieres un Chivas?

Le preguntó mientras se señalaba a su propio vaso.

-Me parece fantástico.

Repicó Carrales.

Luís hizo una seña al capitán, que lo observaba desde el puente de mandos y le
indicó a carrales donde debía sentarse. Fue directamente al grano, como
acostumbraba. Primero le habló de la parte económica, de una cantidad que
estaba seguro que no rechazaría, luego, si carrales estaba de acuerdo,
proseguiría con el resto de la información que él necesitaba saber. Al final, los
dos estaban felices por el trato que acababan de cerrar, el cual le iba a deparar
a Carrales la bicoca de 2 Millones de Dólares. Brindaron por eso. Antes de
despedirse, Luís le indicó que comprara un celular y lo usara solamente para
comunicarse con él, el haría lo mismo.
25

Ronaldo se encontraba como siempre lo hacía, cada vez que podía,


comiendo desperdicios de comida en la plaza Brión de Chacaíto, realmente
no le importaba como podía caerle semejante cosa, lo importante era matar
el hambre de cualquier forma, sin importar que en el intento se le pudiera ir
la vida. Estaba en lo mejor de su almuerzo, cuando sintió que lo sujetaban
fuertemente por el hombro.

-Acompáñeme.

Le dijo un individuo perfectamente vestido, que le mostraba un carnet que


lo identificaba como funcionario de La Misión Negra Hipólita. Misión
creada por el gobierno, para erradicar a tantos indigentes que deambulaban
las calles, convirtiéndolas en sus dormitorios. Constituyendo la base de lo
que llamamos la miseria extrema.

Ya había sido reclutado varia veces, por lo que no le sorprendió que le


sucediera nuevamente. La última vez, lo llevaron a un sitio por la carretera
a Higuerote de donde tuvo que escaparse, para poder regresar a las calles,
donde se sentía más a gusto. De nada habían valido las charlas, los baños y
ropa limpia, que le habían obsequiado, sabía que lo de él, no tenía marcha
atrás, adonde había llegado no había retorno.

Ronaldo lo acompañó sin oponer resistencia, pensando en lo pendejo que


era Chávez. En vez de gastar esos reales en algo más útil para la sociedad.

Lo condujeron a un sitio por la carretera de oriente, hasta una hermosa


residencia, situada probablemente a la orilla de un canal de navegación, por
que se podía distinguir a lo lejos la silueta de un hermoso Yate aparcado en
un muelle particular, que pertenecía a esa mansión. En ese sitio en un patio
amurallado estaban alrededor de 20 indigentes más. Lo invitaron a bañarse
apenas llegó, en un baño acondicionado para tal fin.
Lo hizo sin prisa pensando: Ahora me darán ropa limpia y luego, mas
tarde, después de comer, tendré que soportar esas interminables e inútiles
charlas. Total mañana mismo me escapo y vuelvo a las calles donde estoy a
gusto.

Efectivamente al salir lo esperaban con pantalón y franela de su talla, todos


limpios, notó que habían traído a cinco indigentes más. Además les
proporcionaron Chancletas de goma y ropa interior, pero había algo en el
26

ambiente que no le cuadraba: La apariencia de estos tipos era distinta a los


de las otras ocasiones, tenían la mirada fría, eran como más impositivos,
sobre todo lo notó cuando les repartieron cortaúñas, exigiéndoles que se
cortaran las uñas de las manos y también las de los pies, luego pasarían a
un sillón donde les cortarían el pelo. Como a las dos horas, todos estaban
listos luciendo su nueva apariencia. Había 22 hombres de distintas edades y
3 mujeres. Como a la siete de la noche los invitaron a comer. Pasaron a un
recinto contiguo, donde ya estaban dispuestas 25 apetitosas comidas. Todos
tenían hambre, producto quizás del largo viaje o de los días de ayuno que
se soporta en las calles. Lo cierto es que cuando Ronaldo vio semejante
manjar, se le pusieron los ojos como un par de huevos fritos, empezando a
comer desaforadamente. Lo último que pensó antes de morir en el medio
de un sopor infernal fue: ¡Coño, Lo sabía!

Luís ya tenía listo el paso siguiente, Había convocado a todos los integrantes
de la nueva empresa petrolera Beta Grup a una reunión en Caracas, en un
Hotel del Este. Beta Group, empresa petrolera, que fue creada el 21 de octubre
del 2003, por los meritócratas petroleros, con la idea original de fundar una
transnacional, capaz de competir con éxito, por contar con la experiencia y la
capacidad de llevar el negocio petrolero en todas sus facetas, con todo éxito.
En un principio pensaron que podrían explotar campos petroleros, con plena
autonomía, en lugares remotos como el medio oriente, el pié de monte
asiático. La triste realidad fue que nadie le iba entregar un campo petrolero a
alguien que hubiera sido capaz de sabotear los de su propio país. Es así que lo
que nació como una poderosa transnacional, terminó por convertirse en una
insignificante agencia de empleos.

El Objeto de la reunión era actualizar los datos personales de los meritócratas


petroleros. Hacer algunos ofrecimientos de empleos para Irak, Afganistán,
Golfo de México y EEUU. Eran 6500 los invitados, pero solamente estaba
previsto que asistirían unos 1500. Entre los cuales esperaba que irían los 25
seleccionados, Estuvieron reunidos desde la mañana a la tarde del jueves. Se
les serviría un refrigerio y a primera hora de la tarde regresarían a sus sitios de
origen, en busetas alquiladas o en sus carros particulares. Los seleccionados
venían de diferentes lugares. Regresarían a Margarita como si fuera esa su
residencia permanente. Todos ellos vivían allá o tenían apartamento en esa
isla, que les había quedado de la época dorada y que en la actualidad lo usaban
alquilándolos los fines de semana, a través de agencias de bienes y raíces. Luís
27

sintió un gran alivio al constatar que todos los seleccionados habían llegado.
El Plan Rey Midas había comenzado, en su última etapa.

Al terminar la convención todos los seleccionados fueron gentilmente


invitados a abordar un Minibús Mercedes Benz, full equipo y cortinas en las
ventanas, el cual los trasladó al aeropuerto de Higuerote, Pista de aterrizaje ,
sin casi tráfico aéreo, usado principalmente por millonarios que llegan con sus
aeronaves a pasar el fin de semana en las hermosas playas de los alrededores.
Tomaron rumbo a oriente, vía a Higuerote, entraron discretamente al
Aeropuerto, curiosamente no hubo ninguna requisa, agentes aduanales ni
Guardias Nacionales. Parecía un aeropuerto desierto a esa hora. En la pista
aguardaba un avión turbohélice, en la escalera del mismo esperaba un agente
de la CIA, con un montón de sobres en la mano, los tenía en orden y en ese
mismo orden fueron pasando cada una de las veinticinco personas. El agente
les ordenaba que le entregaran todos los documentos de identificación, tarjetas
de crédito y otros instrumentos personales, asimismo les entregaba el
respectivo sobre conteniendo el nuevo pasaporte norteamericano, con su
nueva identidad, debidamente visado, una libreta bancaria con un saldo de un
millón de dólares. Fueron subiendo lentamente, sin ningún apuro a sabiendas
de que todo estaba controlado. En eso llegó Luís en su Toyota negro, alcanzo a
subir a bordo para desearles un buen viaje y mucha suerte con su nueva vida e
identidad.

Fernando Meneses, uno de los 25 seleccionados, bajo del autobús lentamente,


había asistido a la reunión de Beta Grup, sabiendo de antemano que se trataba
de una falsa, para ocultar el verdadero plan, el cual no era otro que
desaparecer a 25 meritocratas, para siempre dándoles una nueva identidad en
USA.

Le llamó la atención primeramente la ausencia de personal de seguridad y


administrativo del aeropuerto, subió lentamente la escalera del avión,
observando que se trataba de un avión turbohélice y no un Jet de los que
usualmente se usan para viajes largos como el que se aprestaban realizar.

El entrar en la cabina se sentó en el primer asiento vacío que consiguió, tenía


en la mano el sobre con los papeles que le acababa de entregar el agente en la
escalerilla del avión.
28

Lo raro, es no había personal de azafata ni sobrecargo, debe ser que como se


trata de una misión ultra secreta, no conviene involucrar más personal del
indispensable.- pensó Fernando.

El avión, una vez terminado de subir los pasajeros rodó por la pista para
despegar pesadamente.

Eran ya las siete de la noche y no les habían obsequiado nada de comer ni de


beber. Entonces Fernando notó que la puerta que condice a la sala de mandos
del avión permanecía cerrada, Empezó a preocuparse por toda esa situación
que lo llevaría seguramente a pasar un poco de hambre, hasta que aterrizaran
en Miami, donde al desembarcar tendría oportunidad de comer algo. Eso
podría ser al amanecer dado a la poca velocidad con que se desplazaba esa
aeronave.

De repente la puerta se abrió y de ella salieron dos personas con especie de


morrales a su espalda que con paso de trote se dirigieron a la parte trasera
donde se encuentra la puerta de salida del avión. Ese súbito movimiento si
sorprendió a Fernando, quien gritando dijo:

¡Coño, Qué sucede!

Como respuesta lo único que escucho fue el ruido que produce la puerta al
abrirse y la súbita descompresión acompañada de una densa niebla, de invadió
de repente la cabina.

Fernando sintió que los oídos se le iban a estallar en medio de gritos y


alboroto de los otros pasajeros, la mayoría de los cuales entraron en pánico.

Entonces el avión con tremenda vibración y agitación continuó su funesto


viaje, en el medio del océano, fue cuando Fernando se dijo:

¡Debí haber sabido, que los gringos no gastan ni un solo Dólar, por
aquello que pueden conseguir gratis!

Al fin el ingobernable avión fue a estrellarse en algún lugar del Caribe,


hundiéndose de inmediato y acabando con los sueños de riqueza y una vida
mejor de Fernando y todos los demás.
29

El autobús Mercedes-Benz luego de dejar a los 25 meritócratas, cerca de la


pista de aterrizaje fue abordado por Nelson Morales y cuatro individuos mas,
todos estaban vestidos con amplias bragas, que semejaban las de los
mecánicos. Eliso el chofer había esperado pacientemente detrás del volante,
viendo como fueron subiendo uno a uno a un avión turbohélice que los
conduciría ¿Quién sabe adónde? Hubo algo que le llamó la atención: fue el
hecho de que no bajaran las maletas que estaban en el portaequipaje. Decidió
no hacer ningún comentario, debido a la cara de pocos amigos que tenían los
cinco personajes que acababan de abordar el bus. Nelson le ordenó de
inmediato, tome rumbo a Los Canales. El autobús lo habían contratado desde
Caracas hasta Margarita, con escala en Higuerote y traslado a la isla en ferri,
que sale desde Puerto La Cruz.

Ahora resulta que todos los pasajeros se embarcaron en un avión y estos


individuos, para colmo, se comportan de una manera extraña. Lo mejor que
puedo hacer es obedecerlos y sobre todo comerme una buena cena, puesto que
ya me está pegando hambre. Pensaba Eliso mientras arrancaba el autobús.

En un punto de la vía principal le indicaron que se desviara, al poco tiempo


observó, atracado a orillas de un canal navegable un hermoso barco. Gente de
plata, pensó Eliso. Continuó hasta la entrada de una mansión, donde guardias
privados parecía que los esperaban, por que de inmediato le indicaron que
entrará al patio del estacionamiento.

-Estaciónese a la derecha, -Ordenó Nelson.

Bajaron todos. Nelson le dijo en voz baja:

-Ahora le vamos a servir una suculenta cena, para luego continuar el


viaje al Puerto.

Esto pareció tranquilizarlo, puesto que ya empezaba a impacientarse.

Entraron rápidamente por una puerta lateral, en una sala estaba dispuesta una
mesita con 2 sillas, le indicaron que se sentara, al poco rato le trajeron un plato
de lo que parecía una suculenta sopa.

-Pensó:

-Al fin, me muero de hambre.


30

Empezó a comer rápidamente, solo apreció un saborcito dulzón en la sazón,


hasta que empezó a sentir un intenso sopor que le abrazaba la cara y le
nublaba la vista. Lo último que pensó antes de morir fue:

-¡Con razón, tanto misterio!

