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I.

Condiciones para que la tradición transmita la propiedad


Para que la tradición transmita la propiedad se requieren las siguientes condiciones:

1) Que el transferente sea propietario.

El que no es propietario no puede transmitir a otro la propiedad de que carece (3). Esta
regla sufre algunas excepciones. La falta de dominio del transmitente puede suplirse con
el consentimiento anterior o posterior del propietario (4), el acreedor pignoraticio
transfiere la propiedad vendiendo la cosa pignorada (5), por último, es principio
especialísimo del Derecho romano el de que las enajenaciones hechas por el fisco, por el
emperador o por la emperatriz (Augusta), transmiten siempre la propiedad al adquirente,
salva, no obstante, al antiguo propietario una acción personal contra el enajenante dentro
del plazo de cuatro años. Si el no propietario adquiere después la propiedad de la cosa
transmitida a un tercero, éste no por ello se convierte en propietario, pero puede
defenderse contra la reivindicación del primero con la excepción rei vinditae et traditae y
cuando hubiese adquirido la cosa de buena fe, puede dirigirse contra cualquier tercer
detentador y aun contra el mismo transmitente y sus sucesores a título universal y
singular.

Este mismo principio de aplica al caso en que el propietario resulte heredero de quien ha
enajenado la cosa sin ser su dueño. Finalmente, hay que advertir que no todos los
propietarios tienen capacidad de enajenar, y, por consiguiente, de transmitir la propiedad
por medio de la tradición. En general, no tienen aquella capacidad los impúberes, locos y
pródicos; los menores tienen señaladas ciertas limitaciones en cuanto a dicha facultad se
refiere.

2) Aprehensión de la posesión.

No basta la sola intención de las partes de transmitir y de adquirir, respectivamente, la


propiedad, sino que es necesario, además, que la intención se manifieste exteriormente
por medio de la aprehensión efectiva de la cosa en nombre propio. Se realiza ésta por
todos los modos a virtud de los que se adquiere la posesión. Si el adquirente poseía ya en
nombre propio, basta el reconocimiento de este estado de cosas (6); si poseía a nombre
del transmitente, basta que éste le permita poseer para sí (traditio brevi manu). El dueño
de una cosa cuya propiedad quiere transmitir a un tercero, reteniéndola a nombre de éste,
puede realizarlo mediante convención, sin necesidad de entregarla y recibirla luego: basta
que declare que retiene la posesión a favor del adquirente (constitutum possessorium)
3) Intención de las partes de transmitir y de adquirir, respectivamente,
la propiedad de la cosa

La simple entrega de la cosa, no acompañada de la intención de transmitir la propiedad,


produce la traslación de la posesión o de la detentación, pero no la de la propiedad; para
que se realice también ésta, es necesaria la concorde voluntad de las partes de transmitirla
y de adquirirla, respectivamente. En cuanto a esta voluntad uniforme de las partes hay
que notar lo siguiente:
1.º La voluntad de ambas debe dirigirse precisamente a la cosa que se entrega. Si
erróneamente se entregara una cosa distinta de la que una u otra de las partes entendían,
respectivamente, enajenar o adquirir, no habría transmisión de propiedad. En este caso
existe lo que se llama error in corpore. Discuten los intérpretes si el error sobre la
propiedad es también un obstáculo para la transmisión de la misma. A nuestro parecer,
pueden establecerse respecto a este punto los siguientes principios: Para la transmisión
de la propiedad no es necesario que el enajenante conozca este derecho, como tampoco
es necesario que lo conozca el adquirente; pero si a un tercero, la entregase con la
intención de transmitir el dominio de este supuesto propietario, dicha traslación de
dominio no sería válida (7). El mismo principio se aplica al caso contrario, en el que el
verdadero propietario de una cosa, que ignora serlo, encarga al presunto propietario la
transmisión del dominio. Tampoco en este caso pasa la propiedad al adquirente, porque
el mandante, ignorando que sea propietario, no tiene la intención de transmitir su dominio,
y el mandatario no es propietario (8).

