Se define habitualmente mantenimiento como el conjunto de técnicas destinado a
conservar equipos e instalaciones industriales en servicio durante el mayor tiempo posible (buscando la más alta disponibilidad) y con el máximo rendimiento. A lo largo del proceso industrial vivido desde finales del siglo XIX, la función mantenimiento ha pasado diferentes etapas. En los inicios de la revolución industrial, los propios operarios se encargaban de las reparaciones de los equipos. Cuando las máquinas se fueron haciendo más complejas y la dedicación a tareas de reparación aumentaba, empezaron a crearse los primeros departamentos de mantenimiento, con una actividad diferenciada de los operarios de producción. Las tareas en estas dos épocas eran básicamente correctivas, dedicando todo su esfuerzo a solucionar las fallas que se producían en los equipos. A partir de la Primera Guerra Mundial, de la Segunda y sobre todo tras atravesar una grave crisis energética en el 73, empieza a concebirse el concepto de fiabilidad. La aviación y la industria automovilística lideran esta nueva corriente. Se desarrollan nuevos métodos de trabajo que hacen avanzar las técnicas de mantenimiento en varias vertientes: En la robustez del diseño, a prueba de fallos y que minimice las actuaciones de mantenimiento En el mantenimiento por condición, como alternativa al mantenimiento sistemático. Aparece el mantenimiento predictivo En el análisis de fallos, tanto los que han ocurrido como los que tienen una probabilidad tangible de ocurrir (fallos potenciales). Se desarrolla en Mantenimiento basado en Fiabilidad o RCM. El RCM como estilo de gestión de mantenimiento, se basa en el estudio de los equipos, en análisis de los modos de fallo y en la aplicación de técnicas estadísticas y tecnología de detección. Se podría afirmar que RCM es una filosofía de mantenimiento básicamente tecnológica. En el uso de la informática para el manejo de todos los datos que se manejan ahora en mantenimiento: órdenes de trabajo, gestión de las actividades preventivas, gestión de materiales, control de costes, etc. Se busca tratar todos estos datos y convertirlos en información útil para la toma de decisiones. Aparece el concepto de GMAO (Gestión del Mantenimiento Asistido por Ordenador), también denominado GMAC (Gestión del Mantenimiento Asistido por Computadora) o CMMS (Computerised Management Maintenance System). En la implicación de toda la organización en el mantenimiento de las instalaciones. Aparece el concepto de TPM, o Mantenimiento Productivo Total, en el que algunas de las tareas normalmente realizadas por el personal de mantenimiento son ahora realizadas por operarios de producción. Esas tareas ‘transferidas’ son trabajos de limpieza, lubricación, ajustes, reaprietes de tornillos y pequeñas reparaciones. Se pretende conseguir con ello que el operario de producción se implique más en el cuidado de la máquina, siendo el objetivo último de TPM conseguir Cero Averías. Como filosofía de mantenimiento, TPM se basa en la formación, motivación e implicación del equipo humano, en lugar de la tecnología. ¿QUE ES UN PLAN DE MANTENIMIENTO? Un plan de mantenimiento es el conjunto de tareas demantenimiento programado, agrupadas o no siguiendo algún tipo de criterio, y que incluye a una serie de equipos de la planta, que habitualmente no son todos. Tambien es el conjunto de tareas preventivas a realizar en una instalación con el fin de cumplir unos objetivos de disponibilidad, de fiabilidad, de coste y con el objetivo final de aumentar al máximo posible la vida útil de la instalación. Existen al menos tres formas de elaborar un plan de mantenimiento, es decir, de determinar el conjunto de tareas preventivas a llevar a cabo en la instalación: basarse en las recomendaciones de los fabricantes, basarse en protocolos genéricos o basarse en un análisis de fallos potenciales. Existen tres formas básicas de preparar el plan de mantenimiento de una instalación, es decir, de determinar las tareas preventivas que deben realizarse de forma periódica en ella: Basarse de las instrucciones de los fabricantes de los diversos equipos. Basarse en protocolos de mantenimiento por tipo de equipo. Basarse en el análisis de fallos potenciales de la instalación. Junto a estas tres formas puras, existen infinitas formas combinadas de elaborar el plan, basándolo parcialmente en instrucciones de fabricantes, complementándolo en mayor o menor medida con protocolos genéricos y por último incorporando instrucciones derivadas de los análisis de fallos que puede sufrir la instalación. En este artículo se repasan cada una de estas tres técnicas, indicando las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas. Plan de mantenimiento basado en instrucciones de fabricantes La primera de las técnicas