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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

DERECHO CIVIL VI (RESPONSABILIDAD CIVIL)

“RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL”

Autores

 Hugo Abraham Meléndez Cueto


 Julio Gregor Flores Tapullima
 German Álvarez Fasanando
 José Manuel Fasanando Bardales

Docente:

Mg. Janet Rosario Álvarez Valdivia

Tarapoto-Perú

2019
AGRADECIMIENTO

A Dios por regalarnos la vida y así colmarnos de bendiciones,


como también iluminar y guiar nuestros pasos en este mundo
y guiarnos por la senda del bien y así lograr nuestras metas
propuestas.

A los profesores y compañeros que forman parte en este


camino de ser profesionales, y así compartir experiencias y
conocimientos que serán fructíferos para hoy mañana y
siempre, además por permitirnos formar parte de este grupo
humano que están enmarcados en llegar a ser profesionales,
con el apoyo de nuestros profesores lo lograremos.

A nuestros padres que nos han conducido por el camino de la


rectitud y han implantado valores en nuestras vidas, además
por brindarnos su apoyo incondicional y por no desistir nunca
en nuestra formación.

2
DEDICATORIA

A nuestros padres, y a las personas que día a día forman parte


de nuestra superación ya sea académica o como persona
misma, con buenos valores, principios, y así ser unas personas
de bien, y que nos motivan a seguir adelante y luchar por
nuestros objetivos propuestos, sin importar las adversidades
que nos encontremos en el camino.

A la Universidad César Vallejo por ser nuestra casa de estudios,


donde adquirimos conocimientos y nos formamos para tener
un futuro profesional exitoso, y en donde día tras día nos
esforzamos para el logro y cumplimiento de nuestras metas.

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INDICE

CARATULA……………………………………………………………………………………………………………………………………I
AGRADECIMIENTO……………………………………………………………………………………………………………………….II
DEDICATORIA……………………………………………………………………………………………………………………………….III
INDICE………………………………………………………………………………………………………………………………………….IV
INTRODUCCION……………………………………………………………………………………………………………………………VI
CAPITULO I
1.1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ........................................................................................ 9
1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA.......................................... Error! Bookmark not defined.
1.3. DELIMITACIÓN TEMPORAL-ESPACIAL DEL PROBLEMA .................................................... 9
1.3.1. ÁREA TEÓRICA ........................................................................................................... 9
1.3.2. DELIMITACIÓN TEMPORAL ...................................................................................... 10
1.3.3. DELIMITACIÓN ESPACIAL......................................................................................... 10
1.3.4. TIPO DE INVESTIGACIÓN ......................................................................................... 10
1.3.5. TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN ................................................................................. 10
1.4. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN……………………..........................10
1.5. OBJETIVO DEL
ESTUDIO……………………………………………………………………………………………….11
1.6.
HIPÓTESIS……………………………………………………………………………………………………………………Error!
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CAPITULO II
MARCO TEORICO

2.1. ANTECEDENTES DE LOS CONTRATOS POR PERSONA A NOMBRAR. .............................. 13


2.1.1. EN EL DERECHO MEDIEVAL………………………………………………………………………………..13
2.1.2. EN EL DERECHO CONTEMPORÁNEO…………………………………………………………………..14
2.2. NATURALEZA JURÍDICA. ...................................................... Error! Bookmark not defined.
2.2.1. DOCTRINA DEL DOBLE JUEGO DEL
CONTRATO……………………………………………………Error! Bookmark not defined.
2.2.2. DOCTRINA DEL CONTRATO ÚNICO………………….………………………………………………….14
2.2.3. POSICIÓN DEL CÓDIGO CIVIL………………………….…………………………………………………..16
2.2.4. SÍNTESIS……………………………………………………………………………………………………………..16
2.3. CONCEPTO ........................................................................... Error! Bookmark not defined.
2.4. FINALIDAD............................................................................ Error! Bookmark not defined.
2.4.1. DE
GESTIÓN………………………………………………………………………………………………………..Error!
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2.4.2. DE MEDIACIÓN……………………………………………………………………………………………………18
2.5. INTERVINIENTES .............................................................................................................. 18

CAPITULO III
ANALISIS JURIDICO DE LA NORMATIVA DEL CONTRATO POR PERSONA A NOMBRAR
3.1. ARTÍCULO 1473 ................................................................................................................ 21
3.2. ARTÍCULO 1474.- .............................................................................................................. 22
3.3. ARTICULO 1475 .................................................................... Error! Bookmark not defined.

4
3.4. ARTÍCULO 1476.- .............................................................................................................. 24

CAPITULO IV
ANALOGIAS-DIFERENCIAS Y DERECHO COMPARADO
4.1. ANALOGIAS Y DIFERENCIAS............................................................................................. 27
4.1.1. REPRESENTACIÓN DIRECTA ..................................................................................... 27
4.1.2. REPRESENTACIÓN INDIRECTA ................................................................................. 27
4.1.3. GESTIÓN DE NEGOCIOS ........................................................................................... 27
4.1.4. CONTRATO EN FAVOR DE TERCERO ........................................................................ 27
4.1.5. PROMESA DE LA OBLIGACIÓN DE UN TERCERO ..................................................... 28
4.1.6. CESIÓN DE POSICIÓN CONTRACTUAL ..................................................................... 28
4.1.7. CONTRATO POR CUENTA DE QUIEN CORRESPONDA ............................................. 28
4.2. DERECHO
COMPARADO…………………………………………………………………………………………………..28
4.2.1. IDEAS PRELIMINARES .............................................................................................. 28
4.2.2. CÓDIGO CIVIL ITALIANO .......................................................................................... 29
4.2.3. CÓDIGO CIVIL BOLIVIANO ....................................................................................... 29

CAPITULO V
PROBLEMÁTICA

5.1. ¿CONTRATO O ESTIPULACIÓN CONTRACTUAL? ............................................................. 31


5.2. ¿ES POSIBLE CELEBRAR CUALQUIER CONTRATO CON LA ESTIPULACIÓN "POR PERSONA
A NOMBRAR"? ............................................................................................................................. 31

6. CONCLUSIONES ............................................................................ Error! Bookmark not defined.


7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ............................................................................................... 43
ANEXOS ................................................................................................ Error! Bookmark not defined.

5
INTRODUCCIÓN:

El presente trabajo titulado “RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL” es el esfuerzo


realizado en la experiencia curricular de DERECHO CIVIL VI (Responsabilidad Civil), Facultad de
Derecho, de la Universidad Cesar Vallejo, cumpliendo exigencias de análisis, redacción,
argumentación y sobre todo de interpretación con el objeto de desarrollar un tema en el derecho
civil, es así que en la presente investigación desarrollaremos información sobre La Responsabilidad
Civil Extracontractual en un ámbito general, con su concepto características, elementos, tesis y
criterios entre otros.

El objeto de este trabajo es dar una explicación de que tan importante es saber sobre La
Responsabilidad Extracontractual.

Es menester aclarar que en nuestro país la figura La responsabilidad civil es aquella institución del
Derecho, que consiste en trasladar el costo del daño ocasionado a una persona hacia el responsable
del mismo, como sanción prevista por el ordenamiento jurídico.

La responsabilidad civil es hoy una figura fundamental en el Derecho. Su uso es extenso y su campo
de acción ha ido evolucionando con las nuevas necesidades que van surgiendo a partir de recientes
hechos y realidades

Al respecto los daños indemnizables o la responsabilidad civil de un determinado sujeto, pueden


ser aquellos ocasionados dentro o fuera de una relación contractual. En el primer supuesto, nos
encontramos en el ámbito de la responsabilidad civil contractual o también denominada por
inejecución de obligaciones; mientras que en el segundo supuesto, es decir, en el caso de que los
daños se hayan producido sin que exista ninguna relación jurídica entre las partes, o incluso
existiendo ella, el daño es consecuencia, no del incumplimiento de una obligación, sino
simplemente del deber jurídico de no causar daño a otro, nos encontramos en el ámbito de la
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL, tema materia de estudio en la presente.

Es así, que la institución jurídica de la responsabilidad civil extracontractual objetiva o también


denominada, responsabilidad por riesgo, es aquella en la cual, para el ordenamiento jurídico
peruano, conforme lo establece el artículo 1970° del Código Civil, la atribución de responsabilidad

6
será imputada a aquellas personas que, en la utilización de un bien riesgoso o en el ejercicio de una
actividad riesgosa, ocasionen daños a otra.

El interés del presente trabajo es investigar sobre la institución jurídica ya mencionada, a efectos
de que tengamos muy en claro, en que consiste, como se desarrolla tanto en el ámbito teórico y en
el ámbito práctico de la misma.

Como metodología del trabajo nos fijamos firmemente en libros con especialistas en Derecho Civil
como también en libros virtuales de las cuales ciertos autores especifican con firmeza y coherencia
sobre este tema.

En primer lugar, se plasmó nociones generales y jurídicas de la Responsabilidad Civil, marco


conceptual respecto a los términos de esta institución jurídica. Después de haber delimitado
nociones previas, nos fijaremos luego a desarrollar el Tema Central de “La Responsabilidad Civil
Extracontractual” donde estipularemos la definición, las principales semejanzas y diferencias con la
responsabilidad contractual, teorías. Seguidamente en el capítulo tres realizaremos el análisis
jurídico de la antijuridicidad. En el cuarto capítulo se plasmó una explicación sustancial del daño
como elemento jurídico de la Responsabilidad Extracontractual.

Finalmente, el trabajo nos ayuda a tener una idea clara e importante que es saber sobre La
Responsabilidad Civil Extracontractual.

7
CAPITULO I

8
1. NOCIÓN JURÍDICA DE RESPONSABILIDAD.

