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Columna
Denderah cour.jpg
Parte de Columnata
La columna clásica está formada por tres elementos: basa, fuste y capitel.
La "basa" correspondería con la cepa del árbol, el fuste con el tronco y el capitel el nacimiento
de sus ramas más gruesas. Según esta analogía, autores como Vitruvio piensan que las
primitivas columnas imitaban a los árboles, pues en realidad terminaron por sustituir los
troncos por columnas de piedra, más duraderas,1 llevando además, siguiendo con la analogía,
a ver en las acanaladuras de los fustes la corteza del árbol.
Índice
1 Historia
3 Clasificación
4 Véase también
5 Bibliografía
6 Referencias
7 Enlaces externos
Historia
Todas grandes civilizaciones de la Edad del Hierro en el Oriente Próximo y el Mediterráneo han
utilizado columnas. En la arquitectura del antiguo Egipto ya en el 2600 a. C., el arquitecto
Imhotep hizo uso de columnas de piedra. Se inspiró en las formas de la naturaleza vegetal de
su tierra para transformar e imaginar los haces de cañas utilizados en su primitivos
alojamientos como elementos sustentantes en forma de columnas, componente básico de la
arquitectura de piedra. Posteriormente, el fuste cilíndrico también fue comúnmente
empleado. La decoración de sus fustes podrá asimilarse a juncos atados y sus capiteles,
estilizaciones de motivos florales en forma lotiforme (flor de loto), papiriforme (umbela de
papiro), palmiforme (hoja de palmera) o campaniforme.2
Algunas de las columnas más elaboradas del mundo antiguo son las de los persas,
especialmente las enormes columnas erigidas en Persépolis cuyos capiteles estaban decorados
con prótomos de toro. Los egipcios, persas y otras antiguas civilizaciones utilizaron las
columnas, de forma práctica, para sostener los tejados de sus edificios, utilizando los muros
decorados exteriormente con relieves o pinturas.
B – Fuste
C – Basa
Véase la ilustración de los tres componentes en una columna de orden jónico. Otros ejemplos
de columnas con diferentes estilos arquitectónicos:
hindú
persa
egipcio
cretense
románico
gótico
renacentista
barroco
Clasificación
Columna embebida: La que aparenta estar parcialmente incrustada en el muro u otro cuerpo
de la construcción.
Columna entrega o entregada: La que está adosada pero cuyo fuste no es de una sola pieza,
sino formada por trozos que están empotrados en el muro, formando parte de éste.
Columna dórica
Columna jónica
Columna corintia
Columna toscana
Columna compuesta
Según el fuste
Tomando el todo por la parte, es habitual clasificar las columnas según el tipo de fuste que
posean. Así, cabría relacionar las siguientes:
Columna agrupada: la que posee varios fustes con una base y capitel comunes (típica del
Gótico).
Columna estriada o acanalada: aquella cuya forma posee estrías o acanaladuras ornamentales
en toda su longitud.
Columna fasciculada: la que está conformada por una serie de delgados fustes, similares,
agrupados a modo de haz.
Columna fajada o anillada: La que tiene su fuste despiezado en tambores, anillos o fajas de
distinto diámetro.
Columna románica: la que tiene su fuste cilíndrico y no tiene acanaladuras verticales como en
la arquitectura clásica, sino liso o, en el caso más complejo, lleva sogueados o decoración
geométrica (zigzag) o vegetal.
Columna salomónica: la que tiene fuste torsionado en forma de espiral (típica del arte
Barroco).
Columna torsa: La que tiene su fuste decorado con motivos dispuestos helicoidalmente.
Columna conmemorativa
Columna de Trajano