De inmediato pareció que de todos los rincones aparecieron personas apilando


cadáveres, veinticinco en total, el de Eliso ni lo tocaron, lo dejaron en la mesa
tal cual había muerto. Aquel salón se transformó en un minuto en un escenario
digno de la más tétrica de las películas de Alfred Hitchcock. Lo primero que
hicieron fue desnudar a cada uno de los cuerpos, luego los vestían con la
respectiva ropa del meritócrata que correspondía a su talla, peso, fisonomía y
edad. Allí fue donde cobró importancia la selección que durante días hicieron
Nelson Morales y sus compañeros, buscando a los indigentes más apropiados.
Toda la ropa de los fallecidos la arrumaron a un lado, para después quemarlas.
A cada quien les pusieron en sus bolsillos, las carteras correspondientes, así
como también a las damas les terciaron sus respectivas carteras. Todos los
objetos personales como llaves, papeles, les fueron colocados en los bolsillos
de la ropa que les pusieron, la cual habían obtenido de la persona que le
correspondía a su identidad. Al finalizar, la escena se volvió más tétrica aún:
Todos los cadáveres, estaban alineados, bien afeitados, limpios, luciendo ropa
bien planchada, con su respectiva documentación que los acreditaba de una
identidad que no les pertenecía. En camillas fueron trasladados al autobús,
donde los colocaron delicadamente en los asientos reclinados, sujetándolos
con los respectivos cinturones de seguridad para que no se cayeran durante el
viaje. Al último que trajeron fue a Eliso, el chofer, a quién colocaron en el
asiento del copiloto como si estuviera dormido. A él no le cambiaron su ropa,
ni sus objetos personales, Mantenía su propia identidad.
Nelson Morales se subió y tomo el volante de esa lúgubre unidad. De
inmediato tomó rumbo hacia oriente, acompañado por dos Jeep Cheroke, una
adelante y otra atrás. Ya eran las 10 de la noche y todo marchaba de acuerdo a
lo planeado. En la primera alcabala con que se toparon, al preguntarle el
Guardia:

-¿Hacia dónde se dirigen?

Nelson le informó:

-A Margarita, con un grupo de turistas, que están durmiendo.


31

-Continúe.

Le respondió el Guardia.

Un Poco más adelante de Boca de Uchire (población costera de la llamada


Ruta del Sol, que comunica con el Oriente del País) tomaron la carretera vieja,
menos transitada por lo angosta, de peligrosas curvas y profundos abismos.
Solamente a esa hora la transita algún camión de carga pesada, que toman esta
carretera para evitar pagar peaje en la autopista, la cual es la otra opción.
Famosa esta vía en épocas pasadas por la gran cantidad de accidentes, que
solían ocurrir sobre todo en época de lluvias, por lo resbaladizo del pavimento.

En un punto del camino que ya tenían preestablecido se detuvieron a la


derecha, luego entre dos hombres, que se bajaron de una de las Jeeps Cheroke,
colocaron el cadáver de Eliso en el asiento del conductor, poniéndole
debidamente el cinturón de seguridad. Posteriormente, la camioneta Cheroke,
que iba adelante avanzó unos doscientos metros, hasta la siguiente curva,
obstaculizando el camino, por si algún vehículo aparecía en sentido contrario.
Aunque no se veía, si se podía distinguir claramente sus stop traseros
encendidos. La cheroke que los seguía se quedó estacionada a una distancia
similar para impedir el paso de cualquier vehículo que viniese atrás. Entonces
con una sincronización ensayada, Nelson Morales, montado en el estribo de la
puerta del chofer, colocó la palanca de cambio en “D”, soltando
simultáneamente el freno de mano. La pesada unidad empezó a moverse
primero lentamente, luego tomaría velocidad, en dirección a un abismo de
unos doscientos metros de profundidad.

En la mañana del segundo día siguiente, apareció en todos los diarios de


circulación masiva del país, en sus primeras páginas: Fatal accidente, en la vía
a oriente, deja un saldo de 25 personas muertas. Todos eran de la isla de
Margarita. Ex meritócratas petroleros que regresaban a sus hogares luego de
haber estado en una convención en Caracas. El chofer de la unidad también
falleció.
32

CAPÍTULO V

Como a las diez de la mañana, vía a oriente pasaron por Boca de Uchire, a
gran velocidad la caravana, constituida por dos camiones blindados tipo
750 blindados, con una Toyota Four Runner adelante y otras dos atrás,
además llevaban un helicóptero artillado, unas cuantas millas adelante
para visualizar el camino y evitar cualquier emboscada. Por último iban
dos vehículos Tiuna, debidamente artillados con ametralladoras punto
cincuenta, cerrando este grupo. Los cinco mil Millones de dólares iban en
los dos camiones blindados, en los cuales viajaban el chofer, un
acompañante. En las Toyota iban cuatro hombres en cada una y en los
vehículos Tiuna viajaban también cuatro personas en cada uno. Todos
armados hasta los dientes, con armas cortas y fusiles livianos, además de
granadas de mano. En total era una fuerza selecta constituida por 24
hombres seleccionados, entre los mejor de la Fuerzas Armadas y la DISIP.
Continuaron raudos vía Puerto La Cruz sin detenerse absolutamente a
nada. En una parte del camino adelantaron a otra caravana de vehículos: se
trataba de una serie de inofensivos camiones fúnebres, rumbo, quién sabe,
a qué cementerio. Aparentemente se trataba de personas que habían
33

fallecido en un mismo accidente, puesto que no era usual que viajaran


juntos, tantos vehículos transportando cadáveres. Los pasaron rápidamente,
perdiéndose inmediatamente, de vista. Estaba constituida por cuatro
camiones tipo cava, con sus respectivos letreros, que los identificaban
como Carrozas mortuorias, en las dos primeras iban apilados debidamente,
25 ataúdes. En todos los camiones, iban dos personas adelante: El chofer
y su ayudante, sin embargo en la parte trasera le los dos camiones, que los
seguían, habían dispuesto en su interior 8 cojines, donde iban 16
mercenarios, armados hasta los dientes, con aire acondicionado para
poder soportar el encierro y el largo trayecto. Además cerraba a esta
comparsa fúnebre, dos Toyota tipo Previa, con papel ahumado en las
ventanas, en las que viajaban 4 hombres en cada una. En esa caravana
viajaban 32 (en su mayoría mercenarios y unos pocos pertenecientes a la
CIA)
Llegaron las carrozas fúnebres, poco antes de las doce, justo para abordar
el Ferry, con salida a las doce y media, se estacionaron sin privilegios,
respetando el orden de la cola que a esa hora ya estaba bastante larga, más
que todo por la gran cantidad de camiones. Pero ellos no tenían problema
puesto que contaban con pases preferenciales de la Gerencia de Conferry.
Faltando veinticinco minutos para la una, vieron pasar sin hacer cola, a los
camiones blindados, que transportaban valores. El helicóptero dio dos
vueltas produciendo un gran ruido, perdiéndose luego en el horizonte.
Habían cumplido exitosamente su misión de escoltar a los camiones hasta
el ferri en Puerto La Cruz. En Margarita los escoltaría seguramente otro.
Los blindados abordaron directamente el ferri. Sin lugar a dudas, se trataba
de una operación cronometrada minuciosamente, donde cada segundo
contaba y no había margen para errores. Nunca se supo donde aguardaron,
esperando a que llegara el momento del abordaje.

Los blindados se estacionaron de primero en la rampa, a los costados dos


Toyota Four Runner y atrás se colocaron los dos vehículos Tiuna. Detrás
de ellos, se ubicaron dos vehículos de carga Pesada y en la siguiente fila se
ubicaron los camiones fúnebres, dos adelante y dos atrás.

Todos los chóferes y los respectivos acompañantes debían desalojar este


compartimiento de carga y subir hasta los salones de primera y segunda
clase. Era obligatorio, por cuestiones de seguridad. Varios empleados de
Conferry, se aseguraban que esto fuera así, apurando e indicando la salida a
aquellas persona que por cualquier razón se demoraran. Subieron los
chóferes y acompañantes visibles de todos los camiones. Solamente los
34

ocupantes de los vehículos artillados Tiuna y las camionetas Toyota 4


Runner estaban autorizados a quedarse, en resguardo de la valiosa carga
que transportaban. Los ocupantes de las dos camionetas Toyota Previa,
ocho en total subieron al compartimiento de primera clase, con enormes
maletines de mano.

El ferri zarpó como siempre con una hora de retraso y sin novedad de
ningún otro tipo. Comenzó la compleja operación de dar la vuelta, frente a
la bahía de Pozuelos, de Puerto La Cruz. En estas labores de zarpar y
colocar la proa en dirección Noreste, el ferri tardó más o menos media
hora. Aunque no era temporada alta el pasaje estaba lleno de turistas y
personas que por otras razones de dirigían a la isla. En primera clase, los
pasajeros se apresuraban para ocupar los asientos mejor situados, dentro de
un ambiente, con aire acondicionado y un bullicioso trajinar. Ya la cola
para la cafetería comenzaba a crecer. Esa era lo rutinario, al comenzar la
travesía luego todo volvería a la calma.

Entre el grupo de pasajeros subieron los cuatro ocupantes de una de las


Toyota 4-Runner, que custodiaban la remesa de Dólares. Ocuparon
posiciones estratégicas, subieron a la sala de mandos, a dar el parte al
Capitán, que ya estaba enterado someramente, para que supiera que todo
estaba saliendo de acuerdo a lo planeado, además tenían que quedarse al
lado de la radio, para cubrirse en el momento en que llegaran a la zona
donde la cobertura por los celulares era cero y poder seguir manteniendo
contacto con el comando estratégico, situado en Caracas.

El comando estratégico de la operación, integrada por los comandantes de


la Armada, Aviación y Guardia Nacional; Rafael Ramírez y Ricardo
Carrales, por PDVSA; Rafael Montenegro, del Ministerio del poder
Popular para el Interior y Justicia y el señor Raúl Uribe, Director de la
DISIP. Tenían comunicación con el Comando operativo, quienes los
llamaban cada 10 minutos. Habían habilitado un salón en PDVSA, para tal
fin, equipado con equipos de comunicaciones. Estaban felices por la
llegada y el abordaje sin novedad al ferri. El haber escogido al cuartel del
Cuerpo de Bomberos, para esperar el momento para el abordaje, había sido
una decisión acertada, puesto que se evitaba tener que esperar en la cola del
muelle, en medio de miles de curiosos, que seguramente merodearían por
el lugar, produciendo que el resguardo y la seguridad hubiera sido mucho
más difícil. Solo les preocupaba que tuvieran que pasar por una zona
“ciega” donde las comunicaciones se minimizaban, sobre todo, los
35

celulares pierden la recepción. Esta situación duraría aproximadamente 1


hora. Por esta razón los cuatro ocupantes de una de las Toyota 4 Runner,
subieron a la parte más elevada de la nave: la sala de mandos y
comunicaciones, con la finalidad de mantener la comunicación con el
Comando estratégico, cuando les fallaran los equipos portátiles de
comunicación que portaban. Subieron rápido, adelantando a las personas
que se les atravesaban en medio del tumulto, tanto en las escaleras como en
el salón de primera clase. Luego pasaron a una cubierta donde se
encontraba una pequeña escalera que los conduciría a la sala de mandos.
No se dieron cuenta con tanto apuro que estaban siendo seguidos de cerca,
por cuatro presuntos turistas, con lentes oscuros, Shorts y Camisas
estampadas al estilo hawaiano, portando cámaras digitales. Al llegar a la
cubierta se detuvieran distraídamente, tomando fotos de La Bahía de
Pozuelos, una de las más bellas del mundo. Por lo tanto nadie se percató en
el hecho de que portaran mochilas de una forma alargada inusual, se
trataba, pensaría cualquiera, de un grupo de turistas gringos pendientes de
tomar fotos y distraerse durante la travesía, que seguramente sería muy
placentera. Por tal razón nadie deparó en el hecho de que subieran la
cubierta más alta, continua a la sala de mandos a tomar fotos y filmar, en
todas las direcciones.

Había comenzado la paciente espera del momento en que el ferri entrara en


la zona “ciega” donde los celulares pierden la señal.

Los inusitados turistas continuaban en cubierta filmando y tomando fotos,


uno de ellos sacó de sus bolsillos un teléfono celular disimulando
interesarse en los mensajes, mientras los otros conversaban. Lo que
realmente le interesaba era observar cuando las barras de recepción
desaparecieran, porque en ese momento entrarían en la zona ciega.

Los cuatro ocupantes de las Four Runner, subieron rápidamente las


escaleras que conducen a la sala de mandos, tres entraron a la misma y uno
se quedó en el último descanso de la escalera, en el umbral de la puerta.

Francisco Pérez, inspector de La DISIP tenía pericia en el manejo de armas


cortas y largas, además poseía un agudo olfato, que le permitía determinar
situaciones ilegales por oculta que estas fueran, observando detalles que
muchas veces sus compañeros no notaban. Había aceptado esta misión a
sabiendas que le ayudaría en su ascenso, que estaba seguro pronto
36

obtendría. Había observado a los turistas, con sus cámaras disfrutando


probablemente de sus vacaciones.

-¿Pero qué es eso?

Se preguntó.

-Hay algo raro. Tres tienen cámaras y el otro un celular.