2.º No es necesario que la voluntad del tradente se dirija a una persona determinada, pero
si se dirige a una persona distinta de la que tiene la voluntad de adquirir, la tradición no
produce la traslación de la propiedad. Pero si el adquirente no muestra la intención de
adquirir la cosa para una persona distinta de la que indica el tradente, se entiende que hace
propia la declaración de este último. Y el accipiente conocedor del error in persona del
tradente comete hurto.

3.º La tradición debe tener por fundamento un motivo jurídico (causa traditionis), es
decir, la intención de donar, de cumplir una obligación o de constituirla; no es, sin
embargo, necesario, que exista una causa justa y legal de transmitir y de adquirir la
propiedad (9), como tampoco lo es que las partes coincidan en el motivo por el que la una
quiera transmitirla y la otra adquirirla, cuando en general estén conforme en dicha
transmisión y adquisición (10).

4.º Esta voluntad puede someterse a una condición; en tal caso, a pesar de la tradición ya
realizada, la propiedad no se transmite hasta después de cumplirse la condición.

Por último, advertiremos que la transmisión de la propiedad puede ser nula, por oponerse
a ella una prohibición legal
Efectos de la tradición en Derecho romano
No resta ahora solamente tratar de los efectos de la tradición. Cuando la tradición reúne
los requisitos antes señalados, produce el efecto de transmitir al adquirente la propiedad
de la cosa entregada; pero como nadie puede transmitir más de lo que tiene, el dominio
pasa al adquirente en las mismas condiciones en que lo tenía el tradente.

Por consiguiente, si estaba limitado por servidumbres, hipotecas o algún otro derecho
real, pasa con estas limitaciones; de la misma manera que si existían servidumbres activas
y otros derechos reales a favor de la cosa transmitida, estos derechos competen también
al nuevo propietario. Hay que advertir que sólo pasan al adquirente los derechos y los
gravámenes inherentes a la cosa (iura in re), pero no las obligaciones y los derechos
personales del transmitente. De aquí se deduce que si el que ha arrendado un fundo lo
vende, antes de que haya expirado el plazo de la locación, y lo entrega al comprador, éste
no viene obligado a respetar la locación, puesto que el derecho del arrendatario no es un
derecho real, sino un derecho de crédito que puede hacer valer contra el arrendador.
II. COPROPIEDAD
1. Es producida por la concurrencia de varios propietarios sobre
una misma cosa.
2. Esta puede ser: a) por un acto voluntario de varios socios que
ponerme sus propios bienes en común, transfiriéndose
recíprocamente partes proporcionales de su propiedad, b) por la
adquisición conjunta de una misma cosa (herencia, legado o
transmisión entre vivos). C) por una confusión material de cosas
fungibles que sea irreversible.
3. Cuando la propiedad se produce de manera involuntaria
hablamos de comunidad incidental.
4. La concurrencia de varios propietarios sobre una misma cosa se
resuelve en la época clásica por la concreción de la propiedad de
cada titulará una parte ideal o cuota de la cosa entera , de modo
que, cada condómino puede disponer libremente de su cuota,
debiendo participar en las ventajas y en las cargas comunes en
proporción a su cuota (propiedad dividida).
5. Cuando la disposición consiste en la constitución de un derecho
indivisible (servidumbre, o la libertad de un esclavo), se requiere
para que el acto sea válido la disposición conjunta de todos los
titulares.
6. En cuanto a los actos de simple uso, que son solidarios, cada
condómino puede realizarlos por sí mismo, siempre y cuando otro
condómino no se lo impida de hecho (ius prohibendi), es decir, se
requiere el consentimiento de todos los demás propietarios.
7. Cada titular puede solicitar libremente la acción divisoria, para
poner fin a la situación de copropiedad, la porción adjudicada
por el juez deja de ser parte de todo lo dividido.
8. Justiniano admite la acción divisoria con el único fin de

saldar las obligaciones pendientes entre los condóminos.