Es una de las tantas versiones castellanas de las Mil y unas noches se lee la siguiente cita
del Corán:
“Cúmplase el pacto, pues hay responsabilidad en el”
Fuera de las valoraciones sobre la fidelidad de la traducción inevitables, más que nunca,
cuando la lengua que se traduce en árabe, la idea a identificar en la citada máxima es la de
dos contrapesos, y, por lo tanto, la idea de la equivalencia, del equilibrio.
Etimológicamente, en efecto, “responder” es como “prometer a la vez” o “como
corresponder a una promesa”. La palabra comunica, entonces, un desbalance, una
equiparada previamente alterada que da lugar a la imposición de una “respuesta”, la cual
se debe restablecer el statu quo preexistente, y que se quiere mantener, o bien una
consecuencia de acciones que deben sucederse con una regularidad y orden a ser
preservador.
Quien ha contratado y no ejecuta la prestación empeñada, o lo hace mal, y provoca así, un
agravio a la contraparte una perdida dineraria, por ejemplo, distorsiona el ciclo vital de la
relación obligatoria nacida del acuerdo, cuyo destino es natural es la plena satisfacción del
interés del acreedor, mediante cooperación y el comportamiento del deudor que se ha
obligado a ello. Quien despoja de sus bienes a otro, o los destruye, tiene que ser
sancionado, porque atenta contra el orden y convivencia sociales garantizados por el
Estado, que los protege a través de sus reglas jurídicas. Quien, con estratagemas o no, paga
menos impuestas de los que le corresponden, perjudica al fisco y se hace merecedor de
penas pecuniarias como los intereses y las multas.
Es evidente el perfil ético del fenómeno: lo que subyace a las consideraciones se acaban de
efectuar es, en último análisis, una intuición común, de conformidad con la cual, se
reconoce como imperioso que los sujetos asuman las consecuencias su propio obrar.
Existe, sin duda, una responsabilidad “moral”, invisible, que es algo así como el sentimiento
de propia “culpabilidad”, de reproche o remordimiento, por la comisión de una mala
conducta.
En sentido jurídico, en cambio, la responsabilidad puede definirse como las de situación del
sujeto al que le toca experimentar, concretamente, las consecuencias, para el
desventajosas, que una norma prevé y le impone atendiendo a la verificación de un
determinado presupuesto.

9
Dichas consecuencias desventajosas, manifiestan la reacción del ordenamiento jurídico
frente a un hecho que se considera reprobable, por atentar contra intereses particulares o
de la colectividad en general.

1.1. ASPECTOS GENERALES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL


Como sabemos, el Derecho es una ciencia que continuamente se va reinventando, es una rama
del saber humano que, quizás con más fuerza que otras, tiene el deber de adaptarse a los
avances de la sociedad ya que es inconcebible pensar que pueda estancarse en conceptos que
no se ajusten a los cambios estructurales de las actividades humanas. Por el contrario, su
condición de ciencia social lo obliga a mantenerse siempre vigente, siempre acorde con los
cambios y siempre en contacto permanente con la propia vida en comunidad del ser humano.
Uno de los temas de estudio del Derecho que definitivamente tiene mayor desarrollo y que ha
sufrido quizás los mayores cambios a lo largo del tiempo, es el relacionado con la
Responsabilidad Civil. En efecto, el tema de la Responsabilidad Civil, como un vasto campo de
estudio del Derecho, es uno fértil, de posibilidades muy amplias y de raíces muy remotas, por
cuanto su visión histórica se remonta a las primeras manifestaciones de la actividad humana y,
por ello, al origen mismo del Derecho. Con esa visión histórica, los estudios de la
responsabilidad civil trazan su evolución partiendo del natural instinto de venganza de quien es
víctima de un daño, siendo esta la etapa de la venganza privada, para luego de esta, pasar a la
etapa de la composición o del resarcimiento o de la reparación del daño, cuando en la
organización social comienza a hacer su aparición el Estado.

Entendemos pues que la figura de la responsabilidad civil es tan antigua como el Derecho
mismo, o quizás aún más. Este primer apunte, nos da una idea de la importancia que ha tenido,
como tema de estudio, a lo largo del tiempo. Es por ello irrefutable la trascendente posición
que ocupa dentro de los debates jurídicos, ya sea por juristas del denominado derecho
anglosajón o common law, o por aquellos exponentes del derecho de tradición romano-
germánica, o civil law (algunos los llaman exponentes del derecho continental).
No cabe duda que la responsabilidad civil es de aquellas instituciones jurídicas que más
mutaciones ha sufrido desde sus primeros orígenes. Sabemos que los fundamentos remotos de
la responsabilidad civil y de la responsabilidad penal son comunes, la reparación estaba teñida
de venganza por parte de la víctima y de punición respecto del culpable. Consideramos que el
Derecho Romano, tal vez más que ningún otro, nos muestra la verdad de este proceso. De las
etapas de venganza ilimitada de la cual no tenemos rastros directos, pero cuya realidad puede

10
inducirse tanto de apreciaciones sociológicas como jurídicas, se pasó a la Ley del Talión, de la
que ya encontramos vestigios en las XII Tablas. Las XII Tablas señalan, pues, el momento crucial
en el cual el Talión va siendo desplazado por la composición pecuniaria que, desde el punto de
vista estrictamente legal, continuaba siendo facultativo para el ofensor, pero que ya se nos
presenta por obra del uso como norma general y prácticamente obligatoria para reparar los
daños previstos en esta legislación.
Así pues, la evolución de ésta institución pasó de una primera estación en la que primaba el
ánimo de venganza personal, hacia una etapa mucho menos inequitativa. “En una época
posterior la pasión humana se modera; la reflexión prima sobre el instinto salvaje y la víctima
del daño que tiene el derecho de venganza también puede perdonar mediante la entrega al
ofensor de una suma de dinero libremente consentida. Es ya la época de la composición
voluntaria, del rescate, de la pena privada. [..] Cuando las organizaciones políticas se consolidan
y la autoridad se afirma, se ve la necesidad de institucionalizar el sistema de las composiciones
haciéndolas obligatorias para asegurar la tranquilidad pública.” Finalmente, el Estado es el que
va asumir la función de aplicar la sanción respectiva por la comisión de algún ilícito penal y, por
otro lado, se establece el carácter pecuniario de la responsabilidad civil, que tiende a resarcir a
la víctima del daño sufrido. El Dr. Michele Giorgianni da luces acerca de la transformación de
la obligación, de un derecho personal a un derecho patrimonial, básicamente en las relaciones
obligacionales o contractuales, analizando críticamente a su vez la Teoría del Débito y
Responsabilidad al explicar dicha transformación.
De ahí que, dentro de estas amplias posibilidades que nos ofrece esta institución, nos ha
interesado particularmente el estudio del fundamento central de la misma, es decir, establecer
cuál es el argumento que justifica que se imponga a una persona la obligación de asumir el
costo de un evento perjudicial para el acreedor, el mismo que puede provenir del
quebrantamiento de una relación obligacional preconstituida, o incluso cuando entre los
agentes no ha existido ninguna relación previa. Nos estamos refiriendo a los supuestos de
responsabilidad contractual y extracontractual.

1.2. MARCO CONCEPTUAL


1.2.1. Responsabilidad
El derecho busca que en una comunidad impere la armonía entre los individuos. Cuando
esta armonía se rompe por acción de uno de ellos, nace el conflicto por el hecho de que
una persona agravia a otra. Es decir, aparece así el autor del daño y la víctima, que son dos

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personas diferentes. Esta última buscará que el autor repare el perjuicio sufrido; aquí surge
el problema de la responsabilidad.
Como sostienen Henri y León Mazeaud y André Tunc, una persona es responsable siempre
que debe reparar un daño. El responsable es el que responde. Es decir, el perjuicio, por sí
solo, ha hecho que surja la responsabilidad, exigiéndose que exista un nexo causal entre la
víctima y el autor del hecho dañino.
De lo anterior, se desprende que hay diferentes clases de responsabilidad, como pueden
ser la moral, la penal y la civil.

1.2.2. Responsabilidad Civil


Etimológicamente la palabra responsabilidad se remonta al termino latino “responderé”
que es una forma latina del término responder, por eso decimos que la responsabilidad es
la habilidad de “responder” El Diccionario de la Lengua Española lo define como una deuda,
obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito,
de una culpa o de otra causa legal.

Partiendo del principio romano es deber genérico de causar daño a nadie, si este no es
cumplido, su correlato es la obligación de reparar el perjuicio causado por su responsable.
Consideramos que esta constituye la base de la responsabilidad y de sus distintos
regímenes jurídicos que derivan de el, sobre la naturaleza del hecho ilícito, entendido claro
esta como ilícito civil y del daño ocasionado.
La responsabilidad civil, tiene que ver con el daño privado, resultando que la víctima es un
particular, que no busca sancionar, sino una reparación que se plasma en el pago de una
cantidad de dinero, que se conoce con el nombre de daños y perjuicios. Es necesario
precisar, que existen actos que conllevan las tres clases de responsabilidades. Así en la
comisión de un delito, encontraremos una responsabilidad penal, una responsabilidad civil,
en la medida que existe un individuo que ha sido agraviado, y una responsabilidad moral

A nuestro entender el tema de la responsabilidad civil no debe ser desarrollado ajeno a un


análisis de la relación jurídica obligatoria (obligaciones), dado que esta se desenvuelve
dentro de la dinámica de una obligación.

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La responsabilidad civil que nació de una misma fuente, fue dividida así en dos áreas,
diferenciadas según su concepción, de esta génesis única, el ALTERUM NON LAEDERE, ha
nacido la responsabilidad civil contractual y la extracontractual.

1.2.3. Extracontractual.
Extracontractual o Aquiliana responde, a la idea de la producción de un daño a otra persona
por haber transgredido el genérico deber de abstenerse de un comportamiento lesivo de
los demás.
La separación entre las obligaciones que nacen de la convención y las que tienen su origen
en la culpa o negligencia civil no es más que de régimen jurídico, pues el fundamento último
es el mismo; una acción y omisión culposa, aunque también dolosa que daña a otro.

