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La obra del escritor Javier Cercas (Cáceres, 1962) se caracteriza desde los comienzos
novelas y relatos breves hay una constante recurrencia a la literatura para crear literatura, una
tension entre el creador en cuanto a ser humano que habita en la realidad extraliteraria, y el
a partir de la realidad, pero tambien se plantea el camino inverso: a crear la realidad con
ayuda de la ficcion.
Este estudio trata de exponer las bases de lo que el propio autor denomina “relato
real”, con posibles definiciones y ejemplos en alguna de sus novelas. Asimismo, se centrará
para este cometido en la obra Soldados de Salamina (2001), pues puede considerarse la
espacio titulado “La crónica”. Cuando algunos de los artículos aquí publicados fueron
recogidos en un libro an el año 2000, el escritor modificó su título por el de Relatos Reales.
En el prólogo, él mismo explica las razones para tal oxímoron, pues así lo concibe:
Las [crónicas] mías [...] acaso puedan leerse, una a una, como relatos. Como
relatos reales [...], porque se ciñen a la realidad. [...] En rigor, un relato real es
traicionarla. Todo relato parte de la realidad, pero establece una relación distinta
veces la primera operación [...]. Por vez primera he ensayado ahora la segunda.
El “relato real”, según lo anteriormente señalado, abarca todo escrito conectado con la
realidad que se mantiene de alguna manera en la esfera de lo real, incluso una vez escrito,
Las dos obras subsiguientes a Relatos Reales son Soldados de Salamina (Barcelona:
clasificadas con este nuevo marbete. Soldados de Salamina pone en práctica la teoría vertida
coinciden plenamente, o hasta lo que el lector conoce, con aquellas del propio autor,
comenzando por la identidad. Ambos se llaman Javier Cercas, escriben en un periódico, han
publicado previamente dos novelas que llevan por título El móvil y El inquilino, y se
entrevistan con el escritor Sánchez Ferlosio, quien les narra el célebre episodio del que nace
el argumento de la obra. Los dos escritores, viéndose interesados por tan curioso caso, no
pueden por menos que llevarlo al papel sin tener la intención e escribir una novela al uso,
sino una especie de escrito que grabe la realidad de los hechos. El personaje principal, tras
plantea escribir un reportaje opuesto al ala política de este escritor, de los nacionales. Así, la
curiosa anécdota de la caída y casual salvación de Sánchez Mazas, uno de los principales
publica en el periódico. Tras este artículo, el periodista prosigue sus indagaciones y crea —
paulatinamente y a partir de los hechos reales acaecidos en un lugar, época y a una persona
Tras las primeras pesquisas, autor y personaje contactan con Miquel Aguirre,
personaje ficticio y real, quien les proporciona más información y les da el impulso definitivo
para escribir seriamente sobre el suceso. Por si fuera poco, el escritor chileno Roberto
Bolaño —que vemos en la parte tercera de la novela— es otro de los personajes tomados de
como en la citada novela. El protagonista se presenta como narrador y autor de la misma obra
que el lector está leyendo. Así, a pesar de que nunca se diga su nombre, ciertos factores
inducen a pensar que se favorece su identidad con la personalidad real de Javier Cercas, en un
nuevo juego metaficticio que forma parte de la poética del escritor extremeño.
Anterior a estas dos novelas es El inquilino (1989)i tiene en germen alguno de los
rasgos que caracterizarán el “relato real” —i.e. el protagonista, Mario Rota, trabaja como
accion se desarrolla en Illinois, lugar donde el escritor real llevo a cabo cursos de posgrado.
el escritor no tiene conciencia de estar escribiendo un “relato real” como tal, a pesar de que se
novelista que se propone escribir una obra perfecta en todos sus términos y que, a causa de su
necesidad de llevar a la ficción las circunstancias que lo rodean, acaba influyendo en ésta
para volcarla de lleno en aquélla. Se trata de una nueva combinación de los lindes reales y
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Cercas. El periodista portugués Nei Duclós, en su artículo “Crime e castigo”, compara esta
No livro russo, o assassino queria ajudar a própria familia e era contra a velha
judia usuraria que explorava suas vítimas. Na novela espanhola, o motivo era
Por otra parte, El vientre de la ballena, que sale a la luz en 1997, narra el engaño de un
hombre a su esposa y la vida posterior del primero. Probablemente constituya ésta la novela
que menos ingredientes posee del “relato real”, ya que el único parecido encontrado puede
de novelas, con lo cual guarda relación con El inquilino, pero no con el resto de su obra. Es
cierto que el factor onírico, presente en otras obras del autor, hace su aparición en un
hechos reales en la ficción, como será después algo normal en Cercas, como la
nombre:
veleidades literarias, que acababa de publicar un artículo sobre Baroja que por
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Diálogos de Salamina (2003) nace de una charla entre dos creadores que parten del
mismo argumento, por ello son ahora dos los autores, como ya se ha expuesto: David Trueba,
el director de cine que lleva Soldados de Salamina a la pantalla grande, y el propio Javier
Cercas. En él se hace referencia a las implicaciones que el “relato real” puede tener en una
película y de qué modo transformarlo en algo así como un film con esa caracteristica de lo
“real”.