Se dijo, mientras agudizaba su olfato de policía. Entonces se dio cuenta de


lo que no encajaba en esos individuos: Cuarentones, lo extraño era que
anduvieran solos, sin sus esposas ni hijos. En fin para tranquilizarse se dijo:

-Debe ser que se trata de un grupo de homosexuales en gira.

Las barras de la recepción del celular se redujeron paulatinamente, hasta


quedar una sola. En ese momento dos de los presuntos turistas se separaron
y subieron distraídamente hasta un nivel un poco por encima de donde se
encontraban y que estaba a la misma altura de donde comienzan las
escaleras, desde donde los observaba Francisco Pérez. Continuaron
filmando y tomando fotos, entonces francisco se dijo:

-Cosas de maricos.

De repente la única barra de recepción que quedaba en el celular


desapareció. Era el momento esperado. ¡Habían entrado en la zona ciega!

Uno de los dos turistas que se encontraban en la cubierta inferior se


agachó, como si se fuera a amarrar las trenzas de los zapatos: El otro sin
dejar de de usar la cámara filmadora le hizo una especie de cortina, para
obstaculizar la visión de Francisco Pérez, quien de repente había adoptado
una posición de alerta, ante los recientes movimientos. Segundos fue lo que
necesitó el supuesto veraneante para abrir el maletín y extraer del mismo
un lanza misil cargado, apuntar directamente a la cabeza de Francisco
Pérez, quien se encontraba mirando asombrado.
-¡Mierda, esa marica me va a disparar con esa cosa!
37

Se lanzo de cabeza escalera abajo, justo a tiempo para ver pasar el misil sobre
si. Sintió una explosión detrás, cayó al nivel inferior, en medio de una lluvia
de vidrios y objetos rotos. Pensó:

-¡Coño, de la que me salvé!

Levantó la cabeza, abriendo dificultosamente los ojos, solo para darse cuenta
de los dos pies que estaban justo al frente y al levantar la vista pudo ver
claramente el oscuro cañón de la 9 mm, que le apuntaba al medio de los ojos.

-¡Ahora si es verdad que pelé bolas!

Eso fue lo último que pudo decir antes de que le volaran los sesos.

La explosión fue tan grande, que voló los instrumentos, paredes de metal,
techo, con todos los ocupantes, Oficiales, tripulantes y los policías que
acababan de entrar, todos, al igual que la sala de mandos fueron volados por
semejante impacto, Inmediatamente los “turistas” dejaron las cámaras y
filmadoras, para sacar armas automáticas livianas de combate.

El estruendo que se produjo fue tal, que abajo en el compartimiento donde


se estacionan los camiones, asemejó un maremoto, se detuvieron los
motores del ferri. Esa era la señal que esperaban los comandos, que se
encontraban abajo en los dos camiones cava. Eran individuos expertos en
el arte de la guerra y de la muerte, hacían su trabajo por una bonificación
en Dólares, mostrando un desprecio total por la vida humana, provistos de
una crueldad sin límite.

Al sentir el estruendo, de inmediato abrieron las puertas traseras de los


camiones cava, de ellos salieron mercenarios cuan gusanos, rapando
ágilmente y sin hacer ruido, se deslizaron primeramente por debajo del
camión de carga pesada que se encontraba estacionado adelante, llevaban
puestas mascaras antigases, uniforme militar de campaña. De inmediato
rodaron por el piso varias bombas de gases tóxicos, hasta la parte inferior
de los vehículos Tiuna, estacionados más adelante. Sus ocho ocupantes
miraban para todos lados, apuntando las ametralladoras punto 50 en
diferentes direcciones sin precisión, solo sintieron un profundo ardor en los
pulmones, antes de que se les nublara la vista y perdieran el conocimiento.
38

Los ocupantes de las Toyota Four Runner, se habían quedado para vigilar
la remesa, mientras cuatro de sus compañeros habían subido a la sala de
mandos a notificar al capitán de lo que sucedía y pedir su colaboración con
las comunicaciones, cuando entraran en la zona Ciega. Algunos decidieron
jugar a las cartas para pasar el rato, total eran cuatro horas y media que
deberían permanecer es ese sitio, dejaron las camionetas encendidas, para
poder aprovechar el aire acondicionado. Todo estaba perfecto, hasta que
sintieron el enorme estruendo, seguido de un fuerte estremecimiento.
Salieron de los carros, solo para darse cuenta de que el aire estaba
enrarecido y los de los vehículos Tiuna estaban como dentro de una niebla,
fue lo último que vieron.

Esa operación había durado menos de cinco minutos, desde la explosión


hasta el momento de que todas las personas que se encontraban en el
departamento de carga de los vehículos, cayeran por los efectos de los
gases tóxicos. De inmediato comenzó un movimiento inusitado, cada quién
sabía lo que tenía que hacer. Mientras un equipo sacaba las urnas de los
camiones y las colocaban a un lado, otro grupo se dedicaba a sacar de los
camiones blindados el dinero que se encontraban en enormes bolsas de
lona con el logotipo del Banco Central. Destaparon las urnas, que
contenían bolsas idénticas conteniendo los cadáveres de los indigentes. Los
transportaban hasta la borda situada a solo unos metros. Las bolsas de lona
facilitaba la operación puesto que era mucho más fácil el manejo y el
transporte. Otro grupo se dedicó a introducir las bolsas con el dinero,
dentro de las urnas. Eran exactamente Doscientos millones de Dólares que
había en cada una. Cabían justo. Todos tenían mascaras antigases. Antes de
cerrar las urnas conteniendo los dólares, colocaron en su interior, cadáveres
de pequeños animales en estado de putrefacción (Ratas, gatos y uno que
otro perro). Cerraron las Urnas con su valioso y pestífero contenido). Las
colocaron repartidas equitativamente en los cuatro camiones cavas, de los
cuales ya habían limpiado y quitado los cojines que sirvieron de asiento y
los retos de comida y envoltorios, colocando estos en un saco de lona.

A lo largo de la ruta del Ferri es frecuente observar botes de los que usan
los pescadores, para sus labores, llamados peñero. Generalmente se
observan en horas de la mañana. Esa tarde justo antes de entrar en la zona
ciega nadie deparó en el hecho de que se encontraran en esas labores tres
botes, muy cerca del la ruta usada por el Ferri. En cuanto sucedió la
explosión y el Ferri se detuvo, arrancaron rápidamente en su dirección,
llegando a estribor en cuestión de minutos.
39

En el nivel inferior de la carga pesada habían colocado una pequeña grúa


portátil que ajustaron a la borda y procedieron a bajar todas las bolsas, las
cuales ajustaban a la cuerda con unos ganchos diseñados para tal fin,
Semejando un largo e inmenso chorizo, las bajaron una detrás de otra.
Justo debajo se habían colocado los tres botes peñero para recibirlas.

Muchos de los pasajeros al oír el estruendo que produjo la explosión


corrieron a la borda a ver lo sucedido. Quedaron perplejos al observar la
magnitud de los daños. Los cuatro supuestos turistas, ahora portando armas
automáticas, se habían colocado en posiciones estratégicas en la parte
superior, mirando a los curiosos que se asomaban por la borda a ver lo que
hacían. Pero lo que llamó más la atención de los pasajeros, fue observar la
operación de descarga de las bolsas que eran recibidas por presuntos
pescadores, en unas lanchas situadas abajo. Entonces uno de los pasajeros
empezó a gritar improperios a los asaltantes, mientras que otro les lanzó un
objeto. La ráfaga de ametralladora, disparada desde lo alto por uno de los
turistas, fue la respuesta inmediata que recibieron a su acción. Corrieron
todos adentro.

Una vez que bajaron las bolsas, Lanzaron cuerdas y procedieron a


deslizarse por ellas. Los últimos que lo hicieron fueron los turistas que se
encontraban arriba cubriéndolos. Todos abordaron dándose a la fuga en
dirección a una isla sitiada unas millas más delante de Nombre Cubagua.

Más adelante, a pocas millas del averiado Ferri, se encontraba navegando


a velocidad mínima, un hermoso yate de nombre Zumaque Uno, En el
estaban tomando el sol del Caribe más de diez hermosas mujeres con
atuendos playeros, en una especie de gira de placer por el trópico, de esas
que suelen hacer algunos millonarios para pasarla bien en sus frecuentes
vacaciones. Aunque el ambiente era exquisito, con buena música
caribeña y bebidas a granel servidas por diligentes mesoneros, debidamente
ataviados de blanco. En un toldo situado en la cubierta principal habían
acondicionado un mesón con deliciosos platillos tropicales, productos del
mar y una variedad de quesos, para que los invitados que gustaran se
sirvieran. Luís no estaba pendiente de lo que acontecía a bordo. Su mirada
estaba fija en una dirección determinada en el horizonte. Al principio
fueron tres puntitos, Luego se divisó claramente las figuras de tres botes
que se acercaban rápidamente. Volteó desde su cómodo sillón extensible de
playa, para hacerle una seña al Capitán, que lo miraba inquisitivamente.
40

Entonces el yate aumento su velocidad en dirección de los tres botes, que


también se acercaban raudos. En cuestión de minutos estuvieron a estribor.
Los ocupantes habían colocado todos sus uniformes militares, armamento,
mascaras antigases y otros objetos usados en la reciente operación, encima
de los sacos de lona. Habían cubierto todo con una malla de nylon, que
impedía que cualquier objeto pudiera salirse. Ahora lucían shorts tipo
bermuda, camisas playeras, gorras lentes de sol y zapatos deportivos.
Subieron a bordo, pero previamente el último de los ocupantes, le sacó el
tapón de achique, con lo cual los botes comenzaron a hundirse
rápidamente. Apenas tuvieron tiempo de saltar a la rambla dispuesta para
tal fin, cuando las tres embarcaciones con su mortuoria carga,
desaparecieran en las oscuras aguas del Caribe, en la llamada Fosa de
Cariaco, una de las más profundas del mundo. Era el detalle que faltaba
para comenzar la rumba, gritos, aplausos, gestos de victoria. Habían
logrado el más grande robo perpetrado a nación alguna. Nada más y nada
menos que la bicoca de Cinco Mil Millones de Dólares, en billetes
contantes y sonantes. Una vez concluido el abordaje al Zumaque I, Luís
volteó en dirección al Capitán que lo observaba desde el puesto de mandos,
para indicarle el rumbo a seguir: La isla de Coche, que se encontraba a
unas 30 millas de distancia. Entonces se levantó de su asiento para brindar
por el gran éxito alcanzado, en una rápida operación tipo comando, donde
no habían tenido ninguna baja, ni heridos.

La fiesta continuaba con música, tragos a granel, ahora las chicas se


confundían en abrazos y besos con los recién llegados “turistas”, eufóricos,
disfrutando al máximo del triunfo alcanzado y de ese ambiente exclusivo,
sin límite en lujo, mujeres y placeres. De repente un lejano ruido se fue
acrecentando hasta convertirse en estruendo, con el sobrevuelo de un
helicóptero que los observaba desde las alturas. A los pocos minutos, los
interceptó una lancha cañonera rápida de la guardia Nacional, les indicaron
con un altavoz que detuvieran su marcha puesto que iban a ser abordados
para una inspección. El Capitán del Zumaque I obedeció la orden de
inmediato, reduciendo la velocidad hasta detenerse totalmente. Luís ordenó
que siguiera la fiesta, ignorando lo que sucedía alrededor. A los pocos
minutos llegó otra cañonera a estribor, esta vez de la Marina de Guerra, fue
cuando al fin fueron abordados. Eran doce Guardias Nacionales y Marinos
los que subieron a bordo, comandados por un teniente de La Guardia, que
llevaba la voz cantante. Se colocaron en posiciones estratégicas en la
cubierta del yate, el teniente subió al puesto de mandos, donde estaba el
Capitán, mientras que un sargento acompañado por tres guardias se hacía
41

cargo de la requisa a cada uno de los presentes y revisión de los papeles de


identidad. Otro grupo de dedicó a la revisión minuciosa de todas las áreas
del yate, incluyendo la sala de máquinas, la cocina, los camarotes y todos
los sitios, por insólito que pareciera, donde se pudiera ocultar algo que
pudiera incriminarlos. Mientras tanto todos los pasajeros o turistas así
como también los miembros de la tripulación y demás personal fueron
reunidos en cubierta, para esperar que concluyera el abordaje. Mientras
esto sucedía, de la lancha cañonera saltaron al agua cuatro buzos.
Revisaron al yate por debajo a ver si tenía algo que lo conectara con lo que
acababa de suceder. Este era uno de los cuatro barcos que se encontraban
en la zona del ferri a la hora del atraco. Por lo tanto debía ser requisado
profundamente para poder ser descartado. A la media hora de haber
comenzado la requisa, subió el sargento a la sala de mandos, y le informó
al teniente que allí se encontraba:

-teniente este yate está limpio. – de inmediato bajaron y todos los


Guardias e infantes de marina y abandonaron el barco.

