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Excepciones a la
confidencialidad y secreto
profesional. Deber o facultad
por SUSANA DE TOMASO DE RODRÍGUEZ DE LA TORRE, PATRICIA
KUYUMDJIAN DE WILLIAMS
2005
www.saij.jus.gov.ar
Id SAIJ: DACC050087
CONCLUSIONES 1.- La regla de confidencialidad está directamente relacionada con el
concepto de secreto médico.
2.- Sus fundamentos morales se vinculan con el respeto por la autonomía y la intimidad de las
personas.
4.- Sólo en casos excepcionales puede el médico violar el secreto profesional y revelar la
información suministrada por su paciente.
5.- Hay excepciones de interpretación restrictiva, que surgen ante una " justa causa de
revelación".
9.- Frente a la duda que se le presenta al profesional sobre el respeto al secreto médico o la
revelación a terceros para proteger la integridad de estos ante el riesgo de contagio,
propiciamos recurrir a los Comités de Bioética a fin de que a través de su dictamen otorguen al
médico mayores elementos en la toma de la decisión.
FUNDAMENTOS:
La regla de la confidencialidad deriva del respeto por el derecho a la intimidad, pero no debe
confundirse con el sentido amplio de intimidad, sino que es una manifestación particular y
especial de la misma y sólo puede asegurarse en un contexto de relación entre el equipo de
salud y las personas que demanden atención médica.
"Se trata de un derecho personalísimo con rasgos y características que le son propias y que
deben tenerse presentes a la hora de evaluar los alcances del deber de guardar secreto, para
que los miembros del equipo de salud conozcan los límites dentro de los cuales pueden
desarrollar su actividad".(1) El paciente revela al médico determinada información al ser
atendido y el profesional se compromete a no revelarla. Sin embargo, puede surgir la
obligación moral y legal de revelarla, si se dan las circunstancias que fija la ley.
Consideramos que este supuesto puede aplicarse en los casos en los cuales la persona
infectada se niegue a comunicar su enfermedad a otras, en especial a su pareja quién tiene un
riesgo potencial de contagio y por lo tanto, los médicos intervinientes pueden y hasta quizás
deben suministrar la información a fin de que dichas personas puedan:
La revelación de la infección para evitar la transmisión del virus HIV, es una situación que
pendula entre el puede y el debe, según las circunstancias del caso.
El médico debe primero intentar por todos los medios, incluso con la intervención
interdisciplinaria, convencer al paciente sobre la necesidad de que él revele la información a
su pareja. La confidencialidad es muy importante en los enfermos con serología positiva ya
que el éxito del tratamiento depende esencialmente de la adhesión que el paciente le preste al
mismo y esa adhesión está ligada a la relación de confianza generada entre el médico y el
paciente. Si el paciente pierde la confianza en el equipo de salud es posible que abandone el
tratamiento. Sin embargo, si el enfermo persiste en su actitud y tiene una pareja estable, el
médico puede violar el secreto profesional amparándose en el " estado de necesidad".
Por otra parte debemos recordar que recientemente ha sido dictada la ley de confidencialidad
de la información Nº 24.766, referida a la información comercial, protegiendo su secreto y
castigando su divulgación.
Lo que debemos tener en claro es que frente a la persona renuente a transmitir la información
sobre su enfermedad a su pareja en riesgo, deben actuar interdisciplinariamente todos
aquellos miembros del equipo de salud que puedan ayudar a descubrir las razones de la
negativa y tratar de lograr convencer al paciente de que lo mejor para ella en esa situación, es
que revele personalmente a su pareja, la infección de la cual es portadora, a fin de
implementar las acciones preventivas y terapéuticas necesarias.
El caso se refería a un psico- terapeuta quién por no violar el secreto profesional, no había
dado aviso a la novia de su paciente de que el mismo había manifestado en las sesiones de
terapia su intención de matarla, cosa que finalmente ocurrió. El tribunal reputó ilícita la
conducta omisiva del médico, debiendo, en su caso, advertir a la posible víctima, notificar a la
policía, o adoptar cualquier paso razonable y necesario según las circunstancias". Precisó que
la revelación del secreto debía ser discretamente, para proteger la privacidad del paciente, "
en la mayor medida compatible con la prevención del peligro" (5) El fallo provocó numerosas
críticas y la Asociación Psiquiátrica Americana opinó que representaba una amenaza para la
relación terapeuta- paciente ya que minaba la confianza y por otra parte introducía exigencias
difíciles de llevar a cabo como la capacidad de efectuar prognosis certera de peligrosidad.
