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Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas Universidad de Chile

MA1002 - Cálculo Diferencial e Integral


Profesora: Natalia Ruiz G.
Auxiliares: Francisco Aliaga H.
Ricardo Arancibia C.
Benjamín Jauregui
Comentarista invitado:
Javier Maass M.

Comentando Semana 1
Bolzano Weierstrass y Continuidad
Resumen:

Se comienza el curso estudiando el concepto de subsucesión y se caracteriza la convergencia


de una sucesión mediante sus subsucesiones. Más generalmente, un resultado debido a Bolzano-
Weierstrass nos dice que no son solo las sucesiones convergentes las que tienen un punto en torno
al cual los términos de la sucesión se acumulan (el límite), sino que toda sucesión acotada posee
puntos de acumulación (que eventualmente pueden ser más de uno). Es decir, que toda sucesión
acotada tiene subsucesiones convergentes.
Se estudia más a fondo el concepto de continuidad presentado en el curso anterior.

1. Subsucesiones y caracterización de convergencia por


subsucesiones

Teorema (caracterización de convergencia de sucesiones).


sn → l ⇐⇒ Todas las subsucesiones de (sn ) converge a l

El teorema anterios nos dice básicamente que las sucesiones convergentes no pueden
acumularse en ningún otro punto que no sea el límite. En otras palabras, imaginen que en una
recta real dibujan una sucesión convergente con puntos rojos en los lugares respectivos. Entonces
verán solo un lugar en donde los puntos de la sucesión se aglomeran.
El teorema anterior resulta muy útil cuando buscan demostrar que una sucesión no es conver-
gente. Alguno de ustedes puede preguntar, ¿Pero Xavi, cómo es esto posiblee? Si quieren ver que
una sucesión (xn ) no es convergente utilizando el resultado anterior, basta con que demuestren que
(xn ) tiene dos subsucesiones que convergen a distintos límites o alguna subsucesión que diverja.

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Ejemplo 1. (Sucesión con cuatro subsucesiones convergentes)


La sucesión definida por

1


1+ n
si n es un múltiplo de 4
1

2 +
n
si n es un múltiplo de 4 más 1
sn = 1


3+ n
si n es un múltiplo de 4 más 2
 1
4+ n
si n es un múltiplo de 4 más 3
es un ejemplo de una sucesión con 4 puntos en los que la sucesión se acumula. En otras palabras,
con 4 subsucesiones convergentes. A decir, s4n , s4n+1 , s4n+2 y s4n+3 que convergen a 1, 2, 3 y
4 respectivamente.
Para recordar clases de equivalencia, la sucesión anterior se puede definir equivalentemente
como
1 + n1


 si n ≡4 0
2 + 1

si n ≡4 1
n
sn = 1


 3+ n si n ≡4 2
1
n ≡4

4+ n si 3
y es exactamente lo mismo.
Ejemplo 2. (Probar que una sucesión NO es convergente)
Decidir si la sucesión  πn 
un = sen
4
es convergente.
Antes de lanzarnos de cabeza a demostrar que es convergente (que es ciertamente un proceso
un poco más largo), vale la pena reflexionar con el teorema anterior si la sucesión es convergente
o no.
La intuición al menos dice que no, puesto que los sen(·) son altamente oscilatorios, y el n está
en una posición en la que puedo hacer que el sen(·) se vaya por múltiples periodos. En efecto,
u8n = sen(2πn) → 0 y u2+8n = sen π2 + 2πn → 1.
Luego, en virtud del teorema anterior, la sucesión (un ) no converge.
Ejemplo 3. (¿Es convergente?)
Dada una sucesión (un ) tal que ∀n : |un+1 − un | ≥ 21 . ¿es (un ) convergente?
Notemos que la subsucesión vn = u2n cumple que todos sus términos están separados por al
menos 1/2, esto pues |vn+1 − vn | = |u2n+2 − u2n | ≥ 12 . Luego, (vn ) no puede ser convergente (de
hecho, se va a ∞). En efecto, |vn − v1 | ≥ n−1
2
, lo cual implica que |vn | ≥ n−1
2
+ |v1 | por desigualdad
triangular. Luego, se puede concluir que vn → ∞ cuando n → ∞ (no es necesario escribir cuando
n → ∞ puesto que con límite de sucesiones este es el único tipo de límite que tiene sentido calular).
Como encontramos una subsucesión de (un ) que no es convergente, podemos concluir que (un )
no es convergente en virtud del teorema visto.