En la sala de mandos de PDVSA, en la Campiña, todo era confusión.


Habían recibido el último informe hace cinco minutos y no tenían más
noticias del ferri.

-Debe ser que ya entraron en la zona ciega y no han podido coordinar


con el capitán para comunicarse con nosotros. –dijo Rafael Montenegro
con el seño fruncido.

El sabía que esa afirmación no tenía sustentación, ese Ferri estaba dotado con
equipos de comunicación de última generación, incluso satelital, capaz de
comunicarse con cualquier parte del país. Sin perder más tiempo el
comandante de la Armada ordenó la salida de dos lanchas rápidas una de
Puerto La cruz y otra de Cumaná. El comandante de la aviación ordeno al
comandante de la base Luís de Valle García, con sede en Barcelona, el
despegue inmediato de un helicóptero artillado y con tropas a averiguar cuál
era la situación.

-Esto lo vamos a aclarar en cuestión de minutos.

Dijo, mirando a los demás, con aire de preocupación.

Al poco rato llegó la ansiada información:


42

- Estoy divisando al ferri.

-Está a la deriva y tiene una columna de humo.

-¡Por Dios le volaron la torre de mandos!

- Permiso para abordarlo.

Entonces el Capitán del Helicóptero escucho a través del radio:

-Proceda de inmediato e informe.

El helicóptero de fabricación Rusa, con capacidad para transportar


elementos de tropa, se colocó encima de la cubierta superior y mediante
cuerdas fueron descendiendo aproximadamente unos 25 efectivos.
Tomaron posiciones estratégicas, no encontraron ninguna resistencia. Los
daños en la torre de mandos eran totales, sin ningún sobreviviente.
Mantuvieron esa postura hasta la llegada de nuevos refuerzos.

Los primeros que llegaron fueron dos lanchas cañoneras rápidas, una de la
Guardia y la otra de la Armada de guerra. De inmediato abordaron al ferri
por estribor, comandados por un Teniente de la guardia y un Capitán de la
Marina de Guerra. Ambos grupos se le sumaron a los del helicóptero.

Se distribuyeron en tres grupos, Los de la Guardia Nacional, se dirigieron a


la cubierta de primera clase, los de la Aviación se fueron a la cubierta de
segunda clase y los de la marina pasaron al compartimiento del
estacionamiento de vehículos y camiones.

Este último se encontraba trancado, por lo que hubo necesidad de violentar


la puerta para poder pasar, todavía se sentía el efecto de los gases tóxicos,
por lo que tuvieron que recurrir a las mascaras antigases. Fueron entrando
uno a uno tomando posiciones de combate, mientras avanzaban entre los
vehículos livianos, luego lo hicieron a través de los camiones, hasta que
llegaron al final y pudieron apreciar la magnitud de lo sucedido: Cuerpos
inconscientes, los camiones Blindados de transporte de valores
violentados y por supuesto el dinero no estaba, no había testigos, en la
borda de estribor localizaron la polea que usaron para bajar las bolsas con
el dinero... Este fue el único rastro que dejaron los malhechores. En la parte
43

de atrás quedaron como mudos testigos los dos camiones fúnebres


cargados con sus cadáveres, quienes iban a recibir cristiana sepultura en
Margarita.

En los compartimientos de primera y segunda clase, llegaron de improviso


las dos patrullas, la de la armada y la de la guardia, a todos los pasajeros en
fila india, hombres a un lado y las mujeres y los niños en otra fila, pasaban
uno a uno por una mesa que habían habilitado para tal fin, donde tenían
que colocar todos sus objetos personales: Bolsos de mano, documentos
personales, carteras y otros. Como a la media hora, aquello se había
convertido en un pandemónium. Lanchas iban y lanchas venían, abordaron
agentes de las distintas policías y cuerpos de seguridad. Ese barco lo
revisaron de cabo a rabo, lo único que consiguieron fue la polea por donde
bajaron las bolsas con el dinero, así lo aseguraron numerosas personas que
pudieron observar cuando las bajaban hasta tres botes que llegaron por
estribor para recibirlas. A excepción de un par de armas cortas y algunas
armas blancas y navajas, no pudieron encontrar nada. Esa gente estaba
limpia y de los bandidos no había quedado nada
.
A todos los pasajeros los dejaron reseñados, para buscar posteriormente, si
tenían antecedentes policiales.

En el Comando de mandos de PDVSA, la conmoción era total, pensaron que


habían tomado todas las previsiones y había resultado que los habían timado
de la manera más inocente. Ahora el problema era darle la novedad al
Presidente.

Eran ya las tres de la madrugada, habían pasado casi 12 horas desde que
volaron la sala de mandos, Ahora era cuando se había logrado colocar dos
cuerdas para unirlas a sendos remolcadores, con la finalidad de conducirlo
hasta el puerto de Punta de Piedras, en Margarita.

Cerca de las 11 de la mañana fue cuando iniciaron las labores de atraco en el


muelle ante la mirada estupefacta de curiosos y extraños.

Los primeros que descendieron, fueron los integrantes de los organismos de


seguridad, los cuales colocaron nuevamente alcabalas con la finalidad de
continuar con la requisa, esta vez a los vehículos automotores.
44

Los automóviles los colocaron en fila al lado izquierdo y a la derecha


alinearon a los camiones. La requisa era total, no solamente el porta equipaje,
sino también, el compartimiento del motor y por debajo de los vehículos.

Para los conductores de los camiones la cosa era peor, tenían que bajar la
carga, en la medida de lo posible, la cual era revisada minuciosamente.
Pasaban las horas y todavía no les tocaba el turno a los dos camiones fúnebres,
con su pestilente carga.

Ahora las dos camionetas Previa eran ocupadas cada una por dos personas en
vez de cuatro, como cuando abordaron en Puerto La Cruz, (los vidrios
ahumados ayudaron a disimular esta situación) Pasaron la revisión sin
novedad, estacionando a unos 500 metros más adelante, esperando
disimuladamente que salieran los dos camiones fúnebres.

En los camiones fúnebres aguardaban nerviosamente, los choferes y copilotos


su turno para la revisión. Sabían que se estaban jugando el todo por el todo. El
éxito de la operación dependía de que ellos pudieran pasar airosos esa
alcabala. Al tocarles el turno los mandaron a estacionar a la derecha. Unos
soldados revisaban con espejos la parte de abajo, simultáneamente otros le
revisaban el motor y la cabina, previamente bajaron tanto al chofer y al
acompañante. Un Teniente de la Guardia Nacional, le ordenó al chofer que le
abriera de inmediato la puerta del furgón, donde estaban apiladas las urnas, ya
eran casi las 6 de la tarde, por lo que esa putrefacta carga incrementaba su olor
nauseabundo, por el encierro y el abrazante calor.

Cuando el chofer abrió la primera puerta, el teniente retrocedió llevándose las


manos a la nariz, exclamando de inmediato:

-¡Coño, dejen ir a estos camiones, para que esta pobre gente pueda
descansar en paz y los entierren de una vez!

De inmediato los tripulantes abordaron los camiones y salieron raudos rumbo


al cementerio.

Ya anocheciendo, en el “Jardín de los Recuerdos” (Cementerio privado,


situado a las orillas de la autopista que conduce a Porlamar, Capital comercial
de Margarita) esperaban ansiosos Luis Cesti y el grupo de cómplices, que
abordó el Zumaque Uno. El Lugar estaba plagado por guardias privados, que
45

por su acento obviamente no eran oriundos del país. Con un tractor habían
hecho un enorme hoyo, con la finalidad de hacer una fosa común. Al llegar los
dos camiones fúnebres, procedieron a ponerse mascaras antigases y colocaron
cuidadosamente a cada una de las urnas en el fondo de la inmensa fosa común,
de inmediato procedieron a tapar el inmenso hoyo con la máquina. La
operación fue tan rápida que pasó desapercibida, incluso para la mayoría. Los
empleados del cementerio, a esa hora, ya se habían marchado. Llegó un
autobús ejecutivo, cargado con familiares que se habían trasladado hasta isla
de Margarita en un vuelo “chárter” financiado por el Fondo de previsión
social, que manejaba la empresa Beta Group. Todo de acuerdo con lo ofrecido
previamente por Luis. Al bajarse todos del bus , de inmediato tomó la palabra,
para informarles que las sagradas exequias, no se habían podido realizar
debido al avanzado estado de descomposición que presentaban los cadáveres,
a la gran cantidad de inconvenientes que habían tenido en el viaje, sobre todo
en el ferri, donde ocurrió el mayor retraso. Pero que ellos, como organización
solidaria con estos mártires, de inmediato iban a empezar la construcción de
un hermoso panteón donde pudieran descansar en paz, en un sitio acorde con
su dignidad. Cuando exhumemos los cadáveres ´para su traslado al lugar
definitivo en el panteón, pues realizaremos las exequias religiosas respectivas.
De inmediato algunos de los familiares procedieron a colocar ofrendas
florales, sobre el montón de tierra recién removida, que conformaba la
inmensa fosa común. Otros lo que hicieron fue ponerse a rezar, pidiendo el
descanso en paz de los familiares fallecidos. Ya había oscurecido totalmente
cuando procedieron a retirarse y abordaron el autobús que los había llevado.
Luis Cesti también se disponía a abandonar el lugar, cuando sintió un ligero
toque en la espalda y una voz que le dijo:

-¡Tenemos que hablar!

Se volteó sorprendido y observó a un guardia privado, por él mismo


contratado, que le miraba fijamente a los ojos.

-¿Qué desea?

Respondió contrariado Luís ante la forma tan intempestiva de abordarlo.

-Afortunadamente usted no me reconoce, en caso contrario pensaría


que este disfraz, que me hicieron no me sirve para nada. Soy Luís
posada Carriles, vamos a aquel sitio más discreto donde podamos
hablar.
46

Dijo señalando hacia un lugar apartado.

Lo que acababa de escuchar lo dejó perplejo, nunca hubiera imaginado que


aquel inocente guardia privado se tratase del siniestro Luís Posada Carriles, el
terrorista más mortífero de América, por la autoría de innumerables atentados
terroristas en este continente. Aunque habían hablado varias veces por
teléfono, luego de haberse conocido personalmente en la Casa Blanca, no
habían tenido oportunidad de verse cara a cara.

-En verdad estos gringos no dejan nada al azar, tienen que tener el
control absoluto del dinero enterrado, no vaya ser que a alguien se le
ocurra venirlo a desenterrar en horas de la noche, cuando nadie vigile el
sitio o con la complicidad de algún traidor. Este hombre merece la plena
confianza del imperio.

Pensaba Luís, mientras salía de su asombro y decía:

Caramba señor posada nunca me hubiera imaginado que se tratara de


usted, sino no me lo hubiera aclarado, pero dígame, ¿Cómo usted ve la
situación?

El desarrollo de los acontecimientos se ha venido desarrollando de


manera perfecta, la Operación Rey Midas se ha convertido en una
maquinaria bien engrasada donde usted, señor Cesti constituye un
engranaje de vital importancia. Habernos facilitado su hermoso yate
para el rescate en alta mar de nuestros mercenarios que actuaron en el
atraco al ferry resultó una jugada genial y la contratación de los
infelices, aquellos que desaparecimos para valernos de su identidad y
poder esconder el dinero en sus supuesta urnas, ha resultado el más
extraordinario golpe, que hemos podido asestar durante el complejo
proceso que significa la Operación Rey midas.

Mientras hablaba Luis Posada Carriles denotaba una gran satisfacción, sin
remordimiento alguno, por las tantas muertes causadas en esta funesta
operación. Entonces Luis Cesti lo interrumpe para preguntarle:

Veo que al fin nos deshicimos de aquellos infelices meritócratas


petroleros, ¿Pero cuénteme como termino de ir ese asunto?
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Posada Carriles nuevamente adoptó un aire de autosuficiencia, cuando


expresó:

Bueno señor Sesti, como usted bien debe saber, yo tengo amplia
experiencia en eso de derribar aviones: Esos infelices se encuentran
reposando el sueño eterno en el fondo del Caribe. Ya no nos causarán
ningún problema.
Luís Cesti lo observaba con atención, reconociendo el inmenso descaro que
tenía este siniestro personaje al vanagloriarse de los cruento crímenes
cometidos. Esa experiencia a la que se refiere, sin duda se trata del triste
atentado al avión de Cubana de Aviación, en Barbados, donde murieron mas
de 70 cubanos, incluyendo el equipo de esgrima de la Isla. Seguidamente
manifestó:

Hay que reconocer que el proceso de esta operación está saliendo de


una manera tan sincronizada que parece un reloj suizo. Verdaderamente
alguno de aquellos infelices pudo haber echado por tierra nuestros
planes, si en algún ataque de nostalgia le hubiera dado ganas de regresar
al país, al comprobar que el gran País del Norte no es la quimera que
pintan y que por el contrario, los latinos son continuamente sometidos a
constantes discriminaciones.

