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plástico.
La práctica artística es, ante todo, el enriquecimiento
De un modo verdaderamente elevado de humanidad
Hegel
Profesor Leonardo Rivera Bernal, artes plásticas, 2003
Al ubicarnos dentro del marco de la educación profesional del artista, surge una
inquietud siempre presente, pero rara vez resuelta, ¿cómo establecer los
referentes metodológicos para generar y orientar proyectos de creación artística
originados por los estudiantes de arte?.
La misma escuela de formación artística ha generado modelos divergentes
sobre su enfoque y metodología; así, es posible encontrar el modelo que
conserva la formación centrada en la forma y la técnica como bases de la
esencia del artista, modelo propio del siglo XIX; y, simultáneamente, encontrar
una formación centrada en el desarrollo conceptual de la potencial producción
artística, modelo generado en el siglo XX. En ambos ámbitos de formación de
artistas se exige una producción sistemática de proyectos por parte de los
estudiantes, sin embargo, el modelo metodológico que orienta dichos trabajos
sigue muy anclado en un modelo positivista, además distorsionado, más propio
de las ciencias naturales.
Este anclaje se manifiesta en la manera como se orienta la formación
metodológica del futuro artista, mostrándole un modelo empobrecido en el cual
la metodología investigativa es sinónimo del informe investigativo escrito; donde
investigar se reduce a rellenar ese formato de informe, pero sin ninguna
apropiación sobre el espíritu investigativo, ni la pertinencia de su método en el
proceso creador plástico. Esta situación, afortunadamente, no se generaliza
por que algunos estudiantes sí logran apropiar tales conceptos.
Antecedentes
Ya se ha expuesto que la búsqueda de una metodología artística no es nueva,
como tampoco es nueva esa morbosa insistencia en distanciar arte y ciencia.
Quizás es justo precisar que el modelo metodológico no puede generalizarse en
ambos espacios de saber, pero esto no niega la opción de configurar una
metodología de investigación que permita apoyar y enriquecer los procesos de
creación artística.
La sistematización y disciplina de los procesos de creación ya se puede percibir
en los modos de trabajo de los grandes maestros renacentistas, a su vez, la
rigurosidad teórica y analítica que acompaña la producción artística de finales
del siglo XIX también es muestra de ello. De igual modo, la creación de
manifiestos propios de los movimientos artísticos de principios del siglo XX
consolida esa búsqueda teórica, y esta sistematización metodológica con miras
a una configuración formal específica.
3
Tarabukin, Nikolai. El último cuadro. Gustavo Gili, Barcelona, 1977
4
Read, Herbert. Imagen e Idea. Fondo de cultura económica, México, 1957, pp 12-13
superiores que constituyen la cultura humana. Hipótesis atrevida pero que fue
validada desde sus textos.
Objeto y referentes
Considerados algunos aspectos donde la metodología de investigación ha sido
parte de la reflexión sobre el arte, es preciso exponer la propuesta que busca
configurar un método que sirva como herramienta académica para la
producción de obras, hechos estéticos, hechos visuales.
Para establecer los elementos de la propuesta es necesario aclarar que el
modelo propuesto se establece como un modelo ecléctico, y su procedimiento
metodológico es fundamentalmente emergente. Ello debido a la complejidad
misma del objeto de investigación que le compete: el arte, y por supuesto
debido a la complejidad implícita en el mismo.
Propuesta metodológica
Para el modelo se parte de una concepción de investigación desligada del
sentido de lo científico, concentrándose en considerarla como aquellos
procesos gobernados por un método validado intersubjetivamente al interior de
una comunidad o disciplina, orientados hacia la producción de conocimiento, y
en ocasiones, de teoría.
También resulta esencial establecer la pertinencia de desarrollar un espíritu
investigador, caracterizado por ser inquieto y desear inquietar, mostrando a
otras personas el lado oculto de las cosas. Este espíritu permite preferir la
incertidumbre a la certeza, hacer preguntas a responderlas, y duda de las
propias respuestas. Como es evidente este espíritu debe desarrollarse como
parte de la formación del creador investigador, y es inherente de la persona-
creador.
Para que el modelo adquiera validez es esencial el desarrollo de las actitudes
personales en el artista, estas permitirán asumir la disciplina y la
responsabilidad que son aspectos fundamentales del proceso de creación.
Como un elemento relacionado con el desarrollo de una actitud metódica e
investigativa, el artista debe desarrollar una sensibilidad hacia las cualidades,
recordemos que el enfoque general metodológico es de carácter cualitativo;
dicha sensibilidad permite advertir las cualidades matizadas del objeto de
6
Rodríguez, gregorio y otros. Metodología de la investigación cualitativa. Aljibe, Malaga,
España, 1996, pp 35-39
investigación. Las cualidades mencionadas son aspectos del mundo que
habitamos o productos de nuestra imaginación; allí cabe la propuesta de Eisner
sobre la necesidad de tener un “ojo ilustrado”, es decir, desarrollar la capacidad
de ver en tanto experimentar cualidades, con miras a consolidar un carácter
interpretativo.7
Dicho carácter se manifiesta en la aptitud para explicar el por qué se ocupa un
lugar con algo, o, el tipo de experiencia que se mantiene con la situación
estudiada. Lo cual origina un significado, el cual sería la motivación y cualidad
de la experiencia, en la situación estudiada.
Sobre este aspecto de la experiencia Dewey hace una aclaración pertinente a
nuestra propuesta en su obra Art as experience(1934): “el problema que
tenemos entre manos puede ser concretamente dibujar una distinción entre
expresión y afirmación. La ciencia afirma significados; el arte los expresa…la
expresión como distinta de la afirmación, hacen algo diferente para dirigirnos
hacia una experiencia: la constituyen”8.
7
Eisner, Elliot. El ojo ilustrado. Paidós, Barcelona, 1998.
8
Dewey, John. Art as experience, Minton, New Cork, 1934; citado por Eisner, op.cit. p. 47
Para lograr este nivel es preciso partir de una toma de contacto con la realidad
contextual que origina el objeto investigativo, con lo cual se presenta la
necesidad de partir de unos antecedentes históricos que lo definan y ayuden en
el proceso de su delimitación (en otros términos, a su solución).
El problema interpretativo, que es la base de todo este método, debe apoyarse,
a su vez en la teoría, que servirá de base para convertir los conceptos, del
objeto, en sí mismo, en lo que el mismo pueda ser. Con esto la teoría
trasciende su condición de sistema conceptual clasificatorio superior,
transformándose en una base reflexiva flexible y dinámica. La teoría opera
como tamiz sobre el tipo y cantidad de información que permitirá expresar el
objeto elegido.
“El sentimiento que experimentamos al contemplar un cuadro, no se puede distinguir del cuadro
ni de nosotros mismos. El sentimiento, el cuadro y nosotros mismos estamos reunidos en
nuestro misterio” Rene Magritte.