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2. Teorema de Bolzano - Weierstrass

Teorema (Bolzano-Weierstrass).
Toda sucesión acotada tiene al menos al menos una subsucesión convergente.

El teorema dice básicamente que si en un espacio confinado (un conjunto acotado) tengo una
colección infinita de puntos (una sucesión), entonces necesariamente la sucesión tiene que acu-
mularse en algún punto. Es decir, que la sucesión debe tener una subsucesión convergente.
Una forma de convencerse de lo anterior, es hacer un experimento mental e imaginar que dividen
un intervalo acotado [a, b] en 10 partes iguales. Luego, que dibujan infinitos puntos rojos sobre
el intervalo. Necesariamente al menos uno de los 10 intervalos (pueden ser más) tendrá infinitos
puntos rojos. Lo anterior sigue siendo cierto incluso si dividen el intervalo [a, b] en n partes iguales,
con n muy grande. La demostración del teorema son precisamente las ideas anteriores, pero con
un poco más de detalle.
Ejemplo (Conjunto imagen de función acotada).
Sea (xn ) una sucesión tal que xn → ∞. Demostrar que la sucesión (xn ) tiene una subsucesión
(xφ(n) ) tal que (yn )n∈N , con yn = cos(xφ(n) ), es convergente.
Notemos que en esta situación no podemos utilizar BW sobre (xn ) puesto que no es una
sucesión acotada (pues xn → ∞).
No obstante, probaremos que la sucesión zn = cos(xn ) tiene una subsucesión convergente.
En efecto, para ello solo basta probar que (zn ) es una sucesión acotada. Es decir, que ∃M > 0,
|zn | ≤ M ∀n ∈ N. En efecto

|zn | = | cos(xn )|
≤ 1 ∀n ∈ N

Donde la desigualdad anterior es porque cos es una función acotada y sin importar lo grande
que sea su argumento x̄, | cos(x̄)| ≤ 1.
Así, por BW podemos concluir que (zn ) tiene una subsucesión convergente, digamos yn =
zφ(n) = cos(xφ(n) ). Notemos que no es necesario decir que φ(·) es una función estrictamente cre-
ciente, puesto que esto está implícito en el hecho de que (yn ) es subsucesión de (zn ).
Notar finalmente que el resultado anterior también es cierto si en vez de cos(·) utilizamos una
función f acotada arbitraria (es decir, una función tal que ∃M > 0, |f (x)| ≤ M ∀x ∈ Dom(f )).

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3. Funciones continuas

Definiciones (Continuidad a través de sucesiones)


Se dice que una función f : A ⊆ R → R es continua en x̄ ∈ A ssi

∀(xn ) ⊆ A, xn → x̄ ⇒ f (xn ) → f (x̄)

Vale decir, siempre que nos acerquemos a x̄ en el dominio, independiente de cómo, la función
tenderá a ser f (x̄) (la imagen de x̄)
La forma más simple de argumentar la continuidad de una función, es a través de los Teoremas
de Álgebra de funciones continuas y Teoremas de Composición de funciones continuas. Estos
resultados, en conjunto con su lista de funciones continuas conocidas (probaron su continuidad
en el curso anterior), permite realizar argumentos
√ de continuidad en una línea. Por ejemplo, decir
que la función h(x) = x5 exp(x arctan( x)) es continua, es directo por álgebra y composición de
funciones continuas.
Sin embargo, como la vida no siempre es bella, no siempre se puede argumentar así. Es el
caso, por ejemplo, de funciones definidas por llaves, como el ejemplo del apunte, consideramos:

x si x ∈ Q
f (x) =
x2 si x ∈ I

Pese a que x y x2 son funciones continuas, eso no implica que f sea una función continua, puesto
que la función f cambia su comportamiento entre una y otra, dependiendo de si el argumento es
racional o irracional. Luego, a priori no es directo que si (xn ) → x̄, entonces f (xn ) → f (x̄) (puesto
que los términos xn pueden ser tanto racionales como irracionales), por lo que hay que hacer un
argumento más elaborado (ver apunte).