1.2.4. Responsabilidad Extracontractual


La responsabilidad civil es la obligación de resarcir que surge como consecuencia del daño
provocado por un incumplimiento contractual (responsabilidad contractual) o de reparar
el daño que ha causado a otro con el que no existía un vínculo previo (responsabilidad
extracontractual), sea en naturaleza o bien por un equivalente monetario, habitualmente
mediante el pago de una indemnización de perjuicios. Díez-Picazo define la responsabilidad
como «la sujeción de una persona que vulnera un deber de conducta impuesto en interés
de otro sujeto a la obligación de reparar el daño producido”. Aunque la persona que
responde suele ser la causante del daño, es posible que se haga responsable a una persona
distinta del autor del daño, caso en el que se habla de «responsabilidad por hechos ajenos»,
como ocurre, por ejemplo, cuando a los padres se les hace responder de los daños causados
por sus hijos o al propietario del vehículo de los daños causados por el conductor con
motivo de la circulación.

La responsabilidad civil puede ser contractual o extracontractual. Cuando la norma jurídica


violada es una ley (en sentido amplio), se habla de responsabilidad extracontractual, la cual
a su vez puede ser o bien delictual o penal (si el daño causado fue debido a una acción
tipificada como delito) o cuasi-delictual o no dolosa (si el perjuicio se originó en una falta
involuntaria). Cuando la norma jurídica transgredida es una obligación establecida en una
declaración de voluntad particular (contrato, oferta unilateral, etcétera), se habla entonces
de responsabilidad contractual.

13
CAPITULO II

14
2. RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL

1.3. DEFINICIÓN
La denominada responsabilidad extracontractual (responsabilidad aquiliana o, para algunos,
responsabilidad civil propiamente dicha). Explicando el origen de la responsabilidad
extracontractual, tenemos que la misma tiene sus fuentes en la llamada Lex Aquilia romana,
descrita por el Dr. Jorge Bustamante Alsina en los siguientes términos: “Dentro de los delitos
privados que sancionaba la Ley de las Doce Tablas se hallaban junto a la injuria y al robo
(furtum) algunos otros que no entraban en la noción de injuria porque eran delitos contra los
bienes y ésta constituía un ataque a la persona; pero tampoco entraban en la noción de furtum
porque no comportaban propósito alguno de lucro en sus autores. Tales eran aquellos actos
que se traducían en daños a los bienes ajenos.
Para reprimir esos daños (damnun injuria datum) se dictó un plebiscito propuesto por el
Tribuno Aquilius en fecha incierta pero que se hace remontar a la época de las disensiones
entre patricios y plebeyos (287 A.C.). Esta es la Ley Aquilia que instituía contra el autor de
ciertos daños una acción única que era, en la época formularia, del doble en caso de
desconocimiento o negativa, y que debía ejercerse por el procedimiento de la manus injectio
en la época de las acciones de la ley. La acción establecida tenía por objeto el monto del
perjuicio calculado sobre el más alto valor que la cosa destruida o deteriorada había tenido sea
en el año, sea en el mes que había precedido al delito.” De allí que la responsabilidad
extracontractual sea también denominada responsabilidad aquiliana.
Clásicamente la doctrina ha recogido la validez de la responsabilidad extracontractual,
basándose en el “universal principio” del deber de no causar o infringir daño a otros (sobre el
cual volveremos más adelante). Se dice que la responsabilidad extracontractual “...responde a
la idea de producción de un daño a otra persona por haber transgredido el genérico deber
neminem laedere, es decir, el de abstenerse de un comportamiento lesivo para los demás.”
Con respecto al principio del neminem laedere, el Dr. Guido Alpa señala lo siguiente: “Se
aprende de las máximas que tal principio tiene una finalidad fundamental: el precepto del
neminem laedere no impone la obligación de proveer al incremento del patrimonio ajeno, sino
sólo el de no pauperizarlo.
Se aprende además de las máximas examinadas que el principio del neminem laedere no
implica, por sí solo, un general e incondicionado deber de activarse, a la protección de los
derechos de terceros expuestos al peligro, subordinado a factores causales surgidos y
desarrollados fuera de la esfera propia del sujeto a quien se imputa la omisión y, en
consecuencia, a los fines de la responsabilidad por daños, no basta una genérica connotación

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de no calificada reprobación, sino se requiere la individualización precisa, a cargo de tal sujeto
de una verdadera obligación jurídica para impedir el evento lamentado (argumento ex artículo
40, primer párrafo del Código Penal italiano), obligación que habría de confirmarse caso por
caso. Ello podría derivar directamente de la norma, o bien, a partir de una situación específica
por la cual el sujeto, llamado a responder de la lesión por no haberla impedido, sea requerido
a cumplir una determinada actividad dirigida a la protección del interés lesionado.”

En efecto, decimos pues, siguiendo a De Cupis, que el daño que se verifica en la esfera
patrimonial de una persona, puede ser producido también por un hecho humano distinto del
incumplimiento de la obligación y entonces se denomina daño extracontractual. Dice este autor
que “Se ha afirmado reiteradamente que el daño contractual deriva de la violación de una
obligación específica preexistente, mientras que el daño extracontractual simplemente se
deriva de la violación de la genérica obligación del neminem laedere. Así, se ha escrito que
recae en el campo de la responsabilidad extracontractual cuando el contenido ilícito viola la
norma general que prohíbe penetrar en la esfera jurídica de otro, o bien el deber genérico,
frente a todos, del neminen laedere; el daño extracontractual no presupone la existencia de
ningún vínculo especial, por lo que sólo producido el daño surge una relación jurídica entre
responsable y perjudicado.”
Es pues a todas luces evidente que el sustento fundamental de la responsabilidad
extracontractual está en la verificación de un hecho dañoso en la esfera del perjudicado o, si se
quiere la víctima, al margen de la secundaria consideración respecto a la ilicitud de dicho hecho.
Todo daño es resarcible, aún el no patrimonial, en la medida en que sea resultado de un ataque
a un interés que ante el Derecho deba juzgarse digno de protección. En otras palabras, todo
daño derivado de un acto generador de responsabilidad civil extracontractual es de suyo
indemnizable.
La regla general que se ha instaurado en los Códigos Civiles, es la de establecer la culpa como
un factor de atribución determinante para que se genere responsabilidad por aquellos daños
producidos fuera de una relación obligacional. Es innegable la influencia del Código de
Napoleón en todos los posteriores que fueron viendo la luz, tanto en la Europa continental,
como en nuestros códigos latinoamericanos.

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1.4. TEORÍAS DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
1.4.1. TEORÍA DEL DAÑO
La comprobación de que la responsabilidad extracontractual es una institución histórica y
de que sus principios no son universales, sino que responden a las preocupaciones de una
época, nos devuelve la capacidad de juicio. Dado que estos principios organizativos de la
institución surgen en función de una problemática concreta, es importante evaluar el
principio que introduciremos en un nuevo Código en función de las circunstancias de la vida
social en que se aplicará; deberá responder a las realidades, convicciones y problemas de
nuestra época y no a las preocupaciones de los Romanos (quienes, por otra parte, como
excelentes juristas, eran muy conscientes de sus circunstancias inmediatas, a diferencia de
algunos de sus modernos admiradores).
La responsabilidad extracontractual moderna es un mecanismo que persigue ante todo
reparar económicamente un daño. En otras palabras, cuando una persona ha sufrido un
daño sin justificación, el Derecho quiere que los aspectos materiales de este daño le sean
aliviados mediante el traslado de su carga económica a otro o a otros individuos. Los
autores coinciden en que la moderna responsabilidad extracontractual coloca el acento en
la reparación de la víctima antes que en el castigo del culpable: el automovilista imprudente
puede ser sancionado con multas -aun si no ha llegado a producir desafíos- o
eventualmente con sanciones penales si su conducta ha sido particularmente grave; pero
el Derecho Civil se ocupa fundamentalmente de reparar a la víctima, persigue el
resarcimiento económico de quien sufrió el daño, independientemente de que el causante
merezca un castigo o no.

1.4.2. TEORÍA DE LA CULPA


La primera de esta teoría justificatoria corresponde a la mentalidad liberal predominante
en la época en que nace la responsabilidad extracontractual moderna- es la llamada
responsabilidad por culpa o responsabilidad subjetiva, según la cual el peso económico del
daño debe trasladarse al causante si éste ha obrado dolosamente o con imprudencia o
descuido.
De acuerdo a este principio, cuando miramos en derredor desde la perspectiva de la víctima
que busca satisfacción, al primero que encontramos es al causante del daño; y si este
causante no obró con la diligencia adecuada, el perjuicio económico debe trasladársele
porque el daño no se hubiera producido si no hubiera sido por su intervención negligente
o imprudente. El causante "decidió" no tomar las precauciones debidas (es decir, pudo

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hacerlo y no lo hizo); y, como consecuencia de esta imprudencia o negligencia, debe asumir
los efectos nocivos que se deriven de esa conducta. Hay un acento en el rol de la voluntad
y de la libertad individual, que se manifiesta aún a través de la negligencia. Existe, pues,
una buena razón para el desplazamiento del oneris económico. Si, por el contrario, el daño
se produjo debido a circunstancias fortuitas que escapaban al control de la voluntad del
causante, no existe justificación para hacerlo responsable y, no habiendo ninguna otra
persona en quien hacer recaer dicha carga económica, ésta tiene que ser soportada
exclusivamente por la víctima.
1.4.3. TEORÍA SUBJETIVA
La teoría subjetiva, heredera moderna de las reflexiones medievales sobre el pecado,
ofreció desde el primer momento muchas dificultades.
En términos rigurosos, se es culpable subjetivamente cuando no se han adoptado las
medidas que estaban al alcance del sujeto para evitar el daño. Este es el sentido moral de
la responsabilidad: si el daño no podía ser evitado por ese individuo en particular en esas
circunstancias determinadas, no hay moralmente culpa. Algunos autores alemanes, en un
prurito de rigor y de escrúpulos, pretendieron trasladar al Derecho este concepto de culpa
derivado de la moral, absolutamente subjetivo y casuístico. El jurista BRODMAN, sostuvo
que "Para haber tenido la obligación de evitar un daño, hay que haber tenido también la
posibilidad de evitarlo. Pero el deber de un individuo está en proporción a su inteligencia.
A nadie puede pedírsele que sea más listo de lo que Dios lo ha hecho".
1.4.4. TEORÍA DE LA CULPA OBJETIVA
Todo ello llevó a una mayor objetivación de la responsabilidad por dos caminos: uno más
tímido, más tradicional; otro más osado, pero también más espinoso.
El primer camino pretendió mantener la fidelidad al principio de la culpa. Ya hemos visto
cómo este principio había sufrido una primera objetivación casi de inmediato al establecer
el patrón objetivo del hombre razonable; podíamos hablar así de una "culpa objetiva". Ante
las nuevas dificultades se da un paso más allá y se establece que la carga de la prueba
corresponde a quien pretende liberarse de la responsabilidad: es éste quien debe acreditar
que obró sin culpa. Así, esta área del Derecho crea una grave excepción al principio que
sostiene que es el demandante quien debe probar lo que afirma. La teoría subjetiva clásica
establecía que la víctima debía probar la existencia del daño y además la culpa del causante
que justificaba que se le trasladara las consecuencias económicas de tal daño. En cambio,
a partir de la inversión de la carga de tal prueba, la víctima se limita a probar el daño y el
hecho de que una determinada persona fue causante del mismo; y es el causante quien

