En especial para pacientes pre- contemplativos, aún cuando se pueden usar en cualquier momento de la entrevista. Ninguna de dichas estrategias es mágica. Se pueden combinar. Ser en exceso NO directivo puede dejar confundido e indeciso al paciente.
Como mínimo, el consejo debe:
1) identificar claramente el problema o el área problemática.
2) Explicar por qué el cambio es importante, y
3) Recomendar un cambio específico. Proveer a la
persona con estrategias alternativas concretas para cambiar, le puede ayudar a seguir el curso del cambio recomendado. Todo aquellos (prácticos) que pueden interferir con el cambio. Ej: con quien dejo a los hijos, no tengo $ para viajar, dificultad de acceso a los edificios, horarios de la atención. Analizar las alternativas que existen. o Los obstáculos actitudinales por ejemplo temor al cambio por percibir consecuencias negativas o impedimentos para acceder a oportunidades o beneficios deben abordarse a través de una intervención más cognitivas y de información. En general a las personas no les gusta que se les fuerce al cambio (resistencia normal), porque perciben amenazada su libertad. La motivación aumenta cuando existe la percepción de poder elegir. Por tanto el consejero debe ayudar a sus pacientes a sentir la libertad (responsabilidad) sobre el cambio. Mostrarle alternativas. Identificar los incentivos que el paciente percibe como positivos para mantener la conducta presente o mantenerse ambivalente.
Cuando se aclaren esos incentivos, el terapeuta
puede buscar alternativas para disminuirlos, anularlos o compensarlos.
La simple reflexión racional sobre la necesidad
de un cambio no será suficiente. Importancia de actitudes: calidez, respeto, apoyo, cuidado, preocupación, comprensión empática, el compromiso y el interés activo. A veces las personas no consiguen cambiar porque no reciben suficiente información sobre su situación actual. Una tarea motivacional del terapeuta es proporcionar un feedback sobre la situación actual y sus consecuencias o riesgos. El feedback por sí solo, no es suficiente para precipitar el cambio.
Se debe comparar la situación presente con las metas del cambio.
Estas deben ser realistas
y alcanzables de lo contrario no hará nada por el cambio. Esto significa estar interesado por el proceso de cambio de su paciente. Si bien el cambio lo decide el paciente, el terapeuta puede influir en su avance. Por ejemplo, un paciente no acude a una sesión. En un enfoque de ayuda activa se preocuparía por saber el motivo e la ausencia. Este rol de «facilitador» en ningún caso potencia el comportamiento problemático.