III. Derechos reales.

Los derechos reales que veremos en esta cátedra son:

 Propiedad o dominio.
 Usufructo.
 Servidumbre.
 Hipoteca.
 Prenda.
 Herencia.
 Enfitusis.
 Superficie.
1. Propiedad o dominio: Es la más plena pertenencia de
personal de las cosa. El conjunto de cosas que pertenecen a
una persona constituyen sus bienes y patrimonio, dentro de
ellos debemos distinguir bienes de propiedad y bienes que
consisten en derechos.
Dentro de este derecho real encontramos la clasificación de
las cosas. Las cosas (res) son bienes en cuanto son
susceptibles de una pertenencia personal; las cosas que no lo
son quedan excluidas de la propiedad ( res quarum
commercium non est o extra comercium); las que los son pero
todavía se hallan sin propietario se denominan res nullius ;
tambien puede haber cosas transitoriamente sin propietario
(res sine dominio).
Fuerza de la propiedad privada están las cosas pertenecientes a
todos, como el aire, el mar, las que pertenecen a los dioses,
inclusive el agua, se hallan también fuera del comercio las cosas
del Pueblo romano, como son las vías y plazas públicas.
Cada patrimonio presupone una persona capaz de tenerlo en
nombre propi, y está solo puede tener un solo patrimonio.
A) Se deben distinguir las cosas fungibles y no fungibles: son
fungibles aquellas cosas que, se identifican no por su
individualidad, sino por el género y la cantidad, y por eso en
tanto intervienen como objeto numerable de un negocio
jurídico se llaman genéricas, del mismo modo, que las que
ordinariamente se identifican pos su individualidad, en la
medida que intervienen en un negocio jurídico se lllaman
específicas.
B) Cosas consumibles y no consumibles: según si se pierden o no
en el primer uso que de ellas se hace, la pérdida puede ser
física o jurídica.
C) Res mancipi y res nec mancipi: las cosas res mancipi son
bienes estables y de mayor valor (tierras, fundos itálicos, y las
servidumbres sobre ellos constituidas, los instrumentos de
arado, esclavos y animales que se podían dominar por el
cuello y por el lomo. En cuanto a las res nec mancipi son
aquellos bienes de menor valor y que podían ser adquiridos
por tradición simple.
D) Bienes muebles e inmuebles: los inmuebles, según el
lugar en que están sitos, son itálicos o provinciales;
también pueden ser urbanos (los de la ciudad) o
rústicos. Los muebles hay que distinguir aquellos seres
vivos que se mueven por sí solos (semovientes). Las
cosas muebles pueden ser partes accesorias de otras con
las que forman un todo.

2) Usufructo: Derecho real de usar una cosa ajena y apoderarse de


sus frutos, excluida la facultad de disposición sobre la cosa, cuando
existe este derecho real, dos personas al menos que ejercen poder
sobre el bien : el propietarius llamado modernamente nudo
propietario, que conserva la disposición y la posesión del objeto y el
usufructuario, que usa de el y percibe sus frutos. La facultad de uso
solo puede recaer sobre cosas estables, vale decir, sobre aquellas
mismas respecto de las cuales es posible el dominio; pero el uso ha de
ser tal que de ninguna manera se modifique la disposición.

La acción propia del usufructuario es la vindicatio usas fructus (llamada


también confesaría en la época de Justiniano), para dirigirse contra el
propietario que impedía el ejercicio de su derecho o, desde juliano,
contra todo el poseedor que lo perturbe en el uso y disfrute de la cosa
3)Servidumbre: Se llaman servidumbres ciertos derechos reales que
los propietarios de predios vecinos pueden establecer voluntariamente
para que un predio (llamado sirviente) sirva a otro (llamado
dominante) de manera permanente, la ventaja efectiva de un uso
limitado. Se llamaran prediales las servidumbres porque se establecen
para gravar y favorecer los mismos inmueble, y afectan sólo
indirectamente a los propietarios o demás personas que se hallen
instaladas en los predios y puedan hacer uso del derecho de
servidumbre, o deban tolerarlo. Como relaciones de simple uso las
servidumbres son esenciales solidarios e indivisibles.

4) Hipoteca: La hipoteca o pignus conventum es aquel derecho que el


deudor constituye a favor del acreedor (hipotecario) sobre una cosa
propia o de un tercero, con su consentimiento para garantizar el
cumplimiento de la obligación. Se diferencia de la prenda en que se
constituye mediante un simple acuerdo sin transmisión de la posesión
e la cosa hipotecada.

