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VULNERACIÓN DEL PRINCIPIO A LA DEBIDA MOTIVACIÓN DEL JUEZ

RESPECTO A LOS REQUISITOS DE PRISIÓN PREVENTIVA


Escribe: DE LA CRUZ HINOSTROZA GALHIA ARLETT

En nuestro país, actualmente, se ha evidenciado un alto porcentaje de corrupción de funcionarios


públicos, quienes, se sobreentiende, deben ser procesados, sentenciados, y así asumir su
responsabilidad para con el Estado y, por ende, con los peruanos quienes nos vemos afectados de
diversas maneras por sus actos indebidos. Pero, ¿será que hay que vulnerar sus derechos
constitucionales, como el debido proceso y los principios que de este derivan, para privarlos de
su libertad, teniendo en cuenta que la libertad y dignidad son los principales derechos
fundamentales que la Constitución establece? Esto con respecto a la prisión preventiva que se ha
impuesto o se ha querido imponer en los casos como Cócteles en la cual está implicada la lideresa
de Fuerza Popular Keiko Fujimori, implicados del caso Odebrecht (Kuczynski, Nadine y Ollanta,
Alan García, Villarán y otros), etc.
Es así que, en el presente ensayo, nos referiremos a la prisión preventiva como medida coercitiva
en atención a los principios constitucionales, principalmente a la motivación, la cual es de mayor
importancia fundamentar al requerirse una afectación de derechos humanos, y de cómo tendría
que ser desarrollada por los jueces, con la que se priorice la tutela de derechos que rigen en un
Estado de Derecho.
I. El principio del debido proceso: El Estado constitucional establece una serie de
competencias entre los órganos y brinda diversas políticas para la protección de
derechos; aquel tiene como fundamento la protección de la dignidad del hombre del
cual se desprenden los demás derechos.

Los diversos conflictos de intereses entre las personas necesitan ser resueltas para
mantener la estabilidad social, esta solución de conflictos debe darse de manera
debida y justa, es decir, aquella que privilegie a la persona en su condición como tal,
digna. Lo contrario sería una solución injusta con la que no se favorece la vida en
sociedad ni mucho menos la dignidad humana, ya que, se estaría desviando hacia
intereses distintos. Por lo tanto, se necesitará de una solución justa que supere dichos
conflictos, la misma que debe provenir desde la razón, es decir, mediante un dialogo
racional entre las partes del conflicto, donde ambas colaboren en el constructo justo
de la decisión; que si se somete a exigencias formales y materiales promuevan su
consecución poniendo las alegaciones de las partes y donde el órgano decisor
competente sea imparcial, por las que llevará a acceder a la verdad fáctica y a la
justicia. Pues de allí devendrá una decisión que efectivamente superará la necesidad
humana, la cual se perfeccionará con aplicación de aquella de una manera plena y
oportuna para retomar una pacífica vida de relación social.1

II. Imparcialidad del juez: Se ha de considerar a la imparcialidad de dos maneras:


primero el carácter objetivo (Impartialidad), y de aquí diferenciar la imparcialidad
objetiva funcional de la cognitiva; la funcional donde el juez es el tercero entre las
partes y su función está delimitada; la cognitiva que se preocupa más por la impedir
que el juez realice funciones con sesgos cognitivos. Por otro lado, la imparcialidad
subjetiva que limita al juez a favorecer intereses ajenos con sus funciones dentro del
proceso, quiere decir que, debe librarse de toda subjetividad de carácter personal sea
moral o de otra índole, y concentrarse en su imparcialidad como juez con su debida

