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18 Gazeta del Saltillo

ciones patrimoniales. La digitalización de fondos


y la creación de libros digitales ha permitido la re-
cuperación y la divulgación de colecciones patri-

Caminos a futuro
moniales enteras. Las herramientas de análisis de
texto han logrado que esos mismos documentos
puedan ser interrogados por investigadores y cu-
riosos, a la búsqueda de datos.
Las bases virtuales facilitan que los volúmenes
Bibliotecas y humanidades digitales digitales puedan describirse a través de una rica
serie de metadatos y se vinculen a otros documen-
tos, por ejemplo, audiovisuales, algo esencial, en-
tre otros casos, a la hora de organizar tradición
Edgardo Civallero oral. Las redes sociales y plataformas colaborati-
vas permiten el trabajo de varios miembros de un
memorias y bibliotecas Como gestora de unos contenidos únicos — equipo sobre una serie de documentos, su auten-

C
será preciso recordar aquí que “la información ticación mediante la comparación con fuentes si-
omo institución gestora de memo - es poder”— la biblioteca debe asumir el compro- milares en otras partes del mundo, y la producción
rias , la biblioteca juega el rol de guar- miso de su conservación y de su difusión. Servir de trabajos de investigación multidisciplinares e
diana de una parte de los saberes y las de plataforma para ciertos discursos y ciertas me- internacionales.
historias de su comunidad. Dicho rol la obliga a morias puede significar el empoderamiento de Uno de los núcleos centrales de la revolución
garantizar que la memoria colectiva que maneja una comunidad entera —sociedades indígenas, digital es, sin lugar a dudas, Internet: la red de re-
sea accesible, a sabiendas de que su uso conlleva la por ejemplo— o la diferencia entre visibilidad e des. Más allá de proporcionar un complejo y rico
posibilidad de un cambio, de un descubrimiento, invisibilidad para un sector relegado, castigado o entramado de autopistas virtuales y de espacios
de una mejora en su comunidad... Tiene, pues, la excluido. En estos casos suele hablarse de “darle de almacenamiento y visualización de contenidos,
responsabilidad de que esos documentos —patri- voz a los sin voz”, aunque la frase puede resultar Internet se ha convertido en una comunidad de
monio y bien común de la sociedad a la que per- decididamente arrogante: no hace falta darles voz usuarios. Un espacio para el intercambio, el diálo-
tenecen— sean útiles, es decir, que cumplan un a esos sectores, sino quitarles las mordazas. go y el aprendizaje. Y esa comunidad ha desarro-
fin. Caso contrario, la propia existencia de la ins- La biblioteca posee las herramientas para ha- llado una cultura propia. O un conjunto variopin-
titución y de sus contenidos pierde buena parte de cer que todo esto sea posible. Unas herramientas, to de culturas con unos valores comunes.
su sentido: una de las misiones esenciales de cual- por cierto, cada día más potentes y diversas. El conocimiento y el acceso abiertos, la inter-
quier biblioteca es la circulación del conocimiento conexión o networking, la construcción comunitaria
que alberga y organiza. el rol de las tics de contenidos, los commons... Todos ellos son ele-
Como parte de ese acervo recolectado y ma- mentos que nacieron fuera de la Red, pero que
nejado por las bibliotecas, las colecciones patri- Las nuevas tics —tecnologías de la información y han encontrado en ella el perfecto caldo de cul-
moniales pueden ser utilizadas para reforzar y la comunicación— han aportado un buen núme- tivo para crecer, prosperar, cambiar, evolucionar,
cimentar identidades, especialmente las de grupos ro de herramientas a las instituciones de conserva- mejorar, corregirse y reformularse. Movimientos
sociales invisibilizados, olvidados, marginados o ción de la memoria y a sus disciplinas asociadas: enteros —desde el open source y el self-archiving al
atacados; para desempolvar o refrescar historias, la bibliotecología, la archivística, la museología... infoactivismo— nacieron y crecieron al calor de
sobre todo esas “historias pequeñas” que suelen Los dispositivos, lenguajes y técnicas provistos por estos valores.
pasar desapercibidas desde la perspectiva “ma- la revolución digital han permitido recolectar in- Como era de esperar, en algún momento en-