5) Prenda: Es el derecho real constituido por el deudor (pignorante) a


favor del acreedor (pignoraticio) sobre una cosa propia o de un tercero
con su consentimiento, transmitiéndole además la posesión de la
misma como garantía del cumplimiento de la obligación.

6) Herencia: Es la institución de la continuidad patrimonial en la familia.


En la época clásica se conoce la noción de herencia con pecunia,
dinero bienes de cambio, en definitiva.

7) Enfiteusis: El propietario de una cosa inmueble cede a otro, a


perpetuidad o por un largo período de tiempo, el goce de la misma,
con la obligación en el concesionario de cuidarla, mejorarla y pagar en
reconocimiento del dominio una pensión o canon anual.

8) Superficie: Derecho transmisible intervivos o mortis causa, que


otorga a su titular, el superficiario, el goce a perpetuidad o por largo
tiempo del edificio construido en el suelo ajeno, mediante una renta a
merced anual.
MODOS DE ADQUIRIR

La propiedad civil sobre las cosas se adquiere:

A) De propio derecho, a consecuencia de la subrogación universal del


titular de un patrimonio en la titularidad de otro, como ocurre en la
succesio a causa de muerte.

B) En en virtud de actos especiales de adquisición, que llamamos


modos de adquirir.

Hablamos de modos derivativos en aquellos supuestos en que la


propiedad se adquirente depende de la que pierde el enajenante. Los
modos de adquirir que no dependen de presupuestos de licitud que no
consisten en un determinado acto correspondiente de un enajenante
se llaman modos de adquirir originarios. Podemos distinguir además
los modos de adquirir que requieren un acto de atribución formal, y
que otros que consisten en simples apropiaciones posesorias. Como
actos de atribución formal tenemos los que provienen de una antigua
forma de atribución por addictio del magistrado, la mancipatio y el
legado; como apropiaciones posesorias, las que consisten en una
ocupación de cosa nueva, la traditio, la usucapio y similares.

Actos formales de atribución de la propiedad:

 La addictio: es la forma antigua de decisión constitutiva del


magistrado. Aunque en el derecho clásico la sentencia del
juez es declarativa y no constitutiva de derechos, la addictio
del magistrado subsiste en algunas aplicaciones concretas de
asignación de algo a favor de alguien.
 La mancipatio: Es un acto privado solemne, que consiste en
la declaración de un adquirente que se apodera formalmente
de la cosa, en presencia del propietario de la misma, y en el
acto de pesar un metal en una balanza de platillos; se
realizaba este negocio en presencia de 5 testigos, más otro
encargado de pesar el metal llamado libripens. Era una
aplicación de un antiguo negocio liberal que tenía otras
aplicaciones en el derecho de obligaciones y en el
testamentario; como mancipatio, servía para adquirir el
poder sobre las personas y cosas integrantes de la familia y,
en especial, la propiedad civil sobre las res mancipi.

Actos de atribución posesoria:

El prototipo de los actos de apropiación posesoria es la ocupación


(occupatio) de una cosa que no tiene propietario (res nullius). Es un
modo considerado como de ius gentium, pero que produce la
propiedad civil.

 En primer lugar la adquisición de los frutos naturales. Su


adquisición por simple separación no es más que un caso
especial de la extensión de la propiedad de la cosa principal
a sus productos, pero a veces una persona distinta del
propietario tiene derecho a recoger y consumir los frutos,
que se hacen de su propiedad por el hecho de recogerlos,
modo que llamamos percepción.
 Otro modo de adquisición de una cosa nueva en
consideración a su origen es aquel que los glosadores
medievales llamaron “specificatio”. Se da la especificación
cuando una persona produce una nueva forma con una
materia que pertenece a otra persona. Si la materia se ha
transformado de tal manera que su propietario no puede
reivindicarla como subsistente.
 La accesión se da respecto a una cosa que se incorpora
inseparablemente a otra principal, con pérdida de su
integridad: el propietario de la cosa principal adquiere lo
que a ella se une. El caso más frecuente es el de la
construcción, plantación o siembra en duelo ajeno, pero la
accesión puede ser también a favor de cosas muebles que
se consideran principales, como la de la tela teñida con
tinte de otro o remendada con hilo ajeno.
Posesión interdictal:

Situación factica, de hecho, que tiene consecuencias jurídicas. Se basa


en una apariencia de propiedad que se protege jurídicamente. Puede
que el poseedor sea propietario, o que mediante ese mecanismo
estudiado llegue a serlo en cualquier momento.