Cercas se propone acceder a lo real desde la literatura. Se pretende llegar a ello desde
la memoria de un país y de sus ciudadanos, la historia vivida y narrada por sus protagonistas.
La imaginación de un autor puede tomar varias posturas o actitudes ante lo real, según
evitar, se rehuye, lo que provoca una visión incorpórea de la misma desde la obra artística.
Ésta puede equivaler al gesto adoptado por algunos escritores desarraigados de la posguerra
española, que crean un mundo de ilusión y fantasía que se aleja de su presente, aunque en
ocasiones dichas obras no sean más que fábulas y metáforas de lo que ocurre igualmente en
su país.
llegar al yo, bajando desde lo universal a lo individual. La tercera actitud se corresponde con
la de los autores que emplean netamente la realidad de su entorno inmediato para acabar
abstrayéndola y haciendo filosofía sobre ello —este es el caso contrario al anterior, en que se
realidad a pesar de observar sus restricciones, como ocurre en la novela realista y naturalista
del XIX.
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relación guardada entre imaginación autorial y realidad. La actitud imaginativa que asume
primer punto. Tampoco la tercera en un sentido absoluto, pues, si bien toma la realidad
cercana del personaje de Javier Cercas, escritor y periodista del siglo XXI, en su vida diaria,
no pretende llegar con ello a una filosofía, sino que es con el capítulo de la guerra civil con el
que busca alcanzar ese objetivo, no con los episodios vitales de Javier Cercas.
De resultas de esto, se llega a un plano más abstracto: al que ofrece la segunda de las
opciones descritas, aunque no la cumple exactamente, sino de una manera parcial, al igual
que ocurre con la sección tercera. La postura adoptada hacia la realidad parte del mundo, de
yo, sino que se interpreta que desea alcanzar una verdad moral, una filosofía. El “relato real”
Pero a su vez, lo que lo “real” de Cercas posee de novedad es que asimila modos de novelar
de este realismo entendido como imagen de la realidad, aunque cada tipo lo exprese de forma
La novela policíaca es una de ellas, pues está presente el objetivo de la búsqueda que
el protagonista debe llevar a cabo, el elemento de intriga, o las pistas que se le ofrecen al
lector para que vaya reconstruyendo su propia hipótesis. Tanto Soldados de Salamina como
La velocidad de la luz comparten este rasgo, del que carecen la mayoría de las narraciones
breves presentes en la colección del mismo nombre, pues es su incipiente “relato real” y
igualmente detrás de este concepto. Relatos reales es el primer libro que incluye este tipo de
literatura, mitad crónica, mitad cuento, en el que la ingente variedad impide una clasificación
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más exhaustiva. Y es precisamente el cuento uno de los ingredientes de este tipo de escritura,
como se vislumbra en el gusto por digresiones a raíz de la principal línea argumental, como
en la prensa. Un muchacho andaba por una calle del centro y de pronto vio una
brazos a una mujer. Volvió a entrar y esta vez sacó a un hombre. Luego entró
otra vez y sacó a otra mujer. [...] El muchacho [...] entró de nuevo. Y, claro, no
(Cantabella 2006) en especial la del tiempo de guerra, como ocurre nuevamente en Soldados
El acto de Zaragoza, [...] fue sólo una más de las numerosas intervenciones
guerra Ledesma Ramos, José Antonio y Ruiz de Alda, Sánchez Mazas era el
Por último, la metaficción se integra también en esta nueva forma narrativa, que se
halla tanto en Soldados de Salamina como en La velocidad de la luz. Así, la inserción del
propio autor en su obra, la mención de otras obras publicadas por Cercas anteriormente —que
coinciden con las que el protagonista ha escrito— son también habituales en sus novelas:
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Ocurrió hace tres años, pero no ocurrió por azar. Unos meses atrás yo había
la guerra civil española; salvo por su temática, no era una novela muy distinta
de mis novelas anteriores [...], pero, para sorpresa de todos y salvo escasas
luz: 153)
El narrador, a pesar de que trata de transcribir la realidad, es consciente de la ficción que crea.