cro” pero que resultan esenciales para entender de formación en distintos formatos, almacenarla de trarían en contacto —y en conflicto— con algunos
manera integral el desarrollo de una comunidad manera masiva en piezas de hardware significativa- aspectos de la realidad extranet. De ese encuentro
o el de una región; para facilitar conexiones entre mente pequeñas, analizarla y acceder a datos rele- nacieron, entre otras, las humanidades digitales:
hechos y datos que parecían no estar vinculados, vantes a una velocidad de vértigo, hacer que dé la una corriente de pensamiento y acción que, de un
pero que a la postre resultan estarlo gracias a los vuelta al mundo en un par de minutos, y permitir tiempo a esta parte, se ha convertido en el marco
elementos aportados por un manuscrito o por una su acceso, su visualización y su reproducción a tra- desde el que se gesta el futuro de la conservación
grabación en carrete; para fomentar discusiones y vés de un amplio abanico de canales. Un escena- de la memoria.
debates, y establecer procesos de investigación y rio, el actual, que solo un puñado de visionarios
construcción de saberes; y un largo y muy variado soñaba hace tres décadas. humanidades digitales
“etcétera”. Todo avance, sin embargo, tiene sus costes, y
todas las luces, sus sombras. El entusiasmo con- Las humanidades digitales son el producto del en-
temporáneo ante tecnologías que parecen ser ca- cuentro entre las disciplinas académicas conocidas
La biblioteca debe ser un paces de todo no debe anular nuestro pensamien- como “humanidades” y la cultura digital: la de las
to crítico, ni menoscabar nuestro juicio reposado. comunidades que habitan la red de redes (vid. Bur-
espacio abierto para todos Las tics presentan numerosos inconvenientes: dick et al., 2012; Schreibman et al., 2004; Terras et
desde su obsolescencia programada hasta su coste al., 2013).
y de todos, y debe intentar ecológico, pasando por problemas de privacidad El encuentro no estuvo libre de roces disimu-
o de sostenibilidad tecnológica. Al mismo tiempo, lados o de abiertos enfrentamientos. El universo
reflejar la cultura de todos. no son —ni deberían ser consideradas como— la académico representa varios siglos de metódico
panacea a todos los problemas, ni un fin en sí mis- trabajo científico, y es el máximo exponente de
Lo primero implica que el acceso a sus colecciones mas: son simples herramientas (avanzadas, increí- valores como el análisis crítico o la honestidad
—incluyendo las patrimoniales— no debería es- bles a veces, pero herramientas, al fin y al cabo) intelectual. Pero también es el representante de
tar reservado a determinados grupos o estamentos que son empleadas por seres humanos para rea- un puñado de elementos negativos que llevan en-
(p.ej. los académicos); con los recaudos del caso, lizar una labor que permita alcanzar unas metas quistados en el seno de las disciplinas académicas
deberían desarrollarse programas y acciones que determinadas. No deberían sustituir ni a los hu- prácticamente desde sus orígenes: el individualis-
permitan a toda la ciudadanía acceder, consultar y manos ni a su capacidad para razonar: caso con- mo, la competitividad, el gusto por loas y honores,
revisar su memoria. Lo segundo conlleva un abor- trario, no seríamos más que una tropa de esclavos la honra a los héroes y sus carreras, la publicación
daje plural e integral de la memoria colectiva: de- de las máquinas (Civallero, 2012; 2016). como fin exclusivo de cualquier trabajo de investi-
cantarse por una sola visión o versión no hace más Sin embargo, empleadas con juicio y sentido gación, las estructuras jerárquicas, la desconexión
que convertir a la biblioteca en otra herramien- crítico, y tras evaluaciones previas que aseguren de la realidad y las “torres de marfil”, el respeto
ta de presión y aculturación; cerrarse a un sector que su uso es necesario, las nuevas herramien- por la autoridad y las “vacas sagradas”. Muchos
la desconecta de su misión última, y arranca del tas —como todas sus antecesoras— son de gran de estos quistes han sobrevivido y se han reprodu-
suelo muchas de las raíces que la nutren, o que ayuda; en el caso puntual que nos ocupa, para cido a pesar de contravenir los propios principios
podrían hacerlo. recuperar la memoria colectiva y gestionar colec- del pensamiento científico.
Tercera época / Enero - Abril, 2019 19