Posesión natural y civil:

Savigny, sostiene que la posesión natural se identifica con la


detentación, con la posesión ad interdicta. La posesión civil se asimila a
la posesión ad usucapiaonem, que permite adquirir la propiedad.

Acción reivindicatoria:

Pueden reivindicarse todas las cosas que son objeto de propiedad, a


saber, las cosas corporales que están en el comercio humano, muebles
e inmuebles, animadas e inanimadas, fungibles y no fungibles, simples
y compuestas, y aún las universales. La acción reivindicatoria compete
al propietario poseedor contra cualquier tercer detentador de la cosa.
El actor, pues, en caso de litigio, debe probar ante todo su derecho de
propiedad sobre la cosa que reivindica.

OBLIGACIONES
Concepto: vínculo del derecho, por el cual somos compelidos a pagar
alguna cosa según las leyes de nuestra ciudad. (Definición de
Justiniano). La relación obligacional se dará ente un acreedor que
puede reclamar y un deudor que debe cumplir una deuda, la
consideración de la acción, es decir, de la posición del acreedor es la
principal. A) dare quiere decir hacer propietario o hacer constituir
efectivamente un derecho, de algún modo el patrimonio del acreedor,
o rendir efectivamente unos servicios. B) todos los demás actos son de
hacer, es decir, de observar un determinado comportamiento, que
puede ser incluso un abstenerse de algo.

Las obligaciones de dare, cuando no se refieren a un derecho


indivisible, son ellas mismas divisibles, las de facere son siempre
indivisibles. La obligatoriedad de una obligación significad que no se
puede cumplir por partes, y, en consecuencia, que no puede repartirse
entre varios deudores o acreedores.

Las relaciones de obligaciones son menos estables que las de los


derechos reales, pues nacen precisamente para ser extinguidas por el
cumplimiento, y justamente en este cumplimiento que las extingue
está la utilidad.

Las obligaciones facere tienen siempre un objetivo indeterminado;


aunque el resultado de la operación esté previsto como concreto, el
havpcer mismo es previamente indeterminable. El objeto de las
obligaciones de dare puede ser indeterminado o determinado.

La correlación entre obligación y acción es tal, que allí donde falta la


acción in personam falta también la obligación. El derecho clásico
presenta una serie variada de acciones civiles para exigir el
cumplimiento de las obligaciones.

Clasificación :

 Obligaciones de género: cuando el objeto de una obligación


no se especifica en sus cualidades singulares o individuales
para distinguirlas de otras de su misma categoría, la
obligación es de género (genus). Cuando hablamos de
género, ello específica la cantidad, peso, y medida.
 Obligaciones específicas o de cuerpo cierto: Son aquellas
obligaciones en donde se debe una cosa determinada dentro
de un género que está también perfectamente determinado.
En estos casos el objeto de la obligación está determinado de
tal forma que no puede ser reemplazado por otro de su
misma especie y calidad.
 Obligaciones alternativas: Son aquellas obligaciones que se
deben dos o más objetos de tal manera que el deudor
extingue la obligación pagando con uno de ellos. La elección
del objeto debido es normalmente del deudor, sin embargo,
pueden las partes, convenir que elija el acreedor.
 Obligaciones facultativas: Se conocen como obligaciones
facultativas a las que tienen por objeto una cosa
determinada, pero se le concede al deudor la facultad de
pagar con esta cosa debida o con otra cosa que se designa en
el título constitutivo de la obligación.
Modos de extinguir las obligaciones:
Las obligaciones se extinguen por una serie de hechos que
han sido reunidos bajo el título de modos de extinción de las
obligaciones, que no tiene un carácter uniforme y que no
poseen todas una eficacia igual. Existen dos tipos de modos
de extinción de las obligaciones que operan de pleno derecho
(ipso iure) y otras que solo producían efectos extintivos por
vía de excepción (exceptionis ope).