Toda novela se escribe como ficción, pues “escribir es rescribir”, como expresa el propio
Soldados de Salamina [...] es una vuelta de tuerca “real” a la narrativa [...] Esta
cine de los años 60— en su tesis doctoraliii, con lo que no parece extraño que existan
coincidencias entre los dos autores. Lo que este escritor propone para su novelística y parte
literatura elementos reales sin ocultar su calidad de reales y sin disfrazarlos, simplemente tal
como acontecen.
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La influencia del periodismo es otro de los lazos que une a ambos escritores —y por
él afirma que tras su experiencia como escritor de crónicas se decidió por lo que vívidamente
sucede, sin más: “Me cansé de levantar tristes actas notariales de lo ya conocido o de lo
reconocible por reiterado y preferí escribir cosas que pasan en el momento en que pasan”
(Ibídem, p. 78). De hecho, cabría relacionar muy estrechamente el “relato real” con la
que su etiqueta, a su vez, no es nueva, sino que incluye un “género de géneros” (p. 156), que
Antonio Muñoz Molina es otro de los autores actuales que aseguran que lo que se
narra en novelas tales como Sefarad (Madrid: Alfaguara, 2001) es cierto. Igual que Cercas, lo
que Muñoz Molina busca alcanzar en su obra es el sentido de verdad que actúa por encima de
la realidad concreta, aunque para ello recurra a la ficción. A este respecto, la idea que se
Lo real, es por ejemplo, estar hablando con una persona y que me cuente una
historia que le pasó a su padre o real es llegar a una ciudad. La diferencia entre
En efecto, lo que Cercas plantea para la definición de su término tiene mucho que ver con la
verdad intrahistórica, los sucesos reales transmitidos oralmente acerca de proezas o extraños
acontecimientos que por algún motivo quedaron guardados en la memoria de una persona o
comunidad. Pero, ¿es posible relatar algo sin ser desleal al suceso mismo? El lenguaje es un
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sistema de signos que interpreta lo real, pero nunca en el modo en que ello aparece en nuestro
contexto y circunstancias: desde este punto de vista el “relato real” no existe ni cabe existir,
porque lo que se dice procede de una interpretación personal y siempre habrá por tanto algún
grado de invención. Robert Alter expresa a este respecto dos formas de deshacer la conexión
reducing everything to text. The other is to emphasize the nature of the literary
reality, whatever it may be, is inaccessible to the literary text because of the
A pesar de ser una postura un tanto extrema para lo que nos ocupa, es teóricamente imposible
verter un hecho real en narrativa. El contexto en que el “relato real” se inscribe consta de una
mismo estado que Cercas. Su sello poético está ya impreso en sus obras con el “relato real”,
pues autentifican su autoría. Y, podemos decir por extensión que, como dice Bolaño en una
ocasión (p. 166) acerca del relato de Javier: “Todos los buenos relatos son relatos reales, por
Aparte de que Javier escriba un “relato real” acerca de lo que ocurrió durante la
guerra civil y después descubramos que nosotros somos sus lectores, hay un hecho que
complica más si cabe el juego ficcional: la metaficción. Y el ejemplo que parece mas
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adecuado para este analisis es Soldados de Salamina, por ser la obra que podemos considerar
“patron” del “relato “real”. La novela que Javier, el protagonista, escribe es la que Sánchez
Mazas quería escribir, quizá orientada desde otro ángulo, pues se trataría de sus memorias,
pero acerca del mismo y curioso caso. Es, por tanto, una novela dentro de otra que aspira a
reemplazar una tercera —inexistente pero pretendida—, la del propio Sánchez Mazas. Así se
Sánchez Mazas nos dijo que iba a escribir un libro sobre todo aquello, un libro
cajas chinas o muñecas rusas. En primer lugar, Cercas nos advierte de que lo que está escrito
simple recibidor pasivo de información sin otra labor que la de absorber cuanto el narrador le
relataba, pasa ahora a ser el responsable de enlazar las piezas desordenadas, conectarlas. De
este modo, surge la idea de que probablemente la composición de la obra puede obedecer a
una excusa para mostrar lo que Cercas pretendía decir desde un principio: la literatura como
realidad. La idea, por fin, de la ficción como válvula de escape. En este caso, señala
modo que la relación de elementos se suceda hasta el infinito. Es decir, Cercas escribe la
novela Soldados de Salamina, en principio y en teoría ficción, que tiene como protagonista a
Javier, que a su vez decide escribir una novela acerca de lo que le está sucediendo en la obra
que leemos y que no puede ser otra que la de Cercas. Puesto que esto ocurre, la sucesión no
tiene fin: el protagonista de la novela de Javier es otro novelista cuya novela tiene como