para determinar las tareas que compondrán el plan de mantenimiento consiste en basar dicho plan de forma exclusiva en las instrucciones de los fabricantes. La elaboración de un plan de mantenimiento de una instalación industrial basándose en las instrucciones de los fabricantes es la forma más cómoda y habitual de elaborar un plan de mantenimiento. El hecho de que sea cómoda no quiere decir que sea sencilla, ya que en primer lugar hay que conseguir recopilar todas las instrucciones técnicas de cada fabricante, y esto no siempre es fácil. En segundo lugar, cada fabricante elabora sus instrucciones de mantenimiento en formatos completamente distintos, lo que complica en gran manera redactar un plan de mantenimiento con unas instrucciones en un formato unificado. Realmente, es la forma más extendida de elaborar un plan de mantenimiento. Y esto es así porque tiene dos grandes ventajas que es conveniente destacar: En primer asegura completamente las garantías de los equipos, ya que los fabricantes exigen, para el mantenimiento de dichas garantías, que se cumpla estrictamente lo indicado en el manual de operación y mantenimiento que ellos elaboran. En segundo lugar, y tan importante como el punto anterior, es que los conocimientos técnicos necesarios para elaborar un plan de mantenimiento basado en las instrucciones de los fabricantes de los equipos no tienen por qué ser altos. No se requieren conocimientos específicos sobre los equipos a mantener, ni se requieren especiales conocimientos sobre mantenimiento industrial. Tan solo es necesario copiar lo que los diferentes fabricantes de los equipos proponen, darles el formato adecuado, efectuar alguna pequeña corrección, y prácticamente eso es todo. Ambas razones convierten a los planes de mantenimiento basados en las instrucciones de fabricantes en la forma preferida por técnicos, responsables, responsables de mantenimiento y propietarios de plantas. Esta forma de elaboración, por supuesto, presenta algunos inconvenientes importantes que serán analizados al final de este capítulo, y que hacen que surjan otras formas de elaboración del plan que no tienen los mismos inconvenientes. Fases en la elaboración del plan de mantenimiento Las fases para elaborar un buen plan de mantenimiento basado en instrucciones de fabricantes son las siguientes: Elaboración del listado de sistemas que componen la planta. Determinación del formato homogenizado a emplear. Identificación de todos los equipos que componen cada sistema. Acopio de manuales de operación y mantenimiento de los equipos. Análisis de los manuales y extracción de las tareas de mantenimiento y las frecuencias de realización. Aportaciones de los técnicos de mantenimiento de planta. Determinación del mantenimiento legal e inclusión en el plan de las tareas que se desprenden de la normativa legal de aplicación. Determinación de la especialidad de cada tarea Recopilación del plan obtenido ASPECTOS PREVIOS A TENER EN CUENTA OBJETIVOS QUE SE PRETENDEN LA MEDICIÓN DE OBJETIVOS: LOS INDICADORES DE MANTENIMIENTO POLÍTICA DE EXTERNALIZACIÓN DE MANTENIMIENTO CONOCIMIENTO DE LOS EQUIPOS Y SISTEMAS DE LA INSTALACIÓN ESTRATEGIA DE MANTENIMIENTO TÉCNICA A EMPLEAR PARA LA DETERMINACIÓN DE TAREAS FORMATOS A SOFTWARE DE MANTENIMIENTO LOS MANTENIMIENTOS ‘ESPECIALES’ RESUMEN DE ASPECTOS PREVIOS A DECIDIR
PLAN DE MANTENIMIENTO BASADO EN INSTRUCCIONES DE FABRICANTES
La elaboración de un plan de mantenimiento de una instalación industrial, es decir, la
determinación del conjunto de tareas de carácter preventivo que es necesario realizar en la instalación basándose en lo indicado por los fabricantes en los manuales de operación y mantenimiento de cada uno de los equipos que la componen, es la forma más cómoda y habitual de elaborar un plan de mantenimiento. No obstante, presenta algunos inconvenientes graves que es necesario analizar antes de decidir basar el plan de mantenimiento exclusivamente en las recomendaciones de los suministradores. La elaboración de un plan de mantenimiento de una instalación industrial, es decir, la determinación del conjunto de tareas de carácter preventivo que es necesario realizar en la instalación basándose en lo indicado por los fabricantes en los manuales de operación y mantenimiento de cada uno de los equipos que la componen, es la forma más cómoda y habitual de elaborar un plan de mantenimiento. El hecho de que sea cómoda no quiere decir que sea sencilla, ya que en primer lugar hay que conseguir recopilar todas las instrucciones técnicas de cada fabricante, y esto no siempre es fácil. En segundo lugar, cada fabricante elabora sus instrucciones de mantenimiento en formatos completamente distintos, lo que complica en gran manera redactar un plan de mantenimiento con unas instrucciones en un formato unificado.