Las obligaciones como la propiedad, resisten a la acción del


tiempo, son perpetuas. Estos dos derechos, aunque
diferentes en sí mismos, se parecen por su naturaleza
perpetua, pero que en tanto que la propiedad no se extingue
más que por causas accidentales, sucede lo contrario con los
derechos de crédito u obligaciones, pues al acreedor no le
interesa que el deudor le deba perpetuamente una
prestación, tiene interés en que le satisfaga su obligación
para que en esa forma él incremente su patrimonio. Los
derechos de crédito son apreciables en dinero y al deudor le
interesa cumplir con su obligación para así desligarse de su
acreedor y recobrar su libertad, en esta forma, se dice que
hay “solutio”, pues el lazo de derecho que los unía se ha roto.

La prestación de la cosa debida constituye el fin natural y regular de la


obligación; pero esto no fue suficiente en Derecho Romano para liberar
al deudor; sólo en la época clásica el derecho civil reconoció al pago
como modo de extinguir la obligación. En general, podemodecir que
los modos de extinción de las obligaciones han seguido un desarrollo
paralelo al de los contratos.

El PAGO

Es el acto que producía al acreedor el beneficio que debía reportar de


su acreencia, era la finalidad propia de la obligación.

En principio cualquier persona podía realizar el pago en nombre del


deudor, excepto en el caso que se haya pactado un acto personal del
deudor, por haberse celebrado el contrato en vista de sus peculiares
cualidades personales. Pudiendo el tercero realizarlo con o sin el
consentimiento del deudor.

El pago debía ser hecho a la persona del acreedor, su mandatario; si


era incapaz, a su tutor, curador o en caso de que hubiese un gestor de
negocios.

En lo referente al objeto de la obligación, esta debía cumplirse pagando


la misma cosa que se había prometido, entregándose esta en su
totalidad.

El pago tiene por efecto extinguir de pleno derecho la obligación.

El cumplimiento de una obligación es un hecho que consiste en la


integra, efectiva y oportuna realización de la prestación o debitum,
objeto de la obligación.

Fuentes de las obligaciones: delitos, préstamos, estipulaciones y


contratos: está clasificación no aparece enunciada en las obras
escolasticas antiguas y modernas, pero corresponde a la realidad del
sistema clásico de formas de y sus acciones correspondientes
obligarse.

Las fuentes de las obligaciones según d’Ors es el estudio de las


acciones, según Gayo; contratos , delitos privados y varias figuras de
causa. Según Justiniano; contrato, cuasicontrato, delito privado,
cuasidelito y la ley (el código civil hace suya la clasificación de
Justiniano en el artículo 1437).

Acto jurídico: Es todo hecho jurídico, humano, voluntario y lícito, y


tiene por finalidad establecer relaciones jurídicas.

Clasificación de los contratos:


1. Contrato VERBIS (Verbal), eran aquellos que se perfeccionaban con el empleo
de diferentes palabras.

2. Contrato LITTERIS (Escritos), eran aquellos que no podían perfeccionarse si no


por medio de la escritura; exigiéndose así la escritura no solo como medio de
prueba, si no es un elemento esencial para la existencia del contrato.

3. Contratos REALES, en esta clase de contratos eran los que se perfeccionaban


con la entrega de la cosa materia de ellos, para que tuvieran existencia legal; tales
como el mutuo, comodato, el deposito y la prenda.

4. Contratos SIMPLEMENTE CONSENSUALES, estos se formaban solo con


consensu (consentimiento), esto es por el solo consentimiento de los contratantes
manifestado de cualquier forma. Tales como: compraventa, la locatio conductio
(arrendamiento), la sociedad y el mandato.

Ademas se clasificaron el el derecho romano, en contratos de derecho estricto y de


buena fe.

Los contratos de derecho estricto, eran aquellos que informados en los rigorismos
de los primeros tiempos, debían cumplirse según los términos del contrato, por
sobre toda consideración de equidad. Tales era el Nexum, el mutuo, la sponsio y la
stipulatio.

Los de buena fe, son en los cuales debían primar la equidad sobre los
principios técnicos del derecho civil.

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