Las disciplinas dedicadas a la conservación de


la memoria no se han visto libres de semejantes
plagas. Aunque, afortunadamente, tampoco han
faltado un puñado de voces críticas que se dedi-
caran a identificar los problemas y a denunciarlos.
La cultura digital trabaja desde marcos menos rí-
gidos y jerárquicos, mucho más flexibles y adap-
tables. La carrera por los honores no suele ser el
motor que motiva el trabajo; lo es, más bien, la cu-
riosidad. La competitividad no predomina en las
labores en equipo: suele haber un fuerte compo-
nente colaborativo, de interacción y crecimiento,
de aprendizaje y debate. Los ambientes no suelen
ser monotemáticos (como ocurre en la Academia,
en donde lo multidisciplinar es la excepción), sino
totalmente diversos, plurales, variados.

Los humanistas digitales


Acervo bibliográfico del Archivo Municipal de Saltillo, 2018. Fototeca del ams.

Aportarán nuevos métodos de análisis docu- más flexibilidad, más libertad, más eficiencia, en-
aprovechan lo mejor de los mental y nuevos medios de distribución y visua- riqueciéndolos en ocasiones. Es preciso tener estos
lización, gracias a programas de código abierto elementos en cuenta, conocerlos en profundidad
dos mundos: la solidez de que puedan adaptarse a proyectos y objetivos para sacarles el mejor partido. Pero es igualmente
concretos. Aportarán métodos de acceso libre y necesario recordar que son herramientas. Y, como
las disciplinas académicas y abierto al conocimiento; métodos no tan nuevos tales, son inservibles si nuestros ojos están cerra-
pero indispensables en estos tiempos que corren. dos, si no afilamos nuestras mentes, si no estrecha-
sus métodos de construcción Aportarán, sobre todo, valores muy necesa- mos nuestras manos, si no pensamos por nuestra
rios. Nuevas estrategias que propugnen el uso de cuenta y riesgo, y si no aprendemos de una vez lo
de conocimientos, y la las herramientas a mano para lograr unos obje- necesaria que es la crítica, y el debate. Ninguna
tivos concretos. Nuevas perspectivas y un acervo herramienta hará eso por nosotros. Porque ningu-
flexibilidad del universo de experiencias valiosas, aplicables en el área de na está viva, ni tiene identidad, ni historia, ni raí-
la memoria y su conservación. ces, ni memoria. Ninguna sufre, ninguna triunfa,
virtual. Se encontrarán con problemas, por supuesto. ninguna ríe o llora. Eso es un rasgo humano. Eso
Más allá de la resistencia de los propios círculos es un rasgo nuestro.
Con esas herramientas se enfrentan a proble- académicos y de las estructuras jerárquicas, con- Seamos humanos, pues. Hagamos el mejor uso
mas, preguntas y dudas y buscan soluciones inno- trarias a cualquier tipo de cambio que implique de nuestras capacidades y de las herramientas que
vadoras: soluciones que, tomando lo que se tiene una renuncia a sus privilegios, encontrarán un tenemos a nuestra disposición. Y, con ellas, prote-
a mano, lo utilicen de forma diferente a como se universo digital cada vez más amenazado por jamos nuestra memoria colectiva. Al fin y al cabo,
lo ha usado hasta el momento. Es decir, de una legislaciones, cepos y cadenas que pretenden li- y tal y como están las cosas, es lo único realmente
forma nueva. mitar sus libertades y cercenar sus posibilidades. valioso que dejaremos en herencia a las generacio-
Las humanidades digitales tienen un fuer- Y, al mismo tiempo, se encontrarán con brechas nes venideras.
te componente de rebeldía y de inconformismo. digitales y tecnológicas difíciles de salvar en un
Pues solo desde el inconformismo es posible no mundo en donde otras brechas —económicas,
Edgardo Civallero es bibliotecario, investigador, escri-
aceptar el valor de las reglas y las normas sociales sociales, políticas— se están profundizando todos
tor, docente y músico nacido en Buenos Aires. Actual-
y académicas actuales y buscar otros horizontes los días.
mente se desempeña como coordinador de la biblioteca