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debe probar la ausencia de culpa de su parte si quiere evitar el pago de una indemnización.
Nótese cómo la inversión de la carga de la prueba funciona como una presunción iuris
tantum generalizada de culpa: todo causante es, de primera intención, culpable.
1.4.5. TEORÍA DEL ÉNFASIS EN LA VÍCTIMA.
Estas consideraciones dieron origen a una reflexión más profunda de la responsabilidad
extracontractual a la luz de sus objetivos actuales y dentro de las circunstancias concretas
en que se producen los daños en el mundo contemporáneo.
Es así como se tomó más acentuadamente consciencia de que la responsabilidad
extracontractual no tiene por objeto sancionar sino reparar: por tanto, el centro de
preocupación está en la víctima y no en el causante. Este último será sancionado
administrativamente con multas o suspensión de su licencia de conducir o podrá ser quizá
hasta enjuiciado penalmente. Pero al Derecho Civil le interesa más bien aliviar a la víctima
en los aspectos económicos del daño.

19
CAPITULO III

20
3. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL.

El contenido de este tipo de responsabilidad está determinado por los elementos que la componen,
esto es, del daño, la acción o hecho dañoso y su autor, la relación de causalidad entre el daño y el
hecho, los factores de atribución de responsabilidad y obviamente de la reparación o resarcimiento
del daño causado (que es el fundamento, finalidad y función de la responsabilidad civil).

Pues, aun cuando conforme a la moderna teoría de la responsabilidad, lo principal resulta ser la el
daño y su reparación dejando en un segundo plano al autor o agente responsable, para el análisis
de la responsabilidad no podemos obviar ninguno de los elementos de ésta. En este sentido, no
podemos olvidar que cronológicamente y desde una perspectiva material, lo primero que ocurre
es el acto dañoso, constituido por la acción u omisión humana que al producir un cambio disvalioso
(negativo) o no evitar dicho cambio, produce una lesión en los bienes o intereses jurídicos de
terceros (el término jurídico hace referencia a la protección por parte del Derecho de estos
intereses), lo que obliga a la reacción de su titular a través de las consecuentes acciones
resarcitorias, sean éstas extrajudiciales o judiciales.

Este acto o hecho (dañoso) causa el daño, constituido propiamente por la lesión o menoscabo el
interés o bien jurídico. Entre este daño y el hecho tiene que existir una relación de causalidad a
través de la cual se acredita que el daño es consecuencia o efecto del hecho, o si se quiere que el
hecho es causa del daño. Con ello ya se tiene determinado el daño y su causante, pero aún no se
ha determinado al responsable, para que ello suceda tiene que existir una buena razón o
fundamento a través de la cual, el peso del daño, que inicialmente la soporta la víctima, se traslade
al causante; esta razón es el factor de atribución o de imputación, con lo cual ya se tiene un
responsable u obligado jurídicamente a reparar el daño. El último elemento de la responsabilidad,
es precisamente el objetivo o fin de ésta, es decir el resarcimiento o reparación.

A. EL DAÑO:
1. DEFINICIÓN:
Proviene del latín damnum y en términos generales puede concebirse como un
detrimento, menoscabo, lesión o perjuicio que sufre un sujeto sea en su integridad
personal o en su patrimonio.
Dicho perjuicio en bienes tutelados en el ordenamiento, tiene sentido no en
función del menoscabo propio en la entidad material, sino en la utilidad del mismo
para el interés del perjudicado. Así pues, por ejemplo, en términos de la

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responsabilidad contractual, busca protegerse la tutela del crédito. Si en un caso
de suministro de bienes, una empresa incumple en el décimo mes la entrega de los
bienes en la fecha pactada y lo hace el día siguiente, y esto no tendría efecto
perjudicial para el acreedor, puede existir alguna sanción pecuniaria que hayan
pactado previamente, sin embargo, no se configuraría la hipótesis del daño y no
sería pasible de responder civilmente.
El caso sería distinto si se manda hacer un traje de novia para una fecha
determinada, y este es entregado al día siguiente del evento, es claro que existe
una afectación al interés del acreedor, por lo cual, luego de efectuar el juicio de
responsabilidad, sería pasible de responder civilmente. En ese sentido, tal cual lo
adelantamos en los apuntes preliminares, existirá un ataque al interés protegido, y
se configurará el daño a partir de las consecuencias negativas que se deriven del
evento, ya sea porque se afecta el interés en sí o se afecta el bien mismo, por lo
tanto, en términos de responsabilidad civil debe responder por el daño causado;
sin embargo, es importante también indicar que no todo daño es indemnizable,
porque para que esto se produzca, tienen que existir factores de atribución, o un
elemento adicional para que proceda ello, ya sea mediante el dolo o culpa o
mediante una actividad riesgosa o peligrosa.
2. REQUISITOS:
En doctrina se señala que el daño puede estudiarse como un fenómeno de la
realidad o como un fatto giuridico. En el primer supuesto se entiende en sentido
amplio como cualquier perjuicio o alteración de una situación favorable.
En cambio, para ser calificado como parte del supuesto de hecho complejo que
genera la responsabilidad, es necesario que cumpla ciertos requisitos como la
certeza, su subsistencia y la especialidad del mismo.
Respecto a lo primero, se realiza una constatación preliminar en los hechos, es
decir, el evento dañoso y las consecuencias negativas del mismo deben haber
acaecido y ser actuales, por lo que se deja de lado supuestos hipotéticos del mismo.
Así también en aquellos supuestos en los cuales el perjuicio implícito no haya
ocurrido, sin embargo, genera otro daño, también estaremos frente a un caso de
certeza del mismo. Por ejemplo, que se escape un perro y amenace a una anciana,
justo cuando la va a atacar, el dueño con un grito lo detiene, pero la señora del
susto retrocede, tropieza y cae produciéndose la fractura de su brazo. No cabe
duda que nos encontramos frente a un daño cierto.

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Asimismo, no debe haberse resarcido los daños previamente, es decir debe
subsistir, toda vez que lo que se busca en general en la responsabilidad civil es la
reparación de la víctima, mas no así el enriquecimiento de la misma a propósito del
daño. Así, por ejemplo, si producto de un choque automovilístico se generan daños
sólo de índole patrimonial y el seguro cubre todos los gastos del mismo, se ha
eliminado en los hechos las consecuencias negativas del evento dañoso, por lo que
no podría considerarse al daño como subsistente.
Finalmente, se requiere que el daño sea especial, es decir, que las consecuencias
negativas del mismo deben afectar a un sujeto de derecho -en forma individual o
en forma colectiva- titular de un interés tutelado.
3. CLASIFICACIONES.
Tradicionalmente se ha clasificado al daño en patrimonial y no patrimonial. Con el
primero se hace referencia a aquel daño que incide en el patrimonio económico de
las personas menoscabando la situación del perjudicado. En cambio, con daños no
patrimoniales se denota aquellos que no pueden ser valorados patrimonialmente.
Así pues, en Alemania se adopta tal distinción Vermögensschaden –daño
patrimonial- y nicht Vermörgensschaden –daño no patrimonial. LARENZ hace la
distinción entre daño material –entiéndase como patrimonial- y daño inmaterial –
léase como no patrimonial. El primero es el daño patrimonial que puede generarse
directamente en forma de privación, destrucción, menoscabo o deterioro de un
bien patrimonial, o indirectamente, P.e., en forma de pérdida de adquisiciones o
de ganancias o de causación de gastos necesarios originados por el daño. Daño
inmaterial, en cambio, es el daño directo que alguien sufre en un bien de la ida (Vg.
salud, honor, etc.) que no puede ser valorado en bienes patrimoniales. De otro
lado, respecto a los daños denominados patrimoniales se hace la distinción entre
daño emergente y lucro cesante. El primero hace referencia a la disminución
patrimonial que sufre el perjudicado como consecuencia directa del daño. En
cambio, el segundo se refiere a la frustración de todo aquello que se ha dejado de
ganar producto del acaecimiento del daño.
En Francia, se hace la distinción entre lo que se denomina daños materiales y daños
inmateriales. Los primeros denotan la afectación de los bienes de los individuos y
su correspondiente disminución en el valor del patrimonio; en cambio, los
segundos de forma abierta se refieren a todos los demás, incluyendo al

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denominado daño moral, en el cual se encuentra comprendido el denominado
daño a la persona.
En el Perú se ha recogido en términos generales la distinción francesa. Así pues, en
sede contractual se señala en el Art. 1321 que se resarce “(…) El resarcimiento por
la inejecución de la obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso,
comprende tanto el daño emergente como el lucro cesante, en cuanto sean
consecuencia inmediata y directa de tal inejecución. (…).” Adicionalmente el Art.
1322 señala que “El daño moral, cuando él se hubiera irrogado, también es
susceptible de resarcimiento.”
En sede extracontractual el Art. 1985 indica que “La indemnización incluye, el lucro
cesante, el daño a la persona y el daño moral, (…).”