4. Caracterización  − δ de la continuidad
Muchas veces, nuestra definición por sucesiones de la continuidad no nos será útil a la hora
de pensar un problema. Por esto, a veces nos conviene rescatar del baúl de los recuerdos una de
nuestras viejas ideas de límites, a fin de caracterizar la continuidad de una forma distinta.

Teorema (Caracterización  − δ de la continuidad)


Sea f : A ⊆ R → R y x̄ ∈ A. f es continua en x̄ ssi

∀ > 0, ∃δ > 0, ∀x ∈ A {|x − x̄| ≤ δ ⇒ |f (x) − f (x̄)| ≤ }

Esta caracterización es casi exactamente igual a la de un límite lı́mx→x̄ f (x) = L solo que ahora
requerimos que x̄ ∈ Dom(f ) y que L = f (x̄) para que la función sea continua (en el fondo,
trabajamos dentro del dominio de f , cosa que no siempre se daba en nuestros límites clásicos).

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¡Genial! Pero, ¿para qué tanto enredo con  − δ si ya sabíamos lo que significaba ser continua?
La gran utilidad de realizar caracterizaciones de una propiedad radica en que, dependiendo del
contexto, unas pueden resultar más útiles que otras. Es como en la vida, donde las herra-
mientas que usamos para resolver un problema, casi siempre dependerán de la situación en que
nos encontremos.
Ejemplo . ¿Para qué nos enredamos?
Imaginen que cuando pasan a comprar el pan, alguien los para y les pregunta: "Si tengo
f : A ⊆ R → R que cumple que ∃L > 0 : |f (x) − f (y)| ≤ L|x − y| para todo x, y ∈ A. ¿Puedo
decir que f es continua ∀x̄ ∈ A?"
Más de alguien podría intentar pensar este problema con sucesiones (de hecho, quedan más
que invitados a hacerlo), sin embargo, vemos que aparecen cosas como |f (x) − f (y)| o |x − y| que
nos hacen intuir que quizás convenga atacarlo con  − δ.
Sea que nos damos  > 0 y x̄ ∈ A arbitrarios (para probar la propiedad ∀ y ∀x̄). Hay que
demostrar que ∃δ > 0 tal que: |x − x̄| ≤ δ ⇒ |f (x) − f (x̄)| ≤ 
Es decir, tendremos que encontrar una vecindad suficientemente chica en torno a x̄ (un δ fijo,
que por lo general dependerá de los datos  y x̄, ¡nunca de x!), de modo que las imágenes de todos
los puntos de dicha vecindad estén a una distancia  de f (x̄). Matemáticamente: f ([x̄ − δ, x̄ + δ]) ⊆
[f (x̄) − , f (x̄) + ].

¡OJO! El δ casi siempre depende de , pues este determina el ancho de la vecindad en


torno a f (x̄) en la cual queremos lograr entrar (la única excepción es la función
constante, ¿por qué? ¡Dibújenlo!).
Además, δ puede depender de x̄, principalmente porque existen funciones que se
comportan de forma muy caótica en ciertos puntos, pero no en otros; tiene sentido que
el punto x̄ en cuestión determine qué tan fino debe hilar nuestro δ. Sin embargo, esto
puede no suceder, y si el δ resulta ser independiente del punto x̄ estudiado, la función
se dirá uniformemente continua.