posibles; y solo desde la rebeldía es posible dispu-
de la Estación Científica de la Fundación Charles Darwin,
tar y desafiar los postulados del statu quo moderno, apuntes finales
en las Islas Galápagos, en Ecuador. Es licenciado en bi-
y construir nuevos caminos. Caminos que siempre
bliotecología y documentación: se especializa en la cla-
se hacen al andarlos. La humanidad se enfrenta a una serie de desafíos
sificación del conocimiento, las humanidades digitales,
globales, reflejados perfectamente en los objeti-
la tradición oral, los servicios bibliotecarios para pueblos
caminos a futuro vos y metas de la ya mencionada Agenda 2030
originarios y minoritarios, y los sonidos amenazados
de Naciones Unidas. En un mundo con cada vez
(lenguas y música). *El presente texto para
Las humanidades digitales se están convirtiendo menos recursos disponibles y una huella humana
la Gazeta es un fragmento de la conferencia
en el nuevo marco de trabajo de las ciencias socia- cada día más evidente, es preciso buscar caminos
presentada en el xxi Congreso Internacional
les y humanas en general, y de las disciplinas de la seguros a futuro.
de Bibliotecología. Chile, 2017.
conservación de la memoria en particular. En un momento crítico como este es preciso
Aportarán nuevas formas de recuperación de que los seres humanos tengan acceso a toda la in-
la memoria colectiva. Formas en la que participen formación relevante disponible. También a todos bibliografía
desde profesionales a humanistas amateur, y desde los fragmentos conservados de su memoria colec- Burdick, Anne, et al. (eds.) (2012). Digital Humanities. Cambridge (MA):
organizaciones académicas a la propia sociedad. tiva, y a la memoria que aún circula, viva, por sus The mit Press.
Aprovecharán para ello el video de sus teléfonos calles y talleres, por sus cocinas y plazas. Civallero, Edgardo. (2012). Contra la “virtud” de asentir está el “vicio” de
o el audio de programas radiales, o señales piratas Las bibliotecas, los archivos y el resto de las pensar: Reflexiones desde una bibliotecología crítica. [En línea]. https://
de TV, o de-grabaciones de viejas conversaciones instituciones de gestión de memorias —asuman www.aacademica.org/edgardo.civallero/95.pdf
realizadas y corregidas por comunidades virtuales la forma que asuman, se llamen como se lla- Civallero, Edgardo. (2016). Un faro, un puerto: De bibliotecas, máquinas
de editores. Las comunidades indígenas grabando men— tienen que estar atentas. Tienen que es- y pérdidas. [En línea]. https://www.aacademica.org/edgardo.civalle-
sus lenguas en video y difundiéndolas en YouTube tar activas. Tienen que despojarse de muros y ro/145.pdf
mediante proyectos como Global Voices son un barreras y comprometerse con unas sociedades De Zan, Julio. (2008). Memoria e identidad. Tópicos. Revista de Filosofía de
ejemplo de cómo funcionan estos mecanismos. que necesitan información, ahora más que nun- Santa Fe (Argentina), 16, pp. 41-67.
Aportarán nuevas formas de almacenar esas ca. Información de calidad, no seleccionada por Moffett, M. W. (2013). Human identity and the evolution of societies. Hu-
memorias, y nuevas colecciones, que probable- un autómata sino por una persona consciente del man Nature, 24 (3), septiembre, pp. 219-267.
mente no estarán centralizadas, sino distribuidas, valor del bien que maneja y de la necesidad de la Schreibman, Susan, et al. (eds.) (2004). A Companion to Digital Humani-
y tendrán numerosos formatos y variados conte- actividad que realiza. ties. Oxford: Blackwell Publishing.
nidos, todos ellos organizados mediante todo tipo Las nuevas herramientas y la cultura digital Terras, Melissa, et al. (eds.) (2013). Defining Digital Humanities. A Reader.
de etiquetas en lenguajes naturales y controlados. permitirán desarrollar determinados servicios con Surrey: Ashgate Publishing Ltd.

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