Ahora era Luís Cestí el que hablaba con autoridad. El mismo en algunas
oportunidades había sufrido en carne propia tales actos, solo lo salvaba el
hecho del inmenso poder económico, con que contaba desde los tiempos en
que era presidente de PDVSA, pero aún mantenía, puesto que todavía es una
pieza estratégica para el imperio.

Lo cierto, señor Cesti que tenemos el salten agarrado por el mango,


dimos un golpe magistral, tenemos posesión del dinero y dudo que las
autoridades de este país tengan una sola pista que pudiera implicarnos,
lo que nos falta es cobrar y lo haremos una vez que tengamos listo el
panteón, donde colocaremos de manera definitiva las urnas con su
cargamento de gatos y perros muertos, que será lo que en definitiva
contendrán.

Cuando decía esto Posada, lo hacía con una sonrisa llena de sarcasmo y luego
prosiguió:
48

Bueno señor Sesti, por aquí me va a tener a la orden, hasta que llegue el
ansiado momento de proceder a exhumar a esos animalitos y poder
cobrar lo que en justicia nos pertenece. Aquí tiene mi número del celular
para que se comunique conmigo para lo que sea de interés para el buen
desarrollo de la operación.

Sesti sonrió complacido al recibir el papelito y al saber que ya no tendría que


preocuparse más por la seguridad del dinero. Sin duda esa parte estaba en muy
buen resguarda, ahora lo que faltaba era esperar y cobrar.

CAPITULO VI

En el Comando estratégico, se formó una alharaca, el impacto de la noticia fue


demasiado fuerte, para poderla digerir de un solo golpe. Todos querían
expresar lo sucedido, pero ninguno lograba hacerlo. Pablo Camargo tomó la
palabra indicar que le informaría al presidente. De inmediato marcó por el
teléfono celular:

-Presidente, habla Rafael Ramírez, la operación se cayó, el dinero


desapareció, hay muertos y heridos, no hemos evaluado todavía la
magnitud de los daños.

¿Cómo? Se escuchó por el auricular.

Inmediatamente quiero una reunión en mi despacho de Miraflores.


49

En 25 minutos estaban todos reunidos en el despacho presidencial.

El Presidente tomó la palabra:

Lo que me acaban de informar es de una inmensa gravedad, esto nos va


a llevar a una crisis institucional de incalculables dimensiones. Espero
que tengan una salida a este asunto, quiero oír soluciones, porque está
en juego el futuro de la patria.

Seguidamente hubo un silencio sepulcral, parecía que ninguno de los


presentes tenía una explicación lógica para lo que acababa de suceder.
Fue cuando Pablo Camargo tomó la palabra para indicar:

-Presidente, es muy pronto para evaluar lo sucedido, ya hemos tomado


control de la embarcación, allá están los cuerpos de seguridad nacional.
Lo que puedo decirle es que se trató de un golpe maestro, que solo lo
pudieron ejecutar con el auspicio y el apoyo del Departamento de
Estado Norteamericano, además de nosotros ellos eran los únicos que
conocían la operación. Suponemos que el dinero lo embarcaron en tres
botes. Luego lo transbordaron a otra embarcación más rápida,
posiblemente un helicóptero o un hidroavión.

El Presidente tomo un aire de profunda meditación manifestando a


continuación:

-Caballeros, la crisis que se nos viene encima es enorme y pone en


peligro a todas las instituciones, tenemos que solucionar primeramente
lo concerniente al aspecto económico, posiblemente tengamos que
recurrir a los organismos internacionales para cubrir nuestros gastos
corrientes. Aparte de la avalancha que nos cubrirá en el área política, en
lo social, para honrar los compromisos referidos a las misiones, todo
esto sin contar con la arremetida mediática que irremediablemente nos
envestirá.

Prepárenme lo más pronto posible un informe pormenorizado, con las


posibles soluciones. Debemos asumir la responsabilidad que tenemos en
esa decisión. Ahora me reuniré con los otros ministros para fijar la
estrategia comunicacional y financiera.
50

Dicho esto la reunión parecía que terminaba, cuando Rafael Montenegro,


pidió permiso para hablar:

-Presidente, desde este mismo momento le pongo mi cargo a la orden.


Usted sabe que yo trabajo solo, pero quiero utilizar los servicios de
inteligencia para que me apoyen en la investigación que voy de
inmediato a comenzar.

El Presidente se quedó pensativo un momento, manifestando seguidamente:

-Está bien Rafael, te acepto la renuncia, tú sabes que confío plenamente


en ti. A los cuerpos de seguridad lo que él necesite se lo facilitan.

Dicho esto todos salieron presurosos, solo el presidente se quedó solo.

Rafael Montenegro, lo primero que hizo fue habilitar un apartamento en el


este de Caracas, tenia comunicación con los cuerpos de seguridad, así como
terminales de computadora donde aparecían los registros de antecedentes
penales, así mismo, disponía del registro de huellas dactilares del CNE. Teresa
se encargaba de los teléfonos así como del manejo de la informática. Tenía un
comisario de la DISIP, disponible a tiempo completo. Se trataba de Carlos
Martínez, astuto policía con amplia experiencia en ciencias criminológicas.

La habitación principal convertida en oficina, las habían cubierto con laminas


de anime, allí había colocado todas las fotos de los pasajeros y tripulantes del
ferri. De acuerdo al listado de los pasajeros suministrada por la empresa
Conferry, con ayuda del registro de la Oficina Nacional de Identificación,
quién les suministró todos los datos. Asimismo disponían de todas las huellas
dactilares de los citados pasajeros y tripulantes. Todo hubiera encajado
perfectamente, a no ser por qué faltaban cuatro pasajeros de la lista de los que
abordaron el Ferri en Puerto la Cruz, en comparación con la lista de los que se
bajaron en Punta Piedras. Solo que esas Cedulas de identidad no
correspondían los números con los nombres de las mismas, es decir estos
documentos eran falsos. Rafael suponía que estos cuatro pasajeros formaban
parte del grupo que atracó al ferri. Pero no era probable que semejante
operación fuera montada solamente por cuatro hombres, lo que era un misterio
era como habían abordado el ferri el resto de los atracadores. Rafael y Carlos
Martínez, observaban y repasaban cada una de las fotos, buscando en ellas
cualquier antecedente o cualquier signo que pudiera conducirlos a una pista en
la investigación.
51

Fueron días de arduo trabajo, Rafael y Carlos laboraban hasta las 2 ó 3 de la


mañana, cada foto era revisada minuciosamente, los antecedentes, el perfil
socioeconómico, en fin buscaban cualquier cosa que los pudiera relacionar
con el atraco al ferri. Todo ese esfuerzo había resultado infructuoso.
Diariamente Rafael se comunicaba con los organismos de seguridad con la
esperanza de que ellos hubieran encontrado alguna pista, pero nada, todo
resultaba negativo. La DISIP había colocado agentes encubiertos en casinos y
otros Centros nocturnos, con la esperanza de encontrar a alguien que estuviera
gastando el dinero a manos llenas, sin resultado alguno. Lo único que habían
encontrado: La polea que usaron como grúa, era de fabricación casera, los
materiales era de fácil obtención en cualquier ferretería, estaba limpia de
huellas dactilares. Los restos de las bombas de gases tóxicos, estaban limpias
de huellas, eran de origen norteamericano. El misil que voló la torre de
mandos del ferri, era del tipo tierra aire, de alto poder explosivo, al igual que
las conchas de los proyectiles no decían absolutamente nada. Indudablemente
se trataba de una operación montada por una organización internacional, que
no había dejado ningún cabo suelto. Solamente podría tratarse de la CIA, pero
no había manera de probarlo. Habían rastreado toda la zona buscando la
presencia de naves o aviones para la hora del atraco, los pescadores que se
encontraban en la zona fueron interrogados, sin ningún indicio. Las
embarcaciones de turismo y particulares, también fueron requisadas
minuciosamente al igual que sus ocupantes, no encontrando pista alguna.

Rafael comenzaba a perder la paciencia. Diariamente mandaba a Carlos a


buscar todos los diarios que pudiera encontrar, tanto los de circulación
nacional, como los regionales. Los ojeaba a todos, siempre buscando algo, que
pudiera ser relacionado con el acontecimiento del Ferri.
52

CAPITULO VII

Clara como casi todos los Domingos cuando viajaba a Boca de Uchire, donde
tenía su posada, en la urbanización Marylago. Esperaba como siempre que el
sol bajara un poco y en compañía de sus nietos y de sus perros iba a la playa,
que a esa hora generalmente se encontraba con poca gente. Disfrutaba
plácidamente del oleaje y sobre todo de las cálidas aguas del Caribe. Siempre
se ponía a flotar logrando relajar su cuerpo, al vaivén de las olas le daba una
gratísima sensación. Sumida estaba en su delicioso baño, cuando de repente
se tropieza con algo duro y baboso, de un salto se endereza para ver lo que era,
es cuando se topa cara a cara, con el horrible rostro de Eliso, el chofer del
autobús, mordisqueado por los peces, le faltaba un ojo y la piel en algunos
sectores, en estado de putrefacción. La impresión que sufrió Clara fue tan
grande, que casi se desmaya. De inmediato empezó a gritar desesperadamente,
mientras nadaba a la orilla.
53

Habían pasado varios días y Rafael no había encontrado nada que pudiera
conducirlo a una pista. Se alegraba de haber renunciado al cargo de ministro,
lo cual lo liberaba de toda responsabilidad, sobre todo con el Presidente, con
un caso que no aportaba nada, parecía que a los atracadores y al dinero se los
hubiera tragado la tierra. Pensaba: Menos mal que no tengo que darle
explicaciones a nadie. Sumido estaba en estas meditaciones, cuando llegó
Carlos con el montón de periódicos. De inmediato se puso a ojearlos con la
esperanza de encontrar algo interesante. Había revisado todos los diarios de
circulación nacional y nada, cuando se dispuso a revisar los regionales. Tenía
rato en esto cuando en el diario El Tiempo del oriente del país, apareció una
noticia que en un principio no le llamo la atención: Apareció Flotando cadáver
en Boca de Uchire. Al leer entre líneas, vio algo que despertó su interés: El
cadáver no ha sido identificado, no es de la zona y fue arrastrado por las
corrientes marinas. Parecía que este asunto iba a resultar igual que los otros
indicios, pero había que investigarlo. Llamó de inmediato a su secretaria
indicándole que le consiguiera con el organismo correspondiente un mapa de
las corriente marinas del oriente de país, la velocidad de las mismas, sobre
todo algo que le sirviera para calcular el tiempo que tardaría un objeto
flotando desde la posición en que se encontraba el ferri hasta las playas de
Boca de Uchire.

En la tarde, Rafael estaba concentrado en revisar las fotos sin poder encontrar
nada, para mantener la esperanza se decía a sí mismo, debe haber algo que me
conduzca a una pista, cuando entró Teresa con un papel en la mano, diciendo:

- Señor Rafael, ya tengo la información que me pidió, lo conseguí en el


Instituto de Oceanografía, se resume así: Un objeto lanzado desde el
sitio en que se encontraba el ferri, (aquí dan las coordenadas exactas) Su
velocidad depende de la época, de la velocidad del viento y de otros
factores como la temperatura del agua. Resumiendo: Un objeto lanzado
en el sitio descrito puede tardar entre 5 a 10 días. Si se tratase de un
cadáver, este tiempo puede variar, aún más, dependiendo del momento
en que este empiece a flotar. (Se sabe que un cadáver, en el agua salada
del océano, en un principio se hunde, luego cuando este empieza a
descomponerse, entonces flota) es cuando empieza a ser arrastrado por
las corrientes. Es por ello que puede variar tanto el tiempo o la
velocidad y traslación del objeto. Por otro lado las corrientes y los
vientos predominantes, un objeto lanzado desde el lugar de los
acontecimientos podría llegar a una playa en un sitio comprendido entre
Puerto Píritu a Cabo Codera.
54

Rafael escuchó atentamente y se quedó pensando un rato. De repente llamó a


Carlos y le dijo:

-Carlos, prepare sus cosas mañana salimos para oriente, vamos a ver de
quién se trata ese ahogado.

En la vía a oriente sabes cuando llegas a Boca de Uchire cuando la selva se


baja y en su lugar aparece el espinoso cují, de vez en cuando roto por la
presencia de una que otra ceiba. Al pasar el Rio Unare, aparece de repente
salpicado de cocotales y quioscos de ventas de pescado frito. Allí está el
centro de salud. Hasta allí llegaron Rafael y Carlos, pasaron directamente al
despacho del director, quien los atendió rápidamente, en cuanto se
identificaron.