En otros fallos, se reconoce que el médico tiene la facultad de revelar el secreto médico, sin
que se repute violación al mismo u ofensa al derecho a la intimidad. Éste fue el criterio emitido
en el dictamen de la Comisión Presidencial para la Epidemia del HIV, y de tal modo fue
establecido en las leyes de algunos Estados de ese país, así como en un resonado caso
fallado en Nueva York. En cambio, la Asociación Médica Americana, estableció el deber
médico de revelación, en el caso de referencia. (10) A la Corte del Estado de California le tocó
resolver una demanda interpuesta contra un médico que no reveló la existencia de la infección
HIV en una de sus pacientes, provocando graves daños a ella y a su pareja. El caso se refiere
a una niña de doce años que contrae el virus debido a una transfusión de sangre. El
profesional médico, al comprobar este hecho, no se lo informa a su paciente. A los tres años,
la joven comienza una relación de pareja, muriendo un tiempo después. Su pareja resulta
contagiada del virus HIV y demanda al médico por no haber revelado ni a su paciente ni a él la
existencia del virus HIV en la joven. Siguiendo con la doctrina sentada en el caso Tarasoff, la
Corte de Apelaciones condenó a ese médico por no haber revelado la infección por HIV, tanto
a la paciente como a su pareja en riesgo de contagio. (11) En la causa Liperi vs. Sears
Roebuck y Co., la Corte de Nebraska consideró que debía extenderse el deber de cuidado y
prevención aún cuando no se trate de personas identificables. La Corte Suprema de Vermont
resolvió que el terapeuta es responsable por no haber advertido al padre de su paciente que
éste había planeado quemar su granero, a pesar de que había prometido al terapeuta que no
lo haría. (12) En el Estado de Nueva York en 1988 se sanciona la Ley de Confidencialidad y la
reforma al Código de Salud(Sección 2782(4)). La norma establece que los médicos podrán
divulgar la posibilidad de riesgo, sin individualizar al paciente index, si se reúnen las siguientes
condiciones: 1) el médico considera razonablemente que la notificación es necesaria,
habiendo riesgo importante de contagio; 2) se le ha notificado al paciente sobre la necesidad
de comunicar el hecho a su pareja; 3) si el médico tiene motivos fundados para creer que el
paciente no notificará a su pareja; 4) si el paciente ha sido informado por el médico de su
intento de notificar a la pareja y le ha dado la oportunidad de que elija si prefiere que la pareja
sea notificada por él o por un oficial de Salud Pública.
La doctrina nacional, por su parte, sostiene que debe revelarse a la persona expuesta al
riesgo de infección de SIDA, la existencia de la enfermedad y la posibilidad de contagio.(15)
EL Dr. Adolfo Tamini expresa que le parece que es mucho peor el mal que sufre aquel que
estando sano puede resultar contagiado por un portador o enfermo, que el mal que puede
sufrir el portador o enfermo por el hecho de que se sepa de su enfermedad.
La jurisprudencia de nuestro país, así como las normas de la Ley 23.798 y su Dec. Reg.
1244/91en lo referente al SIDA y las causas de revelación, son de carácter restrictivo. Estas
disposiciones se complementan con las de la Ley 24.766, sobre Confidencialidad de la
Información y se refiere a la información comercial, protegiendo su secreto y castigando su
divulgación.(16) En la práctica los médicos se encuentran frente a un gran dilema:
Si el profesional médico considera que está frente a un " mal mayor" y por lo tanto debe
informar la infección o enfermedad a una tercera persona, y luego un Juez entiende que no se
estaba ante un" mal mayor" y por lo tanto se ha violado el secreto profesional, el médico
podría llegar a ser inhabilitado hasta tres años. Por el contrario, si el profesional entiende que
no se encuentra frente a un "mal mayor" y por ello debe resguardar el secreto profesional, y
posteriormente un Juez entiende que el médico si estaba frente a un "mal mayor" y que el
incumplimiento del deber de informar produjo en consecuencia la muerte del otro, podría sufrir
pena de prisión como autor de homicidio (por dolo eventual o por culpa con representación,
según fuese el caso).
La única solución al problema sería promover una nueva norma que especifique claramente
cuáles son los casos en que el médico debe informar para evitar "un mal mayor", para ayudar
a los profesionales de la medicina con algunos criterios precisos.
(1) Maglio I. "Guías de buena práctica ético- legal en vih/ sida". Buenos Aires: Ed. Arketypo-
2001).
(2) Morelli, Mariano -" Secreto, Confidencialidad y Biomedicina" (3) Maglio I. "Guías de buena
práctica ético- legal en VHI/SIDA- Buenos Aires; Ed. Arkhetypo-2001).
(4) Bayer R. Toomey K. "HIV Prevention and the two faces of partner notification". American
Journal of Public Health 1992:82 (8):1158-1164).
(5) Morelli, Mariano -artículo citado-Cfr. Cartier Poland, Susan, Landmark Legal Cases in
Bioethics, en Kennedy Institute of Ethics .Journal, june 1997, p.200) (6) Tale, Camilo-" Examen
de las actitudes y de los principios de la bioética contemporánea predominante"- Principios de
Bioética- Fundación Alberto J.Roemmers- Pontificia Univ. Católica Argentina- Instituto de
Bioética-Bs.As.1998-pag.177-Cfr. Ronald Bayer y Larry Gostin, Aspectos Legales y Eticos
relativos al SIDA, en Bioética- Temas y Perspectivas. Organización Panamericana de la Salud,
Washington, 1990, pp.99 ss.).
(11) Gostin I.O. "Confidentiality vs the duty to warn: ethical and legal dilemmas in the HIV
epidemic". J Int Assoc.Physicians AIDS Care 1995;I: 33-34).
(14) López Azpitarte, Eduardo, Etica y Vida- Desafíos Actuales, San Pablo, 1990,
pag.344/345-Conf. Fahyt, Anethical dilema, The Lancet).
(15) Wierzba S.M., Sida y Responsabilidad Civil, Ad Hoc, Buenos Aires, 1996.
(16) Morelli, Mariano - artículo citado.-
[-]
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