1
Castillo, Luis. Debido proceso y tutela jurisdiccional. Gaceta Jurídica. Lima, 2009. Págs. 57-71.
valoración dentro de los límites que establece el ordenamiento jurídico, en relación a
la protección de los derechos fundamentales.
Si bien es cierto el juez debe desprenderse de lo subjetivo para poder atarse a lo objetivo en
el proceso, también lo que jamás podemos esperar del ser humano es que pierda su naturaleza,
y por ello ser propenso a la preferencia por sentimientos de identidad con muchas o pocas
cosas del mundo que lo rodea, más aún si se trata del mundo de los hechos que conforman el
litigio.2
III. Motivación: La motivación es la justificación donde el juez debe dar las razones por
las cuales toma una decisión, esto cumple la función de controlar la imparcialidad del
juez, pues se busca a través de la motivación eliminar la arbitrariedad, además de que
genera legitimidad en la labor judicial. De esta manera el juez da a entender el porqué
de su forma de razonamiento, dando lugar a la posibilidad de que las partes puedan
impugnar.
Por ejemplo, el juez Carhuancho al fundamentar el arraigo familiar y laboral de Keiko, en el
primero afirma que Keiko es líder de una organización criminal, se refiere a la permanencia,
organización dentro de Fuerza Popular, finalidad de lavar dinero proveniente de Odebrecht,
lo que en un inicio no fue fundamentado así por el fiscal Pérez, lo que se presta a pensar que
esta afirmación es una especie de creación, pero ello tendrá que demostrarse en el proceso.
En el segundo caso, se afirma que ella no tiene trabajo conocido, lo cual es irrelevante para
pedir la medida coercitiva. El otro caso en el que sí no se le consideró su somera justificación
para descalificar su pedido de dicha medida fue en el de Ollanta y Nadine, he ahí que se hizo
referencia a la Casación de Moquegua donde la Corte despliega dos requisitos más para la
prisión preventiva, que no fue tomada en cuenta por dicho juez.
IV. La prisión preventiva: El sistema procesal defiende la libertad como regla y, por
cierto, según el principio pro libertatis, la excepción tendría que ser la prisión
preventiva, u otra medida coercitiva. Por ello entendemos que la libertad solo puede
ser restringida por disposición judicial, por ser uno de los más importante de los
derechos fundamentales de las personas, por ello se exige que el mandato del juez
debe ser estricto y motivado debidamente, la resolución del juez debe exponer los
fundamentos de hecho y derecho que justifiquen la detención. Es una medida
coercitiva de carácter personal, provisional y sobre todo excepcional (Art. 268 CPP:
de carácter facultativo), que dicta el juez de investigación preparatoria en contra de
un imputado, en virtud de que se restringe la libertad individual ambulatoria, para
asegurar los fines del proceso penal.
Además de los requisitos que presupone el CPP, se ha considerado dos más agregados por la
Corte Suprema en la CASACIÓN N° 626-2013-MOQUEGUA, la cual establece
fundamentos vinculantes en el manejo del juez en la audiencia y la prisión preventiva, en esta
última reconoce los tres presupuestos y agrega la proporcionalidad y la duración del mismo.
Los requisitos para dictar prisión preventiva son los siguientes:
1. Se fundamentará la proporcionalidad de la medida solicitada, el juez debe motivar por
qué es idónea, necesaria y proporcional en sentido estricto.
2. Fundamentar la duración de la medida, por qué se pide un determinado tiempo, con qué
finalidad, y cuál es la magnitud del riesgo procesal.

2 Martínez, Tania. La imparcialidad del juez respecto de la prueba de oficio. Revistas PUCP. Lima, 2010. Págs. 1-10.
Entonces, los principios que se han vulnerado en los casos mencionados son imparcialidad del
juez, debida motivación, y la proporcionalidad de la medida coercitiva de prisión preventiva. Ello
conlleva a tener en cuenta para pedir prisión preventiva principalmente: el principio de pro
libertatis, en la cual establece que la regla es la libertad y la prisión preventiva la excepción; la
motivación cualificada, en la cual se obliga al juez dé una debida motivación superior en la que
se justifique por qué ha de restringir la libertad de una persona que no se ha sido aún procesada y
debidamente sentenciada, y por qué se decidió de esta medida y no otra; y la proporcionalidad de
la medida, qué tan constitucional resulta restringirle la libertad ambulatoria a un ser humano.

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