-¿En qué puedo servirles? Pregunto solícito.

-Estamos interesados en el cadáver que apareció ahogado, hace dos


días.

Le respondió Rafael.

-Ah, sí ¿y qué le interesa?

Interrogó el Director.

-Bueno, hay varias cosas, lo primero que necesitamos es la identidad, lo


segundo sería la autopsia, si es que ya la realizaron. Le indicó Rafael.

-Ni lo uno ni lo otro. Por aquí se presentó una comisión del CICPC
(Cuerpo de investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas) y le
tomó las huellas dactilares. Aparte de eso no tenemos ninguna otra
información.

Le dijo tajante el doctor.

-Bueno doctor, le agradezco envíe hoy mismo a ese cadáver a la morgue


de Barcelona, para hacerle la autopsia legal, es un asunto de seguridad
de Estado, cualquier duda la puede consultar directamente con el
Ministro. Concluyo la conversación Rafael.
55

Ya en el carro le indicó a Carlos, quién manejaba la camioneta Kia, que les


habían designado para su movilización.

-Vámonos para Barcelona, aquí ya no hacemos nada.

De inmediato tomó el celular, para hablar:

-Teresa, buenos días, soy Rafael. Estamos en Boca de Uchire. Necesito


que te comuniques, ahora mismo con el CICPC de Barcelona, ordénale
que te envíen urgente las huellas dactilares, del ahogado de Boca de
Uchire. Necesito que me lo identifiques en la brevedad posible, si tienes
algún problema me llamas inmediatamente.

-Está muy bien señor Rafael, inmediatamente me pongo en eso.

Rafael trancó y siguió su viaje. Fueron directamente al CICPC de Barcelona,


situada un poco más de 100 Km. De Boca de Uchire. Antes de las 11 am
estaban allá. Pasaron directamente a la dirección, donde los atendió una
secretaria, muy simpática.

-Buenos días Ministro, ¿En qué podemos servirle?

Venimos en una misión de Estado, queremos hablar con el director. Le


respondió Rafael.

Los pasaron de inmediatamente al despacho del director.

-Buenos días ministro, siempre a su orden. Soy el comisario Ledesma.

Manifestó el director.

-Comisario, lo que me trae aquí es un asunto de estado. Usted sabe de


los pormenores del atraco al ferri, si tiene alguna novedad o pista de
última hora, le agradezco me la haga saber. Le acotó Rafael.

-Caramba Ministro, la verdad que ese golpe tuvo que haberlo realizado
la gente de la CIA, por lo perfecto que lo planificaron, no dejaron nada
al azar. Nosotros hemos escudriñado todo ese barco y no hemos
encontrado nada que nos conduzca a una pista. De todas formas el
56

Director nos puso al tanto, de que cualquier novedad se la hagamos


saber a usted, de primera mano.

Estas palabras del Comisario llenaron de satisfacción a Rafael, quien


sonriendo le agradeció:

-Muchas gracias, Director. Por allí viene de Boca de Uchire un cadáver


de una persona que apareció ahogada. La enviarán directamente a la
morgue.
Quisiera me facilitara una comisión, para que nos acompañara hasta
allá, puesto que nosotros no conocemos donde queda.

De inmediato el Director contestó:

-Como no, estamos para servirle. Si piensan quedarse les puedo


solucionar lo del hospedaje.

-Es probable, de todas formas yo le avisaría. Deme su número directo


para informarle, mas tarde, nuestra decisión al respecto.

Dicho esto, Rafael anotó el número, se despidió y se marchó. En la puerta ya


lo esperaban 3 agentes.

-A la orden Ministro, el director nos asignó para lo que usted mande.

-Bien, vayan ustedes a con su vehículo, nosotros los seguiremos,


condúzcanos a la morgue.

Dicho esto, abordaron la Kia y siguieron a los agentes.

En la Morgue fueron directamente a la oficina del patólogo, al llegar allí una


asistente les informó que él no se encontraba, pero que estaba en el centro y
que ella lo localizaría de inmediato. A los pocos segundos apareció por el
pasillo el patólogo, parecía demasiado nervioso, ante una simple visita de unos
agentes del CICPC, era evidente que había reconocido a Rafael Montenegro.

-A la orden señores, soy el Doctor Contreras, Patólogo de esta morgue.


¿En qué puedo servirles?

-Doctor, hace 2 días apareció un cadáver, flotando en Boca de Uchire.


57

Todavía no le han hecho autopsia legal, esta mañana aun no había sido
trasladado a este sitio.

Más que una afirmación esto pareció un reproche. Por lo que el doctor
palideció aun más. Esto lo que hizo fue aumentar la suspicacia en Rafael.

En este mismo momento lo acaban de traer, ahora mismo le iba a hacer


la autopsia.

En la voz del médico, se notaba un ligero temblor, que Rafael captó. De


inmediato replicó:

-Doctor, por esta vez, vamos a confiar en su buen juicio, en cuanto


tenga un resultado, espero me lo haga saber.

Le dijo mientras le entregaba su tarjeta.

Al salir de inmediato llamó al director del CICPC:

-Comisario Ledesma, le habla Rafael Montenegro, el asunto por el cual


lo llamo es bastante delicado, por lo que le agradezco lo maneje con el
mayor tino. Necesito me ubique un patólogo en la morgue de caracas de
confianza, dígale al director que es de mi parte. Me lo envían de ser
posible mañana mismo aquí a Barcelona. Ah, lo del alojamiento, lo voy
a necesitar, dele instrucciones a su gente para que nos lleven allá.
Habló con autoridad Rafael, a sabiendas que todos los cuerpos de seguridad,
ya tenían que estar a su orden, por decisión presidencial.

-Entendido, señor Montenegro, alguna otra cosa.

Contestó de inmediato.

Por ahora no, llámeme cuando tenga solucionado lo del patólogo.

Seguidamente cortó y le dijo a Carlos quien conducía:

-sigue a la patrulla, que nos van a llevar a donde nos vamos a hospedar,
a lo mejor nos quedaremos un tiempo por acá.
58

Fueron conducidos a un cómodo apartamento en el morro de Lecherías,


exclusivo sector de Barcelona, Estaba amueblado de manera sencilla.
Contando con tres amplias habitaciones, un estar donde además del jueguito
de comedor había un pequeño escritorio con un teléfono fijo. Tenía un balcón
donde se podía apreciar una linda vista de los canales navegables, con algunos
hermosos yates.

-Creo que por hoy ha sido suficiente. Le dijo a Carlos, mientras se


dirigía a una de las habitaciones.

-Tengo la impresión, cada vez más fuerte, de que aquí hay algo y no
nos vamos a ir hasta saber de qué se trata.

Dijo mirando fijamente e Carlos.

-Yo pienso igual, ¿notó el nerviosismo del doctor?

-Sí y esa es una de las cosas que no logro entender, mañana es otro día y
por allí ya nos vienen refuerzos, que nos ayudarán a desenredar esta
Maraña.

Se despidió con un guiño, que Carlos aceptó con una sonrisa.

A la mañana siguiente, sonó el teléfono celular, cuando Rafael todavía se


afeitaba, reconoció la voz de Teresa que le decía:

-Señor Montenegro, no creerá lo que voy a decirle: Identifiqué al


cadáver, me costó bastante, pero lo logré, fue en la madrugada, su nombre es
Eliso Beltrán, de profesión chofer de autobús, domiciliado en Margarita. Pero
eso no es todo. Agárrese, el Señor murió cerca de Boca de Uchire, en un lugar
llamado Aguas calientes, donde además murieron los 25 pasajeros que
ocupaban esa unidad. La autopsia legal indica que todos murieron por
politraumatismos generalizados.

El corazón de Rafael dio un salto, mientras preguntaba:

-¿quién hizo la autopsia?

-Espere un momento, si por aquí esta, vamos a ver. Si aquí esta., es el


Doctor Fernando contreras, médico Patólogo de Barcelona.
59

-Luego hablamos gracias. Cortó mientras gritaba: Carlos termina de


arreglarte rápido, tenemos trabajo.

Salieron raudos en la camioneta Kia, Carlos noto que eran seguidos de cerca
por la patrulla con los 3 agentes. Al llegar a la morgue, se dirigieron
directamente a la oficina del Patólogo.

Rafael se adelantó y sin ni siquiera saludar preguntó:

-¿Doctor, ya le realizó la autopsia al cadáver de Boca de Uchire?

Titubeó un poco antes de contestar:

-Si, ayer mismo un poco tarde la terminé, fue por ello que no llamé.

Aja. ¿La tiene a mano? Preguntó impacientándose ante semejante


descaro.

-Por aquí la tengo. Dijo ya bastante nervioso. Dándosela de inmediato.

Lo que leyó Rafael lo dejó perplejo. Este médico le estaba entregando la


segunda autopsia que él le hacía al mismo cadáver y lo más grave era que en
ambas la causa de muerte eran distintas: Una por politraumatismos
generalizados y la otra por ahogamiento.

Rafael asumió un tono más autoritario y de inmediato manifestó:

-Doctor Contreras, queda usted detenido por el supuesto delito de


conspiración, falsear documento legal, por lo que le recomiendo busque un
abogado. ¡Acompáñenos! Si quiere hacer una llamada hágala de inmediato.

Salieron violentamente de la Morgue, ante la mirada atónita de los otros


médicos y ayudantes.

Pasaron directamente al despacho del Comisario Ledesma. Rafael le indicó a


Carlos que esperara allí en compañía del Doctor, mientras le hacía señas a
Ledesma para que lo acompañara.

Fueron a una oficina continua vacía, donde Rafael le manifestó:


60

-Caramba Ledesma, parece que al fin tenemos algo y le contó los


pormenores de lo que acababa de ocurrir.

El comisario lo observaba fijamente mientras Rafael le hablaba.

-¡que bolas! ¿Y ahora qué nos toca hacer?

-Continúa tú con el interrogatorio, presiónalo, ese está complicado hasta


la coronilla, vuélvele a decir sus derechos y si tiene un abogado, que lo
llame. En fin respétale sus derechos. Mientras tanto sácale lo que
puedas.

Cuando Rafael se disponía a salir del CICPC sonó su celular. Se oyó la voz de
Teresa que decía:

- Señor Montenegro, siéntese donde pueda, porque lo que le voy a


decirle es pura candela: Resulta que el cadáver del señor Eliso, es uno
de los 26 cadáveres, que viajaron en el mismo ferri, cuando este fue
atracado. Iba en uno de los dos camiones fúnebres, que nosotros no
revisamos porque los cadáveres estaban en un estado de putrefacción
tal, que el olor era insoportable.

-Ahora es que esto se está poniendo bueno. Dijo Rafael trancando de


inmediato.

- Carlos, recojamos nuestras cosas que volamos de inmediato a


Margarita, ahora la fiesta comienza allá.
61

CAPITULO VIII

Eran las 3 de la tarde cuando el avión aterrizó en el Aeropuerto Santiago de


Mariño, en Margarita, la brisa soplaba fuerte como es frecuente en las costas
de Las Antillas, presurosos bajaron Rafael y Carlos. En la base de la
escalerilla del Jet oficial, los esperaba una comisión del CICPC, encabezada
por Director de ese cuerpo en la Isla. Comisario Francisco Duarte. De
inmediato ordenó:

-Necesito un sitio donde hospedarnos, un lugar discreto,

El Comisario Duarte le manifestó:


62

-Ministro, perdón señor Montenegro, eso está resuelto, de una vez nos
dirigiremos al sitio. Se volteo para dar unas instrucciones a uno de los
agentes que los acompañaban.

De inmediato, Rafael añadió:

-Ah, además necesitamos un vehículo, que no llame la atención, que sea


común y corriente y no esté solicitado.

Eso también lo solucionamos esta misma noche. Concluyó el comisario.

Margarita, hermosa isla del Caribe, llamada con justicia La Perla de oriente,
Salpicada por doquier por hermosas playas y sobre todo dotada de gente
trabajadora y honesta, las cuales en algunas ocasiones se confunden con otras,
que vienen de paso y que muchas veces no son tan honestas.

En la vía a Juan Griego por la costa, existe una mansión que el CICPC, usaba
para reuniones y ocasionalmente hospedaban a personalidades especiales,
Situada en la cima de un malecón, tenía una hermosa vista hacia el mar, donde
se podía apreciar hermosos atardeceres, precisamente eso fue lo que
impresionó a Rafael, cuando llegaron acompañados del Comisario Francisco
Duarte.

-¡Esto es una belleza!.

