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Vida y Obra de

“Alejandro Toribio Rodríguez de Mendoza


Collantes”
Nuestro compatriota nació en Chachapoyas 15 de abril de 1750, hijo de don Santiago
Rodríguez de Mendoza y Doña María Collantes.
Llamado “El maestro de los próceres”, porque formo a muchos peruanos que más
tarde destacaron en la lucha por la independencia del Perú.
Es considerado habitualmente un precursor ideológico de la independencia del Perú, y
lo es efectivamente en el sentido profundo de sembrador de ideas que, en su
desarrollo, conducirán a la independencia del Perú.
Destacó como estudiante brillante y obtuvo el grado de doctor en Teología en la
universidad Mayor de San Marcos.
Prosiguió sus estudios en el Seminario de San Carlos y San Marcelo de Trujillo, y a los
16 años, llevado por su vocación sacerdotal, llegó becado a la capital para quemarse
las cejas en el Seminario de Santo Toribio. Al mismo tiempo cursó estudios en la
Universidad de San Marcos, donde optó los grados de licenciatura y doctorado en
Teología. Para no creerlo. Contaba apenas 20 años de edad.
El tema de fondo para Toribio Rodríguez era el viejo tema de la discriminación
indígena, hoy llamado de la exclusión social, que pese a los años transcurridos, no se
resuelve hasta la fecha, y por estas coincidencias que suele otorgarnos la historia, es
justamente el departamento de Amazonas, y específicamente la comunidad de Imacita
de la provincia de Bagua, donde el 13/09/2011 se suscribió la Ley de Consulta Previa.
Para Toribio Rodríguez de Mendoza se preocupó también por la educación popular,
que sostenía que era y es el instrumento ideal para lograr la igualdad entre las
personas (indio, criollo, mestizo, blanco, etc.), a través de un proceso sostenido,
mediante reformas progresivas y no a través de la fuerza, la violencia o “ideas
revolucionarias”
En 1821 firmó el Acta de la Independencia del Perú y al año siguiente fue elegido
diputado del primer congreso constituyente.
Don Toribio Rodríguez de Mendoza, quien lamentablemente debido a su avanzada
edad y delicada salud, falleció en Lima, el 12 de junio 1825; sus restos reposan en el
Panteón de los Próceres en la misma ciudad. Murió sabiendo que el Perú era “libre e
independiente por la voluntad general de los pueblos”; sin embargo, nos dejó su
legado y la tarea de continuar bregando por la justicia social, la inclusión social, la
equidad e igualdad entre todos los peruanos, especialmente por los derechos de los
más necesitados y desprotegidos, entre los cuales se encuentran nuestros hermanos
nativos, indígenas y de los pueblos originarios.
Y para terminar estudiantes es bueno conocer parte de nuestra historia, y dentro de
ella de las personas que la forjaron, ya que a tan solo doscientos años de la
independencia nacional (1821- 2021), en que el Perú se prepara con justificado júbilo
para celebrar el Bicentenario; amemos a nuestro país y a su historia, para que sobre
esa base podamos defenderlo, obviamente ya no con las armas, ni con los cañones,
sino con nuestras ideas, nuestras propuestas, nuestra acción proactiva, con la sinergia
de pensamiento y de acción por parte de todos los peruanos; desde el flanco en que
nos encontremos seamos, ancianos, adultos, jóvenes, adolescentes y niños, tengamos
presente en nuestra mente que por nuestras venas corre sangre de aquellos hombres
que hicieron posible que el Perú se independice del yugo español. Hoy depende de
cada uno de nosotros construir un país para todos los peruanos con un verdadero
rostro social y humano.
Como se evidencia, luego de casi doscientos años, las ideas e ideales de don Toribio
Rodríguez de Mendoza, han cobrado vigencia en la agenda social, política y cultural
de la nación, ya que su cosmovisión y pensamiento futurista avizoraron un país en
democracia, con igualdad y justicia social.

¡Que viva Toribio Rodríguez de Mendoza!


¡Que viva amazonas!
¡Que viva el Perú!

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