B. RELACIÓN DE CAUSALIDAD.
Producido el daño, o constatada su materialidad, para que el mismo tenga efecto
jurídico, es necesario determinar si existe un causante a quien se pueda atribuir
posteriormente la calidad de autor. Causante, es el sujeto que realizó una acción u
omitió actuar cuando estaba obligado y con ello finalmente produjo o desencadenó el
resultado dañoso (daño). Este resultado configura un cambio en el mundo exterior o la
falta del cambio que era esperado y mandado por el Derecho; esto es, constituyen la
afectación del bien jurídico.
La conducta acción causante del resultado se vinculan ente sí a través de una relación
o nexo causal en virtud del cual se habla de relación de causalidad en el Derecho de
daños o responsabilidad civil. Es en razón a esta relación de causalidad que se dice que
el resultado adquiere la calidad de efecto de la acción, a la vez que la acción adquiere
la calidad de causa de éste. Mediante esta relación de causalidad se discrimina a las
acciones o personas que, a pesar de haber tenido alguna participación en la producción
del daño, no resultan vinculadas jurídicamente, precisamente porque no existe una
relación de causalidad entre su acción específica y el resultado dañoso producido.
La relación de causalidad ha experimentado un proceso de evolución considerable,
inicialmente estuvo relacionada estrechamente con el concepto naturalista de la acción
que imperaba en las postrimerías del siglo XIX. En la actualidad ha experimentado una
orientación normativa, a partir de la cual sus conceptos contenidos y estructura, se
determinan en función de criterios jurídicos. En el derecho penal igualmente se ha
producido esta evolución especialmente para la teoría de la causalidad. La causalidad

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en el sentido jurídico es algo distinto a la causalidad en el sentido de las ciencias
naturales. “Por tanto, el análisis causal de la responsabilidad no se basa en el orden
natural de causas sino en la voluntad de la ley”. Es en este sentido que en ciertos casos
la relación de causalidad, para el derecho, no está determinada por la causalidad
natural, sino que el ordenamiento jurídico establece qué hechos o situaciones
antecedentes deben tenerse como causas de un resultado jurídicamente relevante.
Incluso en ciertos casos es la propia ley la que determina quiénes son los responsables,
aun cuando no sean causantes; tal es el caso de los responsables vicarios como los
empleadores o los representantes de incapaces.
1. TEORÍA DE LA CAUSA PRÓXIMA.
Para esta teoría sólo será causa, aquélla que es próxima en el tiempo a la
producción del resultado, las otras solamente serán condiciones. Toma en cuenta
sólo las causas inmediatas y directas. Esta teoría tuvo bastante influencia en
nuestro Derecho civil, incluso en el Código Civil de l984 aparece consagrada en su
artículo 1321°, donde se indica que el resarcimiento por la inejecución de la
obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, comprende tanto el
daño emergente como el lucro cesante, en cuanto sean consecuencia inmediata y
directa de tal inejecución. En este sentido se asume que en nuestro ordenamiento
jurídico se ha plasmado la teoría de la causa próxima para el caso de la
responsabilidad contractual; aun cuando para la responsabilidad extracontractual
se ha consagrado la teoría de la causa adecuada. Se critica duramente a esta teoría
porque tiende una cortina de humo que hace imposible determinar la
responsabilidad de quienes se encuentran detrás del agente inmediato del daño,
por lo que en el tema que nos ocupa no tiene aplicación.
2. TEORÍA DE LA CAUSA ADECUADA O DE LA ADECUACIÓN.
Conforme a esta teoría “causa es, en sentido jurídico, únicamente la condición
típicamente adecuada”. Esta teoría, desarrollada en l888 no por un jurista sino por
un filósofo, J. Von Kries, parte de una observación empírica; se trata de saber qué
causas normalmente producen un tal resultado. De esta manera, frente a un daño
se trata de saber cuál es la causa, dentro de la universalidad de causas que encarna
cada situación, que conduce usualmente al resultado dañino (...). Por consiguiente,
no todas las causas que necesariamente conducen a la producción de un daño
pueden ser consideradas como causas propiamente dichas de tal daño: no todas
las causas obligan a su autor a participar como responsable en la reparación del

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daño. Desde el punto de vista de la responsabilidad, se requiere que la causa sea
adecuada, es decir que sea idónea”.
Que una causa sea idónea o típicamente adecuada, conforme a esta teoría, significa
que esa causa normalmente será capaz de producir el resultado; produce
normalmente el resultado cuando conforme a la experiencia cotidiana o el curso
normal y ordinario de las cosas, a una acción determinada corresponde
determinado resultado; a determinada causa corresponde determinado efecto. Si
concurrieran diversas causas a la producción del resultado, la causa jurídicamente
relevante será la más adecuada o más idónea, las demás se consideran únicamente
como condiciones o factores concurrentes, pero no causas propiamente dichas.

C. LA ANTIJURIDICIDAD.
1. DEFINICIÓN:
Para BUSTAMANTE, la antijuridicidad es sinónimo de ilicitud, es tener un
comportamiento contrario a la ley, una infracción a la ley, etc. La antijuridicidad es
un supuesto en el cual la conducta de un sujeto es contraria no solo a la ley, sino al
orden público, a las buenas costumbres, por eso que se habla de los hechos ilícitos,
los hechos abusivos y los hechos excesivos.
Así mismo, cuando se imponen ordenamientos jurídicos, se hace con la finalidad
que todos los supuestos irrogados en la norma no sean cometidos, y en caso de
realizarse estarán sometidos a supuestos normativos que concluirán que dicha
conducta es antijurídica, es decir cuando se viola el sistema jurídico estamos
hablando de una afectación no solo al sistema en sí, sino a sus principios y valores.
Sin embargo, esta definición de antijuricidad “en el sentido de antijuricidad
genérica, no se acepta sino en el ámbito de la responsabilidad extracontractual, por
cuanto por el lado contractual se acepta que la antijuricidad es siempre y
exclusivamente típica y no atípica”. (Taboada, 2013, p. 37). Es decir que la
concepción tradicional de la antijuricidad es distinta cuando se habla de
responsabilidad contractual que de la extracontractual.
Según Taboada, refiere que hay conductas típicas y atípicas. Las primeras están
contenidas en hechos normativos y las segundas están en abstracto, siempre y
cuando contravenga el espíritu del ordenamiento jurídico. A su vez refiere que,
para la responsabilidad contractual, existe una obligación legal de indemnizar, de

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la cual, la conducta que la ha generado siempre será típica pues implica un
incumplimiento total, parcial, defectuoso, tardío o moroso. (Taboada, 2013).
Sin embargo, cuando hablamos de la responsabilidad extracontractual, las
conductas que la han generado serán típicas y atípicas, es decir se aplicara un
sentido amplio que fluyen de los artículos referidos a esta materia. Es decir que en
este tipo de responsabilidad hay una carta abierta para que cualquier tipo de
conducta que dañe o cause un perjuicio a un particular será susceptible de
indemnización. Al respecto los artículos 1969 y 1970, nos remiten a su espíritu.
Dicho esto, Taboada refiere que la responsabilidad extracontractual tiene ambos
tipos de conductas, la típica y la atípica, regulados, que además incluirían las
conductas típicas legalmente reguladas en la responsabilidad civil contractual.

D. FACTOR DE ATRIBUCIÓN.
La doctrina ha señalado que el factor de atribución constituye el fundamento del deber
de indemnizar. Por su parte, el artículo 1314 del Código Civil, refiere que: “Quien actúa
con la diligencia ordinaria requerida, no es imputable por la inejecución de la
obligación…”; en tal sentido, según OSTERLING (1998), “…basta (…) actuar con la
diligencia ordinaria requerida para no ser responsable por la ejecución de la obligación
o por su cumplimiento irregular…”.
En la doctrina y jurisprudencia existen dos principales factores de atribución:
subjetivo y objetivo.

a) FACTORES DE ATRIBUCIÓN SUBJETIVOS.


De acuerdo al tipo de responsabilidad que se analice, se examinará el grado de
diligencia y cuidado que era exigible y el que fue desplegado en el caso concreto.
Aquí tenemos:
1. EL DOLO:
Se define como la intención deliberada de causar daño a otro. Esta acepción de
dolo cabría tanto para el ámbito contractual como extracontractual, aunque en
el primero se señala que basta la intención deliberada de incumplir, retrasarse
en el cumplimiento o cumplir mal para que se entienda configurado el factor
de dolo.

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En ese sentido, según algunos juristas, es necesaria una definición más
específica cuando se trata de dolo civil, debiendo ser entendida como la
infracción consciente y voluntaria de un deber jurídico.
2. LA CULPA:
la culpa es el fundamento del sistema subjetivo de la responsabilidad civil.
Obviamente culpa, en sentido amplio, que comprende tanto la negligencia y la
imprudencia. La causación de daños por culpa es el supuesto de partida de
nuestro sistema jurídico en derecho privado: todos estamos sujetos a deberes
de cuidado, de precaución, y si al llevar a cabo una actividad los infringimos,
habremos de responder civilmente por los daños causados, es decir,
tendremos que repararlos.

3.1. OPCIÓN O CONCURRENCIA DE RESPONSABILIDADES


Son supuestos en los cuales no está claro si se deriva una acción de responsabilidad
contractual o extracontractual.
A pesar de que la teoría de la responsabilidad parezca ser muy clara, esto sucede
en la práctica en múltiples situaciones y más aun teniendo en cuenta la evolución
que ha tenido esta figura con el tiempo, buscando ampliar su campo de acción y
acoger nuevos supuestos.
La concurrencia puede producirse en dos supuestos diferentes, estos son:
1.- Cuando existe un contrato entre las partes, pero la responsabilidad puede
calificarse de extracontractual.
2.- No existiendo contrato la responsabilidad puede ser calificada como
contractual.