Fue lo primero que alcanzó a decir, luego prosiguió:

-Quisiera Comisario, que nuestra estadía en la isla pasara con bajo


perfil. Le agradezco que no involucre a su personal en nada, no
queremos compañía de ninguna especie. Es un asunto de seguridad de
Estado, en su momento usted será informado, mientras tanto debe
guardar la máxima discreción. Por último quiero que traslade de
Caracas una brigada, digamos unos 30 hombres del grupo BAE
( Brigada de Acciones Especiales), hasta la isla, los mantenga en sitio
discreto, en alerta amarilla, pendientes de mis órdenes que les llegarán
en cualquier momento. Consiga 2 celulares nuevos, uno para usted y el
otro para mí, en adelante solo por allí nos comunicaremos, ¿entendido?

El Comisario Duarte, contestó en tono afirmativo, despidiéndose mientras


decía:
63

-Entonces, esta misma noche, yo mismo le traigo el Carro y el celular.

En la mañana siguiente, casi con el amanecer, vía Porlamar, ya se


encontraban, conduciendo el Toyota Corolla que la noche les había llevado el
Comisario Duarte. El Toyota Corolla, aunque un poco viejo, se desplazaba
raudo por la vía rápida, se notaba que estaba en perfectas condiciones
mecánicas. Llegaron al mercado de Conejeros, donde desayunaron, luego
pasaron al mercado en sí, donde compraron un ramillete de gladiolas rojas y
blancas. Fueron rápido al cementerio, donde seguramente les esperaba la
acción.

Hermoso cementerio, situado en las orillas de la autopista que conduce al


aeropuerto. Estacionaron a la vista de algunos guardias privados que no le
prestaron atención. Esto satisfizo a Rafael, quien quería pasar desapercibido.
Él y Carlos tenían la pinta de turistas, recién llegados a la isla, pantalones
bermudas y camisas floreadas. En el camino, observó la presencia de otros
guardias privados.

Pasaron directo a la oficina, donde se encontraba una jovencita sentada detrás


de un escritorio, quien los miraba esbozando una amplia sonrisa.

-Buenos días, dijeron los recién llegados.

-Buenos días, en que puedo servirles. Contestó la joven.

-Nosotros teníamos un amigo que fue enterrado recientemente en una


fosa común, se trata del grupo de margariteños que viajaban en el bus
donde murieron 25. Quisiéramos visitar la tumba para dejarle, como
testimonio de nuestro cariño, esta pequeña ofrenda floral.

Rafael habló pausadamente y aparentando una profunda emoción.

Ah, ya sé, sigan derecho y donde pueda cruzar, háganlo a la derecha.


Observarán del lado izquierdo un panteón en construcción, pasándolo
del mismo lado está. Dijo mientras esbozaba una hermosa sonrisa.

Fueron caminando, despacio para observar todo lo que acontecía a su


alrededor. A medida que se acercaban a la esquina vieron mayor cantidad de
guardias privados. Rafael notó que no eran oriundos de la isla, ni siquiera
64

hablaban español, se fijó cuando intentó leerle los labios desde la distancia,
probablemente lo hacían en inglés.

Ya en el sitio, se dio cuenta que eran observados con insistencia, lo


escudriñaban desde la distancia. A él, le llamó más la atención, el enorme
panteón que estaban construyendo, mientras colocaba las flores encima de la
fosa común. Era una estructura impresionante, que probablemente destacaría
sobre todas las demás. Estaba bastante adelantada su construcción, a pesar de
tener solo una semana de haber sido empezada. Tenían máquinas,
mezcladoras, gran cantidad de materiales y obreros trabajando. Se notaba que
estaban bastante apurados. Se volteó para decirle a Carlos:

-¡Vámonos! Tenemos que organizarnos.

Salieron rápido, abordaron el Toyota, siguieron hacia el aeropuerto, dieron la


vuelta en el próximo retorno, para regresar por la otra vía, que regresa al
cementerio, al llegar a la altura de este, doblaron a la derecha. Buscaban un
sitio donde pudieran observar la entrada principal, sin ser vistos. Localizaron
uno que se veía bastante bien, tenía sombra de un árbol, no había vecinos
cerca, además de poder estacionar el carro disimulado entre el follaje.

Una vez en el sitio, Rafael le hizo señas a Carlos para que se bajara,
diciéndole:

-Carlos espérame aquí, yo regreso en una o en dos horas. Pendiente de


quien sale y quien entra, cualquier cosa por insignificante que sea,
avisa al celular. Ahora es que empieza el verdadero trabajo de policía.

Carlos buscó un sitio con un buen ángulo visual, se sentó a la sombra de un


cují y se dispuso a esperar. Recordó que era día miércoles.

Como a las 11 de la mañana apareció el Toyota, por la entrada del camino de


tierra, se acerco rápido, el carro lo manejaba un extraño, por lo menos eso fue
lo que apreció Carlos. El Toyota le llegó al lado y el conductor le dijo:

-Carlos, ¡por favor ayúdame!.

-¡No puede ser, si es usted! Exclamo Carlos asombrado.


65

La imagen de Rafael Había cambiado radicalmente, de la calva no quedaba


nada, en su lugar tenía una canosa y despeinada cabellera, que no ocultaba el
sombrero de cogollo, viejo y raido. Ahora lucía una vieja braga con la
inscripción de la alcaldía, de color marrón, en la maleta abierta traía un carrito
con 3 ruedas para colocar la basura mientras se barre la calle. ¡El Ministro se
había convertido, en cuestión de horas, en barredor de calle!

-Bueno Carlos, menos mal que no me reconociste, en caso contrario no


me hubiera servido este nuevo look.

Rafael, estaba poniendo en práctica lo aprendido en el curso de camuflaje


realizado hacía bastantes años. Se bajó del carro y entre los dos bajaron el
carrito cilíndrico, con capacidad para colocarle una bolsa de basura y un
espacio detrás para colocar la escoba y otros enseres. Ahora ayúdame con lo
más delicado. Fueron a la parte de la cabina y del piso de la parte de atrás del
Corolla, fueron sacando y colocando en el interior del cilindro, provisto con la
bolsa, los siguientes artículos: Fusil Ultraliviano de fabricación rusa, la pistola
9 mm con sus correspondientes cacerinas, 3 granadas de mano tipo piña, cinco
cargadores para el fusil, un larga vista de visión nocturna, Pescado salado,
casabe y suficientes galletas. Sobre todo esto le colocó unas bolsas vacías, con
el objeto de ocultar su contenido.

De inmediato abrió la puerta del pasajero y de allí extrajo, un larga vista con
visión nocturna, Una cámara digital de alta resolución provista de teleobjetivo,
una bolsa con galletas y sándwiches de jamón y queso, una botella de agua
mineral de 1,5 Litro y un radio de onda corta, sacó otro de la guantera y dijo:

-Probemos estos y coloquémoslos en la misma frecuencia.

Hecho esto, agarró su carrito de barrendero y se marchó rumbo al cementerio,


mientras decía:

-Vengo como a las cinco.

Rafael pasó primeramente por la oficina, donde estaba la misma chica que lo
había atendido en la mañana. Esta vez no hubo sonrisa, solo una mueca de
desagrado cuando él entró sin saludar.

-Vengo de la Alcaldía para barrer las calles. Dijo mientras le entregaba


un papel con el logotipo de la Alcaldía.
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La joven lo único que le dijo fue:

-Esta bien, toda la calle es suya.

Rafael regresó a donde dejó su carrito, agarró su escoba y empezó a barrer.

Contó 8 guardias privados, todos con el tipo extranjero y hablaban inglés.


Realizaba su trabajo bastante despacio, dejaba todo completamente limpio, era
muy poco lo que avanzaba. Lo que realmente le interesaba era escudriñar toda
el área, metro a metro y a los vigilantes, a los cuales procuraba acercarse lo
máximo, para ver entre otras cosas sus equipos de comunicaciones,
armamento y otras cosas de interés. Esa rutina duró toda la semana, llegaba
temprano y se marchaba como a las cinco, cuando Carlos lo esperaba donde
siempre. No pasó nada extraordinario, gente trayendo flores, las dejaban en la
fosa común, algunas encendían velas, rezaban y se marchaban. El día jueves
se le acercó un obrero a l mientras comía un pedazo de pescado seco con
casabe.

-¿qué tal? Hace bastante calor. Le dijo mientras se sentaba a su lado.

-¿Cómo esta todo? ¿Quieres un poco de casabe con pescado? Le ofreció


Rafael.

-Está bien. Le respondió el obrero, mientras se sentaban a la sombra de


un guayacán.

Mientras comían Rafael aprovechó para preguntar:

-¿Para cuándo terminan eso?

-Gua, parece que para el otro sábado, los jefes están apuraos y el Lunes
traerán más gente.

Se despidieron sin saber sus nombres.

En la semana siguiente Rafael vio como esa gente construía ese panteón, a una
gran velocidad, era como si estuvieran apuradísimos en hacer la exhumación
de los cadáveres, para trasladarlos al panteón.
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El Domingo, no trabajaron, pero Rafael y Carlos estuvieron pendientes, daban


una vuelta en la mañana y otra en la tarde, solo observaban a los guardias
cuando pasaban por la autopista, vía a la casa que les quedaba relativamente
cerca. Aprovecharon el día para descansar y hacer algunas llamadas. El trabajo
se lo habían repartido, a Carlos le tocaba en la noche desde las 5 pm hasta las
6 am cuando llevaba a Rafael con su carro de basura y su arsenal de armas y
explosivos.

La semana siguiente fue semejante, la misma rutina, solo que los obreros se
multiplicaron, trajeron mármoles, Crucifijos, Vírgenes, santos y no podía
faltar Nuestro señor Jesús Cristo. Ya para el jueves estaba terminado, solo
remataban algunos detalles de pintura y colocaban una que otra imagen. Había
entablado amistad con Crispín, el obrero de la construcción, todos los días
almorzaban juntos y compartían el casabe y el pescado salado. Por él fue que
se enteró, que el panteón se terminaría el viernes y el sábado harían la
exhumación y el traslado de los cadáveres. Bueno parece que la fiesta será el
sábado.- Pensó Rafael.

El viernes al igual que todos los días, se fue a las 5 PM, salió con el carro de
basura, atravesó la autopista y se metió por el camino de tierra, donde lo
esperaba Carlos, fue cuando recibió una llamada de Teresa, quien le dijo:

-Comisario, le tengo noticias, imagínese que el cadáver de Boca de


Uchire no murió de ahogamiento ni de politraumatismos, fue asesinado
por envenenamiento, el Patólogo que usted envió lo confirmó. Ahora al
doctor Contreras lo están acusando, además de lo otro, por complicidad
en asesinato. Todo esto nos llevó al convencimiento, de que las bolsas
que en un principio pensamos se trataba del dinero, de lo que estaban
llenas era de cadáveres, todos envenenados, pobre gente, pero un
detalle, todas las bolsas eran idénticas a las originales que contenían el
dinero con el logotipo del Banco Central y el de PDVSA, resulta que los
únicos que sabían de estos sacos eran Rafael Ramírez y un tal Ricardo
Carrales, quien al ser interrogado, confesó su participación en el hecho.

-¡Qué barbaridad! ¿Alguna otra cosa?

-Por ahora no, Si hubiera algo lo llamo. -Se despidió y trancó.

Siguió caminando, hasta el carro donde lo aguardaba Carlos.


68

-¿Qué tal, señor Montenegro, cómo fue todo?

Oye Carlos, esto se está convirtiendo en una rutina, a la cual no estoy


acostumbrado, como que ya estoy viejo para estos trotes. Vamos, me dejas y
regresa, yo voy a darme un baño que me hace falta.

En menos de 15 minutos llegaron a la casa, Rafael se bajó rápido diciendo:


Cualquier cosa me avisas, creo que mañana tendremos fiesta.

Entró en la casa despacio, quitándose la braga la cual lanzó a un lado, siguió


directo al baño, de inmediato sintió el agua corriendo por su cuerpo, lo que le
produjo un gran alivio, estaba en lo mejor de ese placer, cuando sonó el
teléfono exclusivo. Carlos en línea pensó:

-Montenegro, tenemos movimiento, está llegando gente. Creo que el


baile está comenzando.

-Venme a buscar de inmediato.

Se empezó a poner la braga sucia, mientras llamaba al comisario Duarte:

-Comisario, alerta roja, avísele al comando, que a partir de este


momento, en cualquier instante actuamos. Espere mi señal. Siguió
maquillándose, mientras llegaba Carlos, casi terminaba cuando sintió el
cornetazo en la puerta y los pasos de Carlos que se aproximaba. Salió
para indicarle que lo ayudara con el carrito. Todavía era de día, pero ya
llegaba a su final. Lo montaron sin tomar en cuenta su carga explosiva.
Arrancaron mientras que Carlos decía:

-Llegó gente que no parecen obreros, más bien policías. Trajeron la


máquina y creo que van a exhumar los cadáveres.