Fue en el verano de 1994, hace ahora más de seis años, cuando oí hablar por
principio (“Fue en el verano de 1994, hace ahora más de seis años, cuando oí
hablar por primera vez del fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas”) hasta el
Soldados de Salamina es a la vez una metanovela y una novela que procura parecerse
a la realidad que se halla tras la narración de unos hechos, lo que resulta insólito a primera
primeramente aparece, sino que Cercas siembra aquí y allá la pregunta o el dato que
Por una parte, Javier forma parte de una novela, es su protagonista, pero por la otra,
alerta al lector de que lo que lee es real, no inventado ni tergiversado más que en ciertos
detalles nimios, donde trata de vincular lo que acontece con lo novelesco. En eso nos
basamos para afirmar la conciencia literaria de Javier, como ocurre cuando Bolaño le refiere
anécdota:
Fue allí [...] donde me contó la historia de Miralles. [...] el relato [...] no sólo
era verosímil, sino también [...] fiel a los hechos. Una vez corregidos los pocos
Son innumerables las ocasiones en que el narrador recuerda al lector que está siendo
el espectador del proceso de redacción de una novela, aunque no se desvele hasta el mismo
final que tal novela es la que ha estado leyendo desde la primera página. En las tres partes en
que se divide la obra, (“Los amigos del bosque”, “Soldados de Salamina” y “Cita en
Stockon”), tan sólo la segunda carece de referencias al libro en proceso de escritura, ya que
historia contada, pero de nuevo Cercas armoniza contrarios y exige un lector habitual de
por una obra metaficticia, donde las pautas del diseño de la novela se encuentran escondidas
lo que se conoce como realismo —o la tradición que busca mantener una ilusión de realidad
en literatura, que busca la mimesis. Con todo, la metaficción no está tan lejos de dicha
prueba de la arbitrariedad de los medios literarios, tal como lo demuestra Alter (1978: 239).
escritor, desde la tipografía y la separación de los capítulos hasta el mismo título que
entiende— que se hallan en Soldados de Salamina, tienen en común, como todo tipo de
que el lector vive, con las mismas ideas que el lector experimenta, los mismos
acontecimientos que presencia o de los que es sabedor. En contraste con esta idea se alza Ana
María Dotras, para quien toda obra de metaficción tiene como primera característica el
antirrealismo, pues se supone una reacción contra las convenciones y normas de la novela
realista —como Unamuno frente al realismo del XIX o Torrente Ballester frente al
pureza de la traslación de los hechos al papel, para acabar transformándolo al final en pura
ficción, un documento que se ficcionaliza en novela, un juego engañoso hacia el receptor que
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reta todo realismo, pues en ninguno cabe adscribirla preceptivamente. La complejidad que se
halla en Soldados de Salamina es más profunda que la aparente, pues en doscientas páginas
El “relato real”, pues, se puede entender como una pieza literaria que absorbe la
atmósfera o mundo interiorizado que procede de la realidad con el fin de mostrar la verdad
profunda, interna, que se halla también en la literatura y en el arte. Así lo afirma el propio
escritor cuando dice que le interesa más “decir cosas esenciales sobre la vida que recuperar
una faceta histórica o un personaje desconocido. [...] La literatura no sirve para crear belleza,
sino para decir la verdad” (Martín Cepeda 2006: 2). Y es esa verdad implícita la que permite
la perpetuación de la literatura.
Notas
i
Ernesto Ayala señala esta novela como una de las primeras novelas “de campus” españolas en su artículo
“Novela de sí mismo y del otro”, El País (19 de marzo, 2005) <http://www.elpais.es> [acceso el 25/05/2006]
(párrafo 4 de 5).
ii
Vid. Fernando Morán, Novela y semidesarrollo (Madrid: Taurus, 1971), p. 355; Manuel Vázquez Montalbán
(1991), “La novela española entre el posfranquismo y el posmodernismo”, en La rènovation du roman espagnol
depuis 1975 (Toulouse: Presses Universitaires du Mirail, 1991), p. 17; y Germán Gullón La novela como acto
Crema), p. 77 y ss.
iv
El artículo de Yvan Lissorgues “Algunos aspectos de la renovación de la novela española desde 1975”, en La
renovation du roman espagnol depuis 1975 (Toulouse: Presses Universitaires du Mirail. 1991), pp. 27-37,
Obras citadas
Alter, Robert, “Mimesis and the Motive for Fiction”, TriQuartely, 1978, 42: 228-249
<http://www.chron.com/disp/story.mpl/ae/books/reviews/2494357.html>
[acceso el 22/05/2006]
<http://outubro.blogspot.com/2005_07_01_outubro_archive.html> [acceso el
27/05/2006]
González Sáinz, J.A., “La obsesión y el secreto: los aciertos de Javier Cercas”, Letra
Gullón, Germán, La novela como acto imaginativo Madrid: Taurus, 1983, 13-28
du Mirail. 1991