3.2. TIPOS DE RESPONSABILIDAD SEGÚN EL FACTOR DE ATRIBUCIÓN.


La doctrina utiliza dos criterios para atribuir a una persona el daño sufrido por la
víctima: la culpa, a la que se acompaña la negligencia; y, el criterio de la actividad
desplegada, esto es el riesgo creado. Se tiene que la culpa o negligencia es el
criterio de imputación utilizado de forma genérica y natural en todos los sistemas
jurídicos de responsabilidad civil y que en el nuestro se encuentra previsto en el

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artículo 1969 del Código Civil de 1984 para la responsabilidad extracontractual; así
como en el artículo 1321 del mismo Cuerpo Normativo, en relación a la inejecución
de obligaciones o la denominada responsabilidad contractual. Por otro lado, por
medio del criterio objetivo se imputa a una persona el daño que produzca la
actividad desarrollada, con independencia del nivel de contribución del imputado
en la producción del daño ni de la diligencia desplegada, tal como lo prevé el
artículo 1970 del actual Código Civil peruano. En consecuencia, de acuerdo con
estas propuestas, existen dos criterios de imputación: la responsabilidad por culpa
y la responsabilidad objetiva, por el desarrollo de actividades normalmente
peligrosas; es decir, la responsabilidad por riesgo.

a. LA RESPONSABILIDAD SUBJETIVA.
El artículo 1969 del Código Civil establece que “Aquel que por dolo o culpa causa
un daño a otro está obligado a indemnizarlo…”, de lo cual se tiene que el sistema
de responsabilidad subjetivo se construye sobre la culpa del autor. Aquí debe
tenerse en cuenta que el propio artículo citado establece que “… el descargo por
falta de dolo o culpa corresponde al su autor”, lo que significa que para nuestro
sistema civil la culpa del autor se presume. Por otro lado, algunos juristas
consideran que el contenido de la culpa a que se refiere el artículo 1969 del Código
Civil debe ser realizado en términos de análisis de las capacidades de prevención
de los sujetos; esto es, en términos económicos contrastados con la necesidad de
incentivar el desarrollo de la tecnología en actividades que así lo requieran. Por
esto, un problema de responsabilidad civil, debe ser afrontado con dos pasos
sucesivos de análisis que decidirán el criterio de imputación a aplicarse: a) Primero:
se identifican las capacidades de prevención de los sujetos. Si se presenta un
supuesto de prevención bilateral, deberá aplicarse el artículo 1969 del Código Civil.
Si se identifica un supuesto de prevención unilateral, deberá pasarse al siguiente
paso de análisis. b) Segundo: identificado un supuesto de prevención unilateral,
deberá contrastarse el estado de la tecnología al que pertenece la actividad
involucrada. Si dicha actividad no ha alcanzado aún un nivel tecnológico adecuado,
deberá aplicarse el artículo 1969 del Código Civil, esto es, la cláusula general
normativa por culpa. En cambio, si se comprueba que el estado de la tecnología a
la que pertenece la actividad es ya el adecuado, deberá aplicarse el artículo 1970
del Código Civil, esto es, la cláusula general normativa por riesgo.

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b. LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA.
La Responsabilidad Objetiva, cuyo origen histórico se remonta a la teoría del riesgo,
representa una evolución a favor de la víctima, teniendo por objetivo la obtención
concreta de la indemnización.
Según DÁVILA (2016), en la responsabilidad objetiva se responde por el resultado
producido por la práctica de una actividad intrínsecamente peligrosa, pero
aceptada socialmente, hasta el punto que no puede excluirse sin grave peligro de
la economía general. En estos casos, la ley permite la actividad, pero imputa a quien
está habilitado para ello el resultado dañoso producido por la misma, razón por la
cual obliga al aseguramiento. Es decir, que se está imputando la responsabilidad
por el riesgo de la actividad empresarial y se utiliza un argumento que pretende
mantener un equilibrio entre la conservación de la culpa como criterio de
imputación, cambiando el propio concepto de culpa.
Al respecto algunos autores consideran que la función compensatoria tiene su
razón de ser en un sistema de responsabilidad por culpa, individualista, en el que
el individuo debe responder por no haber actuado a la altura del nivel de diligencia
exigida. En cambio, la función distributiva tiene lugar cuando la sociedad toma la
decisión, mediante el establecimiento de una regla de responsabilidad objetiva, de
permitir ciertas actividades lícitas, pero riesgosas o peligrosas y lesivas sin que deba
demostrarse en todos los casos la existencia de culpa, para tener el derecho a una
indemnización, o por ejemplo cuando establece la responsabilidad del principal por
el hecho de su dependiente, conforme lo prevé el artículo 1981 del Código Civil
peruano. Por ello siempre que existe responsabilidad objetiva se desarrolla
paralelamente un mercado de seguros, las más de las veces obligatorio, que
permite distribuir los infortunios entre muchas personas, como la referencia
efectuada en el artículo 1987 del Código Civil de 1984 o el SOAT7, regulado a través
de la Ley General de Transporte y Tránsito y su Reglamento. Por lo tanto, se
sostiene con acierto que ambas funciones, la compensatoria y la distributiva tienen
su fundamentación en superiores principios de justicia, correctiva o conmutativa y
distributiva respectivamente.

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CAPITULO IV

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4. PRINCIPALES SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
Y EXTRACONTRACTUAL.

Lo que trataremos en adelante tiene que ver, con la responsabilidad civil. En tal sentido, ésta
puede ser contractual y extracontractual. La primera derivada del incumplimiento de un
contrato y la segunda que emerge de un hecho ilícito. La responsabilidad contractual se origina
en un contrato, en un vínculo jurídico anterior. Mientras que la extracontractual tiene su origen
en la ley, esto es, no reconoce vínculo jurídico anterior; y nace porque el deudor ha cometido
un acto ilícito. No existe en ésta algo preconstituido.

Pero, además, existen otras diferencias entre la responsabilidad civil contractual y


extracontractual. Así, por ejemplo, los daños y perjuicios de los que responde el deudor de la
responsabilidad contractual son los previstos, o los que hubiera podido preverse al tiempo de
constituir la obligación y que sean consecuencia de su falta de cumplimiento. El artículo 1321
del Código Civil dispone que queda sujeto a la indemnización de daños y perjuicios quien no
ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve.
En cambio, la indemnización en la responsabilidad extracontractual es mucho mayor desde que
contempla los daños y perjuicios previstos y los imprevistos.

Una concepción unitaria genérica por cuanto los sistemas de responsabilidad contractual y
extracontractual tienen profundas semejanzas, y dos regímenes porque estos sistemas tienen
diferencias que no pueden soslayarse y que han sido reconocidas por la doctrina y recogidas
por la legislación nacional y comparada. Aun los mismos defensores de las tesis de la unidad y
de unificación han admitido estas diferencias, bastará con nombrar a los hermanos Mazeaud,
defensores de la tesis de la unidad, quienes, haciendo lo propio, afirman que esas diferencias
no son fundamentales; no atañen a principios rectores, pero existen diferencias accesorias”, a
Luis De Gasperi y Augusto Morello, defensores de la tesis de la unificación, quienes sostienen
que “la doctrina que postula la unificación de ambos órdenes de responsabilidad civil rechaza
la identidad total y absoluta así como la total diferencia entre la responsabilidad contractual y
extracontractual”; y al maestro argentino Félix Trigo Represas, defensor de la tesis de la
unificación, quien manifiesta que en el Proyecto de Reforma de 1987 del Código Civil Argentino,
se propuso la unificación legislativa de los regímenes, pero acepta que “la aprobación del
aludido proyecto de 1987 no habrá de eliminar las diferencias, ya que siempre subsistirá la
disimilitud en el origen y en la estructura de la obligación de responder”.

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Vale aclarar que pesar que ambas responsabilidades tienen la misma finalidad reparadora con
elementos comunes, en la práctica, se presentan diferencias importantes. Así tenemos:
a) En cuanto a su origen.
La semejanza radica en que en ambos sistemas la responsabilidad surge por la violación de
una obligación preexistente. La diferencia está en la naturaleza de la obligación
preexistente que ha sido violada; en la responsabilidad contractual se trata de una
obligación de carácter contractual, es decir, según DIEZ PICAZO (1999) cuando entre las
partes existe un contrato o una relación contractual y los daños son debido al
incumplimiento o cumplimiento defectuoso de lo que es estrictamente materia del
contrato, se trata pues de una obligación determinada, concreta o específica; mientras que
en la responsabilidad extracontractual se trata de la violación de deberes generales de
conducta o de la regla general alterum non laedare (p. 253). En consecuencia, si se trata de
la responsabilidad extracontractual la obligación preexistente tiene un carácter legal, y si
estamos en el ámbito contractual la obligación preexistente será convencional. DIEZ
PICAZO (1999) señala que la responsabilidad no se define de acuerdo a la lesión causada,
sino al origen de la misma (p. 228).
b) En cuanto al factor de atribución.
Ambos son semejantes, porque tanto en la responsabilidad contractual como en la
extracontractual, para que exista responsabilidad, debe haber un factor de atribución en
virtud del cual exista la obligación de responder, es decir que debe existir “...alguna buena
razón para obligar a una persona a cubrir los daños...” (DE TRAZEGNIES, 2005, p.44) sufridos
por el damnificado. No obstante, ello, debe tenerse en cuenta que en la responsabilidad
contractual el factor de atribución. En palabras del jurista, BUSTAMANTE (1993) es
eminentemente subjetivo y consiste en la imputabilidad con culpa del deudor en la
inejecución del contrato. En cambio, en la responsabilidad extracontractual coexisten el
factor de atribución subjetivo: culpa; y, el factor de atribución objetivo: riesgo.
c) En cuanto al daño causado y el fenómeno resarcitorio.
El daño es un elemento común a ambos regímenes, es el presupuesto central de la
responsabilidad civil y como consecuencia lógica, también ambos regímenes persiguen
repararlo. Para DE TRAZEGNIES (2005) la razón de la indemnización no es la existencia de
un contrato, sino la presencia de un daño que debe ser reparado. Sin embargo, en la
responsabilidad contractual sólo se dan cuatro supuestos de daños: incumplimiento total,
incumplimiento parcial, cumplimiento defectuoso y cumplimiento tardío o moroso;

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mientras que en la responsabilidad extracontractual se pueden dar infinitos supuestos de
daños, pues ésta nace de una conducta que, simplemente, causa daño.