Dale rápido ó nos perdemos la fiesta. -Dijo Rafael mientras se


acomodaba la peluca. Al llegar a la altura del cementerio le indicó que
no entrara al camino de tierra.

-En el retorno que viene, das la vuelta y me dejas a mí y al carrito,


donde no nos vean, cuando lo bajemos. Tú sigues y te estacionas en la
puerta, si alguien te pregunta le dices que estas accidentado. Suerte, la
vamos a necesitar. Cuando llegue el grupo BAE, indícale donde se van a
69

ubicar sin ser detectados, usa esos matorrales que están adelante, pronto
estará más oscuro. -Dicho esto se detubo en el sitio indicado y bajaron
el carrito.

Tomó le pistola 9mm y una granada de mano del cilindro del carrito y los
guardó dentro de los bolsillos de la braga, uno a cada lado. Siguió caminando
y logró entrar pasando por el lado de un guardia, no le dijo nada. Otro guardia
corrió hasta él y antes que dijera algo, Rafael le gritó:

-Voy a guardar este carro, ya que no me vinieron a buscar.


Llegó a la esquina, y dobló ante la mirada impasible de otros guardias, esto
tranquilizó a Rafael, pensó que había pasado la parte más difícil. Pasó por el
frente del Panteón y observó la maquina, sacando toneladas de tierra. A lo
lejos se escuchaba el rumor de un helicóptero que se aproximaba. Siguió
caminando sin que nadie le prestara atención. A unos metros se detuvo a un
lado de la calle, dejo el carrito y se metió detrás de unos matorrales.
Empezaron a sacar urnas, unas detrás de otras, todos con mascaras antigases,
Rafael pudo ver claramente lo que estaba esperando. ¡De las urnas estaban
sacando los sacos, con el logotipo del Banco Central!

¡Coño¡ ¡ Allí está el dinero!

De Inmediato llamó al comisario:

-Comisario Duarte, Actúe, mande al Grupo BAE al cementerio nuevo,


allí los espera el Comisario Carlos, el les indicará las posiciones a
tomar, ¡Urgente, por favor!

El rumor se volvió estruendo, cuando el helicóptero se aprestaba a aterrizar,


con sus faros que alumbraban a todo aquel que se moviera, Rafael sé
resguardó, aun mas de la vista de los guardias, que estaban más pendientes del
helicóptero que de otra cosa, cuando piloto fue a posarse justo al lado del
carrito de barrer de Rafael, el cual, ante el torbellino producido por las hélices,
rodó por suelo conjuntamente con su cargamento de armas y explosivos. Esto
fue observado primeramente por un guardia, quien corrió directo hacia él. Ese
fue el primero en volar por los aires con todo y carro, puesto que Rafael Había
entrado en acción, primeramente con la granada de manos. Corrió para
internarse más en la maleza, en el medio de una lluvia de balas. Experto como
era en camuflaje, se escondió donde no podía ser detectado, a menos que
alguien lo pisara.
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Se formo “la San Pablera”, El grupo BAE que estaba llegando, al oír la
explosión, entraron en acción comandados por Carlos. Fueron directamente
contra los vigilantes que se encontraban en la puerta. Prácticamente fueron
acribillados, ya que no esperaban esa acción y estaban pendientes de la
explosión que se oyó adentro. Plomo cerrado por todas partes. El grupo BAE
avanzaba con pocas bajas, provistos de cascos y chalecos antibalas.

Luis Cesti le hizo una seña al piloto del Helicóptero, para que lo esperara,
Corrió hasta donde se encontraban los sacos con el dinero, tomó uno por el
atado y lo arrastró hasta el helicóptero, de inmediato hizo un esfuerzo y logro
subirlo al mismo. El piloto tomó altura y se perdió en el horizonte, ante la
mirada impotente de Rafael. Al cabo de media hora el grupo BAE había
tomado control de la situación. En total habían doce muertos de los
Vigilantes, seis heridos, que ya estaban siendo atendidos en el sitio.
Aproximadamente seis habían logrado huir y estaban siendo rastreados por
entre las tumbas por los integrantes del Grupo BAE. Todavía se escuchaban
ráfagas de ametralladoras. Rafael en su refugio, tomó el teléfono rojo que
siempre cargaba, repico como 4 veces, cuando contestaron, dijo:

-Presidente, misión cumplida. Solamente perdimos un saco con 200


millones de Dólares, todo lo demás se recuperó. Tenemos pocas bajas.
Luego le informo.

Dijo cortando inmediatamente.

En el Palacio de Miraflores, el Presidente esperaba a Rafael Montenegro y a


Carlos Martínez, fueron condecorados en sencillo acto, donde no estuvo la
prensa, El presidente les agradeció por su labor prestada en servicio a la
Patria. A Carlos lo ascendieron y le dieron un mejor cargo.

Cuando iban a salir el presidente le hizo una seña a Rafael Montenegro para
que esperara, fue así que ambos despidieron a Carlos deseándole suerte en su
nueva posición.

El presidente se sentó, mirando fijamente a Rafael y diciendo:

-Bueno Rafael, sabía que no me fallarías, tienes tu cargo a la orden.

Rafael Montenegro, se quedó pensativo un momento, luego indicó:


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-Presidente, quisiera tomar descanso allá en Barinas, luego como


siempre estaré a sus órdenes. Por otro lado, me duele bastante haber
perdido la cantidad de 200 millones de Dólares. Imagínese lo que se
puede hacer con ese dinero.

Dicho esto el presidente sonrió comprensivo, luego dijo:

-Nosotros, decidimos la operación en conjunto. Ahora yo, asumí la


responsabilidad de elaborar un plan “B”. El cual no era otro que enviar
los cinco Mil Millones de Dólares por vía aérea y no por el Ferri,
porque sabiendo cómo son los gringos no se la podíamos poner tan
fácil, buscamos esos 5000 Millones con un agente infiltrado, nos
costaron muy poco, eran falsos, aunque muy buenos, solo podían ser
detectados por expertos, por lo de los seriales. En fin, pensábamos que
los lingotes podían ser enchapados, por lo que no podíamos irnos de
bruces. Con todo esto lo que quedó demostrado es que “tigre no come
tigre”. Pero, con eso de salirnos del área de influencia del Dólar, lo que
hicimos fue perder una cantidad de vidas humanas. De todas formas, de
haber resultado todo normal, allá teníamos los Dólares auténticos, para
hacer la operación. El pez gordo que se escapó, se llevó la carnada en la
boca, la cual es la bolsa de Dólares falsos. Si se le ocurre cambiarlos en
Europa, va a tener serios problemas, que le harán pagar todos sus
crímenes, con muchos años de cárcel.

Rafael estaba meditando, como midiendo lo que diría:

-Caramba Presidente, Con razón dicen: Que usted no da puntada, sin


dedal.

Anclado en la costa de Juan Griego, hermosa bahía de la isla de Margarita se


encontraba Jennifer recostada en la baranda de la borda del Zumaque I. todos
los turistas que habían subido a bordo en la travesía por El Caribe habían
descendido y también las mujeres, que Luis había invitado previamente para
amenizar la fiesta en alta mar, realmente fue una celebración sin límites, con
excesos de toda clase , al final, en la cubierta del yate se podían observar los
restos de fiesta: botellas, vasos, copas rotas y residuos de comida. Aunque no
participó personalmente, manteniéndose al margen, por disposición de Luis,
pudo observar desde la cubierta superior la especie de orgía que se armo con
la llegada de esos turistas. Licores, mujeres, comida y aperitivos de todas
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clases. Deben de tratarse de algunos ejecutivos muy importantes. Solo le


llamaba la atención y la intrigaba la forma tan repentina como habían llegado.
En fin ya se lo preguntaría a Luis.

Ya había anochecido, pero todavía quedaban algunos hilos de oro y plata


como restos de un hermoso atardecer, de esos que solo se pueden apreciar en
Juan Griego, famoso precisamente por eso. En la lejanía apareció un punto
luminoso que fue creciendo rápidamente. Luis bajo raudo haciéndole una
señal al Capitán para que levara anclas y tomara rumbo al Norte. De inmediato
le indico a Jennifer que lo esperara en el camarote.

En Berna, Suiza, Luis Cesti, como siempre elegantemente vestido, rodando


una finísima maleta de cuero, entró a la entidad bancaria donde tenía su cuenta
seriada. Acompañado de la hermosa Jennifer. Fueron directamente donde el
Sub Gerente, diciéndole:

-Aquí le traigo unos Cincuenta millones de Dólares, deposítelos en mi


cuenta, La Semana que viene les Traeré otros Cincuenta y así hasta
completar doscientos.

-Espere mientras los cuento y le elaboro los recibos. -Dijo el diligente


empleado.

Seguidamente procedió a contarlos valiéndose de una máquina de contar


billetes. Cuando terminó, tomó una paca de cinco mil Dólares, diciéndole,
mientras se la mostraba:

Espéreme acá, voy a hacer una última inspección con esta muestra y
regreso en un momento. -Saliendo inmediatamente a una oficina
adjunta.

Seguramente va a verificar si se trata de billetes auténticos, al fin y al


cabo estos bancos suizos son tan estrictos con el efectivo y sin embargo,
con las trasferencias bancarias, son tan permisivos, que no les importan
de donde provienen, aunque se trate de fondos obtenidos del
narcotráfico o de la corrupción. En fin, por algo les dicen: Paraísos
Fiscales.- Pensaba Luís, mientras aguardaba.

Pasaba el tiempo y el Sub Gerente no regresaba. Ya empezaba a desesperarse,


cuando el empleado del banco irrumpió en la oficina, acompañado de dos
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agentes de policía, un inspector con traje negro y un rostro muy serio, quien de
inmediato dijo:

Señores ¡Quedan ustedes detenidos por tratar de Timar al Banco Suizo


con Dólares falsos, les agradezco nos acompañen! Seguidamente los
esposaron y se los llevaron, ante la protesta inútil de Luís y la mirada
incrédula de Jennifer, quien había adquirido súbitamente una sorpresiva
expresión de terror.
FIN

CONTRAPORTADA

Uno de los dos turistas que se encontraban en la cubierta inferior se agachó,


como si se fuera a amarrar las trenzas de los zapatos: El otro sin dejar de de
usar la cámara filmadora le hizo una especie de cortina, para obstaculizar la
visión de Francisco Pérez, quien de repente había adoptado una posición de
alerta, ante los recientes movimientos. Segundos fue lo que necesitó el
supuesto veraneante para abrir el maletín y extraer del mismo un lanza misil
cargado, apuntar directamente a la cabeza de Francisco Pérez, quien se
encontraba mirando asombrado.

-¡Mierda, esa marica me va a disparar con esa cosa!


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Se lanzo de cabeza escalera abajo, justo a tiempo para ver pasar el misil sobre
si. Sintió una explosión detrás, cayó al nivel inferior, en medio de una lluvia
de vidrios y objetos rotos. Pensó:

-¡Coño, de la que me salvé!

Levantó la cabeza, abriendo dificultosamente los ojos, solo para darse cuenta
de los dos pies que estaban justo al frente y al levantar la vista pudo ver
claramente el oscuro cañón de la 9 mm, que le apuntaba al medio de los ojos.

-¡Ahora si es verdad que pelé bolas!

Eso fue lo último que pudo decir antes de que le volaran los sesos.

MIS COMENTARIOS:

- DEBES ESTRUCTURAR MEJOR LAS HISTORIAS, LOS


ARGUMENTOS.

- BUSCA SINÓNIMOS PARA QUE LA REDACCIÓN SEA MÁS RICA.

- DELINEA MEJOR LA PSICOLOGÍA DE LOS PERSONAJES.

- AUNQUE EN EL ESCRITOR SIEMPRE VA A INFLUIR DE ALGÚN


MODO SU SUBJETIVIDAD, PROCURA QUE NO SE TE VAYA LA
MANO PARA UN SOLO BANDO.

- NO OLVIDES QUE ESTO NO ES UN PANFLETO. ES UNA OBRA


DE ARTE QUE TIENE QUE ATRAPAR, ENGANCHAR.

- DELINEA MEJOR LOS CLIMAX. REVISA LA DRAMATURGIA.


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- BUSCA PUNTOS DE GIRO INESPERADOS, QUE NOS


SORPRENDAS.

- NO SOY EXPERTO EN LA MATERIA, POR ESO TE SUGIERO QUE


CONTACTES CON UN BUEN NOVELISTA QUE ESTÉ DISPUESTO A
AYUDARTE.

- CREO QUE TIENES EN LAS MANOS UNA BUENA OBRA, SOLO


HAY QUE PULIRLA.

- HERMANO ESPERO QUE NO SE ME PONGA BRAVO POR LO


QUE TE SUGIERO MUY HUMILDEMENTE.SALUDOS:

ALBERTO CORDOVÍ BENÍTEZ.

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