You are on page 1of 1

UN MUNDO DE COLORES

En el jardín del viejo hospital de los muñecos se hallaba la casa de hormigas más
gigante del mundo, había allí un imperio de gloriosas hormigas, cuyos machos
amistosos se dedicaban a atender y consentir, en esta colonia de hormigas habían
cientos de obreras esclavas del poder de la reina mayor llamada Dalia, ella
permanecía con su sonrisa maldadosa mientras observaba el arduo trabajo de las
hormigas sirvientes, Dalia desobedecía la carta magna y obligaba a las hormigas
obreras a trabajar día y noche sin descanso, sin comida y por caminos empedrados;
un día cuando Dalia salía a dar su paseo nocturno para escuchar y oler la noche,
Leonor, la hija de Dalia se acerco al dormitorio común para ver si podía encontrar
alguna amiga entre las hormigas trabajadoras, ya que era la única princesa entre
tantas reinas, y no tenia nadie con quien jugar, como nunca había salido de su
cuarto, Leonor se perdió y se adentro en un camino oscuro y empedrado, estaba
muy asustada y empezó a llorar a gritos, un halcón malvado que estaba cerca al
hospital, escucho el llanto de la desconsolada hormiga y con su rostro ansioso salió
volando con sus patas y su pico listo para agarrar a su próxima víctima
desprotegida , cuando Leonor vio ese animal inmenso que se acercaba a ella salió
corriendo y gritando muy fuerte, ¡¡¡¡ auxilio, ayuda… auxilio, ayuda !!!! Su madre
quien se encontraba cerca escucho los gritos de ayuda y se dirigió de inmediato al
dormitorio común que no quedaba muy lejos a pedir ayuda para salvar a su adorada
hija, todas la hormigas obreras, comandadas por Esparta la hormiga más vieja y
sabia, salieron en actitud de lucha y con la trencilla de colores que mantenían
enlazada al árbol de las pasas atraparon al halcón quien despertó a la mañana
siguiente con su pata hinchada y sin recuerdos en su memoria.

Dalia conmovida por el esfuerzo que las hormigas obreras habían hecho para salvar
a Leonor, ordeno a los machos celebrar una fiesta de banquete, así que con la
colonia decorada con flores y helechos, sirvieron néctar y hongos para saciar el
hambre de tantos días y la reina mayor Dalia prometió a sus hormigas obreras que
cada día trabajarían solo lo suficiente para recolectar comida para todas, que les
dejaría dormir en las noche y que siempre tendrían alimentos para cenar, además
creo un jardín para las hormigas bebes y ordeno que estas no trabajarían más ya
que se dedicarían a jugar y a aprender cosas de niños, así su hija tendría con quien
jugar y se sentiría acompañada siempre. Fin.

You might also like