En cuanto al fenómeno resarcitorio, según OSTERLING & CASTILLO (2003) en la


responsabilidad contractual se hace una distinción, si el daño ha sido causado con culpa
leve, el deudor sólo responderá por los daños que pudo prever al momento de la
celebración del contrato, y si el daño es causado con dolo o culpa inexcusable, el deudor
debe responder por todos los daños, previsibles como imprevisibles. Mientras que en la
responsabilidad extracontractual no es posible efectuar esa distinción, por cuanto si el
agente ha actuado con dolo, culpa u otro factor, siempre responde de todos los daños
ocasionados, los que sean consecuencia inmediata y mediata del acto ejecutado.

Por otro lado, siguiendo con el fenómeno resarcitorio, para Trigo Represas, en la
responsabilidad contractual puede darse el llamado tarifamiento anticipado del monto de
los daños y perjuicios, o sea, las partes al celebrar el contrato pueden acordar, por medio
de una cláusula penal, el monto de la indemnización en caso de incumplimiento o
cumplimiento defectuoso del contrato, ello es factible en mérito del principio de autonomía
de la voluntad en materia contractual; sin embargo, en la responsabilidad extracontractual
no es factible un acuerdo anticipado. Citando a VIDAL explica que la autonomía de la
voluntad, denominada también autonomía privada, “no ha recibido una noción legal y ello
lo hace ser un principio no escrito. Su noción, por ello, es puramente doctrinaria”. “(...) la
autonomía de la voluntad es libertad y fuerza vinculante al mismo tiempo, ya que la
voluntad libremente exteriorizada mediante el acto jurídico crea la relación jurídica, la
regula, la modifica o la extingue, sin que el sujeto (…) pueda sustraerse de los efectos
vinculatorios que genera la manifestación de voluntad”.

Finalmente, siguiendo al mismo autor en caso de pluralidad de responsables, en materia


contractual la responsabilidad es en principio simplemente mancomunada; es decir que
cada responsable sólo está obligado a responder por su cuota parte o en proporción a su
parte, salvo que la solidaridad resulte del contrato o por mandato de la ley. En cambio, en
materia extracontractual, el principio que rige es el de la responsabilidad solidaria, es decir
que el damnificado puede accionar contra todos o contra cualquier responsable por el total
de la indemnización; o, en otras palabras, cada uno es solidariamente responsable de todo
el perjuicio.

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d) En cuanto al plazo prescriptorio.
Para Vidal Ramírez, la prescripción es una de las instituciones jurídicas más necesarias para
el orden social y se sustenta en el principio de seguridad jurídica; por ello agrega que si el
titular de un derecho durante considerable tiempo transcurrido no hace efectiva su
pretensión ejercitando la acción correspondiente para que el órgano jurisdiccional lo
declare y lo haga efectivo, la ley no debe ya franquearle la posibilidad de su ejercicio. La
responsabilidad civil contractual y extracontractual no escapa de este principio, pues la
acción que busca se declare y haga efectiva la reparación de un daño causado, en ambos
casos, prescribe por el trascurso del tiempo. La diferencia entre los dos regímenes radica
en que la acción de daños y perjuicios resultantes de un incumplimiento contractual
prescribe a los diez años, si se trata de acción personal o real; mientras que en materia
extracontractual la acción prescribe a los dos años.
Ahora bien, SANTISTEVAN (2008) ha señalado que la terminología invita rápidamente a
suponer como criterio distintivo al contrato. Así, mientras que la responsabilidad
contractual supone una lesión al crédito contenido en una relación obligatoria originada
por un contrato entre el deudor lesionante y el acreedor lesionado, la responsabilidad
extracontractual es consecuencia del incumplimiento del deber jurídico genérico de no
causar un daño a otro sin que medie un vínculo obligacional. Agrega que, hay que reparar
que la utilización del contrato como criterio distintivo de la responsabilidad civil no ha sido
adoptado por nuestro Código Civil, que utiliza un criterio de distinción diferente: la
obligación. En tal sentido, dentro de la terminología de nuestro Código Civil, ha de referirse
a “responsabilidad derivada de la inejecución de obligaciones” y no a responsabilidad
contractual.

Además de las distinciones mencionadas respecto a estas dos instituciones jurídicas, a


continuación, se exponen cuatro tesis sobre la responsabilidad extracontractual y contractual,
desde la concepción de diferentes juristas.

a) LA TESIS DUALISTA
Ésta sostiene que la responsabilidad contractual es absolutamente distinta de la
responsabilidad extracontractual. Esta posición extremista ha sido defendida por la
doctrina clásica francesa, tal como lo ha manifestado Luis De Gasperi y Augusto Morello:
“La división de la responsabilidad civil en contractual y extracontractual es una
consecuencia de la doctrina clásica francesa”; siendo sus principales defensores los juristas
Zachariae, Larombiere, Aubry y Raul.

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El fundamento esencial de esta teoría es su concepción de una dualidad de culpas, es decir
que, para sus defensores, existe una culpa contractual y una culpa extracontractual, ambas
totalmente distintas, “la culpa contractual supone una obligación concreta, preexistente,
formada por la convención de las partes y que resulta violada por una de ellas; la culpa
extracontractual es independiente de una obligación preexistente y consiste en la violación
no de una obligación concreta, sino de un deber genérico de no dañar. De allí que la culpa
contractual es simplemente un efecto de la obligación y, en cambio, la culpa
extracontractual es fuente de una obligación nueva” o dicho de otro modo y desde la óptica
del daño, “a veces el acto lesivo aparece como consecuencia de una obligación anterior, y
otras veces el acto lesivo constituye la fuente de una obligación nueva”.

El pensamiento radical de esta posición doctrinaria lo ponen de manifiesto los hermanos


Mazeaud y Tunc cuando, refiriéndose al clásico francés Saincteletle, afirman: “Hay algunos
que incluso llegan a sostener que la expresión responsabilidad debe ser reservada para la
esfera de los delitos y cuasidelitos; y que el término garantía debe ser el único empleado
en materia contractual”

b) LA TESIS MONISTA
Denominada también teoría de la unidad, sostiene que no existe diferencia esencial alguna
entre la responsabilidad contractual y la responsabilidad extracontractual, como tampoco
existen dos tipos de culpa.

La teoría de la unidad, en contra de la tesis dualista, propugna la unidad de la


responsabilidad civil partiendo de la unidad de la culpa y definiéndola como “la violación
de una obligación preexistente, sea ésta una obligación convencional, sea una obligación
legal”
Esta teoría fue sostenida por “primera vez por Lefevre en 1886, en un trabajo intitulado De
la Responsabilite Delictuelle et Contractualle y más tarde retomada por sendas tesis
doctorales por Grandmoulin y Aubin”; a estos se suman los franceses Merlin, Durantan y
Toullier, Savatier y Marcel Planiol, y en nuestro modo de ver también lo son los hermanos
Henry y León Mazeaud y André Tunc, quienes contradiciendo los fundamentos de la teoría
dualista afirman: “Cuando una de las partes se niega a cumplir la obligación puesta a su
cargo por el contrato o la cumple mal; por ese hecho la otra parte sufre un daño. Nace

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entonces una obligación nueva que sustituye a la obligación preexistente, ya sea en su
totalidad o en parte: la obligación de reparar el perjuicio causado por el incumplimiento o
por el mal cumplimiento del contrato”. Con ello los Mazeaud y Tunc sustentan que así como
en la responsabilidad extracontractual, el acto lesivo es fuente de una obligación nueve, en
la responsabilidad contractual, también lo es; o sea “en ambos casos se ve que nace una
obligación y se ve que esa obligación produce efectos”

Analizando más ampliamente el tema, esta tesis sostiene la unidad explicando que “cuando
se examinan los elementos constitutivos de la responsabilidad, se advierte que, en la esfera
delictual y en la esfera contractual, las soluciones son idénticas. En uno y otro caso deben
reunir tres requisitos para que exista responsabilidad: un daño, una culpa, un vínculo de
causa efecto entre la culpa y el daño”. Esta posición doctrinaria también es tan radical como
la primera, lo cual se verifica en el pensamiento de su defensor Marcel Planiol: “la existencia
de una verdadera y esencial diferencia entre las dos responsabilidades parece más un
capricho sin motivo y un absurdo legislativo.
c) LA TESIS DE LA UNICIDAD
Se sitúa en una posición intermedia entre la dualista y la monista, y postula una concepción
unitaria de responsabilidad civil pero un doble régimen de responsabilidad.
Los defensores de esta teoría basan su posición en dos fundamentos distintos; de allí que
nacen, dentro de la unicidad, dos corrientes de pensamientos también distintos. Una
defendida por el argentino Llambías quien encuentra el fundamento de la unicidad de la
responsabilidad civil en la unidad de culpa, porque “la culpa es una noción unívoca que el
derecho trata diversamente a través de dos diferentes regímenes de responsabilidad,
según que esa culpa sea considerada en la inejecución de los contratos o en la comisión de
hechos ilícitos” por lo tanto, “hay una sola culpa y un doble régimen de responsabilidad
culposa”.
La otra corriente, defendida por el español De Cupis y el Argentino Mosset Iturraspe y a la
cual se adhiere Jorge Bustamante Alsina, sostiene que el fundamento de la unicidad de la
responsabilidad civil no es la culpa sino la unicidad del fenómeno resarcitorio que conduce
a través del elemento del daño. Explica esta corriente que “la culpa es un factor de
imputabilidad que determina en algunos sectores de la responsabilidad el deber de reparar
el daño y por mucho que haya sido importante la culpa en el régimen de la responsabilidad
civil durante el siglo anterior y comienzos del presente (refiriéndose a los siglos XIX y XX) ya
no lo es tanto hoy día. En efecto, el daño es el presupuesto central de la responsabilidad

37
civil; de ahí que puede hablarse de un derecho de daños o de una responsabilidad por
daños”. Y si entendemos que el daño es el presupuesto principal, su consecuencia lógica,
común y relevante en ambos órdenes, sistemas o regímenes de responsabilidad civil, es la
necesidad de repararlo; de allí que se habla de la unicidad del fenómeno resarcitorio.