Realmente, es la forma más extendida de elaborar un plan de mantenimiento. Y esto es
así porque tiene dos grandes ventajas que es conveniente destacar: En primer asegura completamente las garantías de los equipos, ya que los fabricantes exigen, para el mantenimiento de dichas garan-tías, que se cumpla estrictamente lo indicado en el manual de operación y mantenimiento que ellos elaboran. En segundo lugar, y tan importante como el punto anterior, es que los conocimientos técnicos necesarios para elaborar un plan de mantenimiento basado en las instrucciones de los fabricantes de los equipos no tienen por qué ser altos. No se requieren conocimientos específicos sobre los equipos a mantener, ni se requieren especiales conocimientos sobre mantenimiento industrial. Tan solo es necesario copiar lo que los diferentes fabricantes de los equipos proponen, darles el formato adecuado, efectuar alguna pequeña corrección, y prácticamente eso es todo.
Ambas razones convierten a los planes de mantenimiento basados en las instrucciones
de fabricantes en la forma preferida por técnicos, responsables, responsables de mantenimiento y propietarios de plantas. PLAN DE Mto. BASADO EN PROTOCOLOS POR EQUIPO
LOS PROTOCOLOS DE MANTENIMIENTO
Determinación de las tareas Especialidad del trabajo Frecuencia Duración estimada Permiso de trabajo Equipo parado/en marcha Ejemplo de protocolo de mantenimiento Listado completo de los protocolos necesarios DESCOMPOSICIÓN DE LA PLANTA EN SISTEMAS LISTADOS DE EQUIPOS MANTENIBLES La estructura jerárquica de la planta Decisiones Criterios recomendados por RENOVETEC Ejemplo de listado de equipos APLICACIÓN DE PROTOCOLOS OBTENCIÓN DE LAS GAMAS DE MANTENIMIENTO REVISIÓN MANUAL DE LAS GAMAS OBTENIDAS MANTENIMIENTO LEGAL CODIFICACIÓN DE LAS GAMAS PROGRAMACIÓN DE LAS GAMAS TIEMPO DE ELABORACIÓN DEL PLAN VENTAJAS E INCONVENIENTES
ELABORACIÓN DEL PLAN DE MTTO BASADO EN RCM
Se define habitualmente mantenimiento como el conjunto de técnicas destinado a
conservar equipos e instalaciones industriales en servicio durante el mayor tiempo posible (buscando la más alta disponibilidad) y con el máximo rendimiento. A lo largo del proceso industrial vivido desde finales del siglo XIX, la función mantenimiento ha pasado diferentes etapas. En los inicios de la revolución industrial, los propios operarios se encargaban de las reparaciones de los equipos. Cuando las máquinas se fueron haciendo más complejas y la dedicación a tareas de reparación aumentaba, empezaron a crearse los primeros departamentos de mantenimiento, con una actividad diferenciada de los operarios de producción. Las tareas en estas dos épocas eran básicamente correctivas, dedicando todo su esfuerzo a solucionar las fallas que se producían en los equipos. A partir de la Primera Guerra Mundial, de la Segunda y sobre todo tras atravesar una grave crisis energética en el 73, empieza a concebirse el concepto de fiabilidad. La aviación y la industria automovilística lideran esta nueva corriente. Se desarrollan nuevos métodos de trabajo que hacen avanzar las técnicas de mantenimiento en varias vertientes: En la robustez del diseño, a prueba de fallos y que minimice las actuaciones de mantenimiento En el mantenimiento por condición, como alternativa al mantenimiento sistemático. Aparece el mantenimiento predictivo En el análisis de fallos, tanto los que han ocurrido como los que tienen una probabilidad tangible de ocurrir (fallos potenciales). Se desarrolla en Mantenimiento basado en Fiabilidad o RCM. El RCM como estilo de gestión de mantenimiento, se basa en el estudio de los equipos, en análisis de los modos de fallo y en la aplicación de técnicas estadísticas y tecnología de detección. Se podría afirmar que RCM es una filosofía de mantenimiento básicamente tecnológica. En el uso de la informática para el manejo de todos los datos que se manejan ahora en mantenimiento: órdenes de trabajo, gestión de las actividades preventivas, gestión de materiales, control de costes, etc. Se busca tratar todos estos datos y convertirlos en información útil para la toma de decisiones. Aparece el concepto de GMAO (Gestión del Mantenimiento Asistido por Ordenador), también denominado GMAC (Gestión del Mantenimiento Asistido por Computadora) o CMMS (Computerised Management Maintenance System). En la implicación de toda la organización en el mantenimiento de las instalaciones. Aparece el concepto de TPM, o Mantenimiento Productivo Total, en el que algunas de las tareas normalmente realizadas por el personal de mantenimiento son ahora realizadas por operarios de producción. Esas tareas ‘transferidas’ son trabajos de limpieza, lubricación, ajustes, reaprietes de tornillos y pequeñas reparaciones. Se pretende conseguir con ello que el operario de producción se implique más en el cuidado de la máquina, siendo el objetivo último de TPM conseguir Cero Averías. Como filosofía de mantenimiento, TPM se basa en la formación, motivación e implicación del equipo humano, en lugar de la tecnología.