Queremos que |f (x) − f (x̄)| ≤  y sabemos, por propiedad del enunciado, que |f (x) − f (x̄)| ≤
L|x − x̄| (pues en particular x, x̄ ∈ A).
Luego, parece que nos basta imponer que x esté a una distancia L de x̄ para concluir. Esto,
porque si δ = L , tendremos que los puntos tal que |x − x̄| ≤ δ van a cumplir que

|f (x) − f (x̄)| ≤ L|x − x̄| ≤ L · =
L
Con lo que se concluye que f es continua en x̄. Como x̄ es arbitrario en el dominio, entonces f es
continua ∀x̄ en todo su dominio.

Definición. Llamaremos simplemente función continua a cualquier función f : A ⊆ R → R


que sea continua ∀x̄ ∈ A.

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5. Continuidad por límites laterales


Dado que la continuidad está tan fuertemente ligada a los límites, tiene sentido que podamos
aprovechar algunas de sus grandes propiedades.

Teorema. (La Continuidad como límite)


Dada nuestra caracterización  − δ de antes, tiene sentido que podamos escribir
también que:

f es continua en x̄ ⇔ lı́m f (x) = f (x̄)


x→x̄

En particular, también tiene sentido revivir la propiedad de los límites laterales:

lı́m f (x) = f (x̄) ⇔ lı́m+ f (x) = lı́m− f (x) = f (x̄)


x→x̄ x→x̄ x→x̄

Y con esto, nos basta con hacer cuadrar los límites laterales de la función en f (x̄) para
poder decir que f es continua en x̄.

Ejemplo. (Un clásico)


Imaginen que un día los despierta un matemático loco, desesperado porque necesita encontrar
qué valor debe tener a para que la siguiente función sea continua en 0:
 2
 x , si x 6= 0
f (x) = tan(x)
a, si x = 0

Si bien esta función no requiere que usemos límites laterales, sí es necesario que se satisfaga que

lı́m f (x) = f (x̄), en particular, lı́m f (x) = f (0) = a


x→x̄ x→0

Esto no es muy complejo si descomponemos la expresión de nuestra función en x 6= 0:

x2 x
= · x · cos(x)
tan(x) sen(x)
sen(x)
Sabemos que lı́mx→0 x
= 1, lı́mx→0 cos(x) = 1 y lı́mx→0 x = 0 y por álgebra de límites:

x2 x
lı́m = lı́m · x · cos(x) = 1 · 0 · 1 = 0
x→0 tan(x) x→0 sen(x)

Luego, nos basta definir que f (0) = 0, o bien, a = 0, para poder decir que f es continua en
x = 0. ¿Pero y si nos hubiera pedido que demostráramos que f es continua en todo su dominio?
No habría problema, puesto que fuera del cero se puede argumentar la continuidad por teoremas
de composición y álgebra de funciones continuas.

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6. Discusión del concepto de continuidad: derribando mitos


Profundizaremos un poco la concepción de continuidad en un punto. Usualmente son al menos
dos las creencias no tan exactas de la continuidad.
“las funciones continuas son las funciones que se pueden dibujar sin levantar el lápiz"
“Una función no puede ser continua en un único punto"
Pese a que todas las funciones que dibujen sin levantar el lápiz son continuas, estas últimas están
lejos de caracterizar el conjunto de funciones continuas. Es decir, hay funciones continuas que SÍ
se pueden dibujar levantando el lápiz, y de hecho hay funciones continuas que se pueden dibujar
levantando el lápiz no numerables veces.
Contraejemplo 1. (función continua en todo su dominio con un salto)
Lo primero que hay que entender es que para que una función f sea continua en un punto x̄,
es necesario que x̄ ∈ Dom(f ). Así, por ejemplo, la función
(
1, si x ∈ (1, 2)
f (x) =
0, si x ∈ (2, 3)

Será continua en todo su dominio (Dom(f ) = (1, 2) ∪ (2, 3)), pese al salto que tiene en 2. Un
alumno en clases el semestre me pregunto: “cómo es posible esto, si la función tiene un salto en 2?".
La respuesta es que estudiar la continuidad de f en 2 no tiene sentido, puesto que 2 no pertenece
al dominio de f y una condición preliminar para poder estudiar la continuidad de una función en
un punto (en este caso 2), es que dicho punto pertenezca al dominio.
Contrajemplo 2. (función continua en un único punto)
Considere la función
(
x, si x ∈ Q
f (x) =
0, si x ∈ I

Demostrar que f es continua solo en 0.