En favor de esta tesis también aboga Arturo Acuña Azorena cuando afirma: “si bien no hay
diferencias fundamentales entre los dos órdenes de responsabilidad, existen diferencias
accesorias, cuya importancia práctica es tan grande que justifica el establecimiento de una
línea demarcatoria entre ellos. De esta manera no habría, científicamente, dos
responsabilidades, sino dos regímenes de responsabilidad”.

d) LA TESIS DE LA UNIFICACIÓN
Los principales tratadistas que defienden esta posición doctrinaria son: Félix Trigo
Represas, Atilio Alterini, Roberto López, Luis De Gasperi y Augusto Morello. Esta teoría es
contraria a la teoría de la unicidad y se resume en la siguiente afirmación: “hoy día existe
en nuestra doctrina una suerte de consenso en el sentido de que no resulta posible precisar
con rigor cuales son las razones legitimantes de la separación entre la responsabilidad
contractual y la extracontractual, que ambas tienen la misma naturaleza y que por lo tanto
no se justifica la dualidad de sistemas (...) Pero la tendencia doctrinal mayoritaria, puesta
de resalto en los pronunciamiento de jornadas y congresos científicos, ha sido siempre y
reiteradamente, la de propiciar la unificación de los regímenes sobre responsabilidad
contractual y extracontractual”.
La unificación de los sistemas de responsabilidad civil encuentra su razón de ser en los
mismos fundamentos de la tesis de la unicidad, pero haciendo énfasis en que las diferencias
entre regímenes son sólo accesorias y lo importante es la existencia de una unidad genérica
porque “en ambas cosas estamos frente a la violación de una obligación preexistente: si se
trata de la responsabilidad extracontractual la obligación preexistente es legal, y si estamos
en el ámbito contractual la obligación preexistente será una convencional”.

38
CAPITULO V

39
5. LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL EN EL PERÚ.

a) EL CÓDIGO CIVIL DE 1852.


El codificador de 1852 adoptó el principio de la culpa como base para la determinación de
la responsabilidad, de acuerdo a la tradición de la época.
De la misma manera como el Código de Napoleón en el cual se inspira, el Código Civil
peruano de 1852 coloca la materia bajo el título "Obligaciones que nacen de delitos o de
cuasidelitos", marcando de esta forma el carácter de hecho ilícito del acto que produce el
daño resarcible y la necesidad de la presencia del dolo o de la culpa para configurarlo.
Esta culpa debe ser demostrada por el demandante en la generalidad de los casos. Sin
embargo, existen algunas situaciones en las que ya se admite una inversión de la carga de
la prueba. Este es el caso de la responsabilidad de los padres, guardadores, maestros y, en
general, personas que tengan a alguien bajo su cuidado, por los daños que cometan los
hijos, las personas sujetas a la guarda, los alumnos y, en general, aquellos sujetos al cuidado
de ellas, respectivamente: si bien esas personas responden de primera intención, están en
aptitud de liberarse de responsabilidad justificando que no pudieron impedir el hecho que
causó el daño (art. 2194). También sucede lo mismo con la responsabilidad por daños
producidos por animales, por los que responde el dueño; pero éste puede liberarse
probando que el animal se había perdido o extraviado sin su culpa (art. 2192).

b) EL CÓDIGO CIVIL DE 1936.


El legislador del Código Civil de 1936 se mantuvo dentro de la tradición de la culpa, con
algunas excepciones para las que acogió tímidamente la teoría objetiva.
A pesar de las intuiciones respecto de la presencia de un componente social en la
responsabilidad por accidentes y a pesar de sus esfuerzos por introducir un principio
objetivo de responsabilidad, esta labor de avanzada no fue comprendida.

c) EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1984.


Nuestro actual Código Civil de 1984 la responsabilidad extracontractual se encuentra
regulada en el Libro VII, Fuente de Obligaciones Sección Sexta, tanto como responsabilidad
objetiva como subjetiva.
El código civil de 1984 plantea dos teorías:
-La teoría subjetiva de responsabilidad y la teoría de riesgo creado.
-La teoría subjetiva está consagrada en el art. 1969 del código civil vigente y establece:
“aquel que por dolo o culpa cause un daño a otro está en la obligación de indemnizarlo”.

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Según esta norma, el peso económico del daño se traslada a su autor siempre que haya
obrado dolosamente o con imprudencia o negligencia. La culpa es analizada desde un punto
de vista moral; y, además, deber ser aprobada por el demandante. También se le denomina
culpa in concreto, por ser analizada desde las posibilidades personales del autor.
El Dr. Manuel A. Olaechea, ponente del Código Civil de 1936, sostenía que este principio
realiza una confusión entre los puntos de vista penal y civil, y es verdaderamente arcaico
en una época como la actual en que el problema de la responsabilidad no puede ser una
simple cuestión de conciencia sino también de orden económico. Fernando de Trazegnies,
por su parte, manifiesta: “se es culpable subjetivamente cuando no se han adoptado las
medidas que estaban al alcance del sujeto para evitar el daño”.
En cuanto a la teoría del riesgo el artículo 1970 del Código Civil de 1984, prescribe: “Aquel
que mediante un bien riesgosos o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o
peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a repararlo” Según este artículo quien use
un bien riesgosos, es responsable del daño causado a terceros. La velocidad y el riesgo
creado mediante bienes o actividades peligrosas, cobra, en el acontecer cotidiano, un alto
costo, de magnitud no mayor al beneficio, desde luego, pero que, desde el punto de vista
particular, suele generar graves sufrimientos a las personas. Se trata de los accidentes, que
acontecen en forma imprevista, con o sin culpa de sus protagonistas, y producen daños
muchas veces literalmente irreparables. La sociedad debe pagar por utilizar la velocidad y
los bienes y actividades riesgosas en la mejora de sus condiciones de existencia. Pero,
obviamente, dicho pago no debe limitarse al plano moral, dejando en las víctimas la
asunción del costo económico (costo real). Es decir, si la sociedad se beneficia del peligro,
debe asumir su costo económico.

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CONCLUSIONES
1. Podemos concluir diciendo que la responsabilidad civil puede ser definida como la

obligación que tiene un sujeto de derecho, sea por imputación objetiva o subjetiva, de

reparar un daño causado a otro por la violación de una obligación convencional o legal,

resultante de hecho propio, ajeno o de las cosas.

2. La Responsabilidad Civil está referida al aspecto fundamental de la Indemnizar los daños

ocasionados en la vida de relación a los particulares, bien se trate de daños producidos

como consecuencia del incumplimiento de una obligación voluntaria, principalmente

contractual, o bien se trate de daños que sean el resultado de una conducta, sin que exista

entre los sujetos ningún vínculo de orden obligacional.

3. La responsabilidad civil se debe estudiar desde sus dos vertientes, la contractual y la

extracontractual. Cada una de ellas tiene sus propias características, requisitos, orígenes y

consecuencias.

4. La responsabilidad civil extracontractual se presenta cuando el daño jurídicamente

indemnizable se produce sin que exista entre las partes una relación jurídica previa, o

existiendo ella, el daño producido es ajeno al incumplimiento de la de la obligación

voluntaria, sino simplemente se infringe el deber genérico de “no causar daño a otro

5. Los requisitos comunes de la responsabilidad civil extracontractual son: la antijuridicidad,

el daño causado, el nexo causal y los factores de atribución.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

1. BUSTAMANTE, J. (1993). Teoría General de la Responsabilidad Civil (Octava ed.). Buenos


Aires: Abeledo Perrot.
2. DÁVILA, G. (2016), CREACIÓN DE UN RÉGIMEN ESPECIAL PARA LA RESPONSABILIDAD CIVIL
EXTRACONTRACTUAL EN ACTIVIDADES DE RIESGO. Cajamarca. Universidad de Cajamarca.
3. DE TRAZEGNIES, F. (2005). La Responsabilidad Extracontractual (Vol. IV. Tomo I). Lima:
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
4. DIEZ PICASO, L. (1999). Derecho de Daños. Madrid. España: Civitas.
5. OSTERLING, F., & CASTILLO, M. (2003). Tratado de las Obligaciones (Vol. IV Tomo X). Lima:
Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú.
6. SANTISTEVAN, J. (2008). Responsabilidad Extracontractual derivada de Conductas
Anticompetitivas: Tipicidad, Antijuricidad y Calificación previa por parte de la
Administración. Lima.

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ANEXOS

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ANEXO 1: ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL

En la imagen se observa los elementos de la responsabilidad extracontractual que fue


materia de estudio de la presente.

RECUPERADO DE:
https://www.google.com/search?q=responsabilidad+civil+extracontractual&source=lnms
&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiwna2blIziAhWSo1kKHTVSByEQ_AUIDigB&biw=1600&bi
h=789#imgrc=tXoIavb_Y0sppM:

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ANEXO 2: EXPLICACIONES SOBRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL

En la imagen se observa unas de las causas para que se produzca una responsabilidad civil
extracontractual, como lo es un accidente de tránsito, donde no existe algo prestablecido
con anterioridad.

RECUPERADO DE:
https://www.google.com/search?q=responsabilidad+civil+extracontractual&source=lnms
&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiwna2blIziAhWSo1kKHTVSByEQ_AUIDigB&biw=1600&bi
h=789#imgrc=HsFJVCYYPbdNOM:

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ANEXO 3: LAS DIFERNCIAS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL Y
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL

En la presente imagen se puede observar, las principales diferencias entre la


responsabilidad civil contractual y la responsabilidad civil extracontractual que es materia
de investigación de los suscritos.

RECUPERADO DE:

https://www.google.com/search?q=responsabilidad+civil+extracontractual&source=lnms
&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiwna2blIziAhWSo1kKHTVSByEQ_AUIDigB&biw=1600&bi
h=789#imgrc=f7t_iL8IFqeonM:

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