La función anterior es intuitivamente continua en 0, puesto que los puntos cercanos a 0,
independiente de si son racionales o irracionales, se mantendrán cercanos a f (0) = 0. Usaremos
sucesiones:
Sea (xn ) una sucesión tal que xn → 0. Queremos probar que f (xn ) → f (0) = 0 (pues 0 es
racional).
En efecto, sea  > 0. Queremos ver que ∃n0 ∈ N, ∀n ≥ n0 , se tiene que |f (xn )| ≤ .
Como xn → 0, tendremos que ∃n0 tal que |xn | ≤  (es decir, a partir de un momento se achica
mas que el  que fijé).
No sabemos si xn es racional o irracional, por lo que no podemos saber el valor explícito de
f (xn ). Sin embargo, lo que sí sabemos es que |f (xn )| ≤ |xn | y que |xn | ≤  ∀n ≥ n0 .

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Luego, |f (xn )| ≤  ∀n ≥ n0 , que es lo que buscábamos. 


Para probar que f es discontinua en x > 0 la idea es la misma. Supongamos que x ∈ I como
primer caso. Consideramos una sucesión (qn ) de racionales tal que qn → x (existe por densidad de
los racionales en los reales). Tendremos que f (qn ) = qn 6→ 0 = f (0), por lo que f no es continua
en x ∈ I.
El caso en que x > 0 es racional es parecido y queda de ejercicio. 
Contraejemplo 3. (función continua en todos los irracionales)
La función de Thomae
(
1
q
si x = pq ∈ Q , con mcd(p, q) = 1
f (x) =
0 si x∈I
es una función que es continua en todos los irracionales y discontinua en todos los racionales.
Veamos que es continua en los irracionales. En efecto, sea x̄ ∈ I, y sea  > 0.
Consideremos (xn ) una sucesión arbitraria tal que xn → x̄. Queremos probar que
|f (xn ) − f (0)| = |f (xn )| ≤  a partir de un momento.
1
Tomemos un n̄ ∈ N tal que  > n̄
(existe por arquimediana). (∗)
La clave está en notar que el conjunto
n̄  
[
−1 1
A= f
k=1
k

es finito. En efecto, notemos que para k1 con k ∈ {1, ..., n̄} hay a lo más finitas preimágenes x ∈ [0, 1]
a través de f . Más específicamente, son todos los yj = kj con j ∈ {1, ...,k} y tal que mcd(j, k) = 1.
Notando que solo pueden haber finitos de tales yj , se tiene que f −1 k1 es finito, con lo cual A es
finito (por ser unión finita de conjuntos finitos).
Ahora bien, como A es un conjunto finito, a lo más puede contener finitos elementos
de (xn ). Así, debido a como definimos A y por como fijamos n̄ en (∗), tendremos que todos los
elementos de la sucesión xn ∈ [0, 1] ∩ Ac cumplirán que |f (xn )| ≤ . El n0 que me sirve será
n0 = máx{i : xi ∈ A}.
Luego, |f (xn )| ≤  ∀n ≥ n0 .
Se concluye que f es continua en todos los irracionales.
La discontinuidad de f en los racionales queda propuesta como ejercicio. 
¿Cuál es, entonces, la idea de continuidad?, ¿Está completamente mal lo de no levantar el
lápiz ? La idea que podemos rescatar de función que se puede dibujar sin levantar el lápiz, y que sí
tiene mucho que ver con la continuidad, es que una función es continua en x̄ si puedo hacer que
las imágenes de puntos x se mantengan arbitrariamente cercanos (es decir, todo lo que
cerca que yo quiera) a la imagen f (x̄), si acerco lo suficiente x a x̄ .
En palabras simples, pueden pensar que son funciones que cambian poco (tanto como yo
quiera) cuando cambio (suficientemente) poco el argumento.
¡Mucho ánimo con el estudio!

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